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miércoles, 28 de agosto de 2019

España. Dosier: Los incendios forestales y la gestión forestal.

España. Dosier: Los incendios forestales y la gestión forestal.



Análisis y opiniones.
El editorial Luchar contra el fuego [“El País” (7-VII-2019)] apunta la gravedad del problema de los incendios forestales en España y las soluciones aconsejables:
‹‹Los incendios forestales han alcanzado una nueva categoría: son cada vez más extensos y voraces. Alentada por una prolongada ola de calor y el fuerte viento, la virulencia del fuego se ha dejado sentir durante los últimos días de junio en varias zonas del territorio español, especialmente en la Ribera d'Ebre, donde ha devorado más de 6.000 hectáreas. Ha sido este el primer gran incendio de la temporada estival y las previsiones no son halagüeñas. El cambio climático, la despoblación rural y la transformación socioeconómica favorecen la acumulación de grandes cantidades de biomasa inflamable, un óptimo combustible para que un fuego —intencionado o fortuito— se convierta en un megaincendio. La prevención, que pasa por una gestión sostenida de los bosques, es la mejor herramienta para que España no se convierta cada verano en un polvorín.
La sociedad y las Administraciones se enfrentan a la llamada “sexta generación” de incendios, caracterizada por la enorme velocidad a la que se propagan las llamas. Comunidades autónomas y Ayuntamientos —incluso aquellos ubicados en zonas de alto riesgo— no siempre cuentan con planes específicos para combatir los siniestros, como ha puesto de relieve la Fiscalía especializada en medio ambiente y urbanismo. Además de voluntad política, es preciso destinar los necesarios recursos económicos para mantener limpios matorrales y bosques y evitar que España ostente el triste récord de ser el segundo país del Mediterráneo con más hectáreas calcinadas (alrededor de 100.000 al año). Convendría alterar la ecuación para poder emplear más fondos en la prevención y, por consiguiente, menos en la extinción.
La gestión del territorio y la creación de infraestructuras para que los bosques sean menos vulnerables son medidas inexcusables ante la amenaza de los megaincendios. Una política forestal conjunta, que aúne los esfuerzos en el ámbito local, autonómico y estatal, permitirá abordar con mayor éxito estas crisis medioambientales.››

Jordi Mir en Los incendios ya no se pueden apagar en invierno [“El País” (19-VI-2022).  / https://elpais.com/espana/catalunya/2022-06-19/los-incendios-ya-no-se-pueden-apagar-en-invierno.html] insiste en que hay que tomar conciencia del trabajo a implementar desde ya a largo, medio y corto plazo. 
‹‹La situación de emergencia climática en la que nos encontramos tiene como una de sus consecuencias condiciones meteorológicas que favorecen la proliferación de incendios y el aumento de su gravedad. Y la situación de nuestros bosques tiene como una de sus consecuencias un escenario muy propicio para la propagación de grandes incendios.
Hay que actuar decididamente en diferentes ámbitos. Necesitamos políticas de mitigación sobre el territorio para responder urgentemente a los incendios y sus consecuencias hoy. Los bosques no pueden ser materia combustible a la espera de arder. Deben ser espacios de vida, como en épocas anteriores pudieron ser, que contribuyen a su sostenibilidad. Los bosques resistirán mejor a los fuegos si son espacios en los que conviven agricultura, pasturas, cultivos diversos, árboles de diferentes edades y condiciones…
Hay que actuar decididamente sobre las emisiones contaminantes que agravan las crisis climáticas. Sabemos que la manera de controlar el aumento de temperaturas, causantes de incendios y del aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, es la reducción de emisiones. Lo reclama insistentemente la ONU, el Panel Internacional de Investigadores del Cambio Climático (IPCC), el movimiento ecologista... Pero no lo estamos haciendo. Y hay quien insiste en que es normal que en verano haga calor y tengamos incendios. Claro que es habitual en zonas mediterráneas, pero los récords que no dejamos de batir son una evidencia incontestable de que no se puede considerar normal lo que estamos viviendo.
La expresión “los incendios se apagan en invierno” apelaba a nuestras dificultades para avanzarnos a los acontecimientos que sabemos que ocurrirán, que sabemos que pueden ser resueltos antes de que acaben en desastre. Hoy esa apelación continúa siendo urgente, pero hay que saber que ya no bastará lo que hagamos el próximo invierno. Hay que actuar desde ya pensando en las próximas décadas.››


Patricia Ortega resume en Los incendios se apagan en invierno [“El País” (28-VI-2022) / https://elpais.com/espana/2022-06-28/estamos-preparados-para-los-incendios-que-vienen.html] que al comienzo del verano de 2022 la superficie quemada es ya de 52.000 hectáreas, el doble que el año pasado. La prevención es la gran asignatura pendiente. la necesidad de prevenir en invierno para que no haya incendios forestales catastróficos en verano: 

‹‹Mientras empezaba a arder la Sierra de la Culebra (Zamora) el pasado día 15 de junio [2022], en plena ola de calor y después de que presuntamente un rayo de una tormenta seca prendiese la primera llama, en la aplicación del móvil “Incendios Castilla y León” —que gestiona la Junta de Castilla y León— podía leerse: “Época de peligro medio. Sin alertas”. Lo mismo ponía tres días más tarde, cuando el fuego había calcinado ya 25.000 hectáreas de monte, acercándose peligrosamente a una veintena de poblaciones en las que más de 1.250 personas fueron desalojadas de sus casas. Finalmente han sido 30.000 [30.800] las hectáreas quemadas. El pasado jueves seguían ardiendo algunas zonas acotadas y el mensaje en la aplicación de la Junta era el mismo.

Sumadas a las extensiones de los recientes incendios de Málaga, Navarra, Aragón y Cataluña, van 51.957 hectáreas arrasadas por el fuego, según los datos de Protección Civil: más del doble de la extensión quemada en el mismo periodo del año pasado, y el verano no ha hecho más que empezar. Los expertos en la lucha contra los incendios aseguran que es un asunto “extremadamente complejo” en el que intervienen factores medioambientales, de seguridad, de distribución de la población (cómo ocupamos el territorio), de política forestal con repoblaciones de especies, y de formación y educación (campañas de concienciación ciudadana). Por tanto, “no tiene una solución fácil”.

