miércoles, 22 de julio de 2015

El proceso de urbanización en las islas Baleares como consecuencia del desarrollo turístico insular (1991).

EL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN LAS ISLAS BALEARES COMO CONSECUENCIA DEL DESARROLLO TURÍSTICO INSULAR.


Resumen y comentario de artículo: Salvà Tomàs, Pere. El proceso de urbanización en las islas Baleares como consecuencia del desarrollo turístico insular. En libro: AA.VV. Los procesos de urbanización: siglos XIX y XX. Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. Alicante. 1991. pp. 117-125.

1. INTRODUCCIÓN.
Analiza el proceso de urbanización en las Islas Baleares desde 1857, con sus características generales. El crecimiento de la población urbana fue muy lento al principio, sólo vegetativo en Palma hasta el decenio de 1950, con el crecimiento turístico, combinado con un éxodo rural hacia Palma.

2. CRECIMIENTO Y CONCENTRACIÓN DE LA POBLACIÓN EN LOS MUNICIPIOS URBANOS (MÁS DE 10.000 HABITANTES).
El crecimiento absoluto se ha centrado en los municipios de más de 10.000 habitantes, que pueden ofrecer el atractivo de un mayor nivel de servicios, rompiendo con el equilibrio de poblaciones medianas y pequeñas que había en los tres primeros decenios del siglo XX. Así, se ha pasado de un porcentaje de estos municipios sobre el total de población que era en 1900 de 1/3 hasta 3/4 en 1986. El crecimiento comenzó en el decenio 1920-30, al pasar de un 35,31% al 41,97% y en 1940 al 53,14%Hay un relativo estancamiento del crecimiento relativo en el periodo 1940-60, llegando en 1960 al 57,44% para dispararse a continuación hasta el 77,56% de 1986. La tendencia es aumentar la concentración de la población en los municipios medianos de la costa (Calvià, Alcúdia, Eivissa, etc.), con una población entre 20.000 y 50.000 habitantes. Esta dicotomía entre municipios expansivos y recesivos se explica por los dos modelos socio-económicos y de organización territorial que definen la etapa preturística y la turística. El primero, anterior a 1955, era agrario, conservador, tradicional, con pequeñas y medianas poblaciones. El segundo, posterior a 1955, era terciario, moderno, con poblaciones urbanas cada año más densas.

3. EL PROCESO DE CONCENTRACIÓN DE LA POBLACIÓN EN LOS MUNICIPIOS CON FUNCIÓN DE CAPITALES INSULARES.
3.1. LA MACROCEFALIA DE PALMA DE MALLORCA.
Palma concentra históricamente la mayor parte de la población de las Islas, pero hasta el decenio de 1950 su crecimiento se debía sólo al crecimiento vegetativo y al éxodo rural desde la Part Forana. Desde entonces se ha beneficiado de una gran aportación de inmigrantes venidos de la península. En 1986 tenía el 40% de la población de las islas. Se beneficia de la concentración en su seno o en su entorno de la administración pública, la mayoría de las grandes empresas industriales, financieras y de servicios, la infraestructura de comunicaciones (a nivel interinsular, nacional e internacional), la universidad, los servicios hospitalarios, los equipamientos culturales. La población en 1857 era de 53.382 habitantes, con un porcentaje sobre Mallorca del 26,16% y sobre Baleares del 20,3% mientras que en 1986 tenía 321.102 habitantes, con un porcentaje sobre Mallorca del 51,77% y sobre Baleares del 42,65%

3.2. EL PAPEL DE LAS CIUDADES DE MAÓ Y EIVISSA, COMO INDICATIVO DEL PROCESO DE URBANIZACIÓN DE LAS POBLACIONES MENORQUINA E IBICENCA.
Ambas ciudades asumen el papel de capitales insulares en sus ámbitos, concentrando en menor número absoluto pero en semejante grado relativo las ventajas de aglomeración que presenta Palma para Mallorca y que reseñábamos arriba. Maó, con un crecimiento muy suave, ha pasado de los 17.144 habitantes de 1900 (45,62% de la isla de Menorca) a los 21.668 de 1986 (35,46%), mientras que Eivissa ha pasado de los 6.327 habitantes de 1900 (26,85% de la isla de Eivissa) a los 328.140 de 1986 (39,56%).

3.3. EL ÍNDICE DE URBANIZACIÓN DE LA POBLACIÓN ACTIVA.
En 1989 más del 90% de la población activa trabaja en actividades urbanas, las secundarias (27,1%) y sobre todo terciarias (66,3%), en acusado contraste de los municipios agrícolas en decadencia con respecto a los pujantes municipios turísticos. La redistribución de la población y la inmigración han alterado profundamente la estructura demográfica y sus pautas de comportamiento. Si el sector agrario empleaba en 1997 al 71,05% de la población activa, en 1989 sólo lo hacía al 6,6% (con tendencia a disminuir aun más y con alto porcentaje de trabajo a tiempo parcial, compartido con otros sectores).

4. CONCLUSIÓN.
El proceso de de urbanización ha crecido extraordinariamente, en paralelo al crecimiento turístico desde los años 50, mientras que se da un éxodo rural hacia Palma. El crecimiento absoluto se ha centrado en los municipios de más de 10.000 habitantes, que pueden ofrecer un mayor nivel de servicios, rompiendo con el equilibrio de poblaciones medianas y pequeñas que había en los tres primeros decenios del siglo XX. Más del 90% de la población activa trabaja en actividades urbanas, en acusado contraste de los municipios agrícolas en decadencia con respecto a los pujantes municipios turísticos. La redistribución de la población y la inmigración han alterado profundamente la estructura demográfica y sus pautas de comportamiento.

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