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viernes, 28 de junio de 2013

La democracia y las ideologías.

HMA 1. MUNDO. LA DEMOCRACIA Y LAS IDEOLOGÍAS.


Heráclito: ‹‹El pueblo debe defender sus leyes lo mismo que sus muros››.

Churchill: ‹‹Un fanático es una persona que de ningún modo cambia de opinión y que de ningún modo permite que se cambie de tema››.

Índice.
Introducción.
Principales teorías actuales de legitimación de la democracia.
Opiniones: los fundamentos y problemas de la democracia.
El compromiso político de los intelectuales.
El ascenso de la tecnocracia.
Las ideologías políticas.

Introducción.
El autoritarismo reúne a los enemigos de la democracia, pero se divide en dos corrientes. Una, los regímenes autocráticos, esencialmente contrarios a las libertades, como Rusia o China. Dos, los regímenes iliberales, que son democracias híbridas en las que los autoritarios son populistas que llegan al poder mediante elecciones libres y después se asientan de modo permanente gracias a su dominio de las instituciones o la prensa, pero no se manifiestan en contra de las libertades sino que se reclaman sus auténticos defensores, en un contexto de guerra económica y cultural, de miedo al futuro.

Principales teorías actuales de legitimación de la democracia.
Hay un permanente debate teórico sobre la legitimación de la democracia y su problemática. Constantemente aparecen nuevas ideas sobre el proceso de consolidación de la democracia y la paz interna en las sociedades, tanto en Occidente como crecientemente en el resto del mundo:
- La teoría del “fin de las ideolo­gías” es defendida por Daniel Bell, Seymour M. Lipset y Alessandro Pizzotto y sostiene que varios decenios de prosperidad han reducido las diferen­cias económicas entre las clases sociales y los subsi­guientes con­flictos de clase, imponiendo progra­mas políticos dirigidos a la cada vez más numerosa clase media.
- La teoría del “compromiso de clase para la estabili­dad política” de Claus Offe y Adam Przeworski se funda­menta en un acuerdo entre los líderes de las clases so­ciales antes en lu­cha. Según este acuerdo (conceptualizado en las ideas económicas de Keynes) la clase trabajadora se benefi­ciaba del pleno empleo y de un Es­tado del bienestar a cambio de que el capi­tal conservara el control de los medios de produc­ción.
- Peter Hall [Hall, Peter A. Continuidad y cambios en la Europa con­tem­poránea. “Boletín Informa­tivo” Fundación Juan March, Madrid, 191 (ju­nio-julio 1989) 37-41.] critica ambas teorías: la primera porque la prosperidad europea se remonta a los años 20 y además la pros­peridad de posguerra no disminuyó los conflictos ideológicos, sino que incluso los incrementó; la se­gunda porque las ideas de Keynes no se acepta­ron en Europa (ex­cepto Gran Breta­ña) hasta muy tarde. Hall plantea un enfoque neo-institucionalista: el orden político se basa no en la prosperidad o en la negocia­ción entre las élites sino en una red de instituciones que es­table­cen de­rechos al status quo. Las más importantes han sido los sindica­tos y los partidos socialistas, que han desa­rrollado intereses en el capitalismo y la democracia.
John Rawls, autor de Teoría de la justicia, es uno de los más brillantes teóricos de la legitimación del liberalismo. Define la sociedad justa por dos principios:
Libertad: todos deben tener reconocidos unos derechos básicos y poder ejercerlos.
Igualdad: subdividida en dos, una distribución equilibrada del mínimo suficiente (el mínimo vital que esté por encima de una pobreza alienante) y una igualdad de oportunidades (todas las posiciones deben estar abiertas a todos).
- Malefakis [Malefakis. Democratizaciones en Europa. 1918-1996. “Bo­letín Infor­ma­ti­vo”, Fundación Juan March, 263 (X-1996): 12-13.ha explicado que la disolu­ción de la dictadu­ra franquista y su sustitución por un sistema constitucional demo­crático mo­der­no, mediante una “reforma con­trola­da” en 1976-1978, tuvo un efecto multipli­cador en América Latina e in­cluso en Asia (Corea del Sur, Tai­wán, Fili­pinas), porque mos­traba un ejemplo exitoso de evolu­ción pactada y rápi­da de la dictadura hacia la democra­cia homo­logable en Occidente.
Malefa­kis [Malefakis. Democratizaciones en Europa. 1918-1996. “Bo­letín Infor­ma­ti­vo”, Fundación Juan March, 263 (X-1996): 13-15.], exceptuando el caso yugoslavo, que exige un análisis particular y comple­jo, es optimista respecto a la democratiza­ción en los países del Este porque el comunismo, pese a sus graves de­ficiencias, ha reduci­do la fuer­za de los factores po­líticos, étnicos, so­ciales y religiosos que impidie­ron la demo­cracia en el periodo de entre­guerras. Los mismos ejércitos son ahora más pequeños y disci­plinados pues ya no son una amenaza, las fronte­ras son más segu­ras, los conflictos inte­restatales son menores, no hay amenaza de las grandes superpo­tencias, el na­cionalismo ha disminuido, el mito de la integra­ción en una Eu­ropa democrática está muy exten­dido.
Jürgen Habermas (Problemas de legitimación del ca­pita­lismo mo­derno) asegura que la creciente incapacidad de las eco­nomías para sostener el Estado de bienestar genera crisis de legitimi­dad política.
- James O'Connor (La crisis fiscal del Estado), por con­tra, argu­menta que si para con­servar el bienestar los Esta­dos detraen una parte creciente de la inversión ello disminuye la producti­vidad generando, a la postre, graves crisis fiscales que se saldan aumentando impuestos y el malestar de las clases medias. Parece que ambos, Habermas y O'Connor, tienen razón. Más allá va aún Ralph Dahrendorf, que considera que “La llamada globalización está poniendo en peligro el equilibrio entre oportunidades económicas, sociedad civil y libertad política que había caracterizado a las sociedades modernas occidentales”. La causa: el descontrol sobre los movi­mientos de capitales y la especulación financiera global.
- El politólogo alemán Carl Schmitt (El concepto de lo polí­tico), “enemigo del liberalis­mo” y uno de los pensadores utili­zados por el nazismo (al que apoyaba), explicaba: “La dis­tinción política específica, aque­lla a la que pueden recondu­cirse todas las acciones y motivos políticos, es la distinción de amigo y enemigo”, por lo que la oposición no es un adversa­rio, sino un enemigo, y la política es una guerra -civil-, en la que hay que acabar con el que se sitúa enfrente. Tal ideolo­gía, autoritaria y antidemócrata, es una cons­tante tentación para los políticos en las sociedades modernas.
- Niklas Luhmann, por contra, defiende una posición mode­ra­da, de respeto por el adver­sario: “en una democracia no se pue­de tratar al oponente político como inelegible”, el Gobierno necesita a la oposición y va en su propio detrimento el inten­tar aplastarla a lo Schmitt. Además el pueblo suele reaccionar de modo sorprendente cuando se rompe esta regla y pone como ejem­plo el maccarthismo norteamericano, que acabó en el momento en que la acusación de comunis­mo -es decir, de inelegibilidad- se extendió al Partido Demócrata. Afirma que “En cuanto los políticos (...) aspiran a ordenar la sociedad como un todo, entran en dificultades con la democra­cia. Experimentan la opo­sición como un intento de impedir la realización de su tarea”.­
Tony Judt indica en su libro Pensar el siglo XX que ‹‹si uno se para a pensar en la historia de las naciones que maximizaron las virtudes de lo que nosotros asociamos con la democracia, de da cuenta de primero vino la constitucionalidad, el Estado de derecho y la separación de poderes. La democracia casi siempre llegó lo último.››

Opiniones: los fundamentos y problemas de la democracia.
«Una vieja aspiración liberal ha sido sustituir el gobierno de los hombres por el gobierno de las leyes». La democracia, para su propia supervivencia, puede frenar y limitar los derechos de los intolerantes, según la mayoría de los autores.

El pensador danés Alf Ross, uno de los autores más representativos del realismo jurídico escandinavo, definía en ¿Por qué democracia? (1952, publicado por el Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1989) la democracia política, en su sentido jurídico, como una forma de gobierno en donde triunfa la idea de la mayoría frente a aquellas formas de gobierno donde se recurre a la violencia y triunfa el más fuerte. Esta contraposición explica que Ross se planteara el problema del empleo de la fuerza en democracia: señalaba que el valor democrático más importante consiste en la discusión pacífica en lugar del uso de la fuerza, y afirmaba que, a diferencia de la autocracia, la democracia sólo recurre a la fuerza para defenderse de ataques violentos.

Otro prestigioso filósofo de la política, el estadounidense John Rawls, reflexionaba en Teoría de la justicia (1971, publicada por FCE, México, D. F., 1979), sobre si la justicia permite tratar con tolerancia a los intolerantes y concluía que los hombres pueden ponerse de acuerdo en el principio de igual libertad para todos, pero es posible que la libertad del intolerante se tenga que limitar para preservar la libertad de todos bajo una Constitución justa.

Ignacio Sánchez-Cuenca, en Literatura política [“El País” (11-I-2012)], advierte de los errores analíticos de los escritores que se dedican al comentario político, como Mario Vargas Llosa y Félix de Azúa, sin duda excelentes literatos pero a menudo huérfanos de objetividad política, y faltos del conocimiento de la realidad y las ideologías de los partidos. Solo algunos podían aunar la buena prosa y la profundidad, como el difunto Javier Pradera.