No obstante, las normativas “más restrictivas” —aunque cada comunidad autónoma establece la suya porque las competencias medioambientales están transferidas— han ayudado en el control: “En Madrid, por ejemplo, se prohibieron las barbacoas en el monte hace años”, recuerda la sargento Gema Armero, del Seprona, servicio de protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, con 2.000 agentes encargados de hacer cumplir esas normativas.

Las nuevas tecnologías junto a la inteligencia artificial, como el sistema Arbaria, pionero de alerta temprana que permite la predicción de incendios forestales mediante técnicas de big data; o el sistema Copernicus, que facilita vía satélite información geoespacial puntual y precisa; o las predicciones de la Aemet, “permiten anticiparse y redistribuir efectivos y medios en los lugares donde se prevé un mayor riesgo”, asegura Armero.

El último censo del Seprona, tras las campañas territoriales de control, incluye 621 zonas de riesgo alto de incendio en España: “Zonas recreativas (donde hay actividad humana el riesgo es siempre alto), vertederos (sobre todo ilegales), líneas de tendido eléctrico (cortocircuitos, subidas o bajadas de tensión), y espacios de acumulación de biomasa no retirada (como consecuencia de la tormenta Filomena)”, enumera, sin concretar donde se ubican esos sitios.

Los expertos en la materia coinciden, eso sí, en un aspecto: “Los incendios forestales empiezan a apagarse en invierno”. Y recuerdan que “es inútil considerar que el “riesgo alto” comienza en el mes de julio y, en consecuencia, no contratar los refuerzos de los servicios de bomberos hasta ese mes, como ha ocurrido ahora en Castilla y León”. O como ocurrió en el incendio de Sierra Bermeja (Málaga) el año pasado [2021], que arrasó 10.000 hectáreas, desalojó a 3.000 vecinos, y se extendió durante 46 días en una lucha contra las llamas en la que murió un bombero del Infoca.

Entonces, cuando el humo se desvanece, y los bosques son ya cenizas, quedan al descubierto las desnudeces de los planes de prevención (de los 8.000 municipios españoles solo 1.800 cuentan con planes de protección civil) y aparecen los conflictos laborales latentes, como los que han salido a la luz ahora en Castilla y León, donde el pasado miércoles los bomberos se concentraron frente al Parlamento de la Junta exigiendo dimisiones por la mala gestión y mejores condiciones laborales. O como pasaba en Málaga, donde acampaban delante del Palacio de San Telmo por un empleo estable, ya que solo se les contrata de junio a octubre.

El último siniestro de Zamora es una buena muestra de cómo han variado los incendios en los últimos decenios y evidencia algunos de los peligros que suponen. “Son cada vez más amenazantes, al acercarse más a las poblaciones”, según los expertos del Seprona y de Protección Civil, responsable de la gestión de emergencias y dependiente también del Ministerio del Interior.

Lo ocurrido en la Sierra de la Culebra ha dejado ver también lo envejecida y sola que está la llamada España vaciada, ya que los habitantes de esas poblaciones desalojadas eran en su mayor parte personas mayores. Ha mostrado el abandono del campo, donde ya no pastan los animales y la yerba seca crece por doquier; y donde se repuebla con especies no autóctonas: “Todos los pinos han ardido, pero los castaños están casi intactos”, comenta un lugareño. “En el pinar no viven animales, debajo del pino no crece nada”, añade.

 “Podemos llenar el cielo de hidroaviones, pero si no somos capaces de hacer de la naturaleza una aliada, de vivir en ella, de ella y con ella, de integrarla en el ciclo económico como siempre estuvo, va a ser muy difícil”, advierte Leonardo Marcos, director de Protección Civil. “Del mismo modo que si seguimos fijándonos solo en el incendio, en lo que se ve, y no en lo que no vemos, nos estaremos equivocando”, señala. “Somos muy buenos en extinción, de los mejores de Europa, esa es la parte vistosa de la intervención, pero es mucho más importante la prevención y la anticipación”, agrega.

 “Invertir en el cuidado y mantenimiento de los bosques durante todo el año es ya vital”, según los expertos, y va mucho más allá de conflictos laborales, ya que tiene que ver con cómo está organizada la sociedad, concentrada en grandes urbes “y que ha convertido el monte en una suerte de parque temático”, señalan, haciendo hincapié en que cuidar el monte es también fijar a la población en ese territorio.

“No tenemos aún un sistema que nos permita calcular cuánto cuesta un incendio con todos sus parámetros y variables”, dice Marcos, “pero seguro que será mucho mayor ese coste que el de mantener contratados los servicios de bomberos y forestales 12 meses del año”.››



Un resumen.
Los expertos consideran la serie histórica iniciada en 1968 y explican que los incendios se apagan hoy antes porque han mejorado mucho los medios de actuación (se han triplicado entre 1990 y 2020), pero son cada vez más peligrosos, debido a factores como el abandono de la ganadería de monte y del uso de la leña. Hay la paradoja de que apagar tantos fuegos pequeños, “más dóciles”, favorece que aumenten los fuegos grandes porque aumenta la masa forestal en peligro. Los megaincendios no deben contarse solo por el número de hectáreas quemadas sino también por indicadores como la velocidad de expansión, la intensidad de kilovatios metro, etc. La mejor política: más prevención y gestión forestal (mejorar las vías de acceso, más medios humanos y técnicos, promover diferentes especies arbóreas adaptadas al medio), combatir el abandono rural con más medios de vida para agricultores y pastores, establecer usos agrarios en forma de mosaico (alternar cultivos, pastos y bosques), favorecer la ganadería extensiva…


FUENTES.
Internet.

Documentales / Vídeos.

        
Los incendios en Gran Canaria ¿Un incendio de sexta generación? "El País" (21-VIII-2019). 4:19. [https://www.youtube.com/watch?v=VN3N_MGOv-E&t=75s

Reportajes y fotoensayos
Flores, David (fotos). Los árboles se visten de negro. “El País” Semanal 2.128 (9-VII-2017). Fotoensayo sobre los paisajes incendiados de España.

Noticias. Orden cronológico.
Gil, Luis; González, Inés. ¿Queremos bosques? “El País” (25-VIII-2012) 23-24. Una aproximación científica a la gestión forestal.
Hierro, Lola. La mitad de los incendios forestales de 2013 se han producido en julio. “El País” (12-VIII-2013) 18.
Del Álamo, Carlos. Los montes siguen sin atención. “El País” (12-VIII-2013) 18.
Tobella, Alba. La superficie forestal quemada cae al menor nivel del último medio siglo. “El País” (20-VIII-2013) 13. Se debe a una primavera húmeda y un verano sin olas de calor que solo se hayan quemado 25.000 hectáreas hasta agosto, mientras que en 2012 ardieron 199.000.
García, David. Un almacén de basura debajo de los árboles. “El País” (19-IV-2014) 30-31. Los suelos de los bosques españoles acumulan el carbono de 29 años de emisiones. Hay que mejorar la gestión de los bosques.
Rico, Javier. Tomar conciencia de los árboles. “El País” Extra Día del Medio Ambiente (5-VI-2015) 2-3.
Mora, Antonio J. Los rastreadores de fuegos. “El País” (17-VII-2016). El 15% de los incendios causados por la actividad humana son intencionados. 56 personas fueron detenidas en 2014 por provocarlos. En 2015 hubo un 10% más que en 2014.
Planelles, M. Una ‘operación rescate’ para Doñana. “El País” (17-IX-2017). La restauración después del gran incendio.
Planelles, M. La amenaza de los superincendios. “El País” (17-IX-2017). Los 21 mayores incendios de 2017 en España quemaron la mitad de la superficie quemada total.
Villarreal, Antonio. España tiene un problema forestal: tras los grandes incendios, el bosque nunca vuelve. “El Confidencial” (1-II-2018). La costumbre tradicional tras un fuego es permitir que los bosques se regeneren de forma natural, pero los datos muestran que puede ser hora de replantearse esta estrategia, porque lo que aparece es un bosque poco denso, matorralizado, que amenaza convertirse en desierto debido al cambio climático.
Ferrero, Berta; Barroso, F. J. El incendio de Madrid, el más devastador del siglo en la región. “El País” (2-VII-2019). Se inició en Almorox (Toledo) y pasó a Cenicientos y Cadalso de los Vidrios (Madrid), calcinando 3.300 hectáreas.
Zafra, Ignacio. Tres plagas climáticas han dañado ya el 22% de los bosques españoles. “El País” (5-XII-2019). El calentamiento global eleva el riesgo de sequías, los macroincendios y los ataques de insectos.
Ortega, P. Cuando las cenizas llevan a la chispa que desató el fuego. “El País” (28-VI-2020). La Guardia Civil detiene al presunto autor del incendio de Guadarrama en el verano de 2019 y el SEPRONA concluye que el origen del incendio de Gran Canarias en agosto de 2019 fue un pino pegado al cableado eléctrico.
Martín-Arroyo, J.; Agencias. El fuego calcina más de 10.000 hectáreas en Huelva y Murcia. “El País” (31-VIII-2020). Los incendios en 2020 han bajado a la mitad sus daños.
Álvarez, Clemente. Un superincendio tan grande como toda Sevilla. “El País” (6-IX-2020). El incendio de Almonaster la Real (Huelva) ha quemado entre 12.000 y 14.000 hectáreas y los expertos consideran que la culpa es más del abandono rural que del cambio climático, y de haber sembrado plantaciones de eucaliptos, hoy sin explotar por la caída del precio de la madera.
Huete, Cristina. Ourense, el incendio infinito. “El País” (20-IX-2020). Una de las zonas de Europa más castigadas por las llamas.
Sánchez, Esther. ‘He metido lo esencial por si nos tenemos que ir’. “El País” (17-VIII-2021). El incendio de la sierra de Gredos en Ávila ha calcinado ya 12.000 hectáreas. El día siguiente alcanzó las 20.000.

Navarro, Juan. Los vecinos salvaron las casas del infierno de Ávila. “El País” (24-VIII-2021). Al final han sido 23.000 hectáreas quemadas en un incendio, el peor del año en España, agravado por la falta de cortafuegos.

Varo, Laura J. El gran incendio de Málaga extrema su virulencia tras una breve calma. “El País” (13-IX-2021). Un incendio de sexta generación calcina Sierra Bermeja.

Ortega, P. La España que arde. “El País” (19-IX-2021). Un balance provisional de un año pésimo, con gráficos históricos.

Varo, L. Seis días a merced del monstruo. “El País” (19-IX-2021). La semana del superincendio de Málaga.

Sánchez, Nacho. Las llamas arrasan el futuro de Sierra Bermeja. “El País” (12-VI-2022). El superincendio en Málaga ya ha quemado 3.500 hectáreas.

Redacción. El calor extremo y el terreno seco avivan los fuegos en toda España. “El País” (17-VI-2022).

Pontevedra, S. R.; Clemente, Y. “Lo peor será cuando los vecinos vuelvan y vean su sierra hecha cenizas”. “El País” (19-VI-2022). El incendio de la sierra Culebra de Zamora arrasa 25.000 hectáreas.

Ortega, P. Los incendios se apagan en invierno. “El País” (28-VI-2022). Al comienzo del verano la superficie quemada es ya de 52.000 hectáreas, el doble que el año pasado. La prevención es la gran asignatura pendiente.

Redacción. El incendio de la comarca de Las Hurdes se reactiva en una zona considerada crítica. “El País” (15-VII-2022). Se extiende en la linde entre Extremadura y Castilla y León. Ha quemado ya 6.000 hectáreas y afecta al parque natural de Monfragüe.

Constenla, T.; Agencias. La propagación del fuego pone en alerta al sur de Europa. “El País” (16-VII-2022). España, Portugal, Francia, Italia, Grecia, Croacia…

Ortega, P. Los servicios de emergencia luchan contra 33 incendios, 18 sin control. “El País” (16-VII-2022).

Ortega, P. Miles de hectáreas son arrasadas por el fugo en plena ola de calor. “El País” (17-VII-2022). Galicia, Extremadura, Castilla y León, Andalucía…

Segura, P.; et al. Más de 20.000 hectáreas arrasadas por las llamas. “El País” (18-VII-2022). Muere un bombero en Tábara (Zamora).

Redacción. Los incendios de julio convierten 2022 en el peor año del siglo. “El País” (22-VII-2022).

Vega, Iker. La despoblación, combustible para los incendios. “El País” (23-VII-2022).

Rodríguez, Jorge A. El mal uso de maquinaria en el campo, principal causa de fuego este verano. “El País” (6-VIII-2022).

Pontevedra, S. R.; et al. Galicia suma 35.000 hectáreas arrasadas en tres semanas. “El País” (6-VIII-2022). Los fuegos en España, sobre todo en Galicia y Jaén.

