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miércoles, 21 de mayo de 2014

HMC UD 26. La evolución y descomposición de la URSS y el bloque comunista, desde 1985.

HMC UD 26. LA EVOLUCIÓN Y DESCOMPOSICIÓN DE LA URSS Y EL BLOQUE COMUNISTA, DESDE 1985.

INTRODUCCIÓN.
1. LA EVOLUCIÓN DE LA URSS Y LAS DEMOCRACIAS POPULARES.
CARACTERÍSTICAS DEL RÉGI­MEN SOVIÉTICO.
La URSS en la posguerra, de Stalin a Krushev.
Las democracias populares en la Europa del Este.
La evolución hasta 1985.

2. CRISIS Y DESINTEGRACIÓN DE LA URSS.
LA SITUACIÓN DE LA URSS A LA LLEGADA DE GOR­BACHOV.
HACIA EL CAMBIO (1985).
LA PERESTROIKA (1985-1991).
Las fases de la Perestroika.
Las reformas políticas.
Las reformas económicas.  
Los problemas ecológicos.  
La transparencia (glasnost).
Los conflictos nacionales.
Las Fuerzas Armadas.       
La política exterior.
EL GOLPE DE AGOSTO DE 1991. CONSECUENCIAS DEL GOLPE: LA NUEVA REVOLUCIÓN RUSA.
LA COMUNIDAD DE LOS ESTADOS INDEPENDIENTES (CEI).

3. LA NUEVA SITUACIÓN.
RUSIA: POLÍTICA, ECONOMÍA Y FUERZAS ARMA­DAS. 
RUSIA: VERTEBRACIÓN NACIONAL Y POLÍTICA EXTE­RIOR.

4. REPERCUSIONES INTERNACIONALES: LA CAÍDA DEL BLOQUE COMUNIS­TA.
LA URSS EN EL CONCIERTO INTERNACIONAL DE 1917 A 1989.
LAS CONSECUENCIAS INTERNACIONALES DE LA CRISIS DE 1989.
Dosier: La caída del Muro de Berlín.
Dosier: La reforma agraria.

5. CONCLUSIONES GENERALES EN 2022.

APÉNDICES: 
“LA CAÍDA DEL SISTEMA COMUNISTA, 1989-1990”.          
UNA PROPUESTA DE DOSSIER DE PRENSA PARA ELABORAR UNA CRONOLOGÍA DE LA REVOLUCIÓN.
COMENTARIO: CRISIS Y CAMBIO EN LA EUROPA DEL ESTE.


Mapa de la URSS.

INTRODUCCIÓN.
La evolución de la URSS y las democracias populares desde el final de la Segunda Guerra Mundial estuvo marcada por la imposición de una política represora por Stalin (1945-1953), la relativa apertura de Krushev (1953-1964) y el retorno al inmovilismo con sus sucesores, desde Breznev, punteada de intervenciones militares para evitar que Hungría (1956) o Checoslovaquia (1968) abandonaran el bloque comunista.
El final de la Guerra Fría llegó con la caída de los regímenes comunistas en el Este, tras la llegada de Gorbachov al poder en la URSS en 1985, el comienzo de un difícil proceso de reformas aperturistas (la Perestroika y la Glasnost) y el estallido de las revoluciones en los países del Este en 1989, ejemplificadas en la caída del Muro de Berlín. Hacia 1991, con la desaparición de la URSS, ya sólo había una gran potencia hegemónica, EE UU. Al mismo tiempo se resolvía el viejo problema de la reunificación de Alemania, al integrarse pacíficamente la RDA en la RFA, creando un gigante europeo, aunque integrado en la UE.

1. LA EVOLUCIÓN DE LA URSS Y LAS DEMOCRACIAS POPULARES.

CARACTERÍSTICAS DEL RÉGI­MEN SOVIÉTICO.
Las principales características del régimen soviético impuesto por Stalin eran:
- Un régimen de partido único o equivalente; que en Europa del Este podía ser un frente de varios partidos sometidos a la hegemonía comunista.
- Un estrecho control de la vida política, social, económica y cultural.
- El partido político que desarrolla una burocracia que sustituye al proletariado como clase dirigente.
- Una planificación centralizada para lograr un desarrollo económico basado en la industrialización, a costa de los demás objetivos sociales. El desarrollo de la industria pesada y militar exigió un bajo nivel de consumo y, finalmente, esto llevó al estancamiento económico. Mientras, la colectivización de la agricultura posibilitó el éxodo rural, pero no aseguró el abastecimiento.
- La estabilidad social del sistema comunista soviético se basó en un bajo nivel de consumo compensado por el bajo rendimiento laboral y la prestación gratuita de servicios sociales (trabajo de por vida, vivienda, educación, sanidad).
Los más graves problemas que crecían bajo la apariencia de la estabilidad eran los nacionalismos, la complejidad social (derivada de la extensión de la educación, la urbanización y la industrialización), la condición de superpotencia junto a los EE UU que si bien le daba hegemonía internacional, por contra implicó un enorme gasto militar, no financiable a largo plazo.
En suma hay cuatro diferencias respecto a Occidente:
- La propiedad estatal de los medios de producción, con restricción de los mecanismos de mercado.
- Los directivos de las empresas no sean propietarios jurídicos ni toman las decisiones de inversión.
- La falta de disciplina de los trabajadores, desmotivados por los escasos estímulos económicos.
- La identificación entre Estado, partido y dirección económica, en un marco de ausencia de elecciones libres y de garantías jurídicas.
Pero también había semejanzas:
- Una burocracia dominante, al modo de la burguesía en el capitalismo.
- El trabajo asalariado.
- La diferen­ciación social en jerarquías laborales.

La URSS en la posguerra, de Stalin a Krushev.
Durante la Segunda Guerra Mundial, a fin de suscitar la unidad patriótica contra el invasor alemán, la represión disminuyó y millones de prisioneros políticos fueron liberados para ser enrolados en las fuerzas armadas o en la producción bélica.
La victoria de 1945 llevó el culto a la personalidad de Stalin a su punto culminante, al considerársele como el “Padre de la Victoria”, con una URSS engrandecida territorialmente y respetada en el orden internacional.
Pero la Guerra Fría comenzó pronto y con ella volvieron las persecuciones políticas en el interior, al mismo tiempo que Stalin lanzaba un programa de reconstrucción económica, que tuvo un éxito notable.
Cuando murió en 1953, Stalin preparaba nuevas purgas en el partido comunista con el pretexto de eliminar a los colaboradores de las potencias capitalistas.

Las democracias populares en la Europa del Este.
El estallido de la guerra fría precipitó el establecimiento de las llamadas democracias populares, en realidad dictaduras comunistas, en las zonas de Europa central y oriental ocupadas por el Ejército Rojo.
Exceptuando en Albania y Yugoslavia, donde la triunfante guerrilla comunista autóctona llevó a los comunistas directamente al poder, las autoridades soviéticas de ocupación impusieron las dictaduras en Europa del Este en un corto período que culminó en 1948 con el golpe de estado comunista en Praga. Se convirtieron en “estados-satélite” de la URSS los países de un amplio arco territorial con Polonia, la República Democrática de Alemania, Checoslovaquia, Hungría, Rumania y Bulgaria.
La construcción de los regímenes de las democracias populares siguió etapas similares en todos los países, a veces en paralelo. Primera, la desnazificación realizada por el ejército soviético, que supuso una purga de los colaboradores del Eje que afectó esencialmente a las clases más acomodadas. Segunda, la formación de gobiernos de Frente Nacional, en los que los comunistas se reservaron los ministerios clave. Tercera, la toma del poder, pues en pocos meses los demás partidos que no aceptaban la dictadura comunista fueron prohibidos.
La URSS inició un proceso de saqueo económico, desmontando y transfiriendo a su país muchas fábricas y explotando los recursos naturales con una rápida colectivización de los campos y las minas, hasta que se comprendió que esta dinámica arruinaba a las poblaciones y enajenaba su apoyo en una época en la que se competía por atraerlas al comunismo. Posteriormente, se procuró reindustrializar las democracias populares, aunque con una estricta especialización que pretendía ponerlas al servicio de la economía soviética. La planificación de este dominio la desarrolló el COMECON.
Los nuevos países comunistas sufrieron oleadas de purgas durante los últimos años de la dictadura de Stalin, en especial entre 1948 y 1952. Los soviéticos y sus colaboradores comunistas “ortodoxos” (esto es, estalinistas) en cada país, acusaron de “desviacionistas” (otros calificativos fueron trotskista, por Trotski, o titista, por el yugoslavo Tito) a los heterodoxos que pretendían reformas más moderadas o una “vía nacional” independiente al socialismo que conviviera con una democracia real.

La evolución hasta 1985.
El sucesor de Stalin, Krushev, líder  entre 1953 y 1964, promovió una cierta apertura política, confesando los excesos estalinistas, rebajando la intensidad de la represión y promoviendo una política económica más proclive a la producción de bienes de consumo.
Pero en el exterior siguió el enfrentamiento con EE UU, con un momento álgido en la crisis de los misiles en Cuba (1962), que estuvo a punto de desencadenar una guerra atómica. El inicio del deshielo ocasionado por esta amenaza conllevó sin embargo que se acusara a Krushev de debilidad, y el partido le sustituyó por Breznev, que mantuvo no obstante una política de apaciguamiento y equilibrio en las armas nucleares, aunque también apoyaba a Vietnam del Norte en su guerra con los norteamericanos.
Mientras tanto, el régimen comunista chino se separaba rápidamente del dominio soviético, con una opción propia, el maoísmo, como era evidente ya hacia 1963.

En la Europa del Este la represión de los conatos reformistas fue implacable, con las invasiones de Hungría en 1956 o Checoslovaquia en 1968, que demostraban empero las debilidades internas del bloque soviético, incapaz de mantener el comunismo sin la fuerza militar soviética.

2. CRISIS Y DESINTEGRACIÓN DE LA URSS.

LA SITUACIÓN DE LA URSS A LA LLEGADA DE GORBACHOV.


Gorbachov.

La crisis final se basaba en el estancamiento económico, muy visible desde los años 60, pero en los años 80 ya se entró en una recesión en la que se combinaban inflación, desempleo y déficit público. No había en la sociedad motivación, conocimientos ni instrumentos para reactivar la economía mediante otro salto cualitativo como el de los grandes momentos anteriores del desarrollo: 1917, 1930, 1945.
Los recursos del sistema estaban agotados, con una agricultura de bajo rendimiento, una industria obsoleta, un sector militar sobredimensionado, una población con un bajo nivel de consumo. La productividad era muy baja, con un absurdo despilfarro de los recursos financieros, energéticos o humanos. Un agricultor soviético alimentaba a 8 personas, mientras que un norteamericano lo hacía a 65; escaseaban los artículos de primera necesidad y la ca­lidad de los productos era ínfima; no se desarrolló la informática ni las telecomunicaciones; creció la mortalidad infantil (una prueba del retroceso sanitario) y bajó la esperanza de vida. Y lo peor era que no se vislumbraban iniciativas que dieran esperanza de cambiar esta situación agonizante.

HACIA EL CAMBIO (1985).
La llegada al poder de Gorbachov en 1985 fue un intento de conseguir una reforma interna para acabar con la crisis política y económica, pero sin eliminar el sistema comunista. Le aupó un bloque de reformistas, muchos de ellos de la policía y el ejército, que estaban bien informados de la gravedad de la situación. Pero las reformas, llamadas bajo el nombre de Perestroika, fueron insuficientes y a menudo incluso inaplicadas. En suma, prosiguió imparable el proceso de descomposición social y económica y de fragmentación política, que acabó con la desintegración de la URSS.

