miércoles, 28 de enero de 2015

CS 1 UD 06. Los climas y paisajes de Europa y España.

CS 1 UD 06. LOS CLIMAS Y PAISAJES DE EUROPA Y ESPAÑA.

Índice.
Climas y paisajes de Europa.
Climas y paisajes de España.
Los paisajes de España: la interrelación de clima, vegetación y ríos.
El paisaje de la España atlántica.
El paisaje de la España interior.
El paisaje de la España mediterránea.
El paisaje de la alta montaña.
El paisaje de las islas Canarias.

Climas y paisajes de Europa.
Cada clima tiene un paisaje característico. Los climas dominantes en Europa son los propios de la zona climática templada, por tanto tenemos climas continentales en el Centro y Este del continente, oceánicos en las regiones noroccidentales bañadas por el Océano Atlántico y mediterráneos en la cuenca del mar Mediterráneo. Los climas fríos son dos, el polar en el extremo norte y el de alta montaña en las zonas más elevadas. Hay un clima cálido, subtropical, en archipièlagos en latitudes más bajas del Atlántico.


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En la mayor parte de Europa predominan los climas templados, puesto que la mayor parte del continente está situada en la zona templada del hemisferio Norte, y así sus climas dominantes son las tres variantes del clima templado: oceánico, mediterráneo y continental. En las zonas de norte polar y en regiones de alta montaña se encuentran los respectivos climas fríos. El subtropical se sitúa en los pequeños archipiélagos atlánticos.
El clima oceánico o atlántico se da en la costa atlántica en el oeste. Tiene temperaturas suaves durante todo el año y lluvias abundantes y regulares.
El clima mediterráneo se extiende por el sur de Europa en torno a la cuenca del Mar Mediterráneo. Tiene temperaturas suaves en invierno y calurosas en verano, con lluvias escasas, sobre todo en verano (sequía estival).
El clima continental ocupa el centro y este del continente. Tiene temperaturas altas en verano y bajas en invierno, con escasas lluvias, que caen más en verano.
El clima polar se localiza en algunas zonas a norte del círculo polar ártico y en la zona septentrional de Islandia. Sus temperaturas son inferiores a 0ºC excepto en verano y las precipitaciones, relativamente escasas, son mayoritariamente en forma de nieve.
El clima de alta montaña se da en las cordilleras elevadas como los Pirineos, los Alpes o los Cárpatos. Las temperaturas son frías en invierno y frescas en verano, con abundantes precipitaciones, a menudo en forma de nieve.
El clima subtropical se sitúa en archipiélagos del Atlántico como Madeira y Canarias, con temperaturas elevadas sin grandes diferencias estacionales y con precipitaciones relativamente escasas.

Climas y paisajes de España.
En España hay dos climas dominantes: oceánico en el norte (la franja cantábrica) y noroeste (Galicia); y mediterráneo en el resto, aunque con diferencias entre el mediterráneo costero, más suave, el mediterráneo interior, con inviernos más fríos, y el mediterráneo estepario del sureste, más desértico. El clima de alta montaña se encuentra solo en las cumbres de las cordilleras, especialmente en los Pirineos.
Las Islas Canarias son una excepción, pues por su localización geográfica en el Atlántico cerca de África en una latitud lindante con el Sahara, cuentan con un clima subtropical de carácter cálido moderado.


Mapa de los climas y sus paisajes de España.


Los paisajes de España: la interrelación de clima, vegetación y ríos.
España está situada en el sur de Europa. A pesar de que tiene unos rasgos naturales muy propios del mundo mediterráneo, tanto su posición como la disposición periférica de su relieve introducen influencias oceánicas y continentales que modifican el clima, la vegetación y las corrientes fluviales, entre otros elementos, que además se interrelacionan. Así pues, en estos tres aspectos se pueden definir seis medios: oceánico atlántico, mediterráneo interior continentalizado, mediterráneo litoral, mediterráneo estepario, alta montaña y canario.

El paisaje de la España atlántica.
La región atlántica es también conocida como la España Húmeda. Constituye una franja limitada al sur por las Montañas Gallegas, la cordillera Cantábrica y los Montes Vascos. El relieve es accidentado, con montañas, pendientes y escasas superficies planas.
El norte de España tiene un clima oceánico parecido al europeo, con precipitaciones abundantes y regulares de más de 800 mm anuales. Las temperaturas son moderadas, con baja amplitud térmica debido a la influencia del mar.




Bosques y prados de Galicia.

La vegetación es de bosques de robles y hayas, de landas de matorral, brezo, aulaga y retama, y de prados abundantes.

Río Sella (Asturias).

Los ríos, la mayoría de los cuales están en la vertiente cantábrica, son cortos porque nacen en montañas cercanas al mar, caudalosos y de gran capacidad erosiva. Los ríos de la vertiente gallega son más largos y también caudalosos.
Las rocas son sobre todo silíceas, con dos variedades dominantes de suelo: la tierra parda, rica en humus pero ácida, dedicada para cultivos y pastos; y la tierra Ránker, en las pendientes, escasa y muy erosionada, apta solo para bosques y prados.

El paisaje de la España interior.
La España interior (o continental) se extiende por las cuencas de los grandes ríos, como el Duero, el Tajo, el Ebro y el Guadiana y las montañas interiores del Sistema Central, el Sistema Ibérico y Sierra Morena. Su principal rasgo es la presencia del inmenso altiplano de la Meseta, con peculiaridades climáticas y bioclimáticas concretas. Comprende un territorio fuertemente transformado, en el que las actividades humanas se remontan a muchos miles de años.
Tiene un clima mediterráneo con rasgos continentales, como la gran amplitud térmica anual, las temperaturas frías del invierno y las elevadas del verano, dada la gran distancia al mar. Las precipitaciones son escasas o moderadas, con menos de 800 mm anuales, concentradas en la primavera y el otoño, y con una gran sequía en el verano. En el valle del Ebro son inferiores a los 300 mm lo que da un clima mediterráneo estepario.

La llanura manchega.

La vegetación está constituida, preferentemente, por un bosque perennifolio de coníferas, encinas, rebollos o robles, si bien la deforestación histórica ha reducido antiguos bosques a páramos de matorral.

El río Duero.

El río Tajo en Toledo.

Los ríos son largos, relativamente caudalosos por la aportación que reciben de las zonas montañosas, e irregulares, con pronunciado estiaje.

Paisaje calcáreo.

Las rocas silíceas dan una tierra parda meridional, pobre, dedicada a pastos y dehesas. Las rocas calcáreas hacen suelos rojizos, más fértil para los cultivos, y una terra rossa pobre, para bosques y dehesas. Las rocas arcillosas producen un vertisuelo muy fértil para los cultivos. En las áreas esteparias del valle del Ebro el suelo es gris subdesértico, muy pobre, sólo adecuado para pastos.

El paisaje de la España mediterránea litoral.
Es una extensa región geográfica que tiene como principal componente la presencia del mar Mediterráneo. Se extiende por el valle del Guadalquivir, la costa mediterránea, Baleares (montañas y llanuras), Ceuta (abrupta) y Melilla (también abrupta). 
Dentro de su espacio, entre Almería y Murcia, se encuentra el medio estepario o subdesértico, que se caracteriza por condiciones climáticas más extremas en temperatura y sequedad.

            Mallorca en la primavera. 

Es el clima mediterráneo puro, muy influido por la proximidad de la costa, sobre todo meridional, con temperaturas suaves pero muy contrastadas que se combinan con una sequía veraniega que se extiende en primavera y en otoño a medida que avanzamos hacia el sur, espacio definido casi por características subdesérticas.


Vegetación mediterránea esteparia.

