OP UD 72. CAMBIO
SOCIAL Y MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS. FEMINISMO, PACIFISMO Y ECOLOGISMO.
INTRODUCCIÓN.
1. CAMBIO SOCIAL Y
MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS.
Cambio social.
Movimientos
sociales.
Movimientos
alternativos.
CARACTERÍSTICAS DE
LOS MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS.
Sujetos.
Valores.
Organización.
Actuación.
RELACIÓN ENTRE
CAMBIO SOCIAL Y MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS.
LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES (ONG).
Introducción.
Un resumen histórico.
El conflicto entre las ONG y la autocracia.
2. FEMINISMO.
CONCEPTO.
HISTORIA DEL
MOVIMIENTO FEMINISTA.
Dos grandes
periodos: 1789-1914, 1914-hoy.
Antecedentes.
Francia.
EE UU.
Reino Unido.
España.
Otros países.
La actualidad.
CONCLUSIONES.
3. PACIFISMO.
CONCEPTO.
HISTORIA DEL
MOVIMIENTO PACIFISTA.
CONCLUSIONES.
4. ECOLOGISMO.
CONCEPTO.
HISTORIA DEL
MOVIMIENTO ECOLOGISTA.
Antecedentes: la
defensa de los pájaros.
El ecologismo
como ideología.
Organizaciones
ecologistas.
Los ecologistas y
la política.
CONCLUSIONES.
INTRODUCCIÓN.
Esta UD aborda el
cambio social y los movimientos alternativos, o sea una parte de los
movimientos sociales. Nos centraremos especialmente en tres, el feminismo, el
pacifismo y el ecologismo, en sus conceptos, historias y unas conclusiones.
1. CAMBIO SOCIAL Y
MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS.
CONCEPTOS.
Cambio social.
El cambio es
consustancial a la sociedad, siempre en sucesión, siempre en movimiento, aunque
su tiempo puede llegar a ser muy lento (por ejemplo en la sociedad egipcia o
china).
El cambio social
supone una modificación observable de las instituciones básicas durante un
periodo específico. Esto supone que hay una parte que permanece, que no cambia
(por ejemplo es evidente la resistencia al cambio de las grandes religiones
monoteístas). La sociedad es, pues, un conjunto de cambios y continuidades.
En la actualidad se
ha acelerado notablemente la velocidad del cambio social, debido a la
globalización económica, la mundialización de la información, la ruptura de las
fronteras espaciales y de las leyes de privilegios sociales, etc.
Movimientos
sociales.
Los movimientos
sociales, según Giddens son: ‹‹un intento colectivo de promover un interés
común, o de asegurar un objetivo compartido, mediante la acción colectiva en el
exterior de las instituciones establecidas›› [Giddens. Sociología.
1991 (1989): 659-660.]. Para Giddens, pues, se
distinguen por su carácter de no organización formal y de acción colaboradora
fuera de las instituciones, pero a continuación acepta que sus límites con las
organizaciones formales son muy ambiguos, por lo que grupos institucionalizados
podrían ser conceptuados como movimientos sociales en la medida en que su
actividad se orienta a realizar actos públicos o privados para promover o
resistirse al cambio social. Esta concepción tan amplia es muy común en los
ámbitos científicos: por ejemplo en la mayoría de las universidades la
asignatura de Historia de los Movimientos Sociales incluye en su temario a los
movimientos alternativos (feminismo, pacifismo, ecologismo), las ONG, las
patronales, los sindicatos, los partidos políticos, las organizaciones profesionales
o gremiales, la Iglesia católica, los grupos contraculturales (hippies,
beatniks), etc. Los ciudadanos se organizan con autonomía en diferentes niveles
de relación y compromiso con la sociedad. Las personas individuales pueden
relacionarse y agruparse para la consecución de objetivos concretos en un tema
que les ilusione y motive.
Movimientos
alternativos.
Los movimientos
alternativos son movimientos sociales no institucionalizados que, además,
presentan alternativas radicales al sistema imperante. Su concepto está mucho
mejor limitado, ya que necesariamente no han de ser organizaciones formales
según el modelo tradicional porque se oponen a ese modelo, y porque han de
buscar un cambio social profundo, que trastorne profundamente el orden
establecido. Los movimientos alternativos más conocidos y con más historia son
el feminismo, el pacifismo y el ecologismo.
CARACTERÍSTICAS DE
LOS MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS.
Sujetos.
- Son grupos de
sujetos movidos por ideales, con un elevado altruismo.
- Provienen de todas
las clases sociales y niveles de educación, pero en general proceden de las
clases medias y tienen un nivel educativo de rango alto/medio.
Valores.
- Se autoidentifican
por un ideal común, por un compromiso con una de las causas idealistas de la
humanidad: la igualdad del sexo femenino respecto al masculino en el feminismo,
la aspiración a la paz en el pacifismo, la defensa del medio ambiente en el
ecologismo.
- Creen que la
sociedad y la Historia pueden cambiar con la acción de las personas y de los
grupos que lo pretendan.
- Se oponen a las
instituciones tradicionales y, salvo excepciones (ecologistas) a la participación
política, abogando por la presión constante en la vida civil.
- Se oponen a la racionalización
militar, política, económica y tecnológica, por lo que generalmente no aceptan
un compromiso con los poderes que representan estos intereses.
Organización.
- Su organización es
poco profesional, con pocos miembros liberados, porque está basada en el
compromiso idealista de sus miembros ya que no tienen ánimo de lucro.
- Están poco
estructurados (apenas hay jerarquías).
- Son muy democráticos
y asamblearios.
Actuación.
- Ante la sociedad
actúan con medios variados: manifestaciones, protestas espectaculares (para su
difusión en los medios de comunicación), cartas masivas...
- Generalmente no
aceptan un compromiso sobre sus ideales, que son irrenunciables y maximalistas.
De hecho, los pactos (por ejemplo de algunos grupos ecologistas) han provocado
a menudo escisiones internas.
RELACIÓN ENTRE CAMBIO
SOCIAL Y MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS.
El cambio social es
constante e imparable en el mundo actual y exige de la sociedad una constante
adaptación y confrontación. Los movimientos alternativos son los grupos de
personas cuya actividad se orienta a promover el cambio social, presentando
alternativas al sistema imperante.
Los movimientos
alternativos constituyen una de las grandes esperanzas de la Humanidad y uno de
los fenómenos sociales más importantes del Mundo Contemporáneo. Los movimientos
alternativos del feminismo, el pacifismo y el ecologismo defienden los derechos
humanos más modernos: los derechos de la mujer, el derecho a la paz, el derecho
a un medio ambiente sano. Son derechos humanos que los gobiernos no satisfacen
convenientemente y que la sociedad civil, por sí misma, defiende de este modo
alternativo.
LAS ORGANIZACIONES NO GUBERNAMENTALES (ONG).
Introducción.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una Organización No Gubernamental (ONG) es “cualquier grupo de ciudadanos voluntarios sin ánimo de lucro que surge en el ámbito local, nacional o internacional, de naturaleza altruista y dirigida por personas con un interés común”.
La Real Academia Española (RAE) la define como "organización de de iniciativa social, independiente de la Administración pública, que se dedica a actividades humanitarias, sin fines lucrativos".
El consenso és que las ONG son entidades de derecho privado, sin ánimo de lucro, con claros objetivos de beneficio social, que cuentan sobre todo con el trabajo voluntario y reinvierten sus excedentes en su objeto social. Son entidades autónomas, sin injerencia estatal o gubernamental en sus decisiones, aunque su actividad se desarrolle en aspectos en los que el Estado tenga responsabilidades.
Las ONG realizan servicios humanitarios, alertan de situaciones dramáticas y apoyan la participación política y social a nivel de comunidad. Los beneficiarios de sus programas son personas diferentes a los propios miembros de la institución, lo que las diferencia de las formas de autoorganización de un grupo de personas para dar solución a sus propias necesidades particulares, como serían los partidos políticos, los sindicatos, las mutuas de seguros o las asociaciones deportivas o culturales.
En las actividades pedagógicas que desarrollan en las comunidades figuran la promoción de valores y actitudes de justicia social, equidad, democracia, participación y solidaridad.
Un resumen histórico.
Dentro de los movimientos sociales destaca últimamente el fenómeno de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), muchas de ellas inscritas en los tres movimientos anteriores o nacidas en su seno.
En los años 1990 parece que las ONG se configuran como un cuarto movimiento alternativo, mucho más plural, que integra en gran parte a los otros tres y que se caracteriza por su ideología solidaria con los individuos y grupos marginados de las sociedades desarrolladas y subdesarrolladas y por su atención a problemas muy concretos que afectan a un modelo ideal o utópico de sociedad, como la pobreza, la incultura, la enfermedad, la guerra, etc., especialmente en el Tercer Mundo.
Su origen puede datarse con posterioridad a 1968, cuando hubo un renacer de conceptos ácratas y neoizquierdistas como autogestión, antimilitarismo, antinuclearismo, denuncia de la arrogancia del poder, rechazo del consumismo, que fueron recogidos por distintos movimientos contraculturales y de acción ciudadana para cuestionar el orden imperante.
Además, en la actualidad muchos ciudadanos sufren un sentimiento de desconfianza hacia las grandes organizaciones estatales, dominadas por burocracias inabarcables, lentas en su respuesta a los problemas, y en muchos casos los ciudadanos prefieren colaborar con aportaciones económicas o con su labor en las ONG, que están desarrollando una tarea extraordinaria para la resolución a pequeña escala de gravísimos problemas sociales tanto entre las víctimas de la marginación social en el mismo Occidente, como en el Tercer Mundo. Sus campos de actuación son variados, desde las propias de los movimientos alternativos clásicos (paz, ecología), hasta los de cooperación, derechos humanos, alimentación, tratamiento de las drogadicción, sanidad, etc. Así, Amnistía Internacional y otras ONG se dedican a defender los derechos humanos. Algunas organizaciones incluso circunscriben sus objetivos a temas locales o temporales, como fueron los Voluntarios Olímpicos de Barcelona 1992 o los que defienden una zona concreta del paisaje de su comunidad o atienden a los necesitados de su parroquia. Cruz Roja, Caritas, Médicos del Mundo, Médicos sin Fronteras y decenas más laboran en campos como la sanidad, la educación, el asesoramiento y financiación de proyectos productivos.
Un ejemplo más reciente es el movimiento conocido como 15-M, aparecido en 2011 en Madrid y pronto extendido por España y muchos otros países, con una organización mínima y un ideario muy amplio de protesta contra los peores aspectos de la globalización y de la crisis económica y social aparecida en 2008. Pero a partir de 2013 surgió un nuevo partido, Podemos, para articular políticamente la desazón de los manifestantes y sus simpatizantes, obteniendo sonoros éxitos electorales en los años siguientes. Éxitos similares alcanzaron estas organizaciones de nuevo cuño en Grecia y otros países europeos, a menudo lindando sus programas con el populismo.
El artículo de Ana Carbajosa Los autócratas del mundo contra la sociedad civil [“El País” (1-V-2016)] explica como los regímenes autoritarios o populistas atacan a las ONG:
‹‹(…) una robusta corriente internacional, que protagonizan una legión de gobernantes recelosos de las injerencias extranjeras y que temen a una sociedad civil con inédita capacidad para organizarse gracias a la tecnología. Más de medio centenar de países han adoptado en los últimos cinco años medidas para cercenar la actividad de ONG y grupos de defensa de los derechos humanos, convertidas ahora en la temida amenaza de los autócratas del siglo XXI. “Hay una tendencia global: a los Estados les asusta la sociedad civil”, advertía recientemente el relator de Naciones Unidas para el derecho de reunión, Maina Kiai. Asia, África, América Latina y la esfera post soviética son los principales escenarios de la gran regresión.
“Asistimos al mayor esfuerzo conjunto de Gobiernos desde los años ochenta. Las leyes restrictivas forman parte de un fenómeno profundo que marca el fin de la apertura de los noventa y el estancamiento democrático. Es un momento de redefinición del equilibrio entre el ciudadano y el Estado y los autócratas están ganando la batalla”, estima desde Washington Thomas Carothers, vicepresidente de estudios del Carnegie Endowment for International Peace. Carothers calcula que en los últimos cinco años, más de 50 Gobiernos del mundo han adoptado medidas restrictivas contra organizaciones no gubernamentales. Egipto, India, Rusia o Etiopía son además de China algunos de los países que se afanan en ponen trabas a las actividades de las ONG.
“Los Gobiernos han pasado de ver a las ONG como organizaciones bondadosas a vivirlas como una amenaza porque los ciudadanos ya no protestan a través de partidos políticos sino con movimientos sociales que se oponen a las élites. A los autócratas les da pavor levantarse un día, mirar por la ventana y encontrarse a miles de personas exigiendo que se vaya en una protesta organizada la noche anterior por Facebook”, termina Carothers.
Kenneth Roth es el director de Human Rights Watch, la gran organización de defensa de derechos humanos y coincide en que atravesamos una etapa regresiva, que atribuye en parte a la eclosión de las redes sociales y a la ansiedad de los gobernantes que temen perder el control. “Censurar la prensa tradicional era mucho más fácil. Maidan, Tahrir, Occupy Central, Hong Kong… la posibilidad de que la gente se organice aterra a los regímenes autoritarios que se sienten cada vez más débiles”, explica por teléfono desde Nueva York.
Dejar sin fondos a las ONG restringiendo la entrada de financiación extranjera es uno de los métodos más empleados. Ante la falta de financiación interna, en países donde no hay tradición filantrópica y escasean las subvenciones, muchas se ven obligadas a echar el cierre. Otros métodos consisten en no conceder licencias de apertura a organizaciones, inundarlas de requisitos burocráticos, o intimidar e incluso encarcelar activistas. Los métodos varían, pero el objetivo es siempre el mismo: acallar las voces críticas una vez que las oposiciones políticas han sido convenientemente domesticadas. “Resulta irónico que los mismos Gobiernos que piden ayuda extranjera e inversiones frenen los fondos que llegan a sus ONG. Las grandes fundaciones privadas y las agencias de desarrollo de Gobiernos occidentales tienen cada vez más problemas para hacer llegar sus donaciones”, asegura Roth.
Los estudiosos de los derechos y libertades coinciden en apuntar a las primaveras árabes como el shock que aún reverbera en los palacios de Gobierno de medio mundo. Aquella fue, explican, la gran constatación de que ningún Gobierno está a salvo. “Los autócratas de todo el mundo vieron cómo líderes que llevaban décadas en el poder cayeron de un día para otro y se dieron cuenta de que también podía pasarles a ellos”, explica desde Londres James Savage, del Fund for Global Human Rights. Este investigador cuenta hasta un centenar de leyes propuestas o en vigor que afectan al registro, la financiación y las operaciones de las ONG en el mundo y alerta de que la seguridad nacional y la amenaza terrorista se han convertido para muchos países en coartadas para actuar contra las organizaciones de la sociedad civil.
Las revueltas árabes coinciden con un cierto resurgimiento de los nacionalismos y un repliegue identitario que pasan por rechazar lo que venga de fuera. Temen que el ideario de las llamadas agendas occidentales —derechos de las mujeres, medioambiente, LGTB…— prendan y contaminen sus sociedades. “Es una reacción psicológica casi natural de los autócratas pensar que sus ciudadanos no les pueden rechazar, que tiene que haber una mano extranjera detrás instigando revueltas”, cree Carothers.
El ensanchamiento de las clases medias en países como China ha contribuido también a que ciudadanos no tengan que dedicar toda su energía en subsistir y cobren mayor conciencia de sus derechos y crezcan sus expectativas. Las redes sociales les sirven en bandeja la información y la posibilidad de organizarse. Eso es precisamente lo que los gobiernos autoritarios parecen dispuestos a evitar a toda costa y a golpe de decreto.››
El apartado “Dinero extranjero contra los intereses de Estado” [“El País” (1-V-2016)] resume las políticas legales de varios países contra las ONG que promueven los derechos humanos:
China.
La recién aprobada ley que controla a las ONG extranjeras permite a la policía inspeccionar las cuentas, interrogar a los empleados y cerrar sus oficinas. Los grupos extranjeros no podrán participar en actividades políticas o religiosas, ni recibir donaciones de ciudadanos chinos ni reclutarlos como miembros.
India.
Se requiere autorización oficial a fundaciones y agencias gubernamentales extranjeras que quieran financiar proyectos en el país. Greenpeace vio cómo su permiso para recibir fondos extranjeros quedaba revocado después de que los ecologistas mantuvieran una posición crítica con la minera y la energía nuclear. En 2015, el Gobierno canceló el registro de 10.000 ONG para recibir dinero exterior, según los datos recopilados por el instituto Carnegie de Washington.
Egipto.
Naciones Unidas ha alertado de que la ola represiva que atraviesa Egipto pasa también por el cierre de numerosas ONG, la congelación de fondos y la detención de defensores de derechos humanos a los que se acusa de recibir financiación extranjera con fines ilegales. La revisión del código penal castiga con penas de cárcel la recepción de fondos extranjeros con el fin de cometer actos contra los intereses del Estado.
Rusia.
Se aprobó el año pasado una ley que permite declarar “indeseables” a ONG extranjeras que supongan “una amenaza para la capacidad de Defensa o la seguridad del Estado, o bien al orden público o la salud pública, con el fin de defender las bases del orden constitucional, la moral y los derechos e intereses legales de otras personas”. Castiga incluso con penas de prisión a quienes colaboren con ellos.
Etiopía.
La legislación etíope limita la financiación de ONG y somete a estricto control el registro. Las organizaciones que reciban más del 10% de sus recursos de fuera, verán restringida enormemente su capacidad de actuación.
Hungría.
El ultranacionalista Gobierno húngaro de Orbán acusó a Noruega de financiar a la oposición política a través de donaciones a organizaciones de derechos humanos. Varias ONG sufrieron auditorías exhaustivas, redadas e incluso investigaciones policiales.
Israel.
Una propuesta legislativa obliga a ONG que reciben fondos de países e instituciones extranjeras a informar de las donaciones que reciben. La medida afecta principalmente a organizaciones críticas con la ocupación de los territorios palestinos.
Angola
El presidente emitió un decreto en 2015 que exige estrictos requisitos para registrar ONG y que prohíbe recibir fondos extranjeros para llevar a cabo actividades consideradas contrarias a los principios nacionales.
Ecuador.
El presidente Rafael Correa decretó el cierre de la Fundación Pachamama dedicada a los derechos indígenas y ambientales, creando un ambiente de desconfianza hacia las organizaciones que reciben fondos extranjeros.
2. FEMINISMO.
CONCEPTO.
El feminismo es un
movimiento social que aboga por la igualdad de derechos de las mujeres respecto
a los hombres.
HISTORIA DEL
MOVIMIENTO FEMINISTA.
Dos grandes
periodos: 1789-1914, 1914-hoy.
Hay dos grandes
periodos en la historia del movimiento:
1) De 1789 a 1914. Fue un periodo
de elaboración teórica, organización y comienzo de la lucha. Un momento
esencial fue 1888, con la creación del Consejo Internacional de Mujeres (ICW),
que ayudó a coordinar esfuerzos y fue una plataforma teórica y reivindicativa,
generalmente con peticiones sociales (derecho de divorcio, control de
natalidad, administración de los bienes propios, trabajo de la mujer, denuncia
de la explotación laboral...).
2) A partir de 1914,
con una intensificación después de 1945. Fue un periodo de grandes victorias
legislativas y cotidianas, sobre todo con el derecho de voto, gracias a los
efectos sociales liberalizadores de las dos guerras mundiales y la difusión de
los ideales democráticos entre la población europea, americana y de los países
descolonizados.
Antecedentes.
Desde los oscuros
tiempos del matriarcado, en que se supone regía un sistema democrático y no
autoritario, la mujer ha ocupado en la mayoría de los pueblos y civilizaciones
una situación de dependencia y sometimiento respecto del hombre, en muchos
órdenes de la existencia: jurídico, político, económico, educacional, etc. La
mujer era explotada en el campo y en las casas, donde, junto al trabajo
doméstico, trabajaba a menudo en tareas artesanales.
Ya en la Edad Media
y el Renacimiento algunas escritoras abogaron por sus derechos, como Christine
de Pisan (El libro de la ciudad de las mujeres, 1405).
Desde el siglo XVIII,
el feminismo apareció como idea y se apoyó en las corrientes ilustrada, racionalista,
liberal, utópica y romántica. El objetivo era obtener el derecho de las mujeres
a ser libres e iguales a los hombres, basándose en que las mujeres eran tan
racionales como los hombres.
Francia.
Las primeras mujeres
que levantaron sus protestas fueron las francesas, en la época de la Revolución.
Olympe de Gouges redactó un proyecto de los Derechos de la Mujer, en consonancia
con la Declaración de Derechos del Hombre aprobada por el Parlamento, e
inspirada por el pensamiento de Condorcet.
