CS 4 UD 09. LA CRISIS DE LAS DEMOCRACIAS Y LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.
INTRODUCCIÓN.
1. LA POLÍTICA DE LOS AÑOS 20.
2. LA CRISIS DE 1929.
2.1. CONSECUENCIAS
ECONÓMICAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.
2.2. DE LA GUERRA A LA CRISIS (1919-29).
2.3. EL CRACK DEL
29.
2.4. DIFUSIÓN DE LA CRISIS.
2.5. RESPUESTAS A LA CRISIS.
La política
económica de Keynes.
El New Deal de
Roosevelt.
Otras respuestas.
2.6. CONSECUENCIAS
DE LA CRISIS.
La crisis social.
La crisis del
sistema liberal.
Los frentes
populares.
3. HACIA LA GUERRA .
Las causas remotas.
Las causas próximas.
3.1. LA GUERRA.
Resumen de la II Guerra Mundial.
3.2. EL HOLOCAUSTO.
3.2. LAS CONSECUENCIAS.
INTRODUCCIÓN.
La UD explica la posguerra en Europa y el mundo occidental, la Gran Depresión, el ascenso del fascismo, los orígenes del nuevo conflicto mundial, su evolución y las consecuencias.
1. LA POLÍTICA DE LOS
AÑOS 20.
Dos países, Alemania
e Italia, quedaron muy defraudados y se encontraron años después luchando en el
mismo bando.
En Alemania espolearon
el revanchismo la idea de que los militares no habían sido derrotados sino
traicionados por los políticos que habían firmado la paz, la ocupación de Renania
y las enormes indemnizaciones. La República de Weimar, tras una calamitosa
crisis económica a principios de los años 20, sufriendo una meteórica
inflación, logró estabilizar económicamente el país entre 1925 y 1929, pero la
situación política interna era muy inestable, por la falta de un consenso entre
las izquierdas y las derechas, y por el ascenso del nazismo.
Italia consideró que
no había conseguido un premio suficiente para compensar las graves pérdidas humanas
y materiales sufridas.
Rusia (posteriormente
llamada URSS) permaneció aislada tras la guerra civil, hasta que firmó un
acuerdo con Alemania en Rapallo (1921).
Turquía consiguió asegurarse,
bajo el mando del general y dictador Kemal Ataturk, la independencia e
integridad territorial en lucha contra los griegos en 1919-1922.
Japón consiguió la
hegemonía en el Pacífico Occidental.
EE UU accedió al
rango de gran potencia y en los años siguientes adoptó una política de
neutralidad, aunque vigilando que no surgieran grandes potencias amenazantes,
de lo que es un ejemplo el Tratado de Washington por el que se mantenía el statu
quo en el Pacífico y se limitaban las flotas armadas.
Reino Unido y
Francia decayeron en el rango de grandes potencias económicas debido al
empobrecimiento padecido, pero mantuvieron su poder político, militar y
colonial, y hacia mediados de los años 20 también lograron rehabilitarse
económicamente en cifras absolutas, aunque ya jamás relativas.
Las potencias
occidentales intentaron solucionar con una serie de conferencias y tratados en
los años 20 los problemas del pago de la deuda alemana, la desmilitarización de
este país, los acuerdos de desarme y statu quo, los problemas de
Turquía, los movimientos anticolonialistas del Tercer Mundo, el aislamiento de
la URSS... Durante un decenio funcionó bien el sistema de acuerdos, favorecido
por la Sociedad de Naciones, pero la crisis del 29 alteró decisivamente la
situación, enconando los conflictos y abriendo la larga crisis de los años 30
que iba a desencadenar la II Guerra Mundial.
2. LA CRISIS DE
1929.
2.1. CONSECUENCIAS
ECONÓMICAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL.
Reino Unido y
Francia estaban tan agotados y endeudados que perdieron la hegemonía mundial
anterior a manos de EE UU, la nueva gran potencia, aunque pronto volviera al
aislacionismo, para disfrutar de los “felices años 20”. La guerra había enriquecido
a EE UU, que había acumulado la mitad de las reservas de oro del mundo. Los
Aliados le debían más de 10.000 millones de dólares y había invadido con sus
productos los mercados mundiales antes pertenecientes a los países europeos.
2.2. DE LA GUERRA A LA CRISIS (1919-1929).
La crisis económica
de la posguerra en Europa fue muy dura respecto a la leve caída en EE UU por la
caída de la demanda bélica, pero hacia 1925 se había superado por completo.
En general, entre
1921 y 1929, los “felices años veinte”, hubo una etapa de prosperidad económica
extraordinaria, basada en el consumismo provocado por la renovada confianza de
la población, la publicidad, el aumento de la demanda de nuevos productos
(automóviles, electrodomésticos) o viviendas, y la mecanización que suplía la
menor mano de obra (muerta en la guerra).