Redacción. El incendio de Bejís sigue imparable con 19.000 hectáreas arrasadas. “El País” (20-VIII-2022). Bejís (Castellón) sufre una tragedia ambiental.

Rodríguez, Jorge A. 119 escenarios de la catástrofe que ha quemado ya 287.000 hectáreas. “El País” (24-VIII-2022). El Gobierno aprueba las primeras ayudas para zonas calcinadas de 15 autonomías. Incluye un gráfico de incendios por provincias y un mapa de España con los principales focos.

Poncela, Nacho; Fonseca, Diego. Asturias sufre más de 100 incendios en un día. “El País” (1-IV-2023). Una oleada de incendios provocados.

Medina, M. Á. El calor, la sequía y el viento avivan los fuegos primaverales. “El País” (1-IV-2023).



Análisis y opinión. Orden alfabético.
Álvarez, Clemente; Medina, Miguel Ángel. Menos incendios, pero más grandes y dañinos. “El País” (3-VII-2022). Los periodistas reúnen a expertos que, considerando la serie histórica iniciada en 1968, explican que los incendios se apagan hoy antes .

Noguer, Miquel. Marc Castellnou / Experto en gestión y extinción de incendios. ‘No hay capacidad para extinguir los incendios. Hay que gestionar el paisaje’. “El País” (28-VIII-2019). Dentro de poco los incendios serán mucho más frecuentes y extensos en todo el Hemisferio continental, por el cambio climático.

Medina, M. Á. Ferran Dalmau-Rovira / Experto en gestión forestal e incendios. “La sociedad urbana solo se acuerda del campo en verano, cuando ve humo en el monte”. “El País” (14-VIII-2022). Un análisis profundo de los problemas y las soluciones del cuidado de los bosques.

Editorial. La plaga del fuego. “El País” (22-IX-2013) 34. La oleada de incendios en Galicia demuestra que hay que actuar contra las causas profundas de los incendios forestales, pues no basta la acción policial.
Editorial. Detener los incendios. “El País” (16-VIII-2016).
Editorial. Luchar contra el fuego. “El País” (7-VII-2019).
Editorial. El clima incendiado. “El País” (23-VI-2022). La lucha contraincendios ha de adaptarse a la nueva realidad, como muestra el desastre de la sierra de la Culebra.

Editorial. Fuegos devastadores. “El País” (17-VII-2022).

Editorial. Incendios en marzo. “El País” (31-III-2023). Una oleada de fuegos forestales ya en la primavera avisa de que puede ser un año catastrófico por la evidente emergencia climática. Es urgente mejorar la prevención y los medios asignados.


García Hernández, Alejandro. ‘Pastorear’ los incendios forestales. “El País” (13-VIII-2017). Critica la ineficaz política española de prevención de incendios forestales: cuantos más fuegos pequeños se extinguen más se favorecen los grandes.

Álvarez, C. Jesús Garzón / Naturalista. “Donde hay pastores no hay incendios y, si los hay, se controlan rápidamente”. “El País” (18-VII-2022). Un rebaño de 1.000 ovejas consume de cuatro a toneladas de hierba cada día, limpia la maleza, hace cortafuegos… Y los pastores reaccionan de inmediato a los incendios. Entre 2010 y 2020 se han perdido en España 10 millones de ovejas y y de cabras, con 20.000 puestos de trabajo, que eran gente que conocía y cuidaba el terreno. Hay que reivindicar el pastoreo como un factor fundamental para la prevención de los incendios y el cambio climático, y para una producción agraria sostenible.

Ortega, P. Leonardo Marcos / Director general de Protección Civil. “Esto no va a parar, es una evidencia del cambio climático”. “El País” (16-VII-2022). Una ola de calor precipita una avalancha de incendios forestales.

Medina, Miguel Ángel. El calor, la sequía y el viento avivan los fuegos primaverales. “El País” (1-IV-2023).


Mir, Jordi. Los incendios ya no se pueden apagar en invierno. “El País” (19-VI-2022). [https://elpais.com/espana/catalunya/2022-06-19/los-incendios-ya-no-se-pueden-apagar-en-invierno.html

Ortega, Patricia. Los incendios se apagan en invierno. “El País” (28-VI-2022). [https://elpais.com/espana/2022-06-28/estamos-preparados-para-los-incendios-que-vienen.html
Ortega, P. La España quemada: 250.000 hectáreas arrasadas por 45 grandes incendios. “El País” (22-VIII-2022). Un resumen de las catástrofes del verano, con mapas y gráficos.


sábado, 8 de junio de 2019

Dosier: El patrimonio natural e histórico de Son Ferrer (Calvià).

Dosier: El patrimonio natural e histórico de Son Ferrer (Calvià).

Documento:

File:Vista aèria Son Ferrer (Calvià).JPG

Vista aérea de Son Ferrer, con Santa Ponça al fondo.

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Calle Ocell Paradís.

Geomorfología.

Baleares

Baleares

Son Ferrer es una localidad del municipio de Calvià, en la isla de Mallorca. Está ubicada en una llanura a los pies de la sierra de Tramuntana (o sierra Norte). Esta llanura, cubierta de materiales arcillosos y arenosos, tiene unas pequeñas elevaciones de roquedal calcáreo (calizas y dolomías son dominantes, y hay también margas y tizas), como el Puig d'en Saragossa, el Puig de Ginesta y el Puig del Rei, donde termina la pequeña sierra de Na Burguesa que sube Calvià y Palma.

