jueves, 26 de enero de 2012

OP UD 68. Organización económica y mundo del trabajo. La inflación, el desempleo y la política monetaria.

            OP UD 68. ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y MUNDO DEL TRABAJO. LA INFLA­CIÓN, EL DESEMPLEO Y LA POLÍTICA MONETARIA.

INTRODUCCIÓN.

1. ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y MUNDO DEL TRABAJO.
1.1. LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA.
FACTORES DE PRODUCCIÓN.
Recursos.
Capital.
Trabajo.
EMPRESA.
EL SISTEMA CAPITALISTA.
ECONOMÍA DE MERCADO.
Ley de oferta y demanda.
1.2. MUNDO DEL TRABAJO.
LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO.
EMPRESARIOS: PATRONALES.
TRABAJADORES: SINDICATOS.
LEGISLACIÓN LABORAL: DERECHOS Y DEBERES.
CONFLICTOS SOCIALES.
MERCADO DE TRABAJO: OFER­TA Y DEMANDA.
Factores de la oferta y la demanda laboral.

2. LA INFLA­CIÓN, EL DESEMPLEO Y LA POLÍTICA MONETARIA.
2.1. LA INFLA­CIÓN.
CONCEPTOS.
CAUSAS.
TEORÍAS Y CLASIFICACIÓN.
Inflación de demanda.
Inflación de costes.
Una síntesis.
EFECTOS.
La distribución de la renta y la rique­za.
La asignación de los recursos productivos.
La producción.
El valor de la moneda.
MEDICIÓN.
REMEDIOS.
La política de precios.
2.2. EL DESEMPLEO.
CONCEPTO.
CAUSAS.
CLASIFICACIÓN.
TEORÍAS.
Clásicos.
Keynesianos.
Teoría de las expectativas.
Teoría de la segmentación del mercado laboral.
Teoría de los contratos implícitos.
Rifkin.
Cohen.
EFECTOS.
MEDICIÓN.
REMEDIOS.
Neoli­be­rales. Intervencionis­tas.
2.3. POLÍTICA MONETARIA.
CONCEPTO.
OBJETIVOS.
ELECCIÓN DE LA POLÍTICA.
MEDIOS.
OTRAS MEDIDAS DE POLÍTICA ECONÓMICA.

INTRODUCCIÓN.
El enunciado nos limita, pero en una programación propia amplia­ríamos esta UD a varios temas: el funcionamiento del sis­tema econó­mico de libre merca­do en la actualidad, con especial énfa­sis en el mercado laboral y los merca­dos finan­cieros; el sistema econó­mica de planificación cen­trali­zada; los problemas económi­cos de la so­ciedad capi­talista, en espe­cial de la infla­ción y del desem­pleo; las polí­ticas eco­nómi­cas y sus repercu­siones.
Debido al enunciado y a las limitaciones de tiempo nos centramos en una selección de temas de ­eco­no­mía del sistema capitalista: la organi­zación económica, el trabajo, los proble­mas de la inflación, el desempleo y la polí­tica mone­ta­ria.
Enfocamos este tema hacia estudiantes de 1º ciclo, por lo que no podemos hacer explica­ciones demasiado abstrusas, es­pe­cialmente sobre los con­cep­tos de inflación, desempleo y políti­ca monetaria, que se tra­tan aquí de un modo intro­ductorio y no exhaustivo.
Señalo que el enunciado del tema es limitado: parecería que sólo la po­líti­ca monetaria, y no la política eco­nó­mica, pueda abordar los pro­ble­mas de la in­flación y el desem­pleo. Esta es la tesis de los economistas neoliberales, pero muchos economistas no están de acuerdo.

1. ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y MUNDO DEL TRABAJO.
1.1. LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA.
La organización económica es esencial para que las socie­dades puedan sobrevivir materialmen­te, trenzando unas re­lacio­nes de producción e intercambio de bienes y servicios entre los individuos, familias, grupos sociales y comunidades. Su comple­jidad aumenta año tras año con la globalización de los merca­dos, la creciente división y especialización del trabajo, las innovaciones tecnológicas, la sofisticación financiera, etc.

FACTORES DE PRODUCCIÓN.
Recursos.
Los recursos naturales son la tierra (el campo, el solar en la fábrica), el agua, los minera­les y demás materias primas, la ener­gía...

Capital.
El capital es el conjunto de los otros elementos producti­vos: dinero, edificios, maquinaria, tecnología...

Trabajo.
Es el tiempo y el esfuerzo que las personas dedican a la producción.

EMPRESA.
La empresa es la unidad básica de producción, que organiza los factores productivos: recursos, capital y trabajo.
La empresa, por su titularidad, puede ser pública (capital público) o privada (capital particular). La empresa capita­lista se caracteriza por ser de propiedad privada.