En la misma época
revolucionaria se crearon numerosos clubes femeninos en Francia, aunque de un
activismo más político que feminista. En 1792, Etta Palm acaudilló una delegación
de clubes femeninos ante la Asamblea Legislativa, con la petición de obtener
una reserva de puestos femeninos en los escalafones civiles y militares. Su
petición fue rechazada y, durante el Terror, los clubes femeninos fueron
cerrados por orden de Robespierre, además de ser desestimada su propuesta de
igualdad política de ambos sexos. La revolución, sin embargo, dio un impulso
decisivo a la lucha que se prolongaría a lo largo de la época contemporánea.
El movimiento
resurgió hacia 1836 con la fundación del periódico la “Gazzete des Femmes”,
editada por Mme. Herbinot de Mauchamps, en la que se volvían a reclamar los
derechos políticos y jurídicos de las mujeres. En 1838 se pidió el sufragio
para las mujeres, lo que repitió, en 1848, Emile Dechanel.
Durante la
revolución de 1848 surgieron de nuevo los clubes femeninos, aunque más tarde,
otra vez, fueron prohibidos. Varios grupos reclamaron la igualdad política,
social y civil, y además exigieron la igualdad salarial y laboral.
Con la masiva
industrialización y la urbanización, a mediados del siglo XIX, las mujeres comenzaron
a abandonar su exclusiva dedicación al hogar y al campo para entrar como
asalariadas en las fábricas, haciendo una ruinosa competencia a los hombres,
por sus salarios más bajos, con las consiguientes protestas antifeministas de
muchos trabajadores masculinos.
Con todo, la explotación
laboral a que se vio sometida la mujer dio lugar a dos fenómenos liberadores:
- Se demostró que la
mujer no era un mero objeto de adorno y que podía trabajar duramente, por lo
que concitó una imagen de dignidad.
- Las mujeres trabajadoras
relacionaron sus reivindicaciones laborales con las feministas, y desde esta
época se mantiene una estrecha relación entre el feminismo y los movimientos
obreros y de izquierda.
En 1868 resurgió el
movimiento feminista en Francia. Marie Deraismes y León Richer iniciaron una
campaña legal por los derechos femeninos, desde su periódico “Le Droit des
Femmes”. Se llegó incluso a la formación de una asociación para la agitación
legal y la propaganda activa en favor de sus ideales. Después de unos años de
vida difícil el movimiento reapareció gracias a Richer, que organizó el I
Congreso Feminista Internacional. Por su parte, Hubertine Auclert fundó la
sociedad Le Suffrage des Femmes, relacionado con el movimiento socialista, que
había hecho suyas las reivindicaciones feministas. En 1882 se unieron varias
asociaciones feministas para organizar el II Congreso Feminista, siendo apoyadas
por muchos intelectuales franceses como Víctor Hugo y Alexandre Dumas.
A lo largo de la
primera mitad del siglo XX se sucedieron las luchas feministas en Francia, que
culminaron en la concesión del voto en 1946, en la ola de libertad tras la
ocupación nazi. Simone de Beauvoir influyó en el movimiento feminista de estos
años, con su libro El segundo sexo (1949), donde denunció que la desigualdad
de la mujer no se debía a la naturaleza sino a las costumbres y las leyes
tradicionales.
EE UU.
El segundo país en
plantear las reivindicaciones feministas fue EE UU. Ya en 1837 se inauguró la
primera universidad femenina de Mount Holyoke, y se celebró en Nueva York la
primera Convención nacional femenina contra la esclavitud, siendo el
abolicionismo un factor clave en la aparición y consolidación del feminismo
norteamericano: la reivindicación de la igualdad para los negros se hermanó con
la misma reivindicación a favor de las mujeres.
En 1841 apareció el
libro de Catherine Beecher Treatise of Domestic Economy, en el que la
autora abogaba por un hogar más confortable para la mujer. Desde entonces
comenzó una evolución en el equipamiento del hogar, que llegará a la revolución
de los electrodomésticos en el siglo XX, sin la cual la emancipación de la
mujer de las labores domésticas hubiera sido casi imposible.
En 1848 una nueva
Convención, exclusivamente femenina, se organizó en Seneca Falls. Sus dos
principales animadoras, Elizabeth Candy Stanton y Lucretia Mott, presentaron un
proyecto de enmienda constitucional que, de haber sido aprobado por el
Congreso, hubiera equiparado jurídicamente a ambos sexos.
En 1850 se organizó
el I Congreso Nacional para los Derechos de la Mujer, en Worcester, que se
repitió anualmente hasta 1860, al tiempo que había numerosas reuniones feministas
en todo el país. Después de la guerra civil el movimiento se dividió entre las
sufragistas y las que sólo reclamaban algunos derechos civiles.
En 1869 funcionaban
dos asociaciones feministas, la Asociación Nacional del Sufragio Femenino
dirigida por Harriet Stanton y Susan B. Anthony, y la Asociación Estadounidense
del Sufragio Femenino dirigida por Lucy Stone, y a partir de 1870 se reforzó la
lucha con manifestaciones a menudo violentas.
Fruto de todo ello
fue la concesión del derecho de voto por el estado de Wyoming (1869), seguido
por Colorado (1893) y luego Utah e Idaho. Las dos facciones, sufragista y de
los derechos civiles, se unieron ante los nuevos acontecimientos bajo la
dirección de la veterana luchadora Elizabeth Stanton. Su hija, Harriet Stanton,
regresó de Gran Bretaña más tarde y fundó la Liga de Mujeres Independientes,
que organizó la nueva forma de lucha a base de marchas femeninas y protestas
callejeras de gran impacto público.
En 1920 una reforma
de la Constitución admitió por fin la igualdad del voto para hombres y mujeres.
Reino Unido.
Las mujeres
comenzaron a luchar por su libertad, primero de una manera individual, abogando
por una reforma igualitaria de la educación y por sus derechos políticos y
naturales. Así, Mary Wollstonecraft publicó en 1792 su A Vindication of the
Rights of Women (Reivindicación de los derechos de las mujeres),
que supuso el inicio del movimiento teórico a favor de las mujeres, con su
petición de igualdad educativa, laboral y política.
El feminismo alcanzó
verdadera fuerza a mediados del siglo XIX, con Barbara Leigh Smith, quien consiguió
el apoyo del filósofo J. Stuart Mill, quien llegó a escribir un libro sobre la
esclavitud femenina (The subjection of Women, 1869). Se creó un Comité
del Sufragio Femenino (1866), que defendió con la acción las aspiraciones
feministas y presentó al Parlamento unas peticiones igualitarias que fueron rechazadas.
En 1870, con el
apoyo del diputado J. Bright, se consiguió el derecho de voto en los consejos
escolares del reino. Siguieron varias victorias secundarias, hasta que, ante la
imposibilidad de lograr el voto político, el movimiento se lanzó a la acción
directa, por medio de la Women's Social and Political Union (WSPU, 1893),
liderada en Gran Bretaña y EE UU por Emmeline Pankhurst, que organizó el
movimiento como un ejército, con sus banderas, escarapelas, chapas, lemas,
vestido blanco, periódicos, folletos...
Siguieron en 1906-1914
acciones polémicas y en ocasiones violentas, en favor de sus derechos y contra
otros males sociales que afectaban a las mujeres, como el alcoholismo y la
violencia conyugal. Aquellos años, hasta la I Guerra Mundial, fueron los más
agitados de la historia del feminismo, que sufrió miles de encarcelamientos (el
sistema opresor desarrolló la imagen de una sufragista agresiva con aspecto de
solterona). El 8 de noviembre de 1910 una manifestación pacífica de 300 sufragistas
fue reprimida violentamente por la policía, lo que enconó la lucha, sobre todo
a partir de 1911: en pocos meses fueron incendiados seis edificios, atacadas
dos estaciones ferroviarias, rotos buzones y escaparates, una huelga de hambre
de 1913, etc., siempre dirigidos por E. Pankhurst, que fue detenida en 1913
tras la prohibición de la WSPU en Gran Bretaña, aunque consiguió escapar y
llegar a EE UU, invitada por el presidente Wilson. A su regreso fue encarcelada
otra vez, provocando nuevas protestas (como el acuchillamiento del cuadro de
Velázquez La Venus del espejo).
La dirección del
movimiento pasó a su hija, Christabel Pankhurst, desde su refugio en Francia.
La inmensa aportación de las mujeres en la industria y los servicios durante la
I Guerra Mundial llevó a darles el voto en 1919, sólo para las mayores de 30
años. Finalmente, en 1928 se obtuvo la plena igualdad del sufragio y elección.
España.
En España se retardó
el movimiento feminista varios decenios. Sí existieron individualidades como
Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán, que defendieron ya en el siglo XIX la
instrucción de la mujer y la protección del trabajo femenino. El movimiento
feminista se limitó a las publicaciones periódicas escritas por mujeres, que se
multiplicaron desde la revolución de 1868, pero sin organizarse como grupos.
En el siglo XX surgieron
las primeras asociaciones feministas: en 1920 La Mujer del Porvenir y la Progresiva
Femenina, en Barcelona, y la Asociación Nacional de Mujeres Españolas, en
Madrid. Más tarde aparecieron en Madrid la Liga Española para el Progreso de la
Mujer y la Sociedad Concepción Arenal, que se extendieron a toda España. Con la
dictadura de Primo de Rivera algunas mujeres alcanzaron puestos en la Asamblea
Nacional. En 1926 se creó en Madrid el Lyceum Club, de carácter feminista muy
moderado (se le llamó el “club de las maridas”).
Con el advenimiento
de la República, en 1931, se aprobaron el voto femenino y otras medidas
favorables. Destacaron las feministas Blanca Campoamor (la primera diputada, en
1931, cuando no se podía votar pero sí ser elegida), Victoria Kent (contraria al
sufragio femenino por temor a que fuera conservador) y Margarita Nelken.
Después de la Guerra
Civil el feminismo sufrió un retroceso, aunque sus conquistas legislativas no
fueron puestas en entredicho. Sólo destacaron algunas mujeres aisladas: la
condesa de Campo de Alange, Maria Aurèlia Capmany, Lidia Falcón, etc. En la
actualidad, tras la Transición a la democracia, habiendo alcanzado casi todos
sus objetivos legales, apenas hay un movimiento feminista, subsumido dentro de
otras organizaciones más amplias.
Otros países.
En Alemania el
movimiento feminista fue tardío y poco activo. En 1865 se creó la Asociación
General de Mujeres Alemanas y los socialistas reclamaron la igualdad de los
sexos. Tras otras acciones en la segunda mitad del siglo XIX obtuvieron el derecho
de voto al terminar la I Guerra Mundial.
En Italia el
movimiento comenzó en las mismas fechas, con nombres como Anna Maria Mozzoni,
Anna Kuliscioff, Argentina Altobelli. Se consiguió el sufragio en 1923 con
Mussolini, aunque sólo era nominal por la falta de libertad política, y no fue
efectivo hasta 1945.
