domingo, 4 de noviembre de 2012

OP UD 17. La Península Ibérica: relieve, clima y vegetación. Diversidad regional de la España peninsular e insular.

OP UD 17. LA PENÍNSULA IBÉRICA: RELIEVE, CLIMA Y VEGETACIÓN. DIVERSIDAD REGIONAL DE LA ESPAÑA PENINSULAR E INSULAR.

INTRODUCCIÓN.

1. RELIEVE.
1.1. PRINCIPALES RASGOS DEL RELIEVE.
1.2. GÉNESIS DEL RELIEVE.
Precámbrico (4.600-542 millones años).
Era Primaria: Paleozoico (542-225 millones años).
Era Secundaria: Mesozoico (225-65 millones años).
Era Terciaria (65-2 millones años).
Era Cuaternaria (desde 2 millones años).
1.3. LAS GRANDES UNIDADES DEL RELIEVE.
LA MESETA Y EL SISTEMA CENTRAL.
La Meseta.
El Sistema Central.
Submeseta Norte.
Submeseta Sur.
RELIEVES PERIFÉRICOS DE LA MESETA.
Montes de León.
Cordillera Cantábrica.
Sistema Ibérico.
Sierra Morena.
RELIEVES EXTERIORES.
Macizo Galaico.
Montes Vascos.
Los Pirineos.
Cordilleras Catalanas.
Cordilleras Béticas.
DEPRESIONES.
Depresión del Ebro.
Depresión del Guadalquivir.
ISLAS BALEARES.
ISLAS CANARIAS.

2. CLIMA.
2.1. FACTORES DEL CLIMA.
LA CIRCULACIÓN GENERAL DEL AIRE.
Masas de aire.
Depresiones atlánticas.
Anticiclones subtropicales.
LA FORMA CONTINENTAL Y LA INFLUENCIA MARINA.
EL RELIEVE.
LA ALTURA.
2.2. CLASIFICACIÓN DE CLIMAS.
CLIMA TEMPLADO HÚMEDO (Cf).
CLIMA TEMPLADO MEDITERRÁNEO (Cs).
Mediterráneo marítimo o de invierno suave.
Mediterráneo continental o de invierno frío.
CLIMAS ESTEPARIOS Y DESÉRTICOS (BS y BW).
Subtipo costero.
Subtipo del interior.
Clima canario.

3. VEGETACIÓN.
REGIÓN EUROSIBERIANA.
Paisaje atlántico.
Paisaje submediterráneo.
REGIÓN MEDITERRÁNEA.
Encinar.
Maquia, garriga y estepa.
REGIÓN MACARONÉSICA: CANARIAS.
VEGETACIÓN DE ALTA MONTAÑA.
Montaña alpina.
Alta montaña mediterránea.
Alta montaña de transición.

4. DIVERSIDAD REGIONAL DE LA ESPAÑA INSULAR Y PENINSULAR.
4.1. UNA DIVISIÓN FÍSICA:
ESPAÑA ATLÁNTICA.
ESPAÑA MEDITERRÁNEA.
ISLAS CANARIAS.
4.2. UNA DIVISIÓN ECONÓMICO-SOCIAL: LOS DESEQUILIBRIOS INTERTERRITORIALES.
REGIONES CON CAPACIDAD DE CRECIMIENTO AUTOSOSTENIDO.
Madrid.
Eje del Ebro: La Rioja, Navarra y Aragón.
Eje del Mediterráneo: Cataluña, Baleares.
REGIONES DE DESARROLLO INTERMEDIO.
País Valenciano.
REGIONES INDUSTRIALES EN DECLIVE: LA CORNISA CANTÁBRICA.
País Vasco.
Cantabria.
Asturias.
REGIONES ATRASADAS.
Andalucía.
Extremadura.
Castilla-La Mancha.
Castilla y León.
Galicia.
Murcia.
Canarias.
Ceuta y Melilla.
SITUACIÓN EN LA ACTUALIDAD.

INTRODUCCIÓN.
En este tema vamos a abordar dos grandes bloques: la Geografía Física de España, centrándonos en su clima, vegetación y relieve, y la Geografía Regional, atendiendo a los puntos anteriores y a la sociedad y la economía. En cuanto a la hidrografía no haremos un apartado especial, pero sí haremos unas breves referencias a los ríos en el relieve.

Un resumen.
España ocupa un territorio de 504.750 km², sobre la Península ibérica (492.463) y los archipiélagos balear (5.014) y canario (7.273).
Ha sido considerado un país de encrucijada entre Europa y África, entre el Atlántico y el Mediterráneo. Pero aunque la separan de Europa los Pirineos y de África el estrecho de Gi­braltar, lo cierto es que son obstáculos fáciles de superar, como lo demuestra la historia.
Sobresale en Europa por su situación periférica en un extremo, continentalidad dominante, costas rectilíneas y por ser un mosaico de piezas geográficas, lo que ha determinado la particular trayectoria histórica de las actuales regiones españolas. La influencia del mar es escasa (pese a la longitud de las costas estas son demasiado rectilíneas), lo que diferencia la Iberia interior (extensa, elevada y continental) y la Iberia periférica (marítima y accesible).
Su geomorfología es la de un país alpino y su bioclima dominante es subtropical-mediterráneo, con dos grandes zonas: húmeda y seca.

1. RELIEVE.
1.1. PRINCIPALES RASGOS DEL RELIEVE.
- La forma maciza, escasamente recortada del contorno costero.
- La altitud media elevada (660 m), sólo superada en Europa por Suiza, debido a la elevada Meseta.
- La disposición periférica del relieve, con un cinturón de sierras periféricas.

1.2. GÉNESIS DEL RELIEVE.
Precámbrico (4.600-542 millones de años).
Las primeras formas del relieve se formaron en el Precámbrico (4.700-570 millones de años), sobre todo durante la orogénesis charniana. El viejo macizo precámbrico, plegado y arrasado por la erosión, fue cubierto posteriormente por los mares paleozoicos. De aquél quedan algunos restos dentro del Macizo Galaico, el Sistema Central, y otros lugares menores (p.e. Menorca).

Era Primaria: Paleozoico (542-225 millones años).
La Era Primaria o Paleozoico se data en 570 y 225 millones de años. Se formó la Meseta Central, con materiales de pizarras, calizas y otras rocas metamórficas y plutonianas.
Las tierras emergidas estaban concentradas en un único e inmenso continente, Pangea, que comenzó a quebrarse a finales de la Era Primaria. La Península era parte del continente Euroasiático (o Paleuropa), que soportaba la presión del continente de Gondwana (África, América del Sur) hacia el norte.
Después de la orogénesis caledoniana, llegó la orogénesis herciniana, en el periodo Pérmico, al final de la era Primaria (hace unos 270 millones de años), provocada por la definitiva separación de Pangea. Se formó una gran cordillera que iba desde el norte de África hasta Hercinia (en Alemania), engrosando los relieves precámbricos y cámbricos, rejuveneciéndolos. De esta cordillera subsisten en Europa los Vosgos, las Ardenas, el Macizo Central francés, y en España el Macizo Galaico y la Meseta Central. Entre África y Europa se formó el gran mar de Tethis.
La Península ibérica emergió entonces en su mitad noroccidental, siguiendo una línea que correría aproximadamente entre Huelva y Barcelona, formándose el zócalo de la Meseta Central, llamado Hespérico. La Península estaba unida entonces a la costa francesa (Galicia estaba pegada a Bretaña) con una inclinación del eje Galicia-Cataluña en dirección NS. Su espalda tocaba la cordillera de los Apalaches en Norteamérica, aún no separada.

Era Secundaria: Mesozoico (225-65 millones años).
La Era Secundaria o Mesozoico (225-65 millones de años) fue una larga etapa de erosión de los relieves hercinianos del macizo Hespérico, hasta crear una gran penillanura, y de sedimentación en las cuencas del mar de Tethis, progresivamente ampliado, cuyas regresiones y transgresiones colmataron con estratos sedimentarios mesozoicos las depresiones que rodeaban el Macizo Hespérico (el único conjunto no inundado por el mar), sobre todo en las zonas pirenaica y bética, mientras que en la zona del sistema ibérico se acumulaban depó­sitos de origen marino.