El escritor chileno Jorge Edwards, en Las fallas de la administración [“El País” (9-II-2012)], aprovecha el reciente rechazo de Vargas Llosa a ocupar la presidencia del Instituto Cervantes, para repasar la compleja relación de los creadores hispanoamericanos con las instituciones. Él mismo ha sido embajador y menciona los ejemplos del peruano Vargas Llosa, el chileno Alberto Blest Gana y el brasileño Machado de Assis:
‹‹El rechazo de un alto cargo en la cultura española por Mario Vargas Llosa me ha hecho pensar una vez más en el tema de los escritores y la Administración. Paul Valéry, el poeta de El cementerio marino, dijo alguna vez que los escritores se refugian “en las fallas de la Administración”. Según eso, el poeta, el novelista, el ensayista, no son buenos funcionarios y ni siquiera aspiran a serlo: son infiltrados, parásitos, gente que aprovecha los tiempos muertos administrativos, las fallas, para convertirlos en los tiempos más vivos y estimulantes, como son los de la auténtica creación artística. Es decir, son personas astutas, que se sirven de los cargos burocráticos para transformarlos en becas literarias. Dicen que Valéry, por ejemplo, llegaba a su oficina, colgaba su abrigo y su sombrero, para que los demás pensaran que estaba ocupado en alguna parte, y volvía a salir. 
En definitiva, sin embargo, el asunto no me parece tan claro. Basta con leer cualquier texto de Valéry para comprender que tenía una inteligencia, una capacidad de análisis, una cultura, superiores. Cuando dedicaba la mitad o la tercera parte de su jornada diaria a temas de Administración, probablemente obtenía resultados superiores. Pero si le hubieran ofrecido el cargo de director general o de ministro, probablemente habría escapado. Como lo hizo en estos días Vargas Llosa. (…) El paso de los creadores literarios, poetas, dramaturgos, novelistas, por las instituciones y las administraciones, ha sido largo, reiterado, de estilos y resultados enormemente diversos. (…)››

Josep Ramoneda, en La casta mantenida [“El País” (11-X-2012)] resume la gravedad del descrédito de los políticos:
‹‹Las encuestas confirman el profundo desencuentro entre la ciudadanía y la política institucional, a la que algunos llaman la “casta mantenida”. (…)
Hay una cierta tendencia a presentar la imagen de una clase política malvada y corrupta, frente a una sociedad honesta e inocente. Es un planteamiento alimentado a partir del prejuicio contra la política propagado durante estos años de hegemonía conservadora. Un razonamiento simétrico al que cuando se habla de corrupción pone el foco en el corrupto pero se olvida del corruptor. Y, sin embargo, es evidente que no hay corrupto sin corruptor. No hay, por tanto, una sociedad angelical y una clase política perversa. Hay una pérdida grande de exigencia por parte de una sociedad que ha vivido demasiado tiempo en la indiferencia y una acomodación de la clase política, que se siente poco vigilada, a sus intereses y privilegios de casta. Y hay unos sistemas clientelares esparcidos por todo el territorio que favorecen la servidumbre voluntaria y, por tanto, los silencios y los miedos.
Se necesita una renovación de las instituciones políticas. Para que una democracia funcione, el poder tiene que estar limitado y suficientemente repartido. Ahora no lo está. Por eso chirrían tantas cosas. Es cierto que la clase política se ha convertido en un grupo que pone sus intereses por delante del interés común. Pero es cierto también que hay una promiscuidad entre poder político y poder económico de alto poder contaminante. Y es cierto que los medios de comunicación convencionales, en plena crisis, han perdido la capacidad de marcar la agenda política y de configurar la opinión pública mirando hacia abajo y no solo desde arriba. Degradación de la política sí, impunidad de las élites, también.
Las consecuencias de todo ello son altamente desmoralizantes para la ciudadanía y la crisis las ha hecho emerger de modo descarnado. La sensación de dependencia de la política del poder financiero es abrumadora. Se habla mucho del grave problema del paro, pero la prioridad de las políticas de austeridad es salvar a los bancos y socializar la deuda privada. (…) Parte de la ciudadanía se siente burlada y sin voz. Burlada porque cada vez se le piden más sacrificios y sin recibir a cambio ninguna señal de progreso ni de reparación del daño causado por los excesos que condujeron a la crisis. Sin voz, porque la repetición de la idea de que no hay alternativa, además de ser un insulto a la ciudadanía, convierte a la democracia en un paripé y abre las puertas al autoritarismo, a la falta de transparencia y a la restricción paulatina de derechos. (…)
¿Qué necesita la democracia? Mayor autonomía de los políticos respecto de los poderes económicos, recuperación de la idea fuerte de proyecto político (es decir, de futuro), reforma del Estado y sus aledaños en el sentido de reducir los poderes corporativos y redistribuir el poder, revitalización del Parlamento, cada vez más ninguneado por los gobiernos, modificación de la forma partido excesivamente anquilosada en un modelo jerárquico y cerrado, cambio de la ley electoral que acerque al parlamentario a los electores y no le convierta en títere del aparato partidario, respeto a la libertad de los actores políticos que evite el penoso espectáculo de la celebración de las unanimidades. Pero, sobre todo, es necesario un cambio cultural de fondo. Hay en este país demasiada gente que se vanagloria de no poder decir lo que querría decir porque su posición no se lo permite. Esta cultura es contraindicada con la democracia, porque crea dirigentes sin autoestima, que renuncian con suma facilidad a la capacidad de pensar y decidir por sí mismos, es decir, a su dignidad. Esta actitud también es una forma de corrupción estructural. Donde no hay políticos libres, solo hay casta mantenida.››

FernandoVallespín, en Política y ‘antipolítica’ [“El País” (12-X-2012)] advierte del deterioro de la opinión ciudadana sobre los políticos y, por extensión, la democracia actual en España (y Occidente).
‹‹Tras el revuelo organizado por el movimiento 25-S [en España] ha empezado a acusarse a sus defensores de practicar la antipolítica. Serían, según una versión que suele provenir de la “política institucional”, movimientos similares a los que en los años treinta del siglo pasado acabaron hiriendo de muerte a la democracia liberal. El eslogan que consiguió movilizarlos, Tomemos el Congreso, no fue, desde luego, nada afortunado, como bien sabemos quienes conocimos de primera mano las inmensas dificultades de instaurar al fin en España una democracia parlamentaria. Pero, como ya ocurriera con los seguidores del 15-M, reflejan un estado de ánimo de profundo malestar con la democracia realmente existente que no podemos descalificar sin más. (...)
Podremos estar más o menos de acuerdo con lo que proponen, pero lo que sí que no son estos movimientos es “antipolíticos”, sino todo lo contrario. No hay nada más político y democrático que la divergencia, el cuestionamiento de todo, la contestación. Como decía Bernard Crick en su maravilloso libro En defensa de la política, “la política como actividad merece ser honrada como la clave de la libertad, por encima del comportamiento de los políticos”. Y, añadiríamos, más allá de lo que las instituciones formales de la democracia son capaces de atrapar, integrar o reflejar. Porque este es precisamente el problema, que el sistema ha dejado de conectar con voces y sensibilidades políticas que buscan su acomodo sin encontrar un medio institucional que se lo permita. (...)
El antipoliticismo residiría más bien en la actual reducción de la política a mera gestión tecnocrática, en la expresión de consignas vacías —las campañas electorales cada vez resultan más irritantes y ficticias—, en la falta de valentía para decir la verdad, en priorizar los intereses de partido sobre los intereses generales. Respecto a esto último basta un dato: el 90% de los ciudadanos desean un pacto de Estado para sacarnos de la crisis, (...). Luego, si estos políticos se sienten incomprendidos porque los ciudadanos les dan la espalda y se quejan, se arropan en la legitimidad derivada de su condición de ser cargos electos. De acuerdo, no conocemos otro criterio de legitimidad. Pero tan legítima es también la crítica sin paliativos.
El funcionamiento de la democracia institucional se ve desafiado hoy por dos importantes transformaciones que van a condicionar directamente su futuro. 
La primera es el uso creciente de las nuevas tecnologías, que introducen un ruido inmenso en los habituales canales de la comunicación política y crean un nuevo modelo de interacción política que se escapa a los controles tradicionales. El espacio público se escinde así en una pluralidad de percepciones de lo que ocurre que no puede ser vertebrado ya por los medios de comunicación de siempre. Su característica fundamental es la erosión de toda autoridad a la hora de definir la realidad, y su facilidad para poner en marcha formas de expresividad política que no se dejan reconducir con facilidad a través de las vías partidistas. Esto no las convierte en “antisistema”. Lo que sí hace es poner de manifiesto un nuevo tipo de crítica en los márgenes del sistema que este ya no sabe encauzar. De ahí la importancia de gozar de medios de comunicación sólidos e independientes que sepan conectarlos eficazmente dentro de lo que podríamos llamar una esfera pública unificada.
La segunda transformación, bien perceptible en países postsoberanos como España, es que podemos estar en presencia de la quiebra del pacto socialdemocrático, la asociación de la política formal a criterios de justicia social. Bajo las condiciones de la globalización, una de las partes de dicho pacto, “los ricos”, se han escapado ya del compromiso con el bienestar de todos. Y puede que sea aquí, en la frustración ante un ejercicio de la política incapaz de atender a los más necesitados, donde se exprese de forma más clara la voz de estos movimientos. Atención, porque esto sí que es mucho más difícil de encauzar, es el gran desafío del momento.››

Maravall, un pensador socialista español, ex ministro de Educación en el primer Gobierno socialista de Felipe González, considera que un reformismo sin reformas es un fraude político y defiende un radicalismo democrático, una socialdemocracia opuesta a la retórica frívola del presente. Las reformas se han de sustentar en cuatro pilares: ser factibles presupuestariamente, pues si se aumenta una partida del gasto hay que reducir otra o aumentar los ingresos; ser realistas, pues no hay que fantasear con soluciones milagrosas, ya que todas las medidas tomadas tienen límites y costes; explicarse con transparencia y didáctica, y así la sociedad debe ser informada de las causas, costes y efectos, huyendo de los “terribles simplificadores” (Jacob Burkhardt), que buscan soluciones fáciles y demagógicas; y debe implicar una redistribución de la renta y el poder en beneficio de los pobres y los débiles, al contrario de la política conservadora, que redistribuye la riqueza y el poder a favor de los más ricos y los más poderosos.

