Dosier: Las
migraciones y los refugiados en el mundo.
Refugiados cruzando una frontera en los Balcanes.
Branko Milanovic en Las causas económicas de las migraciones [“El País” (30-X-2013)] resume las causas de la presión migratoria: la desigualdad salarial entre los países pobres y los ricos (EE UU tiene una renta per cápita 50 veces superior a la de Madagascar, cuando en 1960 era solo 10 veces), el mayor conocimiento de esta desigualdad (sobre todo por la globalización de Internet y la televisión, y la mayor apertura a la información) y el menor coste de transporte entre el Tercer mundo y el Primero. Las respuestas pueden ser dos; la represiva, cuyos resultados son ineficaces en general; y la reguladora e integradora, que es más costosa a corto plazo pero más eficaz a largo plazo.
Gemma Pinyol, directora de políticas migratorias y
diversidad en Instrategies e investigadora asociada en GRITIM-UPF, sostiene en Otro paradigma migratorio [“El País”
(6-VII-2018)] un enfoque humanista, global y multinivel sobre el fenómeno
mundial de las migraciones y los refugiados:
‹‹En muchos
países, la securitización de las
migraciones —entendiendo así el convertir a las mismas en un fenómeno percibido
como amenazador por buena parte de la ciudadanía— ha derivado en una
fortificación de sus fronteras, una externalización de su control y un
incremento de los espacios de vulneración de derechos de las personas que se
mueven. Sin restar importancia a la gestión fronteriza, ha supuesto privarnos
de los debates apremiantes que deberíamos estar teniendo sobre las políticas de
inmigración y asilo en la UE.
Apremiantes no porque haya una crisis
migratoria, sino porque hay una crisis política y de gestión que ha encontrado
en las migraciones un catalizador de profundas desafecciones surgidas durante
la crisis económica. Esta utilización de la inmigración para alentar miedos
difusos no es nueva, pero ahora es especialmente incomprensible, porque se
contradice con los datos y estudios disponibles. Esta desconexión entre la
opinión construida y la opinión fundamentada explica por qué no se están
afrontando los debates que deberían tenerse en materia migratoria.
Se ha construido un
imaginario que percibe los flujos migratorios globales como un fenómeno
populoso de carácter irregular, que tiene como destino El Dorado de los países
más desarrollados. Sin embargo, las cifras nos indican que los 246 millones de
migrantes son menos del 4% de la población mundial, una proporción sostenida en
las últimas décadas y menor que en otras épocas. También nos muestran que las
migraciones tienen carácter regional y que es en el sur donde mayor dinamismo
existe.
Se perciben como una amenaza
desordenada, sobreestimando en muchas ocasiones la irregularidad, y se ofrecen
respuestas discutibles. Se habla de luchar contra sus causas profundas para
reducir los flujos, sin atender el carácter complejo de la relación entre
migración y desarrollo, y que las investigaciones demuestran que no existe una
correlación generalizable entre mayor desarrollo y menor emigración. Y se
afirma que las migraciones pueden pararse cerrando las fronteras, o
creando espacios fortaleza como
el que la UE lleva años intentando construir con cantidades ingentes de
recursos. Hacer creer que son posibles las políticas de inmigración cero o la
impermeabilidad absoluta de las fronteras tiene enormes costes políticos cuando
no se responde a las expectativas.
Desde otras posiciones no-securitarias, se usan igualmente argumentos que presuponen
en la inmigración la solución al envejecimiento o a la sostenibilidad de los
sistemas de pensiones en los países de destino, lo que tampoco se sostiene con
datos generalizables. ¿Qué falta en estos debates? Nada que la opinión
estudiada no lleve años apuntando. Para empezar, un cambio de paradigma que
supere la mirada securitizada de las migraciones y plantee las mismas como un fenómeno transversal
y complejo, que no por ello problemático. Hablamos de un fenómeno que requiere
de una mayor corresponsabilidad entre territorios de origen, tránsito y
destino, y de una mejor gobernanza multinivel.