EL SISTEMA CAPITALISTA.
La empresa está sujeta a los avatares del sis­tema de pro­ducción capi­talis­ta, con pe­riódicas crisis por su­perproducción al satu­rar el mercado y por la exce­siva compe­ten­cia en el sec­tor co­rres­pon­diente con lo que los precios ba­jan en exceso y se pier­de dine­ro, por lo que cie­rran y aumenta el paro y con ello aun se ven­de menos. Sólo las em­presas más com­pe­titivas pueden so­brevi­vir en las crisis eco­nó­micas, faci­li­tando la concentra­ción em­presa­rial y los monopo­lios y oligo­po­lios, más rentables al per­mitir las economías de escala hori­zontal y vertical.
Para crear la empresa hace falta mucho dine­ro, puesto que hay que pagar locales, materias primas, máqui­nas, salarios, impuestos. Hace falta capital; de ahí que el sistema se llame capitalista, y a los empresarios que invierten su di­nero, capi­talistas. El capitalista es el dueño de la fá­brica, de la ma­quinaria y de la producción. Para conseguir la finan­cia­ción del capital los empresarios tienen tres sistemas:
- Asociarse con otros empresarios y repartirse con ellos los beneficios.
- Acudir al crédito de los bancos, pa­gando dinero por el dinero concedido en préstamo.
- Crear una Socie­dad Anó­nima (SA), con el capital dis­tri­buido en acciones que dan dere­cho a una parte del patrimonio y de los beneficios. Estas ac­ciones son negocia­bles en el mer­cado mobi­liario de la Bolsa, sujeta a altibajos bursátiles según la coyuntura econó­mica ge­neral y de la empresa en parti­cular.

ECONOMÍA DE MERCADO.
El intercambio de bienes es una constante de las socieda­des con excedentes y se han desarro­llado instrumentos de cam­bio, signos de valor, para sustituir a los bienes mismos (que se pueden intercambiar por trueque): el dinero es el instrumen­to de cambio más idóneo. Pero el dinero se convierte también en un bien, para el que se crea su propio mercado: los mercados financie­ros y las instituciones que regulan el crédi­to, el aho­rro...
La economía capitalista o de economía de mercado, según la tesis clásica, está re­gi­da por la ley de oferta y demanda: ‹‹Un exceso de la demanda sobre la oferta produce una elevación de los precios, y un ex­ceso de la oferta sobre la demanda lleva a una disminución de los precios››. Así, hay una “mano invisible”, la del mercado, que regula de un modo óptimo la producción y el consumo, mediando el mecanismo de los precios.
Un principio esencial es que en las crisis financieras hay que sanear la banca, de sus pérdidas no declaradas, para que los bancos reactiven el crédito a la economía productiva.

1.2. MUNDO DEL TRABAJO.
LA ORGANIZACIÓN DEL TRABAJO.
Es esencial distinguir los conceptos de di­visión del tra­ba­jo, con reparto de funciones según criterios de sexo, edad o posición social, y especialización del trabajo, con reparto de funciones de acuer­do a la capacidad profesional o laboral.

EM­PRESARIOS: PATRONA­LES.
Los empresarios son la clase social que promueve las em­presas en un sistema de libertad de mercado, con mayor o menor control estatal. Se organizan en las patronales para la defensa de sus in­tereses colectivos.

TRABAJADORES: SINDICATOS.
Los trabajadores son la clase social que trabaja por cuen­ta ajena o por cuenta propia sin tener trabajadores a su car­go. Se organizan en sindicatos obreros para la defensa de sus in­te­reses colectivos, que promueven el acuerdo con los empresa­rios, mediante los convenios colectivos de sector o de empresa.

LEGISLACIÓN LABORAL: DERECHOS Y DEBERES.
La legislación laboral, promovida por el Estado, tiene un carácter tuitivo (de protección del sujeto más débil, el traba­jador). Regula con un carácter mínimo los salarios, las condi­ciones de trabajo, las medidas de higiene y seguridad, las jor­nadas de trabajo y las vacaciones, el retiro... a fin de evitar los abusos, pero deja en manos de empresarios y trabajadores la negociación de estos derechos y deberes por encima de los míni­mos. P.e. se obliga a no pagar por debajo del salario mínimo, pero es el convenio el que determina el salario si es superior.

CONFLICTOS SOCIALES.
Los conflictos sociales, generalmente en forma de huelga pacífica, pero que a veces adoptan formas más violentas, repre­sentan el “choque controlado” entre los intereses de empresa­rios y trabajadores, que con ellos intentan lograr mayores ven­tajas en el reparto de las plusvalías y en las condiciones de trabajo.

MERCADO DE TRABAJO: OFERTA Y DEMANDA.
En Occidente, el mercado de trabajo está limita­da por lo gene­ral al periodo de 16-65 años de las personas. En los últi­mos de­cenios se han producido grandes cambios: entrada de la mujer en el mundo laboral, paro juvenil y de trabajadores madu­ros, inmi­gración de trabajadores del Ter­cer Mundo...
El mercado de trabajo puede ser libre (es muy excepcio­nal en los países desa­rrollados pero mayoritario en el Tercer Mun­do), regulado (es el mayoritario en el mundo desarrollado, me­diante las leyes laborales) y dirigido (propio de los paí­ses socialistas, en realidad no es un mercado de trabajo).
Hay que diferenciar dos conceptos:
- La oferta de trabajo por parte de la po­blación en edad laboral.
- La demanda de trabajo por parte de las empresas.

