GE UD 06. España. Sector secundario. La energía.
Índice.
Las fuentes de energía.
La política energética.
La energía eléctrica.
Las fuentes de energía.
Las fuentes de energía se clasifican
en energías renovables como por ejemplo la solar, la eólica y la hidráulica,
que se caracterizan por ser inagotables, y las energías no renovables como el
carbón, petróleo, gas natural y uranio cuyos yacimientos terminarán por
agotarse a consecuencia de la explotación.
En España destacar la gran dependencia
del petróleo y el gas natural importados.
Mapa de energía y minería en España.
Procedencia exterior de la energía en España, hacia 2015.
Fuente: Noceda, M. Á. El sector de la energía reclama medidas para un mercado único. “El País” (15-V-2014) 16-17. [http://politica.elpais.com/politica]
Procedencia exterior de la energía en España, hacia 2015.
-. El sector eléctrico.
El sector eléctrico tiene una
importancia excepcional a causa de las múltiples aplicaciones de la
electricidad, que se obtiene mediante procedimientos y productos básicos muy
distintos. En España la electricidad se obtenía hacia 200 en un 40% a partir
del carbón, el petróleo y el gas natural, en centrales térmicas; el 36% a
partir de las centrales nucleares; el 18% de las centrales hidráulica y el 4%
restante a partir de energías renovables y alternativas como la eólica (la más
importante) y la solar, pero en los últimos años han aumentado mucho las
últimas, llegando a haber días en que satisfacían un 20% del consumo.
Las centrales termoeléctricas emplean
sobre todo el carbón cuando se encuentran en la proximidad de los yacimientos;
aunque actualmente muchas centrales se localizan cerca de los puertos marítimos
donde es más fácil y barato el abastecimiento de petróleo, carbón y gas natural
llegado desde el extranjero en grandes buques. El principal inconveniente de
las centrales térmicas reside en que son altamente contaminantes pues funcionan
quemando combustibles fósiles.
La obtención de electricidad mediante
la fisión de los núcleos atómicos del uranio en las centrales nucleares, crea
problemas por el rechazo de gran parte de la sociedad ante este tipo de
explotaciones, debido a los riesgos de accidente y el consecuente peligro de
contaminación de la atmósfera, los acuíferos y el territorio, por la difícil
gestión de los residuos atómicos y por el progresivo agotamiento de las minas
de uranio. La primera central nuclear se abrió en España en 1968 y actualmente
existen 8 centrales de este tipo en funcionamiento.
La producción de energía eléctrica en
centrales hidráulicas, tiene la ventaja de ser limpia y poco contaminante, sin
embargo estas centrales dependen siempre de las imprevisibles precipitaciones y
del tiempo atmosférico.
-. El petróleo.
Para el abastecimiento de petróleo
nuestro país tiene una completa dependencia del crudo (petróleo antes de
refinar), comprado especialmente en Arabia Saudí, México, Venezuela, Nigeria,
Irán, Libia… Todo el petróleo importado es refinado en la decena de factorías
españolas, localizadas en puertos costeros.
La evolución del precio internacional
del petróleo ha experimentado en los últimos decenios fuertes altibajos que
siempre repercuten en la actividad de todos los sectores económicos de España y
del mundo. Así en 1973 el precio del barril de crudo era de 1,6 $, pero en 1978
subió a 35 $, una subida que originó una grave crisis económica mundial, luego
durante los años siguientes el precio del barril volvió a descender para quedar
en 15 $ hacia 1985. Desde 2010 los precios se sitúan generalmente en torno de
los 100 $ por barril, aunque es preciso considerar, a fin de comparar precios, que
ha habido una continua inflación desde 1973, así que el aumento real a efectos
comparables no ha sido tan intenso.
En el año 1983 el gobierno español
aprobó el llamado plan energético nacional (PEN), donde entre otras cosas se
intentó organizar la importación de petróleo con el propósito de diversificar
las compras a distintos países para evitar que España dependiera únicamente del
petróleo vendido por uno o dos países, una situación que podría originar
problemas en caso de una guerra o de una revolución en el país que vendiera el
petróleo a España.
-. El gas natural.
El gas natural es una fuente de
energía reciente, que se ha expandido desde los años 1980 debido a que sus precios
relativos son más bajos que los del petróleo y que es mucho menos contaminante.
Se utiliza tanto para usos domésticos como en los procesos de fabricación
industrial, pues mediante procesos de transformación y depurado se obtienen otros
gases como el propano y el butano..
El gas natural llega a España país a través
de buques desde Argelia, Libia, Egipto, Catar… y se distribuye mediante gasoductos
(pronto se abrirá uno directo entre Argelia y España).
-. El carbón.
Este mineral es utilizado en España
esencialmente como combustible para producir energía eléctrica en las centrales
térmicas, y también es utilizado en los procesos de producción en las factorías
siderúrgicas y cementeras. La mayor parte del carbón que consumimos no es de
producción nacional sino que procede de los grandes yacimientos de Polonia, Sudáfrica,
Australia y EE UU.
-. Las energías renovables.
Este tipo de energías tienen como
principales cualidades que son inagotables, contaminan muy poco y suponen una
diversificación de las fuentes de energía muy positiva para evitar una
dependencia exagerada de las importaciones.
Las principales energías renovables
son:
-. La energía solar que consiste en el
aprovechamiento de las radiaciones solares mediante paneles para producir
energía eléctrica; se utiliza muy poco y sólo en usos domésticos.
-. La energía eólica consistente en el
aprovechamiento de la fuerza del viento por medio de aerogeneradores para producir
electricidad. Es la más extendida en España.
-. La energía por biomasa que
aprovecha los residuos de todo tipo, como forestales, agrarios e industriales,
para la producción de bioalcohol y biogas.
-. La energía geotérmica consistente
en el aprovechamiento de las altas temperaturas del subsuelo en aquellos
lugares donde estas elevadas temperaturas se sitúan a pocos metros de
profundidad, para calentar agua y producir vapor, usando ambos en las
calefacciones de las viviendas o en la producción eléctrica.
En
2021 la energía eólica fue la principal fuente de generación eléctrica en
España, un 23%, gracias a sus 1.260
parques eólicos, con más de 28.000 MW instalados, un 25% del total de la
potencia instalada del sistema energético. El sector eólico español
emplea a 30.000 personas, con más de 250 centros industriales en 16 de las 17
comunidades autónomas; lidera la I+D+i, con 20 centros de investigación y 9
universidades implicadas. Es el sexto país del mundo y tercero de Europa en
patentes eólicas.
La política energética.
Desde que se aprobó en 1983 el Plan
Energético Nacional (PEN) el Gobierno definió los objetivos y las líneas de
actuación de la política energética española.
-. La estimación del consumo energético
futuro de nuestro país, para garantizar y prever el abastecimiento.
-. El incremento de las inversiones en
investigación energética y en construcción de gasoductos.
-. La protección del medio ambiente.
-. La mejora del suministro y de las
garantías de seguridad en el abastecimiento de gas ciudadano.
-. Fomentar el ahorro energético y el
uso sensato de la energía.
-. Garantizar el abastecimiento de
petróleo, diversificando los campos de explotación en distintos países para
impedir que un conflicto internacional o una guerra civil en un país
extranjero, interrumpan la llegada a España del crudo.
Además del PEN, existe el organismo
denominado Dirección General de la Energía que depende del Ministerio de Industria y que se encarga de:
-. Organizar la producción, transporte
y distribución del petróleo, el gas natural y la energía eléctrica.
-. Garantizar la seguridad y el buen
funcionamiento de las centrales nucleares, ocupándose también del
almacenamiento de los residuos radiactivos.
-. Desarrollar las fuentes de energías
renovables alternativas.
-. Planificar y expandir el servicio
público de gas en las grandes ciudades.
Hay una propuesta de PEN para el periodo 2013-2033:
http://www.ambientum.com/revista/2012/octubre/Avance-del-nuevo-Plan-Energetico-Nacional.asp
http://www.ambientum.com/revista/2012/octubre/Avance-del-nuevo-Plan-Energetico-Nacional.asp
La energía eléctrica.
El editorial Reforma malograda [“El País” Negocios 1.461 (3-XI-2013)] resume la
gravedad de la situación del mercado eléctrico español tras una reforma nacida
sin consenso y que tampoco soluciona el déficit estructural de la factura
eléctrica:
‹‹El
Gobierno de Mariano Rajoy ha caído en la manía de llamar reforma estructural a
cualquier cambio legal, sea cual sea el alcance u objetivo del mismo. Sin
entrar en discusiones sobre otras modificaciones normativas (bancaria,
laboral), está claro que el Real Decreto 9/2013, el anteproyecto de ley del
sector eléctrico y sus propuestas de desarrollo no constituyen reforma
estructural alguna, sino un intento dramático para evitar que el déficit de
tarifa eléctrica (diferencia entre los costes reconocidos del sistema eléctrico
y los ingresos obtenidos, que ahora ronda los 26.000 millones) siga creciendo
sin esperanza de pago ni redención. El intento estaba bien orientado, porque
identificaba con exactitud algunas de las causas principales del déficit;
concretamente dos, las primas a las energías renovables y la retribución
excesiva concedida a la actividad de distribución. Las bases de la acción
contra el déficit de tarifa en la nueva ley son, pues, el recorte de las primas
y un nuevo cálculo de las retribuciones a la distribución. Con tales recortes,
más un rosario previo de impuestos aplicados a la producción de electricidad y
una aportación supuesta de los Presupuestos de 2.200 millones, debía cancelarse
el agujero financiero que hasta el momento aparece, como un derecho reconocido,
en los balances de las eléctricas.
Pero la aplicación poco competente de
los principios expuestos ha arruinado el éxito de la operación. En primer
lugar, porque no está claro que Hacienda aporte los 2.200 millones previstos en
la reforma, lo cual ya dice bastante poco de la coordinación entre ministros
del Gobierno. Solo con que todo o parte de ese dinero no llegara al sistema
eléctrico, el objetivo de eliminar el déficit ya habría fracasado. Pero hay
además otras debilidades internas que el responsable político del proyecto
tendría que haber calculado mejor. La retribución de la distribución es hoy más
justa que antes, pero resulta que las redes eléctricas necesitan de una
inversión que el proyecto no incentiva. Por otra parte, la rentabilidad reconocida
a las renovables aplica un criterio de retroactividad para toda la vida de la
inversión que contradice en apariencia el principio de seguridad jurídica y
será causa probablemente de litigios.
La reforma tampoco establece ningún
sistema fiable de fijación de costes y precios que sustituya al actual,
totalmente viciado por un remedo de mercado que ha propiciado la generación
continua de un déficit. La consecuencia inevitable ha sido un déficit
insoportable y una carga de deuda pendiente que tienen que financiar las
compañías y pagar en su mayor parte los consumidores. Si se tiene en cuenta que
la luz española es la tercera más cara de Europa, con lo que esto supone para
la competitividad de las manufacturas españolas, se comprenderá mejor la urgencia
de cambiar a fondo el método para fijar los precios de la electricidad en
España y el drama que supone el que una y otra vez se fracase en el intento.
En conclusión, no es solo que la
presunta reforma deje insatisfechas a las empresas, sean las tradicionales
(Iberdrola, Endesa, Gas Natural Fenosa) o de renovables (aunque a las primeras
con menos razón), ni a los consumidores, ni a los partidos políticos, sino que
es casi seguro que tampoco consiga eliminar el déficit. Hay que esperar, pues,
que en 2014 Industria proponga otra reforma que parchee la actual. Y así
sucesivamente.››
La demanda energética en España, que estaba en constante crecimiento desde los años 90, ha sufrido un descenso pequeño hasta 2015 debido a la disminución de la actividad productiva y las restricciones en el consumo eléctrico de los particulares y las instituciones. Las grandes empresas energéticas, ENDESA, Iberdrola, Gas Natural, Repsol, CEPSA... prosiguen su internacionalización a fin de compensar los magros resultados interiores.
Los principales problemas son el elevado coste (de los mayores de Europa) de la energía eléctrica, que hace poco competitivas las actividades económicas que dependen de ella, y el enorme déficit en el precio de la electricidad, que es pagado a largo plazo con un creciente e insostenible endeudamiento público.
A finales de 2016 se veía necesario un pacto de Estado entre los principales partidos, pero fue imposible por las posiciones maximalistas del PP que se negaba a una transacción con las propuestas de los otros partidos. Cuando pasó el PP a la oposición en junio de 2018 tampoco se prestó a la negociación.
FUENTES.
Economía 3. España.
Sector secundario. Energía.*
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