Es necesario entender que la promoción
de vías de acceso seguro tiene mayor impacto en la reducción de la
irregularidad que el gasto fronterizo. Aquí se podría discutir qué instrumentos
parecen los más adecuados; Llenar la agenda de cuestiones como visados de
búsqueda de empleo, contingentes, remesas, migración en familia en lugar de
reagrupación familiar o resolución de conflictos, ya sería un gran paso. Esto
debe hacerse a nivel local y a nivel global para responder con una mirada
multinivel que asuma un nuevo diálogo migratorio.
Hablar de instrumentos de integración
e inclusión, que fomenten una mayor interacción de las diversidades en nuestras
sociedades, también es clave. Reconociendo los retos y respondiendo a las
dificultades. Y luchando contra la discriminación y los discursos de odio,
porque eso significa hablar del modelo de sociedad que queremos ser.
Parece imprescindible, para resolver
una crisis que no lo es, que se supere esta polarización entre opinión creada y
fundamentada en el debate migratorio está encajado. Es necesario para reforzar
una gobernanza que permita desmantelar discursos populistas e indispensable
para evitar debates tóxicos e improductivos que sólo alientan la cronificación
de malestares, vulneraciones y conflictos en nuestro futuro cercano.››
El editorial Un
primer paso [“El País” (27-XII-2018)] urge a la colaboración internacional
para humanizar las migraciones, que son inevitables, y el acuerdo de la ONU,
aunque no unánime es un gran avance:
‹‹La
historia de la humanidad es el relato de una larga migración, un movimiento que
se ha ido acelerando conforme lo permitían los medios técnicos. Entre 1820 y
1920, 60 millones de europeos cruzaron el Atlántico en busca de un futuro en
América gracias a las mejoras en la navegación. Actualmente, según calcula la
ONU, 258 millones de personas viven fuera de su país de nacimiento (el 3,4% de
la población mundial), una cifra que, sostiene la organización, crecerá en los
próximos años a causa de la desigualdad, el cambio climático, los conflictos,
pero también la interconectividad que facilita los desplazamientos de personas.
La migración es un fenómeno internacional, que solo logrará racionalizarse y,
sobre todo, humanizarse en un marco global. Por eso, es bienvenido el pacto
migratorio de la ONU, adoptado en diciembre por 165 países de los 193 que
integran la ONU.
El documento representa solo un primer
paso, que no instaura ningún derecho a migrar, sino que recalca los derechos
humanos de todos los migrantes con independencia de sus papeles. También llama
a que no sean detenidos sin motivo o a que los menores gocen de una protección
especial, una absoluta necesidad que no está actualmente garantizada. El pacto
no es vinculante, no obliga a ningún Estado firmante. Sin embargo, el acuerdo
ha provocado protestas violentas, incluso ha llegado a romper el Gobierno de Bélgica
y ha sido rechazado por Estados que le reprochaban ideas que ni siquiera
incluía. Los principales países gobernados por nacionalistas, o que tienen una
importante influencia ultraderechista, lo han denostado, entre ellos Estados
Unidos, Australia, Italia, Hungría, Polonia o Austria. Sus argumentos, que
tantos réditos electorales les han dado, se basaban casi siempre en
informaciones falsas que, por eso mismo, resultaban casi imposibles de rebatir.
La UE se ha mostrado muy dividida en
un tema que socava sus consejos y que ha creado una situación caótica en el
Mediterráneo, ya que los Estados que deberían recibir a los barcos que han
rescatado migrantes se niegan a acogerles, incumpliendo la ley y la lógica.
Estados Unidos ni siquiera ha querido participar en las negociaciones, lo que
no es de extrañar dado que su presidente, Donald Trump, se ha mostrado
directamente cruel con los inmigrantes.
La historia enseña que la inmigración
nunca se detiene y que las grandes crisis provocan enormes movimientos: la hambruna
de la patata en Irlanda puso a un millón de personas en el mar (sin que hubiera
que sufrir los miles de náufragos y ahogados que hoy día, con una tecnología
muy superior, nos sobrecogen) y, al igual que la guerra de Siria provocó en
2015 una oleada de millones de personas en huida, la violencia, la pobreza y la
sequía han desencadenado a finales de este año una caravana que ha recorrido
Centroamérica hasta la frontera con EE UU. Un pacto migratorio mundial
puede ayudar a controlar estas mareas humanas que, de todos modos, ya existen.