Era Terciaria (65-2 millones años).
En la Era Terciaria (65-2 millones de años), que forma parte del Cenozoico (que aún dura), la Península como es hoy en día fue configurada por el movimiento tectónico alpino-himalayo en el Terciario inicial o Paleogeno (65-25 millones de años).
Su origen fue la completa separación de los continentes actuales y la presión hacia el norte de los pertenecientes al antiguo continente de Gondwana, registrándose dos formidables efectos:
- El plegamiento, por presión, de los inmensos y flexibles sedimentos secundarios y terciarios del mar de Tethis, hasta formar grandes cordilleras.
- La fractura de los rígidos macizos antiguos, rejuveneciendo el relieve al crear horsts elevados y cubetas hundidas, junto a la formación de grandes depresiones en los puntos de contacto entre los macizos y las cordilleras alpinas, pues algunos de los bloques se hundieron a lo largo de las líneas de contacto (las depresiones del Ebro y del Guadalquivir).
El plegamiento alpino será el más importante de la historia geológica de la Peninsula, más que el herciniano, pues de él resultaron:
- Las cordilleras de los Pirineos y las Béticas.
- Las fosas sedimentarias del Ebro y del Guadalquivir.
- El rejuvenecimiento, por plegamiento y fracturación, de los bordes del macizo meseteño, con la formación de las cordilleras Cantábrica e Ibérica y de la Sierra Morena.
- La desnivelación, mediante fallas, del Macizo Galaico.
- El levantamiento, a modo de horsts, de los bloques montañosos del Sistema Central y los Montes de Toledo.
- La inclinación tardía hacia el Atlántico de la actual Meseta (más afectada por el plegamiento alpino en el Este) lo que definió la hidrografía actual.
Una larga etapa en el Neogeno, al final del Terciario (25-2 millones de años), supuso la denudación y sedimentación de los relieves alpinos anteriores, pero con menor intensidad que en la era Secundaria (debido al menor tiempo geológico transcurrido).

Era Cuaternaria (desde 2 millones años).
En la Era Cuaternaria (desde hace 2 millones de años) se produjeron fenómenos de glaciación, con efectos erosivos que han afectado profundamente a la Península. Glaciares, morrenas, lagos, la hidrografía y muchas de las formas del relieve actual corresponden a los efectos de las sucesivas glaciaciones.

1.3. LAS GRANDES UNIDADES DEL RELIEVE.


Mapa del relieve de España.





Mapas de los suelos de España (hay diferencias pequeñas entre ambos, aparte de las Canarias).


LA MESETA Y EL SISTEMA CENTRAL.
La Meseta.
La Meseta es un inmenso zócalo del Paleozoico arrasado en el Mesozoico, con una altura media de 660 m, atravesado por el Sistema Central, que la divide en dos submesetas, septentrional y meridional.
La Meseta forma un conjunto de terrenos llanos y elevados de rocas muy antiguas entre las que abunda el granito, gneises, cuarcitas y pizarras metamórficas.
Ha sufrido deformaciones, sobre todo la herciniana, en la que fue erosionada formándose una penillanura con inclinación hacia el Este, después basculada al Oeste por la presión alpina, produciéndose abombamientos y resquebrajaduras, creándose dovelas elevadas y depresiones intermedias rellenadas con materiales modernos (mesozoicos y cenozoicos), por lo que en determinados lugares las rocas antiguas están recubiertas por otras sedimentarias que se han depositado sobre las anteriores en épocas más recientes. La roca sedimentaria más abundante es la arcilla, que da lugar a amplias superficies cultivables.
En la parte oeste de la Meseta, donde aparecen las rocas antiguas, los ríos forman barrancos profundos muy adecuados para la construcción de embalses. La clara inclinación hacia el Atlántico hace que los ríos corran hacia este, lo que obliga a los ríos Duero, Tajo y Guadiana a seguir un largo curso desde su nacimiento, más cerca del Mediterráneo, hasta su desembocadura en el Atlántico.
La Meseta ocupa gran parte de Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura y en ella dominan los paisajes de amplios horizontes y vastas superficies monótonas ocupadas por trigales, olivares, viñedos y barbechos.

El Sistema Central.
Forma un importante conjunto montañoso con una anchura de hasta 50 km. Esta montañas atraviesan la Meseta de este a oeste y la dividen en dos partes: la submeseta norte, drenada por el Duero, y la submeseta sur, drenada por el Tajo y Guadiana.
Está compuesto de rocas muy antiguas (granitos y otras rocas paleozoicas) y por su estructura no es una cordillera sino un complejo conjunto de varias rupturas ocasionadas por el plegamiento alpino, con alineaciones paralelas de horsts (bloques elevados) y fosas (blo­ques hundidos). Entre ellas pasa el Puerto de Navacerrada, que comunica el norte y el sur.
Las cumbres están arrasadas por la erosión. Hubo una fuerte acción glaciar en el Cuaternario.
Se distinguen cinco sierras, de este a oeste: Somosierra, Guadarrama, Gredos, Gata y La Estrella (en Portugal). La cima más alta es el pico Almanzor (2.592 m).

Submeseta Norte.
La Submeseta Norte tiene una altura media de 700-850 m. La ocupa la antiplanicie del Duero y forma una inmensa llanura en la que aparecen páramos en la parte alta. El río Duero y sus afluentes (Esla, Pisuerga, Tormes, Adaja) cruzan la Submeseta Norte formando y regando algunas vegas, como la Tierra de Campos.

Submeseta Sur.
La Submeseta Sur tiene una altura media de 600-750 m. (inferior a la del Norte), por lo que representa una falla o escalón que ocupa el Sistema Central. Está formada por dos antiplanicies separadas por los Montes de Toledo y las sierras de Guadalupe y San Pedro (estas en Extremadura): la antiplanicie del Tajo y la del Guadiana. En la Submeseta Sur encontramos llanuras extensas como la de La Mancha y la penillanura extremeña.     
Montes de Toledo. Situadoe entre La Mancha y la penillanura extremeña, son de escasa altitud (1.200-1.400 m), que disminuye de Oeste (Guadalupe, Montánchez, San Pedro) a Este. Es de tipo apalechense por su erosión diferencial reciente, que ha arrasado los materiales pizarrosos y respetado las cuarcitas, que han quedado como crestones sobre los valles pizarrosos.
Campo de Calatrava. Entre los Montes de Toledo y Sierra Morena, es una zona montañosa elevada sobre la llanura de la Mancha. Está formada por un abombamiento del zócalo en dirección N-S. La presión alpina provocó fracturas, con fenómenos volcánicos.
Penillanura extremeña. Es una superficie muy amplia y nivelada, con pequeños relieves residuales (crestones de cuarcita, macizos graníticos) como montes-isla. En la Tierra de Barros hay derrubios finos (arcillas, arenas).

RELIEVES PERIFÉRICOS DE LA MESETA.
La Meseta aparece limitada y aislada del resto de la Península por una serie de relieves montañosos que la rodean.

Montes de León.
Las sierras de Tràs-os-Montes en Portugal y los Montes de León limitan la Meseta por el NO. Estos relieves forman un conjunto complejo y desordenado de montañas en las que abunda la pizarra.
Los Montes de León no son muy elevados, pero su anchura y la falta de valles transversales dificultan extraordinariamente las comunicaciones entre Galicia, Asturias y la Meseta, causando aislamiento entre Galicia y el resto de España. En cambio, el enlace natural de Galicia con Portugal explica en gran parte sus continuadas relaciones y su afinidad lingüística.

Cordillera Cantábrica.
Es el borde septentrional de la Meseta, desde Asturias hasta el País Vasco, formando una barrera montañosa que limita la Meseta por el Norte y la aísla del mar.
En esta cordillera hay dos sectores bien diferenciados, oeste y este, separados por los Picos de Europa (el pico más alto es Torre de Cerredo, 2.648 m).
La zona oeste (sector asturiano). Es el sector más elevado, formado en el Paleozoico por rocas antiguas falladas, plegadas y levantadas del Carbonífero, unas pizarras que contienen carbón mineral. Este carbón se extrae en las minas de Asturias y la provincia de León. Estos terrenos, a lo largo de las eras geológicas, han sufrido fracturas y plegamientos, lo que explica que las vetas de carbón tengan una distribución fracturada e irregular, lo cual dificulta su extracción y la mecanización de las minas. Estos relieves montañosos dificultan las comunicaciones de la Meseta con Asturias, por lo que gran parte del tráfico debe circular por el Puerto de Pajares.
La zona este (sector cántabro). Es baja y está formada por relieves sedimentarios plegados entre los que abunda la caliza. Son relieves abruptos, pero más bajos que en la zona occidental, y discontinuos. En las calizas se encuentran muchas cuevas, y en algunas (p.e. Altamira), se han hallado importantes pinturas rupestres. Por esta zona más baja Castilla se comunicó al mar.

Sistema Ibérico.


La cordillera ibérica rodea la Meseta por el noreste y este, en unos 380 km de longitud en la dirección NO-SE.
El sector del tercio noroccidental es el más elevado, con las sierras de Demanda, Urbión y Moncayo (Moncayo, 2.313 m).
El sector medio divide la cordillera en dos ramales al llegar junto al río Jiloca: la primera alineación limita al sur a la Depresión del Ebro y llega hasta el Mediterráneo, con las sierras de Gúdar y Javalambre; la segunda alineación bordea la Meseta, con la sierra de Albarracín y la Serranía de Cuenca. Entre ambas alineaciones se abre la zona hundida o fosa tectónica de Calatayud-Teruel.
En la cordillera dominan los relieves plegados, calcáreos y muy erosionados, entre los que asoman las rocas paleozoicas en el NO.
Es una cordillera muy alta y amplia por lo que aísla el litoral mediterráneo del interior y dificulta las comunicaciones. Las sierras de este sistema montañoso afectan profundamente las provincias de Soria, Teruel y Cuenca, montañosas y pobres de recursos. Por el centro de la cordillera discurre la divisoria de aguas más importante de la Península ya que en ella nacen los ríos Duero, Tajo, Turia y Júcar.

Sierra Morena.
Es la continuación del zócalo de la Meseta en el sur, formando su límite meridional y se extiende desde la frontera portuguesa de Huelva hasta el suroeste de Albacete. Su borde sur lo constituye la Depresión del Guadalquivir.
Está formada por materiales muy antiguos: granitos, pizarras, rocas metamórficas... en general muy semejantes a los del Sistema Central.
Las montañas no son elevadas, con una media de 1.000 m, culminando en la Sierra Madrona (Bañuela, 1.323 m), pero resulta muy difícil transitar por ellas debido a que no hay valles transversales que las atraviesen. El paso más importante que comunica la Submeseta Sur y Andalucía es el de Despañaperros. La importancia estratégica de este paso explica que en su proximidad tuvieran lugar batallas tan decisivas como la de Las Navas de Tolosa o la de Bailén.
En Sierra Morena se encuentran numerosas minas. Los yacimientos de mercurio de Almadén, de cobre de Riotinto, los de carbón de Peñarroya y los de plomo de Linares son buenos ejemplos. Algunas de estas minas y otras, hoy agotadas, se conocen desde la Antigüedad y han atraído importantes poblaciones para su explotación.

RELIEVES EXTERIORES.
Macizo Galaico.
Situado en el NO de la Península, ocupa gran parte de Galicia. Es un abombamiento del ángulo noroccidental de la Meseta, con muchas fallas en dirección N-S.
Está formado por un zócalo de rocas antiguas, semejante al de la Meseta, intensa­mente erosionadas por la glaciación cuaternaria. La fracturación produjo muchos horsts y cubetas. Los bloques elevados forman viejos relieves o elevadas mesetas con algunas cumbres de rocas más resistentes. Destaca el bloque elevado de Cabeza de Manzaneda (1.778 m), contra fosas tectónicas (Bierzo, Monforte).
La proximidad del litoral y el desnivel existente entre las altas mesetas y el mar da a los ríos una enorme fuerza erosiva que talla en el granito valles profundos y gargantas, muy adecuadas para establecer embalses para la producción de energía eléctrica, sobre todo en el río Miño y su afluente el Sil.

Montes Vascos.
Es un conjunto de montañas poco altas que enlazan la Cordillera Cantábrica con los Pirineos. Predominan las rocas secundarias, sobre todo calcáreas, muy erosionadas que ofrecen un paisaje típico de simas, dolinas y cavernas. Destacan el pico Aitzgorri (1.544 m) y Peña Gorbea (1.480 m).

Los Pirineos.
Esta cordillera se extiende de este a oeste a lo largo de 430 km entre los cabos de Creus y de Higuer, formando una alta muralla accesible por algunos pasos como por ejemplo los de Perthus, Canfranc o Roncesvalles.
Es un paisaje típicamente alpino, en cuya estructura se distinguen varias zonas:
A) Axial, de este a oeste, dividida en tres partes: central, occidental y oriental.
- La parte central es la más compacta, elevada e impenetrable, constituida por materiales paleozoicos fallados y posteriormente levantados (montañas) o hundidos (depresión de la Cerdaña). Es notoria la erosión glaciar, de la que restan circos, lagos y valles en artesa (con fondo llano y pendientes muy pronunciadas). En el Pico de Aneto (3.404 m) está el mayor glaciar de circo de España. Otra cima es el Monte Perdido.
- Las partes occidental y oriental descienden progresivamente y acaban formando relieves suaves tanto en la costa cantábrica como en la mediterránea.
B) Prepirineo, al norte y al sur de los Pirineos. Son bandas de montañas paralelas que descienden gradualmente a modo de escalones hasta el valle del Ebro y la llanura de Aquitania en Francia. Predominan los materiales calcáreos plegados, que forman sierras ásperas de tonos claros y escasa vegetación, cortadas por profundos barrancos. Sólo en las zonas donde abundan las margas los ríos abren valles amplios y fértiles, gracias a los abundantes caudales y a los sedimentos aportados desde los cursos superiores.

Cordilleras Catalanas.
Son dos alineaciones montañosas que se extienden paralelas a la costa, en dirección noreste-sudoeste y cierran la Depresión del Ebro al litoral mediterráneo. La Cordillera Prelitoral tiene las sierras de Montseny y Montserrat. La Cordillera Litoral tiene relieves secundarios (Garraf, Montsià), que caen al mar. Sus altitudes no superan los 2.000 millones y están formadas por materiales muy diversos, en parte paleozoicos, rejuvenecidos por el movimiento alpino. Entre las dos cordilleras hay una estrecha depresión de gran importancia humana (Sabadell, Terrasa...) y económica. Están atravesadas por algunos valles fluviales (Ter, Llobregat).

Cordilleras Béticas.


Las Cordilleras Béticas forman un conjunto montañoso extremadamente complejo y de interpretación muy discutida. Son las cordilleras más jóvenes de la Península. Se distinguen dos unidades: la Cordillera Penibética al Sur (la más alta) y la Subbética al Norte, separadas por una depresión longitudinal llamada “surco intrabético”. Se extienden desde Gibraltar hasta el cabo de la Nao (la Subbética) y el cabo de Palos (la Penibética).
- Cordillera Penibética. Son abundantes los materiales antiguos (paleozoicos). En ella se sitúa la sierra más elevada de la Península, con los picos del Mulhacén (3.478 m) y el Veleta (3.392 m).
- Surco intrabético. Comprende una serie de depresiones u hoyas como las de Baza, Guadix, Granada, Antequera... con una intensa explotación agrícola y centros urbanos y comerciales muy importantes en el conjunto andaluz.
- Cordillera Subbética. Forma un arco externo de materiales secundarios plegados, entre los que dominan las margas y las calizas. El conjunto más importante está situado cerca de la cabecera del Guadalquivir donde las sierras de Cazorla, Segura y La Sagra forman un núcleo de dispersión de aguas que da nacimiento al Guadalquivir y al Segura. Otras sierras se extienden hasta el Mediterráneo y llegan al cabo de la Nao, desde donde parece que se prolongan bajo el mar hasta formar parte del relieve de las Baleares, concretamente en Mallorca e Ibiza.

DEPRESIONES.
La orogénesis alpina, al fallar los materiales paleozoicos, provocó la fracturación en bloques, con el hundimiento de algunos de estos. Destacan las depresiones o fosas prealpinas del Ebro y del Guadalquivir. De menor importancia geológica son las depresiones castellanas: amplias llanuras interiores que se extienden por la submeseta meridional (Tajo) y septentrional (Duero), también de orogenia alpina, como las anteriores.
Los materiales de estas depresiones son en su mayor parte arcillas, margas, areniscas y otras rocas sedimentarias. Los ríos, al pasar por las depresiones se hunden en estos materiales blandos y forman valles amplios que separan cerros poco extensos de vertientes suaves. Se forman paisajes tabulares si algún estrato duro protege los materiales blandos inferiores. En las zonas más bajas las aguas tienen dificultades para salir y se forman marismas y lagunas.

Depresión del Ebro.


Forma un triángulo entre los Pirineos al norte, la Cordillera Ibérica al suroeste y las Cordilleras Catalanas al este. Esta situación geográfica cerrada en el interior explica la continentalidad del clima y la escasez de precipitaciones.
La recorre el único gran río de la vertiente mediterránea, el Ebro, que con todos sus afluentes (Arga, Aragón, Gállego, Cinca y Segre desde el norte, Jalón y Guadalope desde el sur) forma una amplia red hidrográfica.
Los suelos de los valles del Ebro y sus afluentes son muy fértiles, con un amplio uso agrícola. En cambio, en las zonas situadas entre estos valles la presencia de costras salinas, generalmente de yesos, configura unos terrenos áridos. Abundan las formas raras, como los tormos y las formas diapíricas.



Comarca árida de los Monegros en Zaragoza, con las zonas bajas (de color más blancuzco), cultivadas con trigo y cebada.

La Depresión del Ebro hace millones de años era un mar cerrado que, al evaporarse y desaparecer, dio lugar a la formación de yacimientos salinos, como son los de Suria y Cardona (sal gema, carnalita) y Navarra (potasas).

Depresión del Guadalquivir.
Forma un triángulo limitado por Sierra Morena y las Cordilleras Béticas que se abre progresivamente a la influencia del Océano Atlántico por un frente marítimo extenso de unos 300 millones de largo. En esta parte baja se encuentran materiales de origen marítimo costero, que dan unos suelos limosos muy fértiles.
La recorre el río Guadalquivir, que discurre pegado a la Sierra Morena y es la única llanura española de fácil penetración, no sólo desde la costa sino también a través de las altas montañas que la rodean, gracias a los valles transversales.

ISLAS BALEARES.
Su relieve se caracteriza por la diversidad. Mallorca e Ibiza tienen una estructura semejante a la Cordillera Bética, resultado del levantamiento alpino.
Mallorca tiene tres conjuntos morfoestructurales: la sierra del Tramuntana (al noreste, con las máximas alturas, Puig Major, 1.443 m), la llanura central y la sierra de Levante (al este, con Son Morell, 561 m).
Ibiza tiene la altura de Talaiassa (475 m).
Menorca es semejante a la Cordillera Costera Catalana, con un sector al norte de materiales antiguos paleozoicos y bajas alturas, muy erosionadas.


ISLAS CANARIAS.
Son siete grandes islas, formadas con grandes relieves volcánicos, lo que les da una naturaleza geológica completamente distinta a la peninsular. Surgieron desde el Mioceno al rasgarse el fondo marino durante el levantamiento alpino. La erosión costera y del escaso suelo es intensa.
Lanzarote y Fuerteventura son islas llanas pero las demás son muy montañosas. En Tenerife destaca el volcán del Teide (3.715 m), la mayor altura de España. En Gran Canaria destaca el Pico de las Nieves. La Palma, Hierro y La Gomera tienen alturas muy inferiores.

2. CLIMA.
2.1. FACTORES DEL CLIMA.
Los factores del clima de España son la circulación general de las masas de aire, la forma continental de la Península y la proximidad marítima, el relieve y su altura.

LA CIRCULACIÓN GENERAL DEL AIRE.
Por su situación España es afectada tanto por las depresiones atlánticas como por los anticlones subtropicales, debido al balanceamiento estacional de las zonas de presión y de vientos. La causa es que España se encuentra más cerca del Ecuador que del Polo Norte (entre 36 y 43º de latitud N.), en la frontera del frente polar, donde chocan las masas del aire polar frío y del aire tropical caliente. Estas masas no se mezclan, sino que originan borrascas con un frente cálido (sur) y uno frío (norte), que se mueven generalmente en el sentido O-E debido al empuje de la corriente del jet stream en altitud, alternándose con anticiclones.

Masas de aire.
Sobre España influyen dos tipos de masas de aire, según su procedencia:
Las masas de aire tropical: a) marítimo (cálido y húmedo, estable por proceder del anticiclón de las Azores), b) continental (más cálido y seco, procedente del Sahara). Se originan en latitudes subtropicales, entre 30 y 35º de latitud, al S de España.
Las masas de aire polar: a) ártico marítimo (fresco, húmedo, inestable, atraviesa el Atlántico), b) continental (frío, seco, estable en invierno e inestable en verano, atraviesa Europa). Se originan más al N de España.

Depresiones atlánticas.
Por la fachada atlántica entran las borrascas y los vientos del O, que dominan en el N y NO todo el año y afectan al resto en primavera, otoño y parte del invierno.
La corriente del jet stream, que corre de O a E, lleva las borrascas, masas de aire húmedo marítimo, nubosas, de temperaturas suaves por la influencia del océano, que generalmente (sobre todo en verano) pasan al N de España, pero que en sus ramales más meridionales pueden llegar de dos formas, en dirección zonal (O-E) con borrascas débiles, poco intensas en lluvias, o en dirección meridiana (N-S) con borrascas más fuertes y lluviosas, que pueden estrangularse (“gotas frías”) y producir lluvias torrenciales en la fachada mediterránea, donde se forman con frecuencia pequeñas y activas borrascas o depresiones baromé­tricas.

Anticiclones subtropicales.
En verano el aire subtropical continental procedente del Sahara, cálido y seco, se desplaza al N, desplaza el frente polar, domina el Mediterráneo y afecta a la Península, y, aunque sin llegar al N de ésta, determina los mínimos de pluviosidad en verano.
Los anticiclones son masas de aire descendente, desecante, que se recalientan en contacto con la tierra, originando veranos cálidos y secos, pues el aire caliente no se condensa y el cielo carece de nubes, favoreciendo la insolación.

LA FORMA CONTINENTAL Y LA INFLUENCIA MARINA.
Debido a la anchura de la Península y la disposición del relieve, el interior actúa como un pequeño continente, enfriándose en invierno y calentándose en verano, produciendo en ambos casos un anticiclón local, muy estable, que favorece la sequedad.
Por contra, la influencia marina del Atlántico y del Mediterráneo determina que en las costas haya una mayor humedad y temperaturas más moderadas y benignas.

EL RELIEVE.
El accidentad relieve español influye en el clima, pues obliga al aire a ascender por la ladera de barlovento y descender por la de sotavento. Al ascender el aire se enfría, lo que produce nubes y lluvias; al descender se calienta, lo que ocasiona sequedad (es el efecto Foëhn). En España los vientos del sur explican las altas temperaturas del Cantábrico en vera­no, así como que las vertientes del N y NO tengan bosques y las del S y SE cultivos.

LA ALTURA.
El descenso de la T con la altura tiene un efecto notable en el clima local y en la vegetación, sensible al gradiente térmico (una media de 0,6ºC menos cada 100 m de altura). En España no hay realmente un clima de alta montaña, aunque sí puede hablarse de microclimas de alta montaña, muy localizados en los puntos más altos.

2.2. CLASIFICACIÓN DE CLIMAS.
Todo esto configura un predominio del clima subtropical-mediterráneo, manifiesto en el suelo, paisaje, ríos, vegetación natural, mas su diversificada orografía la convierte en un mosaico de paisajes, como si se tratara de un pequeño continente. Hay muchas denominaciones para los climas, y hemos escogido la de Köppen, que nos permite una comparación mundial.
Según la clasificación de Köppen la mayor parte de España está incluida en los climas templados (C). El Norte se caracteriza por las precipitaciones todo el año (Cf) y el resto del país por el verano seco o mediterráneo (Cs). Algunas zonas tienen climas secos (B).


CLIMA TEMPLADO HÚMEDO (Cf).
El clima templado húmedo, también llamado oceánico, propio de las costas europeas, se extiende en España a las regiones costeras septentrionales del Atlántico y Cantábrico y a sus cadenas montañosas: Pirineos, Cordillera Cantábrica, Macizo Galaico.
Es la Iberia húmeda, con precipitaciones regulares y suaves, de más de 800 mm hasta 1.000-1.200, con un máximo invernal y un mínimo estival (pero sin mes seco). Hay una gran variabilidad del tiempo por las borrascas, con elevada nubosidad y baja insolación. En las cadenas montañosas las precipitaciones están en 2.000-3.000 mm, de menos a más de O a E, con las mayores en el País Vasco.
Las temperaturas son suaves todo el año, con máximo estival de 22ºC (si son superiores es clima Cfa) y mínimo invernal en enero con 8ºC, con una oscilación suave de 9-12º.

CLIMA TEMPLADO MEDITERRÁNEO (Cs).
Es la Iberia seca, por su acusada sequía estival. Hay dos subtipos:

Mediterráneo marítimo o de invierno suave.
En las costas mediterráneas y Baleares. T media de enero superior a 6º. T anual media superior a 15º. Mediana oscilación térmica anual.
Precipitaciones irregulares y escasas, 400-600 mm, con máximo en otoño y primavera (por la entrada de las borrascas atlánticas), y un mínimo muy acusado en verano. Las lluvias son mucho menores en el S. Generalmente son torrenciales, con ocasionales gotas frías.

Mediterráneo continental o de invierno frío.
Se da en el interior de la Península, hasta la Cordillera Cantábrica y los Montes de León. T media de enero inferior a 6º. T anual media superior a 15º. Fuerte oscilación térmica, de 19-21º, con riguroso frío invernal.
Precipitaciones más regulares, pero escasas, 300-650 mm, de origen atlántico, en primavera y otoño; en invierno en forma de nieve.

CLIMAS ESTEPARIOS Y DESÉRTICOS (BS y BW).
Presentes en áreas muy reducidas del interior y sudeste. Hay dos subtipos: costero y del interior. También se añade el clima canario.

Subtipo costero.
Desde Alicante a Granada (desierto de Almería), con precipitaciones muy bajas (las menores de España), menos de 350 mm, con más de nueve meses secos. Lluvias torrenciales (gota fría). Invierno templado con 12º en enero y largo verano con 26º en agosto.

Subtipo del interior.
En el E de Zamora y en parte de La Mancha y de Zaragoza (desierto de Los Monegros), con T media anual menor de 18º y precipitaciones entre 230 y 320 mm.

Clima canario.
El clima canario es muy seco, debido a su latitud (la misma del Sahara), pero dulcificado por la acción del océano Atlántico. La temperatura es primaveral casi todo el año, en enero de 18º y en verano de 25º.
La corriente fría de Canarias baja las temperaturas respecto a la latitud, aunque tam­bién aumenta la sequedad y crea una enorme riqueza pesquera.
Está influido por el anticiclón de las Azores (alisio del nordeste, muy seco) en el verano, con alteraciones en invierno. Las precipitaciones llegan sólo al barlovento del alisio (250 mm), concentrándose a partir de los 500 millones de altitud, mientras que las tierras bajas son esteparias.

3. VEGETACIÓN.
España es uno de los países más ricos de Europa en variedad de vegetación, gracias a su gran extensión, orografía accidentada y variedad de climas. Hay unas 10.000 especies, muchas endémicas (sobre todo en Canarias).
Los bosques se han recuperado notablemente entre 1970 y 2010, pasando de 12 millones de hectáreas a 18, con un notable descenso de los incendios, ya que en 2010 fueron un 63% menores que la media del decenio anterior, y una ostensible mejora de la salud individual, pues el 85% de los árboles presenta buena salud [Ministerio de Medio Ambiente. Inventario de daños forestales].
Se distinguen cuatro regiones biogeográficas: eurosiberiana (húmeda), mediterránea, macaronésica (Canarias) y de alta montaña.

REGIÓN EUROSIBERIANA.
Al Norte del país, desde Galicia al Mediterráneo, en un clima de abundantes precipitaciones todo el año y suaves temperaturas.
Tiene una gran riqueza floral, con un gran predominio de árboles caducifolios (altos árboles de hoja caduca, que cae en el invierno para no perder humedad y crea suelos ricos en humus, en materia orgánica) y prados (que surgen en primavera y decaen pronto al renovar los árboles sus hojas y sombrear el suelo). Hay dos paisajes (o “provincias” de vegetación):

Paisaje atlántico.
Con un bosque caducifolio de roble o haya. Hay también alisos, sauces, castaños, fresnos, tilos y olmos. La sobreexplotación maderera y ganadera, los incendios y la repo­blación forestal han promovido bosques de coníferas (pinos y eucaliptus), que no crean suelos fértiles. La degradación del bosque da lugar a las landas de matorrales (helechos, tojos, brezos).

Paisaje submediterráneo.
Con algunas especies mediterráneas. Se extiende por el S del Pirineo, parte de la Cordillera Ibérica y montañas andaluzas, en una transición hacia la región mediterránea. Predomina el roble y el quejigo, con coníferas.

REGIÓN MEDITERRÁNEA.
Es la región más extensa, determinada por el clima con sequía estival. Hay dos tipos de paisajes:

Encinar.
Es el bosque mediterráneo de hoja perenne, formado por encinas y alcornoques, con un rico sotobosque de matorrales (brezos, tojos, lentisco). La encina se extiende por todas las regiones, excepto por Canarias y escasea en Galicia; es el árbol dominante en España, con mucha diferencia sobre el segundo, el pino carrasco, pues el primero ocupa en exclusiva casi tres millones de hectáreas y el segundo algo menos de dos millones. El alcornoque ocupa una superficie muy inferior.
Donde hay frío aparece el quejigo. Las encinas son sustituidas progresivamente por el pino, debido a que el encinar se degrada fácilmente y se regenera con dificultad (se formó en épocas más húmedas que la actual). Padece muchos incendios y la presión humana sobre las tierras más ricas. En las riberas fluviales hay olmos y álamos.

Maquia, garriga y estepa.
Se produce por degradación progresiva del encinar anterior, en las zonas más áridas (4 meses de sequía), en las que ha desaparecido el bosque de encinas. Es una vegetación xerófila de arbustos y matorrales.
La maquia se da en suelos silíceos (granito) y es casi impenetrable por su altura y espesor, con arbustos como brezos, jaras y madroños.
La garriga se da en suelos calcáreos, margosos o de terra rossa (arcilla), con arbustos y matorrales densos y de poca altura, con mucha coscoja; se degrada poco, pero padece los incendios del pastoreo.
 La estepa se da en suelos pobres, con arbustos xerófilos espinosos y bajos, bastante escasos (palmito, espárrago, tomillo).

REGIÓN MACARONÉSICA: CANARIAS.
En las islas Canarias, con numerosos endemismos gracias a la insularidad (siete islas) y la diversificación en pisos (es la región con mayor altura media).
Tiene cuatro pisos:
1) Basal. De 0 a 500 m. Es una zona costera de vegetación arbustiva xerófila: cardón y tabaibas.
Hay un piso de transición al siguiente, con sabinas, palmeras y dragos, que son especies carnosas y leñosas adaptadas al calor y la sequedad que producen los vientos alisios del NE.
2) Monteverde. De 500 a 1.200 m. Es la “laurisilva”, un bosque montano húmedo, subtropical, con brezos y laureles, gracias a la buena temperatura y la humedad.
3) Pinar. De 1.200 a 2.000 m. Es un bosque montano seco de pinos canarios (las repoblaciones han introducido coníferas no autóctonas), por la menor humedad y el mayor frío.
4) Retamar, en la alta montaña canaria, a más de 2.000 m, con leguminosas y muchos endemismos: retamas, violetas... Las condiciones de sequedad y frío son rigurosas.

VEGETACIÓN DE ALTA MONTAÑA.
El clima de alta montaña, con bajas temperaturas y precipitaciones de nieve, y variación en altura, produce muchos tipos de vegetación, tantos como sistemas montañosos, con una disposición variable en pisos (todos tienen la secuencia de un nivel forestal, uno supraforestal de matorrales y uno superior de prados). Los tipos más comunes son:

Montaña alpina.       
Ejemplo en los Pirineos, con tres pi­sos:
1) Subalpino, 1.200-2.400 m, con humedad. Bosques de coníferas (abeto y pino negro).
2) Alpino, 2.400-3.000 m, con nieve más de 6 meses. Prados de periodo vegetativo corto.
3) Nival, más de 3.000 m, con nieve casi todo el año. Escasa vegetación.

Alta montaña mediterránea.
Ejemplo en Sierra Nevada, con un verano seco, por lo que hay encinas, quejigos y robles en las zonas húmedas.
A partir de 2.000 millones el piso supraforestal tiene vegetación almohadillada y espinosa, con grandes zonas desnudas (en parte por el pastoreo).

Alta montaña de transición.
La mayoría de las montañas están entre los tipos anteriores, con variaciones según el clima.
Montañas de transición hacia el Atlántico. Cantábricas, con abundantes precipitaciones. Un piso de bosque de hayas, un piso supraforestal de matorrales y un piso superior de prados.
Montañas de transición hacia el Mediterráneo. Sistema Ibérico, Sistema Central, con verano de sequía. Se pasa del piso de caducifolios o pinos al supraforestal de matorrales. Piso superior de prados.

4. DIVERSIDAD REGIONAL DE LA ESPAÑA INSULAR Y PENINSULAR.
4.1. UNA DIVISIÓN FÍSICA:
Un primer criterio de división es el físico, correspondiente a una división regional según el relieve, clima, vegetación e hidrografía.

ESPAÑA ATLÁNTICA.
Correspondería a País Vasco, Navarra, La Rioja, Cantabria, Asturias, Galicia, Castilla y León, Madrid, Extremadura y parte de Castilla-La Mancha. Se volcaría sobre el Atlántico, con la mayor parte de la Iberia húmeda y de la Meseta.

ESPAÑA MEDITERRÁNEA.
Correspondería a Baleares, Cataluña, Aragón, País Valenciano, Murcia, Andalucía y parte de Castilla-La Mancha. Se volcaría sobre el Mediterráneo, compartiendo parte de la España seca.

ISLAS CANARIAS.
Sería unirregional, ceñida sólo a las Islas Canarias, aisladas en la costa de África en una latitud muy al sur del resto de España.

4.2. UNA DIVISIÓN ECONÓMICO-SOCIAL: LOS DESEQUILIBRIOS INTERTERRITORIALES.
Las CCAA más ricas de España, con nivel superior al índice 100, son Baleares (la más alta con 142), La Rioja, Cataluña, Madrid, Navarra y Aragón, sobre el 100 están País Vasco y Ceuta y Melilla. Entre el 90 y el 100 están el resto, menos Andalucía y Extremadura, que están ligeramente sobre el 80. Pero la renta per cápita o familiar no son los únicos criterios de bienestar, pues también cuentan los índices de paro, el desarrollo social, las transferencias, el nivel de los transportes, la estructura sectorial de la economía...
Por su evolución en los últimos años, y aun teniendo en cuenta que los ritmos cambian de unas a otras regiones y dentro de cada región (hay núcleos urbanos y comarcas con fuerte crecimiento dentro de regiones en declive) se pueden distinguir dos grupos: 1) En progreso, 2) En estancamiento.
Al primer grupo corresponden las regiones de los ejes Mediterráneo y del Ebro, más Madrid y Canarias. Al segundo grupo pertenecen los del interior (menos Madrid) y la cornisa cantábrica, más Andalucía, Ceuta y Melilla. El impacto de la entrada en la UE está alterando rápidamente la situación relativa de las regiones, por lo que la clasificación que sigue debe ser revisada constantemente. 
En 2012 la situación se recoge en el artículo de Mars, Amanda. La crisis se ceba en las comunidades que más han recortado su déficit. “El País” (22-III-2013) 24. Incorpora un mapa elaborado por el diario y basado en fuentes del INE.



REGIONES CON CAPACIDAD DE CRECIMIENTO AUTOSOSTENIDO.
Son las más consolidadas como ejes o núcleos dinámicos de desarrollo.

Madrid.
Es el centro geométrico del país, con las ventajas de la capitalidad y del sistema radial de transportes y comunicaciones. Hay una estabilización frente al anterior crecimiento continuado. El sector primario no tiene importancia. El sector secundario se ha especializado en alta tecnología y en la construcción. El sector terciario se basa en los servicios financieros y a las empresas, junto al funcionariado. Las infraestructuras están todavía demasiado aisladas de las grandes redes europeas.

Eje del Ebro: La Rioja, Navarra y Aragón.
Está bien comunicado, como encrucijada entre el eje mediterráneo, Madrid y el País Vasco. Se distinguen dos zonas:
Valle medio del Ebro.
La más extensa, linda con los Pirineos y el Sistema Ibérico. Tiene una población escasa y concentrada, con poco peso económico pero elevado bienestar económico. La agricultura se ha especializado. Hay un proceso de modernización en industria y servicios.
Eje del Ebro.
Hay una vertebración geográfica y urbana junto al curso del río, con infraestructuras adecuadas, con núcleos funcionalmente vinculados y una especialización productiva con gran potencial de crecimiento (General Motors). El gran núcleo urbano es Zaragoza, activo centro industrial.

Eje del Mediterráneo: Cataluña, Baleares.
Cataluña.
Tiene una economía muy equilibrada entre sus sectores, con potente agricultura, una industria muy exportadora y buenos servicios. Las infraestructuras son de nivel europeo. Su empresariado es muy sólido y eficaz.

Baleares.
Es la región española más rica por habitante, gracias al monocultivo del sector turístico, que fomenta los servicios y la construcción. Las grandes empresas hoteleras (sobre todo mallorquinas) se están convirtiendo en importantes multinacionales del turismo. Tiene escaso paro, aunque estacional.

REGIONES DE DESARROLLO INTERMEDIO.
País Valenciano.
Gracias a su excelente posición en el eje mediterráneo se beneficia de ventajas en infraestructuras. Está aumentando su riqueza gracias a la agricultura modernizada y volcada en la exportación, la industria (Ford) y los servicios (turismo). Mientras la costa se desarrolla, el interior esta atrasándose.

Murcia.
Se beneficia de la misma localización que el País Valenciano. Tiene un pujante sector de servicios, con gran actividad agrícola de regadío. Disminuye la construcción. Aumenta el turismo.

Canarias.
Es una economía centrada en los servicios, sobre todo el comercio marítimo en su puerto franco, con gran dependencia exterior para su producción de plátanos, tomates, pesca. El turismo está progresando fuertemente en los últimos años, lo que ha permitido a la región adelantar a otras, aunque la perjudica su distancia respecto a Europa. Subsisten grandes diferencias sociales.

REGIONES INDUSTRIALES EN DECLIVE: LA CORNISA CANTÁBRICA.
Males comunes en la zona son la falta de infraestructuras, el excesivo peso de sectores industriales obsoletos (minería del carbón, siderurgia, construcción naval), el retraso tecnológico, la escasez de suelo industrial, la débil estructura comercial y de servicios, la mala infraestructura de transportes, el poco espíritu cooperativo (la excepción es la cooperativa Mondragón), el deterioro ambiental.

País Vasco.
Tras un largo proceso de crisis industrial, sobre todo en la pesada y pública, la reconversión industrial está posibilitando la salida de la crisis, con multitud de pequeñas empresas competitivas, aunque el paro juvenil ha sido alto.

Cantabria.
Padece una grave situación de crisis, sobre todo en agricultura y ganadería láctea, mientras que la industria es obsoleta. Apenas está surgiendo un sector turístico.

Asturias.
La situación de crisis es aun más grave, sobre todo en agricul­tura, ganadería láctea, minería del carbón e industria pesada. No hay alternativas viables a medio plazo. El paro es muy alto. Depende de las transferencias centrales para las empresas públicas deficitarias (HUNOSA).

REGIONES ATRASADAS.
Andalucía.
Tiene grandes desequilibrios geográficos y sectoriales. Tiene un gran potencial de futuro, gracias a la mejora de las infraestructuras, la agricultura del valle del Guadalquivir, el turismo, los activos centros industriales de Sevilla y Cádiz. Hay una clara desigualdad espacial: la costa y los núcleos industriales son parte del eje dinámico del Mediterráneo mientras que el interior agrario está mucho más atrasado.

Extremadura.
Es una región secularmente deprimida. Disminuye el sector agrario, la industria no despega y sólo aumentan un poco la construcción y los servicios. El sector energético es pujante.

Castilla-La Mancha.
Tiene graves problemas estructurales debido a su bajo nivel de partida, aunque se han mejorado las infraestructuras y estabilizado el sector primario.

Castilla y León.
Es la región más extensa de Europa, en pleno proceso de reestructuración agraria (muy dependiente de las subvenciones comunitarias). La recesión industrial es acusada, excepto en el núcleo de Valladolid.

Galicia.
Tiene empresas destacadas en la industria textil, alimentaria y automovilística. La pesca está en crisis. El sector energético es pujante. Las infraestructuras han mejorado, pero aun está muy aislada de España y Europa. El turismo es una de las actividades en expansión.

Ceuta y Melilla.
Son dos de los espacios más pobres de la UE, con graves deficiencias en su estructura económica, dependientes del comercio con Marruecos en sus puertos francos, de la ayuda española y de las guarniciones militares.

SITUACIÓN EN LA ACTUALIDAD (1997-2011).
En 1997, el crecimiento del PIB español alcanzó una tasa de 3,86%. Hubo una clara diversidad, advertible en que la que más creció fue Andalucia (4,79%) y la que menos Asturias (2,68%). La división en grupos es:
1) Las de alto crecimiento, por encima de la media, por este orden (en 1996): Andalucía (4,79%), Baleares (4,70%), Extremadura (4,53%), País Vasco (4,22%), Canarias (4,12%).
2) En la media: Murcia (3,92%), Cataluña (3,88%), Navarra (3,81%), Aragón (3,75%), Comunidad Valenciana (3,72%), Madrid (3,67%). Como vemos, se articula una clarísima línea, que corre desde el País Vasco, Aragón al eje Mediterráneo, desde Cataluña a Andalucía, más las islas Baleares y Canarias, y el núcleo de Madrid.
3) Estancamiento por debajo de la media: Castilla-La Mancha (3,59%), La Rioja (3,51%), Cantabria (3,43), Galicia (3,37%).
4) Fuerte retraso: Ceuta (2,82%), Melilla (2,76%), Castilla y León (2,73%), Asturias (2,68%).
El sector primario, muy irregular en sus cosechas, ha permitido que Andalucía y Extremadura mejorasen su posición en 1997, pero en otros años, al faltar este impulso, su crecimiento ha sido mucho más moderado.
El crecimiento del sector industrial explica la mayor parte del aumento de las regiones más industriales: el País Vasco (7% de aumento industrial), Cataluña, Madrid, Navarra, Aragón.
El sector terciario es el que más crece en PIB y empleo, y explica el mayor desarrollo de los archipiélagos y las regiones mediterráneas.
La población sigue concentrándose en los archipiélagos y en las comunidades mediterráneas. La excepción es Cataluña, que pierde habitantes. En el centro, en regresión, la excepción es Castilla-La Mancha, que tiende a aumentar su población.
En cuanto a la tasa de actividad las regiones más próximas a los niveles europeos (más del 65% de su población entre 16 y 64 años con empleo) son: Cataluña, Baleares, La Rioja, Aragón, Madrid y la Comunidad Valenciana. Con una tasa de actividad por debajo del 60% se sitúan Ceuta, País Vasco, Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía y Asturias.
Respecto al paro, que en febrero de 1997 afectaba a 2.262.721 personas, un 14,11 de la población activa (en 2011 llega a superar el 20%), había ese año diferencias regionales bastante acusadas, con tres grupos (que en general se mantienen años después):
1) Bastante por debajo de la media nacional (<12%): Cataluña (10,25%), Baleares (10,69%), La Rioja (10,73%), Navarra (11,59%) y Aragón (11,78%).
2) Por debajo de la media estaba otro grupo, con Murcia (12,75%), Madrid (13,03%), Castilla y León (13,54%), y el País Vasco estaba justo en la media (14,14%).
3) Por encima de la media estaban el País Valenciano (14,42%), Cantabria (15,39%), Castilla La Mancha (16,01%), Galicia (16,15%), Andalucía (16,8%), Extremadura (16,99%), Canarias (17,63%), Asturias (18,82%).