Factores de la oferta y la demanda laboral.
Hay muchos factores que intervienen en la oferta y la de­man­da de trabajo. Vamos a estudiarlos más detenidamente, por su gran importancia en el desempleo:
- El coste sa­larial, que es diferente para la oferta -re­tribu­cio­nes- y para la demanda -retribuciones más cargas socia­les-, siendo muy desigual entre los países.
- Los convenios co­lectivos a nivel nacional o regional.
- La legislación labo­ral, que puede encarecer los despi­dos, lo que fuerza la perma­nencia de perso­nas mayores o im­pro­ducti­vas, en perjuicio de los jóvenes o los más capaces para traba­jar.
-El seguro del desempleo, pues cuanto más elevado sea el nivel de protección tanto más alto será el nivel de salario necesario para que una persona trabaje.
- El nivel de vida fami­liar e individual: muchas personas no necesitan trabajar si las condiciones no les interesan mu­cho. Por ejemplo, personas con patrimonio o rentas altos por herencia o un trabajo an­terior, personas casadas con un cónyuge que traba­ja o es rico, los depen­dientes de los padres mientras estudian hasta edades cada vez más altas, etc.
- Las cos­tumbres y los valo­res sociales: pueden rechazarse trabajos incómodos o desprestigiados, o incluso muy atractivos si exigen movilidad espacial (a otras ciudades o países).
- El efecto renta es cuando una familia tie­ne un nivel de ingresos que considera suficiente, por lo que preferirá tener más tiempo para el ocio y la educa­ción de los hijos, y no tra­ba­jar más.
- El efecto sus­titución es su contrario, y se da cuando se incrementan los in­gre­sos por hora traba­jada, lo que disminuye el interés por el ocio (se sustituye el ocio por más trabajo).
- Influencia de los impuestos. Se argumenta que cuando au­mentan los impuestos disminuye la oferta de trabajo, pues no vale la pena trabajar para el Estado.
- Productividad marginal del trabajo. A partir de un míni­mo de personal necesario para asegurar la producción, cada nue­vo trabajador aumentará la producción de la empresa en cantida­des decrecientes. Mientras el incremento de la rentabilidad de la producción sea superior al salario, la empresa tendrá inte­rés en aumentar la plantilla laboral. Se basa en la ley de ren­di­miento decreciente.
- Intensividad del capital. Si aumentan los salarios, la empresa tiene dos opciones: despedir empleados o aumentar la productividad mediante la inversión de capital en mejores sis­te­mas de producción, o sea la “intensividad del capital”.

2. LA INFLA­CIÓN, EL DESEMPLEO Y LA POLÍTICA MONETARIA.
2.1. LA INFLA­CIÓN.
CONCEPTOS.
Hay dos conceptos de inflación, el descriptivo y el de su naturaleza (sus causas).
Se describe la inflación como un cre­cimiento conti­nuo y sus­tan­cial del nivel general de precios de los bienes y servi­cios en una eco­nomía, que es medido mediante la evolución de un ín­dice de pre­cios.
Por sus causas es un au­mento del stock de dine­ro o de la renta monetaria.
Hiperinflación es una ex­plo­sión inflacionista, cuando na­die guarda dinero porque pierde su valor enseguida.
Deflac­tor es la relación de los precios con res­pecto a un ni­vel pre­vio de com­paración.

La deflación, en lo negativo, inhibe el consumo porque los consumidores esperan una bajada de previos aun mayor, reduce los márgenes empresariales y aumenta el desempleo, y aumenta el valor de la deuda (permanece ajena a la inflación o la deflación) en comparación con el resto de los bienes y servicios, lo que dificulta pagarla. La deflación, además, puede ocultarse tras aumentos de la inflación debidos a shocks internos (mayores impuestos y cargas sociales) o externos (importaciones más caras, por ejemplo alzas de precios del petróleo).

CAUSAS.
La inflación puede deberse a varias causas:
- Presión del Estado con impuestos y emisión de dine­ro.
- Ma­yor presión de la demanda interna.       
- Excesivo aumento de la fi­nanciación del con­sumo a los particu­lares.
- Au­mento de los már­ge­nes comerciales y de benefi­cios de las em­pre­sas, sobre todo en sec­tores prote­gidos.
- Sala­rios más ele­va­dos.
- Devaluación de la mo­neda, con lo que los productos ex­tran­jeros son más ca­ros.
- Elevación de los pre­cios interna­cio­nales de bie­nes de con­sumo, tecnolo­gía, ma­terias pri­mas y ener­gía, etc.

TEORÍAS Y CLASIFICACIÓN.
Los dos grandes tipos de inflación son la inflación de demanda y la de costes, aunque hay varios tipos más, que no trataremos aquí (estructural, reprimida/abierta, con paro, es­tanfla­ción). En realidad, la distinción corresponde a dos teo­rías.

Inflación de demanda.
Se cree que si la demanda agregada (consumo, inversión y resultado neto de la balanza comercial) supera la producción de bienes, no todo el mundo podrá obtener lo que quiere y ascende­rán los precios. La demanda será el factor determinante de la in­fla­ción. A partir de este consenso difieren los dos grupos de teó­ricos: monetaristas y keynesianos.
Los monetaristas explican el aumento de la demanda por un aumento en la cantidad de dinero (liquidez). Para solucionarlo bastaría limitar la liquidez.
Los keynesianos explican el aumento de la demanda por va­rios factores, pues el dinero puede atesorarse como activo (ahorro), lo que no implicaría siempre la inflación. Para solu­cionar la inflación, pues, habría que aumentar la producción.

Inflación de costes.
Se explica por un aumento en los costes: salariales, de energía, financieros, impuestos... Hay dos teorías: la del mark-up y la del “poder negociador”.
La tesis del mark-up (mer­cado abierto perfecto) supone dos enfoques respecto a la masa salarial: una “espiral precios-salarios” (cada uno provoca el au­mento posterior del otro) y una “espiral salarios-salarios” (los aumentos en un sector pro­vocan el aumento posterior en los otros). Pueden haber también las mismas espirales en los beneficios empresariales, por la com­pe­tencia entre empresarios para obtener más beneficios que el aumento de precios o que los otros empresarios.
La tesis del “poder nego­ciador” implica que los sujetos económicos (sindica­tos, empresas) con mayor poder negociador podrán aumentar su participación en la renta. Así, en una so­ciedad de pleno empleo los sindicatos podrían imponer grandes aumentos salariales, por lo que la lógica del sistema capita­lista es que haya un alto paro para así mantener bajos los sa­larios y contener la inflación (“el ejército de reserva”).

Una síntesis.
La diferencia entre inflación de demanda y de costes es obsoleta, pues no se puede diferenciar si es una u otra. Lo más apropiado es considerar la inflación como un proce­so único, dividido en varias fases en el tiempo: 1) Inflación de demanda. 2) Inflación de costes. 3) Inflación con estanca­miento. Cada fase de inflación se relaciona con una fase del ciclo económi­co: 1) Expansión. 2) Debilitamiento. 3) Estanca­miento.

EFECTOS.
La mayoría de los países occidentales parecen estar obse­sionados por el control de la inflación. Sus políticas eco­nómi­cas, los mercados bursátiles, las expectativas económicas, gi­ran alrededor de los datos de la inflación. ¿Por qué?
Resulta que son gravísimas las consecuencias de una eleva­da inflación y, sobre todo, que ésta sea más elevada que la del resto de los países del entorno económico y financiero. Tiene efectos sobre: La distribución de la renta y la rique­za. La asignación de los recursos productivos. La producción. El valor de la moneda.

La distribución de la renta y la rique­za.
La inflación soportada deteriora el poder adquis­itivo de las familias perju­dicando más intensamente a las de niveles de renta más baja, que dedican una proporción de renta mayor al consumo y especialmente a los que perciben rentas fijas con menor capaci­dad de defenderse del alza de precios (parados, pensionistas, pequeños rentistas).

La asignación de los recursos productivos.
Hay una transferencia de recursos hacia los sectores en los que los sujetos pueden producir bienes más aptos para au­mentar los pre­cios, en detrimento de los controlados (que son los más necesa­rios para mantener el bienestar). A largo plazo, la consecuen­cia es que disminuye la producción de los bienes tasados y au­menta su precio en el mercado negro. Otro efecto per­verso sobre los recursos productivos es la pér­dida de compe­titi­vidad frente a terceros países, debido a la diferencia de crecimiento de inflación entre los países. Por ejemplo, si los precios in­ternos crecen más deprisa en España que en el resto de los so­cios europeos, los productos españoles irán perdiendo compe­ti­tividad en los merca­dos europeos, mientras que los pro­ductos extranjeros se aba­ratan en los mercados españoles. Esta pérdida de competiti­vidad desembocará en un aumento del déficit de la balanza co­mercial, que habrá que financiar con capital extranjero.

La producción.
Si la inflación aumenta por encima de lo deseable, las autori­dades monetarias intentarán controlarla elevando el pre­cio del dinero (los tipos de interés), para cor­tar las expecta­tivas alcistas en los mercados de dinero. La tendencia al alza de los tipos de interés perjudica a la acti­vidad productiva, en especial a la inversión de las empresas, al encarecer la finan­ciación de ésta y de los stocks, lo que hace más difícil la ren­tabi­lidad de los proyectos, encareciendo simultá­neamente la finan­ciación pública, en un proceso cíclico.

El valor de la moneda.
Una inflación creciente y supe­rior a la del resto de los países influye en los mercados de cambio e impide la esta­bili­dad de la moneda. La teoría económi­ca ense­ña que las expec­tati­vas inflacionistas, al provocar ele­vaciones de los tipos de interés, presionan el tipo de cambio de la mo­neda al alza, in­fluyendo en un mayor deterioro de la competiti­vidad.

MEDICIÓN.
Hay tres formas de medición de la inflación.
- El deflactor del producto interior bruto. Mide todos los bienes y servicios.
- El índice de precios industriales. Cubre todos los pro­ductos industriales.
- El índice de precios al consumidor. Es el más próximo a la vida cotidiana del consumidor. Se establece una “cesta de la compra” tipo. Comprende todos los sectores en los que existe gasto familiar: alimentación, vestido, calzado, ocio, vivienda, educación, sanidad, etc.

REMEDIOS.
Hay varias políticas anti-inflacionistas. Des­taca la polí­tica de precios, por encima de la política moneta­ria y fiscal.

La política de precios.
La política de precios ha experi­mentado un fuerte desarro­llo a partir de los año 60 y hasta los 90, como ins­trumento esencial para el control de la inflación, y más aun porqué han fracasado relativamente las políticas de rentas para moderar las alzas salariales mediante acuerdos con los sindicatos. Los tres ins­trumentos principales son:
- Re­glamentación del mercado, regulando la com­pe­tencia y evitando la formación de monopolios.
- Instrumentos de intervención indi­recta: actuación sobre la oferta y la demanda, mediante compras o ventas de un bien.
- Ins­tru­men­tos de intervención directa: control de los precios de los servicios públicos (transporte, combustibles, electrici­dad, teléfono, agua, etc.), con tasas y subvenciones­. El control es ineficaz a largo plazo, pues provoca una infla­ción reprimida y distorsiona la producción.

2.2. EL DESEMPLEO.
CONCEPTO.
El desempleo (o paro) es la situación de ocio involun­ta­rio de la persona que busca ac­tivamente un empleo a los tipos de salarios actuales, pero no lo encuentra.
Hay co­lectivos que se mueven entre el em­pleo y el desem­pleo: los de­sanimados (que ya no lo buscan), los subempleados (no traba­jan la jornada com­ple­ta que desearían), los activos margi­nales (realizan trabajos esporádi­cos cada se­mana).

CAUSAS.
Hay múltiples causas: altos costes salariales, ineficacia del mer­cado de trabajo, mala coyuntura económica, grado de com­peten­cia o monopolio, protec­ción del seguro de desempleo, paro tec­nológi­co, falta de prepa­ración para los nuevos empleos, com­pe­titivi­dad de las empresas y de los países, apertura de los mer­cados mundiales, reequilibrio de la división mundial del trabajo, incorporación de la mujer al trabajo, retorno de emi­grantes, exceso de natalidad...

CLASIFICACIÓN.
El desempleo puede adoptar varios tipos, estrechamente relacionados con sus causas.
- Friccional. Cuando la demanda de trabajo no está ajus­tada a su oferta debido a que los empresa­rios desconocen que hay trabajadores disponibles.
- Estacional. Por las fluctuaciones es­tacionales de la de­man­da (en España el desempleo sube en invierno al disminuir la demanda de trabajo en el sector servicios). La solución ideal es tener más de un em­pleo para ase­gu­rar el empleo continuo.
- Estructural. Por los cambios en la estructura organiza­tiva, las técnicas de la industria y el sistema productivo o en la demanda de sus productos, lo que convierte en superfluos a algunos trabajadores.
- General. Por una caída general de la demanda de traba­jo, originada, por ejemplo, por una reducción de la cantidad global de gasto del sistema económico. Esta situación puede originarse en los desajustes estructurales de la economía o por el gobierno cuando éste quiere evitar dificultades a la moneda debido a que los costes altos han reducido las exporta­ciones.
- Cíclico. Se produce en la fase depresi­va de los ciclos económi­cos, sobre todo en los anteriores a la II Guerra Mun­dial. Keynes sostuvo que en estos periodos el gobierno debería sostener la demanda de trabajo manteniendo la oferta monetaria y el gasto por medio de unos tipos de interés bajos, reduccio­nes en los impuestos y la realización de obras públicas.
- Institucional. Surge por las trabas a la movilidad del mercado de tra­bajo que impone la política pública y privada.

TEORÍAS.
Se explican a continuación seis teorías: Clásicos. Keynesianos. Teoría de las expectativas. Teoría de la segmentación del mercado la­bo­ral. Teoría de los contratos implícitos. Rif­kin.

Clásicos.
El origen del paro está en el mercado labo­ral, por el de­sajuste del salario real respecto a la producti­vidad del traba­jo. El paro es la respuesta de las empresas al aumento excesivo de salarios, debido a la productividad margi­nal del trabajo. La solución es un sistema de salarios flexi­bles que permita su ajuste a la situación de la demanda. Tiene que haber movilidad funcional y geográfica.

Keynesianos.
El nivel de paro no depende del nivel de sa­larios, sino de la demanda. La solución es aumentar la deman­da de consumo para estimular la producción (lo que implica más demanda de traba­jo).

Teoría de las expectativas.
Las expectativas de la fu­tura inflación hacen aumentar los sa­larios, lo que reduce el empleo. Habrá un paro “natural”, un mínimo que no variará.

Teoría de la segmentación del mercado laboral.
Hay una segmentación del mercado laboral, dividido en gru­pos con capacidades y poderes distintos. Los más preparados (que hacen trabajos especiales en la empresa) serán mantenidos en las empresas en momentos de de­bilidad de la de­manda, porque se prevé un auge en el futuro y que el coste de instruir nuevo personal será mayor que el coste de mantener el personal.

Teoría de los contratos implícitos.
La teoría de los con­tratos im­plícitos supone que los tra­baja­dores prefieren estar desem­plea­dos tempo­ralmente antes que re­ducir sus salarios, gra­cias a los empleos temporales, las sus­pensio­nes temporales de empleo y el seguro de desempleo.

Rifkin.
Jeremy Rifkin, sociólogo, autor de The end of work, estu­dia las transformaciones sociales de la Revolución Comuni­cati­va, que transforma por completo la Revolución Indus­trial. Se produce una dismi­nución extraordinaria de la canti­dad disponi­ble de puestos de trabajo debido a las mejoras en la pro­ducti­vidad. No habrá jamás plena ocupación y esta será tem­po­ral o a tiempo parcial, con una dicotomía entre las profe­sio­nes de alta prepa­ración (y remuneración) y las de baja cua­li­fi­ca­ción profe­sional. Así pues, habrá una creciente di­vi­sión so­cial.
La nueva economía y las tecnologías de la información estarían destruyendo el empleo disponible, por cuanto reducirían su stock a repartir y Aprecarizarían@ el trabajo residual sobreviviente.

Cohen.
Daniel Cohen (Nuestros tiempos modernos, Tusquets. 2001) defiende que el trabajo no es un bien escaso, cuya finitud se agudice por el tratamiento tecnológico de la productividad, sino una relación social de intercambio entre trabajadores especializados heterogéneos. De ahí que el incremento de la productividad (por la nueva economía) libere fuerza de trabajo potencialmente asignable, mediante la reconversión de su capital humano a nuevos intercambios de servicios laborales.

EFECTOS.
El desempleo tiene graves efectos sobre la eco­nomía y la sociedad. Sobre la economía porque supone el desaprovechamiento de una parte importante de los elementos productivos, reduce el consumo y desincentiva la producción y la inversión. Sobre la sociedad porque crea malestar, marginación y desvertebración social, enfer­medades físicas y psíquicas, delincuencia, etc.

MEDICIÓN.
La medición es muy difícil y controvertida. Según los cri­terios, puede cambiar radicalmente la estadística de parados. La más fiable parece la Encuesta de Población Activa (EPA), que entiende como población activa toda la disponible y mide como parada la población que está disponible y busca em­pleo. El pa­ro no medido corresponde a los colectivos de desanimados, su­bem­pleados, activos marginales, temporeros...

REMEDIOS.
La doctrina económica se divide en dos grandes alternati­vas: neoliberales e intervencionistas. Comparten algunas de sus medidas, pero se distinguen porque los primeros niegan el papel del Estado y los segundos lo defienden. En la actualidad, los Gobiernos tienden a reunir las dos teorías en una síntesis: fomentar el mercado libre pero controlar sus injusticias.

Neoli­be­rales.
Son partidarios del no intervencionismo del Estado en la economía, a fin de que el mercado libre logre un crecimiento eco­nómico suficiente para redu­cir el desempleo.
Proponen medi­das de reducción del peso del Estado en la economía: liberalización económica, control del déficit público para bajar los tipos de interés y así potenciar el consumo y la inversión, privatizaciones, fo­mento de las PYME, abaratamiento del despi­do, re­duc­ción de las coti­za­ciones so­ciales, refor­ma disua­soria del segu­ro de desem­pleo, formación laboral, bajos salarios mí­nimos, aumento de la deman­da privada...           

Intervencionis­tas.
Son partidarios del intervencionismo del Estado en la eco­nomía, porque no creen que el mercado libre logre un crecimien­to eco­nómico suficiente para redu­cir el desempleo, sino, al contrario, consideran que la lógica del sistema capitalista tiende a aumentar el desempleo por la mayor productividad, etc. Proponen medi­das intervencionistas, que no necesariamente aumentan el peso del Estado en la eco­nomía, pero sí su control: fo­mento de las PYME, reparto del em­pleo, reduc­ción de la jor­nada laboral, re­ducción de las coti­zaciones so­ciales, formación laboral, aumento de la contratación por la administración esta­tal y local, subvenciones al empleo...

2.3. POLÍTICA MONETARIA.
CONCEPTO.
Es una rama de la política económica, basada en la inter­vención sobre la masa monetaria de la economía, mediante el control de la liquidez monetaria, el crédito y el tipo oficial de cam­bio.

OBJETIVOS.
El objetivo prioritario en el s. XIX era mantener estable la pari­dad de la moneda, pero en el s. XX ha quedado subordina­do a la idea de que la moneda ha de servir a la economía y no a la in­versa.
El principal problema de las autoridades monetarias en la ac­tuali­dad es asegurar la adecuada li­quidez general de la eco­no­mía: cuando hay excesiva liquidez se agudiza la tendencia al alza de pre­cios, a la baja de tipos de interés y se produce un exceso de inversión; por contra, cuando hay escasa liquidez se con­traen los precios, suben los tipos de interés y se para la in­versión.
Los objetivos concre­tos son:
- Nivel de producción real cercano al nivel de capacidad potencial (no existe paro ni capacidad productiva ociosa).
- Nivel de precios estable (ausencia de inflación).
- Crecimiento sostenido de la capacidad de producción.
- Eficiencia económica.
- Distribución aceptable de la renta.
- Equilibrio de la Balanza de Pagos.

ELECCIÓN DE LA POLÍTICA.
Las instituciones monetarias existentes en cada país y en especial la regulación del banco central (Banco de España, Bun­desbank de Alemania, etc.) determinan casi com­pletamente la acción del gobierno en este campo. Las autorida­des monetarias eligen los medios o instrumentos más adecuados para lograr aquellos objetivos, influyendo sobre la cantidad de dinero, el volumen de crédito bancario y los tipos de interés.

MEDIOS.
Los instrumentos que utiliza la política monetaria están direc­tamente relacionados con lo que debe ser su función. Los instrumentos monetarios y crediticios más importantes son:
- Los préstamos que concede o toma el Gobierno del exte­rior o de las unidades de consumo y empresas del interior.
- La variación de la tasa de redescuento y descuento. Constituye la medida tradicional utilizada para luchar contra los movimientos cíclicos de la economía: un alza en el tipo de descuento provo­ca una disminución del crédito. Su acción se comple­ta con la varia­ción del tipo de redescuento con la impo­sición oficial de tipos máximos y facilitando la garantía ofi­cial a ciertos préstamos.
- Las operaciones de mercado abierto. Su efectividad de­pende del monto de efectos negociables existentes en el mercado y del grado de coherencia con que actúan los organismos oficia­les. En los países anglosajones se ha convertido en el arma esencial de la política monetaria por la rapidez con que actúa y el margen de flexibilidad que permite. Supone la compra-venta de valores (deuda pública) para inyectar o retirar liquidez al mercado financiero.
- Control directo de la creación de créditos por parte de los bancos mediante la determinación de las reservas obligato­rias, las barreras cuantitativas sobre anticipos, aprobación o no de los préstamos individuales y por último todo tipo de re­comendaciones y persuasiones. El Gobierno dispone también de la posibilidad de un control directo sobre los préstamos concedi­dos a las empresas y autoridades locales, sobre las nuevas emi­siones de las sociedades privadas y sobre las ventas a plazos.
- La regulación del tipo de cambio de la moneda constitu­ye un instrumento especial muy poderoso, de efectos inmediatos sobre la economía nacional y que posee además un fuerte conte­nido emocional, por lo que su utilización es escasa. Además, una devaluación o una revaluación va siempre acompañada de una serie de medidas complementarias para contrarrestar los efectos perniciosos que pudiera provocar. Forma parte de la política monetaria decidir qué tipo de cambio (fijo o flotante, simple o múltiple) va a adoptar.         

OTRAS MEDIDAS DE POLÍTICA ECONÓMICA.       
Pero la política monetaria no sirve para acele­rar el cre­ci­miento eco­nómi­co a largo plazo. Esto corresponde a una polí­ti­ca económica que favorezca la estructura productiva y, sobre todo, a la misma sociedad.
Además, la política monetaria es por sí sola insuficiente para lograr los fines que se persi­guen y sus medidas han de ser com­pletadas con otro tipo de me­didas de política económica, que influyen en la inflación y el desempleo, como la política fis­cal (que actúa sobre las rentas mediante su redistribución) y la política de pre­cios (que actúa sobre la producción y el con­sumo). Las políticas monetaria y fiscal no son excluyentes, sino que se determinan mutuamente.

BIBLIOGRAFÍA.
Internet.

Blogs.

Economía 1. Mundo. La organización económica de la sociedad.*

[https://oikosaboix.blogspot.com/2024/03/economia-1-mundo-la-organizacion.html]

 

Libros.
AA.VV. Enciclopedia práctica de eco­nomía. Orbis. Barcelona. 1988. 20 vols.
Keynes, J.M.; et al. Crítica de la economía clásica. Ariel. Barcelona. 1969 (1964 inglés). 239 pp.
Mochón, F. Inflación y paro. Pirámide. Madrid. 1983. 136 pp.
Tamames, R. Fundamentos de Estructura Económica. Alianza. Madrid. 1989. 160 pp.

Análisis y opinión. Artículos en orden alfabético.

Otero, Miguel. Tulipanes digitales y el espectro de la inflación. “El País” (5-III-2021). El bitcoin y las otras criptomonedas son fomentadas por la desconfianza ante la inflación y en el poder político.

Sánchez, Álvaro. Así afectan o benefician las subidas de precios. “El País” (1-IV-2022). El impacto de la inflación en hogares, funcionarios y pensionistas, empresas y autónomos, por sus efectos en la deuda, las compraventas, los gastos, los ingresos, los beneficios…