La liberación de la
mujer ganada con su esfuerzo bélico en la guerra se reflejó en el derecho de
voto, en la moda más libre, en su apariencia distinta (el cuerpo podía
mostrarse en parte y debía ser más estilizado), en su participación en muchos
empleos y en el ocio público, en el cambio de su estatus social y familiar
según el ejemplo de las grandes estrellas del cine...
Se crearon grandes
“trusts” empresariales, con multitud de fábricas y obreros, con nuevos sistemas
de producción (taylorismo, producción en cadena), con beneficios tan grandes
que sus acciones subieron como la espuma.
Los EE UU fueron
gobernados por tres presidentes republicanos (1920-1932) partidarios de un
retorno a los valores tradicionales, del aislamiento internacional y del
proteccionismo comercial. En este clima de recelo hacia lo extranjero y de
moralización de costumbres, hay que situar las medidas de restricción a la
inmigración con el establecimiento en 1921 de cupos que limitaban el número de
inmigrantes a 162.000 al año (antes ya se habían aplicado a chinos y japoneses).
Los inmigrantes italianos, polacos o mexicanos se concentraban en barrios
propios (guetos) manteniendo su identidad. Se recrudecía el racismo con el
movimiento del Ku Klux Klan. Se aprobaba la Ley Seca, que prohibía la
importación, destilación y comercialización de bebidas alcohólicas, lo que
redujo el número de consumidores pero sentó las bases para la expansión de la
Mafia en el mercado clandestino del alcohol, un ejemplo pertinente de lo que
ocurrió luego con la prohibición del narcotráfico de drogas más duras.
Era una prosperidad
con bases débiles. La agricultura producía demasiados alimentos y materias
primas, por lo que los precios bajaron y muchos agricultores se arruinaron y
perdieron sus tierras: en EE UU hasta 1,5 millones de campesinos emigraron a
las ciudades en los años 20. La industria también entró en una espiral de
sobreproducción de productos que se vendían en gran parte a crédito, y se
reunieron inmensos stocks. Una caída de la confianza y de la liquidez podía
hundir en cualquiera momento a este sistema.
Pero en vez de
moderarse el crecimiento, desde el verano de 1928 la Bolsa experimentó una
enorme subida de las cotizaciones porque se pedían créditos para comprar
acciones y los bancos los concedían sin reparos, lo que alimentaba la burbuja. Al
mismo tiempo las especulaciones inmobiliarias subían de valor de día en día.
2.3. EL CRACK DEL
29.
Las crisis
económicas del capitalismo habían sido aceptadas desde el siglo XIX como
elementos inherentes al propio sistema, de tal manera que se consideraba normal
que a una fase alcista siguiese una recesiva, hasta que el sistema alcanzaba un
punto de equilibrio y reanudaba su crecimiento, pero la crisis de 1929 fue
distinta. Su profundidad, universalidad y consecuencias la catalogan como la
más dura que haya sufrido el capitalismo.
Se inició en octubre
de 1929 cuando se advirtió finalmente por la mayoría de los agentes económicos
que no se podía consumir todo lo que la industria producía y seguir manteniendo
la expansión. Cuando los inversores lo comprendieron y quisieron recuperar la
liquidez de sus acciones para pagar los créditos que habían pedido para la
compra de esas mismas acciones, el “jueves negro” del 24 de octubre, la Bolsa
de Nueva York se desplomó al salir al mercado 13 millones de acciones.
Los bancos
decidieron comprar inicialmente las acciones para parar el proceso, pero la
caída inicial se convirtió en derrumbe e histeria vendedora el martes 29 de
octubre, con un desplome que sólo se frenó en 1932.
Los bancos no tuvieron
liquidez para sostener la Bolsa y pagar a quienes retiraban sus fondos, y los
especuladores no pagaron sus créditos al perder valor las acciones. Los precios
industriales y agrícolas, de las viviendas hipotecadas, se hundieron. Nadie
compraba productos que no fueran de primera necesidad.
Cerraron multitud de fábricas,
quebraron infinidad de bancos, los comerciantes se arruinaron con las tiendas
llenas de productos invendibles que empero debían pagar a los fabricantes.
2.4. DIFUSIÓN DE LA CRISIS.
La crisis financiera
norteamericana se extendió a Europa al volver los capitales norteamericanos a
su país. Los bancos europeos entraron en dificultades, comenzando por Austria y
Alemania, que dependían de EE UU para poder tener liquidez. La caída del
mercado norteamericano arruinó a muchas empresas exportadoras, tanto en Europa
como en el mundo.
En Alemania y
Austria la crisis fue gravísima y hundió a la democracia. Sólo en Alemania
había 6 millones de parados en 1932.
La crisis fue menor
en Francia y Reino Unido gracias al colchón que representaban sus mercados
coloniales, y aun menor fue en los países menos industrializados como España.