La vegetación predominante es la encina, el alcornoque y los matorrales de los tipos maquia (matorral alto y denso con jara y lentisco) y monte (matorral bajo y poco denso con tomillo y romero), y en el sureste hay la vegetación esteparia de hierbas, matorrales y arbustos espinosos, bajos y discontinuos como palmito y espartal.
Los ríos, con la excepción del Ebro, que drena un amplio espacio de la zona norte y de las tierras del interior, son, en general, cortos, de escaso caudal y definidos por marcadas épocas de estiaje que, a veces, coinciden con periodos anuales. Son las ramblas mediterráneas. En las islas Baleares, Ceuta y Melilla no hay ríos, sino torrentes y acuíferos.
Como en el paisaje mediterráneo, las rocas silíceas dan una tierra parda meridional, pobre, dedicada a pastos y dehesas. Las rocas calcáreas hacen suelos rojizos, más fértiles para los cultivos, y una terra rossa pobre, para bosques y dehesas. Las rocas arcillosas producen un vertisuelo oscuro muy fértil para los cultivos. En las áreas esteparias del sureste el suelo es gris subdesértico, muy pobre, sólo adecuado para pastos.

El paisaje de la alta montaña.
Se localiza en los picos más altos, sobre todo del Pirineo, Sistema Central, Sistema Ibérico y Cordillera Penibética.





Las montañas tienen unas condiciones especiales, debido a la altitud. Aunque presentan unas características generales, su paisaje varía según la situación sea en el ámbito atlántico, mediterráneo o del interior. Cuando más al norte menos altitud se necesita para tener un clima de alta montaña, que de media se registra en los 1.000 metros, pero en los Pirineos hay suficiente con 800 y en la Penibética necesita unos 1.500.
El clima es relativamente frío en invierno y suave en verano, y húmedo todo el año, pero con muchas diferencias según la zona. Las temperaturas son más frías cuando más al Norte y más altitud.
Al Norte las precipitaciones son mayores, bien superiores a los 1.000 mm anuales, y más moderadas en el Sur, y en invierno es importante la nieve.
La vegetación es la típica de las montañas, con pisos diferentes para la altitud, con pastos y bosques de pinos, robles y otros árboles en los pisos bajos, y prados, matorrales y endemismos de plantas rupícolas en los pisos más altos. Los Pirineos son los más ricos en encinas, robles, pinos y prados.
Los ríos tienen aquí su nacimiento, con acusados relieves, y quedan algunos glaciares en los Pirineos. En la alta montaña domina el régimen nival, con caudal máximo al final de la primavera. En la media montaña domina el régimen nivopluvial o pluvionival, con máximo en otoño.
Las rocas de silicio dan suelos Ranker, muy pobres, por pastos, y la tierra parda meridional. Las rocas calcáreas dan un suelo pardo calcáreo y rendzinas, un poco más fértiles, para pastos.

El paisaje de las islas Canarias.
Las islas Canarias presentan un paisaje con notables diferencias respecto de la Península, debido a su situación en el Atlántico, cerca de las costas de África, en una zona de clima tropical, y por el origen volcánico de su relieve, caracterizado por conos, calderas, malpaíses, rocas y diques volcánicos, así como barrancos.




Tiene un clima subtropical, estepario o desértico, con temperaturas algo más suaves en invierno y más calurosas en verano, y con pocas diferencias estacionales, pues la amplitud térmica no alcanza los 8ºC y ningún mes tiene menos de 18ºC de temperatura media. Las precipitaciones son muy escasas e irregulares, de 150 a 300 mm anuales (clima estepario) o inferiores a los 150 mm anuales (desértico, sobre todo en Lanzarote y Fuerteventura). En las zonas de mayor altitud la temperatura baja y las precipitaciones aumentan.
La vegetación es xerófila, con abundancia de endemismos y reliquias como el árbol drago. En las islas montañosas hay una escalera de pisos, el inferior con matorral, palmera, drago y sabina, los medios con laurisilva y el fayal-brezal, el superior con pino canario y más arriba los matorrales y las plantas rupícolas.
No hay ríos, pero sí torrentes y acuíferos, muy irregulares.
El suelo es volcánico, poco erosionado, con mucho malpaíses improductivos, pero cuando se han formado suelos sedimentarios puede ser muy fértil para los cereales, la viña, el plátano, el tomate y la patata.

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