Gráfico comparativo de la renta per cápita de las CCAA en 2012.




Mapa comparativo del PIB per cápita de las CCAA en 2012.
Fuente: Mars, Amanda. La crisis se ceba en las comunidades que más han recortado su déficit. “El País” (22-III-2013) 24.

BIBLIOGRAFÍA.
Documentales.
Competitividad, crecimiento y capitalización de las regiones españolas. Documental IVIE 2012. 3,10 minutos. Los desequilibrios regionales en España.

Libros.
AA.VV. Atlas de España. El País-Aguilar. Madrid. 1993. vol. II (Geografía Regional). 300 pp.
Albentosa Sánchez, Luis. El Clima y las Aguas. España. Síntesis. Madrid. 1988. 240 pp.
Alonso Fernández, Julián. La nueva situación regional. España. Síntesis. Madrid. 1988. 166 pp.
Bielza, V. Territorio y sociedad en España. v. I. Geografía Física. 441 pp. vol. II. Geo­grafía Humana. 414 pp. Taurus. Madrid. 1989.
Córdoba Ordóñez, Juan; García Alvarado, José Mª. Geografía de la Pobreza y la Desigualdad. España. Síntesis. Madrid. 1990. 255 pp.
Díaz Alvárez, José R. Geografía del Turismo. España. Síntesis. Madrid. 1988. 152 pp.
Estebánez Alvárez, José. Las Ciudades. Morfología y estructura. España. Síntesis. Madrid. 1988. 192 pp.
Floristán Samanes, Alfredo. España, País de Contrastes Geográficos Naturales. Síntesis. Madrid. 1988. 153 pp.
Méndez, Ricardo; Molinero, Fernando (coords.). Geografía de España. Ariel. Barcelona. 1993. 759 pp.
Méndez Gutiérrez del Valle, R. Las Actividades Industriales. España. Síntesis. Madrid. 1988. 143 pp.
Molina Ibáñez, Mercedes; Chicharro Fermández, Elena. Fuentes de Energía y Materias Primas. España. Síntesis. Madrid. 1988. 136 pp.
Piñeiro Peleteiro, Rosario. Comercio y transporte. España. Síntesis. Madrid. 1988. 140 pp.
Precedo Ledo, Andrés. La Red Urbana. España. Síntesis. Madrid. 1988. 157 pp.
Rubio Recio, J. Manuel. Biogeografía. Paisajes Vegetales y Vida Animal. España. Síntesis. Madrid. 1988. 169 pp.
Sáenz Lorite, Manuel. Geografía Agraria. Introducción a los Paisajes Rurales. España. Síntesis. Madrid. 1988. 157 pp.
Tamames, R. Estructura Económica de España. Alianza. Madrid. 1990. 772 pp.
Terán, Manuel de; Solé Sabaris, L. y otros. Geografía general de España. Ariel. Barcelona. 1978. vol. I. 549 pp.
Terán, M. de; Solé Sabaris, L. y otros. Geografía regional de España. Ariel. Barcelona. 1978. vol. II. 491 pp.
Vilá Valentí, J. Geografía de España. Danae. barcelona. 1972. 2 vols. 392 y 469 pp.

Artículos.
Coello Brufau, Joaquim. La ineficiencia radial. “El País” (17-V-2011) 33.
Rico, Javier. Presumamos de bosques. “El País” Tierra (16-IV-2011) 2-3.
Mars, Amanda. La crisis se ceba en las comunidades que más han recortado su déficit. “El País” (22-III-2013) 24.
Mars, Amanda. Crece la brecha entre el norte y el sur. “El País” Negocios 1.430 (31-III-2013) 4-6. Un estudio sobre las desigualdades regionales en España, que se incrementan debido a la crisis económica.
Espasa, Antoni; Sánchez, Santiago. Un impacto muy disperso. “El País” Negocios 1.430 (31-III-2013) 6. La crisis impacta de modo muy diverso en las distintas comunidades autónomas.

PROGRAMACIÓN.
LA PENÍNSULA IBÉRICA: RELIEVE, CLIMA Y VEGETACIÓN. DIVERSIDAD REGIONAL DE LA ESPAÑA PENINSULAR E INSULAR.
UBICACIÓN Y SECUENCIACIÓN.
En ESO, 2º ciclo. Eje 1. Sociedad y territorio.
Bloque 1: Medio ambiente y conocimiento geográfico.
Núcleo 2: El medio ambiente y su conservación. La diversidad y riqueza de paisajes en España.
También en la materia de Geografía (opcional de Ciencias Sociales de 2º de Bachillerato), en la que el apartado 2 se refiere a 2. España: unidad y diversidad del medio geográfico, con un contenido de:
Factores de la unidad y de la diversidad. Regiones y paisajes diferentes de la Península e islas: contrastes físicos y sociales.
La ordenación territorial: las Comunidades Autónomas. Procesos históricos de organización del espacio.
En la misma materia, el apartado 5 se refiere a Población, sistema urbano y ordenación del territorio, con un contenido de: ‹‹(...) Las disparidades regionales. Ordenación y desequilibrios territoriales.››
RELACIÓN CON TEMAS TRANSVERSALES.
Relación con los temas de la Educación Ambiental y de Educación Moral y Cívica.
TEMPORALIZACIÓN.
Ocho sesiones de una hora.
1ª Documental. Diálogo, que sirva como evaluación previa. Exposición del profesor sobre aspectos generales físicos y relieve.
2ª Sobre relieve: Exposición del profesor. Cuestiones.
3ª Sobre clima y vegetación: Exposición del profesor. Cuestiones.
4ª Exposición del profesor, de refuerzo y repaso; esquemas, mapas, gráficos y comentarios de textos.
5ª Sobre diversidad regional: Exposición del profesor. Cuestiones.
6ª Sobre diversidad regional: Exposición del profesor. Cuestiones.
7ª Exposición del profesor, de refuerzo y repaso; esquemas, mapas, gráficos y comentarios de textos.
8ª Comentarios de textos; debate y síntesis.
OBJETIVOS.
Situar espacialmente la Península Ibérica, las islas y las regiones.
Resumir la evolución geomorfológica.
Caracterizar las principales unidades del relieve.
Conocer los principales climas.
Relacionar los climas, el relieve, la hidrografía y la vegetación.
Sintetizar los principales medios naturales en España.
Relacionar los factores físicos con la diferenciación regional.
Analizar las causas sociales y económicas de la diferenciación regional.
CONTENIDOS.
A) CONCEPTUALES.
- Principales medios naturales en España, como resultado de las interacciones entre clima, relieve, aguas y vegetación.
- Los paisajes geográficos como resultado de la interacción entre el medio y los seres humanos. El papel modificador de estos. Los problemas de degradación del medio y medidas correctoras. La diversidad y riqueza de paisajes en España.
Conceptos geológicos: las eras geológicas y su subdivisión; movimientos orogénicos, epirogénicos e isostáticos.
B) PROCEDIMENTALES.
Tratamiento de la información: realización de esquemas del tema; mapas, gráficos, climogramas, estadísticas de geografía humana y económica, etc.
Explicación multicausal: análisis de las diferencias regionales por sus causas.
Indagación e investigación: recogida y análisis de datos en enciclopedias, manuales, monografías, artículos...
C) ACTITUDINALES.
Rigor crítico y curiosidad científica.
Tolerancia y solidaridad.
METODOLOGÍA.
Metodología expositiva y participativa activa.
MOTIVACIÓN.
Documental seguido de diálogo, que sirva como evaluación previa del nivel de los alumnos y sus ideas sobre la diferenciación regional en España.
ACTIVIDADES.
A) CON EL GRAN GRUPO.
Exposición significativa por el profesor del tema.
B) EN EQUIPOS DE TRABAJO.
Desarrollo de mapas y gráficos de geografía física, humana y económica de España.
Realización de esquemas sobre los apartados del tema.
Realización de un dossier de prensa sobre el desequilibrio regional en España y comentarios de textos sobre las diferencias regionales, finalizando con un debate sobre las causas y soluciones de estos problemas.
C) INDIVIDUALES.
Realización de apuntes esquemáticos sobre la UD.
Participación en las actividades grupales.
Búsqueda individual de datos en la bibliografía, en deberes fuera de clase.
Contestar cuestiones en cuaderno de trabajo, con diálogo previo en grupo.
RECURSOS.
Presentación digital (o transparencias y diapositivas), mapas.
Libros de texto, manuales.
Fotocopias de textos para comentarios.
Cuadernos de apuntes, esquemas...
Documental.
EVALUACIÓN.
Evaluación continua. Se hará especial hincapié en que se comprenda la gran división de España en las zonas atlántica y mediterránea, los caracteres propios de las Islas Baleares, la relación entre los factores físicos y la vida social y económica, y las diferencias del desarrollo de las regiones españolas y sus causas.
Examen incluido en el de otras UD, con breves cuestiones y un comentario de texto.
RECUPERACIÓN.
Entrevista con los alumnos con inadecuado progreso.
Realización de actividades de refuerzo: esquemas, comentario de textos...
Examen de recuperación (junto a las otras UD).

