HMA 8. EE UU. Dosier: La Justicia, el Fiscal General y el Tribunal Supremo.
Índice.
Introducción.
El doble sistema judicial.
El Fiscal General.
El Tribunal Supremo.
Introducción.
La justicia estadounidense se rige en general por el sistema jurídico anglosajón, de raíz consuetitudinaria, con grandes diferencias respecto al de ascendencia romana que predomina en la Unión Europea continental, mucho más basado en la voluntadl de legislador.
Al ser una república federal hay una amplia autonomía de cada uno de los Estados, de modo que en cada uno el poder judicial se ejerce por los tribunales de acuerdo a la Constitución de cada Estado, lo que explica que haya procedimientos y normas distintos, incluso muy diferentes. Todas las causas civiles y criminales se cursan en los tribunales de cada Estado, de modo que el Tribunal Supremo de Estados Unidos tiene un poder restringido a la armonización de la nornativa.
El doble sistema judicial.
EE UU tiene dos sistemas judiciales separados: el sistema judicial estatal y el sistema judicial federal.
Cada Estado tiene su
propio sistema judicial estatal para decidir sobre los casos que conciernen a
los residentes del estado y la ley estatal. Cada sistema judicial estatal tiene
una organización distinta, pero la mayoría tiene tribunales locales de primera
instancia, autorizados para ver todo tipo de casos y luego un tribunal
superior del Estado, cuyos dictámenes rigen para los otros tribunales en cuestiones de derecho estatal.
La
Constitución de EE UU autorizó al Congreso a crear un sistema judicial
federal al que se le permite ver casos de los residentes de los diferentes
estados y también casos que “surgen” de la Constitución o la ley federal. Toda
ley o pacto aprobado por el Congreso se considera una “ley federal”.
El Fiscal General.
El Fiscal General de EE UU tiene potestad sobre el Departamento de Justicia, siendo el homólogo a los ministros de Justicia de otros países. Durante la primera parte del mandato de Trump el cargo fue ocupado por el discutido Jeff Sessions, cesado o dimitido por su enfrentamiento con el presidente al resistirse a obedecer sus órdenes de protegerlo de las investigaciones sobre la trama rusa. Le sustituyó William Barr, que no colaboró en el intento trumpista de impedir que Biden tomara posesión de la presidencia el 6 de enero de 2021.
El Tribunal Supremo.
El Tribunal Supremo (TS) de Justicia de Estados Unidos de América, también llamado Corte Suprema de Justicia, tiene su sede en Washington D. C. y es el órgano superior del poder judicial, con la facultad de revisión de todas sus sentencias, y a la vez es el órgano de arbitraje constitucional, con la facultad de revisar las leyes federales o estatales, así como los actos del poder ejecutivo en todos sus niveles. Luego de que un tribunal federal de apelación da su opinión, una de las partes del caso puede recurrir al TS para pedirle que revise la decisión de tal tribunal de apelación. La Corte, a discreción propia, decide ver un número limitado de casos por decidir. Sus decisiones no pueden ser apeladas y todos los otros tribunales federales (los tribunales de apelación y los tribunales distritales) deben acatar sus decisiones.
Es la única institución judicial establecida en la Constitución, pues todos los demás tribunales han sido establecidos por leyes del Congreso.
La componen un juez presidente (Chief Justice) y ocho jueces asociados (Associate Justices), nombrados por el presidente del país y confirmados por el ‘consejo y consentimiento’ del Senado. Sus mandatos son vitalicios aunque pueden renunciar por voluntad propia; pueden ser destituidos por el Congreso mediante un proceso de impugnación (Impeachment), lo que nunca ha ocurrido.
La enorme importancia de su mandato, a menudo sin cambios personales durante decenios, explica el interés de los poderes ejecutivo y legislativo por influir en su composición, pugnando históricamente los republicanos conservadores y los demócratas progresistas por nombrar jueces próximos a sus respectivas ideologías.
En los últimos años los debates en el TS se han decantado entre dos corrientes jurídicas: la conservadora (‘originalista’ o ‘textualista’) partidaria de una lectura fiel del texto constitucional original (escrita en 1787 y ratificada el año siguiente) y la progresista defensora de una interpretación moderna que se adapte a los cambios sociales y políticos aun manteniendo los principios generales de la Constitución.
El juez cosnervador Brett Kavanaugh.
El presidente Trump ha tenido la oportunidad de decantar el TS hacia la banda conservadora con el nombramiento en 2017, 2018 y 2020 de tres jueces radicalmente derechistas, Neil Gorsuch, el más polémico Brett Kavanaugh, acusado de haber intentado violar o abusar sexualmente de mujeres en el pasado, y la ultraconservadora Amy Coney Barrett. Los tres votados en el Senado por el bloque republicano sin dar margen apenas a la crítica y rompiendo, sobre todo en el caso de Barrett, con las convenciones anteriores.
El editorial El Supremo de Trump [“El País” (12-VII-2018)] advierte del peligroso escoramiento a la derecha del TS:
‹‹La designación de Brett Kavanaugh como magistrado para cubrir una vacante en el Tribunal Supremo de Estados Unidos es una nueva muestra del giro radical a la derecha que está dando Donald Trump tanto a la presidencia como a las instituciones en las que puede influir por su cargo. Los miembros del Supremo estadounidense —un tribunal con mayores poderes que el Constitucional español— tienen carácter vitalicio y aunque cada presidente propone para el cargo a personas más o menos cercanas a sus postulados ideológicos, también trata de que exista un cierto equilibrio en el cuerpo colegiado. Esto garantiza no solo una pluralidad de opiniones en discusiones que afectan de manera decisiva al futuro del país —y que puede marcar tendencia en muchos otros— sino que otorga un gran prestigio, credibilidad y autoridad a la institución. Así, no es excepcional que sentencias consideradas progresistas reciban el apoyo de jueces calificados de conservadores y viceversa. Además, como parte de esa política de cuidar al Supremo los presidentes tratan de que exista un consenso entre republicanos y demócratas a la hora de la ratificación en el Senado.
Hasta ahora los nueves miembros del Supremo se dividían oficiosamente en cuatro progresistas y cinco conservadores. La retirada de Anthony Kennedy, de 81 años, de tendencia moderada, ha puesto sobre la mesa presidencial la opción de seguir con un Supremo equilibrado o aumentar la presencia conservadora. Fiel a su estilo, Trump ha optado por un perfil muy escorado políticamente y además ha dejado ver que no le importa el consenso del Partido Demócrata porque tiene mayoría en el Senado. Esta Cámara se renovará parcialmente en noviembre, pero Trump pretende que vote a Kavanaugh antes.
Kavanaugh, de 53 años, puede pasar sin problemas décadas en el cargo. Su antecesor, Kennedy, ha permanecido 30 años en el puesto. El magistrado es un férreo defensor de la posesión de armas en manos de particulares, contrario al programa de sanidad universal instaurado por Barack Obama y ha anulado fondos públicos para la protección ambiental. Pero ante la ola ultraconservadora que barre ciertos sectores de EE UU, el temor de numerosos grupos progresistas es que el nuevo magistrado actúe contra la histórica sentencia del caso Roe contra Wade que en 1973 legalizó el aborto y que fue reafirmada en 1992, entre otros, por el juez a quien sustituye. Recientemente, Kavanaugh votó en contra de la decisión de un juzgado que permitía abortar a una menor, inmigrante indocumentada, que permanecía bajo custodia policial.
En la campaña electoral de 2016, buscando el favor del voto religioso, Trump prometió nominar a candidatos al Supremo que fueran críticos con el derecho al aborto. Entonces hizo pública una lista de 25 nombres aprobados por organizaciones conservadoras. De esta lista salió en 2017 Neil Gorsuch, que desequilibró el Alto Tribunal a favor de los conservadores. Kavanaugh es el segundo.
La ratificación del candidato llevará a una tensión sin precedentes en la sociedad estadounidense. No puede extrañar que un representante demócrata considere la vacante en el Supremo la “más importante en al menos una generación”.››
El editorial Jueces de partido [“El País” (28-X-2020) https://elpais.com/opinion/2020-10-27/jueces-de-partido.html] opina que la confirmación de la conservadora juez Barrett es una mala noticia por su vínculo con el partido republicano, culminando su pretensión de dominar el Tribunal Supremo durante decenios para ponerlo al servicio de su ideología y sus intereses. ‹‹Apenas a ocho días de la elección presidencial, el Senado de Estados Unidos ha ratificado el nombramiento de Amy Coney Barrett como magistrada vitalicia del Tribunal Supremo, la máxima instancia judicial que ejerce el control de constitucionalidad. La juez Barrett, conservadora, antiabortista y próxima a un grupo católico ultra, sustituye a la legendaria Ruth Bader Ginsburg, fallecida el pasado 18 de septiembre, la juez que mayor huella progresista y feminista ha dejado en la jurisprudencia constitucional. El nombramiento, el tercero que realiza Donald Trump para el Supremo, ha prosperado con una inusual velocidad, evidenciado así la hipócrita contradicción del Partido Republicano, que en 2016 obstruyó el nombramiento de un juez seleccionado por Barack Obama a diez meses de la elección presidencial gracias a su mayoría en el Senado. Todo el proceso desprende un intenso olor partidista que solo deteriora la democracia estadounidense.
El Partido Republicano es minoritario en el conjunto del país, pero, gracias al sistema electoral, ha adquirido democráticamente el control de las instituciones más determinantes. En seis de las siete últimas elecciones presidenciales —todas excepto la reelección de George W. Bush— el candidato demócrata tuvo más votos que el republicano. El Senado que ratificó este nombramiento cuenta con una mayoría republicana surgida —gracias al sistema de dos representantes por Estado— de unas votaciones que otorgan a los demócratas una amplia mayoría del voto popular conjunto. Todo ello plantea motivos de seria reflexión sobre el sistema.
En cualquier caso, el actual Tribunal, con seis jueces republicanos frente a solo tres demócratas, ofrece escasos márgenes para el mantenimiento de la imagen de imparcialidad que le ha proporcionado su prestigio. De él dependen cuestiones trascendentales para los votantes, como el futuro del sistema de salud reformado por Obama, el derecho al aborto, el libre comercio y exhibición de armas, la legislación sobre igualdad y muchos otros asuntos de máxima importancia. La instancia judicial podrá plasmar el futuro del país, y el riesgo es que lo haga con una importante parte de la ciudadanía escéptica sobre su imparcialidad y representatividad. Un grave problema.
Una institución como el Supremo, que debía servir como contrapeso y garantía para evitar la dictadura de la mayoría, se ha convertido en pieza central de la hegemonía de una parte que obtuvo la presidencia o el control del Senado legítimamente, pero con voto minoritario. A ella corresponderá arbitrar en las elecciones del próximo martes en el caso probable de litigio sobre el recuento y los resultados. Ojalá no ocurra y ojalá, si es el caso, la democracia estadounidense logre gestionarlo con pulcritud y estabilidad.››
Los escándalos de presunta corrupción de dos magistrados ultraconservadores y las polémica decisiones del TS en 2020-2024, cambiando la jurisprudencia anterior y revirtiendo avances en los derechos del aborto, de la libertad sexual, del voto de las minorías o el control público de las armas, y su polémica exoneración al expresidente Trump (el mismo que nombró a sus miembros más ultraconservadores, Gorsuch, Kavanaugh y Barrett) de sus delitos como presidente en ejercicio, dándole una casi absoluta impunidad penal en la práctica, han provocado que la inmensa mayoría de la población (según las encuestas un 70%) hayan perdido la confianza en la independencia de la institución porque la entienden demasiado politizada e incluso corrupta.
Fuentes: La Justicia.
Internet.
Fuentes: El Fiscal General.
Internet.
Noticias.
Martínez Ahrens, J. Sessions se inhibe de investigar la conexión rusa tras la protesta masiva del Congreso. “El País” (3-III-2017). El escándalo del espionaje ruso vuelve a acechar a Trump.
Guimón, P. Trump elige a William Barr como nuevo fiscal general. “El País” (8-XII-2018). Ya había ocupado el cargo con Bush padre en 1991-1993 y reemplaza como candidato a Matthew G. Whitaker, el primer sustituto de Jeff Sessions.
Monge, Y. El presidente redobla su ofensiva para interferir en la justicia. “El País” (14-II-2020). Cuatro fiscales dimiten por las críticas de Trump a la sentencia solicitada para su exasesor Roger Stone.
Monge, Y. Trump considera que tiene ‘derecho legal’ a intervenir en la justicia. “El País” (15-II-2020). Trump se apoya en su fiscal general William Barr, pese a que este procura aparentar independencia.
Guimón, P. La cruzada de Trump contra la separación de poderes. “El País” (20-II-2020). El presidente se entromete en casos judiciales y presiona al fiscal general para que ‘limpie’ su departamento. Más de 2.000 exempleados de Justicia piden que Barr dimita.
Guimón, P. Trump contra Montesquieu. “El País” (18-V-2020). El presidente usa a William Barr para anular la división de poderes, amenazando la democracia estadounidense.
Fuentes: El Tribunal Supremo.
Documentales y vídeos.
The Supreme Court of United States. 26 minutos.
Supreme Court: Procedures. Curso Crash. 8 minutos.
Noticias.
Bassets, M. Un conservador ‘pata negra’ para el Supremo. “El País” (2-II-2017). Trump propone al juez conservador Neil Gorsuch.
De Miguel, Rafa. A la sombra del león más taimado. “El País” (2-II-2017). Gorsuch es un seguidor del difunto juez conservador Antonin Scalia, de ideas ‘originalistas’ o ‘textualistas’, partidario de interpretar la Constitución según las ideas de los primeros redactores del siglo XVIII; salvo cuando no benefician al partido republicano.
Pereda, C. F. Los conservadores recobran la mayoría en el Supremo. “El País” (8-IV-2017). Los republicanos cambian las reglas para que baste la mayoría simple en el Senado y así nombrar a Gorsuch, pero siembran un precedente que lesiona el principio del bipartidismo en el nombramiento de los altos cargos.
Pereda, C. F. Gorsuch, el juez a quien la derecha no podía rechazar. “El País” (11-IV-2017).
Gallego-Díaz, Soledad. Hombres y mujeres en el Supremo americano. “El País” Ideas 101 (16-IV-2017).
Faus, J. El presidente acelera la búsqueda de un juez para el Supremo. “El País” (4-VII-2018). La retirada del conservador moderado Anthony Kennedy le permitiría nombrar a un conservador joven para marcar la línea ideológica del TS durante decenios.
Mars, A. Trump abre la batalla por el Supremo al proponer a un juez que fue asesor de Bush. “El País” (11-VII-2018). Nomina al católico conservador Brett Kabanaugh, de 53 años, con un historial partidista republicano, pero no un ultra.
Laborda, Antonio. Trump critica a fiscal general por procesar a dos republicanos. “El País” (5-IX-2018).
Mars, A. El Senado de EE UU inicia a batalla por el Supremo. “El País” (5-IX-2018). La polémica candidatura de Brett Kavanaugh.
Faus, J. Un caso de abusos acorrala al juez elegido por Trump para el Supremo. “El País” (17-IX-2018).
Faus, J. El candidato de Trump al Supremo intenta sobrevivir a la denuncia por violación. “El País” (18-IX-2018).
Guimón, P. Una nueva acusación de abuso encona la batalla por el Supremo en EE UU. “El País” (25-IX-2018).
Faus, J. Otra acusación de abuso sexual sacude al candidato de Trump al Supremo. “El País” (27-IX-2018).
Mars, A. El Me Too llega al centro de poder de EE UU. “El País” (28-IX-2018). Las declaraciones de Kavanaugh y Ford ante el Senado.
Faus, J. El Supremo, un instrumento político en manos conservadoras. “El País” (28-IX-2018).
Guimón, P. ‘Las mujeres podemos cambiar la marea’. “El País” (28-IX-2018). Los movimientos femenistas valoran la importancia del caso Kavanaugh.
Mars, A. Los republicanos aceptan que el FBI investigue al juez Kavanaugh. “El País” (29-IX-2018).
Faus, J. El testimonio clave de Mark Judge. “El País” (29-IX-2018).
Mars, A. El Senado de EE UU confirma a Kavanaugh como juez del Supremo. “El País” (7-X-2018).
Laborde, A. Cientos de detenidos por protestar en la escalera del Capitolio. “El País” (7-X-2018).
Guimón, P. El Supremo ahonda la brecha entre el poder y la sociedad. “El País” (7-X-2018).
Mars, Amanda. Una heroína popular de 85 años. “El País” (24-II-2019). La juez del TS Ruth Bader Ginsburg, abogada de los derechos de la mujer.
Guimón, P. Un voto particular atronador en el Supremo de EE UU. “El País” (25-II-2020). La juez Sotomayor acusa a sus colegas conservadores de alinearse demasiado con Trump.
Monge, Y. El Supremo impide que Trump deporte a 700.000 jóvenes migrantes. “El País” (19-VI-2020).
Laborde, A. El Supremo de EE UU frena el intento de limitar el aborto. “El País” (30-VI-2020).
Mars, A. El juez de Estados Unidos que lo decide todo. “El País” (6-VII-2020). El presidente del TS, el conservador John Roberts, se ha sumado a la minoría progresista en asuntos sobre gais, inmigrantes y aborto.
Mars, A. El Supremo autoriza a los fiscales a investigar la renta de Trump. “El País” (10-VII-2020).
Guimón, P.; Ximénez, P. Trump detona la batalla política con su plan para el Supremo. “El País” (21-IX-2020). Va a nombrar de urgencia una candidata conservadora para sustituir a la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, fallecida a los 87 años. Trump quiere amarrar la mayoría conservadora en el Supremo para varios decenios, pero los demócratas advierten que si obtienen la mayoría podrían aumentar el número de magistrados.
Guimón, P.; Ximénez, P. La muerte de juez Ginsburg da un vuelco a la campaña estadounidense. “El País” (20-IX-2020).
Mars, A. Ginsburg, icono de las nuevas generaciones. “El País” (20-IX-2020).
Ximénez, P. Una frenética carrera para sustituir a la juez Ginsburg. “El País” (22-IX-2020). Un resumen del proceso de nombramiento y de su importancia.
Mars, A. El giro conservador del Supremo agita la campaña presidencial de EE UU. “El País” (27-IX-2020). Trump nominará a una juez religiosa y antiabortista, Amy Coney Barrett, de solo 48 años.
Guimón, P. La emergencia sanitaria salta al centro de la batalla por el Supremo. “El País” (13-X-2020). Los demócratas afirman que la confirmación de Barrett empeorará la cobertura médica en plena pandemia.
Guimón, P. Larga vida a la justicia de Trump. “El País” (26-X-2020). La confirmación de la juez Barrett culmina la estrategia republicana.
Guimón, P. Trump consuma el giro conservador del Supremo con la confirmación de Barrett. “El País” (28-X-2020).
Seisdedos, I. Biden propone a la primera jueza afroamericana para el Supremo. “El País” (26-II-2022). La progresista Ketanji Brwon Jackson podría sustituir a Stephen Breyer.
Mars, A. EE UU incorpora al Supremo a su primera jueza negra. “El País” (8-IV-2022). La nominada Ketanji Brown Jackson es progresista.
Seisdedos, I. El aborto, sentenciado en EE UU. “El País” (25-VI-2022). El Tribunal Supremo deroga el fallo del caso Roe contra Wade que en 1973 convirtió en constitucional el derecho y deja su protección en manos de los 50 Estados.
Sánchez-Vallejo, M. A. Las claves de una decisión controvertida. “El País” (25-VI-2022).
Jiménez, M. El Supremo socava la lucha de EE UU contra el cambio climático. “El País” (1-VII-2022). El TS recorta el poder del organismo regulador del medio ambiente. Es una victoria para las compañías petrolíferas.
Planelles, M.; Jiménez, M. Golpe al crédito del segundo emisor mundial. “El País” (1-VII-2022).
Sánchez-Vallejo,
M. A. Lujos pagados para el juez más
conservador del Supremo de EE UU. “El País” (8-IV-2023). El juez Clarence
Thomas ha disfrutado durante 20 años de viajes de lujo pagados por un amigo, un
conocido contribuyente republicano, sin cumplir su obligación de declararlos.
La esposa de Thomas es una destacada trumpista.
Jiménez,
M. El Supremo de EE UU anula el mapa
electoral de Alabama. “El País” (9-VI-2023). Considera que el reparto
actual discrimina el voto negro.
Jiménez, M. El Supremo de EE UU acaba con la discriminación positiva por raza en
las universidades. “El País” (30-VI-2023). Anula los sistemas de selección
de Harvard y Carolina del Norte porque benefician a los negros y latinos en
detrimento de los blancos y asiáticos.
Seisdedos, I.; Jiménez, M. El alto tribunal de EE UU anula la quita a
préstamos estudiantiles. “El País” (1-VII-2023). Biden había aprobado una
quita de 400.000 millones de dólares para los deudores universitarios, abrumados
por los altos precios de la enseñanza.
Jiménez, M. El Supremo de EE UU avala la negativa de una diseñadora a hacer webs
para bodas gais. “El País” (1-VII-2023). El TS considera que la libertad de
expresión prima sobre la no discriminación,
Jiménez, M. Primera “licencia para discriminar” del Supremo de EE UU. “El País”
(3-VII-2023). Jueces progresistas y ONG temen las consecuencias de la sentencia
que avala a la diseñadora que rechaza
trabajar para las bodas de homosexuales.
Jiménez, M. Biden planea proponer
que los jueces del Tribunal Supremo no tengan mandato vitalicio. “El País” (26-VII-2024). El presidente quiere que el código ético de los
magistrados sea vinculante y que tengan una edad de jubilación o un límite de
número de mandatos, pero no tiene mayoría parlamentaria para sacar adelante sus
reformas. Se descarta aumentar el número de miembros para equilibrar los seis conservadores actuales y los solo tres progresistas.
Análisis y opiniones.
Bassets, Lluís. El legado del caos. “El País” Ideas 164 (8-VII-2018). Trump dejará un Tribunal Supremo y un poder judicial sesgados hacia la extrema derecha.
Bassets, Ll. Contra el acosador en jefe. “El País” (30-IX-2018). Trump propone a Kavanaugh para protegerse a sí mismo.
Bassets, Ll. Los jueces terminan emancipándose. “El País” (21-VI-2020). Trump ha sido desafiado en el TS por jueces nombrados por los republicanos, pero que han decidido ser independientes de las imposiciones políticas.
Bassets,
Lluís. Contrarreforma americana. “El
País” (2-VII-2023). Critica que el Supremo de EE UU reduzca el derecho al
aborto o elimine la discriminación positiva por raza en las universidades.
Caño, Antonio. El ‘caso Kavanaugh’ y las políticas de identidad. “El País” (11-X-2018). Una perspectiva de debate sobre la identidad (mujeres contra hombre blanco).
Editorial. El Supremo de Trump. “El País” (12-VII-2018). El peligroso escoramiento a la derecha del TS.
Editorial. Juego sucio. “El País” (22-IX-2020). Los republicanos pretenden dominar el Tribunal Supremo durante decenios para ponerlo al servicio de su ideología y sus intereses.
Editorial. Jueces de partido. “El País” (28-X-2020). La confirmación de la juez Barrett es una mala noticia por su partidismo republicano ultraconservador.
Editorial. Otra regresión de
derechos. “El
País” (1-VII-2023). Critica que el Supremo de EE UU acabe con la discriminación
positiva por raza en las universidades. Concluye con un aviso indirecto para
España: “cuando alguien promete eliminar derechos y se le da el poder para
hacerlo, normalmente lo hace”.
Martínez-Bascuñán, Máriam. El retroceso que no queremos ver. “El
País” (2-VII-2023). Critica que el Supremo de EE UU acabe con la discriminación
positiva por raza en las universidades porque se retrocede en la lucha contra
la desigualdad. El mérito, el talento o la suerte no han de ser los únicos
factores para determinar los derechos, sino también criterios como el fin
social, la igualdad o la justicia, porque es falso que nuestro éxito dependa
solo de nuestra virtud.
Menéndez del Valle, Emilio. Un Supremo que alienta el calentamiento global. “El País” (30-VIII-2022). Critica al TS norteamericano por su alineamiento con las empresas contaminantes.
Moceri, Alana. El dilema judicial de Trump. “El País” (25-IX-2020).
Reich, Robert. Barrett Is the Culmination of the GOP Power Grab. Biden Must Reverse It. “Newsweek” (26-X-2020). [https://www.newsweek.com/robert-reich-barrett-culmination-gop-power-grab-biden-must-reverse-it-opinion-1542097] Resumen en: Acaparar poder y atrincherarse. “El País” (29-X-2020). Critica la nominación de Barrett para el Tribunal Supremo (TS) y aconseja que los demócratas, si consiguen el control de las dos cámaras, reformen con urgencia (pueden tener solo dos años para conseguirlo) el TS, nombrando más jueces, y también el Senado, haciéndolo más representativo de la demografía actual, con el ejemplo de que es poco democrático que California, con 40 millones de habitantes, tenga dos senadores al igual que Wyoming, con solo medio millón. Una sobreponderación del país republicano, blanco y rural, que está dividiendo al país al dar a una minoría el dominio político sobre la mayoría de la población.
Urquizu, Ignacio. La batalla por el Poder Judicial. “El
País” (4-I-2024). Estudia los casos de EE UU y España, donde si el PP mantiene
su estrategia de polarización y el bloqueo del CGPJ dañará de forma profunda el
sistema político nacido en 1978.
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