En Latinoamérica los efectos fueron ambiguos: la caída del comercio
internacional disminuyó sus exportaciones de materias primas y llevó a partidos
populistas y dictatoriales al poder, pero alentó una diversificación industrial
que resultaría beneficiosa en la segunda mitad de los años 30 y en los años 40.
2.5. RESPUESTAS A LA CRISIS.
La política
económica de Keynes.
El economista
británico John Maynard Keynes
propugnó un aumento de la demanda del Estado y de las inversiones públicas para
conseguir crear empleo, confianza y que los precios subieran. Sus propuestas a
favor de un sistema de economía mixta, con participación de capital privado y
estatal, con políticas de carácter social y laboral asumidas por los Estados,
inspiraron las más eficaces medidas para salir del marasmo.
El New Deal de
Roosevelt.
El presidente de EE
UU desde enero de 1933, John D. Roosevelt, aplicó su política del “New Deal”
(Nuevo Trato o Reparto): el gobierno tomó en gran parte las riendas de la
economía para sanearla, con apoyo a los bancos para dotarlos de liquidez, leyes
proteccionistas contra las importaciones a precios bajos, inversiones en obras
públicas para dar trabajo a los parados, subsidios a los agricultores para
reducir las tierras cultivadas y la sobreproducción y así que aumentaran los
precios, el apoyo a los sindicatos para que aumentaran los salarios, y otras
medidas de fomento de la demanda y contra la deflación.
Se salió poco a poco
de la recesión, pero con grandes altibajos. Roosevelt fue reelegido en 1936 y
1940, pero en 1938 había todavía 8 millones de parados (la mitad que en 1932).
La solución llegó, finalmente, gracias a la enorme demanda bélica ocasionada por
la Segunda Guerra Mundial, algo similar a lo ocurrido con la anterior
confrontación.
Otras respuestas.
La Alemania nazi siguió
el camino del rearme militar y de las inversiones públicas en comunicaciones, pagados
mediante un elevadísimo endeudamiento. Pero era inviable a largo plazo una
política semejante, y se vio obligada a comenzar la II Guerra Mundial para
mantener su política de pleno empleo.
El Reino Unido dejó la
solución en manos de la “lógica del sistema” y la depresión se alargó, aunque
suavizada por tener grandes mercados coloniales que explotaba.
Francia reaccionó
con una política moderada de obras públicas y gasto social, que le permitió
sortear bastante bien la crisis, aunque el desempleo se elevó.
Japón padeció tanto por
la caída de sus mercados exteriores que buscó en la guerra de conquista de
China un mercado para vender sus productos, y esto conllevó un auge militarista
que le llevó a participar en la Segunda Guerra Mundial.
La URSS salió bien
librada de la crisis pues aumentó su producción mientras los demás la reducían,
así que el intervencionismo estatal apareció ante muchos teóricos como la solución
idónea y esto explica el auge del comunismo como teoría política y económica
entre los grupos intelectuales de Occidente durante los años 30 y 40.
2.6. CONSECUENCIAS
DE LA CRISIS.
La crisis social.
Empezaban los “terribles
años 30”. En 1932, en los EE UU había 14 millones de parados y en Europa otros
16 millones de desempleados. Crecían las colas de parados y hambrientos
pidiendo comida, la emigración a California u otros países en busca de trabajo,
y la desesperación de las familias para alimentar a sus hijos, al tiempo que el
índice de natalidad disminuyó, se interrumpió la emigración entre continentes,
aumentó la conflictividad social entre empresarios y trabajadores que se
organizaron más intensamente en patronales y sindicatos respectivamente, y
subía exponencialmente la delincuencia. Hubo una crisis ideológico-cultural: se
derrumbaron el optimismo, la fe en la razón y el progreso.
La crisis del
sistema liberal.
La desconfianza en
el sistema capitalista se generalizó. Las teorías económicas clásicas quedaron
obsoletas. El liberalismo económico fue sustituido por un intervencionismo
estatal de sistema mixto (privado-público). Los comunistas, que habían logrado
vencer en Rusia y eran una amenaza evidente al sistema liberal, creían ver
cumplidas las predicciones de Marx de colapso final del capitalismo y de una
revolución global que llevaría al proletariado al poder.
Los fascistas italianos
y los nazis alemanes, los ultranacionalistas y antidemócratas, la alta y la pequeña
burguesías de ideas conservadoras se aprestaron a atacar al liberalismo del
centro y al socialismo y el comunismo de las izquierdas. Las clases sociales se
radicalizaron en la defensa de sus respectivas posiciones ideológicas. Nunca
pareció tan amenazada la democracia como entonces. Y la paz que se pensaba
ganada para siempre en 1918 se perdió nuevamente en 1939.
Los frentes
populares.
La izquierda se
alineó en dos grandes grupos, socialistas y comunistas, que se enfrentaron
hasta 1925. Los anarquistas, en cambio, salvo en España, entraron en aguda
decadencia y dejaron de ser un referente político para las clases obrera y
campesina.
Lenin organizó en
1919 una nueva Internacional, la III (Komintern), opuesta a la II Internacional
socialista, considerada como aliada de los burgueses y desprestigiada por su
apoyo a los respectivos bandos durante la I Guerra Mundial. Los comunistas se
escindieron de los partidos socialistas europeos y de otros continentes en los
primeros años 20 y la pugna entre socialistas y comunistas fue una constante de
los años de entreguerras, lo que explica en gran parte su debilidad y fracaso
ante el auge del fascismo.
Pero fue
precisamente la amenaza del fascismo en los años 30 lo que posibilitó en el VII
Congreso de la III Internacional (1935) un cambio de la política comunista:
había que unir a las fuerzas antifascistas, incluyendo en un Frente Popular a
los comunistas, socialistas, liberales e incluso los burgueses conservadores
demócratas. Francia en 1935 y España en 1936 fueron los primeros ejemplos. Su
objetivo era la defensa de la paz y de las libertades, más algunas reformas
sociales progresistas. Pero los ensayos fracasaron por la mala situación
económica, la inestabilidad social y las discrepancias entre miembros tan
diversos sobre la estrategia frente al ascenso del fascismo.
3. HACIA LA GUERRA .
Mapa de Europa en el periodo de entreguerras.
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue el resultado de todo un conglomerado de causas remotas y próximas, que se forjaron en los años 20 y 30.
Las causas remotas.
- La ruptura del equilibrio balcánico a partir de 1919 tras la desmembración de Austria-Hungría, al integrarse en Yugoslavia varias etnias enfrentadas y ser muy artificiales las fronteras de Italia, Hungría, Rumanía y otros países.
- El fracaso de la Sociedad de Naciones (SDN), debido sobre todo a la indecisión de Francia y Reino Unido, que no se atrevieron a usar la fuerza en momentos necesarios: la agresión de Japón a China (1931 y 1935), el rearme de la Alemania nazi (1934), la anexión de Etiopía por Italia (1935) o la militarización alemana de Renania (1936). El fracaso de la SDN se debió, sobre todo, a la decadencia político-económica de las democracias occidentales, que no querían volver a guerrear.
- La negativa de los Estados vencidos a aceptar las cláusulas del Tratado de Versalles y sus corolarios (el artículo 231 atribuía al pueblo alemán la responsabilidad de la guerra).
- La negativa de varios de los Estados vencedores a revisar los puntos más discutidos de los tratados de 1919, como el pago de enormes compensaciones de guerra.
- La división de los Aliados, sobre todo por el aislacionismo de EE UU y Reino Unido (esta sospechaba que Francia quería imponer una simaquia militar en Europa).
- La aparición en Italia y Alemania de regímenes totalitarios y militaristas, que exaltaban la supremacía del Estado en detrimento de la libertad individual.
- El surgimiento de dictaduras en otros países, como España, Portugal y todos los países de los Balcanes y del Este de Europa, salvo Checoslovaquia.
Las causas próximas.
- Las reivindicaciones de algunas minorías étnicas oprimidas por las dictaduras o los Estados nacionales en que habían quedado inclusas: alemanes en Checoslovaquia y otros países, húngaros en Rumanía, italianos en Yugoslavia...
- La política imperialista del Japón, para superar sus graves dificultades económicas desde 1931.
- La política de conquistas de Alemania e Italia en busca del espacio vital (lebensraum) a costa de sus vecinos. Alemania ocupó y se anexionó Austria (marzo de 1938) y luego la mayor parte de Checoslovaquia, en varias fases, comenzando por los Sudetes alemanes; y su ansia de territorios en el Este creció. Italia se apoderó de Etiopía y Albania, y soñó con un gran Imperio Romano en el Mediterráneo.
- La actitud pasiva y vacilante de Francia y Reino Unido ante las amenazas anteriores.
- La neutralidad de la URSS respecto a Alemania, decepcionada por los acuerdos de Munich (1938) que apenas habían apaciguado a Alemania a cambio de darle los Sudetes, y deseosa a su vez de expansionarse sobre Polonia y los otros países bálticos, pues temía la expansión alemana.
Todo esto alcanza su apogeo en el verano de 1939: el 1 de septiembre Alemania invadió Polonia y comenzó la II Guerra Mundial, el mayor conflicto bélico que ha padecido la Humanidad.
3.1. LA GUERRA.
Resumen de la II Guerra Mundial.
La Segunda Guerra Mundial estalló en septiembre de 1939 y duró hasta mayo de 1945 en Europa y septiembre de ese año en el Pacífico. Enfrentó a las potencias del Eje (los más destacados eran Alemania, Italia y finalmente Japón) y los Aliados (los más destacados eran Reino Unido, Francia, URSS y finalmente EE UU).