APÉNDICE. COMENTARIO DE TEXTOS.
Coello Brufau, Joaquim. La ineficiencia radial. “El País” (17-V-2011) 33. Coello es ingeniero.
‹‹En la discusión de la Ley General de Ferrocarriles aprobada en 1855, el general O'Donnell manifestó: “En cuanto a las líneas que pueden establecerse en España... no comprendo... que se pueda adoptar otro medio que el de unir por medio de radios la circunferencia con el centro...”.
En la presentación en septiembre de 1997 de la política de infraestructuras de transporte, el ministro de Fomento, Rafael Arias-Salgado, declaró que esta tenía el objetivo “del fortalecimiento del centro peninsular”, ya que “creo que en los últimos 30 años el país se ha ido desequilibrando hacia el Mediterráneo, y esto, que no tiene a corto plazo una importancia decisiva, puede llegar a tener una importancia política estable”.
En abril de 2000 manifestó el presidente Aznar en relación con la extensión de la red del AVE que el objetivo era “una red ferroviaria de alta velocidad que en 10 años situará a todas las capitales de provincia a menos de cuatro horas del centro peninsular”.
Desde la llegada de los Borbones a España se adopta el modelo del Estado centralista desarrollado con éxito en Francia desde Enrique IV. La política de infraestructuras, inicialmente “caminos de postas”, definidos y desarrollados por Felipe V en 1720 fueron convertidos en “caminos reales” financiados por fondos públicos según decreto de Fernando VI, debido en algunos casos a la dificultad de encontrar financiación para vías de transporte con escasa utilización y deficitarias en su explotación. Esta política se mantiene hasta 1855, cuando se hace una clasificación general de carreteras en la que se prioriza la inversión para las que unen Madrid con el resto de España y tiene rigurosa continuidad con la Ley de Firmes Especiales de 1926 que moderniza y consolida la red. La estructura radial de las carreteras nacionales se mantiene por razones políticas, “unen a la nación con la capital de la monarquía”, y militares más que económicas, política esta seguida en Francia, Reino Unido, Alemania e Italia, donde las infraestructuras comunican las áreas de producción y consumo y promueven el comercio. No tiene Madrid en este periodo la importancia económica relativa que tienen París o Londres en Francia y Reino Unido, lo cual pone de manifiesto la razón política de la planificación de infraestructuras, que se traslada intacta al desarrollo del ferrocarril a partir de 1850 y del telégrafo a partir de 1851.
Es solamente en 1962 cuando bajo la recomendación del Banco Mundial se desarrollan las autopistas de peaje en las áreas con mayor concentración de actividad económica, es decir, el arco mediterráneo que concentra el 40% del PIB y el 45% de la población española, el valle del Ebro y la cornisa cantábrica. Es curioso constatar que coinciden estas primeras autopistas peninsulares con las vías de comunicación romanas que priorizaban la comunicación en las áreas de mayor concentración de población y actividad económica.
Pero con el ulterior desarrollo del Plan de Modernización de Carreteras de 1951, el Plan REDIA de 1967 y el Plan de Autovías desarrollado a partir de 1982 con la llegada del partido socialista al poder, se recupera la política seguida durante siglos: el desarrollo radial de las nuevas autopistas y la financiación mayoritaria a cargo de los Presupuestos Generales cuya justificación no es económica. Esta política que tiene consecuencias significativas sobre el desarrollo y la creación de riqueza lleva a la paradoja de que el nivel de inversión por PIB en infraestructuras terrestres de las diferentes comunidades autónomas es hoy inversamente proporcional, con pocas excepciones, a la distancia al centro peninsular, o a que por ejemplo Cataluña y la Comunidad Valenciana tengan una red de autopistas en un 60% y 40% de peaje, mientras que en el resto de España esta proporción sea del 20%. Esta inversión forzada en infraestructuras radiales a cargo del erario público, es efectiva y tiene consecuencias visibles: de 1964 al 2004 el porcentaje de infraestructuras públicas pasa en Madrid del 8% al 11,4% y el PIB del 13,9% al 17,7% respecto del total de España. En Cataluña pasa del 13% al 13,6% en infraestructuras y del 19,9% al 18,8% en PIB.
La modernización del transporte de pasajeros por ferrocarril en alta velocidad ha supuesto una política de inversión excesiva ya que dispone España de más kilómetros de alta velocidad, 5.400, que Francia, 4.800, o Alemania, 2.000, pero transporta solamente 16 millones de pasajeros frente a los 70 de Francia y 180 de Alemania. Esta política que como ocurrió con las carreteras desde del siglo XVIII o con el ferrocarril a partir del siglo XIX, se ha desarrollado en base a una red radial, ha supuesto un gran coste de oportunidad porque con excepción de Madrid-Sevilla o Madrid-Barcelona, su nivel de utilización es limitada, compitiendo con dificultad con el avión. La inversión en el AVE está alrededor de los 30.000 millones de euros y la de aeropuertos de 15.000 millones de euros de 2000 a 2010, pero se han transportado en AVE solamente el 10% de los pasajeros transportados en avión en 2010.
En infraestructuras es esencial contar con el coste de oportunidad. Esta inversión en AVE ha impedido por ejemplo el desarrollo del transporte de mercancías por ferrocarril que se ha reducido en la pasada década del 7% al 4%, mientras que en Europa este porcentaje está en torno del 20% con los beneficios asociados, para distancias superiores a los 300 kilómetros -en distancias inferiores la carretera es imbatible- de ahorro de coste, reducción de congestión viaria y menor emisión de CO2.
En Aeropuertos el centralismo ha tomado la forma de gestión unificada de todos los aeropuertos españoles con una cuenta única donde son los más turísticos y con inversiones más ajustadas, Málaga, Palma, Canarias, Girona, etcétera, los que financian las pérdidas de Madrid y Barcelona, 70% y 10% respectivamente, de la pérdida total de AENA, 433 millones de euros, en 2009, debido al peso de las inversiones hechas en estos dos grandes aeropuertos que tienen una justificación económica difícil. El plan de privatización de AENA al 49% y la creación de dos sociedades para gestionar los aeropuertos de Madrid y Barcelona no soluciona el problema de orientar los tráficos de manera racional, ya que no se trata de maximizar la rentabilidad de la explotación de los aeropuertos, sino el impacto en su área de influencia y esta es una estrategia que en el esquema planteado no tiene agente que lo priorice y defienda.
La situación de los puertos es más transparente y lógica: con excepción de fondos de cohesión que han financiado parte de los dragados y diques de abrigo, las inversiones van a cargo de las tasas pagadas por los operadores en cada puerto, existiendo un fondo explícito de compensación para que los puertos con mayor tráfico ayuden a los que no tienen suficiente, para así equilibrar sus ingresos y gastos.
Nuestra red de infraestructuras está planificada más por criterios políticos que económicos en un escenario de país separado por fronteras y aranceles del resto de Europa. Hoy, en un mercado único la competencia de los puertos de Barcelona o Valencia no es A Coruña sino Génova y Marsella, y la necesidad y prioridad de vuelos transatlánticos desde Barcelona es claro frente a la congestión que puede generar en este aeropuerto las líneas de bajo coste con abandono de otros aeropuertos como el de Girona, en los que se generaba un importante impacto económico en el territorio.
Hay dos corredores prioritarios de la red transeuropea presentados por España a la UE: el que une Algeciras, Madrid, Zaragoza y los Pirineos presentado en 2003 y el del Arco Mediterráneo en 2010. Sostener estos dos corredores simultáneamente, uno por razones políticas y otro económicas, pone de manifiesto la incoherencia de la planificación logística española.
La solución pasa por la descentralización, la competencia y la mayor importancia, nunca puede ser única, de la economía en las decisiones sobre las infraestructuras. La defensa del Estado no es sinónimo de centralismo. Es algo que ya planteó Ortega sin éxito excesivo en su obra de referencia La España invertebrada. A pesar de los años sigue siendo de absoluta actualidad.››

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