PROGRAMACIÓN.
OP UD 66. ORGANIZACIÓN ECONÓMICA Y MUNDO DEL TRABAJO. LA INFLA­CIÓN, EL DESEMPLEO Y LA POLÍTICA MONETARIA.
UBICACIÓN Y SECUENCIACIÓN.
En ESO, 1º ciclo.
Eje temático: El mun­do actual.
Bloque 7. Economía y traba­jo en el mundo actual.
1. Recursos escasos y necesidad de elección, como cuestión central de toda actividad económica: producción, distribución y crecimiento.
2. División técnica del trabajo, interdependencia económi­ca e instrumentos de coordinación en las economías de mercado (mercado, dinero, empresas, Estado).
3. División técnica y social del trabajo y estructura so­cial: desigualdades y conflictos sociales; los sindicatos; de­rechos y deberes del trabajador; división y discriminación se­xual en el trabajo.
4. El desarrollo tecnológico y sus repercusiones en el mundo del trabajo.
RELACIÓN CON TEMAS TRANSVERSALES.
Relación con los temas de Edu­cación Moral y Cívica, Edu­cación para la Paz, Educa­ción Am­biental, Educación para la igualdad de sexos.
TEMPORALIZACIÓN.
Cuatro sesiones.
1ª Documental. Diálogo con evaluación previa. Exposición del profesor. Cuestiones.
2ª Exposición del profesor. Cuestiones.
3ª Exposición del profesor de repaso y refuerzo. Ac­tivida­des de comentario de textos, esquemas, gráficos.
4ª Exposición del profesor de repaso y refuerzo. Ac­tivida­des de comentario de textos, esquemas, debate y sínte­sis. Se debe preparar antes en grupo.
OBJETIVOS.
Apreciar que los recursos son escasos y la necesidad de elec­ción como cuestión cen­tral de toda actividad económica.
Sintetizar los conceptos básicos de la organización econó­mica y del mundo del trabajo.
Conocer la globalización de la economía mundial.
Relacionar la división técnica del trabajo y sus implica­ciones sociales: desigualdades y conflictos sociales; dis­cri­mi­nación se­xual en el trabajo.
Comprender el desarrollo tecnológico y sus repercusiones en el mundo del tra­bajo: paro, especialización profesional, formación permanente, salarios bajos, etc.
CONTENIDOS:
CONCEPTUALES.
A) Los conceptos de la UD: pro­ducción, distribución, consu­mo, capital, tecnología, materias, energía, comercio, mer­cado, em­presa, Bol­sa, deuda, cre­cimiento, patronal, sin­dica­to, mercado de tra­ba­jo, conflicto laboral, discriminación se­xual, infla­ción, em­pleo y de­sem­pleo, po­líticas económicas (de fo­men­to, fis­cal y mo­neta­ria); globalización de la economía mundial, di­vi­sión técnica del trabajo, desigualdades y conflictos socia­les; dis­cri­mi­nación se­xual en el trabajo; desarrollo tecnológi­co y sus consecuen­cias sociales: paro, especialización profe­sional, for­mación per­manen­te, salarios bajos, etc.
B) PROCEDIMENTALES.
Tratamiento de la información: realizar es­quemas concep­tua­les, analizar estadísticas y gráficos...
Explicación multicausal: en comentario de tex­tos.
Indagación e investigación: recogida y análisis de da­tos en enciclopedias, manuales, monografías, artículos...
C) ACTITUDINALES.
Rigor crítico y curiosidad científica.
Tolerancia y solidaridad.
Desarrollar capacidad de opinión propia.
Suscitar debate.
Incentivar razonamiento.
Perfilar diferencias entre valores humanos y materiales.
METODOLOGÍA.
Expositiva y participativa. Explicación teórica de conte­ni­dos, basados en manuales y textos. Parti­ci­pación en la crítica, análisis, debate... Es esencial que intervengan en la búsqueda y discusión de las medidas contra el desempleo.
MOTIVACIÓN.
Documental, con diálogo para evaluación inicial.
ACTIVIDADES:
A) CON EL GRAN GRUPO.
Explicación por profesor.
Mural de prensa del aula.
B) EN EQUIPOS DE TRABAJO.
Realización de esquemas gráficos sobre la UD.
Realización de un glosario.
Contestar cuestiones.
Collage-dossier de prensa del equipo, con un análisis de la actua­lidad económica durante la semana.
Comentarios de textos sobre reparto de trabajo, reducción de la jornada laboral, legislación laboral en España, tipos de contratos laborales, presupues­tos públi­cos...
Preparación y realización del debate en grupo sobre la política económica más adecuada para reducir el desempleo sin producir desequilibrios en inflación, deuda pública, etc. Se sacarán conclusiones y se redactará una síntesis.
C) INDIVIDUALES.
Realización de apuntes esquemáticos sobre la UD.
Participación en las actividades grupales.
Búsqueda individual de datos en la bibliografía, en debe­res fuera de clase y res­pon­der preguntas concretas sobre con­cep­tos en el cua­derno de trabajo.
Contestar cuestiones en cuaderno de trabajo, con diálogo previo en grupo.
RECURSOS.
Presentación digital.
Artículos de prensa. Libros de consulta.
Gráficos. Esta­dísticas.
Cuadernos de apuntes, esquemas...
Documental.
EVALUACIÓN.
Inicial: preguntas orales en la primera clase tras el do­cumental para conocer la formación previa e incentivar que se cuestionen el tema.
Continua: de actividades. De las preguntas bre­ves en cua­derno y glosario (con­cep­tos), de los esquemas conceptuales y los colla­ges (conceptos y procedi­mientos), del de­ba­te (con­cep­tos y ac­titu­des).
Exa­men final incluido en el de otras UD, con breves cues­tiones y un comentario de texto.
RECUPERACIÓN.
Entrevista personal con el alumno.
Realización de actividades de refuerzo: esquemas, comenta­rio de textos, dossier de prensa.    




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