La decisión del líder alemán Hitler de buscar el predominio político en Europa se unía al intento del líder italiano Mussolini de recuperar la gloria del antiguo Imperio romano y de los líderes japoneses de conseguir la hegemonía en el Lejano Oriente.
Al afrontar la creciente beligerancia de estos estados totalitarios y el confirmado aislamiento de Estados Unidos, las democracias europeas se encontraron a la defensiva. Bajo el débil liderazgo de Neville Chamberlain, Gran Bretaña y Francia adoptaron una política de apaciguamiento, que sólo fue abandonada tras la invasión alemana de Polonia el 1 de septiembre de 1939. Cuando la II Guerra Mundial comenzó, las rápidas victorias del ejército alemán persuadieron a casi todos, excepto a Winston Churchill, de que el 'nuevo orden' de Hitler parecía ser el destino de Europa. Pero después de 1941, cuando Hitler ordenó el ataque a la Unión Soviética y los japoneses bombardearon Pearl Harbour, soviéticos y estadounidenses se unieron a Gran Bretaña en un esfuerzo común para obligar a Alemania a rendirse incondicionalmente. El rumbo de la guerra cambió en 1942 y 1943 y tras el desembarco y la batalla de Normandía, Alemania y sus restantes aliados sucumbieron al final de una terrible lucha en dos frentes. En la primavera de 1945, Hitler se suicidó y una Alemania arrasada se rindió a las potencias aliadas.
El inicio de las operaciones militares.
Los ejércitos alemanes marcharon sobre Polonia a primeras horas de la mañana del 1 de septiembre de 1939. Los británicos y los franceses declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre, pero no tenían intención de prestar ayuda a los polacos.
Primera fase: la supremacía del Eje.
La cantidad de tropas de las fuerzas alemanas y polacas era prácticamente similar. Hitler envió 1,5 millones de soldados, y el mariscal polaco Edward Rydz-Smigly esperaba reunir 1,8 millones de hombres. Sin embargo los alemanes contaban con seis divisiones panzer (acorazadas) y cuatro divisiones motorizadas; los polacos sólo disponían de una brigada acorazada, una motorizada y algunos batallones de tanques. Las Fuerzas Aéreas alemanas estaban formadas por 1.600 aeronaves de último modelo, mientras que la mitad de los 935 aviones polacos estaban obsoletos.
La guerra relámpago en Polonia.
La estrategia polaca consistía en una rígida defensa de toda la frontera y preveía varias semanas de escaramuzas preliminares con los alemanes. No obstante, ambos cálculos resultaron incorrectos. En la mañana del 1 de septiembre, oleadas de bombarderos alemanes atacaron las líneas férreas y bloquearon la movilización polaca. Durante los cuatro días siguientes, dos grupos militares —procedentes de Prusia oriental y Silesia respectivamente— abrieron el paso a las unidades de avance acorazadas que se dirigían con rapidez hacia Varsovia y Brest. En esto consistía la blitzkrieg (guerra relámpago): desplegar de forma simultánea fuerzas acorazadas, aviación e infantería para realizar un movimiento en forma de pinza y envolver al enemigo en un breve espacio de tiempo.
Los alemanes rodearon Varsovia entre el 8 y el 10 de septiembre, bloqueando a las fuerzas polacas al oeste de la capital. El 17 de septiembre, un segundo y más profundo movimiento envolvente se cerró cerca de Brest. Ese mismo día, el Ejército Rojo soviético atacó la frontera. Prácticamente toda Polonia había sido invadida el 20 de septiembre; el 6 de octubre capituló el fuerte de Kock, último bastión de la resistencia polaca.
La guerra ruso-finesa de 1939-1940.
El 30 de noviembre de 1939, después de dos meses de discusiones diplomáticas, la URSS declaró la guerra a Finlandia.
La ofensiva sobre Finlandia realizada por la URSS suscitó la indignación de la opinión mundial y brindó una oportunidad a los británicos y franceses. Éstos habían centrado su atención desde tiempo atrás en la mina de hierro de la ciudad sueca de Kiruna, que representaba la principal fuente de este mineral para Alemania. Durante el verano, la mena era enviada a Alemania a través del mar Báltico; en invierno, era trasladada al puerto noruego de Narvik —sin hielo pese a la época— y después embarcada en naves que atravesaban las aguas neutrales de Noruega. El ferrocarril de Narvik-Kiruna también se unía por el Este con los ferrocarriles fineses; por lo tanto, una fuerza anglo-británica mandada para ayudar a Finlandia estaría automáticamente en posición de ocupar Narvik y Kiruna. El problema era conseguir que Noruega y Suecia cooperaran, a lo cual ambas se negaron.
La derrota de Francia en 1940.