En Latinoamérica
surgieron organizaciones feministas en el siglo XX, como la Sociedad Protectora
de la Mujer, en México (1904), que alcanzaron triunfos legislativos ya en los
años 20.
Se consiguió el voto
femenino en Nueva Zelanda en 1893 y en Finlandia en 1906 (aunque estaba bajo la férula rusa, aprobó no obstante el
voto para la mujer, una excepción entonces en Europa). Los años 1920 vieron como el sufragio
femenino se extendía a muchos países, en un proceso que se incrementó tras
1945, llegando en 1950 a
más de cien países y destacaron por su importancia la URSS (1917), Turquía
(1934), Japón (1945), India (1949), China (1949).
La actualidad.
En la actualidad la
lucha femenina por la igualdad total del hombre y la mujer ha adquirido nuevo
impulso en EE UU, Canadá, Reino Unido y Países Bajos, con el Movimiento de
Liberación de la Mujer, que en 1970 contaba con más de medio millón de
afiliadas. Destacan las líderes estadounidenses Betty Friedan, Leslye Russell,
Ti-Grace Atkinson, Roxane Dumbar y Jo Freeman. Entre sus reivindicaciones se
cuentan el aborto libre, la semana laboral de 20 horas, guarderías para los
hijos e igualdad plena en todos los terrenos.
La ONU declaró 1975
como año internacional de la mujer y se logró celebrar un gran Congreso de la
Mujer en México, en el que se aprobó un plan de acción para promover el ascenso
social y personal de la mujer en todas las naciones del mundo. Le siguió otro Congreso
de la Mujer en Pekín en 1996, en el que se aprobaron nuevas medidas.
En Escandinavia, en
especial, los logros han sido importantes, con la práctica paridad en puestos
políticos, igualdad de los hombres en los cuidados domésticos y de los hijos y
en otras tareas tradicionalmente femeninas.
En España la
democracia, desde 1975, ha
roto los últimos obstáculos legales y los avances en la integración social y
laboral han sido muy evidentes. Hay pocas asociaciones importantes, entre las
que se puede mencionar Mujeres para la Democracia. Hay una Coordinadora de
Organizaciones Feministas del Estado Español (pertenece a ella una Assemblea de
Dones de Ciutat de Palma). Han aparecido instituciones públicas como el
Instituto de la Mujer (con distintos nombres tras sendos cambios legislativos) con
sus Planes para la Igualdad de Oportunidades de las Mujeres y sus tareas de
estudio, investigación, asesoramiento, documentación, coordinación y cooperación
a nivel internacional, nacional, autonómico y local, diálogo social, denuncia,
impulso de servicios sociales y programas experimentales. Muchas instituciones
como Comunidades Autónomas y Ayuntamientos tienen organismos específicos que
promueven la integración femenina.
En el mundo actual,
conseguidos los derechos básicos, se lucha por derechos más sutiles y contra injusticias
menos patentes pero humillantes. A veces se cae en el “sexismo”, por exigir el
poder para la mujer. En todo caso, la enorme pluralidad de propuestas y fines,
de planteamientos ideológicos y de situaciones reales impide una unidad total
del feminismo. El objetivo de la plena igualdad de la mujer, nunca alcanzado,
ha sido cumplido de manera muy desigual en los diversos países del mundo.
Entre los obstáculos
a los que se enfrenta, los de índole cultural poseen una especial
significación. Por ejemplo, la pervivencia de esquemas de organización tribal
en gran parte del continente africano o las particularidades culturales del
mundo islámico o indio provocan grandes dificultades e incluso retrocesos, como
se comprobó en 1997 en el Afganistán de los talibanes, donde se prohibió a las
mujeres ejercer derechos como la educación universitaria y el trabajo fuera de
casa. Destacaba la trágica situación de la mujer en Argelia, donde el movimiento
fundamentalista islámico más radical declaró la guerra a las mujeres que se habían
liberado de las ataduras ancestrales y que ejercían profesiones; las víctimas
de esta violencia fueron miles, y muchas tuvieron que exiliarse ante las amenazas
de muerte.
CONCLUSIONES.
El siglo XX fue sin duda el de la revolución política de la mujer y, en consecuencia, el de la transformación de la familia. El fenómeno comenzó con los movimientos sufragistas en EE UU y Europa y ha derivado hacia un mundo en el que existen ya algunas mujeres al frente de Estados y gobiernos (Margaret Thatcher, Benazir Butho, Bro H. Bruntland, Indira Gandhi). El ingreso de la mujer en el mundo del trabajo fue progresivo desde la I Guerra Mundial y se aceleró con la Segunda Guerra Mundial.
Este proceso, unido a la aparición de la píldora anticonceptiva, provocó grandes transformaciones sociales que implicaron una vida sexual más abierta y una mayor independencia de la mujer. Esto ha hecho que también el concepto de familia haya sufrido modificaciones. Hoy en día existen diversas formas de interpretar el término familia aunque todavía prevalece el concepto más tradicional.
La mayor independencia económica lograda por la mujer ha permitido, a su vez, una mayor dependencia familiar. Pero la igualdad laboral entre hombres y mujeres no ha sido sin embargo fácil, debido a las diferencias salariales que aún persisten y a formas sutiles de discriminación que la mujer ha debido afrontar en su masiva incorporación al mundo laboral.
Sin embargo, en el siglo XXI la presencia de la mujer crece y se afianza en todas las profesiones. Muchos partidos políticos, incluso, han debido ceder cuotas de poder a la mujer para ganar apoyo electoral. Pese a estos avances, persisten los problemas para la plena equiparación de la mujer en muchos países poco desarrollados, con costumbres ancestrales.
3. PACIFISMO.
CONCEPTO.
El pacifismo es la
doctrina que preconiza el rechazo de la guerra en todas sus manifestaciones y
se esfuerza por mantener la paz entre los pueblos.
HISTORIA DEL
MOVIMIENTO PACIFISTA.
El cristianismo
primitivo abogó por el pacifismo y la no resistencia violenta, aunque luego se
desarrolló la teoría de la “guerra justa”. Hay tendencias religiosas que
pregonan un pacifismo puro: cuaqueros, menonitas, testigos de Jehova. En el siglo
XVI Erasmo y Vives criticaron el belicismo.
El pacifismo, la
lucha contra la guerra, antes tarea de filósofos y reformadores sociales, se
convirtió a principios del siglo XIX en objeto de controversia política para
movilizar a la opinión pública, conmovida por las largas guerras napoleónicas.
Este movimiento se originó con la Sociedad para la Paz, de Nueva York (New York
Peace Society), fundada por David L. Dodge en 1815, que partiendo de bases
religiosas condenó la guerra sin reserva alguna, mientras otras sociedades
similares se creaban en Londres (1816), París (1821) y Ginebra (1830). El
primer Congreso Internacional para la Paz se reunió en Londres (1843) con una
orientación religiosa y radical, opuesta a todo servicio militar y a cualquier
clase de apoyo a actividades militares. Se abogaba por la cooperación
internacional, el progreso y la educación.
A fines del siglo XIX
se produjo una revitalización del ideal pacifista, al hacerlo suyo los partidos
socialistas y la mayoría de los anarquistas (Tolstoi, partidario de la “no-resistencia”),
y los postulados religiosos dieron paso a una actitud más constructiva. La
Oficina Internacional para la Paz se creó en Berna en 1892. Ante las continuas
amenazas de guerra europea en aquellos años se realizaron numerosos esfuerzos pacifistas,
como las dos Conferencias para la Paz en La Haya (1899 y 1907), en la primera
de las cuales se acordó la constitución del Tribunal Permanente de Arbitraje.
La I Guerra Mundial
significó un duro golpe para el pacifismo de los partidos socialistas y los
intelectuales. La introducción del servicio militar obligatorio en EE UU y Reino
Unido movilizó a muchas conciencias contra tal obligación. La innovación más
importante que conllevó la guerra fue la Creación de la Sociedad de Naciones
(SDN) como instrumento al servicio de la seguridad colectiva; no obstante, fue
impotente para contener la amenaza de los poderes totalitarios. Contra un
totalitarismo violento y expansionista el pacifismo resultaba poco eficaz y
sólo envalentonaba aun más la agresividad fascista y nazi. Al mismo tiempo
surgía la doctrina de la “resistencia no violenta” (Gandhi), desarrollada
primero en la India y en otros puntos de conflictos nacionalistas y que se
extendería más tarde a Occidente a las luchas contra el racismo y toda clase de
injusticias y problemas sociales.
Después de la II
Guerra Mundial, la ONU fue creada con este mismo fin, pero muy pronto se vio
coartada por la división del mundo en bloques antagónicos. El movimiento
pacifista conoció un nuevo auge a causa de la amenaza atómica, y propició el
desarme, consiguió mejorar la condición de los objetores de conciencia en
muchos países y se mostró muy activo en la denuncia de los conflictos
promovidos por las grandes potencias. Destacaron entre los pacifistas el
filósofo inglés Bertrand Russell, el físico soviético Sajarov y muchos intelectuales
y científicos opuestos a la carrera del armamento nuclear.
La oposición a la
guerra del Vietnam supuso un importante impulso del movimiento pacifista,
especialmente entre la juventud universitaria de EE UU y Europa occidental, y
se extendieron sus reclamaciones a la oposición al armamento nuclear y las
organizaciones militares. Gran parte de sus postulados fueron los mismos de la
Nueva Izquierda alternativa, un movimiento no unitario de pensamiento marxista heterodoxo,
con pensadores como Marcuse, Sartre o Beauvoir
El pacifismo influye
crecientemente en los programas políticos y entre los últimos grandes éxitos
están los acuerdos de desarme nuclear (parcial) entre EE UU y la antigua URSS,
en 1987-1988, firmados por Gorbachov y Reagan, profundizados en años
posteriores. Debido a la presión de las ONG pacifistas se logró en Oslo, el 17
de septiembre de 1997, un extraordinario éxito al prohibir las minas
antipersonales y en diciembre de 1997 se firmó en Ottawa un tratado
internacional, por el que un centenar de países (faltan EE UU, Rusia, China,
Iraq y otros), acuerdan prohibir en el 2002 la producción, almacenamiento,
comercio y uso de minas antipersonales.
CONCLUSIONES.
Hay una división del
pacifismo entre los “puros”, opuestos a todo medio violento, y los “políticos”,
partidarios de unas fuerzas internacionales de paz que garanticen ésta y los
derechos humanos, llegando a defender incluso el derecho de intervención en
otros países (Somalia, Ruanda, Haití, Afganistán, Irak). Muchos llevan el
pacifismo a la esfera familiar y a la misma relación Sociedad-Estado,
oponiéndose a toda coerción, con la teoría de que unos medios violentos tendrán
siempre consecuencias violentas.