Josep M. Colomer, en ¿No más democracias? [“El País” (5-IV-2016)] explica que hay unos 50 países en el mundo con sistemas híbridos entre democracia y autocracia:
‹‹Cabía esperar que se establecieran bastantes nuevas democracias en los últimos 10 años, de acuerdo con el postulado de que las dictaduras son más vulnerables que las democracias a las crisis económicas. La predicción hipotética, sin embargo, no se ha confirmado. Algunos observadores, como Freedom House o el Journal of Democracy, apuntan a una “reversión” de la tendencia hacia más libertad en el mundo que empezó en la década de 1970. La decepción de la primavera árabe ha hecho impacto. Entre los otros casos importantes pendientes de democratización continúan estando Rusia y China.
Pero lo cierto es que la vulnerabilidad de estos y otros regímenes no democráticos a las crisis económicas aún no se ha podido comprobar. Hasta ahora, la Gran Recesión ha afectado sobre todo a países democráticos, particularmente en Europa. Y el postulado complementario de que las democracias maduras son resistentes a las crisis económicas se ha confirmado plenamente. Han aumentado las quejas por la pérdida de soberanía estatal y la impotencia gubernamental. Como era previsible, aunque la mayoría de los Gobiernos democráticos han perdido elecciones, los sistemas democráticos se han mantenido en pie.
Cabe desarrollar una perspectiva más optimista si aceptamos una clasificación tricotómica de los tipos de régimen político que incluye una categoría intermedia entre la democracia y la autocracia, a la que se suele llamar anocracia, régimen híbrido o parcialmente libre en la literatura académica. Estos regímenes celebran elecciones regulares, pero con sufragio limitado, restricciones a los derechos civiles o políticos o escasa responsabilidad del Gobierno.
Ha habido anocracias no solo durante las últimas décadas, como sospechan algunos académicos con poca visión histórica, sino que fueron abundantes durante los siglos XIX y XX. Este fue el tipo de arreglo institucional que adoptaron una serie de monarquías constitucionales en Europa, como Reino Unido a mediados del siglo XIX o Alemania, España y Suecia en torno al cambio de siglo, así como algunas repúblicas presidenciales en América Latina, como Chile y Colombia antes de la década de 1960 o México en las décadas de 1980 y 1990. Las anocracias no siempre configuran una situación transitoria, sino que son la forma de regímenes relativamente duraderos.
Casi tres cuartas partes de los países del mundo han tenido regímenes anocráticos o intermedios, los cuales han durado alrededor de dos generaciones como media. La mayoría de los regímenes anocráticos se han establecido como resultado de la liberalización de autocracias o de la dominación colonial, lo cual ha implicado un aumento relativo del grado de libertad en el mundo.
Además, como lo ilustran los casos mencionados, la mayoría de los países con un régimen anocrático duradero se han acabado transformando en democracias. De hecho, los intentos de democratización han sido aproximadamente igual de exitosos cuando se han intentado a partir de autocracias que cuando se han establecido a partir de regímenes anocráticos. Casi la mitad de las actuales democracias en el mundo se establecieron no mediante transiciones cortas y directas, como en España, sino mediante procesos relativamente largos de evolución, apertura y reformas de ese tipo de régimen intermedio, comparables con el que se siguió, por ejemplo, en México.
En la actualidad hay unas 50 anocracias en el mundo, entre ellas Armenia, Marruecos, Jordania, Egipto, Turquía, Camboya, Pakistán, Tailandia, Malasia y, según algunas evaluaciones, también Rusia, así como otros países de África y Asia. Los regímenes anocráticos existentes han durado, hasta el momento, cerca de 20 años como media, lo cual es menos que los del pasado. Esto puede sugerir que todavía pueden durar un poco, pero también que podrían experimentar otros procesos de apertura a la democracia en futuros no muy lejanos (tal vez una generación más), al igual que muchos de sus predecesores. Si se confirman las malas perspectivas para la economía mundial (incluyendo a Rusia y China), las guerras civiles en el Oriente Medio se acaban por agotamiento y, como consecuencia, los regímenes no democráticos dejan de ser capaces de proveer seguridad o prosperidad a sus súbditos, los espacios de libertad política en el mundo deberían acabar ampliándose.››

El historiador británico Tony Judt indicaba en su libro Pensar el siglo XX que ‹‹si uno se para a pensar en la historia de las naciones que maximizaron las virtudes de lo que nosotros asociamos con la democracia, de da cuenta de primero vino la constitucionalidad, el Estado de derecho y la separación de poderes. La democracia casi siempre llegó lo último.››

Raffaele Simone (Lecce, 1944), lingüista y filósofo, profesor en la Universidad Roma III, es autor de los ensayos El monstruo amable (Taurus, 2008), en el que considera que la izquierda está en vías de extinción, y El hada democrática (Taurus, 2016), donde afirma que el sistema democrático se ha vaciado de contenido y ya no puede satisfacer las ilusiones del Estado del bienestar. Afirma que ‹‹(…) sus orígenes [de la democracia] son utópicos. El paradigma democrático tiene dos fuentes, la socialista y la liberal, pero la contribución fundamental es la primera. Todo el mundo ha creído en este elemento utópico, pero, con el cambio de siglo, algunos mitos se han caído. La democracia se sostiene en ficciones, en ideas que no se pueden realizar, pero que adoptamos como ciertas y en las que tenemos que creer. Ahora hemos comprendido que algunas eran ficciones, sobre todo la idea de representación, que está completamente cuestionada.
[La democracia entra en crisis al descubrir que lo que prometía no era posible] Hay tres motivos. Primero, el propio paradigma democrático era frágil por lo que yo llamo el pensamiento político natural, que instintivamente no es democrático, sino totalitario. Se ve en el comportamiento primario de los niños, que crean entre ellos jefes, gregarios, dinámicas de poder… La democracia se basa en la negación de ese elemento natural. Luego viene la construcción histórica del paradigma. Por ejemplo, la idea de representación, que ya Ortega definía como “acrobática” porque supone que mil personas, al no poder ejercer directamente su soberanía, la transmiten a otras diez que se consideran idénticas a las mil. Es un salto lógico audacísimo, que podría tener consecuencias muy nobles, pero que está ya despojado de toda nobleza: por la corrupción, los privilegios de los políticos, el descuido frente a las necesidades del pueblo… Y el tercer motivo: una serie de acontecimientos planetarios que han impactado durísimamente en la democracia.››
[El desarrollo del capitalismo ha asfixiado la democracia] (…) no es una posición izquierdista, es una posición obvia. Que el mando del mundo está en manos del supercapital es evidente. Hay hechos emblemáticos, como el conflicto entre Apple y el FBI: un poder político institucional no puede hacer nada contra una corporación.
[Hemos de resignarnos a una “democracia de baja intensidad”] Es lo que parece que nos espera. Necesitaríamos ciertas dosis de imaginación institucional, inventar cosas nuevas. Por ejemplo, la elección de cargos por sorteo, inviable en el ámbito nacional, podría serlo en otros. ¿Por qué no recuperar una tradición antigua para rechazar a un representante que demuestra que no merece esa función? Es una medida pequeñísima, pero de gran interés, como también lo sería pedir su opinión a los ciudadanos sobre asuntos de gran trascendencia. Aunque solo sea por fragmentos, se puede devolver a los ciudadanos algo de su soberanía.››
Entre las múltiples causas de la crisis de la democracia, Simone analiza el impacto negativo de la herencia sociocultural de las revueltas de mayo del 68: ‹‹No soy crítico, soy descriptivo. Es necesario tener algún concepto de autoridad y ya no tenemos ninguno. El 68 conectó morfológicamente autoridad con autoritarismo. Y prácticamente la única autoridad que se reconoce es la de la policía, y ni siquiera ella. En la escuela, la idea que se ha difundido de que la educación la pueden hacer solo los alumnos es absolutamente loca. Las estructuras humanas necesitan que alguien tenga una responsabilidad de coordinación.›› Achaca en parte la crisis de la democracia a la banalidad de la cultura de masas, que socava los viejos conceptos de autoridad intelectual y moral: ‹‹Está pasando exactamente lo que ya describió Ortega en los años veinte en La rebelión de las masas. La masa no tiene la aspiración de convertirse en clase cultivada, no; impone su incultura. Eso es lo perturbador, que desaparece la aspiración a mejorar. Y eso no es democrático, porque la democracia supone elevación cultural de todos.›› [Hermida, Xosé. Raffaele Simone / Filósofo. ‘Somos totalitarios por instinto’. “El País” Ideas (3-VII-2016).]

José Fernández Albertos en ¿Fin de la democracia como equilibrio? [“El País” (1-XI-2018)] plantea las causas de la creciente debilidad del sistema democrático, aunque es muy posible que nuestras democracias no acaben colapsando por completo:
‹‹En su último libro (Why Bother with Elections?), el politólogo Adam Przeworski recuerda que el principal logro de la democracia electoral no es la satisfacción permanente de nuestros deseos o la consecución de la igualdad económica, sino el de ser un mecanismo ingenioso y pacífico para procesar los conflictos que inevitablemente existen en todas las sociedades. El genio de la democracia consiste en que no hay ni ganadores ni perdedores permanentes: los derrotados hoy toleran que otros impongan sus políticas preferidas porque confían en que en algún momento ellos podrán imponer las suyas. Y, a su vez, los ganadores se abstienen de subvertir las reglas básicas de la democracia (en esencia, que las elecciones sean libres y competidas) porque confían en que cuando pierdan las elecciones podrán ejercer de oposición y volver a conquistar el poder. Así entendida, la democracia es un virtuoso equilibrio.
Ahora vemos que ese equilibrio es quizá más precario de lo que pensábamos. Y es que la aceptación de las reglas del juego por ganadores y perdedores depende de una serie de condiciones. Primero, que el coste de una resolución no pacífica de los conflictos sea muy alto para todos. Eso seguramente explica por qué la democracia resiste mejor en los países ricos que en los pobres. Segundo, que los conflictos de intereses no sean demasiado agudos. Si las políticas preferidas por los ganadores están en las antípodas de las de los perdedores, las derrotas, aunque sean temporales, serán difíciles de tolerar. Por eso, las sociedades muy desiguales conviven mal con la democracia. Y tercero, los conflictos tienen que ser articulados por organizaciones políticas con capacidad de pensar en el largo plazo y de convencer a sus miembros de la necesidad de aceptar derrotas transitorias.
Mi sensación es que las transformaciones económicas y políticas recientes están haciendo más difícil que se den las dos últimas condiciones. La consecuencia es que la estabilidad de nuestros sistemas políticos descansa cada vez más en el que los costes de la confrontación abierta siguen siendo demasiado grandes. Es muy posible que gracias a ello nuestras democracias no acaben colapsando por completo, pero ese no es un gran consuelo. Si se vuelven incapaces de canalizar políticamente los conflictos, se transformarán en regímenes muy diferentes a los que hemos conocido.››

Joaquín Estefanía resume: ‹‹Hace un lustro, dos profesores universitarios activaron las alarmas sobre la situación de las democracias. Steven Levitsky y Daniel Ziblatt analizaron en Cómo mueren las democracias el apagón que sufría la libertad en el mundo y se cedía el paso a lo que enseguida se llamó “recesión democrática”, que coincidía con un sombrío estado de ánimo y la multiplicación de democracias iliberales.
Otros dos profesores, Sergéi Guriev (rector de Sciences Po de París de 51 años) y Daniel Treisman, de la Universidad de California, han cerrado el círcu­lo escribiendo Los nuevos dictadores. El rostro cambiante de la tiranía en el siglo XXI —los Putin, Erdogan, Orbán, etcétera— que son una nueva generación que en poco se parece a sus sangrientos antecesores, los Hitler, Stalin, Mao… Aquellos han cambiado el uniforme militar por el traje formal, acuden con sus aviones privados al foro empresarial de Davos, dejaron de fusilar a sus oponentes en abarrotados estadios de fútbol, y contratan para su práctica política a asesores y encuestadores profesionales.
El modelo de los nuevos dictadores se basa en una idea brillante. Su objetivo principal sigue siendo monopolizar el poder político, pero los hombres fuertes de ahora son conscientes de que en la situación actual la violencia no siempre es necesaria o ni siquiera conveniente. No les conviene que las miradas se posen sobre ellos. En lugar de aterrorizar a los ciudadanos un gobernante hábil puede controlar o reconfigurar las creencias de su pueblo sobre el mundo. Puede engañar a sus ciudadanos para que se conformen o incluso para que le aprueben con entusiasmo. En lugar de reprimir con dureza, los nuevos dictadores manipulan. Son dictadores de la manipulación.
Estos nuevos dictadores controlan a la ciudadanía distorsionando la información y simulando procedimientos democráticos. Utilizan las instituciones democráticas (incluso participando en las internacionales) manejándolas desde dentro. Lo cual no significa que en cualquier momento puedan abandonar esa manipulación y volver a la cruda represión. Es lo que ha hecho Putin con la guerra de Ucrania.›› [Estefanía, J. Sergéi Guriev. Cómo diseccionar a los nuevos dictadores. “El País” Ideas 451 (31-XII-2023). / https://elpais.com/ideas/2023-12-31/seis-pensadores-que-marcaron-el-ano-2023.html

El compromiso político de los intelectuales.
La cuestión de la naturaleza del compromiso político de los intelectuales se entrevera con las preguntas sobre su deseabilidad y sus límites, si deben ser filósofos los reyes o ser reyes los filósofos o si es mejor que no se mezclen los dos grupos pues el poder tiende a ser absoluto y pervierte la razón (incluso una mente preclara como Heidegger sucumbió al hechizo del poder y Platón y Aristóteles defendieron ideas que hoy parecen deleznables). 
Francesc De Carreras, en Influir, legitimar, criticar [“El País” Domingo (15-VI-2014)] resume el debate sobre el tema y sostiene, como Kant, que lo importante es dejar que los filósofos piensen para que puedan iluminar el camino a los políticos.

El ascenso de la tecnocracia.
En los últimos meses de 2011 los tecnócratas han ascendido al mando de los Gobiernos de Grecia e Italia, lo que ha reabierto el debate sobre su papel en la política y la economía. Las dos posiciones enfrentadas son, a grosso modo, la de quienes los prefieren porque aseguran cierta independencia ante los poderes excesivos de los partidos políticos arrastrados por los clientelismos, la corrupción y la incompetencia, y, por el contrario, las de quienes observan con preocupación el alejamiento de los ciudadanos respecto a los políticos, lo que conduce finalmente a una menor participación y, por ende, un menor control democrático de las instituciones.

Las ideologías políticas.
Raymond Aron afirmaba que las ideologías son “anticipaciones que esperan el juicio del tiempo” y esta definición apunta a un relativismo temporal y existencial: las interpretaciones de qué es ideología están marcadas por el tiempo y las circunstancias personales y sociales de los individuos.
Explicaba el filósofo polaco Adam Schaff que una prueba de que el mundo es redondo consiste en observar que cuando uno empieza a dirigirse a la extrema izquierda acaba en la extrema derecha, y viceversa.
Un concepto de ideología que resume el consenso de la mayoría de los politólogos apunta a que es el sistema de ideas coherentes entre sí, que afecta a algunos o todos los aspectos de la política, la sociedad, la cultura y la economía, y difundido en un tiempo y una civilización específicos. Por ejemplo, puede haber similitudes notables entre el comunismo de los clanes paleolíticos y el comunismo soviético del siglo XX, pero no son la misma ideología, sino estadios diferentes de ella.



FUENTES. La democracia: fundamentos, problemas y teorías.
Internet.
Lincoln (2012), de Steven Spielberg. El filme muestra el apasionante proceso político que permitió que el Congreso estadounidense votara en 1864 la libertad de los esclavos. 

Documentales.
Nelson Mandela. Viaje a la libertad. Documental de History Channel. Duración: 44 minutos. [http://www.youtube.com/watch?v=sNoZUqd_FuU].

Libros.
AA.VV. Informe sobre la democracia en España. Libros de la Catarata. Madrid. 2013.
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Altares, Guillermo. Los silencios de la libertad. Tusquets. 2023. 299 pp. Ensayo sobre el peligro que se cierne sobre la democracia. Reseña de Amat, Jordi. Los asesinos están entre nosotros. “El País” Babelia 1.626 (1-IV-2023).
Ampuero, Roberto; Rojas, Mauricio. Diálogo de conversos. Editorial Sudamericana. Santiago de Chile. 2015. Reseña de Vargas Llosa, M. Diálogo de conversos. “El País” (29-XI-2015) 13. Comenta el libro de filosofía política y social, de los chilenos Ampuero y Rojas, dos militantes de extrema izquierda en su juventud, que hoy son progresistas pero críticos con las utopías colectivistas.
Arias Maldonado, Manuel. La democracia sentimental. Página Indómita. Barcelona. 2017. 448 pp. Manuel Arias Maldonado (Málaga, 1974) es un filósofo político. Reseña de Jorge Bustos. “El Cultural” (3-III-2017).
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Urquizu, Ignacio. ¿Cómo somos? Un retrato robot de la gente corriente. Deusto. 2019. Fragmento: Gente corriente y democracia. “El País” Ideas 202 (31-III-2019). El populismo reclama una mayor participación política directa del pueblo, pero puede resultar solo una ficción y no un empoderamiento. Urquizu sostiene que hacen falta las instituciones intermedias para controlar los excesos del poder.
Vallespín, Fernando. La mentira os hará libres. Realidad y ficción en la democracia. Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Barcelona. 2012. 178 pp. Reseña de Estefanía, Joaquín. Los disfraces de la democracia. “El País” Babelia 1.094 (10-XI-2012) 12. Vallespín es catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Madrid.
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Noticias. Orden cronológico.
Sahuquillo, M. R.; Vidal Liy, M. Democracia en cuarentena. “El País” (31-III-2020). Los países autoritarios pueden aprovechar la lucha contra el coronavirus para aumentar la erosión de las libertades.
Ayuso, Silvia. El virus como amenaza a la libertad de expresión. “El País” (2-IV-2020). ONG crean herramientas para vigilar abusos gubernamentales contra las libertades aprovechando la pandemia.
Velert, Sara. Derecho al voto en cuarentena. “El País” (1-V-2020). El aplazamiento de elecciones por la crisis de la pandemia genera incertidumbre sobre la democracia y los mecanismos de campaña y voto.

Velert, Sara. Las amenazas a la democracia siguen al alza. “El País” (2-XI-2023). Un informe de IDEA Internacional apunta que la democracia ha retrocedido en casi la mitad de los países durante los últimos cinco años. Se analiza la situación en las grandes regiones mundiales y, dentro de estas, por países.




Análisis y opinión. Orden alfabético.

Altares, Guillermo. Lecciones de Curzio Malaparte: si todo es un golpe, nada es un golpe. “El País” (22-XII-2022). Un pronunciamiento requiere el uso de la violencia. Pero el deterioro del Estado y de sus instituciones no augura nada bueno.


Altman, David. Votar hasta lograr el resultado. “El País” Ideas (10-VII-2016). El abuso de los plebiscitos en América Latina es un síntoma de debilidad institucional.

Amón, Rubén. El síndrome de Casandra. “El País” Ideas (9-X-2016). Los recientes referendos de Colombia y Hungría muestran el efecto contraproducente que tienen en una época marcada por el escepticismo político, pues favorecen la simplificación y el populismo.
Amón, R. Y la tolerancia acabó con la tolerancia. “El País” Ideas 95 (5-III-2017).
Amón, R. El regreso de la ciudad-Estado. “El País” Ideas 107 (28-V-2017). El creciente poder socio-económico de los centros urbanos y su pensamiento divergente del mundo rural los tienta al autogobierno, incluso a la secesión política.

Applebaum, Anne. Instrucciones para destruir la democracia. “Letras Libres” 206 (XI-2018). La democracia liberal no es un destino inevitable, como muestra el auge de las “democracias iliberales” o las “autocracias electas”, o el deslizamiento a la extrema derecha de los antiguos partidos conservadores y liberales.

Arias Maldonado, Manuel. Genealogía de la posverdad. “El País” (30-III-2017). En una época de crisis de la democracia liberal es más importante defender la verdad factual frente a la posverdad.
Arias Maldonado, M. Nostalgia del soberano. “El País” (22-VI-2017). Se añora un sujeto colectivo que simplifique los problemas del la globalización. Esto lleva a tendencias antiliberales, como los populismos de derecha a izquierda.

Aunión. José Antonio. Europa, un continente de coaliciones. “El País” (7-I-2020). La forma más común de Gobierno en Europa es la de coalición entre partidos.

Ayuso, Javier. Internet y el populismo mataron la verdad. “El País” Ideas (16-X-2016). La demagogia, la mentira, la exageración y otras perversiones de la verdad han aumentado en los últimos años, tanto en las campañas electorales como en las redes sociales.

Barrero, Belén. La diferenciación de los jóvenes. “El País” (21-VI-2016). Las nuevas generaciones de Occidente buscan referentes distintos a los de sus mayores.

Bassets, Lluís. La pandemia contra la democracia. “El País” (5-IV-2020).
Bassets, Lluís. Desconfianza tecnológica. “El País” (26-IV-2020). Preocupa el uso de las tecnologías para menoscabar la democracia.

Basterra, Francisco G. No es el peor de los tiempos. “El País” (6-IV-2020). La pandemia ha llegado sin que la previéramos y puede cambiar nuestro modo de vida en todos los ámbitos, incluido el político.

Beard, Mary. ¿El poder para la gente? “El País” Ideas (10-VII-2016). El desastre del ‘Brexit’ le mueve a reflexionar que más referendos no significan más democracia, como demuestran ejemplos del ostracismo en la Grecia antigua.

Beck, Ulrich. El riesgo para la libertad. “El País” (30-VIII-2013) 27.

Ben-Ami, Shlomo. Las democracias gestionan mejor las crisis. “El País” (21-V-2020). 

Bernal, Irene. La eutanasia bajo la alfombra. “El País” (22-VI-2017).

Porras, Jaime. André Blais. ‘Hay que probar el sorteo, en pequeñas dosis, para elegir a nuestros representantes’. “El País” Ideas 234 (10-XI-2019).

Blom, Philipp. Frente a un mundo que se volvió loco. “El País” Ideas 402 (22-I-2023). Muchos jóvenes protestan de modo llamativo contra la inacción de los Gobiernos en la lucha contra el cambio climático y otros graves problemas. Sus protestas recuerdan las de las sufragistas un siglo antes, también muy radicales.

Borreguero, Eva. Crisis y oportunidad para el autoritarismo. “El País” (22-IV-2020).  La crisis del coronavirus puede afectar al autoritarismo fomentándolo si su modelo (China, Hungría, Filipinas… o Trump) triunfa o revirtiéndolo si gana la democracia. Como dice Fukuyama: “la democracia hoy no muere por un gesto dramático, sino por mil pequeñas reducciones”.

Cabrera, Mercedes. El reto de la democracia. “El País” (4-X-2018). La catedrática de la Universidad Complutense de Madrid avisa que el sistema democrático puede ‘desconsolidarse’ (la crisis de 2008, Trump) y es preciso favorecer el debate, el diálogo…

Calvo, José Manuel. ‘Made in America’. “El País” Ideas (19-VII-2015). ¿Pueden las primarias estadounidenses adaptarse a España?

Cano, Germán. El desprecio de los políticos. “El País” (9-X-2012) 33.

Caño, Antonio. La democracia en peligro. “El País” (16-II-2019). Los enemigos de la democracia son los populismos y nacionalismos.

Carrera, Judit. La tertulia como síntoma. “El País” Cataluña (28-II-2015) 2. Los programas de tertulia en radio y televisión son síntoma de que los ciudadanos quieren deliberar sobre los problemas pero también señala los límites de su participación activa.

Casajuana, Carles. Inercias y reformas largamente aplazadas. “El País” (14-VI-2013) 29-30.

Casanova, Julián. Diálogo con Michael Ignatief. ‘El referéndum debilita la democracia’. “El País” Babelia 1.306 (3-XII-2016).

Castany Prado, Bernat. Los mitos de la política producen monstruos. “El País” Ideas 368 (29-V-2022). La fascinación por las mitologías políticas se explica porque prometen orden, sencillez y seguridad, en vez de caos, complejidad y miedo. Son mitos como la edad de oro (un pasado feliz y glorioso), el complot (que responsabiliza de todos los males a un grupo malvado), el líder carismático (que todo lo resuelve bien) y la unidad (religiosa, nacional o racial, que se basa en el odio al enemigo).

Castany Prado, B. Psicópatas al poder. “El País” (9-IV-2023). El perfil de muchos políticos autoritarios y populistas, con 14 características propias de la psicopatía.


Castellini, Luciana. La ‘tercera dimensión’ de la democracia. “El País” (22-II-2019). La actualidad en Italia de las tesis de Rosa Luxemburgo para una democracia más participada, mediante una estructura de consejos en la base, evitando el exceso de referendos que acaban por asesinar a la democracia.

Closa Montero, Carlos. Aprendices de brujos. “El País” Ideas (10-VII-2016). El desastre del ‘Brexit’ mueve a reflexionar sobre el exceso de referendos y sus consecuencias.
Closa, C. La paradoja de la debilidad. “El País” Ideas 239 (15-XII-2019). Las bases de los partidos son utilizadas para fortalecer a los líderes en sus negociaciones, para no tener que hacer concesiones.

Colomer, Josep M. ¿No más democracias? “El País” (5-IV-2016). Hay unos 50 países en el mundo con sistemas híbridos entre democracia y autocracia.
Colomer, Josep M. Oligarquía o demagogia. “El País” (25-VII-2016). Analiza la diferencia entre los conceptos de democracia pura (que exige un reducido número de ciudadanos) y república (necesariamente representativa en los Estados grandes, guardando a los representantes una amplia independencia respecto a sus votantes), y avisa de que la democracia directa y participativa degenera en sociedades complejas situadas ante problemas difíciles, como evidencia la actual fiebre de los populismos y los referendos en Europa. Defiende la alternativa del gobierno de los partidos, entendidos como las élites preparadas para afrontar los dilemas del mundo actual.

Cortina, Adela. Para qué sirve la democracia. “El País” (2-VI-2016).

Cruz, Manuel. Ideologías, ¿amanecer o crepúsculo? “El País” (6-IX-2018).
Cruz, M. Democracias suicidas. “El País” (26-XI-2018). El creciente poder electoral de los líderes políticos antidemocráticos.
Cruz, M. Por una política sin daño. “El País” (13-II-2020).

Cruz, M. Cuando no hay más política que la prepolítica. “El País” (29-VII-2022). Demasiados conflictos políticos actuales se deben a temas que son prepolíticos, como los derechos humanos básicos que ahora se cuestionan.


Rizzi, A. Giuliano da Empoli / Escritor. “Veo al poder político sumiso, inconsciente y oportunista”. “El País” (31-XII-2023). El escritor francés (Neuilly.sur-Maine, 1973) es autor de El mago del Kremlin (2022), sobre Putin,


De Lucas, Javier. La cultura de los derechos. “El País” (22-II-2019). El catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de Valencia nos recuerda que la democracia se asienta en que los ciudadanos conozcan sus derechos.
De Lucas, J. Humanos, porque desobedecemos. “El País” Ideas 235 (17-XI-2019). Los límites de la desobediencia civil, un motor esencial de la historia.
De Lucas, J. Sobre política, ciencia y certeza. “El País” (19-IV-2020). Los gobernantes en la crisis de la pandemia han de decidir sin una plena certeza científica y los ciudadanos saben de esta incertidumbre, como apuntan Moreno, De Pinedo y Villanueva en el artículo Expertos: solo los míos son buenos, o Habermas en una entrevista de Nicolas Truong en “Le Monde”.

De Querol, Ricardo. Epidemia de desafección. “El País” Babelia 1.246 (10-X-2015) 4. Bibligrafía reciente sobre la desafección de los ciudadanos respecto a la democracia en la era de Internet.

Del Rey, Fernando. La retórica de la intransigencia. “El País” (8-XI-2016). Los años de entreguerras del siglo XX estuvieron cargados de demagogia y desprecio al contrincante, un contraejemplo para los tiempos actuales, también viscerales.

Editorial. El lenguaje del odio. “El País” (7-XI-2016). Critica el creciente uso del discurso como continuación de la violencia por otros medios.
Editorial. Libertad y seguridad. “El País” (5-IV-2020). En todo el mundo (desde China, Singapur o Corea del Sur, a los países de la UE y a España en particular) se multiplican las aplicaciones por Internet para controlar a través de los móviles los movimientos de los ciudadanos en la crisis del coronavirus. Debe haber un control legal para evitar que se mermen las libertades.

Editorial. Democracias frágiles. “El País” (15-I-2023). Los asaltos a las sedes del poder democrático en Washington en 2021 y Brasilia en 2023, y otros eventos y golpes ultraderechistas, avisan del peligro del populismo iliberal.


Edwards, Jorge. Las fallas de la administración. “El País” (9-II-2012) 27-28.

Elola, Joseba. Los cuarteles del cambio. “El País” Domingo (3-XI-2013) 5. La plataforma de peticiones Change.org, nacida en San Francisco en 2007, se extiende a España.

Elorza, Antonio. La destrucción de la democracia. “El País” (28-III-2013) 31.
Elorza, A. Los dos infiernos. “El País” (29-XII-2017).

Emcke, Carolin. Indivisibles. “El País” (27-X-2018). En Europa proliferan los movimientos sociales que reclaman democracia y derechos humanos.
Emcke, C. El ritual de los buenos propósitos. “El País” (14-I-2019). La democracia como ideal frente al populismo autoritario, represivo y regresivo de Trump o Bolsonaro.

Emon, Anver E. El valor de cambio de la libertad. “El País” Ideas (13-XII-2015) 4-5.

Estefanía, Joaquín. La ‘recesión democrática’. “El País” (11-XI-2013) 12-13. El progresismo se enfrenta a una involución en los derechos y a la insatisfacción de la opinión pública respecto a la democracia.
Estefanía, J. Dilemas de 2015. “El País” Domingo (28-XII-2014) 12. La democracia se debilita por la reacción de las élites no comprometidas con la sociedad. Se basa en las ideas de Christopher Lasch en La rebelión de las élites y la traición de la democracia (Paidós) y Manuel Sanchís en El fracaso de las élites. Lecciones y escarmientos de la gran crisis (Pasado/Presente).
Estefanía, J. Democracia: ¿alguien tiene algo mejor? “El País” Ideas 202 (31-III-2019).
Estefanía, J. La crisis de los 20 años. “El País” Ideas 214 (23-VI-2019). El mundo sufre el surgimiento de democracias iliberales.
Estefanía, J. Democracia y capitalismo. “El País” Ideas 238 (8-XII-2019).
Estefanía, J. Hervideros populares. “El País” Ideas 241 (29-XII-2019). El estancamiento de la economía latinoamericana alienta las protestas sociales y políticas.
Estefanía, J. ‘Empeoradores de la realidad’. “El País” Ideas 244 (19-I-2020). Los conservadores del statu quo alegan multitud de razones (irrazonables) para resistirse a los cambios que transforman la sociedad, como se observa en la polémica del salario mínimo, en la que la derecha afirma que subir el SMI destruye empleo y al final perjudica a los trabajadores a los que se pretende defender. El economista Albert Hirschman ya lo explicó en Retóricas de la intransigencia (FCE), que recoge los tres tipos de críticas de los conservadores, como Friedman, contra los progresos en la historia: ‹‹una acción contra el sistema establecido produce el efecto opuesto al objetivo deseado (tesis de la perversidad); toda tentativa de transformación social será en vano (tesis de la futilidad), y el coste de una reforma es demasiado elevado como para poner en peligro los anteriores logros valiosos (tesis del riesgo). El economista alemán llamaba “empeoradores de la realidad” a los que practicaban la política de que las cosas no se muevan nunca.››
Estefanía, J. Arreglar el capitalismo para salvarlo. “El País” Ideas 245 (26-I-2020).

Estefanía, J. Los gusanos de la manzana. “El País” Ideas 447 (3-XII-2023). El mundo sufre una fatiga democrática en la que aparecen “dictadores de la manipulación”, la mayoría de extrema derecha.

 

Fanjul, Sergio C. Los extremismos son como las drogas: enganchan. “El País” Ideas 395 (4-XII-2022). Cada vez somos más adictos a la polarización, en un fenómeno de ellos contra nosotros.

Fernández Albertos, José. ¿Fin de la democracia como equilibrio? “El País” (1-XI-2018).
Fernández-Albertos, José. Politizar la globalización. “El País” (10-I-2019). Los partidos miran solo por los problemas nacionales cuando los más importantes son los globales, como las migraciones o el cambio climático. Hay que superar lo local y hay que politizar los temas globales.
Fernández-Albertos, José. Las nuevas vulnerabilidades. “El País” (5-XII-2019).
Fernández-Albertos, José. Localismo frente a polarización. “El País” (30-I-2020). La democracia atenta a los problemas locales es más abierta a los pactos que la polarizada por motivos nacionales.

Fernández Martín, Patricia. Polarización, el gran reto para la salud mental. “El País” Semanal 2.464 (17-XII-2023). La polarización política está aumentando mucho en España y otros países, de modo que cada bando se consolida en sus ideas, por absurdas que sean, y rechaza al otro bando y todas sus ideas, aunque sean evidentemente ciertas. Las consecuencias son nefastas para los individuos y la sociedad. La polarización puede llenar un vacío, pero acaba siendo una excusa para no pensar.

Fuentes, Ana. Democracia sin apellidos. “El País” (27-X-2018).

Galdón Clavell, Gemma. ¿Hay freno al uso de tus datos en campaña? “El País” Ideas 201 (24-III-2019).

Galindo, Cristina. Democracias (legalmente) amenazadas. “El País” Ideas 100 (9-IV-2017). Los gobiernos de Polonia, Hungría y otros europeos están limitando la democracia, en una tendencia que Putin o Trump agudizan.

Galindo, Jorge. Mayorías inamovibles. “El País” (11-XI-2016). A derecha e izquierda cunde la radicalización, lo que debilita la democracia.
Galindo, J. Conflicto. “El País” (18-XI-2016). La democracia se nutre del equilibrio entre acuerdo y conflicto.
Galindo, J. Ciudad contra campo. “El País” (27-I-2017). La victoria de Trump incide en la creciente separación entre las comunidades urbanas y rurales en el mundo desarrollado.
Galindo, J. La democracia tribal. “El País” (28-II-2017). Los votantes deben informarse y tener un criterio propio.
Galindo, J. Democracia contra sí misma. “El País” (12-V-2017). El riesgo de que haya políticos (¿Trump?) que usen la democracia para destruirla.
Galindo, J. Votar distinto. “El País” (9-VI-2017). El voto se está decantando por la pertenencia a una edad (en Reino Unido por ejemplo, jóvenes por Corbyn y viejos por May), superando las distinciones tradicionales por clase social.
Galindo, J. Bolsonaro y el futuro del pluralismo. “El País” (3-I-2019). Un presidente ultraderechista en Brasil es un síntoma de un avance mundial de sus ideas.
Galindo, J. Votar ‘mal’. “El País” (20-XII-2018). El Brexit es un ejemplo de un voto erróneo que conlleva pésimas consecuencias pero que cuesta subsanar porque la gente rechaza la autocrítica.
Galindo, J. La falacia autoritaria. “El País” (9-IV-2020). Los regímenes autoritarios no están más capacitados que los democráticos para vencer la pandemia u otros retos.

Gallardo Paúls, Beatriz. Polaridades, el mundo en blanco y negro. “El País” (2-VI-2023). Critica la polarización política porque niega la complejidad y la diversidad de la sociedad.

Gallego-Díaz, Soledad. La democracia liberal, en declive. “El País” Ideas 85 (24-XII-2016).
Gallego-Díaz, S. Armas de distracción masiva. “El País” Ideas 98 (26-III-2017). La agnotología estudia la fabricación premeditada de desconocimiento (o posverdad), un fenómeno político que ahora se difunde más con el populismo de Trump o el Brexit.

Gálvez, Juan José. La pobreza hiere a la democracia. “El País” (27-II-2017). Un estudio sociológico relaciona la pobreza con la abstención electoral en barrios de Madrid, Barcelona y Valencia. Los grupos sociales marginados son los más abstencionistas porque no creen que el voto resuelva sus problemas y son pasto de demagogos como Trump que les prometen darles voz.

García, César. La enfermedad del clientelismo. “El País” (28-III-2013) 33.

García Benavides, Fernando. Pandemia, China y democracia. “El País” (7-I-2023). El catedrático de Salud Pública de la Universitat Pompeu Fabra sostiene que las democracias facilitan tomar medidas más efectivas frente a la covid y para resolver los grandes retos que tenemos como humanos y como planeta.

García Fernández, Javier. Declaración de independencia: el día después. “El País” (5-XII-2014) 39. El catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid reflexiona sobre los límites que la democracia impone a los intolerantes, en relación con la pretensión del presidente de la Generalitat, Artur Mas, de imponer la independencia catalana aunque no haya mayoría legal para ello.

García Ruiz, Alicia. Democracia ante el abismo. “El País” (13-X-2018). La profesora de Filosofía en la Universidad Carlos III de Madrid alerta de la amenaza del populismo despótico a la democracia.

García Vega, Miguel Ángel. Menos salario y más prestigio. “El País” Negocios 1.368 (22-I-2012) 14. El ejemplo español de que muchos directivos de la empresa privada prefieren desempeñar cargos públicos pese a disminuir sus ingresos, por diferentes causas, generalmente idealistas o la asunción de retos personales.
García Vega, M. Á. Las autocracias se hacen fuertes en la economía mundial. “El País” Negocios 1.930 (30-X-2022). China y Rusia lideran un grupo de regímenes autocráticos, que se distancian del modelo capitalista liberal.

Gargarella, Roberto. Reivindicación de los plebiscitos. “El País” (10-II-2017).

Gascón, Daniel. El poder que cedes es poder que concedes. “El País” (18-IV-2020). Avisa del peligro de conceder demasiado por al Estado para controlarnos y de los exceso del Gobierno español en la crisis de la pandemia.
Gascón, D. Anatomía de un golpe de Estado (posmoderno). “El País” Ideas 401 (15-I-2023). Los asaltos de Washington y Brasilia son ataques paródicos contra la democracia, pero esta resiste con eficacia. 

Gerbaudo, Paolo. Electores, antes partidistas y después demócratas. “El País” (20-IV-2023). La identificación con un partido no tiene que suponer un peligro para la democracia, por lo que la lucha ha de tener límites.

Gil Calvo, Enrique. Democracia ‘low cost’. “El País” (14-VII-2016). Un análisis de los problemas del sistema de partidos en la democracia, con la sustitución del elitismo de los viejos partidos por el populismo de los nuevos.

Gómez Yáñez, José Antonio. Agonía o renovación institucional. “El País” (29-IV-2013) 31. El autor es miembro del Instituto de Política y Gobernanza de la Universidad Carlos III.

González, Enric. La eficacia de las dictaduras. “El País” Ideas 399 (31-XII-2022). El desastre de la política anticovid china desmiente que las dictaduras sean más eficaces que las democracias.

González Ferriz, Ramón. Cuando volváis de las calles. “El País” (6-X-2012) 33-34. Exhorta a los jóvenes indignados a organizarse como partido o actuar como un grupo de presión más organizado si quieren influir en la política.

González Harbour, Berna. Contrarreacción. “El País” (13-X-2018). El optimismo que trajeron Obama, Lula, el movimiento MeToo y otros abanderados de los derechos humanos ha sido desmentido por una exitosa contrarreacción que lleva al poder a Trump, Salvini, Bolsonaro…

Ruiz Mantilla, Jesús. Entrevista. Lynda Gratton. ‘Quien quiera un trabajo deberá inventarlo a su medida’. “El País” El País Semanal 1.850 (11-III-2012) 24-27. Lynda Gratton es una socióloga británica, profesora de la London School of Economics, especializada en economía del trabajo y mercado laboral.

Han, Byung-Chul. ¿Por qué hoy no es posible la revolución? “El País” (3-X-2014) 33. El neoliberalismo triunfa mediante la seducción mientras se disipan las amenazas del comunismo o de una revolución.

Hanretty, Chris. Un tuit…, un voto. “El País” Ideas (20-XII-2015) 2-3. La democracia digital.

Harari, Yuval Noah. Somos animales pirateables. “El País” Ideas 190 (6-I-2019). Los Gobiernos y las empresas avanzan en el control de las mentes de los ciudadanos mediante mensajes en las Redes y otras técnicas psicológicas.
Harari, Y. N. Vayan a votar, es bueno para el corazón. “El País” (26-V-2019).ç

Hermida, Xosé. El arte de la política: ¿truco o trato?El País” Ideas 442 (29-X-2023).

Hernández de la Fuente, David. Una autoridad clásica. “El País” Ideas 151 (8-IV-2018). Los conceptos de griegos y romanos para la autoridad, los servidores públicos y su valor moral.

Hispán, Pablo. La incompetencia del tecnócrata. “El País” (3-I-2012) 29. El autor considera que los nuevos gobernantes de Grecia e Italia no son tanto tecnócratas como políticos al margen de los denostados partidos políticos, y sostiene que la tecnocracia no puede o sabe resolver los grandes problemas políticos de la Europa actual.

Innerarity, Daniel. Elogio y desprecio de la clase política. “El País” (29-I-2013) 31.Montero, José Ramón; Torcal, Mariano. No es el descontento, es la desafección. “El País” (14-VI-2013) 31.
Innerarity, D. Democracia sin política. “El País” (28-II-2014) 35. Frente a quienes detestan la política y proponen la participación directa, Innerarity defiende el papel de la política en la democracia, como ordenadora de los proyectos sociales. No siempre los que critican o protestan han de tener razón y a menudo son incapaces de compromisos y pactos.
Innerarity, D. El inmenso lío de los europeos. “El País” (16-III-2015) 35-36. Los países no entienden su profunda interdependencia. La democracia debe superar los ámbitos nacionales.
Innerarity, D. Por una democracia compleja. “El País” (16-XI-2016). Contra las simplificaciones políticas que el populismo propaga.
Innerarity, D. Completar la democracia.  “El País” (26-VIII-2017). La proliferación de instituciones (tribunales, bancos centrales…) independientes de los votantes o los representantes electos.
Innerarity, D. ¿Quién manda aquí? “El País” Ideas 130 (5-XI-2017). El poder del Estado se difumina, sin contornos precisos.
Innerarity, D. La democracia como interpretación. “El País” (9-V-2018).
Innerarity, D. Voluntad y representación. “El País” (20-VI-2018).
Innerarity, D. La democracia amenazada. “El País” (14-XI-2018). La crisis ante el populismo que surge de la creciente complejidad del mundo.
Innerarity, D. Las voces de la ira. “El País” (10-XII-2018). La irrupción de la extrema derecha en Andalucía es una expresión de cólera contra el poder establecido.
Innerarity, D. La inteligencia de la democracia. “El País” (30-IX-2019).
Innerarity, D. La inteligencia de la democracia. “El País” (30-IX-2019).
Innerarity, D. Una democracia irritada. “El País” (28-XI-2019). Las revueltas se extienden por numerosos países, por la quiebra de la confianza ciudadana en que los Gobiernos sean capaces de afrontar los graves problemas.
Innerarity, D. La conversación democrática. “El País” (11-III-2020). Hay que tolerar a los enemigos de la democracia (ergo, la ultraderecha) si no queremos reducir su esencia.
Salas, J. Daniel Innerarity. “Es inadecuado pensar que controlamos a los gobernantes”. “El País” (5-VII-2022).