LA PERESTROIKA (1985-1991).
Las fases de la Perestroika.
La Perestroika significa en ruso “reestructuración”. Fue la gran respuesta a la crisis. Gorbachov llegó al poder en marzo de 1985, pero sus primeras medidas llegaron meses después. Hubo tres fases: 1) 1985-1987, 2) 1987-1990, 3) 1990-1991.
1) 1985-1987. De tímido tanteo, con el inicio de la Glasnost (transparencia informativa) y de la apertura internacional (negociaciones de desarme). Las reformas buscaban más disciplina social.
2) 1987-1990. De reformas, con el debate sobre el modelo económico (más liberal) en 1987, la apertura política interna (hacia las elecciones libres) en 1988, la negociación del de­sarme internacional (necesaria para reajustar la economía) y la retirada de Afganistán en 1990.
3) 1990-1991. De crisis. Desde el verano de 1990 la crisis política y económica estalló de modo confuso: la reforma radical que se anunciaba se paró en el otoño de 1990 (represión del nacionalismo y de la oposición, medidas económicas poco audaces), para reactivarse en la primavera de 1991 al comprobar la imposibilidad de continuar sin reformas: se buscó una nueva Constitución que garantizara los derechos de las repúblicas y satisficiera los nacionalismos, junto a una reforma económica liberal.
Las interpretaciones más usuales que se han hecho de la perestroika son:
- Fue una reforma dentro del sistema, sólo para remediar sus peores lacras y así poder salvarlo.
- Fue un intento revolucionario de cambiar el sistema político y económico, desde el comunista, hacia la democracia parlamentaria y la economía de mercado.
- Fue una reforma profunda del sistema, para actualizar el socialismo, con la participación revolucionaria del pueblo.
- Fue un proceso de medidas inconexas, de soluciones lanzadas por Gorbachov con una total improvisación a medida que surgían los problemas. Es la opción más probable. En todo caso, el fracaso de Gorbachov no es achacable en todo a él, sino también a los dirigentes del PCUS, y además logró avances importantes hacia la instauración de la democracia.

Las reformas políticas.
En la primera fase fueron muy pocas, orientadas a facilitar la Glasnost o transparencia informativa. Gorbachov fue sustituyendo paulatinamente a los conservadores, encabezado por Ligachov. Desde 1988 el proceso mejoró con una mayor participación de la población, aunque sin poner en cuestión el monopolio del PCUS. En marzo de 1989 se eligió un Congreso de Diputados que nombró un Soviet Supremo, en un proceso marcado por la elección de disidentes (Sajarov) o comunistas críticos (Yeltsin). La Federación Rusa y las otras eligieron sus Soviets y sus ayuntamientos en los años 1990 y 1991, en unas elecciones libres en las que surgieron los nacionalismos periféricos y nuevos políticos demócratas. Yeltsin fue elegido presidente del Soviet de Rusia en 1990, consiguiendo así una legitimidad democrática que no tenía el mismo Gorbachov, aunque éste hubiera podido conseguirla entonces y no hacerlo fue un grave error. El centro (Gorbachov, el Gobierno, el PCUS) se vació de poder gradualmente en favor de las repúblicas y los nacionalismos periféricos.

Las reformas económicas.
En 1987, tras un agrio debate, se aprobó la Ley de Empresas del Estado, dando mayor libertad a los directivos y creando un mercado interno. No entró en funcionamiento debido a la falta de una libre regulación de precios y a que las empresas se acogieron al viejo y seguro sistema de los pedidos del Estado. También aparecieron cooperativas de trabajo privado. En el verano de 1990 comenzó el debate para sustituir la fracasada Ley, para frenar la crisis económica. La reforma radical de Shatalin fue rechazada, pero en la primavera de 1991 pareció que se impondría pero justo entonces el fracasado golpe de Estado comunista rompió los últimos vestigios de disciplina del sistema e interrumpió los intercambios entre las repúblicas y el centro ruso. La crisis se agravó sin freno, caracterizada por un nuevo capitalismo “salvaje”, con múltiples negocios dirigidos por la propia nomenklatura comunista (directivos de las empresas, burócratas del partido), como reconvertida clase dirigente. 

Los problemas ecológicos.
Los recursos materiales a menudo fueron agotados en el régimen soviético, que sometía al territorio a agresiones medioambientales gravísimas, al predominar las consideraciones de desarrollo sobre las ecológicas. Los escasos recursos económicos no se dedicaban a proteger el medio ambiente. En abril de 1986, el accidente de la central de Chernóbil planteó la gravedad del problema de la seguridad de las anticuadas centrales nucleares. Las Fuerzas Armadas habían utilizado grandes extensiones para sus ensayos de bombas atómicas. También preocupaba la grave desecación del Mar de Aral en Asia Central o la salinización y desertización de millones de hectáreas. La contaminación afectaba a numerosas ciudades y regiones industriales, a lagos, ríos y cuencas fluviales. Los efectos de todo esto sobre la salud de la población eran pavorosos. La Glasnot permitió conocer estos problemas y que naciera un joven movimiento ecologista, que no se ha consolidado empero.

La transparencia (glasnost).
La principal aportación de Gorbachov fue la Glasnost, la transparencia que supuso un giro radical respecto a la ausencia de información veraz de la etapa anterior. La libertad de expresión pronto fue casi total, empezando tal vez con el caso de Chernóbil, en abril de 1986. La sociedad soviética fue protagonista del debate, se pudo informar sobre las Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad, se revisó la historia oficial y con ello se rehabilitaron numerosos personajes opositores, se editaron muchas obras literarias prohibidas, se recupera­ron las formas culturales de las nacionalidades lo que fomentó el nacionalismo, hubo un rena­cimiento religioso, penetraron las ideas y costumbres occidentales a través de películas, literatura, música, ocio o moda.

Los conflictos nacionales.
La URSS se organizaba como una federación montada sobre una compleja realidad nacional, con decenas de etnias y nacionalidades, religiones y lenguas. La Glasnost hizo posible la expresión de las diferencias nacionales y se exigió la descentralización, con una autonomía real, pues la anterior había sido una ficción pese a las instituciones federales. Muchos cuadros locales del PCUS se reconvirtieron al nacionalismo para mantener sus posiciones de poder. Las tensiones nacionales estallaron en los países bálticos (Lituania, Letonia, Estonia), el Cáucaso (Georgia, Armenia, Azerbaiyán y repúblicas rusas como Daguestán, Osetia y Chechenia), el Asia Central (Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguisistán), la misma Rusia, sobre todo con peticiones de los pueblos asiáticos, más Ucrania, Bielorrusia y Moldavia. En 1990-1991 la mayoría de las nacionalidades proclamaron su soberanía, situando sus leyes por encima de las de la URSS.

Las Fuerzas Armadas.
Las Fuerzas Armadas históricamente fueron muy importantes en la vida política soviética, por su estrecha relación mutua con el PCUS. Era un Ejército ideologizado, pero también muy protegido en recursos económicos, constituyendo un Estado dentro del Estado. La crisis económica supuso problemas laborales y sociales para los oficiales (menos salarios y condiciones sociales), se redujo el contingente de reclutas (por insumisión) así como la formación y los recursos para su mantenimiento, el armamento se quedó obsoleto, se redujo la capacidad defensiva, así como la caída del Pacto de Varsovia debilitó internacionalmente la capacidad militar soviética, la reconversión de la industria militar a la civil fue muy difícil, los militares se dividieron en comunistas conservadores y reformistas (un enfrentamiento que derivó en equilibrio que evitó la lucha en agosto de 1991). Pese a todo ello, la perestroika consiguió mantener el control de las Fuerzas Armadas, la institución que aparentemente mejor resistió la crisis soviética.

La política exterior.
La perestroika supuso un cambio en la política exterior. Se abandonó la voluntad de hegemonía mundial para concentrarse en los problemas internos, se abogó por los acuerdos de control de armamentos con EE UU, la resolución pacífica de los conflictos internacionales, la normalización de relaciones con todos los Estados, se reconocía la libertad política de sus aliados del Este europeo (lo que implicó por omisión la caída del comunismo, simbolizada por la caída del Muro de Berlín). Desaparecieron el Pacto de Varsovia y el Comecon. La libertad para las inversiones extranjeras fue empero poco aprovechada. Las relaciones con el Tercer Mundo se desideologizaron y se hicieron más interesadas en lo comercial. Se retiró de Afganistán en 1989 y apoyó a EE UU en la guerra del Golfo de principios de 1991.

EL GOLPE DE AGOSTO DE 1991. CONSECUENCIAS DEL GOLPE: LA NUEVA REVOLUCIÓN RUSA.
En julio de 1990 parecía que Gorbachov conseguía sus propósitos: una reforma económica lenta y moderada y un acuerdo para una nueva Constitución confederal. Pero entonces ocurrió el reaccionario golpe de Estado de agosto de 1991, lanzado por sus mismos ayudantes, que fracasó debido a la firme oposición de Yeltsin y la no intervención de los militares. Los golpistas querían un golpe blando, sin víctimas y no se atrevieron a llegar a utilizar la violencia.
El resultado fue que el PCUS fue prohibido y las repúblicas precipitaron sus demandas de soberanía, lo que conllevó la desintegración de la URSS en diciembre de 1991, pese a la resistencia poco eficaz de Gorbachov.

LA COMUNIDAD DE LOS ESTADOS INDEPENDIENTES (CEI).
La Comunidad de Estados Independientes (CEI), nació en diciembre de 1991, formada por Rusia, Ucrania y Bielorrusia, y en dos semanas se unieron ocho repúblicas más: Armenia, Azerbaiyán, Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguizia y Moldavia, y Georgia pidió su incorporación en 1993. Tan sólo Lituania, Letonia y Estonia se mantuvieron apartadas.
La CEI fue considerada el embrión de una unión semejante a la Unión Europea, pero tuvo desde el principio grandes problemas para establecer acuerdos conjuntos y no ha estado vigente en la práctica pese a los intentos de revitalizarla.
La CEI padecía:
A) Las tensiones nacionales y los conflictos bélicos (Moldavia, Armenia-Azerbaiyán, Georgia, Tayikistán).
B) El fortalecimiento del nacionalismo ruso.
C) La división de la fuerza nuclear (Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Kazajstán) y de la flota del Mar Negro (Rusia, Ucrania).
D) Las demandas de autonomía y secesión en muchas repúblicas (Rusia con el problema de Chechenia, y el problema de las minorías en Moldavia o Georgia).
E) Las recurrentes crisis económicas y la tendencia al autoritarismo, especialmente visible en Rusia, Bielorrusia y las repúblicas de Asia Central, pues en muchos países han vuelto al poder las antiguas élites comunistas.

3. LA NUEVA SITUACIÓN.
Actualmente los países de la antigua URSS están divididos por numerosas tensiones políticas y la recuperación de la unidad parece imposible.

RUSIA: POLÍTICA, ECONOMÍA Y FUERZAS ARMADAS.
La política de Yeltsin, el presidente a principios de los años 90, era básicamente impredecible. Era un gran improvisador, que basaba su poder en el apoyo popular, sin un partido político que lo organizase.
El poder político se desintegraba del poder, cayendo en manos de los burócratas locales, mientras en Moscú se gobernaba por decreto sin el referendo del Parlamento, vulnerando la división de poderes. En 1992-1993 hubo un duro enfrentamiento entre el Gobierno y el Parlamento elegido en 1990. Las elecciones y el referéndum constitucional de diciembre de 1993 marcaron el presidencialismo posterior, aislado de un Parlamento con fuerte presencia comunista y ultranacionalista. Los partidos democráticos estaban divididos, teniendo la mayoría unas dimensiones muy pequeñas.
La situación económica se deterioraba gravemente, con una reducción del PIB y del empleo, una alta inflación, un creciente déficit público y una deficitaria balanza de pagos. La sociedad se había polarizado con grandes grupos sociales marginados de ancianos, mujeres, parados y minorías étnicas, en contraste con una élite enriquecida. La economía se había dividido en tres tipos: las minoritarias estatal colectiva y de trueque, y la tercera, la pujante nueva economía dirigida por la nomenklatura con un hipercapitalismo salvaje y mafioso, que obtenía enormes beneficios por lo que apoyaba a Yeltsin contra las aspiraciones de marcha atrás de los comunistas. Mientras tanto, las Fuerzas Armadas se debilitaban en efectivos y armamento, en moral y nivel de vida, pero se mantenían bajo la autoridad presidencial debido a la falta de alternativas válidas.

RUSIA: VERTEBRACIÓN NACIONAL Y POLÍTICA EXTERIOR.
Había muchos problemas de organización territorial, debido a que las repúblicas y regiones asumiendo cada vez más poder contra Moscú. El conflicto de Chechenia se convirtió desde finales de 1994 en una verdadera guerra de Rusia contra una minoría étnica.
La política exterior se polarizó entre los occidentalistas partidarios de acercarse a Occidente y los orientalistas que añoraban recuperar la posición hegemónica en la URSS y enfrentarse a Occidente, pues había una gran preocupación entre los nacionalistas ante la extensión de la OTAN.
Pese a los problemas de toda índole había muchos datos para la esperanza sobre el futuro de Rusia, por sus enormes potencialidades humanas y económicas.

4. REPERCUSIONES INTERNACIONALES.
LA URSS EN EL CONCIERTO INTERNACIONAL DE 1917 A 1989.
En los decenios de 1920 y 1930 la URSS vivió un profundo aislamiento internacional, salvo sus escasas relaciones con la Alemania de Weimar. Tras la II Guerra Mundial, que unió temporalmente a los aliados contra las potencias del Eje, la Guerra Fría entre los dos grandes bloques hegemónicos, el occidental dirigido por EE UU y el comunista dirigido por la URSS, caracterizó las relaciones internacionales.

LAS CONSECUENCIAS INTERNACIONALES DE LA CRISIS DE 1989.
Tras la caída del Este en 1989 el deshielo ha sido casi total. Rusia, Ucrania y otros países nuevos aparecen como frecuentes aliados de Occidente en la política internacional, mientras en Europa del Este todos los regímenes comunistas han caído, desde Polonia a Alba­nia, integrándose bastantes en la Unión Europea e incluso en la OTAN.
- La primera consecuencia de la desintegración del bloque soviético ha sido el debilitamiento de la política de bloques, mientras EE UU surge como la única superpotencia militar, con un evidente dominio de la política de la ONU, que se ha occidentalizado. El control de armamentos es mucho más sólido que en cualquier momento pasado y la amenaza de la guerra nuclear ha amainado casi por completo, per, por contra, menudean pequeñas gue­rras en el Tercer Mundo.
- Siguen, sin embargo, las antiguas zonas de influencia, como si Occidente temiera molestar al gigante ruso, lo que explica su renuente y pasiva actitud ante las peticiones de los países del Este para entrar en la OTAN y que apenas se haya criticado la dura represión rusa sobre Chechenia. Rusia, de hecho, está desarrollando su viejo imperialismo sobre sus zonas contiguas, pero a cambio ha renunciado a la expansión sobre el hemisferio Sur.
- El espacio económico de los países del Este tiene una creciente dependencia externa en comercio y financiación. El capi­talismo está sólo en su inicio, con gravísimos problemas de obsolescencia de la planta industrial, improductividad, derroche energético y desequilibrios sociales. En cambio tiene una numerosa y bien preparada mano de obra, unos grandes recursos energéticos y de materias primas, y un amplio mercado interno. Es probable que el futuro sea floreciente en aspectos como la reducción de la inflación, las mejoras en la calidad de la producción, el nacimiento de una nueva clase de empresarios nacionales, la mayor competitividad internacional, etc.

Dosier: La caída del Muro de Berlín.


El 9 de noviembre de 1989 cayó el Muro de Berlín, 155 kilómetros casi infranqueables, que durante 29 años había partido en dos a la ciudad y que se convirtió en el símbolo de la división del pueblo alemán durante la Guerra Fría.

Los orígenes del Muro están en las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, a cuyo final Berlín quedó dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, francés, inglés y estadounidense. Posteriormente, en 1949 el área oriental en poder de los soviéticos pasó a llamarse República Democrática Alemana (RDA) y las otras tres se unieron en un país que fue conocido como República Federal Alemana (RFA).
En los años siguientes, la RFA capitalista prosperó mientras que la RDA comunista se estancaba, lo que favoreció que millones de alemanes de la primera emigraran a la RFA.
Finalmente, las autoridades de la RDA decidieron cortar esa sangría demográfica: la noche del 12 de agosto de 1961 comenzaron a levantar un muro provisional de ladrillos (horas después añadieron una alambrada provisional) y cerraron 69 de los 81 puntos de control a lo largo de la línea que dividía a la ciudad, interrumpiendo el tránsito de vehículos y personas, muchas de las cuales trabajaban en la otra parte de la ciudad. De hecho, la primera persona que murió tratando de cruzar, Günter Litfin, fue abatida cuando regresaba a Berlín occidental, donde vivía y trabajaba.
En los años siguientes el Muro fue reforzado con una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, con un interior formado por cables de acero para aumentar su resistencia, campos de minas, torres de tiradores y otros sistemas de vigilancia.
Pese a su aparente perfección, durante la existencia del Muro hasta cinco mil personas consiguieron escapar, pagando 138 de ellas con su vida sus ansias de libertad.

La caída del Muro tuvo su origen último en la crisis económica, política y social del bloque del Este, incapaz de mantener su unidad mediante la represión que se había ejercido durante decenios a los intentos de apertura, como habían hecho los soviéticos en Hungría en 1956 y Checoslovaquia en 1968.
La causa inmediata del final fue la apertura de las fronteras entre la capitalista Austria y la comunista Hungría en mayo de 1989. A partir de entonces miles de alemanes viajaron a Hungría para pedir asilo en la República Federal Alemana, al mismo tiempo que crecían las manifestaciones en muchas ciudades de la RDA. Finalmente, las autoridades comunistas decidieron, el 9 de noviembre de 1989, que no podían impedir el paso hacia el oeste. Pensaban todavía controlar la situación, imponiendo un sistema restrictivo de permisos, pero sucedió que el portavoz del Gobierno y miembro del Politburo, Günter Schabowski, se confundió en la conferencia de prensa en la que informaba sobre la nueva normativa. El periodista Riccardo Ehrman, de la agencia de noticias ANSA, le preguntó cuándo entraba en vigor la medida. Schabowski busco entre sus papeles y al no encontrar nada escrito respondió: “de inmediato”, lo que sugería que se permitía salir del país sin requisitos previos.
De inmediato, esa misma noche, miles de personas se agolparon en los puntos de control para cruzar a Berlín occidental. La guardia fronteriza no tenía órdenes precisas de cómo actuar y su jefe, el teniente coronel Harald Jäger, los dejó pasar. El júbilo fue inmenso y ya nada pudo parar el proceso.

El historiador Julián Casanova en El poder que volvió al pueblo [“El País” (10-XI-2014)] analiza el evento:
‹‹Fue un derrumbe repentino que nadie esperaba que se produjera así, tan fácil, porque los imperios no suelen abandonar su dominio de forma rápida y pacífica. A comienzos de 1989, los partidos comunistas de esos países del centro y del este de Europa controlaban los medios de comunicación, el sistema judicial, el ejército y la policía secreta. En unos meses, esos partidos abdicaron, sin necesidad de que nadie los destruyera, un proceso de reforma y revolución incruento, salvo en Rumania y Yugoslavia.
De la noche a la mañana, poetas y filósofos, que habían sufrido la represión y purgado años de cárcel, se convirtieron en presidentes y ministros. Había muchas cosas que cambiar y contar, pero la caída del muro de Berlín, hace ahora veinticinco años, simbolizó todas ellas, el fracaso del socialismo llamado real, y precipitó el desplome de los restantes Gobiernos y partidos comunistas. Todo ocurrió además a la vista de millones de personas, como ejemplo para quienes todavía no se atrevían a hacer lo mismo, porque fue la primera revolución televisada de la historia.
Para la Unión Soviética, que había reprimido siempre los disturbios, disidencias e insurrecciones, Europa del Este era, a finales de los años ochenta, una carga económica y había dejado de ser una necesidad estratégica. Su ejército, como había aclarado varias veces Gorbachov, en el poder desde marzo de 1985, no iba a repetir la desastrosa experiencia de Afganistán y no utilizaría la fuerza contra “el derecho soberano de cada pueblo a decidir su propio sistema social”. Y si Moscú no usaba sus tropas, los ejércitos nacionales de esos países ya habían demostrado en varias ocasiones su escasa disposición a reprimir.
Las cosas habían cambiado. El alto coste de la carrera de armamentos frente a Estados Unidos había dañado de forma irreparable la economía soviética. La crisis económica, la caída de salarios y el deterioro de las condiciones de vida en esos países, sometidos a una rigidez que les impedía avanzar en la nueva era de la tecnología, hizo sufrir a la mayoría de los ciudadanos y deslegitimó a un sistema que prometía abundancia y riqueza.
Esos ciudadanos veían además los grandes avances de Occidente, a un palmo de terreno, y cada vez viajaban y se movían más. Y se abrió un abismo entre las generaciones más jóvenes y viejos dirigentes en el poder. Porque fueron los más jóvenes quienes salieron a las calles y celebraron con más júbilo la caída del imperio. No era sólo un ansia de cambio en la política y en la economía, sino también en la historia, en la revisión del pasado y de las mentiras de la propaganda oficial.
El día de año nuevo de 1990, el dramaturgo Václac Havel, que había sido elegido presidente de Checoslovaquia tres días antes, se lo dijo a la multitud que se concentraba en los alrededores del castillo de Praga: “Pueblo, el Gobierno ha vuelto a vuestras manos”.››

Dosier: La reforma agraria.
La repercusión de la caída del comunismo en 1989-1991 en la estructura agraria fue mínima. Polonia ya tenía una propiedad privada rural mayoritaria, con sólo un 30% de propiedad colectiva. Excepto en Albania había subsistido la propiedad privada pequeña. La producción privada era un 30% en la URSS y Hungría, un 10% en RDA y Checoslovaquia. Había una dualidad agraria, con agricultura intensiva con mucha mano de obra, y agricultura colectivizada en grandes explotaciones de producción extensiva y mecanizada. El sistema era muy homogéneo en todo el Este, con una estructura poco eficiente, poca iniciativa individual. El Estado otorgaba subvenciones a los precios, monopolizaba el mercado y la transformación, así como el suministro de abonos, maquinaria, semillas...
Desde 1991 la legislación ha cambiado radicalmente la situación, reformando la propiedad agraria, a favor de la individual, con una normativa de distribución de la tierra entre los nuevos propietarios. Hay varias opciones según los países:
1) Mantener la tierra en propiedad pública, pero con derecho individual al arrendamiento. Un ejemplo es Bulgaria.
2) Entregar en propiedad de la tierra, para dedicarse a la agricultura, con límite de tiempo para la libre disposición.
3) Dar la propiedad de la tierra, en base a derechos anteriores a la colectivización. Se da prioridad a los agricultores e indemnizando a los antiguos propietarios que no quieren ser agricultores. Un ejemplo es la República Checa.
4) Restablecer los derechos anteriores a la colectivización, sin trabas. Eso era posible en los países del Este, pero no en la URSS.

5. CONCLUSIONES GENERALES EN 2022.
- El legado burocrático. En Rusia y los otros países hay aún una excesiva burocratización de la vida política, económica y social. El Estado sigue teniendo muchas empresas, controlando gran parte de la vida económica y la administración tiene una gran proporción de la población activa.
- Una activa tercermundización. Aunque quieren integrarse en el capitalismo la tendencia real para Rusia y los antiguos Estados de la URSS es quedar como un bloque marginal, abastecedor de materias primas, energía y productos semielaborados.
¿Un nuevo autoritarismo? El autoritarismo está en ascenso, basado en el presidencialismo de Putin, Lukashenko y otros dirigentes, que pretenden ser líderes carismáticos que salvan a sus países de los problemas, mediante la exaltación del nacionalismo y el militarismo.
- La singularidad del sustrato histórico. Aparece una continuidad en el desarrollo histórico de la URSS, una conexión entre el zarismo, el comunismo y el capitalismo actual, con rasgos propios de autoritarismo, economía colectiva, etc.
- El nacionalismo agresivo. Rusia intenta recuperar la idea de la Gran Rusia y el paneslavismo, que reúna los países eslavos del Este en una única entidad política. Por ello, en 2014 Putin atacó a Ucrania: primero se apoderó de Crimea y poco después de parte de las regiones de Donetsk y Lugansk, y mantuvo bajo control estas tres regiones pese a las sanciones internacionales. En 2022 volvió a invadir Ucrania, pero esta vez el ataque fracasó por la dura resistencia ucrania.

UD FUENTES.
Libros.
AA.VV. El libro negro del comunismo. Crímenes, terror, represión. Planeta/Espasa-Calpe. Barcelona/Madrid. 1998. 865 pp. Reseña de Rossanda, Rossana. El libro negro del comunismo. “Claves de razón práctica”, 84 (julio-agosto 1998) 46-49.
Applebaum,Anne. El telón de acero. La destrucción de Europa del Este 1944-1956. Trad. de Silvia Pons Padilla. Debate. Madrid. 2014. 703 pp. Reseña de Oppenheimer, W. Detrás del telón de acero… un valle de lágrimas. “El País” (11-III-2014) 42. Anne Applebaum esclarece la sovietización de Europa del Este tras la II Guerra Mundial, una historia de represión y violencia.
Blackburn, Robin (ed.). Después de la caída. El fracaso del comunismo y el futuro del socialismo. Crítica. Barcelona. 1993 (1991). 348 pp.
Carr, Edward Harrett. Historia de la Rusia soviética. Alianza. Madrid. 1985 (1953). 3 vols. 470, 429, 618 pp.
Carrère d’Encausse, Hélène. Seis años que cambiaron el mundo, 1985-1991. Trad. de Ana Herrera. Ariel. Barcelona. 2016. 384 pp. La caída de la URSS en el mandato de Gorbachov. Fragmento: Ese desconocido llamado Vladímir Putin. “El País” Ideas (4-IX-2016). / Reseña de Zgustova, Monika. ‘Goodby’, Lenin; ‘Goodbye’, Gorby. “El País” Babelia 1.300 (22-X-2017).
Castells, Manuel. La nueva revolución rusa. Sistema. Madrid. 1992. 145 pp.
Claudín, Fernando. La oposición en el socialismo real. Siglo XXI. Madrid. 1981. 390 pp.
Faraldo, José María. Las redes del terror. Las policías secretas comunistas. Galaxia Gutenberg. 2018.
Garton Ash, Timothy. Los frutos de la adversidad. Planeta. Barcelona. 1992 (1990 inglés). 481 pp. La caída del comunismo en 1989.
Judt, Tony. Postguerra. Una historia de Europa desde 1945. Taurus. Madrid. 2006. 920 pp. 4 bloques: 1 (1945-1953), 2 (1954-1970), 3 (1971-1989), 4 (1989-2006). El libro de referencia más actualizado y brillante. Reseña y entrevista de José Andrés Rojo a Judt. Tony Judt / Historiador. “La complicidad entre Europa y Estados Unidos ha sido temporal”. “El País” (27-X-2006) 54.
Skocpol, Theda. Los Estados y las revoluciones sociales. Un análisis comparativo de Francia, Rusia y China. FCE. México. 1984 (1979 inglés). 500 pp.
Taibo, Carlos. Crisis y cambio en la Europa del Este. Alianza Editorial. Madrid. 1995. 276 pp.
Taubman, William. Gorbachov. Vida y época. Trad. de Jaime Collyer. Debate. 2018. 832 pp. Biografía. Reseña de Bassets, Lluís. La revuelta del hombre nuevo. “El País” Babelia 1.406 (3-XI-2018).

Artículos. Orden cronológico.
Gil Pecharromán, Julio. Los Balcanes Contemporáneos (1) y (2). Cuadernos de Historia 16. Madrid. 1987. nº 236 y 237.
Herrero de Miñón, Miguel. Yugoslavia o el error especular. “El País” (31-I-2007) 13-14. Sobre el error de crear el estado yugoslavo, y el nacionalismo en los Balcanes.
Taibo, Carlos. Espejismos yugoslavos. “El País” (5-II-2007) 17. Sobre la partición de Yugoslavia.
Zgustova, Monika. Lo que se llevó aquel agosto de 1968. “El País” (21-VIII-2018). La represión de la Primavera de Praga afectó a todo Occidente.
Altares, Guillermo. Los rusos vuelven sin tanques a Europa central. “El País” (21-VIII-2018). El 50º aniversario de la Primavera de Praga. Hoy Rusia no reprime por la fuerza pero sigue influyendo, sobre todo con su apoyo al populismo autoritario.
Bonet, Pilar. Modelos de poder perpetuo en la antigua URSS. “El País” (15-III-2020). Las exrepúblicas soviéticas han tenido líderes que se han perpetuado en el poder, como muestran los ejemplos de Putin en Rusia, Lukashenko en Bielorrusia o Rajmon en Tayikistán.

Dosier: La caída del Muro de Berlín.
Internet.

Libros.
Buckley, William F. La caída del muro de Berlín. 2004.
Gonin, J.–M.; Guez, O. La caída del Muro de Berlín. Trad. de Manuel Talens. Alianza. Madrid. 2014.
Kohl, Helmut. De la caída del Muro a la reunificación. Mis recuerdos. 2014 (2009 1ª ed.). Extracto: Thatcher, Mitterrand y González ante la caída del Muro“El País” Domingo (9-XI-2014) 7. / Doncel, Luis. Helmut Kohl. Canciller de la RFA entre 1982 y 1990 y de la Alemania reunificada entre 1990 y 1998. ‘Europa es una cuestión de supervivencia’. “El País” Domingo (9-XI-2014) 6-7.
Pallot, Judith. Agriculture and rural development, en AA.VV. The Post-soviet Republics. A Systematic Geography. Longman. London. 1995. Muy crítica con el sistema agrario comunista. Resume las reformas agrarias a partir de 1989.
Sarotte, Mary Elise. The Collapse: The Accidental Opening of the Berlin Wall. Basic Books. Nueva York. 2014. 291 pp.
Taylor, Frederick. El muro de Berlín. Trad. de Antoni Puigrós. RBA. Barcelona. 2006.

Artículos.
Csaki, Csaba; Lerman, Zui. Reforma agraria y reestructuración del sector agrario en los antiguos países socialistas. “Revista de Estudios Agrosociales” Madrid (1993) 9-30. Muy favorable al sistema agrario comunista.
Doncel, Luis (texto); Soler, Julia (fotos). 25 años de la caída del muro. “El País” Semanal 1.986 (19-X-2014) 28-38.
Huete Machado, Lola. Los objetos de la vida de otros. “El País” Semanal 1.986 (19-X-2014) 40-43. Un libro sobre una colección de objetos de la RDA.
Valdés Aragonés, Isabel. El símbolo de la Guerra Fría. “El País” Semanal 1.986 (19-X-2014) 44-45. Un estudio, con infografía de Clara Prieto, sobre el muro.
Pron, Patricio. Ocho libros para entender un derrumbe. “El País” Babelia 1.197 (1-XI-2014) 10-11. Los mejores libros sobre la caída del Muro de Berlín en 1989.
Rodríguez Rivero, Manuel. Escrito sobre el Muro. “El País” Babelia 1.197 (1-XI-2014) 17. Historiografía, literatura y cine sobre el Muro.
Estefanía, Joaquín. El Muro cayó a los dos lados. “El País” (3-XI-2014) 24. El 25º aniversario de la caída del Muro de Berlín. Desde 1989 han sucumbido no solo el comunismo sino también el liberalismo económico radical.
Garton Ash, Timothy. Esperando a la generación del Muro. “El País” Domingo (9-XI-2014) 2-4. Resumen e imágenes del Muro en 2-5.
Doncel, Luis. ‘Los sueños pueden hacerse realidad’. “El País” (10-XI-2014) 2-3. Celebración del 25 aniversario.
Casanova, Julián. El poder que volvió al pueblo. “El País” (10-XI-2014) 2-3. Análisis histórico.
Martí Font, Josep M. El día que puso fin al siglo XX. “El País” Ideas 233 (2-XI-2019).
Sahuquillo, María R. La grieta que tragó el imperio soviético y marca el rumbo de Putin. “El País” (7-XI-2019).
Carbajosa, Ana. Anatomía de un accidente de la historia. “El País” (8-XI-2019). El error de un dirigente comunista alemán de ignorar los detalles de una nueva norma de viajes precipitó la caída del Muro de Berlín.
Carbajosa, Ana. La herida identitaria del Este golpea Alemania. “El País” (9-XI-2019).
APÉNDICE: LA CAÍDA DEL SISTEMA COMUNISTA (1989-1990).
INTRODUCCIÓN: )Era inevitable la caída del comunismo? Los tres factores de la Revolución: la Perestroika, la lucha popular y la debilidad de los regímenes comunistas.
SITUACIÓN: política, económica y social del bloque de los países del Este hacia 1989, antes de la Revolución: el completo agotamiento del modelo comunista en competición con Occidente.
CRONOLOGIA DE LOS HECHOS DEL TRIMESTRE DE LA REVOLUCIÓN.
Los meses de octubre a diciembre de 1989 como culmen. La pasión de la opinión pública ante los acontecimientos.
LOS PROTAGONISTAS: Gorbachov, Yeltsin, Sajarov, Poszgay, Nemeth, Honecker, Modrow, Walesa, Mazowiecki, Jaruzelsky, Jakes, Havel, Dubcek, Zivkov, Ceasescu, Iliescu, Milosevic, Deng Hsiao Ping, Castro; Reagan, Bush, Thatcher, Mitterrand, Kohl, etc. La diversidad de sus posiciones ante los hechos.

ANALISIS Y CONCLUSION PARA CADA PAIS. TRES BLOQUES:
A: 1. Polonia. 2. Hungría. 3. RDA. 4. Checoslovaquia. 5. Bulgaria. 6. Rumanía. 7. Albania. 8. Yugoslavia.
B: 1. Unión Soviética. 2. China. 3. Mongolia. 4. Vietnam. 5. Cuba. 6. Afganistán.
C: Los regímenes africanos: Angola, Mozambique, Etiopía.
LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y POLITICOS DE LA REVOLUCIÓN:
1) Los intelectuales en Polonia, Checoslovaquia (los firmantes de la Carta 77).
2) Los ecologistas de Checoslovaquia y la RDA.
3) Los cristianos de Polonia (el Papa Juan Pablo I y el cardenal Glemp), RDA (los pastores protestantes), Checoslovaquia (el cardenal Tomasek), Hungría (los católicos), Rumanía (los pastores evangelistas).
4) Los miembros del “aparato comunista” de la URSS, Hungría, Bulgaria.
5) Los sindicalistas “libres” de Polonia.
6) Los nacionalistas de Eslovaquia y Polonia.
7) La juventud de RDA y Checoslovaquia).
8) El campesinado de Polonia, Checoslovaquia y Rumanía.
9) El ejército de Polonia, Rumanía y URSS.
11) La policía de RDA y Rumanía.

LOS INTELECTUALES DE OCCIDENTE ANTE LA REVOLUCIÓN: 
Morin, Dahrendorf, Touraine, Karol, Hobsbawm, Lipovetski, Glucksman, Grass, Pellicani, Revel, Sartori, Gray, Huntington, Fukuyama, Baudrillard, Berlin, Popper, etc.

LOS IRRESOLUBLES CONFLICTOS AL FINAL DE LA REVOLUCIÓN:
Los irresolubles conflictos al final de la Revolución:
1) La crisis económica, del colectivismo al capitalismo.
2) El desplome del Estado de Bienestar  por la crisis fiscal y la marginación social.
3) El nacionalismo y la multiplicación de los estados-nación. Los derechos de las minorías raciales y nacionales.
4) La institucionalización de la democracia, en el presidencialismo o el parlamentarismo. La vuelta del autoritarismo.
5) Los problemas de la seguridad internacional ()hacia una organización europea de Defensa?). El desarme nuclear.

PROBLEMAS HISTORIOGRÁFICOS DE LA REVOLUCIÓN:
1) El problema de la falta de instituciones de estudios superiores en España (y parcialmente en Europa) sobre el Este (idiomas eslavos, documentación, etc.).
2) La falta de estadísticas fidedignas sobre economía y sociedad en todos los países del Este; la elección entre estadística fiable o propaganda política.
3) El mito del fin de la Historia ()es el fin de los conflictos planetarios o el cambio del modelo de conflicto?). Civilizaciones, nacionalismos e integrismos en lucha.
4) El subjetivismo ideológico de los historiadores.
5) La selección de la gigantesca masa de información.
6) La primera revolución televisada en directo. Los medios de comunicación universal y su impacto planetario.

CONCLUSIONES:
1) El tema de la Revolución de 1989 será el foco principal de la mayoría de los estudios generalistas de Historia Universal en las próximas décadas.
2) Puede hablarse de que la Edad Contemporánea ha terminado y que sus periodización tiene dos hitos muy claros: 1789 y 1989, dos siglos de Historia de una aceleración creciente como jamás conoció la Humanidad.
3) Dos preguntas para los historiadores: )Estamos ya en una llamada Edad Postcontemporánea? )y si es así cuáles serían sus primeros datos definitorios?
 A) La victoria de la democracia liberal y su extensión por Europa del Este, América del Sur, Asia (de Filipinas y Corea del Sur a Tailandia) y África (de Senegal a Sudáfrica).
 B) La resolución de los conflictos regionales: Oriente Medio, Sahara Occidental, Bosnia. El derecho de intervención.
 C) La crisis económica del antiguo bloque capitalista y la aparición de nuevos bloques emergentes (Sur de Asia, América del Sur).

UNA PROPUESTA DE DOSIER DE PRENSA PARA ELABORAR UNA CRONOLOGIA DE LA REVOLUCIÓN. Los hechos son siempre del día anterior.
13-IX-1989. Polonia estrena su primer Gobierno no comunista: Tadeusz Mazowiecki (primer ministro). Los refugiados en la sede de la RFA en Praga.
20-IX-1989. Pacto en Hungría para la transición hacia la democracia. Gorbachov renueva el PCUS (hasta el 22-IX), con una purga de conservadores.
21-IX-1989. Huida masiva de los alemanes a través de Hungría.
25-IX-1989. Crisis en RDA (refugiados en Praga y Varsovia, tensiones en el SED, Nuevo Foro, manifestaciones).
28-IX-1989. Eslovenia vota por el derecho a la secesión.
29-IX-1989. Aparece Modrow como candidato reformista en RDA. Entrevistas con Genscher, Glemp (cardenal polaco).
30-IX-1989. Los dirigentes chinos se unen (40 aniversario de la Revolución).
1-X-1989. Perestroika en Vietnam. Hungría evoluciona desde el partido comunista (confirmado en el Congreso del 6-X, que le convierte en socialdemócrata).
2-X-1989. Más refugiados de la RDA (Honecker les deja partir).
6-X-1989. Gorbachov viaja a RDA y lleva consigo la tormenta. La organización de la represión en Rumanía.
9-X-1989. Los pueblos del Este luchan por el cambio: manifestaciones en RDA, ruptura del PC húngaro (los reformistas Nemeth, Nyers y Poszgay ganan).
11-X-1989. Manifestaciones inmensas en Leipzig y división de opiniones en el SED sobre la represión.
13-X-1989. El régimen de RDA decide reformas.
16-X-1989. Malestar en la URSS por la crisis económica; falta una alternativa como la de Solidaridad; propuestas de una transición “a la china”.
17-X-1989. La crisis del Este repercute en el PC francés.
19-X-1989. Krenz sustituye a Honecker mientras siguen huyendo los refugiados. Hungría reforma la constitución hacia el pluripartidismo.
22-X-1989. Manifestaciones en RDA por la democracia.
24-X-1989. Masivas manifestaciones en la RDA (Leipzig, hasta 300.000). La constitución húngara, plenamente democrática.
26-X-1989. Los ecologistas de Nuevo Foro.
28-X-1989. Amnistía en RDA para refugiados y manifestantes. Huelga en las minas de Vorkutá (URSS).
29-X-1989. Los checoslovacos se manifiestan por la democracia (cientos de heridos y detenidos). Los uniatos católicos de Ucrania protestan.
31-X-1989. Juicio en Kossovo contra el ex líder albanés (Vlasi). Purgas en el SED alemán (Modrow y Schabowski ganan).
3-XI-1989. Más refugiados de la RDA hacia Praga tras la apertura de la frontera. Los militares de la URSS comienzan a impacientarse.
4-XI-1989. Entrevista con Nemeth. Dimite alcalde de Leipzig.
5-XI-1989. Masiva manifestación en Berlín Este (500.000).
8-XI-1989. Dimite el Gobierno de RDA; manifestaciones. También en Moscú comienzan las manifestaciones contra el comunismo (en los actos conmemorativos de la Revolución de Octubre). “Proletarios del mundo entero, perdonadnos”.
9-XI-1989. Anuncio de elecciones en RDA para el 6 de mayo de 1990; dimisión del Politburó; Modrow es el nuevo primer ministro.
10-XI-1989. El Gobierno de la RDA decide la desaparición del muro de Berlín y dejar salir a todos libremente.
11-XI-1989. Los berlineses asaltan el muro (vértigo histórico en Europa; el mundo entero se conmociona). Dimite Yivkov, el dirigente búlgaro durante 35 años, sustituido por Mladenov.
12-XI-1989. Tres millones de alemanes piden visado para Occidente mientras los jóvenes derriban el muro. Mientras en Checoslovaquia los comunistas reformistas presionan y en Rumanía Ceasescu depura a los moderados.
13-XI-1989. Incidentes en Moldavia.
15-XI-1989. El dirigente comunista italiano Ochetto anuncia la renovación del PCI.
17-XI-1989. Modrow, la última esperanza del SED; pacta con los otros partidos un Gobierno de coalición.
18-XI-1989. Gran manifestación en Praga, represión (un muerto, fallecido días después).
20-XI-1989. Congreso del PC rumano (inmovilismo). Intervención de Ochetto.
21-XI-1989. El Foro Cívico (unión de la oposición checoslovaca). Los reformadores portugueses piden la dimisión de Cunhal. Ceasescu proclama que el socialismo es “un hombre lozano, un príncipe azul”.
22-XI-1989. Manifestación de 200.000 en Praga (como todos los días) para pedir dimisión de Jakes; Havel descuella ya; Adamec promete incluir a no comunistas en Gobierno y no reprimir las manifestaciones; el cardenal Tomasek pide cambios in­mediatos. Milosevic gana las elecciones en Serbia (94 %).
23-XI-1989. Sigue la presión popular en Praga (Dubcek y Tomasek exigen cambios).
25-XI-1989. Al fin cae la cúpula comunista en Praga; el Gobierno quería lanzar a los milicianos contra los manifestantes, pero se niegan; 300.000 personas aclaman a Dubcek, que pide elecciones libres; el Foro Cívico exige protagonizar el cambio. Krenz acepta reformar la Constitución. El PCI acepta la propuesta de Ochetto de refundar el partido (será el PDS). Ceasescu se reafirma en su inmovilismo.
27-XI-1989. Más de 600.000 personas solicitan a Dubcek como presidente y éste pide el cambio total.
28-XI-1989. Huelga general en Checoslovaquia. La oposición húngara triunfa en el referéndum sobre el modo de elección del jefe de Estado (una derrota para el reformista Poszgay).
30-XI-1989. Plan de 10 puntos del canciller Kohl para la reunificación alemana.
2-XII-1989. El Papa bendice la Perestroika. La cumbre de Malta entre Gorbachov y Bush, para el desarme y el cambio europeo.
4-XII-1989. El SED expulsa a Honecker y dimite el Politburó. Los comunistas lituanos quieren separarse del PCUS. Un nuevo Gobierno en Praga demasiado comunista aún; críticas.
5-XII-1989. Ultimátum del Foro Cívico a Adamec.
6-XII-1989. Gana el Foro Cívico y consigue un nuevo Gobierno más abierto. Arresto de Honecker.
7-XII-1989. Dimite Krenz; la RFA apoya a Modrow ante el peligro de una explosión social en la RDA, sacudida por las revelaciones de la corrupción de sus dirigentes.
8-XII-1989. Adamec dimite; le sustituye Calfa en Praga.
9-XII-1989. El desmoronamiento del SED.
10-XII-1989. El PCUS abole el art. 6 de la Constitución, sobre el papel dirigente del Partido en la URSS. Modrow para la autodisolución del SED (Gyisi surge como el futuro del partido).
11-XII-1989. Praga estrena Gobierno de mayoría no comunista. Gorbachov es atacado por ortodoxos y radicales por la pérdida del Este europeo y por la pérdida del monopolio comunista. Los búlgaros se manifiestan. Husak dimite de jefe de Estado en Praga (Dubcek no lo será porque es eslovaco).
13-XI-1989. Havel se perfila como jefe de Estado de Checoeslovaquia.
14-XII-1989. Guerra comercial entre Serbia y Eslovenia.
16-XII-1989. La muerte de Sajarov, el gran opositor (ocurrió el 14-XII).
18-XII-1989. El Gobierno polaco se lanza al capitalismo.
19-XII-1989. Represión salvaje en Rumanía (Timisoara, los días 16 y 17), ante una revuelta húngara religiosa.
21-XII-1989. Huelga general en Timisoara, noticias confusas, opacidad informativa. Francia apoya a Modrow y teme la unión.
23-XII-1989. Cae Ceasescu y es detenido; en medio de feroces luchas el Frente de Salvación Nacional (comunistas, Ejército, reformistas) toma el poder. Noticias e imá­genes por televisión (muy importante) sobre la caída y detención del “conducator”.
24-XII-1989. Sigue la lucha en Rumanía, entre la policía fiel a Ceasescu (Securitate) y el Ejército que apoya a los rebeldes. Mientras Estados Unidos invade Panamá y depone a Noriega en una muestra de su política tradicional.
25-XII-1989. Ofensiva final contra los leales a Ceasescu. La URSS estaba preparada para enviar tropas contra Ceasescu.
27-XII-1989. Ceasescu y su mujer son fusilados el lunes 25.
30-XII-1989. Havel, presidente de Checoslovaquia.

COMENTARIO: CRISIS Y CAMBIO EN LA EUROPA DEL ESTE.


Comentario y resumen del libro: Taibo, Carlos. Crisis y cambio en la Europa del Este. Alianza Editorial. Madrid. 1995. 276 pp.

1. BREVE INTRODUCCIÓN HISTÓRICA.
2. LA NATURALEZA DE LOS SISTEMAS DE TIPO SOVIÉTICO.
3. LA CRISIS.
4. LA PERESTROIKA: SU SENTIDO GENERAL.
5. LA PERESTROIKA: LAS REFORMAS POLÍTICAS.
6. LA PERESTROIKA: LAS REFORMAS ECONÓMICAS.
7. LA PERESTROIKA: LOS PROBLEMAS ECOLÓGICOS.
8. LA PERESTROIKA: LA TRANSPARENCIA.
9. LA PERESTROIKA: LOS ESTALLIDOS NACIONALES.
10. LA PERESTROIKA: LAS FUERZAS ARMADAS.
11. LA PERESTROIKA: LA POLÍTICA EXTERIOR.
12. LA COMUNIDAD DE LOS ESTADOS INDEPENDIENTES.
13. LA FEDERACIÓN RUSA: POLÍTICA, ECONOMÍA Y FUERZAS ARMADAS.
14. LA FEDERACIÓN RUSA: VERTEBRACIÓN NACIONAL Y POLÍTICA EXTERIOR.
15. “EUROPA DEL ESTE”: UN CONCEPTO PROBLEMÁTICO.
16. LOS ESTADOS DE LA EUROPA CENTRAL EN LA ÉPOCA SOVIÉTICA.
17. LOS CAMBIOS EN POLONIA, HUNGRÍA, RDA, REPÚBLICA CHECA Y ESLOVAQUIA.
18. LOS CAMBIOS EN RUMANÍA, BULGARIA Y ALBANIA.
19. EUROPA CENTRAL HOY: UNA CARACTERIZACIÓN GENERAL.
20. LOS CONFLICTOS YUGOSLAVOS: LA GESTACIÓN.
21. LOS CONFLICTOS YUGOSLAVOS: EL DESPLIEGUE.
22. LOS CONFLICTOS YUGOSLAVOS: CONCLUSIONES.
23. LAS CONSECUENCIAS INTERNACIONALES DE LA CRISIS.
24. CONCLUSIONES GENERALES.

CONSIDERACIÓN CRÍTICA: El libro tiene unas notables virtudes didácticas: claridad, brevedad, concisión, búsqueda de lo esencial, esquematismo clarificador en la características, una abundante bibliografía y unos apéndices muy interesantes a cada capítulo.
1. BREVE INTRODUCCIÓN HISTÓRICA.
La Revolución de Febrero y la caída del zar.
La Revolución de Octubre y la toma del poder por los comunistas.
El comunismo de guerra para vencer en la guerra civil.
La NEP y la liberalización económica.
La formación de la URSS y del PCUS.
El estalinismo: la revolución en un país, la colectivización agraria y la industrialización, la represión de los disidentes.
La II Guerra Mundial: las graves pérdidas, la victoria y la asunción del rango de gran potencia, la formación del Bloque del Este, la Guerra Fría.
Crisis de Berlín.
El Comecon (1949) como alianza económica, el Pacto de Varsovia (1955) como alianza militar.
China y la guerra de Corea.
Apoyo a la independencia de las colonias europeas en el Tercer Mundo.
Krushev inicia en 1956 la desestalinización (liberalización del régimen).
La represión del levantamiento de Hungría (1956).
Crisis internacional de Cuba.
Breznev (1964-1982) limitó la liberalización del régimen, con un autoritarismo blando.
La economía se estancó gravemente.
En 1980 se invadió Afganistán para evitar la extensión del islamismo al Asia Central soviética. Se convirtió en el “Vietnam ruso”, con graves pérdidas humanas y económicas.
Andropov (1982-1984) y Chernenko (1985-1985) supusieron un breve periodo de endurecimiento de la represión y de descomposición económica.
La llegada al poder de Gorbachov en 1985 fue un intento de reforma interna para solucionar la crisis política y económica, pero el proceso de degradación fue imparable y la URSS terminó.
En los países del Este las crisis habían sido esporádicas y habían sido reprimidas: RDA (1953), Hungría (1956), Checoslovaquia (1968), Polonia (años 80). Dos países se apartaron del modelo soviético: Yugoslavia se separó del estalinismo con Tito, Albania continuó la línea estalinista a la muerte de Stalin. China se apartó en 1960, con su propia vía del comunismo.

2. LA NATURALEZA DE LOS SISTEMAS DE TIPO SOVIÉTICO.
- Régimen de partido único o equivalente (Frente de varios partidos bajo la hegemonía comunista). Control de la vida política, social, económica y cultural. El partido (sus miembros) desarrolla una burocracia, que sustituye al proletariado como clase dirigente.
- Planificación centralizada, para lograr un desarrollo económico basado en la industrialización, a costa de los demás objetivos sociales. El desarrollo de la industria pesada y militar exigió un bajo nivel de consumo y, finalmente, llevó al estancamiento económico.La colectivización de la agricultura posibilitó el éxodo rural, pero no aseguró el abastecimiento.
- La estabilidad social del sistema comunista soviético se basó en un bajo nivel de consumo compensado por el bajo rendimiento laboral y la prestación gratuita de servicios sociales (trabajo de por vida, vivienda, educación, sanidad). Los dos problemas que crecían bajo la apariencia de la estabilidad eran los nacionalismos y la complejidad social (derivada de la mayor educación, urbanización e industrialización). Un tercer problema fue su misma condición de superpotencia junto a los EE UU, que si bien le daba hegemonía internacional, por contra implicó un enorme gasto militar, infinanciable a largo plazo.
En suma hay cuatro grandes diferencias respecto a Occidente:
- La propiedad estatal de los medios de producción, con restricción de los mecanismos de mercado.
- Los directivos de las empresas no sean propietarios jurídicos ni toman las decisiones de inversión.
- La falta de disciplina de los trabajadores, con escasos estímulos económicos.
- La identificación entre Estado, partido y dirección económica, en un marco de ausencia de elecciones libres y de garantías jurídicas.
Pero también había semejanzas: una burocracia dominante (al modo de la burguesía), el trabajo asalariado, la diferenciación social en jerarquías laborales.

3. LA CRISIS.
La crisis comenzó con el estancamiento económico, visible desde los años 60. No había conocimientos teóricos ni instrumentos organizativos viables para reactivar la economía, para lanzar otro salto cualitativo como el de los grandes momentos de desarrollo: 1917, 1930, 1945. Los recursos del sistema estaban agotados, con una agricultura de bajo rendimiento, una industria obsoleta, un sector militar sobredimensionado, una población con un bajo nivel de consumo. La productividad era muy baja, con un despilfarro de los recursos financieros, energéticos, humanos, etc. Un agricultor soviético alimentaba a 8 personas, por 65 de un norteamericano; escaseaban los artículos de primera necesidad; la calidad de los productos era ínfima; no se desarrolló la informática ni las telecomunicaciones; en los años 80 se entró en recesión, con inflación, desempleo y déficit público; creció la mortalidad infantil (prueba del retroceso sanitario) y bajó la esperanza de vida. Todo ello sin iniciativas que dieran esperanza de cambiar esta situación agonizante.

4. LA PERESTROIKA: SU SENTIDO GENERAL.
La perestroika significa en ruso “reestructuración”. Fue la respuesta a la crisis. Gorbachov llegó al poder en marzo de 1985, pero sus primeras medidas llegaron meses después. Hubo tres fases: 1) 1985-1987, 2) 1987-1990, 3) 1990-1991.
1) 1985-1987. De tímido tanteo, con el inicio de la Glasnost (transparencia informativa) y de la apertura internacional (negociaciones de desarme). Las reformas buscaban más disciplina.
2) 1987-1990. De reformas, con el debate sobre el modelo económico (más liberal) en 1987, la apertura política interna (hacia las elecciones libres) en 1988, la negociación del desarme internacional (necesaria para reajustar la economía) y la retirada de Afagnistán en 1990.
3) 1990-1991. Desde el verano de 1990 la crisis política y económica estalló de modo confuso: la reforma radical que se anunciaba se paró en el otoño de 1990 (represión del nacionalismo y de la oposición, medidas económicas poco audaces), para reactivarse en la primavera de 1991 al comprobar la imposibilidad de continuar sin reformas: se buscó una nueva Constitución que garantizara los derechos de las repúblicas y satisfaciera los nacionalismos, junto a una reforma económica liberal. Pero ocurrió el reaccionario golpe de Estado de agosto de 1991, fracasado, que conllevó la desintegración de la URSS en diciembre.
Las más difundidas interpretaciones de la perestroika son cuatro:
- Una reforma dentro del sistema, sólo para remediar sus peores lacras y así poder salvarlo.
- Un intento revolucionario de cambiar el sistema político y económico, desde el comunista, hacia la democracia parlamentaria y la economía de mercado.
- Una reforma profunda del sistema, para actualizar el socialismo, con la participación revolucionaria del pueblo.
- Un proceso de medidas inconexas, de soluciones lanzadas por Gorbachov con una total improvisación a medida que surgían los problemas. Es la más probable. En todo caso, el fracaso de Gorbachov no es achacable en todo a él, sino a los dirigentes del PCUS, y logró la instauración de la democracia.

5. LA PERESTROIKA: LAS REFORMAS POLÍTICAS.
En la primera fase fueron muy pocas, orientadas a facilitar la Glasnost o transparencia informativa. Gorbachov fue sustituyendo paulatinamente a los conservadores, en lucha contra su líder, Ligachov. Desde 1988 el proceso mejoró, con una mayor participación de la población, aunque sin poner en cuestión el monopolio del PCUS. En marzo de 1989 se eligió un Congreso de Diputados (que nombró un Soviet Supremo), con elección de disidentes (Sajarov) o comunistas críticos (Yeltsin). La Federación Rusa y las otras eligieron sus Soviets y sus ayuntamientos en los años 1990 y 1991, con elecciones libres en las que surgieron los nacionalismos y nuevos políticos demócratas. Yeltsin fue elegido presidente del Soviet de Rusia en 1990, consiguiendo así una legitimidad democrática que no tenía Gorbachov (hubiera podido conseguirla entonces y ese fue un grave error). El centro (Gorbachov, el Gobierno, el PCUS) se vació de poder en favor de las repúblicas y los nacionalismos.

6. LA PERESTROIKA: LAS REFORMAS ECONÓMICAS.
En 1987, tras un debate, se aprobó la Ley de Empresas del Estado, dando mayor libertad a los directivos y creando un mercado interno. No entró en funcionamiento debido a la falta de una libre regulación de precios y a que las empresas se acogieron al viejo y seguro sistema de los pedidos del Estado. Aparecieron cooperativas de trabajo privado. En el verano de 1990 comenzó el debate para sustituir la Ley, para frenar la crisis económica. La reforma radical de Shatalin fue rechazada, pero en la primavera de 1991 pareció que se impondría cuando el golpe de Estado rompió la disciplina del sistema y los intercambios entre las repúblicas y el centro. La crisis se agravó sin freno, con un capitalismo “salvaje”, con múltiples negocios dirigidos por la propia nomenklatura comunista (directivos de las empresas, burócratas del partido), configurada como reconvertida vieja/nueva clase dirigente.

7. LA PERESTROIKA: LOS PROBLEMAS ECOLÓGICOS.
Los recursos materiales fueron sobreexplotados por el régimen soviético, con agresiones medioambientales gravísimas, al predominar las consideraciones de desarrollo sobre las ambientales. Los escasos recursos económicos no se dedicaban a proteger el medio ambiente. En abril de 1986, el accidente de la central de Chernobil planteó la gravedad del problema de la seguridad de las anticuadas centrales nucleares. Las Fuerzas Armadas han utilizado grandes extensiones para sus ensayos de bombas atómicas. Preocupa la desecación del Mar de Aral en Asia Central o la salinización y desertización de millones de has. La contaminación afecta a numerosas ciudades y regiones industriales, a lagos, ríos y cuencas fluviales. Los efectos de todo esto sobre la salud de la población son graves. La perestroika permitió conocer estos problemas y que naciera un joven movimiento ecologista.

8. LA PERESTROIKA: LA TRANSPARENCIA.
La principal aportación de Gorbachov fue la Glasnost, la transparencia, que supuso un giro radical respecto a la ausencia de información veraz de la etapa anterior. La libertad de expresión fue casi total, empezando tal vez con el caso de Chernobil, en abril de 1986. La sociedad soviética fue protagonista del debate, se pudo informar sobre las Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad, se revisó la historia oficial (se rehabilitaron numerosos personajes), se editaron muchas obras literarias prohibidas, se recuperaron las formas culturales de las nacionalidades (lo que fomentó el nacionalismo), hubo un renacimiento religioso, penetraron las ideas y costumbres occidentales (películas, literatura, música, ocio, moda, etc.).

9. LA PERESTROIKA: LOS ESTALLIDOS NACIONALES.
La URSS era una compleja realidad nacional, con decenas de etnias y nacionalidades, religiones y lenguas. La Glasnost hizo posible la expresión de las diferencias nacionales. Se exigió la descentralización, la autonomía real, pues la anterior había sido una ficción pese a las instituciones federales. Muchos cuadros locales del PCUS se reconvirtieron al nacionalismo para mantener sus posiciones de poder. Las tensiones nacionales estallaron en: A) Los países bálticos (Lituania, Letonia, Estonia), B) El Cáucaso (Georgia, Armenia, Azerbaiyán), C) El Asia Central (Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguizia), D) Rusia (con peticiones de pueblos asiáticos), Ucrania y Bielorrusia, E) Moldavia y otras nacionalidades.
En 1990-191 la mayoría de las nacionalidades hicieron declaraciones de soberanía, situando sus leyes por encima de las de la URSS. La caída de la URSS en 1991 dio paso a una Comunidad de Estados Independientes (CEI), que no funcióno pese a los recurrentes intentos de revitalizarla.

10. LA PERESTROIKA: LAS FUERZAS ARMADAS.
Las Fuerzas Armadas históricamente fueron muy importantes en la vida política soviética, por su estrecha relación mutua con el PCUS. Era un Ejército ideologizado, pero también muy protegido en recursos económicos, constituyendo un Estado dentro del Estado. La crisis económica supuso problemas laborales y sociales para los oficiales (menos salarios y condiciones sociales), se redujo el contingente de reclutas (por insumisión) así como la formación y los recursos para su mantenimiento, el armamento se quedó obsoleto, se redujo la capacidad defensiva, así como la caída del Pacto de Varsovia debilitó internacionalmente la capacidad militar soviética, la reconversión de la industria militar a la civil fue muy difícil, los militares se dividieron en comunistas conservadores y reformistas (un enfrentamiento que derivó en equilibrio que evitó la lucha en agosto de 1991). Pese a todo ello la perestroika consiguió mantener el control de las Fuerzas Armadas, la institución que mejor ha resistido la crisis soviética.

11. LA PERESTROIKA: LA POLÍTICA EXTERIOR.
La perestroika supuso un cambio en la política exterior. Se abandonó la voluntad de hegemonía mundial para concentrarse en los problemas internos, se abogó por los acuerdos de control de armamentos con EE UU, la resolución pacífica de los conflictos internacionales, la normalización de relaciones con todos los Estados, se reconocía la libertad política de sus aliados del Este europeo (lo que implicó por omisión la caída del comunismo, simbolizada por la caída del Muro de Berlín). Desaparecieron el Pacto de Varsovia y el Comecon. La libertad para las inversiones extranjeras fue poco aprovechada. Las relaciones con el Tercer Mundo se desideologizaron y se hicieron más interesadas comercialmente. Se retiró de Afganistán en 1989 y apoyó a EE UU en la guerra del Golfo de principios de 1991.

12. LA COMUNIDAD DE LOS ESTADOS INDEPENDIENTES.
La CEI nació en diciembre de 1991, formada por Rusia, Ucrania y Bielorrusia, y en dos semanas se unieron ocho repúblicas más: Armenia, Azerbaiyán, Kazajstán, Turkmenistán, Uzbekistán, Tayikistán, Kirguizia y Moldavia. Tan sólo Lituania, Letonia y Estonia se mantuvieron apartadas, pues Georgia pidió su incorporación en 1993. Es el embrión de una unión semejante a la la Unión Europea, pero ha tenido grandes problemas para establecer acuerdos conjuntos.
La CEI se caracteriza por:
- Las tensiones nacionales y los conflictos bélicos (Moldavia, Armenia-Azerbaiyán, Georgia, Tayikistán).
- El fortalecimiento del nacionalismo ruso.
- La división de la fuerza nuclear (Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Kazajstán) y de la flota del Mar Negro (Rusia, Ucrania).
- Las demandas de autonomía y secesión en muchas repúblicas (Rusia -Chechenia-, Moldavia, Georgia).
- La crisis económica y la tendencia al autoritarismo.
Taibo hace un estudio de la reciente evolución de la política de los Estados más conflictivos de la CEI: Ucrania, Bielorrusia, Moldavia, Georgia, Azerbaiyán, los de Asia Central y el Báltico. Destaca que en muchos han vuelto al poder las antiguas élites comunistas y que el autoritarismo está en boga.

13. LA FEDERACIÓN RUSA: POLÍTICA, ECONOMÍA Y FUERZAS ARMADAS.
La política de Yeltsin era básicamente impredecible. Era un gran improvisador, que basaba su poder en el apoyo popular, sin un partido político que lo organizase.
En política hubo una desintegración del poder, de hecho en manos de los burócratas locales, mientras en Moscú se gobernaba por decreto, sin el referendo del Parlamento, sin una clara división entre los tres poderes. En 1992-1993 hubo un duro enfrentamiento entre el Gobierno y el Parlamento de 1990. Las elecciones y el referéndum constitucional de diciembre de 1993 marcaron el presidencialismo posterior, aislado de un Parlamento con fuerte presencia comunista y ultranacionalista. Los patidos democráticos estaban divididos y alcanzaban unas dimensiones demasiado pequeñas.
La situación económica se deterioraba gravemente, con reducción del PNB y del empleo, alta inflación, creciente déficit público, deficitaria balanza de pagos. La sociedad se polarizó, con grandes grupos sociales marginados (ancianos, mujeres, parados, minorías).
Prosiguieron tres tipos de economía: a) estatal colectiva, b) de trueque, c) la nueva economía dirigida por la nomenklatura, con un hipercapitalismo salvaje, mafioso. Esta última era la pujante, con enormes beneficios y apoyaba a Yeltsin contra las aspiraciones de marcha atrás de los comunistas. Las inversiones extranjeras fueron escasas debido a la arriesgada y difícil situación.
Las Fuerzas Armadas se debilitaron en efectivos y armamento, en moral y nivel de vida. Pero se mantuvieron bajo la autoridad presidencial, por la falta de alternativas válidas.

14. LA FEDERACIÓN RUSA: VERTEBRACIÓN NACIONAL Y POLÍTICA EXTERIOR.
Hubo muchos problemas de organización territorial, con las repúblicas y regiones asumiendo todo el poder posible, contra un gobierno de Moscú que ha recentralizado el poder desde 1992. El conflicto de Chechenia se ha convertido desde finales de 1994 en una verdadera guerra de Rusia contra una minoría étnica, sin posibilidades de compromiso a corto plazo.
La política exterior se ha polarizado entre occidentalistas y orientalistas, los primeros partidarios de acercarse a Occidente, los segundos de recuperar la posició hegemónica en la URSS y enfrentarse a Occidente. Hay una gran preocupación en las filas nacionalistas por la extensión de la OTAN [apostilla personal: el ascenso al poder de Putin ha sido la respuesta].
Pese a los problemas de toda índole hay muchos datos para la esperanza sobre el futuro de Rusia, por sus enormes potencialidades humanas y económicas.

15. “EUROPA DEL ESTE”: UN CONCEPTO PROBLEMÁTICO.
La Europa del Este la comprendían los Estados comunistas transformados bajo el dominio soviético tras la II Guerra Mundial: Polonia, RDA, Checoslovaquia, Hungría, Rumanía y Bulgaria, más Yugoslavia y Albania (con partidos comunistas que vencieron en la resistencia frente al invasor nazi sin el apoyo ruso por lo que gozaron de autonomía respecto a la URSS).
Mientras el triunfo comunista en 1917 en la URSS se debió a una revolución interna, en estos países el comunismo venció a partir de 1945 por la presencia del ejército soviético, lo que les restaba legitimidad. No había rasgos uniformes en estos países, que pueden dividirse a grosso modo, en Norte (Polonia, RDA, Checoslovaquia y Hungría), y Sur (Rumanía, Bulgaria, Yugoslavia y Albania). El Norte con previas experiencias democráticas y más desarrollo económico. El Norte fue mucho más controlado por la URSS, con varias intervenciones militares para evitar la disidencia.

16. LOS ESTADOS DE LA EUROPA CENTRAL EN LA ÉPOCA SOVIÉTICA.
Los Estados comunistas fueron impuestos por una potencia agresiva, la URSS, y tuvieron un escaso apoyo popular. Carecieron de vertebración política y las minorías fueron sojuzgadas. El Pacto de Varsovia garantizó el dominio soviético, plasmado mediante intervenciones militares que liquidaban a los disidentes cuando estos parecían inclinar la balanza en contra de la URSS.
En economía, se reprodujeron las estructuras soviéticas, con la planificación centralizada. El Comecon propició una división interna del trabajo: unos era Estados industriales y otros agrarios, dependiendo todos de la energía (petróleo, gas) de la URSS.
En ecología, el medio ambiente fue muy agredido.

17. LOS CAMBIOS EN POLONIA, HUNGRÍA, RDA, REPÚBLICA CHECA Y ESLOVAQUIA.
Desde 1985 la URSS había relajado su dominio sobre la Europa del Este, mientras dejaba de apoyar económica y militarmente a sus aliados. En 1989 la crítica situación de estos, con una crónica falta de apoyo popular y una mala situación económica, estalló en una serie de cambios históricos, con muy poca o ninguna conflictividad sangrienta. Pocos años después la situación general era la de una democracia bastante desarrollada, problemas económicos y sociales, una derecha desprestigiada por su fracaso en la gestión, la vuelta al poder de los herederos demócratas de los partidos comunistas, una occidentalización muy fuerte tanto en lo económico como en la política exterior (todos quieren entrar en la UE y en la OTAN) y la retirada de las fuerzas soviéticas.

POLONIA.
El movimiento sindical y político Solidaridad, apoyado por la Iglesia católica y dirigido por Lech Walesa, se organizó con eficacia y perduró tras la represión impuesta por la URSS mediante el general moderado Jaruzelski en 1982. La nueva situación política con la perestroika permitió que en 1988 se acordara entre el gobierno y Solidaridad una democratización. En junio de 1990 Solidaridad arrasó en las elecciones al Senado (99 de los 100 escaños) y uno de sus miembros, Mazowiecki, fue elegido primer ministro, en cohabitación con Jaruzelski. En diciembre de 1990 Walesa fue elegido presidente, iniciando un periodo presidencialista. El duro ajuste económico y la crisis social favorecieron en 1993 la derrota de la derecha y el ascenso de los ex-comunistas de AID y de los campesinos, antiguos aliados suyos. Walesa se desprestigió ante el pueblo. Actualmente, 1996, los ex-comunistas tienen la presidencia de la república y el gobierno, en coalición.

HUNGRÍA.
El régimen comunista húngaro, dirigido por Kadar, había sido desde 1956 el más liberal en lo político y económico. En 1988 Kadar fue sustituido por Grosz, que planteó profundas reformas democráticas y económicas. Los comunistas se reconvirtieron en socialistas, pero en las elecciones de marzo-abril de 1990 consiguieron sólo un 11% de los votos. La derecha gobernó, con Antall, pero el (moderado) ajuste económico la desprestigió. En mayo de 1994 los socialistas volvieron al poder con un 35% de los votos y Horn se convirtió en primer ministro.

RDA.
El cambio fue espectacular. La desaparición del muro de Berlín en noviembre de 1989 fue el símbolo de la caída del bloque del Este. La fuga de ciudadanos a la RFA llevó al cambio de Honecker por Krenz y luego por Modrow, en un partido comunista que cambió aceleradamente, pero que siempre fue superado por la velocidad de los acontecimientos. Fue una revolución desde la base. Decidida por Kohl y Gorbachov la inevitable reunificación de los dos Estados alemanes, las elecciones de marzo de 1990 dieron el triunfo a la democracia cristiana, con una derrota de los socilademócratas y unos aceptables resultados de los antiguos comunistas de Gysi. En octubre de 1990 se producía formalmente la reunificación en Alemania y la integración en la UE y la OTAN, con una progresiva retirada soviética. La integración ha sido muy difícil por las diferencias entre los sistemas capitalista y comunista, pero en 1996 parece que lo más importante ya se ha realizado.

CHECOSLOVAQUIA: REPÚBLICA CHECA Y ESLOVAQUIA.
El movimiento “Carta 77” y el Foro Cívico, este dirigido por el escritor Havel, contaban con un amplio apoyo popular, mientras el partido comunista se dividía entre conservadores y reformistas. En diciembre se produjo el rápido e incruento cambio, la “revolución de terciopelo”, llegando Havel al poder. En junio de 1990 las elecciones daban al triunfo al Foro Cívico en Chequia y al gemelo VPN en Eslovaquia. Entonces surgieron los problemas nacionalistas en ambas nacionalidades: un proceso imparable de exigencias mutuas entre el primer ministro Klaus (FC) y Meciar (VPN), llevó a la separación en 1993, en la que Eslovaquia llevó la peor parte, por su mala situación económica. Mientras la república Checa ha afrontado un profundo y eficaz proceso democratizador y capitalista, con fuertes inversiones extranjeras y un elevado nivel de empleo, Eslovaquia sufre el autoritarismo de Meciar, la permanencia del sector estatal y la represión de las minorías húngara y gitana.

18. LOS CAMBIOS EN RUMANÍA, BULGARIA Y ALBANIA.
Las tensiones políticas en estos países han sido mucho más graves que en los norteños.

RUMANÍA.
La brutal dictadura (casi feudal) de Ceasescu impedía el cambio democrático. La revolución popular derivó en una breve guerra civil entre el aparato policial de la represión, la Securitate, y las fuerzas populares, apoyadas por el Ejército. Ceasescu fue ajusticiado y hubo cientos o miles de víctimas. Pero los beneficiarios fueron los miembros marginados del partido comunista, organizados en el Frente de Salvación Nacional (FSN), no la población. El presidente Iliescu y el primer ministro Roman realizaron tímidas reformas, manteniendo un modelo “neoburocrático”. La oposición liberal ha sufrido varias derrotas electorales ante la izquierda (FSN), aliada con partidos nacionalistas, sojuzgando a la minoría húngara.

BULGARIA.
El más fiel aliado de la URSS, cambió pacíficamente, con la sustitución de Zivkov por Mladenov en noviembre de 1989 y la reconversión de los comunistas en socialistas, habiendo mantenido el poder político salvo un breve e inestable periodo de gobierno de la derecha. El problema de la minoría turca ha mejorado notablemente y la economía agraria ha sufrido menos que otros países el cambio.

ALBANIA.
Los cambios fueron tardíos. La muerte del líder histórico, Hoxha, en 1985, dio paso a Ramuz Alia, que a partir de 1990 comenzó las reformas y fue sustituido en abril de 1992 por el opositor Berisha, un musulmán reformista, demasiado autoritario. La situación económica es la más desastrosa del Este, con la huida masiva de miles de personas. En diciembre de 1994 fue rechazado en referéndum el proyecto de Constitución demasiado presidencialista. Hay un enfrentamiento con Serbia a causa de los albaneses de Kosovo, y con Grecia por otra minoría albanesa en el Norte griego.

19. EUROPA CENTRAL HOY: UNA CARACTERIZACIÓN GENERAL.
- Hubo numerosos problemas políticos: la abstención es muy alta; los partidos políticos están poco asentados y sufren numerosas escisiones, salvo los herederos del comunismo; hay una peligrosa tendencia al presidencialismo y al autoritarismo.
- Los partidos comunistas (rejuvenecidos, reconvertidos o derivados en socialistas democráticos o autoritarios) retornaron pronto al poder o se mantuvieron en casi todos los casos. La única excepción notable es la república Checa, con una poderosa derecha gobernante. Las causas son el desprestigio de las derechas que hicieron una “salvaje” reconversión al capitalismo con un terrible costo social, la mejor organización de los partidos de izquierda ex-comunista y el poder de las antiguas nomenklaturas.
- Se sufrió una generalizada y profunda crisis económica y social, escasa competitividad internacional, alta inflación y paro, y problemas ecológicos.
- Padecieron el encarecimiento de las fuentes de energía (petróleo, gas natural) provenientes de la URSS, un fuerte endeudamiento exterior, la falta de inversiones extranjeras y de ayuda financiera internacional. La desintegración del Comecon y del Pacto de Varsovia les llevó a insistentes peticiones de integración en la UE y la OTAN, que chocan con las presiones contrarias de Rusia, que desea recuperar su hegemonía anterior. [Apostillo que la posterior entrada en la UE de la RDA a través de la unificación alemana, seguida después por Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Lituania, Letonia, Estonia, Rumanía, Bulgaria y Croacia, han activado importantes programas de ayuda de la UE que han coadyuvado notablemente al desarrollo económico, social y político de estos países].

20. LOS CONFLICTOS YUGOSLAVOS: LA GESTACIÓN.
Los conflictos yugoslavos desde 1991 desembocaron en una guerra civil primero e internacional después, entre los Estados federales de la antigua Yugoslavia, que desapareció, dividida en República de Yugoslavia (reducida a Serbia y Montenegro, conservando el dominio sobre Kosovo, de mayoría albanesa, y Voivodina, de fuerte minoría húngara), Croacia, Eslovenia y Macedonia, y Bosnia, dividida en dos entidades: la república de Bosnia (musulmano-croata) y la república serbobosnia, enfrentadas en tres nacionalidades definidas por las religiones musulmana (bosnios), cristiana ortodoxa y cristiana católica (croata).
Los antecedentes yugoslavos invitaban al optimismo, con un Estado plurinacional que había conseguido respetar la descentralización espacial del poder en un Estado comunista, pero bastante liberal, con una economía autogestionaria, de un buen nivel de vida comparado con el de los otros países comunistas.
- La división religiosa, lingüística, étnica del país era muy compleja, con fuertes minorías en casi todos los territorios, de manera que las nacionalidades estaban muy repartidas entre las diferentes repúblicas, con muchos matrimonios mixtos. Se estaba consiguiendo una adecuada integración nacional, un “melting pool” semejante al de EE UU, cuando en 1991 la desintegración del país llevó a la ruptura traumática de este proceso. La presencia de minorías en diferentes territorios se convirtió de repente en un acicate para los conflictos, al lanzar algunos políticos comunistas-nacionalistas (sobre todo el serbio Milosevic) una virulenta campaña xenófoba para afianzarse en el poder mediante la movilización de las masas. Los serbios pretendieron crear una Gran Serbia sobre los territorios vecinos de Croacia (eran mayoría en las regiones de Eslavonia y Krajina) y Bosnia (dominaban algunas comarcas).
- En los años 70 y 80 Yugoslavia había sufrido una dura crisis económica, con el fracaso del modelo autogestionario y fuertes desequilibrios económicos y sociales, entre un Norte rico (Eslovenia, Croacia) y un Sur pobre (Montenegro, Kosovo, Macedonia), mientras que el Centro tenía una situación media.
-.Las zonas rurales estaban muy deprimidas, concentrándose la riqueza y los servicios en las ciudades. No en vano en la guerra los peores extremistas han procedido del campo, mientras que los más moderados y tolerantes eran los ciudadanos.
- Las Fuerzas Armadas, dominadas por los oficiales serbios, tenían empero cierta descentralización, que permitió la defensa territorial de las nuevas repúblicas y que se mantuviera el conflicto bélico.
- El relativo liberalismo del régimen yugoslavo, en 1990-91 se convirtió en un relativo conservadurismo por comparación, después de la caída de los demás regímenes comunistas.
- La muerte en 1980 del carismático presidente de Yugoslavia, el croata Tito, héroe de la resistencia contra los nazis, permitió el ascenso de nuevos políticos, demagógicos, comunistas nacionalistas y autoritarios, como Milosevic, que pretendían hacerse con el control del poder, sin un proyecto de unión de los pueblos de la antigua Yugoslavia. Sin un proyecto unitario de corte confederal, el conflicto era inevitable.

21. LOS CONFLICTOS YUGOSLAVOS: EL DESPLIEGUE.
El independentismo de las repúblicas derivó en:
Eslovenia y Croacia se independizaron rápidamente, en junio de 1991. Eslovenia se libró del conflicto porque tenía escasas minorías en su seno y Serbia la dejó en paz.
Croacia, en cambio, vivió desde principios de 1991 un dura guerra en los territorios de Eslavonia y Krajina, con un bestial “limpieza étnica” de los serbios sobre los croatas que vivían en estos territorios, que fueron asesinados o expulsados. Pero los croatas, dirigidos por el general ultranacionalista Tudjman, también alentaron el conflicto al negar cualquier posibilidad de autonomía a los serbios. La mutua desconfianza derivó en la espantosa guerra, con cientos de miles de refugiados, decenas de miles de muertos (muchos en un genocidio organizado a sangre fría), violaciones y saqueos sistemáticos, etc. Desde la II Guerra Mundial no se recordaba en Europa tanta brutalidad. Los serbios se hicieron con Eslavonia Occidental y Oriental, y la Krajina, y las retuvieron hasta mayo y agosto de 1995, cuando el rearmado ejército croata las recuperó, contando con la pasividad de Serbia, que no podía enfrentarse a las presiones de la comunidad internacional. Hoy sólo queda en manos serbias la Eslavonia Oriental, que linda con Serbia. [Taibo se refiere a 1996, posteriormente Croacia invadió y ocupó este territorio]
- El conflicto dentro de la república de Bosnia-Herzegovina comenzó poco después del referéndum de autodeterminación de febrero de 1992. El equilibrio entre las tres comunidades, bajo el presidente Izetbegovic (desde 1990), se rompió por las presiones serbias, que lanzaron una sangrienta campaña de “limpieza étnica”, al peor estilo nazi: ejecuciones masivas, violaciones, expulsiones, deportaciones, saqueos, incendios, bombardeos artilleros y disparos indiscriminados. Los máximos responsables serbobosnios, el presidente Karadzic y el general Mladic, con el apoyo de Milosevic, organizaron desde el poder una política de genocidio. Casi 200.000 muertos y 1.500.000 refugiados han sido parte del espantoso precio, mientras Occidente guardaba una prudencia cómplice por temor a intervenir en el “avíspero de los Balcanes”, que ya había provocado la I Guerra Mundial. Las opiniones públicas (conmovidas por las aterradoras imágenes) de Europa Occidental, EE UU y los países árabes estaban a favor de las víctimas bosnias, pero la URSS y algunos países de religión ortodoxa apoyaban a Serbia y los serbiobosnios, amenazando con intervenir en su favor. Las muy poco eficaces fuerzas de pacificación de la ONU mantuvieron la ficción moral de que se intervenía en defensa de la paz, pero eran sólo testigos inútiles de la guerra. Incluso los croatas intentaron imponerse a sus circunstanciales aliados bosnios musulmanes, y entre estos estallaron duras luchas civiles: durante un tiempo todos luchaban contra todos. Finalmente se consiguió imponer duras medidas de aislamiento internacional a Serbia, sobre todo económicas, y el debilitamiento de la URSS redujo su capacidad de influir en los Balcanes. En 1995, por fin, EE UU decidió intervenir, ante la inacción de los europeos, y los bombardeos aliados acabaron pronto con la resistencia serbobosnia. Una ofensiva bosnio-croata en noviembre de 1995 permitió la recuperación de un amplio territorio y alcanzar un alto el fuego, bastante bien seguido (hasta por lo menos abril de 1996, cuando esto se escribe). Serbia quiere la paz y parece haber abandonado parcialmente a sus aliados en Bosnia: la prioridad es levantar el embargo internacional. El futuro de Bosnia, en todo caso, parece incierto: hay demasiado odio entre las tres comunidades y los límites se han trazado con sangre.
En Kosovo la situación es muy delicada, con una población albanesa en un 90% que sufre la opresión serbia. Sólo el miedo albanés a que ocurra lo mismo que en Bosnia y el miedo serbio a que la comunidad internacional intervenga ha evitado el comienzo de las hostilidades.
En Macedonia la situación ha mejorado notablemente, con el reconocimiento griego y serbio en 1996, más la ayuda de EE UU, que ha estacionado tropas de garantía.
La internacionalización de la guerra en Yugoslavia es un grave peligro. A grosso modo se han establecido dos bandos: 1) Serbia, Grecia, Rumanía y el apoyo de la URSS. 2) Bosnia, Croacia, Bulgaria, Albania, Macedonia, Turquía y el apoyo de EE UU y de la mayor parte de la UE.

22. LOS CONFLICTOS YUGOSLAVOS: CONCLUSIONES.
- Hay una reaparición de la Historia, con enfrentamientos entre etnias (culturas, lenguas, religiones), antes que entre ideologías o sistemas económicos. No ha habido una lucha entre comunismo y democracia liberal. Pero si ha habido un enfrentamiento entre el modelo de convivencia y tolerancia que preconizaba el gobierno bosnio y el modelo exclusivista y xenófobo de los serbios y croatas.
- Hay que distinguir entre pueblos y gobiernos. Aquellos no han sido los autores de la guerra sino estos [Surge la pregunto de si no es demasiado bien intencionado Taibo? ¿Cabe exculpar genéricamente a los pueblos que han apoyado masivamente a sus gobiernos?].
- Las causas de los conflictos son endógenas, se deben a viejas rencillas entre pueblos y nuevos problemas entre las élites políticas.
- Es inevitable que haya varios Estados en los restos de la antigua Yugoslavia. El más incierto es Bosnia, dividido entre tres comunidades muy enfrentadas entre sí. Taibo apuesta por una futura confederación sobre toda Yugoslavia, basada en la lengua, el pasado común, la economía, etc.
- Hay una tendencia común en Serbia y Croacia hacia el nacionalismo y el autoritarismo, junto al militarismo.
- Se está repitiendo la Historia de principios del siglo XX, con los mismos bloques internacionales.

23. LAS CONSECUENCIAS INTERNACIONALES DE LA CRISIS.
- La primera consecuencia de la desintegración del bloque soviético ha sido el debilitamiento de la política de bloques, mientras EE UU surge como la única superpotencia militar, con un evidente dominio de la política de la ONU, que se ha occidentalizado. El control de armamentos es mucho más sólido que en cualquier momento pasado y la amenaza de la guerra nuclear ha amainado casi por completo. Por contra, menudean pequeñas guerras en el Tercer Mundo.
- Siguen, sin embargo, las antiguas zonas de influencia, como si Occidente temiera molestar al gigante ruso. Así ha sido muy pasiva la actitud ante las peticiones de los países del Este para entrar en la OTAN y apenas se critica la dura represión rusa sobre Chechenia. Rusia, de hecho, está desarrollando su viejo imperialismo sobre las zonas contiguas, pero a cambio ha renunciado a la expansión sobre el hemisferio Sur.
- El espacio económico de los países del Este tiene una creciente dependencia externa: comercio, financiación. El capitalismo está sólo en su inicio, con gravísimos problemas de obsolescencia de la planta industrial, improductividad, derroche energético, desequilibrios sociales, etc. En cambio tiene una numerosa y bien preparada mano de obra, unos grandes recursos energéticos y de materias primas, un amplio mercado interno, etc. Parece evidente que el futuro será mucho más positivo que el presente y ya tenemos indicios de ello: reducción de la inflación, mejoras en la producción, nacimiento de una clase de empresarios nacionales, competitividad internacional, etc.
- Las ayudas externas de Occidente se han desviado en parte a los países del Este, mientras que los países del Tercer Mundo que dependían de la ayuda soviética (Cuba, Vietnam, Angola) la han perdido, con lo que han retrocedido económicamente o se han reconvertido al capitalismo.
- Los propios Estados occidentales han debido amoldarse al fin de la Guerra Fría: expansión económica hacia el Este, reconversión de la industria militar en civil.

24. CONCLUSIONES GENERALES.
- El legado burocrático. Hay aún una excesiva burocratización de la vida política, económica y social. El Estado sigue teniendo muchas empresas, controlando gran parte de la vida económica, la administración tiene una gran proporción de la población activa.
- Una activa tercermundización. Aunque quieren integrarse en el capitalismo la tendencia es la de quedar como un bloque marginal, abastecedor de materias primas, energía y productos semielaborados. El capitalismo occidental no quiere competidores sino fuentes de suministro y mercados para su industria [Aunque Taibo cree que el Este será parte del Tercer Mundo, parece más apropiado asignarlo al Segundo Mundo].
- ¿Un nuevo autoritarismo? El autoritarismo está en ascenso, basado en el presidencialismo (el líder carismático que salva el país de los problemas), el nacionalismo y el militarismo. El Este se ha convertido en un factor desestabilizador.
- La singularidad del sustrato histórico. Aparece una continuidad en el desarrollo histórico de la URSS, una conexión entre el zarismo, el comunismo y el capitalismo actual, con rasgos propios de autoritarismo, economía colectiva, etc.

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