domingo, 24 de abril de 2016

Dosier: La catástrofe nuclear de Chernóbil (1986).

Dosier: La catástrofe nuclear de Chernóbil (1986).



Foto tomada el 3 de mayo. Las superiores fueron tomadas en una fecha posterior.

El 26 de abril de 1986, durante un experimento científico, el cuarto reactor de la central atómica de Chernóbil estalló, contaminando gravemente decenas de miles de kilómetros cuadrados y llegando la radiactividad a media Europa. Fue el accidente más grave en la historia de la industria nuclear civil.
Ese día se inició un experimento con el que se pretendía comprobar si, en el caso de un corte total del fluido eléctrico, la inercia de la turbina del generador principal podría ser suficiente para alimentar los sistemas de seguridad, control y refrigeración del reactor hasta la puesta en funcionamiento de los generadores de emergencia.
Pero una caída repentina e inexplicable del nivel de potencia hizo que el reactor se descontrolase. La potencia osciló bruscamente en los primeros instantes y después se desbocó, y el problema fue agravado por la falta de refrigeración, lo que hizo que la temperatura en el núcleo del reactor se elevará en exceso. El jefe del turno apretó el botón de parada del reactor, pero las barras de grafito que sirven para moderar la reacción en cadena se quedaron bloqueadas. Poco después se produjeron las explosiones que reventaron el recubrimiento que retenía la radiactividad.
Hubo pocos muertos en un primer momento y unos grupos de valientes bomberos entraron en el reactor y apagaron las llamas en pocas horas, pero siguió la emisión radiactiva, y la trágica cuenta de muertes se incrementó al fallecer en las semanas siguientes casi todos los bomberos. Después crecieron los afectados, cayendo muchos por leucemia y otros cánceres. Han pasado tres decenios, pero todavía no se conocen en profundidad las secuelas en víctimas, aunque la mayoría de los estudios coinciden en unos 3.000 muertos más varias decenas de miles de pacientes cuya vida ha sido gravemente dañada. Tampoco la comunidad internacional ha reunido el dinero para acabar el nuevo sarcófago que encierre la central durante el próximo siglo. Hoy, la zona de Chernóbil sigue siendo un enorme desierto humano.


 
Mapa de la contaminación relativa en Europa por el accidente de Chernóbil.

Fuentes.
Internet.

Documentales / Vídeos.


La batalla de Chernóbil. 2006. 93 minutos. Dirección: Thomas Johnson. 1:34:16. [https://www.youtube.com/watch?v=qs6C3yKzY6A]

Libros.
Aleksiévitx, Svetlana. La pregària de Txernòbil / Els nois de zinc. Trad. catalana de Marta Rebon. Raig Verd. Barcelona. 2016. 336 pp. Serés, Francesc. Addicció al testimoni. “El País” Quadern 1.629 (7-IV-2016).

Reportajes.
Bonet, Pilar. Retorno a Chernóbil. “El País” Domingo (17-IV-2011) 4-5.
Carlin, John (texto); Moleres, Fernando (fotos). Chernóbil. La sombra de una catástrofe. “El País” Semanal 2.059 (13-III-2016) 34-45. 30 años de la catástrofe.

Noticias.
Suleng, Kristin. Las superbacterias que viven en Chernóbil. “El País” (24-III-2016). Identificadas una bacterias resistentes a la radiactividad.
Bonet, P. La tensión política marca el 30º aniversario de Chernóbil. “El País” (26-IV-2016).
Avendaño, Tom C. Por qué Chernóbil fascina tanto. “El País” (4-VI-2019). Éxito de la serie televisiva ‘Chernóbil’.
Sahuquillo, M. R. Los ‘liquidadores’ que limpiaron Chernóbil. “El País” (9-VI-2019). La hazaña y el sufrimiento del personal que luchó contra la catástrofe.
Rebón, Marta. Lo invisible. “El País” (29-VI-2019). El intento de esconder la catástrofe fracasó.
Criado, M. Á. Los perros callejeros de Chernóbil son genéticamente diferentes. “El País” (3-III-2023). Un estudio muestra que los canes son distintos pero la explosión de vida que ha tenido la zona cuestiona que se deba a la radiación.

Análisis y opiniones.
Glez, Montero. Chernóbil no cambió nada. “El País” Ideas 236 (24-XI-2019). Resume el libro de Kate Brown ‘Manual de supervivencia’ (Capitán Swing), que critica la incompetencia y mala voluntad del Gobierno soviético.

Sampedro, Javier. Por qué invadir Chernóbil. “El País” (29-III-2022). Advierte de que el interés ruso por ocupar Chernóbil obedece a su valor como ‘bomba sucia’ que puede utilizar para contaminar el territorio ucranio. Incluso un incendio de los bosques cercanos, llenos de polvo radiactivo, sería un desastre enorme.

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