Esto no significa volver a situación
en vigor durante el siglo XIX y una parte del siglo XX, cuando bastaba con no
tener una enfermedad contagiosa para instalarse en EE UU o América Latina.
Tampoco prevé que los inmigrantes, una vez instalados, puedan saltarse la ley
del país en el que residen. Resulta especialmente irritante que un país como
Estados Unidos, formado por emigrantes, e Italia, donde la emigración forma
parte de su identidad y su cultura, encabecen el rechazo a un acuerdo contra un
fenómeno sin el que no existirían.
Solo el trabajo conjunto entre los
Estados que producen emigrantes y los que los reciben puede ayudar a
racionalizar los flujos migratorios. La cooperación para mejorar las
condiciones de vida de los países más pobres ralentizará, pero no detendrá el
movimiento. Y es además lo deseable porque los países necesitan inmigrantes.
Alemania acaba de anunciar que busca a 1,2 millones de trabajadores
cualificados, mientras que la salud de la pirámide demográfica española depende
de los que vienen de fuera. Como escribió el dramaturgo suizo Friedrich
Dürrenmatt: “Tristes estos tiempos en los que hay que luchar por lo obvio”.››
FUENTES.
Internet.
Documentales / Videos.
Más de 150 países aprueban el Pacto Migratorio mundial de la ONU. Agencia EFE (11-XII-2018).
Libros.
Collier,
Paul. Éxodo. Inmigrantes, emigrantes y
países. Turner. Madrid. 2013. 348 pp. Propugna un control de las corrientes
migratorias, para evitar el colapso de las sociedades que las reciben.
Naïr, Sami. Refugiados, ante la
catástrofe humana, una solución real. Crítica. 2016. 186 pp.
Reportajes. Orden cronológico.
Rosso, Nicoló Filippo. América Latina, cuando el destino es migrar. “El País” Semanal 2.349 (3-X-2021). Fotoensayo sobre los migrantes que recorren el continente.
Urbina, Ian. El muro invisible. “El País” Semanal 2.358 (5-XII-2021). La tragedia del migrante Aliou Candé, de Guinea-Bissau, que murió en una cárce de Trípoli, y una amplia explicación de la evolución de la migración en la ruta libia.
León, Pablo (texto); Aranda, Samuel (fotos). El rastro de la tortura. “El País” Semanal 2.368 (13-II-2022). La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ayuda en Grecia a los inmigrantes que han sufrido torturas y abusos.
Noticias. Orden
cronológico.
Sosa Troya, María. Las
guerras fuerzan el desplazamiento de 42.500 personas al día. “El País”
(19-VI-2015) 5. En 2015 había 59,5 millones de refugiados.
Ayuso, Javier. Un
éxodo de 60 millones de refugiados. “El País” (13-IX-2015) 6-7. Excelente
resumen, con gráficos muy instructivos.
Vicente, Álex. La
cultura mundial alza la voz por los refugiados. “El País” (20-III-2016).
Artistas e intelectuales como Ai Weiwei, Kapoor, Banksy, Cantet… promueven
acciones para denunciar el problema.
Criado, M. Á. Los
refugiados dan el doble de lo que reciben. “El País” (20-VI-2016). Por cada
euro de ayuda, generan dos para la economía local, según un estudio en tres
campos en Ruanda.
Altares, G. Acogerse
a sagrado. “El País” Ideas 91 (5-II-2017). Peligra el derecho de asilo con
la política egoísta de Trump.
Piscitelli, Giulio. El
éxodo eterno. “El País” Semanal 2.107 (12-II-2017). Reportaje fotográfico
sobre la aventura de los inmigrantes hasta llegar a Europa.
Galarraga, Naiara; Delle
Femmine, Laura. Filippo Grandi / Alto comisionado de Acnur. ‘Respetar
la ley de refugiados no implica una catástrofe electoral. Mire a Macron’.