Geología histórica - Wikipedia, la enciclopedia libre


Qué es y cómo se mide el tiempo geológico | Meteorología en Red

Terremotos en España: curiosidades que seguro desconocías

Estructuralmente, se formó por la orogenia (pliegue) alpina, originada por el acercamiento de la placa Africana (África) y de la placa Euroasiática (Europa) que comprimió los materiales depositados en el surco (geosinclinal) bético, la cual cosa explica la coincidente alineación de la Tramuntana con las cordilleras Béticas. Este plegamiento se produjo en el Mioceno medio, plegando los materiales depositados durante el Secundario y Terciario inferior, originando la cordillera de Tramuntana y las demás, y también las que conforman las cimas alrededor de Son Ferrer, éstas de materiales calcáreos depositados en Mezozoico medio o Jurásico, hace 201-145 millones (M) de años, más probablemente en el período del Lias, 170-145 M, y elevados durante el plegamiento alpino del Terciario inferior. Así, las zonas más elevadas y escarpadas son los horstos y las hundidas y llenadas de sedimentos son los grabens, producidos por fallas en el relieve anterior.
Durante el Terciario medio y superior, la erosión de la cordillera llenó de sedimentos calcáreos y arcillosos los grabens del espacio costero donde está Son Ferrer. Los movimientos distensivos que tuvieron lugar durante el Mioceno superior originaron las elevaciones centrales, hace unos 20-10 M de años.
Durante el Cuaternario se desarrollaron arrecifes coralinos (al final del Mioceno) y la erosión y sedimentación acabaron de configurar el relieve hoy visible de Son Ferrer, como el de casi todo el Pla de Mallorca. En este período se sucedieron una alternancia de etapas frías y cálidas que dieron lugar a una serie de cambios en el nivel del mar que llegaron unas hasta un máximo de 120 metros por encima y otras de 100 metros por debajo del nivel actual, lo que explica la presencia de materiales marinos (conchas y areniscas o calcarenitas algales) en lugares ahora bien elevados. Durante los períodos fríos se desarrollaron sistemas dunares, con arenitas (piedra de piedra arenisca y otros tipos), con formas de anticlinales (una curvatura convexa en forma de A) como las que se ven en el lado del túmulo (a unos 25 metros de altura sobre el nivel del mar) o de la iglesia de Son Ferrer, o mejor aún en los cortes de las aceras de las carreteras, como en la rotonda de la autopista.

Clima.
Son Ferrer, como el resto del suroeste de Mallorca, tiene un clima mediterráneo litoral, con veranos calurosos e inviernos suaves. Los tres grandes factores son la latitud (39º N, de clima templado), la altura (Son Ferrer está sólo entre 20 y 25 metros sobre el nivel del mar) y la influencia marina (sólo dista un kilómetro de la costa).


El climograma de Son Ferrer, como los de Palma Nova y Santa Ponça, es muy similar al del aeropuerto de Maó en Menorca y por tanto lo escogemos como referente.

La temperatura (T) media en enero (mes más frío) es entre 10 y 11 grados y la T media en julio (mes más cálido) es entre 24 y 25 grados. Esto da una moderada amplitud térmica, en torno a 14 grados. Hay una media de 2.756 horas de sol.
Las precipitaciones son moderadas entre otoño y primavera y muy pequeñas en verano, con una media anual en Son Ferrer cerca de los 380-400 mm cúbicos, con variaciones entre un año y otro sobre todo en los últimos veinte años en los que se nota el cambio climático, con más sequías largas cuya media supera por poco los 300 mm, y ocasionalmente con años lluviosos que se acercan a los 450 mm. De media llueve 51 días al año.

Diluvio en Son Ferrer

Ocasionalmente, las lluvias son tan abundantes que Son Ferrer se inunda en la parte más baja.

Los vientos dominantes son el más fresco y húmedo de la Tramuntana (del norte), y los más calientes y secos del Llebeig (sudeste) y del Levante (este). De mayo a septiembre existe un régimen de brisas marinas que procedentes del mar desde el medio día por la tarde ayudan a suavizar las temperaturas.

Suelos.

El suelo predominante en Son Ferrer se clasifica como rendzina (material calcáreo en las zonas secas) del tipo terra rossa, que en las zonas más elevadas que sufren escorrentía son casi xerósoles (grises y muy pobres) y en las zonas bajas donde llegan más sedimentos es rojo mediterráneo (junto al campo de fútbol de Son Ferrer) o rendzina húmeda del tipo terra fusca, más abundante en la llanura más fértil de Sa Porrassa.

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El sòl. | Geografia. El bloc de 2n de batxillerat

En la superficie se ven unos suelos de escasos materiales arcillosos y arenosos, algo por encima de un potente sustrato pardo calcáreo que a menudo aflora, y se ven mejor estos suelos calcáreos en las zonas más elevadas, a menudo con margas (mezcla de calizas y arcillas), arenitas o areniscas (como un marés de escasa calidad constructiva, como el que encontramos cerca del túmulo), piedras calizas (a menudo coralinas) arrastradas por los torrentes…
El perfil de suelo fértil muestra un horizonte (capa o estrato) superior A de manto muy superficial y pobre, con una mínima banda de humus encima, y ​​además muy ácido por la caída de las hojas espinosas de los pinos.

Recursos hídricos.
Son Ferrer está bordeada por un sistema de cuatro pequeños ejes o vertientes aluviales, tan pequeños que no son torrentes y que llevan o arrastran agua sólo cuando llueve mucho: uno que va al oeste a la zona húmeda o albufera de Santa Ponça, otro muy pequeño y superficial que va al suroeste a El Toro, un tercero que va al este hacia la zona húmeda de Sa Porrassa y el salobrar de Magaluf, donde todavía hay restos de una antigua albufera relicta, cada año más pequeña por la falta de conexión al mar provocada por los usos de redes de comunicación, residenciales y turísticos, y un cuarto eje que va al noreste hacia el salobrar ya extinto de Palma Nova.
Es importante señalar que Son Ferrer está construido en gran parte sobre esta antigua albufera, que con gran probabilidad hasta tiempos antiguos se comunicaba directamente con el humedal de Santa Ponça por una grieta en el noroeste. Esto también explica la facilidad en la que se inunda cuando llueve mucho.

Vegetación.


El IES y las dos zonas verdes, la más pequeña con el poblado pretalayótico.

La formación vegetal dominante es la garriga, también llamada alianza Oleo-Ceratonion, con abundancia de acebuche y arbustos mediterráneos, con una menor presencia herbácea, y formada por degradación del bosque mediterráneo (pinar y encinar) y del espacio agrícola. La vegetación varía de acuerdo a si el suelo es de roquedal calcáreo, arcilloso o arenoso.
    

    

Esquema de las diferencias entre plantas gimnospermas y angiospermas.




Partes de las flores, en catalán y castellano.




Partes de una planta, en catalán y castellano.

Hay tres estratos vegetales: bosque, matorral arbustivo y herbáceo.

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La zona verde al lado de la escuela pública, al norte de Son Ferrer.

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Pinar en Son Ferrer, con escasa vegetación de bosque bajo, a pesar de la alta insolación, debido a la acidificación del suelo.




Pino blanco, pino carrasco o Pinus Halepensis.

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Encina o Quercium Ilicis, con bellotas.

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Ullastre u olivo silvestre (Olea europaea silvestris).

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Algarrobo (Ceratonia siliqua).

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Almendro (Prunus dulcis).


Morera (Morus alba).



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Higuera (Ficus carica).

Resultado de imagen de savina (Juniperus phoenicea).

Resultado de imagen de savina (Juniperus phoenicea).
            
Sabina (Juniperus phoenicea).

En el bosque domina el pinar (pino blanco o Pinus Halepensis) en las zonas bajas y soleadas mientras que la encina (Quercium Ilicis) está presente sólo ocasionalmente en la banda de abac (protegida del sol) de las elevaciones cercanas. El acebuche u olivo borda se ve en los suelos más pobres. Cerca del Puig de Sa Morisca hay sabinas aisladas o en guijarros, que parecen restos de un bosque que se extendía por lo alto del monte.
La fuerte antropización, primero por usos agrícolas en los siglos XIX y XX explica la presencia ocasional de antiguos algarrobos, almendros, moreras e higueras, y los usos residenciales del presente explica la difusión de árboles exóticos o impropios del espacio natural, como palmeras, palmitos (Chamaerops humilis), cipreses, plátanos (Platanus hispanica) en la calle Tudó, almeces (Celtis australis), cinamomos (Melia azedarach), mimosas (Acacia dealbata), tipuanas (Tipuana tipu), japonas (Tipuana tipu), agaves o agaves americanas (Agavaceae), ailantes (Ailanthus altissima), nísperos, ficus, bojes... No hemos visto piojos o chopos (Populus en las variedades alba y nigra) en las calles, pero pueden estar en fincas cerradas.

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La vegetación del solar de la iglesia muestra la fuerte influencia humana.



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Buxus baleárica (boj).

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Ilex aquifolium (acebo).

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Myrtus communis (mirto). Es una planta utilizada por los antiguos pobladores talayóticos en los rituales religiosos.

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Ruscus aculeatus (brusco).

En la morada de matorral arbustivo hay cuatro especies protegidas: Buxus baleárica (boj), Ilex aquifolium (acebo), Myrtus communis (mirto) y Ruscus aculeatus (brusco), y el más numeroso, la mata o Pistaccia lentiscus (lentisco) .
            

Mata o lentisco (Pistaccia lentiscus).
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            Trompera frágil (en catalán Ginesta borda) (Ephedra fragfilis).

Son abundantes la guirnalda (Lavandula dentata), jara blanca (Cistus albinus), la bota de luciérnagas (Anthyllis cytisoides), ciprés o brezo (Erica multiflora), romero (Rosmarinus officinalis), retama silvestre (Eph. Destacan en las zonas soleadras la esparraguera (Asparagus acutifolius) y en las sombrías el pan porcino o pan de cerdo (Cyclamen balearicum), que ha servido históricamente de comer por el rebaño, de modo que cuando los pocos remueven el suelo, éste pierde humedad y el encinar asociado a esta planta sufre.
En el piso herbáceo destacan las plantas silvestres autóctonas del clima mediterráneo litoral. En el presente se empiezan a difundir por el viento y las aves unas plantas no autóctonas, provenientes de los jardines cercanos. Una planta conocida por sus usos medicinales es la Digitalis minor (dedalera). Hay cereales asilvestrados como la avena (avena) y el trigo (trigo). Abundan en el entorno urbano las plantas trepadoras a menudo relacionadas con árboles y vallas de casas, como las hiedras (como en el mismo instituto de Son Ferrer) y las buganvilias. La lista de plantas herbáceas ornamentales en las calles y jardines es interminable, pero destacamos por su difusión en el exterior el aloe (Liliaceae) en las tres variedades (arborescenso, vera y saponaria), arundo donax (Poaceae), estrellas (Aster squamatus), carpobrotus (Aizoaceae), campanillas de jardín (Ipomoea indica), tabaco de jardín (Nicotiana glauca Graham, una Solanaceae), chumberas (Opuntia maxima Miller, una Cactaceae), vinagrelas (Oxalis pes-capraee, )...
No hemos visto ricino (ricino) en Son Ferrer, pero es una planta que tiene aquí un entorno casi perfecto y debemos estar alerta porque es muy invasiva.

Resultado de imagen de Garlanda (Lavandula dentata).

Resultado de imagen de Garlanda (Lavandula dentata).

Garlanda (Lavandula dentata).
            

Estepa blanca (Cistus albinus).

Resultado de imagen de Botja de cuques (Anthyllis cytisoides).

Estepa amarilla (en catalán Botja de cuques) (Anthyllis cytisoides).


Diente de león.

Resultado de imagen de Esparraguera.

Resultado de imagen de Esparraguera.

Esparraguera.

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Brezo (Erica multiflora), un arbusto de zonas soleadas.

Resultado de imagen de romero, planta

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Romero (Rosmarinus officinalis), de hojas y flores pequeñas, como el resto de los arbustos mediterráneos en zonas secas.

Resultado de imagen de Pa porcí o pa de porc (Cyclamen balearicum).

Pan porcino (Cyclamen balearicum).

<i>Digitalis minor</i> L. <i></i>
<i>Digitalis minor</i> L. <i></i>

Digitalis minor o dedalera. Es muy tóxica y relativamente abundante en Son Ferrer.

Aizoon hispanicum 1.JPG
Aizoon hispanicum.

            <i>Trifolium angustifolium</i> L. <i></i>

Trifolium angustifolium.

<i>Lamarckia aurea</i> (L.) Moench <i></i>
Lamarckia aurea.

<i>Romulea assumptionis</i> Garcías Font <i></i>

Romulea assumptionis.



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Avena (Avena sativa).

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Trigo (Triticum).

Fauna.
La fauna de la zona muestra anfibios (en las pocas zonas todavía húmedas, como la tortuga mediterránea), reptiles (serpientes), ratones de campo, aves, caracoles, hormiga mediterránea, escarabajos y otros múltiples insectos.

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Tortuga mediterránea (Testudo hermanni).

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Las serpientes, especialmente la de herradura y las culebras, se han multiplicado en Calvià y Mallorca en los últimos años.

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Las gaviotas, atraídas por la abundancia de comida en el núcleo habitado, están eliminando la mayoría de las aves competidoras.

El patrimonio histórico-arqueológico.

El poblamiento de la zona de Son Ferrer comienza en una fecha desconocida, por la falta de restos arqueológicos hasta la época pretalayótica, y podemos establecer una presencia probable de población hacia mediados del segundo milenio, hacia 1500 aC.

Resultado de imagen de son ferrer calvia Cueva de Can Vairet

Resultado de imagen de son ferrer calvia Cueva de Can Vairet


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La zona verde más pequeña, que alberga al menos una vivienda en forma de navetiforme pretalayótica de finales del II milenio a.

Hay un pequeño poblado pretalayótico en la zona verde frente a la iglesia, en el que se conservan los restos de piedras grandes de una vivienda en forma de navetiforme, de unos 10 metros de longitud y muros de 1,4 metros de ancho y escaso grosor. Alrededor, las exploraciones (nunca se ha excavado) confirmaron la presencia de muros inconexos de otras viviendas (al menos son cuatro, pero no podemos confirmar la forma o extensión porque el solar está relleno de basura) y una relativamente escasa cerámica pretalayótica y de épocas posteriores, por lo que es probable que hubiera un poblado pequeño, sin murallas pues la época pretalayótica fue pacífica, con unas pocas decenas de personas (una familia extensa o clan), y que viviera de la ganadería (cabras, ovejas, cerdos y bueyes), la agricultura (legumbres, cereales) y sobre todo de la recolección, la caza y la pesca.
El poblado pretalayótico más cercano era el de Son Bugadelles, que vivía de la explotación de la albufera de Santa Ponça, y seguramente había unas viviendas aisladas o un núcleo pequeño al otro lado de la llanura de Sa Porrassa, la más fértil de la zona, donde tenemos la bien conocida navetiforme Alemán en Magaluf y la cueva de Son Massot (o Caso Notario). También es posible que hubiera otro núcleo más al norte, relacionado con las dos Cuevas de Cala Salomó (conocidas también como Cala Viñas) y la Cova des Llenyaters (junto a la carretera de Sa Porrassa a Cala Figuera), pero la fuerte antropización actual del terreno no permite confirmarlo.

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Navetiforme Alemany, de una forma similar a la que tendría la de Son Ferrer.

Es lo más probable que el poblado ya no fuera permanente en el período talayótico y el romano, sino que semillas fuera un grupo de construcciones reutilizadas por actividades económicas por los habitantes de la comarca, pero que vivirían la mayor parte del año en el poblado bien protegido del Puig de Sa Morisca, pues tendrían más seguridad en la violenta época talayótica.
Los habitantes de este poblado pretalayótico eran enterrados en el conocido como túmulo de Son Ferrer y en las inmediatas cuevas de Can Vairet-Son Ferrer, como vemos a continuación.



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Vista del interior. Los cuerpos se situaban extendidos a ambos lados, hasta que se descarnaban, y entonces eran enterrados debajo. En cambio, las calaveras se amontonaban en el fondo, como en un altar.

El túmulo pretalayótico y talayótico de Son Ferrer es el monumento mejor conservado de Calvià. En principio fue una cueva natural o artificial, posteriormente ampliada, en una duna fósil de arenisca, fácil de excavar, que sirvió para los entierros, los primeros fechados en la época pretalayótica en la segunda mitad del segundo milenio a. habitantes del poblado cercano.
La llegada de los pobladores de la cultura talayótica hacia el 1200-1000 a. C., en plena Edad del Bronce, no implicó un cambio repentino en las prácticas funerarias ni en la cerámica, lo que sugiere que el cambio cultural fue relativamente pacífico, sin restos de violencia.
Ya posteriormente, dentro del primer milenio, sí hay cambios en la arquitectura del túmulo, hacia el conocido como megalitismo (construcciones con grandes piedras), con alineaciones de piedras grandes en distintos niveles, probablemente en relación a rituales sociales y religiosos, además de funerarios, y, finalmente, en el talalayótico tardío, cuando la influencia de los púnicos y después de los romanos ya era notable, vemos nuevas prácticas funerarias, como entierros de niños con ajuar, hasta el I-III siglos dC.
Entonces se abandonó el recinto, tal vez en una época de inseguridad por las invasiones de los primeros pueblos bárbaros, pues cabe decir que Pollentia fue destruida hacia el 256-257 por los francos.
Sabemos que el túmulo fue nuevamente utilizado como era para la trilla del trigo en los siglos XVIII-XIX, aprovechando la fuerza del viento por la brisa marina, pero nunca más fue un lugar de entierro.

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Una de les dos cuevas de Can Vairet. [https://mapio.net/pic/p-83126538/]

El túmulo turriforme de Son Ferrer forma parte de un conjunto funerario, llamado Can Vairet-Son Ferrer, de hipogeos artificiales del Bronce Antiguo (Naviforme I), integrado por la cueva bajo la turriforme ya mencionada y una o las dos cuevas artificiales ( excavadas en dunas fósiles) pretaialóticas más cercanas, situadas a unos 70 metros del túmulo, al otro lado de la carretera, llamadas Cuevas de Can Vairet, que no presentan restos arqueológicos porque fueron expoliados, reutilizados por la extracción de arenisca y finalmente colmatadas de sedimentos en tiempos posteriores.
Subsisten en las afueras de la urbanización restos muy deshechos de varias casas antiguas y aisladas, con piedras tiradas y reordenadas de mil formas hasta hace poco, que imposibilitan una descripción formal de la vivienda, pero entre las que podemos encontrar cerámica romana, islámica y cristiana medieval. Las más interesantes por la facilidad de identificar la cerámica están en la llanura cultivada de cereales que se extiende junto al campo de golf y al sur de la carretera que une Son Ferrer y el Toro, en la finca de Can Vairet.
Todo indica que estas casas fueron lugares de intensa vida rural, dedicados a la agricultura y la ganadería, desde la época romana hasta finales del siglo XV o inicios del XVI, cuando la amenaza de los piratas hizo que la población se refugiase en el pueblo de Calvià, mucho más seguro, restando sólo algunas cabañas y construcciones para guardar herramientas de cultivos y rebaños, que eran explotados durante el día, pero sólo unos pocos se arriesgaban a vivir allí permanentemente. Son Ferrer nadie vivía, pero sabemos que sí lo hacían en la vecina posesión de Sa Porrassa, que tenía una torre de defensa construida entre 1595 y 1616, que ahora es la base de una torre todavía elevada.
A partir de 1830 la conquista francesa de Argel eliminó a los últimos piratas. Entonces empezaron a devolver las viviendas permanentes, poco a poco, hasta que en el siglo XX ya tenemos una posesión, la de Can Ferrer, la mayor parte de la cual Antonio Seguí Ferrer vendió para hacer la conocida como Urbanización Son Ferrer.

El patrimonio etnológico.
Construcciones más actuales como las casas de roteros, las cabañas y los silos han desaparecido de la urbanización de Son Ferrer por la presión urbanística, pero se pueden ver todavía en los alrededores, en Can Ferrer, Sa Porrassa y de Santa Ponça, como en el Puig de Sa Morisca.

FUENTES.
Internet.
[https://es.wikipedia.org/wiki/Calvià]
            [http://www.calvia.com/responsive] El medio natural de Calvià.
[http://weib.caib.es/Recursos/geologia_mallorca/geoimatges/index.html] Una explicación excelente de la geología mallorquina.
[https://sge.usal.es/archivos_pdf/gdia10_mallorca_triptico.pdf] Geomofología en Porto Pí, cerca de Calvià, con muchas coincidencias.
[https://www.caib.es/sites/proteccioespecies/ca/flora_en_general-34738/] Web oficial de especies vegetales protegidas en Baleares.
[http://herbarivirtual.uib.es/ca/general] Herbario virtual del Mediterráneo occidental.
[file:///C:/Users/usuario/Downloads] Especies vegetales invasores a las Baleares.
[http://arqueomallorca.com/es/ficha/turriforme-esglaonat-de-son-ferrer/] El túmulo pretalayótico y talayótico de Son Ferrer.
[http://www.admonline.calvia.com/AVANCE2017/DIE_AVANCE_PGOU_CALVIA.pdf] Un estudio urbanístico actualizado en 2018.
Manuel Calvo y Víctor Guerrero, de Universitat de les Illes Balears. De los primeros indicios de ocupación humana en las Baleares hasta la Edad del Bronce. [http://www.calvia.com/]
Manuel Calvo Trias, Jaume Garcia Rosselló, Miquel À. Iglesias Alonso, Elena Juncosa Vecchierin. La Necrópolis del Bronce Antiguo de Can Vairet / Son Ferrer (Calvià, Mallorca).  [https://www.academia.edu/26891454/La_Necrópolis_del_Bronce_Antiguo_de_Can_Vairet_Son_Ferrer_Calvià_Mallorca_]

Documentales / Vídeos.



Son Ferrer. 4:48. [https://www.youtube.com/watch?v=UdAZDjtjoFA] En 3:15 aparecen el IES y las dos zonas verdes a explorar.


Son Ferrer, Mallorca. 3:52. [https://www.youtube.com/watch?v=RELJb5mp0eE] En 1:20 aparece el IES y en los segundos siguientes las zonas verdes a estudiar.


Vista aérea Palma Nova, Magaluf, Son Ferrer, El Toro, Santa Ponsa y Paguera. 7:06.[https://www.youtube.com/watch?v=EBZndb7U6lU]

ACTIVITADES DE APRENDIZAJE.

Actividades de localización.
-Utilizar la brújula para ver el Norte y otros tres puntos cardinales.
-Situar a Son Ferrer en latitud y longitud en un mapa.
-Situar Son Ferrer en Calvià y Mallorca en un mapa.
-Situar en un mapa y en foto aérea los lugares más cercanos a Son Ferrer: Santa Ponsa, El Toro, Palma Nueva, Magaluf, Sa Porrassa...
-Situar en el mapa las zonas llanas (llanura de Sa Porrassa) y montañosas (Na Burguesa).
-Situar en el mapa los sitios arqueológicos: poblado, naviformes, túmulo y cuevas de entierro.
-Hacer mapas de escalas diferentes: 1:5.000, 1: 25.000, 1: 50.000...
-Hacer una escala numérica y una gráfica para calcular la distancia entre Son Ferrer y los principales núcleos de población vecinos.

Actividades de interpretación del paisaje natural y humano.
-¿Es Son Ferrer un paisaje natural o humanizado? ¿Qué diferencia uno del otro?
-Identificar en Son Ferrer los distintos tipos de relieve (llanura o relieve montañoso), de suelos (calcáreo, arenoso, arcilloso, con humus y sin humus), de vegetación de la garriga (bosque, arbustivo, herbáceo) y de plantas (árboles , arbustos, plantas de flor y sin flor),
-Definir y localizar en Son Ferrer las actividades económicas: agraria (cultivo, ganadería, explotación forestal, caza), industrial (producción de bienes y construcción), servicios (comercio, restauración, turismo, deporte, administración, educación, sanidad... ),
-¿Situar en Son Ferrer las zonas comercial y de servicios, residencial, verdes, agrarias?
-Identificar la trama urbana de Son Ferrer: abierta o cerrada, después de definir estos dos conceptos.
-Comentar los usos residenciales en Son Ferrer: ¿vivienda aislada o colectiva? ¿Cuáles son las más ecológicas?
-Hacer fotos de los principales fenómenos meteorológicos en Son Ferrer: días soleados, nubosos y lluviosos, inundaciones (y dónde y por qué pasan).
-Hacer fotos de plantas y animales en su entorno en Son Ferrer, evitando los domésticos y diferenciando los naturales de la zona y los importados de otros lugares fuera de la isla.

Actividades manuales de refuerzo de métodos de Geografía Física.
Estas actividades deben planificarse con los profesores y alumnos, especialmente cuántas y cuáles se pueden hacer durante el tiempo del proyecto.

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-Hacer una veleta con plástico y un palo, y ver las direcciones de los vientos.1:01. [https://www.youtube.com/watch?v=ddlBaNt9pfE]


-Realizar un pluviómetro de niños y medir la lluvia durante el proyecto. [http://losexperimentos.com/como-hacer-un-pluviometro-casero/]

    
-Hacer un barómetro de niños y medir la presión atmosférica durante el proyecto. [http://losexperimentos.com/como-hacer-un-barometro-casero/]

Actividades de interpretación del pasado histórico.
-Comentar la evolución del relieve de Son Ferrer y sus alrededores: ¿cómo era Son Ferrer hace 10 millones de años, y hace un millón, y hace dos mil años?
-Identificar dónde vivían y comprender cómo vivían los primeros pobladores de Son Ferrer.
-Comprender la sucesión histórica de las culturas en Son Ferrer.
-Hacer un eje cronológico de las culturas que ha habido en Son Ferrer.