El 20 de mayo, el grupo panzer tomó la ciudad francesa de Abbeville, situada en la desembocadura del río Somme, y comenzó a avanzar hacia el Norte a lo largo de la costa. Hacia el 26 de mayo, los británicos y los franceses se vieron obligados a retroceder hasta una estrecha playa que se encontraba en los alrededores de Dunkerque. El rey belga, Leopoldo III, capituló al día siguiente. Destructores y pequeñas embarcaciones de todo tipo consiguieron evacuar de Dunkerque a 338.226 hombres en un salvamento heroico propiciado por la actitud del general alemán Gerd von Rundstedt, que ordenó a sus carros de combate que se detuvieran a fin de preservarlos para la siguiente fase de la operación.
La campaña contra Francia comenzó el 5 de junio. Italia declaró la guerra a Francia y Gran Bretaña el 10 de junio. La Línea Maginot, que sólo se extendía a lo largo de la frontera belga, no había sufrido el más mínimo daño, pero el comandante de las fuerzas francesas, el general Maxime Weygand, no disponía de ningún medio para proteger París por el Norte y el Oeste. El 17 de junio, el mariscal Henri Philippe Pétain, nombrado primer ministro el día anterior solicitó un armisticio, que fue firmado el 25 de junio, en el que se acordó que Alemania controlaría el norte y la franja atlántica de Francia. Pétain estableció la capital en Vichy, en la zona no ocupada del Sudeste.
Mapa de las ofensivas del Eje hasta finales de 1942.
Mapa de la expansión alemana en el verano de 1942.
La invasión de la URSS en 1941-1943.
En junio de 1941, Hitler ordenó la invasión a la Unión Soviética. Sus fuerzas avanzaron hacia Moscú, pero estando muy cerca tuvieron que retroceder por el contraataque ruso y la llegada del invierno. Finalmente fueron aplastados por los soviéticos en la gran Batalla de Stalingrado (junio de 1942–febrero de 1943).
El genocidio y el Holocausto.
Mientras seguía la lucha en los frentes los nazis aplicaban una política de exterminio contra los judíos y otros grupos (gitanos, homosexuales, discapacitados, eslavos polacos y rusos...), el genocidio llamado Solución final por los alemanes y el Holocausto por sus víctimas judías, en crueles campos de concentración como el de Auschwitz en Polonia.
La guerra en el Pacífico en 1941-1942.
Mapa de las ofensivas japonesas en el Pacífico.
Los japoneses realizaron el bombardeo de Pearl Harbor en diciembre de 1941, provocando el ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial. La ofensiva japonesa la llevó a conquistar China, el Sudeste Asiático y casi todas las islas del Pacífico. Pero a partir de la victoria estadounidense en el Batalla de Midway (junio de 1942) los japoneses empezaron a perder posiciones.
La guerra en el Mediterráneo en 1942-1943.
Mapa de las ofensivas aliadas en Europa desde 1942.
Los aliados vencieron a los alemanes e italianos en el norte de África a partir de la batalla de El Alamein (noviembre de 1942) y el coetáneo desembarco de sus fuerzas en el Magreb. Acorralaron a las fuerzas del Eje en Túnez, donde se rindieron en mayo de 1943 y a continuación invadieron Italia, que se rindió en pocos meses, aunque Mussolini continuó la lucha en el norte, apoyado por las fuerzas de ocupación alemanas.
La guerra en Europa en 1944-1945.
En junio de 1944 los aliados iniciaron una gran contraofensiva con el desembarco de Normandía, obligando a los alemanes a replegarse hacia su país. En agosto fue liberada París y en febrero de 1945 Francia quedó libre de alemanes.
Los aliados invadieron Alemania en marzo, pero los soviéticos llegaron primero a Berlín (25 de abril de 1945). Hitler se suicidó el 30 de abril. El 9 de mayo de 1945 el mariscal alemán Wilhelm Keitel firmó la rendición de su país en Berlín.
La guerra en el Pacífico en 1943-1945.
Mapa de las ofensivas aliadas en el Pacífico.
Los estadounidenses empujaron a los japoneses a través del Pacífico, con desembarcos en las islas más estratégicas, venciendo en duros combates.
La bomba de Hiroshima. Fuente: [http://www.abc.es/internacional/20130804/abci-bomba-atomica-hiroshima-201308041725.html]
El 6 y 9 de agosto Estados Unidos arrojó bombas nucleares sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, lo que aceleró la rendición del emperador Hirohito el 2 de setiembre de 1945.
3.2. EL HOLOCAUSTO.
El término
Holocausto.
“Holocausto” es una palabra de origen griego que
significa “sacrificio por fuego”, e históricamente el Holocausto fue la
persecución y el asesinato sistemático, burocráticamente organizado y
auspiciado por el Estado de seis millones de judíos por parte del régimen nazi
y sus colaboradores, que devastaron a la mayoría de las comunidades judías de
Europa.
Las causas.
Los antecedentes ideológicos se encuentran en la Edad
Media, con argumentos religiosos y raciales. Las persecuciones, matanzas (pogroms), expulsiones u opresiones
legales a los judíos fueron numerosas, siendo un ejemplo famoso la expulsión de
los judíos de España en 1492. En el siglo XIX el auge del nacionalismo fomentó
las teorías que favorecían la pureza racial de las naciones y los judíos fueron
vistos por muchos como cuerpos extraños dentro de los nuevos Estados
nacionales.
Los nazis, que llegaron al poder en Alemania en enero
de 1933, creían que los alemanes eran la “raza superior” aria y que los judíos,
considerados “inferiores”, eran una amenaza extranjera para la llamada
comunidad racial alemana (o pangermana, que incluía también a escandinavos,
anglosajones y otros descendientes de los antiguos germanos). Una motivación política importante era usar a los judíos como "chivos expiatorios" de la derrota en la Primera Guerra Mundial y de la Gran Depresión, pues era un grupo minoritario y visible sobre el que concentrar el odio popular. Hitler, en su libro Mein Kampf (Mi lucha), ya había dictaminado en 1925 que debían ser liquidados.
En 1933, la población judía de Europa ascendía a más
de nueve millones, y la mayoría de los judíos europeos vivía en países que la
Alemania nazi ocupó o dominó políticamente durante la Segunda Guerra Mundial. Tras
meditar una expulsión masiva a otros países e incluso la creación de una patria
judía en Palestina o Madagascar, los jerarcas nazis desarrollaron un plan,
llamado la “Solución Final”, para eliminar físicamente a los judíos de Europa.
El resultado fue que en 1945, los alemanes y sus
colaboradores habían asesinado aproximadamente a seis millones (dos tercios) de
los judíos europeos.
El genocidio de
otros grupos.
Las autoridades alemanas también persiguieron a otros
grupos debido a su percibida “inferioridad racial”: los gitanos, los negros, los
discapacitados y los pueblos eslavos (sobre todo polacos y rusos). Otros grupos
fueron perseguidos por motivos políticos, ideológicos y de comportamiento
sexual, entre ellos los comunistas, los socialistas, los testigos de Jehová o
los homosexuales. Se discute cómo llamar a este genocidio, mucho más numeroso
que el judío, pero la mayoría de los autores no les aplica el término
Holocausto, reservado el exterminio de los judíos.
Unos diez millones de civiles polacos, soviéticos y de
otros países ocupados fueron deportados para realizar trabajos forzados en
Alemania o en la Polonia ocupada, donde generalmente trabajaban y muchas veces
morían en condiciones deplorables.
Los nazis asesinaron entre 200.000 y 600.000 gitanos,
siendo difícil cuantificarlos por la inseguridad de las estadísticas de esta
etnia.
Unos 150.000 a 200.000 pacientes discapacitados
físicos o mentales, en su mayoría alemanes y que vivían en instituciones
asistenciales, fueron asesinados bajo la excusa de un programa de eugenesia.
Desde los primeros años del régimen nazi, las
autoridades alemanas persiguieron a los homosexuales y a otras personas cuyos
comportamientos no se ajustaban a las normas sociales prescritas. Cientos de miles
de oponentes políticos, sobre todo comunistas, socialistas y sindicalistas, así
como disidentes religiosos (como los testigos de Jehová), fueron perseguidos
por la policía alemana, y miles murieron como resultado de la encarcelación y
el maltrato.
A medida que la tiranía nazi se propagaba por Europa,
los alemanes y sus colaboradores perseguían y asesinaban a millones de otras
personas. Cerca de un millón de intelectuales y destacados polacos no judíos
fueron asesinados desde 1939. A partir de 1941 entre tres y seis millones de
prisioneros de guerra soviéticos fueron asesinados o murieron de inanición,
enfermedades, negligencia o maltrato.
Los campos de
concentración.
En los primeros años del régimen nazi, el Gobierno estableció
campos de concentración para detener a oponentes políticos e ideológicos tanto
reales como supuestos. En los años previos al estallido de la guerra, las SS y
la policía política encarcelaron en estos campos a cada vez más judíos, gitanos
y otras víctimas del odio étnico y racial.
Para concentrar y controlar a la población judía y al
mismo tiempo facilitar la deportación posterior de los judíos, los alemanes y
sus colaboradores crearon ghettos
(barrios o lugares cercados), campos de tránsito y campos de trabajos forzados
para los judíos durante los años de la guerra. Asimismo, las autoridades
alemanas establecieron numerosos campos de trabajos forzados, tanto en el
denominado Gran Reich Alemán como en territorios ocupados por los alemanes, especialmente
en Polonia y Chequia, para personas no judías a quienes los alemanes buscaban
explotar laboralmente.