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Delle Femmine,
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Galarraga, N. La
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Criado, M. Á. Los
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Peregil, F. La ONU
denuncia la deportación masiva de migrantes por Argelia. “El País”
(27-VI-2018). Miles de subsaharianos son abandonados en el desierto cerca de
Níger.
Martín, M.; López-Fonseca,
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González, Sara. Cómo localizar a
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Redacción. A la búsqueda de trabajadores cualificados. “El País” (20-II-2020).
Muchos países (Canadá, España, Alemania, EE UU, México o China) facilitan la
inmigración de los mejor formados ante las necesidades de la economía.
Pita, Antonio. Sin Estado cuando más falta hace. “El
País” (12-IV-2020). Agencias de la ONU y ONG alertan de la vulnerabilidad de
los apátridas ante la pandemia.
Hierro, Lola. Alerta
sanitaria para más desplazados que nunca. “El País” (29-IV-2020). Hay 50,8
millones de exiliados o refugiados a causa de las guerras, las persecuciones o
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Mourenza,
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Análisis y opiniones. Orden alfabético.
Altares, Guillermo. Menos
derechos, menos humanos. “El País” (22-VI-2018). La crisis migratoria
muestra el retroceso de los derechos humanos en muchas potencias.
Balibar, Étienne. Por un derecho
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de la Universidad de París-Oeste.
Bassets, Lluís. Catálogo
de iniquidades. “El País” (21-VI-2018). Los gobiernos xenófobos de EE UU,
Hungría, Italia o Birmania compiten en abusar de los refugiados.
Bauman, Zygmunt. Mensajeros
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refugiados e inmigrantes.
Berman, Sheri. La izquierda, frente
a la inmigración. “El País” (18-I-2019). Occidente necesita inmigrantes,
pero sus peores efectos se notan en las zonas más deprimidas y alientan el
populismo. Urgen políticas para paliar las consecuencias.
Domínguez,
Íñigo. Una modesta propuesta nazi.
“El País” Ideas 408 (5-III-2023). Una propuesta fascista pero brillante para
concienciar a la gente y los políticos: una competición en la que los
ciudadanos occidentales voluntariamente sufran lo mismo que los migrantes en su
recorrido, como robos, violencia, violaciones, enfermedad y hambre, y si
consiguen llegar a Occidente sufran la ilegalidad, los guetos, los abusos
laborales y los recurrentes insultos de que son vagos y maleantes. Veremos qué
pensarían después.
Editorial. Un primer paso. “El
País” (27-XII-2018). Urge la colaboración internacional para humanizar las
migraciones, que son inevitables, y el acuerdo de la ONU, aunque no unánime, es
un avance.
Esono, Andrés. Las
crisis humanitarias que vienen. “El País” Ideas (13-XII-2015) 11. Las
dictaduras africanas colapsarán y millones de refugiados escaparán, ¿dónde?
Ferrajoli,
Luigi. El ascenso de las políticas
inhumanas. “El País” Ideas 415 (23-IV-2023). Las políticas de Meloni contra
los inmigrantes ilegales son crueles y se inscriben en una deshumanización que
crece en Europa.
Galarraga, Naiara. Hipocresías
y logros del derecho de asilo. “El País” (18-III-2016).
Galindo, Jorge. Ampliar
la democracia. “El País” (28-VI-2018). Los refugiados deben tener
protección de sus derechos.
Garcés Mascareñas, Blanca. Imprescindibles pero invisibles. “El
País” (22-IV-2020). Los inmigrantes son necesarios para mantener la economía al
tomar empleos que pocos quieren, sobre todo en la agricultura y el cuidado de
los mayores, y para sostener la demografía de sociedades envejecidas. Hay dos
grandes opciones para tratarla: la de Portugal de legalizarlos e incluirlos, y
la de EE UU de marginarlos. España ha de tomar la vía portuguesa, más
beneficiosa por utilitarista en lo económico, lo sociosanitario y lo
gobernativo.
Martín, María. Filippo Grandi /
Alto comisionado de Acnur. ‘Cerrar Europa a los refugiados sería abdicar de
todos nuestros valores’. “El País” (30-XI-2018). Afirma que “protegernos de
los que vienen en vez de protegerlos es una manipulación”.
Blanco, Silvia. Filippo Grandi / Alto Comisionado de la ONU para Refugiados. ‘Si se reanuda el turismo, tiene que reanudarse el asilo’. “El País” (20-VI-2020).
Chouza, P. Filippo Grandi / Alto Comisionado de la ONU para Refugiados.’En Europa, 1.000 llegadas son una crisis; en algunos países es el día a día’. “El País” (17-II-2021).
Leonard,
Mark. Las superpotencias migratorias.
“El País” (27-IV-2016). China, India y otros países se benefician de enviar y
recibir inmigrantes.
Martínez-Zarzoso, Inmaculada.
Catástrofes naturales y migraciones
globales. “El
País” Negocios 1.938 (24-XII-2022). La presión del cambio climático y las
catástrofes asociadas impulsa las migraciones desde otros continentes.
Milanovic,
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migraciones. “El País” (30-X-2013) 27-28.
Montero, Rosa. Fronteras. “El
País” Semanal 2.180 (8-VII-2018). La escritora reivindica la solidaridad con
los refugiados y se opone a la xenofobia.
Mourenza, Andrés. Lúgubres espacios para la disuasión y el
miedo. “El País” Ideas 238 (8-XII-2019). Los nuevos campos de concentración
se usan para encerrar a los refugiados en Europa o a las minorías étnicas como
los uigures en China, en pésimas condiciones, lo que daña la democracia y los
derechos humanos.
Naím, Moisés. Diásporas;
algunas salvan, otras matan. “El País” (3-XII-2017). Las diásporas
(dispersión o éxodo de pueblos o grupos) son ambivalentes: algunas ayudan en la
distancia a sus países a progresar (las remesas), otras alimentan conflictos
(financiaron el terrorismo del IRA o los tamiles).
Naïr, Sami. Refugiados.
Frente a la catástrofe humanitaria, una solución real. Crítica. Barcelona.
2016.
Naïr, S. La
xenofobia banal. “El País” (24-IX-2016).
Naïr, S. Demografía
y migraciones futuras. “El País” (23-VI-2018). Los movimientos migratorios,
los ‘flujos demográficos’, continuarán.
Naïr, S. Échele la culpa al
inmigrante, es bien fácil. “El País” Ideas 192 (20-I-2019). El inmigrante
como chivo expiatorio de la creciente desigualdad social.
Näir, S. La humanidad inmigrante. “El País” (9-XII-2019).
Ordine, Nuccio. Dos mil kilómetros de muro europeo. “El
País” (8-III-2023). Critica a los partidos xenófobos que tratan de modo
inhumano a los migrantes. Olvidan que sus antepasados también fueron migrantes.
Panella, Clara. Refugiados
climáticos. “El País” (23-X-2018).
Paone,
Mariangela. El emigrante ya no mira solo
al Norte. “El País” (30-I-2014) 34-35. Los emigrantes ya no van solo a
Europa y EE UU, sino que miran también a los países emergentes, desde China e
India a México o Marruecos.
Pinyol, Gemma. Otro
paradigma migratorio. “El País” (6-VII-2018).
Rubio Hancock, Jaime. Abrir las fronteras, ¿es factible? “El
País” Ideas 409 (12-III-2023). Hay motivos válidos para considerar la
conveniencia de liberalizar la entrada de migrantes.
Terrón, Anna. Para
reforzar el sistema de asilo. “El País” (20-VI-2017).
Vargas Llosa, Mario. La marcha del
hambre. “El País” (11-XI-2018). Solo una mayor democracia acabará con las
causas que llevan a las masivas migraciones.
Vidal-Folch, Xavier. Inmigrantes:
cómo hacer. “El País” (25-VI-2018). Dos ejemplos positivos de cómo integrar
a los inmigrantes: Hamburgo y Saint-Dennis (afueras de París).
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