Israel, Stephan. La fiebre de los referendos. “El País” (25-VII-2016). El periodista suizo reconoce el referendo como válido y útil en el sistema político suizo, pero avisa del peligro de que, en Europa, está siendo usado por demagogos seudodemócratas para destruir el orden de la posguerra.

Jahanbegloo, Ramin. La democratización de la democracia. “El País” (6-III-2014) 29.
Jahanbegloo, Ramin. La pasión por la democracia. “El País” (18-XI-2014) 33.

Jarding. Steve. Volver al servicio público. “El País” (29-I-2015) 35. Jarding es profesor de Políticas Públicas en la Universidad de Harvard.

Juliá, Santos. Inscritos/as. “El País” Ideas 191 (13-I-2019). Desde 1945 se ha transformado la condición del afiliado a un partido político, rompiendo la trinidad de vanguardia, militante y masa. Ahora domina el inscrito, un simple simpatizante que puede ser solo parcial, superficial y temporal en su compromiso.

Fariza, Ignacio. John Keane. ‘Hay una cierta moda en hablar de la crisis de la democracia’. “El País” Ideas 197 (24-II-2019). El politólogo australiano John Keane (1949) es un experto en teoría de la democracia y le preocupa ahora el auge de los populismos nacionalistas.

Lamo de Espinosa, Emilio. El gran malestar sacude el mundo. La indignación no encuentra respuestas. “El País” Ideas 250 (1-III-2020).

Laporta, Francisco J. Contra el referéndum. “El País” (31-X-2016). La consulta directa sobre las grandes cuestiones más complejas puede llevar a soluciones erróneas pero irreversibles, debido a la ignorancia, la información sesgada y la alteración emocional. Además, no se asume la responsabilidad de los errores, porque ¿cómo cambiar de pueblo?

Lapuente, Víctor. Einstein y los alquimistas. “El País” (9-X-2016). Ilumina el papel de los expertos como consejeros que ilustren a los votantes en una democracia. En la actualidad los votantes parecen votar a menudo contra la lógica y la conveniencia (sí al Brexit, no a la paz en Colombia…).
Lapuente, V. Política para narcisos. “El País” Ideas 91 (5-II-2017). Trump como ejemplo de los nuevos líderes (y ciudadanos) megalómanos y egoístas, mientras la izquierda solo reclama más poder para los ciudadanos, sin los imprescindibles esfuerzos y sacrificios que lo acompañan.
Lapuente, V. 1984. “El País” (7-III-2017). Los totalitarios adoctrinan, los autoritarios quiere solo que los ciudadanos no tengan ideas.
Lapuente, V. Buenismo y malismo. “El País” (6-VI-2017). La proximidad ideológica entre la extrema derecha europea y el islamismo radical.
Lapuente, V. Democracias híbridas. “El País” (18-VII-2017). Los nuevos engendros populistas entre democracia (aparente) y dictadura (solapada), como la Rusia de Putin o la Venezuela de Maduro.
Lapuente, V. Exceso de empatía. “El País” (3-XII-2019). La democracia no sufre tanto el populismo, el radicalismo o el separatismo como el partidismo, por una empatía excesiva hacia el propio partido, que hace desear el mal al partido contrario, lo que impide los pactos imprescindibles para encarar los grandes retos del futuro.
Lapuente, V. Quién gana en política. “El País” (17-XII-2019). Los ecologistas y nacional-populistas suben en las elecciones porque prometen un ideal pese al precio que se pague: salvar el medio ambiente con mayores impuestos a los combustibles o el Brexit aunque empeore la economía, lo que inspira más que la promesa de ‘pan y circo’.
Lapuente, V. Democracia en España. “El País” (25-II-2020). Como ya vio Tocqueville, la democracia se asienta en una prensa sólida y libre y unos ciudadanos informados y críticos. En España ambos requisitos están en peligro.

León, Sandra. Polarizados de acento pijo. “El País” (22-XI-2017). La mayor educación no modera el debate político sino que polariza las posiciones.
León, S. Amor sin frenesí. “El País” (27-VI-2018). Los ciudadanos deben estimar a los partidos con un equilibrio entre la fidelidad y la crítica.
León, S. Afiliados de usar y posar. “El País” Ideas 239 (15-XII-2019). La participación de las bases de los partidos se usa para validar las decisiones de las cúpulas.

León Gross, Teodoro. Mentiras deliberadas de Podemos. “El País” (22-X-2017). El partido usa la crisis catalana como un ariete contra el Estado español y la Constitución de 1978.

Leonard, Mark. La política de la disrupción. “El País” (22-II-2017). Hay que repensar la democracia para incluir a los escépticos y desilusionados, la Gente Muro, y confiar en los jóvenes esperanzados en la modernidad, la Gente Web.

Lillo, Sergio. Encuestas, instrucciones de uso. “El País” Ideas (20-XII-2015) 4-5.

Lobo, Ramón. Guerra, cambio o revolución. “El País” (13-XII-2019). La oleada de protestas se extiende por el mundo, contra una situación política, social y económica que la gente ve injusta.
Lobo, R. Un virus troyano en la democracia. “El País” (24-I-2020). Hay que combatir con la ultraderecha en la pelea de las palabras, incluida ‘populismo’.

Manea, Norman. El carnaval de los tiranos. “El País” Ideas (8-V-2016). Reaparecen los regímenes opresores, tal vez por la fascinación humana por las muestras de crueldad y desprecio.

Maravall, José María. Más participación para salvar la política. “El País” (16-IX-2013) 29. El autor critica las ‘ocurrencias’ poco meditadas (ley de partidos o primarias), porque la solución es una mayor participación.

Martín Blanco, Ignacio. Salvaguardas ante la tiranía. “El País” (28-II-2017).

Martínez-Bascuñán, Máriam. Élites incapaces. “El País” (19-XI-2016). La victoria de Trump demuestra el rechazo del pueblo llano a las élites y la necesidad de renovarlas por líderes más sensibles a las necesidades de la gente.
Martínez-Bascuñán, M. El mundo que perdemos. “El País” (21-I-2017). El Brexit o Trump no se explican por el triunfo de una ideología, sino por la falta de opciones políticas.
Martínez-Bascuñán, M. Elogio de la diferencia. “El País” (30-XII-2018). La democracia se asienta en el respeto a la diferencia y en el diálogo entre diferentes.
Martínez-Bascuñán, M. Este nuevo o viejo mundo de 2018. Una nueva violencia repolitiza la desigualdad. “El País” Ideas 189 (30-XII-2018).
Martínez-Bascuñán, M. Sin suma ya no hay política. “El País” Ideas 206 (28-IV-2019). La cultura del pacto político: en qué pactar y en qué mantener las diferencias.
Martínez-Bascuñán, M. Cuando la democracia se vuelve impotente. “El País” Ideas 241 (29-XII-2019). Los fallos del orden liberal.
Martínez-Bascuñán, M. Democracia demediada. “El País” (19-IV-2020). La democracia auténtica exige el respeto de todos los derechos humanos, como revelan los distintos casos de la oposición en Polonia y el Tribunal Constitucional en Alemania, que han evitado intentos de limitar los derechos.

Mateo, J. J. Los expertos alertan sobre los riesgos del voto ‘online’. “El País” (12-XII-2016). Se presta a las presiones ilegales sobre los votantes en los ámbitos de la familia o la empresa.

Miliband, Ed. Debatent el futur del capitalisme. “Ara” (8-II-2012) 22. El líder laborista británico apoya una tasa financiera 'Tobin', a condición de que sea a nivel mundial.

Molinas, César. ¿Primarias? ¡Democracia interna! “El País” Ideas (19-VII-2015). La solución no es introducir primarias sino mejorar la democracia en los partidos.

Morán, Carmen; Álvarez, Pilar. El ciudadano, mejor calladito. “El País” (7-XII-2012) 32-33. Una crítica a las políticas que menosprecian la voz ciudadana.

Morón, Lola. Los dos hemisferios electorales. “El País” Ideas (20-XII-2015) 5. La razones para el sufragio desde la neurociencia.

Mota, Jesús. Psicopatía neoliberal, payasos y populismos. “El País” Ideas 235 (17-XI-2019). El filme ‘Joker’ retrata la desprotección del individuo frente al poder real, que no es el político sino el económico.

Müeller, Jan-Werner. Las democracias no “retroceden”. “El País” Ideas 439 (8-X-2023). Los nuevos autócratas de Hungría, Polonia, Turquía y otros países no son violentos a la vieja usanza, sino que usan las reglas de la democracia y manipulan la opinión pública para fortalecer su poder personalista y erosionar la democracia. Müeller, empero, disiente de que la democracia retrocede a escala mundial de modo inevitable: la democracia resiste y retorna.

Muñoz Rojas, Olivia. Confiar en los ciudadanos. “El País” (9-IV-2020). La crisis del coronavirus debe propiciar que los políticos confíen más en la capacidad de sus ciudadanos para cumplir las recomendaciones.
Muñoz-Rojas, O. India, ‘madre de la democracia’. “El País” (5-V-2023). Resume la tesis de Amartya Sen (The Argumentative Indian) sobre el modelo indio de democracia, asentado en una larga tradición republicana en la India, desde la Antigüedad.

Naím, Moisés. ¿Estados Unidos = Italia? “El País” (20-X-2013) 6. En muchos países avanza la ‘vetocracia’ (un concepto de Fukuyama), de grupos o individuos que vetan las iniciativas de sus rivales y no aceptan el pacto, dificultando la gobernanza.
Naím, M. ¿Por qué a los dictadores les gusta parecer demócratas? “El País” (23-IV-2017).
Naím, M. Peor que los malos líderes son los malos seguidores. “El País” (22-X-2017). Acabar con la impunidad de los enemigos de las democracias.
Naím, M. Corrupción: ¿héroes o leyes? “El País” (19-XI-2017). Hacen falta más normas que eviten y castiguen la deshonestidad, además de votar a políticos honestos que a menudo resultan no serlo, como Berlusconi, Putin o Chaves que llegaron al poder con falsas promesas de combatir la corrupción. Hay dictadores como Putin o Xi Jinping  que bajo capa de perseguir a los corruptos en realidad oprimen a la oposición.
Naïm. M. ¿Qué tiene más impacto, las elecciones o las protestas? “El País” (16-VI-2019).
Naím, M. Una farsa en Brasilia. “El País” (16-I-2023). Los populismos de extrema derecha desprestigian primero y asaltan después las instituciones democráticas. El gran ejemplo es el de Trump en EE UU y el de Bolsonaro en Brasil es una copia burda.

Naím, M. La recesión encubierta. “El País” (30-X-2023). Además de la democracia también está retrocediendo el Estado de derecho, que consiste en el conjunto de instituciones que garanticen que el Estado funcione con normas específicas.


Nye, Joseph S. La mentira y el liderazgo. “El País” (17-VII-2016). Repasa varios casos en que importantes políticos estadounidenses (Roosevelt, Kennedy, Johnson…), mintieron u ocultaron la verdad para conseguir un fin importante. Afirma que el candidato republicano Trump miente más que sus rivales, pero que la responsabilidad de evidenciarlo no corresponde solo a los medios de comunicación sino que es imprescindible un electorado que se oponga al cinismo.

Orriols, Lluís. El adversario como amenaza a eliminar. “El País” Ideas 395 (4-XII-2022). La creciente polarización o tribalización debilita la democracia actual.

Ortega, Andrés. Vuelve la lucha de clases, pero no son las mismas. “El País” (21-II-2012) 30-31.
Ortega, A. Más comunicación, más discordia. “El País” Ideas 184 (25-XI-2018). Un experimento sociológico y otros estudios apuntan a que las redes sociales no acercan posiciones políticas gracias a la mayor información sino que las polarizan. En la actualidad el contraste de opiniones reforzaría más la opinión inicial de cada uno pese a que le den pruebas en contra, negando así el valor del diálogo y del debate.
Ortega, A. Votar más, protestar más. “El País” Ideas 241 (29-XII-2019).

Ovejero, Félix. Opiniones prohibidas. “El País” Ideas (13-XII-2015) 4.
Ovejero, F. Mejores decisiones. “El País” (2-IX-2016). Mejorar el proceso de elección entre varias opciones, incluyendo la política.
Ovejero, F. ¿Democracias para niños? “El País” (19-XII-2016). Pesar por el infantilismo del votante.
Ovejero, F. Democracia, ¿para qué? “El País” (13-III-2017). Hay que llenar de sentido práctico la democracia si no se quiere deslegitimarla.

Palomo, Alberto G. TikTok y lanzar sopa en los museos: nuevas formas de lucha. “El País” Ideas 402 (22-I-2023). El activismo ecologista busca protestas radicales.

Pardo, José Luis. El ciclo que viene. “El País” (5-VI-2013) 29. El controvertido futuro de los partidos y las instituciones.
Pardo, José Luis. Cuando ganan los malos. “El País” (24-II-2017).

Penadés, Alberto. ¿A quién sirve el referéndum? “El País” (27-V-2017).

Pérez-Lanzac, Carmen. La política también tiñe la publicidad. “El País” Ideas 187 (16-XII-2018). Las marcas comienzan a posicionarse ante los problemas políticos porque los consumidores lo exigen.

Pérez Oliva, Milagros. Partidos en crisis, democracia en apuros. “El País” (17-VI-2013) 32-33.
Pérez Oliva, M. Llamas en el extrarradio. “El País” (19-II-2017). La democracia afronta la rabia de los jóvenes marginados en las barriadas obreras de las grandes ciudades. Un ejemplo son las periódicas revueltas en Francia, que el filósofo belga David Van Reybrouck analiza en su libro Contra las elecciones.
Pérez Oliva, M. No culpen a los mayores. “El País” (14-V-2017). Resume las ideas de politólogos que advierten contra el prejuicio de que los mayores son conservadores y los jóvenes progresistas.
Pérez Oliva, M. Incendios. “El País” (1-XII-2019). Las protestas violentas se extienden por los países que padecen más desigualdad.

Pérez Viejo, Tomás. Pactos, partidos e incompatibilidades. “El País” (26-V-2016).

Prado, Benjamín. La muerte de la militancia. “El País” (22-I-2013) 30-31. Los ciudadanos se alejan de los partidos.

Prat Carvajal, Enric. Desobediencia civil. “El País” Cataluña (3-I-2016) 2. Los requisitos para que la desobediencia civil sea legítima: no ha de ser violenta, debe limitarse a cuestionar las normas o políticas que considere injustas, y ha de haber una expectativa razonable de que se pueda cambiar la situación.

Prieto, Joaquín. Hay vida más allá del bipartidismo. “El País” (5-VI-2013) 30-31.
Prieto, J. Largo ‘coitus’ interruptus. “El País” Ideas (19-VII-2015). Las primarias no acaban de triunfar en España.

Ramoneda, Josep. La democracia en peligro. “El País” (16-I-2012) 35. Apoyándose en las ideas del filósofo francés Claude Lefort (1924-2010) afirma la necesidad de que haya alternativas claras en la política, a derecha e izquierda, más allá de los simples cambios de personas en los gobiernos. El discurso que afirma que no hay alternativas a la política actual es letal para la soberanía popular.
Ramoneda, J. El bipartidismo y sus sombras. “El País” Cataluña (7-IV-2015) 2. La crisis del bipartidismo ante la aparición de nuevos partidos como respuesta a la fragmentación social.
Ramoneda, J. La norma y la excepción. “El País” (18-II-2017). En las sociedades fracturadas por la crisis, el referente es la estabilidad, y los poderosos se han independizado de la norma común y viven en una excepción casi impune.
Ramoneda, J. El momento carismático. “El País” (24-VI-2017). El autoritarismo acecha tras muchas invocaciones al interés general.
Ramoneda, J. La crisis del hombre unidimensional. “El País” (19-I-2019). El miedo cunde en la sociedad democrática y la derecha lo fomenta, pese a que la solución es ver la condición multidimensional del hombre.
Ramoneda, J. La democracia y sus fundamentalismos. “El País” (16-II-2019). La democracia debe asentarse en la libertad más que en el fundamentalismo jurídico.
Ramoneda, J. Odio y democracia: el aviso alemán. “El País” (22-II-2020). Reflexiones inspiradas en una conferencia de Adorno en 1967: el miedo abona a la extrema derecha al debilitar la confianza en el régimen democrático.
Ramoneda, J. La desaparición de los cuerpos. “El País” (18-IV-2020). Desde la caída del muro de Berlín han proliferado los muros para impedir entradas no deseadas y reforzar las distancias entre el bienestar y la pobreza. Al final hemos acabado todos encerrados en casa. Ramoneda se apoya en citas de Richard Sennett, Santiago Alba Rico y Raymond Queneau para explorar un pensamiento filosófico sobre el confinamiento en la pandemia.
Ramoneda, J. El mito del retorno a la normalidad. “El País” (25-IV-2020). El miedo a la pandemia ha tocado la esencia de las sociedades, que deberán repensar su futuro.

Ramoneda, J. Autoritarismo o democracia. “El País” (4-XI-2022).


Rendueles, César. Gobiernos de juguete. “El País” Ideas 244 (19-I-2020). La derecha es más agresiva en la aplicación de sus ideas con mayor coste económico, incluso cuando son absurdas o dañinas para la sociedad, mientras que la izquierda es temerosa y hace las reformas con cuentagotas.

Ridao, José María. Con primarias, líder fuerte y partido vacío. “El País” (25-I-2012) 30-31. Elegir el candidato en las urnas es una fórmula exitosa en los sistemas personalistas porque evita el peso excesivo de las oligarquías partidarias, pero en Europa se corre el riesgo de caer en bicefalias, como muestran los casos del PSOE y del PSF (francés).

Ringen, Stein. Quién puede decidir. “El País” (7-X-2017). El catedrático de Economía Política del King’s College de Londres afirma que en democracia la mayoría manda, pero en el caso catalán (y otros) es importante conocer quién es esa mayoría.

Rivière, Margarita. La fiesta de la normalidad. “El País” Cataluña (26-XI-2013) 2. La masa de información tapa la realidad. Como decían Chesterton y McLuhan, “Cuanta más información haya que digerir menos se sabrá”, o como avisa el filósofo germano-coreano Hyung-Chul Han (La sociedad de la transparencia, Herder): “La masa de información no engendra ninguna verdad”, ya nada nos sorprende, anegados en tanta información que opaca y normaliza todo evento. Y los políticos vuelven normal lo anormal, con un lenguaje sesgado y absurdo, que ya parece normal con tanta repetición.

Rizzi, Andrea. La peligrosa misa fúnebre para los partidos. “El País” (15-XII-2017). La crisis de los partidos políticos augura un periodo de liderazgos personales que amenaza la democracia.
Rizzi, A. Una multitud de jóvenes que ya no creen en el sistema. “El País” (18-VI-2022). El creciente desinterés de los jóvenes en la participación política o su desapego del periodismo se explican por su desencanto con el sistema político, social y económico.
Rizzi, A. La erosión global de la democracia avanza. “El País” (15-I-2023). Los populismos aprovechan el malestar social, fomentan la polarización y corroen la solidez de las instituciones democráticas, que sin embargo resisten y muestran que son superiores a las autocracias.
Rizzi, A. 2024 pone a prueba las democracias. “El País” (31-XII-2023).

Rojo, José Andrés. Las musiquillas pegadizas de los flautistas de Hamelin. “El País” Ideas 190 (6-I-2019). Los mensajes populistas en las Redes seduce a los ciudadanos necesitados de reconocimiento.

Rose, Flemming. El derecho a la ofensa. “El País” Ideas (13-XII-2015) 2-3. Los límites del derecho de expresión.

Rostowski, Jacek. