EL PROCESO DE URBANIZACIÓN EN LAS ISLAS BALEARES COMO
CONSECUENCIA DEL DESARROLLO TURÍSTICO INSULAR.
Resumen y comentario de artículo: Salvà Tomàs, Pere. El
proceso de urbanización en las islas Baleares como consecuencia del desarrollo
turístico insular. En libro: AA.VV. Los procesos de urbanización:
siglos XIX y XX. Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. Alicante.
1991. pp. 117-125.
1. INTRODUCCIÓN.
Analiza el proceso de urbanización en las Islas
Baleares desde 1857, con sus características generales. El crecimiento de la
población urbana fue muy lento al principio, sólo vegetativo en Palma hasta el
decenio de 1950, con el crecimiento turístico, combinado con un éxodo rural
hacia Palma.
2. CRECIMIENTO Y CONCENTRACIÓN DE LA POBLACIÓN EN LOS
MUNICIPIOS URBANOS (MÁS DE 10.000 HABITANTES).
El crecimiento absoluto se ha centrado en los
municipios de más de 10.000 habitantes, que pueden ofrecer el atractivo de un
mayor nivel de servicios, rompiendo con el equilibrio de poblaciones medianas y
pequeñas que había en los tres primeros decenios del siglo XX. Así, se ha
pasado de un porcentaje de estos municipios sobre el total de población que era
en 1900 de 1/3 hasta 3/4 en 1986. El crecimiento comenzó en el decenio 1920-30,
al pasar de un 35,31% al 41,97% y en 1940 al 53,14%Hay un relativo
estancamiento del crecimiento relativo en el periodo 1940-60, llegando en 1960
al 57,44% para dispararse a continuación hasta el 77,56% de 1986. La tendencia
es aumentar la concentración de la población en los municipios medianos de la
costa (Calvià, Alcúdia, Eivissa, etc.), con una población entre 20.000 y 50.000
habitantes. Esta dicotomía entre municipios expansivos y recesivos se explica
por los dos modelos socio-económicos y de organización territorial que definen
la etapa preturística y la turística. El primero, anterior a 1955, era agrario,
conservador, tradicional, con pequeñas y medianas poblaciones. El segundo,
posterior a 1955, era terciario, moderno, con poblaciones urbanas cada año más
densas.
3. EL PROCESO DE CONCENTRACIÓN DE LA POBLACIÓN EN LOS
MUNICIPIOS CON FUNCIÓN DE CAPITALES INSULARES.
3.1. LA MACROCEFALIA DE PALMA DE MALLORCA.
Palma concentra históricamente la mayor parte de la
población de las Islas, pero hasta el decenio de 1950 su crecimiento se debía
sólo al crecimiento vegetativo y al éxodo rural desde la Part Forana. Desde
entonces se ha beneficiado de una gran aportación de inmigrantes venidos de la
península. En 1986 tenía el 40% de la población de las islas. Se beneficia de
la concentración en su seno o en su entorno de la administración pública, la
mayoría de las grandes empresas industriales, financieras y de servicios, la
infraestructura de comunicaciones (a nivel interinsular, nacional e
internacional), la universidad, los servicios hospitalarios, los equipamientos
culturales. La población en 1857 era de 53.382 habitantes, con un porcentaje
sobre Mallorca del 26,16% y sobre Baleares del 20,3% mientras que en 1986 tenía
321.102 habitantes, con un porcentaje sobre Mallorca del 51,77% y sobre
Baleares del 42,65%
3.2. EL PAPEL DE LAS CIUDADES DE MAÓ Y EIVISSA, COMO
INDICATIVO DEL PROCESO DE URBANIZACIÓN DE LAS POBLACIONES MENORQUINA E
IBICENCA.
Ambas ciudades asumen el papel de capitales insulares
en sus ámbitos, concentrando en menor número absoluto pero en semejante grado
relativo las ventajas de aglomeración que presenta Palma para Mallorca y que
reseñábamos arriba. Maó, con un crecimiento muy suave, ha pasado de los 17.144
habitantes de 1900 (45,62% de la isla de Menorca) a los 21.668 de 1986
(35,46%), mientras que Eivissa ha pasado de los 6.327 habitantes de 1900
(26,85% de la isla de Eivissa) a los 328.140 de 1986 (39,56%).
3.3. EL ÍNDICE DE URBANIZACIÓN DE LA POBLACIÓN ACTIVA.
En 1989 más del 90% de la población activa trabaja en
actividades urbanas, las secundarias (27,1%) y sobre todo terciarias (66,3%),
en acusado contraste de los municipios agrícolas en decadencia con respecto a
los pujantes municipios turísticos. La redistribución de la población y la
inmigración han alterado profundamente la estructura demográfica y sus pautas
de comportamiento. Si el sector agrario empleaba en 1997 al 71,05% de la
población activa, en 1989 sólo lo hacía al 6,6% (con tendencia a disminuir aun
más y con alto porcentaje de trabajo a tiempo parcial, compartido con otros
sectores).
4. CONCLUSIÓN.
El proceso de de urbanización ha crecido
extraordinariamente, en paralelo al crecimiento turístico desde los años 50,
mientras que se da un éxodo rural hacia Palma. El crecimiento absoluto se ha
centrado en los municipios de más de 10.000 habitantes, que pueden ofrecer un
mayor nivel de servicios, rompiendo con el equilibrio de poblaciones medianas y
pequeñas que había en los tres primeros decenios del siglo XX. Más del 90% de
la población activa trabaja en actividades urbanas, en acusado contraste de los
municipios agrícolas en decadencia con respecto a los pujantes municipios
turísticos. La redistribución de la población y la inmigración han alterado
profundamente la estructura demográfica y sus pautas de comportamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario