OP UD 46. LOS ESTADOS BALCÁNICOS EN EL SIGLO XX.
/ HMC UD 20. Los Balcanes en los siglos XX y XXI.
INTRODUCCIÓN.
Un resumen.
1. GRECIA.
1.1. INICIOS DEL XX.
1.2. PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
1.3. PERIODO DE
ENTREGUERRAS.
DICTADURA AÑOS 30.
1.4. SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
1.5. POSGUERRA.
UN PERIODO DE
INESTABILIDAD (1950-1974).
1.6. LA DEMOCRACIA (1974).
2. BULGARIA.
2.1. INDEPENDENCIA.
GUERRAS BALCÁNICAS.
2.2. PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
2.3. PERIODO DE
ENTREGUERRAS.
DICTADURA.
2.4. SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
2.5. DEL ESTALINISMO
A LOS AÑOS 70.
2.6. TRANSICIÓN.
3. ALBANIA.
3.1. INDEPENDENCIA.
3.2. PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
3.3. PERIODO DE
ENTREGUERRAS.
DICTADURA Y
MONARQUÍA.
3.4. SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
3.5. DEL ESTALINISMO
A LOS AÑOS 80.
3.6. TRANSICIÓN.
4. RUMANIA.
4.1. INDEPENDENCIA.
4.2. PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
4.3. PERIODO DE
ENTREGUERRAS.
DICTADURA.
4.4. SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
4.5. DEL ESTALINISMO
A LOS AÑOS 70.
4.6. TRANSICIÓN.
5. YUGOSLAVIA.
5.1. INICIOS DEL
ESTADO YUGOSLAVO.
5.2. PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
5.3. PERIODO DE
ENTREGUERRAS.
REGENCIA DEL
PRINCIPE PABLO.
5.4. SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
5.5. POSGUERRA.
LA NUEVA YUGOSLAVIA.
DESEQUILIBRIOS.
5.6. YUGOSLAVIA
DESPUÉS DE TITO. NUEVA SITUACION POLÍTICA: LA DESINTEGRACIÓN Y
LAS GUERRAS.
ESLOVENIA.
CROACIA.
BOSNIA.
SERBIA Y MONTENEGRO.
MACEDONIA.
KOSOVO.
Conclusiones ante los conflictos yugoslavos.
INTRODUCCIÓN.
Los países
balcánicos tienen en común su posición geográfica en los Balcanes y la cuenca
baja del Danubio, sus poblaciones en gran mayoría eslavas, su historia moderna
de dominación otomana y su pertenencia (excepto Grecia) al bloque socialista
después de 1945. Aunque su población es mayoritariamente de etnia y lenguas
eslavas y de religión ortodoxa hay numerosas minorías étnicas (albaneses, que
son ilirios indoeuropeos anteriores a los eslavos; húngaros, alemanes, turcos,
gitanos...), religiosas (católicos, protestantes, musulmanes) y lingüísticas
(p.e. el griego y el rumano no son lenguas eslavas; casi todas las lenguas
tienen “islas lingüísticas” muy dispersas, debido a las continuas migraciones e
invasiones) que superan las fronteras políticas y configuran la región como un
gran mosaico étnico y cultural.
Los límites de los
Balcanes excluyen por el sur a Turquía y por el norte a Europa Central
(Eslovenia, Hungría) y Europa oriental (Ucrania, Moldavia).
Se considera que
Turquía es predominantemente asiática y no pertenece a los Balcanes, porque,
aunque geográficamente es balcánica la importante Tracia europea, la mayor
parte de su territorio está en la península de Anatolia y comparte pocos rasgos
con el resto de los países balcánicos. En todo caso, su evolución política y
socio-económica, su religión y su cultura la alejan del conjunto. En el futuro,
si se integrase en la UE,
esto podría cambiar.
En cuanto a Hungría
y Eslovenia se integran geográfica, cultural e históricamente en Europa
Central, y si nos referimos brevemente a Eslovenia, es sólo por su pertenencia
política reciente a Yugoslavia.
En suma,
consideramos como países balcánicos, a efectos didácticos de esta UD a Albania,
Grecia, Bulgaria, Rumania y ex-Yugoslavia (Serbia, Montenegro, Bosnia, Croacia,
Macedonia, Eslovenia, Kosovo). Se estudian estos países por separado, para
evitar los problemas de acumulación inconexa de datos, pero se hacen unas
conclusiones generales al final. Se ha tratado con especial intensidad el punto
de Yugoslavia, por su importancia en la actualidad.
Un resumen.
La historia de los
Balcanes en los siglos XIX y XX ha sido una sucesión de conflictos militares de
suma importancia para la historia mundial: baste decir que la lucha por el
dominio balcánico fue el factor desencadenante de la Primera Guerra Mundial
(cuyos hechos militares, así como los de la Segunda Guerra, no trataremos en
este tema, pero sí los factores que llevaron a estos países a participar, así
como sus grandes consecuencias).
Mapa físico de los Balcanes.
El Imperio Otomano desde 1481 hasta su máxima expansión en 1683.
Los Balcanes hacia 1480.
Los Balcanes hacia 1638.
Los Balcanes hacia 1830.
Tras siglos de
dominio turco, en oposición a Austria (que dominaba en el norte Hungría,
Transilvania, Eslovenia, Croacia y Dalmacia) las revoluciones nacionalistas de
la primera mitad del siglo XIX llevaron a la independencia de Grecia (1829) y
Serbia (1830, con soberanía parcial), con unos límites mucho menores que los
actuales y la aparición de poderosas fuerzas nacionalistas y separatistas en el
resto de los países eslavos de los Balcanes, que se expresaron
constitucionalmente en forma de monarquías conservadoras (a menudo con reyes
extranjeros sin una legitimación histórica, lo que provocó su debilidad). Su
proceso de violenta separación del “enfermo turco”, la inestabilidad política y
los conflictos de intereses marcarán desde entonces el devenir de los Balcanes,
en medio de una disputa soterrada entre Austria (más tarde Austria-Hungría) y
Rusia, con la vigilancia estrecha de las otras potencias europeas (Gran
Bretaña, Francia, Alemania, Italia).
Una oleada
independentista llega como resultado de la guerra ruso-turca de 1876-1878, con
los Tratados de San Estefano y Berlín, por los en esta época (1878-1882) Rusia
y Grecia ganan territorios, se independizan Rumania, Serbia y Montenegro,
alcanza la autonomía Bulgaria, y Austria-Hungría ocupa Bosnia-Herzegovina. Hubo
desde entonces y hasta finales del siglo XIX varias modificaciones pacíficas de
las fronteras, debido a los problemas étnicos, y algunos conflictos (en 1897
Creta se independizó temporalmente de Turquía, antes de integrarse en Grecia en
1908; Turquía obtuvo algunos territorios de Grecia).
En 1908
Austria-Hungría se anexionó oficialmente los territorios ocupados de
Bosnia-Herzegovina, lo que exacerbó los ánimos nacionalistas serbios, mientras
que Bulgaria era declarada reino independiente.
Los Balcanes en 1910.
Mapa de los Balcanes en 1913.
Mapa de los cambios territoriales en ls guerras de 1912-1913.
Las dos guerras
balcánicas de 1912-1913 cambiaron el mapa político balcánico. Los aliados
eslavos (la Liga
Balcánica: Bulgaria, Grecia, Serbia, Montenegro, Rumania)
vencieron a Turquía y la redujeron a sólo Constantinopla, pero pronto surgieron
disputas entre los vencedores, por el excesivo expansionismo de Bulgaria, por
lo que los demás se coaligaron con Turquía contra Bulgaria y la vencieron,
reduciendo la extensión de sus anteriores conquistas. Finalmente (1913),
Turquía perdió sus últimos territorios eslavos y quedó reducida en Europa a la
Tracia (Turquía europea). Albania consiguió su independencia y Grecia, Serbia y
Bulgaria acrecieron sus territorios, sobre todo en Macedonia, que se
repartieron. Rumania consiguió compensaciones territoriales en la Dobrudja búlgara.
Pero las disensiones
prepararon las alianzas posteriores en la I Guerra Mundial: Turquía y Bulgaria se aliaron
con Alemania y Austria-Hungría contra Serbia, Rumania, Rusia y los aliados
occidentales.
La guerra volvió a
cambiar el mapa político. Significó la derrota y reducción de Bulgaria, el
desmembramiento de Austria-Hungría (que perdió sus territorios eslavos), el
crecimiento territorial de Rumania (Transilvania, Besarabia) y de Grecia (la Tracia búlgara, cortando su
acceso al Mediterráneo), la integración de Serbia -como país dominante- en el
nuevo reino de Yugoslavia (Serbia, Montenegro, Bosnia-Herzegovina, Croacia,
Eslovenia), la entrada periférica de Italia en los Balcanes (posesiones en
Dalmacia).
Las nuevas fronteras
no resolvían todos los problemas étnicos y creaban otros (en especial, la
difícil convivencia en Yugoslavia de etnias muy distintas en tradición
histórica, religión y cultura). Pero durante dos decenios el único conflicto
internacional fue el de Grecia y Turquía (1921-1923). Turquía venció (recuperó
Esmirna en Asia Menor) y los dos países expulsaron mutuamente de sus
territorios a las poblaciones minoritarias. Los países balcánicos sufrieron en
los años 20 y 30 grandes dificultades políticas, sociales y económicas y hacia
1933, las dictaduras militares o neofascistas dominaban en todos los países.
El predominio alemán
en este decenio fue creciendo, mientras que las potencias occidentales y la URSS se desinteresaban de los
asuntos balcánicos (excepto Grecia, en la órbita británica, y Turquía, en medio
de influencias contradictorias). Alemania se alió con Rumania y Bulgaria,
mientras que Italia estableció un protectorado sobre Albania, a la que se
anexionó en 1939. Así, los Balcanes se convirtieron en fuentes de suministro de
materias primas y mercados de los productos industriales alemanes, para
preparar la próxima guerra.
En la Segunda Guerra
Mundial, Alemania contó con la alianza de Italia, Rumania y Bulgaria, para
ocupar Yugoslavia y Grecia, mientras que Turquía mantuvo su neutralidad. La
victoria aliada supuso unos cambios trascendentales: la URSS impuso en los años
siguientes sobre los países ocupados el régimen comunista, aboliendo las
monarquías, con la ayuda de los resistentes en Yugoslavia (Tito) y Albania
(Hodxa) o de los nuevos partidos comunistas. Sólo se libró Grecia, tras una
guerra civil. Hubo varios cambios territoriales, unidos a masivos traslados de
población, entre Hungría, Rumania, Bulgaria, Yugoslavia, Italia y la URSS.
Mapa de los Balcanes en 1945.
En la posguerra la
situación política estuvo caracterizada por la constitución de las comunistas
“democracias populares” de Rumania, Bulgaria, Yugoslavia, Albania, las dos
primeras integradas en el sistema soviético de defensa (Pacto de Varsovia) y
las otras dos con una política propia (aunque divergente, Yugoslavia hacia la
heterodoxia, Albania hacia la ortodoxia más cerrada). En cambio, Grecia y
Turquía, como democracias (ciertamente débiles) se integraban en el bloque
occidental (ayuda del Plan Marshall, entrada en la OTAN). Grecia, en especial,
tras sufrir la dictadura otra vez en 1967-1974, consiguió entrar en la CEE (1981) y alcanzar un
desarrollo democrático y capitalista muy superior a la media balcánica.
Internacionalmente, tras unos años de tensiones entre Yugoslavia y Bulgaria la
tranquilidad aumentó y no hubo nuevos problemas hasta 1989.
Desde 1985 la URSS había relajado su
dominio sobre la Europa del Este, mientras dejaba de apoyar económica y
militarmente a sus aliados. En 1989 la crítica situación de estos, con una
crónica falta de apoyo popular y una mala situación económica, derivó en una
serie de cambios históricos, con poca violencia en Bulgaria y Albania, moderada
en Rumania, y, por contra, una brutalidad extrema en Yugoslavia, degenerando
incluso en genocidio.
Pocos años después
la situación general en estos países (la gran excepción es Yugoslavia) es la de
una democracia bastante incipiente, problemas económicos y sociales, una
derecha desprestigiada por su fracaso en la gestión, la casi general vuelta al
poder de los herederos demócratas de los partidos comunistas, una
occidentalización muy fuerte tanto en lo económico como en la política exterior
(todos han entrado o quieren entrar en la
UE y en la OTAN)
y la retirada de las fuerzas soviéticas.
Mapas de los Balcanes en 2022.
1. GRECIA.
1.1. INICIOS DEL XX.
El reino de Grecia
había logrado su independencia en 1829, pero durante todo el siglo se mantuvo la Gran Idea: la
restauración del Imperio Bizantino con capital en Constantinopla y bajo el
dominio griego, un ideal expansionista que perduraría hasta 1923.
En la segunda mitad
del siglo XIX reinó Jorge I (1863-1913) y Grecia amplió sus territorios en 1863
(islas Jónicas) y 1881 (sur de Tesalia y del Epiro). La derrota de 1897 en la
breve guerra con Turquía no tuvo consecuencias importantes por la intervención
de las potencias y Creta consiguió la autonomía, presidida por el príncipe
Jorge de Grecia. En 1908 los nacionalistas griegos se levantaron en Epiro y
Macedonia, mientras los cretenses pedían la unión con Grecia. La amenaza turca
obligó a abandonar los proyectos de anexión y estalló un golpe militar, tras el
cual llegó al poder al nacionalista Venizelos, que acabó con la dictadura y
preparó la Constitución
de 1911 e hizo grandes reformas. En las guerras balcánicas Grecia obtuvo (1913)
Epiro, gran parte de Macedonia, el O de Tracia, varias islas, más la definitiva
anexión de Creta. Entonces Jorge I fue asesinado y le sucedió Constantino I
(1913-1917, 1920-1922), pro-alemán (era cuñado de Guillermo II), mientras que
Venizelos era aliadófilo.
1.2. PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
La Primera Guerra,
pese a que no entró directamente hasta 1917, tuvo graves repercusiones: crisis
económica, presencia de fuerzas militares aliadas que obligaron a abdicar a
Constantino en Alejandro I (1917-1920). Venizelos, que había formado un
gobierno republicano en Salónica, protegido por los aliados, recuperó el poder
y declaró la guerra a las Potencias Centrales (junio 1917). Con su triunfo, por
el tratado de Neully, Grecia tomó a Bulgaria la Tracia Occidental y, por el
tratado de Sèvres, tomó a Turquía la Tracia Oriental (excepto Constantinopla) y un
amplio territorio en Esmirna, poblado por griegos, que se quería como base para
el dominio de la costa asiática del Mar Egeo. Pero Ataturk no aceptó el Tratado
de Sèvres e inició la reconquista.
1.3. PERIODO DE
ENTREGUERRAS.
El rey Alejandro
murió en accidente y Constantino volvió al trono (1920-1922). La guerra con
Turquía acabó con una completa derrota (1922) y la pérdida en la Paz de Lausana (1923) de
Tracia Oriental y Esmirna, con grandes trasvases de población a ambos lados -un
millón de refugiados griegos-, que agravaron la difícil situación económica y
social. Entonces Constantino tuvo que volver a abdicar y subió al trono su hijo
Jorge II (1922-1923 y 1935-1964), pero en 1923 Venizelos volvió al poder y
forzó al rey a abandonar el país, y se instauró la República en un
plebiscito (1924). Le siguió la dictadura militar del general Pangalos
(1925-1926), superada por Venizelos otra vez (1928-1932), aunque este gobernó
de modo autoritario. En nuevo régimen republicano no consiguió resolver los
grandes problemas del país (industrialización, reforma agraria y fiscal) y sólo
consiguió mejorar las relaciones con los países vecinos, con el apoyo de Gran
Bretaña.
DICTADURA AÑOS 30.
La crisis económica
de 1929 desestabilizó el régimen democrático. Los conservadores del general
Tsaldaris ganaron las elecciones de 1933 e impusieron una dictadura, contra la
que el general Condylis dio un golpe de Estado (1935) y restauró la monarquía
tras un plebiscito (1935), otra vez en la persona de Jorge II (1935-64). El
avance electoral de la izquierda llevó al general Metaxas, de acuerdo con el
rey, a suspender la Constitución (1936) e imponer una dictadura fascista (la
“tercera revolución”), pero la identidad ideológica con Italia y Alemania no
detuvo las ambiciones italianas, lo que llevó a Grecia al campo aliado.
1.4. SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
El primer ataque
italiano (X-1940) fue repelido, pero el país fue ocupado (IV-1941) por los
alemanes, que impusieron una dictadura (general Tsolakoglou) y dejaron parte
del país en manos italianas y búlgaras, bajo un régimen de terror. El rey se
exilió. La resistencia armada del ELAS (Ejército Griego de Liberación Nacional)
fue muy importante, siempre dominada por los comunistas, que hicieron grandes
reformas colectivistas en las zonas liberadas, mientras que era más débil el
otro movimiento de resistencia, el monárquico EDES, apoyado por los británicos.
1.5. POSGUERRA.
La situación en el
verano de 1944, cuando se retiraron los alemanes, era caótica. Los guerrilleros
comunistas de ELAS, dirigidos por el general Markos, dominaban la mayor parte
del país y con el apoyo de Yugoslavia, Albania y URSS pretendían establecer una
República Popular, pero Grecia le había tocado en el reparto a los aliados
occidentales. Gran Bretaña y EE UU ayudaron a los monárquicos del gobierno de
Papandreu y en diciembre, tras una batalla de un mes, las tropas británicas y
monárquicas ocuparon Atenas. Las elecciones de 1946 dieron el triunfo a los
monárquicos y la guerra civil duró hasta 1949, con el triunfo monárquico. Entre
1940 y 1949 habían muerto 500.000 hombres y el país estaba asolado.
UN PERIODO DE
INESTABILIDAD (1950-1974).
Las elecciones de
1950 crearon una profunda división del Parlamento entre conservadores
(Tsaldaris), liberales (Venizelos hijo) y progresistas. La solución fue un
gobierno de unión nacional, dirigido por el mariscal Papagos hasta 1955, que
entró en la OTAN
(1952) y, más tarde, por el conservador Karamanlis, que venció en las
elecciones de 1956 y mantuvo el poder hasta 1963, en medio de fuertes crisis
políticas y un naciente antimonarquismo. En 1963 y 1964 ganó las elecciones el
centrista Georgios Papandreu, que mantuvo una política independiente y
reformista, que le granjeó la hostilidad del Ejército y del rey Constantino
(1963-67), que querían una política más activa para la Henosis (anexión de
Chipre).
Constantino cometió
un grave error al apoyar a los militares y cesar a Papandreu (julio de 1965),
pese a que este tenía el apoyo del Parlamento. El breve gobierno conservador de
Stefanopoulos tenía que acabar en las elecciones previstas en mayo de 1967, que
auguraban una gran victoria de Papandreu, ahora antimonárquico. Para evitarlo
se rebelaron los “coroneles” dirigidos por Papadopoulos, que acabaron con el
régimen democrático (21-IV-1967). Constantino aprobó el golpe, pero como no
conseguía controlar la situación dio un contragolpe que fracasó (XII-1967), por
lo que fue obligado a exiliarse. Quedó como regente el general Zoitakis. Se
suspendió la Constitución
y se reprimieron las fuerzas políticas y sindicales, estableciéndose campos de
concentración en las islas. La monarquía fue finalmente abolida (VII-1973),
mientras la crisis política y económica aumentaba, con enfrentamientos con los
estudiantes. Por todo ello, un nuevo golpe militar (XI-1973) derrocó a
Papadopoulos, sustituido por otros militares autoritarios, Androusopoulos y
Gizikis, que planearon la anexión de Chipre como un medio para legitimarse ante
la opinión pública. Pero la intervención militar fracasó (15-VII-1974) por la
inmediata réplica militar turca y la crisis derivó en una semana (23-VII) en el
restablecimiento del régimen democrático, con Karamanlis al frente de un
gobierno de unidad nacional.
Las elecciones de
noviembre de 1974 dieron el triunfo al partido Nueva Democracia de los
conservadores de Karamanlis. Un referéndum (8-XII-1974) votó por la República. Un nuevo
golpe de Estado monárquico (II-1975) fracasó y hundió más el prestigio de
Constantino.
1.6. LA DEMOCRACIA (1974).
El gobierno de
Karamanlis asentó la democracia y consiguió que Grecia entrase en la CEE (1981). Karamanlis fue
elegido presidente de la
República (1980-1985). Los gobiernos socialistas de Andreas
Papandreu (1981-1989 y 1993-1996, sucedido por otro socialista a su muerte) y
del conservador Mitsotakis (1989-1993) han reformado profundamente el país,
contando con generosas subvenciones comunitarias, pero sigue siendo el pariente
pobre de la UE. Los
enfrentamientos con Albania, Macedonia y Turquía por las minorías griegas y
albanesas, la cuestión macedónica, la soberanía sobre el Mar Egeo y la división
de Chipre, crearon una situación diplomática y militar potencialmente
peligrosa. El gobierno del socialista Costas Simitis superó la mayor parte de
estos problemas y fomentó la economía, lo que permitió su acercamiento a la
media de bienestar de la UE.
Las críticas contra
el sistema político se centran en que el partido socialista se habría
convertido en un “partido de régimen”: lleva gobernando desde 1981 a 2000, salvo la
interrupción de 1990-1993 del famoso "pacto a la griega" entre conservadores y
comunistas. Las elecciones de 2000 enfrentaron a Simitis con el conservador
Constantino Karamanlis (sobrino del anterior líder conservador).
Después de un
periodo conservador, nuevamente en 2010 gobernó la izquierda socialista, dirigida por
Georgios Papandreu (hijo del histórico líder socialista), pero la corrupción y la crisis económica hundieron electoralmente al Partido Socialista, el Pasok, que fue relevado en 2015 por un partido más izquierdista, Syriza, que afrontó una política impuesta por la Unión Europea de extrema austeridad y de elevado impacto social.
Finalmente, volvió a ganar el partido conservador en 2019 y Mitsotakis es el nuevo primer ministro.
2. BULGARIA.
2.1. INDEPENDENCIA.
En el siglo XIX se
consolidó un movimiento nacionalista contra el dominio turco. El primer
levantamiento, en 1876, sufrió una terrible represión, pero la intervención
rusa permitió que se recuperase la independencia en el Congreso de Berlín
(1878), todavía bajo la soberanía nominal otomana y dividido el país en dos
partes, al norte un principado autónomo (Bulgaria danubiana) pero tributario de
Turquía, y al sur una provincia otomana (Rumelia Oriental), que se reunificaron
en 1885.
La Constitución monárquica, después de cinco
siglos de dominio otomano, fue aprobada en Tirnovo (1879). Fue coronado
príncipe el alemán Alejandro de Battemberg (1879-86), sobrino del zar ruso.
Había dos bandos: los liberales, partidarios de las reformas, una política
democrática, la expansión territorial y una política antirrusa; los conservadores,
partidarios de mantener el orden social anterior, de la estabilidad territorial
y de los rusos. Alejandro I se apoyó primero en los liberales y consiguió la
anexión pacífica de Rumelia (1885) y vencer a los serbios (Slivnica, 1886),
pero su política antirrusa provocó una conspiración conservadora y tras varios
conflictos internos fue depuesto en 1886.
Fue elegido en su
sustitución otro príncipe alemán, Fernando de Sajonia-Coburgo (1887-1918),
apoyado por los conservadores. En 1908 Fernando I declaró la independencia
total respeto a Turquía, con el título de zar, aprovechando la revolución de
los “Jóvenes Turcos”.
GUERRAS BALCÁNICAS.
En 1908
Austria-Hungría anexionó Bosnia-Herzegovina, al tiempo que los Jóvenes Turcos
ganaban la revolución en el Imperio Otomano. Este fue derrotado por Italia
(1911-1912) y esto, junto a la presión del nacionalismo de Bulgaria, Grecia,
Serbia y Montenegro, provocó que estos, unidos en la Liga Balcánica,
declararan la guerra a los turcos.
La victoria aliada en la Primera Guerra
Balcánica (1912-1913) amplió sus territorios sobre Turquía que apenas conservó Constantinopla en Europa, y reconoció la indenpendencia de Albania.
La Segunda Guerra Balcánica (1913) comenzó pocas semanas después, por una disputa de Bulgaria con Serbia por el
reparto de Macedonia. Bulgaria fue derrotada por una alianza de Serbia, Rumania, Grecia y Turquía, y perdió
algunos territorios en Tracia, Dobrudja y Macedonia, aunque mantuvo su salida
al mar Egeo.
2.2. PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
Bulgaria participó
en la I Guerra
Mundial desde octubre de 1915 junto a las Potencias Centrales y Turquía, para
desquitarse de la anterior derrota contra Serbia, su gran enemigo y ocupar la Macedonia. La
oposición a la guerra fue muy fuerte en el ejército y el partido agrario, cuyo
líder Stambolinski fue encarcelado. Tras los éxitos iniciales la derrota final
de las Potencias Centrales en 1918 supuso grandes cambios en los Balcanes.
Bulgaria perdió por el Tratado de Neully (1919) la salida al Egeo (a Grecia) y
parte de Macedonia (a Serbia) y tuvo que pagar indemnizaciones. La economía
estaba arruinada y los muchos refugiados búlgaros repatriados complicaron la
situación social. El zar Fernando tuvo que dimitir en su hijo Boris III
(1918-1943; numerado III porque se continuó la línea de nombres de los zares
búlgaros de la Edad Media).
Mapa de Bulgaria en 1919 con sus ganancias y pérdidas territoriales.
2.3. PERIODO DE
ENTREGUERRAS.
DICTADURA.
La reforma de
Stambolinski.
El zar confió el
gobierno a Stamboliski (1920), jefe del partido Agrario, que impuso una
verdadera dictadura parlamentaria, para luchar contra el naciente movimiento
socialista y comunista, que lanzó una huelga general, y contra el violento
nacionalismo macedonio, que deseaba la revancha contra Yugoslavia y Grecia.
Stamboliski realizó una profunda reforma agraria (los campesinos eran 3/4 de la
población), con reparto de las tierras y un año de trabajo obligatorio para el
Estado. En contra, los partidos burgueses formaron un bloque de oposición y con
el apoyo del ejército dieron un golpe de Estado (VI-1923) y asesinaron a
Stamboliski.
Tsankov (1923-1926)
presidió una aparente democracia parlamentaria que encubría una dictadura
militar. Se reprimió con dureza a los agrarios y comunistas, en medio de un
clima de terrorismo y agitación social. Los excesos de Tsankov llevaron a Boris
III a sustituirle por Liapchev (1926-1931), que estabilizó la situación con una
política liberal.
Pero en los años 30
el nacionalismo autoritario aumentaba en Europa y repercutió en Bulgaria, en
una situación complicada por la crisis económica de 1929. El grupo fascista
Zveno (Liga Militar) promovió un golpe de estado (V-1934), aceptado por el rey,
y Tsankov y Georgiev impusieron una nueva dictadura. Pero Boris III les depuso
en 1935 y gobernó desde entonces autoritariamente, a través del gobierno de
Koseivanov, en medio de una fuerte crisis económica y social. En 1937 se alió
con Yugoslavia pero a partir de 1938 Alemania controló la economía búlgara y el
país se rearmó.
2.4. SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
Bulgaria se alineó
con Alemania de mala gana y el gobierno de Filov (1940-1944) apoyó el esfuerzo
militar del Eje y las tropas alemanas establecieron bases en el país desde
1941. Se ocuparon territorios en Macedonia y Tracia y se declaró la guerra en 1942 a Gran Bretaña y EE UU
pero se rehusó hacerlo con la
URSS y se salvó del genocidio a la mayor parte de la numerosa
comunidad judía. Es probable que, por su neutralismo, el rey Boris III fuese
asesinado por los alemanes en 1943. El Consejo de Regencia del zar Simeón II
(tenía seis años; depuesto en 1946, es aún el actual candidato al trono) fue
dominado por los nazis y afrontó la angustiosa derrota final.
El ejército ruso
ocupó el país en IX-1944. El Frente Patriótico tomó el poder en la insurrección
del 9 de septiembre de 1944, presidido por el nacionalista Georgiev. Era una
heterogénea alianza de comunistas, agrarios, socialdemócratas y nacionalistas
(la antigua Liga Militar), que declaró la guerra a Alemania, reprimió a los
colaboracionistas (2.700 ejecuciones, incluyendo a los tres regentes y 22
ministros), purgó la administración y el ejército (que fueron controlados por los
comunistas, lo que supuso la salida del Frente de agrarios y socialdemócratas)
y ganó las elecciones de 1945. La paz supuso la devolución de los territorios
ocupados en la guerra, pero se ganó a Rumania la Dobrudja del sur (como se
había acordado ya en el Tratado de Craiova, IX-1940).
2.5. DEL ESTALINISMO
A LOS AÑOS 70.
La República fue proclamada en un referéndum
(IX-1946) y desde noviembre los gobiernos de coalición fueron dirigidos por el
comunista Dimitrov (antiguo presidente del Komintern, muerto en 1949), que se
alineó con la URSS,
estableció una constitución según el modelo soviético (1947), realizó
sangrientas purgas en el Partido comunista (el moderado Kostov fue fusilado en
1949) y en el Frente Patriótico, aplastó a la oposición (el dirigente agrario
Petkov fue fusilado en 1947) e implantó una economía comunista (colectivización
agraria, industrialización estatal) y el control de las instituciones civiles.
Bulgaria fue el miembro más fiel a la
URSS en el COMECON (1950) y el Pacto de Varsovia (1955).
La apertura desde
1954, después de la muerte de Stalin, fue muy modesta, pero el estalinista
Cervenkov fue sustituido por el más moderado Yivkov (secretario del partido
desde 1954 y presidente del gobierno desde 1962 hasta 1971, presidente del país
hasta 89), que rehabilitó la memoria de Kostov y dirigió un largo periodo de
relativa estabilidad y progreso económico, aunque con estricta fidelidad
ideológica a la URSS.
2.6. TRANSICIÓN.
En los años 80 la
economía estaba estancada y la falta de flexibilidad política del régimen llevó
a una crisis soterrada que estalló en noviembre de 1989, gracias a la Perestroika empujada
por Gorbachov: el presidente Yivkov fue sustituido por Mladenov (un comunista
reformista), que trajo la democracia y dirigió la reconversión del Partido
Comunista en el Partido Socialista (comunista renovado), que ganó las
elecciones de 1990.
Fue un cambio
pacífico pero la profunda crisis económica y social llevó al gobierno breve e
inestable de la derecha con el primer ministro Dimitrov (1991-1993) y el
presidente Zhelev (1992), cuyo fracaso llevó de nuevo a los socialistas al
poder. El problema de las minorías, sobre todo la musulmana turca, ha mejorado
notablemente y la economía agraria ha sufrido menos que otros países el cambio,
pero es dramática la crisis industrial y crece la miseria social, por lo que
miles de búlgaros emigran. Tras un periodo de gobierno dirigido por el monarca
exiliado, Simeón, se han sucedido gobiernos conservadores y progresistas, que
han conseguido la entrada en la OTAN y la UE (2007).
3. ALBANIA.
3.1. INDEPENDENCIA.
El movimiento
nacionalista albanés creció en la segunda mitad del siglo XIX, aunque el
predominio de la religión musulmana explica que no hubiera apenas luchas. Más
aún, los albaneses sirvieron con eficacia como soldados y funcionarios al
Imperio Turco. Desde 1878, empero, el separatismo creció, y después de una
primera derrota en 1881, en 1908 se alió circunstancialmente con la revolución
de los “jóvenes turcos” en Turquía, y después se opuso a su política de
asimilación. Al principio de la Primera Guerra Balcánica (1912-1913) el líder
Ismail Kemal Vlorese proclamó la independencia, reconocida por las potencias en
el Tratado de paz de Londres (17-XII-1912), con una monarquía.
Albania nació
entonces. Aunque Albania reunía a la mayoría de la etnia albanesa, numerosos
albaneses quedaron en Macedonia y Kosovo, bajo el dominio serbio. Era un
inestable conglomerado de musulmanes (divididos entre las tribus gegs
del norte y las más evolucionados tosks del sur), y minorías de
católicos en el norte y ortodoxos en el sur. El país padecía un gran
analfabetismo (se adoptó el alfabeto latino en 1908) y una economía rural muy
atrasada, basada en un sistema tribal.
El primer rey fue el
príncipe alemán Guillermo de Wied, un cristiano, elegido por consejo de las
potencias.
3.2. PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
Al comienzo de la
guerra, la rebelión de los musulmanes obligó a huir al rey Guillermo. En la
guerra los bandos en lucha (austriacos, serbios, italianos) ocuparon sucesivamente
Albania, que quedó devastada. En 1918 un Gobierno Provisional puso orden, en
medio de las ambiciones de Italia y Serbia.
3.3. PERIODO DE
ENTREGUERRAS.
En 1920 el gobierno
fue derrocado por ser partidario de Italia. En 1920-1921 su independencia fue
confirmada por la SDN, a pesar de la oposición de serbios, griegos e italianos,
que pretendían repartirse el país.
DICTADURA Y
MONARQUÍA.
En 1922 tomó el
poder el militar musulmán Ahmed Zogú, apoyado por su tribu mati (con el
apoyo de Yugoslavia y, más tarde, de Italia) como presidente de la República
(1925). En 1928 tomó el título de rey como Zogú I. Pero desde entonces el país
fue en realidad un protectorado italiano, impuesto por Mussolini. En 1939,
antes de comenzar la guerra mundial, Italia invadió el país sin hallar
resistencia y proclamó rey de Albania a Víctor Manuel III.
3.4. SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
Los resistentes
formaron el Frente de Liberación Nacional, dirigido por el líder comunista
Enver Hodxa. Expulsaron en 1944
a los ocupantes y Hodxa ganó las elecciones
parlamentarias (XII-1945), con un solo partido, el Frente Democrático,
controlado por el Partido Comunista (después llamado Partido del Trabajo). Se
proclamó la República (I-1946) y Hodxa fue nombrado presidente.
3.5. DEL ESTALINISMO
A LOS AÑOS 80.
El Partido impuso un
férreo estalinismo en toda la sociedad, predominantemente agraria, que fue
colectivizada a la fuerza antes de 1959, dedicándose el periodo 1965-1970 a la “revolución
ideológica”. La ortodoxia comunista era tan extrema que la religión fue
prohibida, así como todo lo que sugiriese la propiedad capitalista.
Hodxa rompió
sucesivamente por motivos de ortodoxia ideológica (el marxismo-leninismo en su
versión estalinista) con su primera aliada Yugoslavia en 1948 y con la URSS en 1960, pasando a
aliarse con China, que ayudó al desarrollo albanés, hasta la ruptura de 1978,
debida a las reformas chinas. Ya había abandonado en 1968 el Pacto de Varsovia
y el país quedó completamente aislado, y enemistado con Yugoslavia por el
nacionalismo albanés en Kosovo.
La profunda pobreza
del país y el aislamiento debilitaron a Hodxa, que respondió con una represión
ideológica extrema.
En 1981 Hodxa
liquidó a su hombre de confianza, Sehu (primer ministro en 1945-1981),
acusándole de conspiración. En 1982 se repelió una invasión armada de
exiliados.
3.6. TRANSICIÓN.
Los cambios han sido
muy importantes, aunque tardíos. La muerte del líder histórico, Hodxa, en 1985,
dio paso a Ramiz Alia (jefe del Estado desde 1982), quien a partir de 1990
comenzó una tímidas reformas políticas, que pronto le superaron.
Las elecciones
legislativas de marzo de 1992 las ganó la oposición anticomunista, del Partido
Democrático, apoyado por Occidente, así como las presidenciales de abril de
1992, ganadas por Sali Berisha, un musulmán conservador, reformista (en el
sentido de propugnar el capitalismo) y muy autoritario (en diciembre de 1994
fue rechazado en referéndum un proyecto de Constitución demasiado
presidencialista), que encarceló a Alia y a muchos de sus oponentes.
Albania, desde la
victoria de Berisha, se deslizó a una situación catastrófica: es el país más
pobre de Europa (900 dólares per cápita en 2000), con tres millones de
habitantes (la gran mayoría sin esperanza y soñando con emigrar, como los ya
400.000 emigrantes albaneses, con miles que huyen cada año), con una economía
hundida en todos los sectores —sólo el juego está en auge—, un desempleo masivo, una inflación desbocada, un lek devaluado, la
corrupción del poder político, la delincuencia y el narcotráfico controlados
desde el Gobierno... hasta el colapso del sistema financiero a principios de
1997, con el hundimiento de las fraudulentas sociedades financieras
piramidales, lo que provocó una airada protesta popular y una rebelión
espontánea y descontrolada de las masas, casi sin organización —un caso único en Europa en el siglo XX— que se
extendió por todo el país a principios de marzo, hasta romper todas las
estructuras políticas. El Estado desapareció virtualmente. La OTAN envió tropas de
interposición, lo que permitió la celebración de elecciones en 1997, con
victoria de los socialistas de Fano, que se han alternado en el poder con el
partido conservador.
A los graves
problemas internos hay que añadir los enfrentamientos externos, por las
minorías albanesas del exterior, sobre todo en Serbia (los albaneses de
Kosovo), Macedonia y Grecia (hay otra minoría albanesa en el Norte griego).
4. RUMANIA.
4.1. INDEPENDENCIA.
Rumania se formó por
la unión de los principados vasallos turcos de Valaquia y Moldavia. El territorio
rumano era el más desarrollado de los Balcanes, con una administración bastante
moderna y una amplia autonomía. En el siglo XIX se consolidó un movimiento
nacionalista contra el dominio nominal turco, ya muy débil desde 1829, cuando
los rusos vencieron a los turcos y establecieron una administración militar. En
los decenios siguientes las potencias (Rusia, Austria, Turquía) mantuvieron el statu
quo, en contra de los deseos unitarios de los rumanos y en la paz de París
(1856) impusieron la división en dos Estados, pero los rumanos la sortearon
porque eligieron como príncipe en los dos a Alejandro Cuza (1859).
Alejandro unió la
doble estructura política en 1862. Sus reformas económicas (sobre todo la
agraria) provocaron una revuelta terrateniente y burguesa que le expulsó.
El alemán Carlos de
Hohenzollern fue elegido para el principado en 1866, hasta que fue proclamado
rey en 1881 como Carol I (1881-1914). La independencia real fue proclamada en
1877, en plena guerra con Turquía al lado de Rusia, y aceptada en el Congreso
de Berlín (1878). Los partidos liberal y conservador se sucedieron en el poder
(con la oposición socialista), consiguiendo una occidentalización, una
estabilidad política y un desarrollo económico (agrario e industrial) de los
que carecieron sus vecinos. Pero el descontento de los campesinos sin tierras
producía levantamientos, sobre todo el general de 1907, duramente reprimido. En
1913 Rumania, que intervino en la segunda guerra balcánica, recibió parte de la
Dobrudja búlgara.
4.2. PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
El rey Fernando I
(1914-1927) fue germanófilo, pero gobernaba el partido liberal, aliadófilo. La
guerra, en la que entró tarde (VIII-1916), fue muy dura para Rumania, pronto
ocupada por las Potencias Centrales.
La victoria final le
otorgó en los Tratados de Saint-Germain (1919) y Trianon (1920) amplios
territorios: Transilvania, Bucovina, Dobrudja y Besarabia en los que había
población rumana (de etnia y lengua rumana y religión ortodoxa). Pero el
resultado fue un mosaico étnico, religioso y lingüístico, en que había varias
minorías étnicas y lingüísticas (húngaros, alemanes, búlgaros, rusos, ucranios,
judíos, gitanos) y religiosas (católicos, protestantes y musulmanes). El país
no resolvió con un pacto la convivencia de esta diversidad y durante decenios
se impuso una política nacionalista y autoritaria de asimilación.
4.3. PERIODO DE
ENTREGUERRAS.
Pese a su expansión,
el país estaba arruinado en 1919, con los partidos divididos, mientras que la
clase obrera se radicalizó (huelga general de 1920) y el partido socialista se
reconvirtió en el partido comunista. Hubo una gran inestabilidad gubernamental
y los gobiernos se sucedieron sin remediar los graves problemas políticos,
pero, en cambio, se hizo una reforma agraria (1921), parcial pero bastante
eficaz, al tiempo que proseguía la industrialización. Por los escándalos de su
padre Carol, Miguel I (1927-1930 y 1940-1947) fue rey con sólo seis años y el
Consejo de Regencia no controló la situación política.
DICTADURA.
Su padre, Carol II
(1930-1940) consiguió ser proclamado rey en 1930, en medio de una crítica
situación económica y social debido a la Depresión comenzada en 1920, con graves
disturbios y huelgas. Se sucedieron varios primeros ministros y muchos
políticos fueron asesinados. La política exterior tendió a un acuerdo balcánico
con Yugoslavia y Checoslovaquia. En 1938, ante la crítica situación Carol
impuso un gobierno dictatorial y se alió con Alemania, de la que se dependió
económicamente.
4.4. SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
Carol II intentó al
principio mantener la neutralidad, pero Alemania impuso la desmembración del
país (IX-1940): la Besarabia a la
URSS, la mayor parte de Transilvania a Hungría, y el sur de
Dobrudja a Bulgaria. Finalmente, el mariscal Antonescu, apoyado en la fascista
Guardia de Hierro, obligó a dimitir a Carol II en Miguel I, nuevamente rey
(ahora con 19 años). Rumania intervino en la guerra contra la URSS y se apoderó de
Besarabia, pero las derrotas empujaron a Antonescu a buscar una paz separada,
por al fracasar, el rey promovió un golpe de estado y le arrestaron (1944).
Miguel constituyó un gobierno de coalición, que pidió el armisticio a los
aliados. Los alemanes bombardearon Bucarest, lo que motivó la declaración de
guerra contra Alemania (IX-1944).
La inmediata ocupación
soviética dejó el poder en manos del Bloque Nacional Democrático, dirigido por
los comunistas de Groza y con participación de casi todos los partidos.
El armisticio de
Moscú, sancionado en el tratado de París (1947), asignó Besarabia y Bucovina a la URSS, la mayor parte de
Transilvania a Rumania y el sur de Dobrudja a Bulgaria.
En 1945 se
realizaron grandes reformas económicas y sociales y el Frente ganó en las
elecciones de 1946 (80% de los votos) y poco después los comunistas suprimieron
a sus aliados. El rey fue obligado a abandonar el país y se instauró la
República Popular (1947).
4.5. DEL ESTALINISMO
A LOS AÑOS 70.
Georgiu dominaba el
partido comunista y Groza era el Presidente de la República, bajo un
estricto estalinismo. No hubo liberalización en este periodo, sino que se
reforzó el control del Partido, mientras se colectivizaba la agricultura y se
imponía una industrialización basada en la industria pesada.
Desde la muerte de
Georgiu (1965), Nicolae Ceausescu aumentó su poder y se convirtió en presidente del
Consejo de Estado en 1967 y presidente de la República en 1974, con una línea
política de relativa independencia de la URSS y de acercamiento a Occidente,
pero con una férrea dictadura interior.
4.6. TRANSICIÓN.
La crisis política y
económica de los años 80 derivó en la descomposición interna del país. La
brutal dictadura de Ceausescu impedía un cambio democrático. La revolución
popular derivó en una breve guerra civil (XII-1989), en la que hubo cientos
(tal vez miles) de víctimas, entre el aparato policial de la represión, la
Securitate, y las fuerzas populares, apoyadas por el Ejército, que vencieron:
Ceausescu fue ajusticiado. Pero los grandes beneficiarios del cambio fueron los
miembros marginados del partido comunista, organizados en el Frente de
Salvación Nacional (FSN). El presidente Iliescu y el primer ministro Roman
realizaron tímidas reformas, manteniendo un modelo “neoburocrático”, que no ha
sacado al país de su grave situación económica. La oposición liberal sufrió
varias derrotas electorales ante la izquierda (FSN), que gobernó aliada con
partidos nacionalistas, sojuzgando a la minoría húngara. Pero el descontento
llevó en 1996 a
un cambio y desde entonces se han sucedido gobiernos conservadores y
socialistas, que gobiernan coaliciones heterogénea de partidos de izquierda,
centro y derecha, que pidieron la entrada en la UE y la OTAN, lo que se consiguió años después, comenzando por la UE en 2007.
5. YUGOSLAVIA.
5.1. INICIOS DEL
ESTADO YUGOSLAVO.
En 1900 había el
territorio de la futura Yugoslavia estaba dividido entre varios Estados: Serbia
y la pequeña Montenegro (que habían logrado su independencia en 1858)
concitaban las esperanzas de los nacionalistas; en el sur Turquía dominaba
Macedonia; en el norte Austria-Hungría dominaba Eslovenia, Croacia, Dalmacia y
ocupaba Bosnia-Herzegovina (anexionada oficialmente en 1908). Los eslavos
pretendían liberarse del dominio de estas dos potencias extranjeras y se había
desarrollado el terrorismo como método de lucha.
Serbia, en la que un
fuerte movimiento nacionalista había crecido durante el siglo XIX, alcanzó la
independencia de un modo gradual, desde las revoluciones de 1804-1806 y
1815-1816, que asentaron su primera autonomía. El poder era disputado desde el
principio entre dos grandes dinastías nobiliarias rivales: los Karageorgevic y
los Obrenovic, que se sucedieron entre sí a lo largo del siglo XIX, hasta 1903,
mientras se conseguía la independencia formal (1878) y crecía un movimiento
político que exigía la creación de una Gran Serbia, en oposición a
Austria-Hungría.
Alejandro I
Obrenovic fue asesinado en 1903, por su política pacifista y se entronizó a
Pedro I Karageorgevic (1903-21), un partidario del militarismo y la expansión.
Las guerras balcánicas de 1912-13 llevaron a Serbia a ocupar la mayor parte del
norte de Macedonia, mientras que el resto se dividía entre Grecia y Bulgaria.
Una fuerte minoría albanesa quedó en Kosovo y Macedonia.
La pequeña
Montenegro, por su parte, estaba gobernada por la dinastía Petrovic, que había
luchado con éxito contra los turcos desde el siglo XVII. Su independencia fue
reconocida en el Congreso de Berlín (1878), bajo el reinado de Nicolás I, que
aumentó sus territorios con las guerras balcánicas de 1912-1913.
5.2. PRIMERA GUERRA
MUNDIAL.
El asesinato por un
nacionalista serbio del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo (28-VI-1914)
provocó el estallido de la Primera Guerra Mundial. Austria-Hungría, con el
apoyo alemán, invadió Serbia. Tras una dura resistencia, el ejército serbio se
retiró a la costa y el país fue ocupado (1915-1918) por las Potencias Centrales.
La victoria aliada
supuso el auge de Serbia en la escena balcánica. En el pacto de Corfú
(VII-1917) los aliados, los serbios y los eslavos del sur del antiguo imperio
de Austria-Hungría (croatas, eslovenos, bosnios), acordaron constituir un solo
Estado, bajo la monarquía serbia de los Karageorgevic, pero si los eslovenos y
croatas querían un Estado confederal, en cambio los serbios se negaron, y
aquellos aceptaron un estado unitario porque temían ser anexionados por Italia
si se negaban.
En cuanto a
Montenegro participó en la guerra al lado de los aliados y fue ocupada. Al
final (1918), una Asamblea Nacional, dominada por la mayoría serbia, derrocó la
monarquía y acordó la anexión al nuevo Reino de los serbios, croatas y
eslovenos.
5.3. PERIODO DE ENTREGUERRAS.
En la Constitución
(XI-1918) se impuso un modelo de Estado unitario, el Reino de los Serbios,
Croatas y Eslovenos, bajo el reinado de Pedro I (retornado en 1919). Tenían un
idioma similar (serbo-croata), pero religiones distintas (ortodoxa los serbios
y macedonios, católica los otros, musulmana muchos bosnios y otras minorías) y
les separaban muchas diferencias sociales y culturales. Los serbios eran la
mayoría (50%) y las elecciones, siempre por partidos étnicos, les dieron la
hegemonía, sin contentar jamás las aspiraciones de los otros pueblos, que
carecían de autonomía. En suma, el gran problema nacional era que Serbia había
impuesto su hegemonía sobre toda Yugoslavia. Los croatas fueron reprimidos y
sus dirigentes asesinados.
En enero de 1929 el
rey Alejandro I (1921-1934) impuso la dictadura, aboliendo la Constitución, los
partidos y los derechos individuales, y el país tomó el nombre de Yugoslavia.
En 1931 fue promulgada por decreto otra Constitución incluso más centralista.
Los nacionalistas croatas, eslovenos y macedonios se radicalizaron y apareció
el terrorismo: el rey fue asesinado en Marsella (9-X-1934).
REGENCIA DEL
PRINCIPE PABLO.
Su hermano Pedro II
(1934-1945) era menor de edad y tomó la regencia su primo Pablo. El nuevo
primer ministro, Stojadinovic (1935-1939), inició una política de conciliación
con las minorías: los presos políticos croatas fueron liberados y se firmó un
Concordato con el Vaticano, dando igualdad religiosa a católicos y ortodoxos.
Pero la Iglesia
ortodoxa se opuso a esta igualdad y el Concordato fue denunciado en 1937.
El siguiente primer
ministro, Cvetkovic (1939), pactó con el croata Macek la plena autonomía para
Croacia (1939), y que Macek sería vicepresidente del gobierno yugoslavo, pero
los extremistas serbios y croatas se negaron a aceptar el acuerdo.
5.4. SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL.
Yugoslavia seguía
bajo una dictadura monárquica, apoyada en un Ejército dividido en dos bandos:
germanófilos y aliadófilos. El regente Pablo se puso del lado alemán a cambio
de la Macedonia
griega y Salónica y firmó un pacto tripartito con Alemania e Italia
(25-III-1941), pero dos días después el general Simovic le depuso y proclamó la
mayoría de edad de Pedro II (que acabó exiliado en Londres). Los alemanes
respondieron apoderándose del país en pocas semanas (desde 6-IV-1941) y
desmembraron el país entre sus vecinos: Italia se quedó con Dalmacia y el
protectorado de Montenegro (declarada independiente), Bulgaria con Macedonia,
Alemania con Eslovenia. Serbia y Croacia se separaron y se formaron gobiernos
títeres en ambas. Croacia fue convertida en un Estado fascista, dirigido por
Ante Pavelic; Serbia lo fue por el general fascista Nedic. La represión nazi
fue muy cruel, pero incluso era pequeña comparada con el mutuo genocidio que se
aplicaron los ustachis croatas y los chetniks serbios. Fue una
horrible matanza precursora de la guerra de 1992.
En cambio, la
resistencia de los comunistas dirigidos por el croata Tito (Josip Broz) y, en
menor medida, de los chetniks monárquicos serbios de Mijailovic fue muy
eficaz contra los alemanes. Tito consiguió integrar a casi todos los grupos
nacionales, en los que predominó al contar con todo el apoyo occidental,
liberando por sí solo el país cuando los alemanes se retiraron en el otoño de
1944. Los soviéticos ocuparon el país en octubre y reforzaron el dominio
comunista de Tito.
5.5. POSGUERRA.
LA NUEVA YUGOSLAVIA.
En noviembre de 1945
los comunistas ganaron las elecciones, mediante el Frente Nacional (dominado
por los comunistas), que abolió la monarquía y proclamó una República Federal
de seis repúblicas: Serbia, Croacia, Eslovenia, Montenegro, Macedonia, Bosnia.
Había dos provincias autónomas en Serbia: Voivodina (para los húngaros) y
Kosovo (para los albaneses). El gobierno estaba muy centralizado.
La socialización de
la economía y el esfuerzo colectivo consiguieron superar las tremendas
destrucciones de la guerra. Pero se rompieron relaciones con la URSS (1948), cuando Tito se
negó a entrar en la Federación Balcánica y someterse a Stalin.
Por ello se buscó
una vía nacional hacia el socialismo, mientras los disidentes (estalinistas)
eran reprimidos y la población apoyaba mayoritariamente a Tito. Incluso EE UU
apoyó al régimen de Tito con préstamos. Desde 1950 hubo una relativa
liberalización económica, mediante la práctica de la autogestión en las
empresas y los campesinos se asociaron libremente en cooperativas, con grandes
resultados hasta los años 60.
En la Constitución de 1953
las repúblicas federales profundizaron su autonomía. Incluso el Partido
Comunista se organizó como la Liga Comunista, una federación de partidos.
También hubo una relajación política (los presos políticos apenas existieron) y
se promovió el movimiento de los países no alineados, siendo Tito uno de sus
líderes más famosos.
DESEQUILIBRIOS.
Desde 1965 los
desequilibrios en el desarrollo político, económico y social de las repúblicas
comenzaron a notarse. Eslovenia y Croacia gozaban de un mayor desarrollo,
Serbia estaba en una posición intermedia, Macedonia y Montenegro estaban en la
cola. Había una fuerte emigración interna y exterior (a Alemania), con
intercambios voluntarios de población que luego tendrían graves consecuencias
porque no había una integración étnica real. Había dos tendencias políticas: la
centralista serbia y la federalista croata y eslovena. Las manifestaciones y
huelgas menudearon desde 1965,
a las que Tito respondió con una firme represión pero
también con mayores reformas autonómicas (Constitución de 1974) y de
participación obrera en la autogestión. La Liga Comunista Yugoslava (LCY), se
dividía por razones étnicas.
5.6. YUGOSLAVIA
DESPUÉS DE TITO. NUEVA SITUACION POLÍTICA: LA DESINTEGRACIÓN Y
LAS GUERRAS.
Tito murió en 1980,
dejando un país en relativa paz, pero con graves diferencias internas y una crisis
económica creciente. La dirección colegiada (turnos de un año entre las seis
repúblicas y las dos regiones) no resolvió los problemas políticos y los
gobiernos de Diuranovic (1977-1982) y Planic (1982-1986) no resolvieron los
problemas económicos. La corrupción de los dirigentes comunistas de la LCY acabó con el prestigio del
único partido que mantenía unido al país. A finales de los años 80 cada una de
las Repúblicas intentó su propia solución:
Serbia, unida a
Montenegro, quería crear la
Gran Serbia, y su dirigente Milosevic, para mejorar su base
de poder, alentó el nacionalismo fanático de las masas y suprimió en 1989 la
autonomía de Kosovo y Voivodina, asegurándose así la mayoría en la dirección
nacional, lo que concitó el temor de Croacia y Eslovenia, que a su vez querían
la independencia para no cargar con sus “parientes pobres”. La ruptura era
inevitable en este ambiente frenéticamente nacionalista.
Los conflictos
yugoslavos desde 1991 desembocaron en una guerra civil primero e
internacional después, entre los Estados federales de la antigua Yugoslavia,
que ha desaparecido en el proceso, dividida en República de Yugoslavia
(reducida a Serbia y Montenegro, conservando el dominio sobre Kosovo, de
mayoría albanesa, y Voivodina, de fuerte minoría húngara), Croacia, Eslovenia y
Macedonia, y Bosnia, dividida al principio en dos entidades: la república de
Bosnia (musulmana-croata) y la república serbobosnia, enfrentadas en tres
nacionalidades definidas por las religiones musulmana (bosnios), cristiana ortodoxa
y cristiana católica (croata).
Los antecedentes
yugoslavos invitaban al optimismo, con un Estado plurinacional que había
conseguido respetar la descentralización espacial del poder en un Estado
comunista, pero bastante liberal, con una economía autogestionaria, de un buen
nivel de vida comparado con el de los otros países comunistas.
La división
religiosa, lingüística, étnica del país era muy compleja, con fuertes minorías
en casi todos los territorios, de manera que las nacionalidades estaban muy repartidas
entre las diferentes repúblicas, con muchos matrimonios mixtos. Parecía que se
estaba consiguiendo una adecuada integración nacional, un melting pool
semejante al de EE UU, pero en 1991 la desintegración del país llevó a la
ruptura traumática de este proceso. La presencia de minorías en diferentes
territorios se convirtió de repente en un acicate para los conflictos, al
lanzar algunos políticos comunistas-nacionalistas (sobre todo el serbio
Milosevic y el croata Tudjman) una virulenta campaña xenófoba para afianzarse
en el poder mediante la movilización de las masas. Los serbios pretendieron
crear una Gran Serbia sobre los territorios vecinos de Croacia (eran mayoría en
las regiones de Eslavonia y Krajina) y Bosnia (dominaban algunas comarcas). Los
croatas, por su parte, pretendían “asimilar” a los serbios de Croacia y
desmembrar la parte croata de Bosnia.
En los años 70 y 80
Yugoslavia había sufrido una dura crisis económica, con el fracaso del modelo
autogestionario y fuertes desequilibrios económicos y sociales, entre un Norte
rico (Eslovenia, Croacia) y un Sur pobre (Montenegro, Kosovo, Macedonia),
mientras que el Centro tenía una situación media.
Las zonas rurales
estaban muy deprimidas, concentrándose la riqueza y los servicios en las
ciudades. No en vano en la guerra los peores extremistas han procedido del
campo, mientras que los más moderados y tolerantes eran los ciudadanos.
Las Fuerzas Armadas,
dominadas por los oficiales serbios, tenían empero cierta descentralización, lo
que permitió la defensa territorial de las nuevas repúblicas y que se
mantuviera el conflicto bélico sin una inmediata victoria serbia.
El relativo
liberalismo del régimen yugoslavo, en 1990-1991 se convirtió en un relativo
conservadurismo por comparación, después de la caída de los demás regímenes
comunistas.
La muerte en 1980
del carismático presidente, el croata Tito, héroe de la resistencia contra los
nazis, permitió el ascenso de nuevos políticos, demagógicos, comunistas
nacionalistas y autoritarios, como Milosevic, que pretendían hacerse con el
control del poder, sin un proyecto de unión de los pueblos de la antigua
Yugoslavia. Sin un proyecto unitario de corte confederal, el conflicto era
inevitable.
Eslovenia y Croacia
se independizaron rápidamente, en junio de 1991.
ESLOVENIA.
La LC eslovena perdió las elecciones
de abril de 1990, aunque el comunista reformista Kucan ganó la presidencia (la
renovó en 1992). Un referéndum en diciembre de 1990 dio un 95% a favor de la
independencia, proclamada en junio de 1991. Hubo una pequeña guerra entre
serbios y eslovenos, pero apenas hubo bajas pues fue breve: la minoría serbia
era muy pequeña y Eslovenia contaba con el apoyo de Alemania. La Constitución
de 1991 es plenamente democrática y es, con diferencia, el país más occidentalizado
y próspero de la antigua Yugoslavia, por lo que fue un buen candidato para
entrar en la UE (2004) y la OTAN.
CROACIA.
Las elecciones de
abril de 1990 dieron el triunfo al general nacionalista Tudjman, un
ex-comunista convertido en feroz anticomunista. Su programa de unificación
étnica provocó la reacción de la minoría serbia (un tercio de la población
total), dominante en las zonas de Krajina y Eslavonia, para lo que contó con la
ayuda de Serbia, también deseosa de construir una Gran Serbia.
La independencia
croata fue proclamada en junio de 1991 y la guerra estalló poco después en los
territorios de Eslavonia y Krajina, con un brutal “limpieza étnica” de los
serbios sobre los croatas que vivían en estos territorios, que fueron
asesinados o expulsados. Pero los croatas, dirigidos por el general
ultranacionalista Tudjman, también alentaron el conflicto al negar cualquier
posibilidad de autonomía a los serbios. La mutua desconfianza derivó en la
espantosa guerra, con cientos de miles de refugiados, decenas de miles de
muertos (muchos en un genocidio organizado a sangre fría), violaciones y
saqueos sistemáticos, etc. Desde la II Guerra Mundial no había en Europa tanta
crueldad.
Las derrotas
iniciales de los croatas en 1991 cesaron en 1992, sosteniéndose una tregua
hasta la ofensiva final de 1995: en mayo cayó Eslavonia Occidental y en agosto
la Krajina en manos del rearmado ejército croata, contando con la pasividad de
Serbia, que no podía enfrentarse a las presiones de la comunidad internacional.
Faltaba Eslavonia Oriental, que fue recuperada pacíficamente en 1997. En todos
estos casos se expulsó a la minoría serbia, como esta había hecho antes con los
croatas.
Tudjman siguió hasta
su muerte presidiendo el país, con un nacionalismo exacerbado por la gloria de
la victoria y el odio crecido con la sangre vertida en la guerra. El país,
actualmente, es un serio aspirante a entrar en la OTAN y ha entrado en la UE en
2014.
BOSNIA
(BOSNIA-HERZEGOVINA).
En 1990 las
elecciones dieron un reparto de los escaños entre los partidos étnicos y los
comunistas. Fue elegido presidente el musulmán Izetbegovic. En febrero de 1992
un referéndum de autodeterminación proclamó la independencia, rechazada por los
serbios (30% de la población), que se abstuvieron. El equilibrio entre las tres
comunidades se rompió por las presiones serbias. En marzo los extremistas
croatas y musulmanes atacaron a los serbios en Sarajevo, mientras los serbios
lanzaron una sangrienta y victoriosa ofensiva seguida de un espantoso
genocidio, una campaña de “limpieza étnica”, cuyos máximos responsables
serbiobosnios, el presidente Karadzic y el general Mladic, contaron con el
apoyo de Milosevic, siguiendo el patrón del peor estilo nazi: ejecuciones
masivas de 200.000 bosnios, violaciones, expulsiones y deportaciones (hubo
1.500.000 refugiados), saqueos, incendios, bombardeos artilleros y disparos
indiscriminados..
Mientras, Occidente
guardaba una prudencia cómplice por temor a intervenir en el “avíspero de los
Balcanes”, que ya había provocado la I Guerra Mundial. Las opiniones públicas
(conmovidas por las aterradoras imágenes) de Europa Occidental, EE UU y los
países árabes estaban a favor de las víctimas bosnias, pero la URSS y algunos países de
religión ortodoxa apoyaban a Serbia y los serbiobosnios, amenazando con
intervenir en su favor. Las fuerzas de pacificación de la ONU, poco eficaces,
mantuvieron la ficción moral de que se intervenía en defensa de la paz, pero
eran sólo testigos inútiles de la guerra. Incluso los croatas intentaron
imponerse a sus circunstanciales aliados bosnios musulmanes, y hasta entre
estos estallaron duras luchas civiles: durante un tiempo cuatro bandos se
enfrentaban entre sí.
Los musulmanes
fueron los grandes perdedores de la guerra en la primera fase, pero finalmente
la comunidad internacional consiguió imponer duras medidas de aislamiento a
Serbia, sobre todo económicas, y el debilitamiento de la URSS redujo su capacidad de
influir en los Balcanes. En 1995, por fin, EE UU decidió intervenir, ante la
inacción de los europeos, y los bombardeos aliados acabaron pronto con la
resistencia serbobosnia. Una ofensiva bosnio-croata en noviembre de 1995
permitió la recuperación de un amplio territorio y alcanzar un alto el fuego.
Serbia, desde entonces, ha demostrado querer la paz y parece haber abandonado
parcialmente a los serbios de Bosnia.
El acuerdo de paz de
Dayton (1996), impuesto por EE UU mediante amenazas militares a los serbios,
establece una República de Bosnia, multiétnica, con autonomía para todos. Las
elecciones de unificación de finales de 1996 no solucionaron los odios étnicos,
pero la presencia de fuerzas internacionales permitió mantener el orden público
y poco a poco se van suavizando las tensiones étnicas. El futuro de Bosnia, en
todo caso, parece incierto: hay demasiado odio entre las tres comunidades y los
límites se han trazado con sangre.
SERBIA Y MONTENEGRO.
Se denominó
República de Yugoslavia y la integraron hasta su separación las repúblicas de
Serbia y Montenegro, que aunque hoy es independiente, sigue dependiendo mucho
de Serbia. El nacionalista Milosevic rigió autoritariamente en los años 90 el
país, sumido en una catastrófica situación económica y social debido a la
corrupción y al embargo internacional dictado en 1995. El apoyo a los serbios
de Croacia y Bosnia resultó un gran error histórico: la Gran Serbia fracasó y
este ideal quedó asociado al mayor genocidio que ha padecido Europa desde los
tiempos de Hitler. Siguió la preocupación por la situación de la minoría
húngara de Voivodina y la albanesa de Kosovo.
MACEDONIA.
La situación de la
pequeña república es muy difícil por su pobreza económica, las fuertes minorías
internas (sobre todo albaneses), las presiones de sus vecinos. En Macedonia la
situación ha mejorado notablemente, con el reconocimiento griego y serbio en
1996, más la ayuda de EE UU, que ha estacionado tropas para garantizar la paz.
KOSOVO.
Kosovo, con una
población albanesa en un 90%, padecía la opresión serbia, con graves matanzas,
lo que provocó la intervención internacional, dirigida una vez más por EE UU,
que derivó en su independencia de facto en 2008, aunque no ha sido reconocida
por todos los países europeos (p. e. Rusia y España se niegan a hacerlo sin un
acuerdo internacional con Serbia).
Conclusiones ante los conflictos yugoslavos.
- Hay una
reaparición de la Historia,
con enfrentamientos entre etnias (culturas, lenguas, religiones), antes que
entre ideologías o sistemas económicos. No ha habido una lucha entre comunismo
y democracia liberal. Pero si ha habido un enfrentamiento entre el modelo de
convivencia y tolerancia que preconizaba el gobierno bosnio y el modelo
exclusivista y xenófobo de los serbios y croatas.
- La
internacionalización de la guerra en los Balcanes es un peligro constante. A
grosso modo se han establecido dos bandos, aunque con fluctuaciones temporales:
1) Serbia, Grecia, Rumania y el apoyo exterior de la URSS a los serbios. 2)
Bosnia, Croacia, Bulgaria, Albania, Macedonia, Turquía, que cuentan con el
apoyo de EE UU y de la mayor parte de la UE a los bosnios, croatas y albaneses.
- Hay que distinguir
entre pueblos y gobiernos. Aquellos no han sido los autores de la guerra sino
estos, aunque no hay que exhibir de responsabilidad a quienes han cometido
genocidio excusándose en la obediencia debida.
- Las causas de los
conflictos son endógenas, se deben a viejas rencillas entre pueblos y nuevos
problemas entre las élites políticas.
- Es inevitable que
haya varios Estados en los restos de la antigua Yugoslavia. El más incierto es
Bosnia, dividido entre tres comunidades muy enfrentadas entre sí. Taibo apuesta
por una futura confederación sobre toda Yugoslavia, basada en la lengua, el
pasado común, la economía, etc.
- Hay una tendencia
común en Serbia y Croacia hacia el nacionalismo y el autoritarismo, junto al
militarismo.
- Se está repitiendo
la Historia
de principios del siglo XX, con los mismos bloques internacionales.
BIBLIOGRAFÍA.
Internet.
Blog. Para la actualización de datos y fuentes en 2022.
Bogdan, H. La
historia de los países del Este. Vergara. Buenos Aires. 1990. 376 pp.
Brigs, Asa; Clavín,
Patricia. Historia contemporánea de Europa 1789-1989. Crítica. Barcelona. 2000. 477 pp.
Gil Pecharromán, Julio. Los Balcanes Contemporáneos (1) y (2).
Cuadernos de Historia 16. Madrid. 1987. nº 236 y 237.
Mammarella,
Giuseppe. Historia de la Europa Contemporánea (1945-1990). Ariel. Barcelona.
1990. 414 pp.
Taibo, Carlos. Crisis
y cambio en la Europa
del Este. Alianza Editorial. Madrid. 1995. 276 pp.
PROGRAMACIÓN.
OP UD 46. LOS ESTADOS
BALCÁNICOS EN EL SIGLO XX.
UBICACIÓN Y
SECUENCIACIÓN.
ESO, 2º ciclo.
Eje 2. Sociedades
históricas y Cambio en el Tiempo.
Bloque 5. Cambio en
el tiempo.
Apartado 5.3. Cambio
social y revolución en la época contemporánea.
- Revolución
industrial, desarrollo capitalista e imperialismo.
- Las grandes
transformaciones y conflictos del siglo XX. Revoluciones, guerras mundiales y
descolonización.
También participa
del eje 3. El mundo actual.
Bloque 8.
Participación y conflicto político y mundo actual.
Apartado 8.4.
Transformaciones y tensiones en las relaciones internacionales: organismos
internacionales; la crisis del sistema de bloques y la OTAN; el proceso de unidad
europea; una crisis o conflicto internacional relevante; problemas y
perspectivas para la paz.
Está relacionado
también en Bachillerato, Historia Contemporánea, especialmente en Bloque 5.
Problemas y perspectivas del mundo actual. Apartado. Los acontecimientos
históricos desde la última década del siglo XX.
RELACIÓN CON TEMAS
TRANSVERSALES.
Relación con el tema
de la Educación
para la Paz y de
Educación Moral y Cívica.
TEMPORALIZACIÓN.
Tres sesiones de una
hora.
1ª Exposición del
profesor.
2ª Exposición del
profesor, de refuerzo y repaso; esquemas y comentarios de textos y mapas.
3ª Comentarios de
textos y mapas; debate y síntesis.
OBJETIVOS.
Conocer mediante la
comparación y sintetizar los rasgos históricos contemporáneos que son generales
de los países balcánicos.
Conocer y comprender
las causas de la evolución contemporánea de cada uno de los países balcánicos:
Albania, Grecia, Bulgaria, Rumania, Yugoslavia).
Valorar la
importancia de la crisis de 1989 y su influencia en la situación actual de
estos países, en especial en la ex-Yugoslavia.
Reconocer las
variaciones de fronteras en los Balcanes desde 1878.
CONTENIDOS.
A) CONCEPTUALES.
Los rasgos
históricos contemporáneos que son generales de los países balcánicos.
La evolución
contemporánea de cada uno de los países balcánicos (Albania, Grecia, Bulgaria,
Rumania, Yugoslavia y los resultantes de su división).
La crisis de 1989 y
la situación actual de estos países.
B) PROCEDIMENTALES.
Tratamiento de la
información: realización de esquemas del tema.
Explicación
multicausal de los hechos históricos: en comentario de textos sobre la guerra
en la ex-Yugoslavia.
Indagación e
investigación: recogida y análisis de datos en enciclopedias, manuales,
monografías, artículos...
Desarrollar la
capacidad de síntesis, comparación y relación de fenómenos y procesos
históricos.
C) ACTITUDINALES.
Rigor crítico y
curiosidad científica.
Tolerancia y
solidaridad.
Interés y valoración
de otras culturas.
Valoración de la paz
y el diálogo para superar los conflictos.
METODOLOGÍA.
Metodología
expositiva y participativa activa del alumno, mediante la investigación, la
síntesis y análisis de datos, el comentario de textos y el debate.
MOTIVACIÓN.
Pase de un breve
documental sobre las recientes guerras en Yugoslavia.
ACTIVIDADES.
A) CON EL GRAN
GRUPO.
Exposición por el
profesor del tema.
B) EN EQUIPOS DE
TRABAJO.
Realización de seis
líneas de tiempo: una sobre el proceso balcánico en su conjunto y una de cada
país.
Realización de dos
mapas históricos de los Balcanes en el siglo XX, con la evolución de las
fronteras en 1878-1918 y en 1918-actualidad.
Realización de un
esquema de la UD.
Comentarios de
textos sobre la independencia de los países balcánicos, las dictaduras de los
años 20 y 30, la Guerra
Fría, los conflictos étnicos en Yugoslavia...
Debate sobre las
causas y consecuencias de los conflictos étnicos en Yugoslavia.
Dossier de prensa
sobre la actualidad de los Balcanes.
C) INDIVIDUALES.
Realización de
apuntes esquemáticos sobre la UD.
Participación en las
actividades grupales.
Búsqueda individual
de datos en la bibliografía, en deberes fuera de clase.
Contestar cuestiones
en cuaderno de trabajo, con diálogo previo en grupo.
RECURSOS.
Presentación digital.
Libros de texto,
manuales y mapas.
Fotocopias de textos
para comentarios.
Cuadernos de
apuntes, esquemas...
EVALUACIÓN.
Evaluación continua.
Se hará especial hincapié en que se comprenda la relación entre los procesos
balcánico y europeo, en los nexos comunes entre los estados balcánicos y en el
conocimiento de las causas históricas del conflicto actual de Yugoslavia.
Examen incluido en
el de otras UD, con breves cuestiones y un comentario de texto.
RECUPERACIÓN.
Entrevista con los
alumnos con inadecuado progreso.
Realización de actividades
de refuerzo: esquemas, comentario de textos...
Examen de
recuperación (junto a las otras UD).
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