Las acciones y
los campos de exterminio.
Después de la invasión alemana de la Unión Soviética el
21 de junio de 1941, los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza de las SS)
y más adelante, los batallones militarizados de la Policía iban en retaguardia para
asesinar en masa a los judíos, gitanos, comisarios políticos y otros destacados
miembros del partido comunista y del Estado soviético. Contaron con el apoyo de
unidades de la Wehrmacht y de la Waffen SS, y se calcula que mataron a más de
un millón de hombres, mujeres y niños judíos y a cientos de miles de otras
personas.
Pero la técnica de asesinato en acciones mediante
disparos cercanos, era lenta y producía malestar psicológico a los verdugos,
por lo que se buscó una técnica mortal más “industrial” y despersonalizada.
Dieron con una alternativa que entendieron más eficaz: los campos de exterminio,
dotados de cámaras de gas en las que se mataba a cientos de personas a la vez,
al tiempo que los presos que podían trabajar eran sometidos a trabajos
extremadamente penosos y perecían por lo
general al poco tiempo por maltrato, inanición o enfermedad.
Barracón de un campo de exterminio.
Entre los años 1941 y 1944, las autoridades nazis
deportaron a unos cinco millones de judíos desde Alemania, los territorios
ocupados y los países de muchos de sus aliados del Eje hacia los ghettos y los campos de exterminio. La
inmensa mayoría fue asesinada.
Durante los últimos meses de la guerra, los guardias
de las SS trasladaron a los prisioneros supervivientes en tren o en marchas
forzadas, también denominadas “marchas de la muerte”, en un intento por evitar
que los aliados los liberaran. Las marchas continuaron hasta incluso el 7 de
mayo de 1945, el día en que las fuerzas armadas alemanas se rindieron
incondicionalmente a los aliados.
A medida que las fuerzas aliadas se trasladaban por
Europa en una serie de ofensivas contra Alemania, empezaron a encontrar y
liberar los campos de concentración, así como a los prisioneros que estaban en
el camino en marchas forzadas desde un campo hacia otro. Las filmaciones, las
fotografías y las descripciones de los reporteros consternaron al mundo
civilizado.
El final del
Holocausto.
Después de la derrota alemana, muchos de los
sobrevivientes encontraron refugio en los campos de refugiados que
administraban las fuerzas aliadas. Entre 1948 y 1951, casi 700 mil judíos
emigraron a Israel, incluidos 136 mil judíos refugiados de Europa. Otros judíos
refugiados emigraron a Estados Unidos y a otros países. El último campo de
refugiados se cerró en 1957.
3.3. LAS CONSECUENCIAS.
El conflicto configuró la política, la economía, la sociedad e incluso la tecnología de la segunda mitad del siglo XX.
El reparto de Alemania al final de la guerra.
Las consecuencias políticas.
:Grandes cambios en las fronteras de Europa del Este.
-La desaparición de los regímenes fascistas en Italia y Alemania.
-El fin del imperialismo japonés.
-La creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
-La afirmación del poderío militar y el intervencionismo mundial de EE UU.
-La consolidación del régimen comunista de la URSS.
-El ascenso al poder en muchos países occidentales de partidos socialistas y socialdemócratas.
-El resurgimiento del sindicalismo y los movimientos libertarios.
-La formación del bloque capitalista (EEUU y Europa Occidental) y del bloque socialista (URSS y Europa del Este).
-La división de Alemania, Corea y Vietnam en zonas dominadas por EE UU y URSS.
-El inicio de la Guerra Fría entre EE UU y la URSS.
-El inicio del proceso de independencia de la mayoría de las colonias en Asia, África y Oceanía.
Las consecuencias económicas.
-El predominio económico de Estados Unidos.
-El debilitamiento económico de una Europa semidestruida o arruinada.
-La ayuda de EEUU a la recuperación de Europa Occidental mediante el Plan Marshall.
-El fortalecimiento económico del comunismo de la URSS.
-La ayuda soviética a Europa Oriental y los países de gobiernos comunistas.
Las consecuencias sociales.
-La muerte de entre 50 y 70 millones de personas.
-El sufrimiento o mutilación de millones de heridos.
-La destrucción de innumerables ciudades y pueblos.
-El desplazamiento de millones de civiles, refugiados por la guerra.
-El fortalecimiento de la burguesía capitalista.
-La reducción del número de obreros, que forzó el aumento de la productividad y movimientos migratorios de la mano de obra en Europa.
Las consecuencias tecnológicas.
-La invención las bombas atómicas, el misil o el radar.
-La construcción de nuevos armamentos y el perfeccionamiento de otros.
-La mejora de los transportes y las telecomunicaciones.
-La innovación en los métodos productivos a gran escala.
FUENTES.
Se divide en tres partes: General, La Guerra en Occidente y La Guerra en Oriente.
Fuentes. General.
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