Los movimientos
actuales más representativos son los antinucleares y los aglutinantes de los
objetores de conciencia contra el servicio militar, junto a los insumisos, que
rechazan incluso el servicio civil sustitutorio.
Un peligro muy
actual es la manipulación del movimiento pacifista por violentos grupos
nacionalistas o radicales y los excesos de quienes no comparten verdaderamente
los ideales pacifistas sino que sólo quieren rehuir todo compromiso ético con
la sociedad o que se oponen no a la guerra en general sino a una en concreto (o
a una determinada institución), empleando medios no pacifistas, pues estas desviaciones
provocan el desprestigio y un rechazo social hacia los ideales pacifistas. Por
ejemplo algunos objetores de conciencia de los grupos nacionalistas vascos más
radicales criticaban el servicio militar en el ejército español y se oponían al
militarismo, pero a la vez justificaban el asesinato de los oponentes políticos
y el alistamiento en organizaciones terroristas.
4. ECOLOGISMO.
CONCEPTO.
El ecologismo es el
conjunto de ideas, teorías, acciones prácticas y organizaciones que tienden a
sensibilizar a la opinión pública acerca de los peligros y efectos negativos
que implica la explotación sistemática y desordenada del medio natural.
HISTORIA DEL
MOVIMIENTO ECOLOGISTA.
El ecologismo constituye
un fenómeno característico de las sociedades más desarrolladas del siglo XX. El
ecologismo valora el respeto al medio natural como elemento fundamental del
desarrollo humano y social; y tiene una conciencia y preocupación intensas con
respecto a los hechos y problemas que plantea la ecología.
Antecedentes: la
defensa de los pájaros.
Antecedentes del
ecologismo pueden encontrarse en los movimientos “preservacionistas” americanos
y británicos de finales del siglo XIX, que impulsaron la creación de los
parques nacionales en EE UU y África. Destaca la Real Sociedad para la
protección de las Aves (RSPB) de Reino Unido, hoy con más de 700.000 socios,
seguida por movimientos más minoritarios en Francia, Alemania... unidos en 1922
en el Consejo Internacional para la Protección de las Aves (ICPB). Hasta los
años 1970 la defensa de las aves fue el principal factor de unión de los
ecologistas. En estos movimientos se formaron los activistas que luego
proliferaron por todo el mundo. El primer movimiento que se denominó a sí mismo
ecologista fue el Ecology Action, fundado en 1968 en la universidad de Berkeley
por Cliff Humphrey, con muchos miembros provenientes del movimiento de los
derechos civiles y de oposición a la guerra del Vietnam.
En España la primera
asociación afiliada a la ICPB fue la Sociedad Española de Ornitología (SEO),
en 1954. Particularmente intenso es el movimiento en Cataluña. En 1978 se fundó
la Coordinadora de Organizaciones para la Defensa Ambiental (CODA), en la que
se integraron 160 asociaciones ecologistas.
El ecologismo
como ideología.
Havelock y su teoría
del planeta como un organismo vivo, Gaia, ilustran un profundo cambio
ideológico desde los años 60, cuando se tomó conciencia del deterioro ambiental
planetario. La bióloga estadounidense Rachel L. Carson (1907-1964) escribió un
libro esencial, Silent Spring (Primavera silenciosa, 1962), donde
explicaba la contaminación en cadena que provocaban los productos químicos
(sobre todo insecticidas), lo que alertó a las clases medias de que los efectos
de la contaminación podían afectar a la gente. Desde este momento el movimiento
ecologista se engrosó con nuevos adeptos.
El Club de Roma,
fundado en 1968, ha
elaborado informes sobre los principales asuntos del mundo actual que han
tenido un enorme impacto en la opinión pública. Los principales son la contaminación
del aire y los océanos, el desarrollo y el subdesarrollo económico, el excesivo
crecimiento y el envejecimiento de la población, el agotamiento de los recursos
naturales, la descohesión social, los flujo financieros descontrolados, el
trabajo precario y mal pagado.
Desde 1972 aumentó
la conciencia de la grave amenaza para la Humanidad que constituye la agresión
medioambiental. En la Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente de Estocolmo
(1972) se aprobó el Plan de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)
y sus apéndices de planes de acción para la protección de mares regionales,
como el Mediterráneo.
Organizaciones
ecologistas.
La Unión
Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), engloba las
organizaciones ecologistas más importantes a nivel mundial, como Greenpeace
(fundada en 1972 en Vancouver y presidida hasta 1996 por el español Xavier
Pastor; la World Wildlife Found (WWF), fundado en 1961 para recaudar fondos en
defensa de la vida salvaje; Friends of the Earth, fundada en 1969 y extendida
por muchos países.
En España surgió la
Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (CODA), que contaba hacia
1990 con 160 asociaciones y un total de 50.000 socios. Destaca la Asociación
para la Defensa de la Naturaleza (ADENA), fundada en 1968 por ecologistas como
Félix Rodríguez de la Fuente, como sección española de la WWF. Descuella en Baleares
el Grupo Ornitológico Balear (GOB) desde 1973. La consolidación del ecologismo
fue manifiesta desde la restauración de la democracia en 1976: sólo en los años
80 se crearon más de 300 grupos ecologistas, especializados a nivel local o por
temas (anti centrales nucleares, anti presas hidráulicas...).
Son importantes las instituciones
de estudios como el Worldwatch Institute, presidido por Lester R. Brown, con
sus informes anuales, participan del proceso de concienciación.
Los ecologistas y
la política.
Partidos políticos
ecologistas son el Green Party (Gran Bretaña, 1973), Die Grünen (Alemania,
1979), con fuerte presencia parlamentaria, Les Verts (Francia, 1982), Lista
Verde (Italia, 1984), Los Verdes (España, 1983). Pero durante mucho tiempo no
fueron grupos homogéneos y al amparo de esta división menudearon en los años 80
los grupúsculos falsamente ecologistas con aspiraciones sólo electoralistas —eran grupos que comprendían desde los fascistas hasta los radicales de
izquierda—, aunque la madurez política ha decantado
finalmente en los años 90 a
los partidos más sólidos ideológicamente y forzado a la unión electoral en coaliciones.
La postura del
ecologismo ante la política ha supuesto una doble fractura del movimiento:
- Por un lado la
posición de no estructurarse como organizaciones políticas, renunciando a la
participación electoral, y manteniendo una independencia ante el Estado.
- Por otro lado, la
postura de participar electoralmente, bajo la bandera de los Verdes o Ecologistas,
con dos variantes:
1) Radicalizar las
reclamaciones y actuar como un factor de estímulo, concienciación y crítica,
sin compromisos ni pactos (los fundis, fundamentalistas de Alemania).
2) La aceptación del
pacto con otros partidos, como una forma de lograr inmediatos éxitos en la
política de medio ambiente (los realos, realistas de Alemania).
Estas dos variantes
han supuesto que en muchos países el movimiento ecologista haya concurrido
dividido a las urnas y ha limitado su presencia política.
Desde los años 90 y
sobre todo a principios del siglo XXI es constante la coalición preelectoral
(Francia) o postelectoral (Alemania) de los Verdes con otras formaciones progresistas,
lo que ha ampliado mucho la aplicación de las tesis ecologistas: interrupción
del desarrollo de centrales nucleares, canales y presas, fábricas
contaminantes; reciclaje integral de residuos...
CONCLUSIONES.
Se han logrado
progresos importantes: la concienciación antinuclear (las grandes
manifestaciones de 1979 a
nivel mundial), el Programa de la ONU sobre el Medio Ambiente (PNUMA), la
Convención de París (1989), que limitó la explotación de la Antártida, la
cumbre de Río de Janeiro, con un tratado internacional sobre varios puntos, la
Convención de Londres (1993), que ha prohibido el vertido de residuos
radiactivos e industriales al mar, así como ha vetado su incineración; la cumbre
del Medio Ambiente de Kioto (1997), con sus acuerdos internacionales; las
normativas y procesos industriales para la gestión integral de residuos, tanto
a nivel nacional como de la Unión Europea; la creación de instituciones especializadas
para defender el medio ambiente como ministerios o secretarías de Estado; la
creación de parques naturales, etc.
Pero lo más
importante, en definitiva, es el triunfo de los valores ecologistas. Hoy casi todos
los partidos tienen apartados de defensa del medio ambiente en sus programas y
se está consiguiendo que sean aplicados en gran medida, aunque sea con el
compromiso de la tesis del “desarrollo sostenible”. Una excepción en esta dinámica
es el Partido Republicano estadounidense, que empujado por el Tea Party se ha
escorado a principios del siglo XXI hacia una negación de la amenaza al medio
ambiente. Pero la gran mayoría de la sociedad mundial acepta ahora que la
naturaleza debe conservarse, para legarla a las futuras generaciones de la
Humanidad.
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Cortina, A. ¿Adiós a las ONG? “El País” (14-II-2023). Opina que el acrónimo de
Organización No Gubernamentales (ONG) se ha quedado anticuado y hay que ponerse
de acuerdo en un nuevo concepto.
Esteve, Fernando. El 15-M, la esperanza del sistema. “El País” (9-VIII-2012) 23. Esteve defiende la importancia de los ‘indignados’ del movimiento 15-M, que significan una protesta desde dentro del sistema democrático para su reforma, y no un ataque contra este. Siguiendo la distinción establecida por Albert O. Hirschman en Salida, voz y lealtad, están a favor de la voz reformadora y no de la salida del sistema, hacia posiciones totalitarias antisistema.
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‘Sé dócil: reza y obedece’. Serie estadounidense. Reseña de Vila, Iván. La historia de Warren Jeffs, un profeta tirano, violador y líder mormón. “El País” (20-VI-2022). La docuserie detalla los desmanes del líder de una comunidad de mormones fundamentalistas basada en la poligamia y la sumisión absoluta de la mujer.
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Enlee, Cynthia. Empujando al patriarcado. Trad. de Magali Martínez Soliman. Cátedra. 2019. 248 pp.
Errasti, José; Pérez Álvarez, Marino. Nadie nace en un cuerpo equivocado. Prólogo de Amelia Valcárcel. Deusto. 2022. 294 pp. Ensayo que critica la autodeterminación de género defendida por el activismo trans. Reseña de Carrasco, Silvia. La razón se defiende. “El País” Babelia 1.578 (19-II-2022).
Fell, Kristin. Autocompasión fuera. Paidós. 2022. Adelanto: No dejes que te obliguen a ser perfecta. “El País” Ideas 371 (19-VI-2022). Defiende una autoaceptación radical de la mujer, que no debe ser arrastrada a una lucha por hacerlo todo bien.
Fernández, Iria. Educar en el feminismo. Plataforma. 2017. 272 pp.
Ghodsee, Kristen. Por qué las mujeres disfrutan más del sexo bajo el socialismo. Capitán Swing. 2019. Extracto: El placer femenino también dividía a las dos Alemanias. “El País” Ideas 229 (6-X-2019). Las mujeres en la Alemania del Este tenían más orgasmos que en la del Oeste, porque su situación era más igualitaria.
Herzog, Dagmar. Sex After Fascism. 2007. La Alemania del Este fomentaba la igualdad entre hombres y mujeres en las tareas domésticas y el trabajo, para enfatizar su superioridad moral sobre la capitalista Alemania del Oeste.
Hester, Helen. Xenofeminismo. Trad. de Hugo Salas. Caja Negra. 2018. 144 pp. Reseña de Lijtmaer, Lucía. El ‘biohackeo’ feminista. “El País” Babelia 1.406 (3-XI-2018).
Humes, Immy. Una sola mujer. Phaidon Press. 2022. La documentalista reúne 100 imágenes de mujeres, famosas o desconocidas, rodeadas solo de hombres. Fotoensayo. ¿Cómo se sentían ellas? “El País” Semanal 2.409 (27-XI-2022).
Jong, Erica. Miedo a morir. 2017. Novela, secuela de Miedo a volar (1973), una obra polémica por sus ideas de vida sexual femenina libre. Entrevista de Aguilar, Andrea. Erica Jong. ‘Las mujeres pueden ser terribles con las mujeres’. “El País” Semanal 2.109 (26-II-2017).
Kendall, Mikki. Feminismo de barrio. Lo que olvida el feminismo blanco. Capitán Swing. 2021. 248 pp.
Laing, Olivia. Todos los cuerpos. Un libro sobre la libertad. Paidós. 2022. 384 pp. Ensayo. Entrevista de De Miguel, Rafa. Olivia Laing: “Debe existir el consentimiento, pero ¿cómo sabes que te va a proporcionar placer? “El País” Ideas 360 (3-IV-2022).
Llevadot, Laura. Mi herida existía antes que yo. Tusquets. 2022. 216 pp. La filósofa explica las corrientes del feminismo actual, tratando el lenguaje, la violencia y la dominación.
Michel, Andrée. El feminismo. Col. 'Breviarios” nº 279. FCE. México. 1983. 152 pp.
Nelson, Maggie. Sobre la libertad. Cuatro cantos de restricción y cuidados. Anagrama. 2022. Adelanto: El deseo femenino y el consentimiento. Un caso perfecto. “El País” Ideas 385 (25-IX-2022). La ensayista y poeta estadounidense Maggie Nelson (San Francisco, 1973), ganadora de la Beca Guggenheim.
Offen, Karen. Feminismos europeos, 1700-1950. Una historia política. Trad. de Pedro Piedras Monroy. Akal. Madrid. 2015. 556 pp. Reseña de Tamayo, Juan José. Largo viaje por el feminismo europeo. “El País” Babelia 1.250 (7-XI-2015).
Oñoro, Cristina. Las que faltaban. Una historia del mundo diferente. Taurus. 2022. 504 pp. Ensayo con 13 biografías de mujeres. Entrevista de Valdés, Isabel. Cristina Oñoro. “Si la historia se hubiese contado completa, el mundo hoy sería otro”. “El País” (6-V-2022).
Posada, Luisa. Filosofía crítica y (re)flexiones feministas. Fundamentos. 2016. 190 pp. Reseña de Tamayo, Juan José. El precio de la desigualdad. “El País” Babelia 1.317 (18-II-2017).
Srinivasan, A. El derecho al sexo. Trad. de Inga Pellissa. Anagrama. 2022. 364 pp. Entrevista de De Miguel, Rafa. Amia Srinivasan. “Hay que crear una cultura sexual que desestabilice la jerarquía del deseo”. “El País” Ideas 395 (4-XII-2022).
Steinen, Gloria. Mi vida en la carretera. Alpha Decay. 2016. Autobiografía de una feminista estadounidense de referencia. Entrevista de Marc Bassets. Gloria Steinen. ‘Los papeles de género acabarán desapareciendo’. “El País” Semanal 2.087 (25-IX-2016).
Tolentino, Jia. Falso espejo. Reflexiones sobre el autoengaño. Temas de Hoy. 2020. Ensayos. La joven escritora (1989), de familia de origen filipino y migrante en EE UU, es redactora de “The New Yorker” desde 2007 y en su libro reflexiona sobre la adicción a las redes sociales y el ansia de fama. Entrevista de Gómez Urzáiz, Begoña. Jia Tolentino. ‘La autosatisfacción debería hacer sonar las alarmas en el feminismo’. “El País” Semanal 2.267 (8-III-2020).Traister, Rebecca. Buenas y enfadadas. Trad. de Amelia Pérez de Villar. Capitán Swing. 2019. 368 pp.
Venegas, Lola; Reverte, Isabel M.; Venegas, Margó. La guerra más larga de la historia: 4.000 años de violencia contra las mujeres. Espasa. 2019. 432 pp.
Zafra, Remedios. Ciberfeminismo. Holobionte. 2019.
Reportajes / Fotoensayos.
Marín, Ignacio. El trabajo de ser niña. “El País” Semanal 2.196 (28-X-2018). Fotoensayo sobre la vida de Quello, una niña etíope de 13 años que realiza trabajos domésticos preparándose para el matrimonio, sin formarse para algo más ambicioso. Las niñas etíopes dedican una media de 28 horas semanales a la casa.
Obituarios. Perfiles biográficos.
Jiménez,
Miguel. Obituario. Dorothy Pitman Hughes,
icono del feminismo. “El País” (13-XII-2022).
Noticias. Artículos en orden cronológico.
Ayuso, S. Eva y María Magdalena con gafas feministas. “El País” (7-XII-2018). Teólogas católicas y protestantes revisan los textos sagrados para preparar ‘Una Biblia de las Mujeres’.
Cruz Lapeña, Silvia. Suzanne Noël. “El País” Semanal 2.181 (15-VII-2018). [https://en.wikipedia.org/wiki/Suzanne_Noël] La médico francesa Suzanne Noël (nacida Gros) (1878-1954), feminista sufragista, que ayudó a los judíos a escapar de la Gestapo. Formada solo para pintar y coser, su primer marido, el médico Henri Pertat, con el que se casó en 1897 a los 19 años, la apoyó para acabar el Bachillerato y luego, en 1905, estudiar Medicina, que acabó en 1912. Ganó experiencia como destacada cirujana plástica en la Gran Guerra. Tras enviudar en 1919, se casó con otro médico, menos abierto al feminismo, André Noël, que se suicidó en 1922 al fallecer la hija, Jacqueline, a los 13 años (se cree que era hija biológica de André Noël), por la llamada ‘gripe española’.
Aunión, J. A. La cara más secreta de Clara Campoamor. “El País” (18-I-2019). La escritora y política feminista española Clara Campoamor (Madrid, 1888-Lausana, 1972) revive en un nuevo libro con los textos de divulgación literaria en Argentina entre 1938 y 1945, ‘Del amor y otras pasiones’, y la reedición de su obra sobre el inicio de la Guerra Civil en Madrid, ‘La revolución española vista por una republicana’.
Redacción. El feminismo marca el paso de la política en Latinoamérica. “El País” (6-III-2020). Los feminicidios, la violencia de género y el aborto convocan a miles de mujeres en Chile, Argentina, México…
Corona, Sonia. América Latina vive el 8-M más reivindicativo. “El País” (9-III-2020).
Álvarez, Pilar. ¿El sexo se elige? Según a quién se pregunte. “El País” (21-XI-2020). Un debate en el feminismo sobre la propuesta de eliminar los requisitos psicológicos para reconocer a las personas trans.
Constenla, T. 145 libros para cambiar el mundo. “El País” (9-XII-2020). La colección ‘Feminismos’ cumple 30 años.
Ayuso, S. 50 años del ‘manifiesto de las 343 zorras’. “El País” (5-IV-2021).
Silió, Elisa. Las universitarias desertan de Matemáticas pese al pleno empleo. “El País” (17-VI-2022). Rehúyen la competitividad.
Torralba, Carlos. La diplomacia feminista pierde a su gran referente. “El País” (13-XI-2022). La nueva coalición conservadora que gobierna Suecia abandona el concepto de “diplomacia feminista”, que defendía la igualdad de género en el mundo.
Análisis y opiniones. Artículo en orden alfabético.
Álvarez, Pilar. Feministas 4.0. “El País” Semanal 2.266 (1-III-2020). Una nueva generación de mujeres feministas en España, desde adolescentes a jóvenes.
Tancred Barone, L. Jocelyn Bell / Astrofísica. “Me felicitaban para casarme, pero no por mis descubrimientos”. “El País” (20-XI-2022). Jocelyn Bell (Belfast, 1943) descubrió los púlsares pero le dieron el premio Nobel a sus superiores porque ella era una mujer. En la entrevista cuenta su peripecia para formarse y trabajar como astrónoma, pese a las trabas del machismo.
Mars, Amanda. Charlene A. Carruthers. ‘Acabar con el capitalismo es un asunto feminista’. “El País” Ideas 239 (15-XII-2019). La estadounidense es una feminista radical negra y marxista.
Cebrián, Mercedes. Todas somos feministas. “El País” Babelia 1.423 (2-III-2019). Recientes ensayos, novelas o cómics que reflexionan sobre la condición femenina.
Cercas, Javier. Nuestro tiempo es el tiempo de las mujeres. “El País” Ideas 375 (17-VII-2022).
Pérez-Lanzac, Carmen. Clare Chambers. ‘El Estado debe proteger por igual a parejas casadas y no casadas’. “El País” Ideas 227 (22-IX-2019). Chambers (1976), profesora de Filosofía Política en la Universidad de Cambridge, critica el matrimonio,
Díaz, Paka. ¿Dónde está el feminismo justo ahora? “El País” S Moda 241 (IX-2018). Entrevistas a destacadas feministas: Marta Sanz, Barbara Ehrenreich, bell hooks (en minúscula), Rosa Cobo Bedia, Iria Marañón, Fei Fei-Li, Eurídice Cabañes, June Fernández…
Domingo, Carmen. Divide y vencerás… ¿hasta romper el feminismo? “El País” (22-V-2020). El movimiento feminista no ha de dividirse en pequeños colectivos.
Fernández, Celia. Religión. El empuje del feminismo católico. “El País” Semanal 2.373 (20-III-2022).
Fernández-Albertos, José. Más feminismo para todos. “El País” (7-III-2019). Por una sociedad con empleos más inclusivos para las mujeres.
Fraile, Marta. El liderazgo de las mujeres en esta crisis. “El País” (17-IV-2020). Notable acción de las líderes femeninas en la crisis de la pandemia.
Gallach, Cristina; et al. Voces para el cambio y la inclusión. “El País” (7-III-2019). Un manifiesto feminista.
García Vega, Miguel Ángel. La mirada feminista se abre paso en la economía. “El País” Negocios 1.903 (24-IV-2022). Las mujeres reclaman que los cuidados familiares sean remunerados y que anteponga el bienestar social al material.
Gómez Urzaiz, Begoña. Entre el ‘sí es sí’ y el ‘no es no’. “El País” Ideas 330 (5-IX-2021). El debate sobre el consentimiento sexual.
Aguilar, Andrea. Vivian Gornick. ‘Yo nunca he estado en el negocio de odiar a los hombres’. “El País” Semanal 2.266 (1-III-2020). Vivian Gornick (Nueva York, 1936), reportera de “The Village Voice”, autora de un primer libro de sus memorias ‘Apegos feroces’ (Sexto Piso, 2017), el segundo La mujer singular y la ciudad (Sexto Piso), y la antología Mirarse de frente (Sexto Piso).
Guillermoprieto, Alma. La rabia poderosa. “El País” (8-III-2020).
Limón, Raúl. Melvin Konner / Neurocientífico. ‘Estamos al comienzo del fin de la supremacía masculina’. “El País” (17-X-2021). El estadounidense Melvin Konner (1946) publica Mujeres ante todo (Almuzara).
López Mondéjar, Lola. Veinte centímetros. “El País” (3-IX-2022). Critica la lucha por la igualdad femenina que imita los modos masculinos. Hemos de evitar la cosificación de los cuerpos tanto masculinos como femeninos.
Manzano, Cristina. Ni un paso atrás. “El País” (28-XII-2018). El feminismo no debe retroceder ante la ofensiva conservadora.
Mesa, Sara. Marido, autoríceme para trabajar. “El País” Ideas 235 (17-XI-2019). La revista “Vindicación feminista” funcionó entre 1976 y 1979.
Molina, Estefanía. Involución feminista. “El País” (15-III-2022). Las feministas han de mantener su compromiso revolucionario en pro de los derechos de las mujeres, pues en la actualidad vivimos un retroceso en la opinión social, como la justificación de muchos jóvenes a la violencia de género.
Muñoz Rojas, Olivia. Cooperar en pie de igualdad. “El País” (6-III-2019).
Ngozi Adichie, Chimamanda. El silencio es un lujo que no podemos permitirnos. “El País” Babelia 1.405 (27-X-2018). Discurso de la escritora nigeriana (y católica) en la Feria del Libro de Fráncfort sobre la utilidad de la literatura para ampliar los límites de la imaginación como forma de combatir el machismo y el racismo.
Padilla, Mar. Al rescate de las filósofas borradas. “El País” Ideas 380 (21-VIII-2022). Un resumen de la valiosa aportación de las mujeres a la Filosofía y de cómo muchas fueron orilladas.
Ramírez, Noelia. Ciberfeministas. “El País” S Moda 259 (III-2020). Una generación nueva de feministas que debaten en Internet sobre interseccionalidad, salud mental, cultura…
Saiz, Eva. Ana Revenga. ‘Las políticas de género tienen costes para la masculinidad. Generan resistencia’. “El País” Ideas 183 (18-XI-2018). La exdirectiva del Banco Mundial defiende la igualdad de la mujer desde una visión económica.
Rodríguez Magda, Rosa María. Las mujeres no somos un colectivo identitario. “El País” (25-III-2022).
Carbajosa, Ana. Alice Schwarzer. ‘La legalización de la prostitución es reaccionaria y patriarcal’. “El País” Ideas 292 (20-XII-2020). La escritora alemana Alice Schwarzer es una histórica feminista, fundadora de la revista “Emma” y advierte que la pandemia es un golpe para la igualdad de las mujeres.
Scott, Linda. Incompetencia de la política de género y pandemia. “El País” (9-III-2021). La pandemia de la covid pone en peligro los logros del feminismo.
Serra, Clara. La víctima, protagonista de nuestro tiempo. “El País” (9-X-2022). El feminismo ha de incorporar las demandas de derechos de las personas trans y sumar a los hombres.
González Harbour, Berna. Vandana Shiva. “La comida es demasiado importante para dejarla en manos de millonarios”. “El País” Semanal 2.391 (24-VII-2022). La india Vandana Shiva (Dehradun, India, 1953), formada en Física cuántica y Filosofía en Canadá, es activista de la biodiversidad y el ecofeminismo. Dirige la Fundación de Investigación para la Ciencia, la Tecnología y la Ecología. Critica la economía especulativa y extractiva, la modificación genética, el uso excesivo de fertilizantes químicos y pesticidas…
Valcárcel, Anelia. Democracia, religiones y feminismo. “El País” Ideas 214 (23-VI-2019).
Valdés, Isabel. ¿Empodera la moda sexi? “El País” Ideas 236 (24-XI-2019). La hipersexualización de las tendencias puede entenderse como una forma de liberación femenina o como una fórmula más de opresión de las mujeres.
Valdés, I. Cinco años del Me Too: la evolución más global del feminismo. “El País” (16-X-2022).
Vallejo, Irene. Deslenguadas. “El País” (18-IX-2020). Mujeres de la Antigüedad que lucharon por sus derechos.
Widlak, Ewa. La ambición de las mujeres. “El País” (21-XII-2018).
BIBLIOGRAFÍA: PACIFISMO.
Libros.
Díaz del Corral, Eulogio. Historia del pensamiento pacifista y no-violento contemporáneo. Hogar del Libro. Barcelona. 1987. 157 pp.
Lederach, Jean Paul. Educar para la paz. Fontamara. Barcelona. 1994 (1984). Es una recopilación de fichas para el trabajo didáctico.
Lederach, Jean Paul. El Abecé de la paz y los conflictos. Educación para la paz. Catarata. Madrid, 2000. Fichas.
Wilson, Andrew. Manual del pacifista. Debate. Madrid. 1984. 344 pp.
Análisis y opinión. Orden alfabético.
Caparrós, Martín. El maestro de las revoluciones. “El País” Semanal 1.980 (7-IX-2014) 50-55. Entrevista al famoso pacifista estadounidense Gene Sharp (Baltimore, Ohio, 1928), fundador del Instituto Albert Einstein y autor de The Politics of Nonviolent Action (1973) y De la dictadura a la democracia (1993), un influyente manual para la revolución pacífica.
De Querol, Ricardo. Diez himnos contra la guerra de Vietnam medio siglo después. “El País” (16-I-2014).
Urdánoz, Jorge. Luther King, inventor moral. “El País” (2-V-2018). El pacifismo como solución a los problemas políticos.
BIBLIOGRAFÍA: ECOLOGISMO.
Internet.
Documentales / Vídeos.
Una verdad muy incómoda. Ahora o nunca (2017). EE UU. Documental. Dirección: Bonni Cohen y Jon Shenk. Presentación: Al Gore. Reseña de Ocaña, Javier. Un Trump anticlimático. “El País” (6-X-2017).
Libros.
Carson, Rachel. Primavera silenciosa. Luis de Caralt. Barcelona. 1964. 344 pp. Silent Spring. Houghton Mifflin Harcourt Pub. Boston. 2002 (1ª 1962). 378 pp. Uno de los textos ecologistas más influyentes.
Cruz, Humberto da. Ecología y sociedad alternativa. Miraguano. Madrid. 1986 (1979). 96 pp.
Dickson, David. Tecnología alternativa. Blume. Madrid. 1978. 200 pp.
Gore, Al. El ataque contra la razón. Debate. Barcelona. 2007. 335 pp. Reseña de Sevilla, Jordi. “El País” Babelia 832 (3-XI-2007) 19.
Lemkow, Louis; Buttel, Frederick. Los movimientos ecologistas. Alhambra. Madrid. 1983. 121 pp.
Muir, John. Cuaderno de montaña. Volcano. 2018. Selección de textos. Prólogo de Miguel Delibes de Castro, con su fragmento: Una vida entre la Tierra y el universo. “El País” Ideas 152 (15-IV-2018). Perfil del escritor ecologista John Muir (1838-1914).
Racionero, Alexis. Ecotopía. Una utopía de la Tierra. Anagrama. 2022. 112 pp. Adelanto: Un mundo de entornos naturales armónicos. “El País” Ideas 373 (3-VII-2022). Alexis Racionero Ragué (Barcelona, 1971) es doctor en Historia del Arte y licenciado en Geografía e Historia.
Santiago Muiño, Emilio. Rutas sin mapa. Horizontes de transición ecosocial. Los Libros de la Catarata. Madrid. 2016. 144 pp. Reseña de Rendueles, César. Reflexiones al borde del colapso. “El País” Babelia 1.269 (19-III-2016) 8.
Simonet, Dominique. El ecologismo. Gedisa. Madrid. 1983. 198 pp.
Noticias. Orden cronológico.
AA.VV. Medio ambiente: un futuro de incertidumbres. Número especial de “Revista de Occidente” nº 194-195 (julio-agosto 1997). Xavier Pastor. La sociedad organizada en defensa del medio ambiente (128-142).
Eisenstaedt, Alfred. Rachel Carson. La maestra de Al Gore. “El País” Semanal 1614 (2-IX-2007) 19-24. Un gran divulgadora norteamericana (1907-1964), autora de El mar que nos rodea (1951).
Corcuera, Álvaro. El ejército del medio ambiente. “El País” Semanal 1.968 (15-VI-2014) 30-41. La ONG Greenpeace.
Ferrer, Francisco. Volver a la naturaleza. “El País” Babelia 1.287 (23-VII-2016). Libros sobre la naturaleza, desde H. D. Thoreau (1817-1862).
Fernández-Santos, Elsa. Libros de hoja perenne. “El País” Babelia 1.287 (23-VII-2016). Bibliografía reciente sobre el amor por la naturaleza.
Iturbe, Antonio. El ecologismo se hace novela. “El País” (5-I-2017). La literatura aumenta el número de historias ecologistas.
Garzón, Raquel. El matrimonio que inventó el paraíso. “El País” Semanal 2.107 (12-II-2017). El matrimonio de Douglas Tompkins y Kristine McDivitt y su inmenso proyecto ecologista en América del Sur.
Carbajosa, Ana. El optimismo alemán frente al gruñido populista. “El País” (13-I-2019). Los Verdes suben en las encuestas.
De Miguel, B. Los Verdes crecen como alternativa europeísta ante los grandes partidos. “El País” (13-I-2019).
Planelles, M. Revuelta generacional por el clima. “El País” (15-III-2019).
Planelles, M. Un grito global contra el calentamiento. “El País” (16-III-2019). La protesta de cientos de miles de jóvenes se extiende por el mundo en un viernes de huelgas estudiantiles y manifestaciones.
Sánchez, Álvaro. El avance de los partidos verdes en Europa se detiene en el Sur. “El País” (6-VII-2020). Los Verdes suben en las ciudades de los países más al norte, pero no prosperan en Portugal, España, Italia y Grecia.
Análisis y opinión. Orden alfabético.
AA.VV. Medio ambiente: un futuro de incertidumbres. Número especial de “Revista de Occidente” nº 194-195 (julio-agosto 1997). Xavier Pastor. La sociedad organizada en defensa del medio ambiente. 128-142.
Blom,
Philipp. Frente a un mundo que se volvió
loco. “El País” Ideas 402 (22-I-2023). Muchos jóvenes protestan de modo
llamativo contra la inacción de los Gobiernos en la lucha contra el cambio
climático y otros graves problemas. Sus protestas recuerdan las de las
sufragistas un siglo antes, también muy radicales.
López, Cayetano. Del invierno nuclear al calentamiento. “El País” (12-IV-2017). Preocupación por el negacionismo de Trump, que pone en peligro los logros históricos de los últimos decenios en la defensa del medio ambiente.
Ruiz Mantilla, Jesús. Entrevista. Juan López de Uralde: “En el activismo hay sitio para todas las edades”. “El País” Semanal 1794 (13-II-2011) 32-36. El ecologismo de Greenpeace.
Elola, Joseba. Kristine McDivitt Tompkins. ‘A la gente le falta valentía para frenar el cambio climático’. “El País” Ideas (20-XI-2016). Una millonaria filántropa y conservacionista estadounidense que, después de la muerte de su marido, sigue comprando inmensos terrenos (un millón de hectáreas) para convertirlos en parques protegidos en Chile y Argentina.
Monge, Cristina. Sentar al futuro en la mesa de negociación. “El País” (15-III-2019).
Muñoz-Rojas, Olivia. Con o sin nosotros. “El País” (2-XII-2020). La socióloga explica el aumento de la concienciación sobre la defensa del medio ambiente.
Palomo,
Alberto G. TikTok y lanzar sopa en los
museos: nuevas formas de lucha. “El País” Ideas 402 (22-I-2023). El
activismo ecologista busca protestas radicales.
Garfella, Carlos. Xavier Pastor / Fundador de Greenpeace en España. “La izquierda ha entrado en contradicciones tremendas con las renovables”. “El País” (8-XI-2021). Señala que combatir el cambio climático no es gratis y tiene efectos sobre el medio ambiente (por ejemplo, los molinos de viento afectan a las aves), pero que la alternativa de no hacer nada es mucho peor.
Muñoz, Aurora; Sahuquillo, María R. Etiquetas ‘verdes’: un ecologismo a medida. “El País” (7-I-2012) 28-29. Entrevista a Janez Potocnik / Comisario de Medio Ambiente. ‘Los ciudadanos son cada vez más escépticos’ (28-29).
González Harbour, Berna. Vandana Shiva. “La comida es demasiado importante para dejarla en manos de millonarios”. “El País” Semanal 2.391 (24-VII-2022). La india Vandana Shiva (Dehradun, India, 1953), formada en Física cuántica y Filosofía en Canadá, es activista de la biodiversidad y el ecofeminismo. Dirige la Fundación de Investigación para la Ciencia, la Tecnología y la Ecología. Critica la economía especulativa y extractiva, la modificación genética, el uso excesivo de fertilizantes químicos y pesticidas…
Vidal-Folch, Xavier. Primos de los socialdemócratas. “El País” (13-I-2019).
PROGRAMACIÓN.
OP UD 72. CAMBIO SOCIAL Y
MOVIMIENTOS ALTERNATIVOS. FEMINISMO, PACIFISMO Y ECOLOGISMO.
UBICACIÓN Y
SECUENCIACIÓN.
En 1r curso de Bachillerato,
en Historia Contemporánea. Bloque de contenido 5: Problemas y perspectivas del
mundo actual.
Una visión general
puede darse también en ESO, 1r ciclo.
Eje temático 3. El
mundo actual.
Bloques 8 y 9.
Bloque 8. Participación
y conflicto político en el mundo actual. Apartado 5. Cauces y retos actuales
para la participación ciudadana: partidos y organizaciones sociales; instituciones
y centros de información y ayuda ciudadana; el papel de los medios de
comunicación de masas.
Bloque 9. Arte,
cultura y sociedad. Apartado 6. Focos de tensión y nuevos valores en las sociedades
postindustriales, y sus repercusiones en la calidad de vida y en la salud
individual y colectiva. Transformaciones en los ámbitos de la vida privada y
de las relaciones humanas: cambios en los roles y las relaciones entre hombre y
mujer.
RELACIÓN CON TEMAS
TRANSVERSALES.
Relación con temas de
Educación Moral y Cívica, Educación Ambiental, Educación para la Paz, Educación
para la igualdad de oportunidades entre sexos, Educación para la Salud,
Educación del Consumidor.
TEMPORALIZACIÓN.
Cinco sesiones de
una hora.
1ª Sobre cambio
social y movimientos alternativos: Documental. Diálogo. Exposición del
profesor. Cuestiones.
2ª Sobre feminismo:
Documental. Diálogo. Exposición del profesor. Cuestiones.
3ª Sobre pacifismo:
Documental. Diálogo. Exposición del profesor. Cuestiones.
4ª Sobre ecologismo:
Documental. Diálogo. Exposición del profesor. Cuestiones.
5ª Exposición del
profesor para refuerzo y repaso. Esquemas y comentarios de textos; debate y
síntesis.
OBJETIVOS.
Comprender las
causas y la naturaleza de los movimientos sociales alternativos.
Definir los
conceptos de cambio social, movimientos sociales y movimientos alternativos.
Conocer los
movimientos del feminismo, del pacifismo y del ecologismo.
Sintetizar la
evolución de estos movimientos.
Reconocer su
influencia sobre nuestras vidas.
Debatir
razonadamente respecto a sus ideales.
Usar los medios de
comunicación como instrumento cotidiano de información sobre los movimientos
sociales.
CONTENIDOS.
A) CONCEPTUALES.
El cambio social y
los movimientos sociales alternativos.
El feminismo.
El pacifismo.
El ecologismo.
B) PROCEDIMENTALES.
Tratamiento de la
información: realización de esquemas del tema, comparación de los distintos
movimientos, uso y crítica de los medios de comunicación como instrumento
cotidiano de información sobre los movimientos sociales.
Explicación multicausal
de los hechos históricos: en comentario de textos y debate.
Indagación e
investigación: recogida y análisis de datos en enciclopedias, manuales,
monografías, artículos...
C) ACTITUDINALES.
Rigor crítico y
curiosidad científica.
Tolerancia y
solidaridad.
Valorar la solución
pacífica de los conflictos nacionales.
Interesarse por los
cambios sociales de la actualidad.
Tomar posición ante
los problemas sociales.
METODOLOGÍA.
Metodología
expositiva y participativa activa. En esta UD en especial es importante que
predomine la participación activa del alumno, tanto en su indagación individual
como en las actividades grupales.
MOTIVACIÓN.
Un documental, con
diálogo que sirva de evaluación previa. Si es posible, el documental debe
abordar los tres principales movimientos alternativos, y su pase se dividiría
en tres fases, cada una al principio de la exposición de cada movimiento, con
diálogos breves, que se relacionarán con un tema de actualidad.
ACTIVIDADES.
A) CON EL GRAN
GRUPO.
Exposición por el
profesor del tema.
Debate final en
clase.
B) EN EQUIPOS DE
TRABAJO.
Realización de tres
líneas de tiempo sobre el proceso de estos movimientos alternativos.
Realización de
esquemas sobre los apartados.
Dossier de prensa
durante unas semanas previas a la UD.
Entrevista con
representantes de movimientos alternativos.
Comentarios de
textos sobre los problemas que combaten y sobre las respuestas de estos
movimientos.
Debatir sobre la
posición del grupo ante la problemática y el futuro de la ciencia y consensuar
una posición común, y dialogar en clase mediante un representante.
C) INDIVIDUALES.
Realización de
apuntes esquemáticos sobre la UD.
Participación en las
actividades grupales.
Búsqueda individual
de datos en la bibliografía.
Contestar
cuestiones: tras un diálogo de grupo, los alumnos deben contestar
individualmente por escrito.
RECURSOS.
Presentación digital
con esquemas y mapas.
Libros de texto,
manuales.
Fotocopias de textos
para comentarios.
Cuadernos de
apuntes, esquemas...
Documentales. Este
medio es especialmente usado en esta UD, por entender que favorece que los alumnos
usen los medios de comunicación audiovisuales como un instrumento de información,
que deben analizar y criticar con raciocinio. Además, hay numerosos
documentales muy adecuados a esta UD.
EVALUACIÓN.
Evaluación continua.
Se hará especial hincapié en que se comprenda la relación entre los problemas
sociales y las alternativas de esos movimientos. En especial, se valorará la
actitud abierta y crítica, y el grado de empatía y compromiso individual con
los ideales humanistas.
Examen incluido en
el de otras UD, con breves cuestiones y un comentario de texto. No será
esencial para la evaluación final, sino que servirá sobre todo de referencia
para conocer los resultados del aprendizaje.
RECUPERACIÓN.
Entrevista con los
alumnos con inadecuado progreso.
Realización de
actividades de refuerzo: esquemas, comentario de textos...
Examen de
recuperación (junto a las otras UD). Del mismo modo, sólo será secundario
respecto a la evaluación de procedimientos y actitudes.
2 comentarios:
Antes de escribir mi comentario quiero agradecerle su generosidad por poner "gratuitamente" tanta información, recursos muy útiles y temarios al servicio de profesores y opositores.
Mi comentario es referente al tema 72. Me ha llamado la atención que en el feminismo español no haya nombrado a Clara Campoamor, ya que fue ella la que defendió el voto femenino en España, así como tampoco a Emilia Pardo Bazán.
Un cordial saludo
Un saludo.
Tiene usted toda la razón en reivindicarlas, porque como mínimo merecen tanta atención como Kent o Nelken, así que procedo a incluirlas en este resumen.
Muchas gracias por su colaboración.
Atentamente, Antonio Boix.
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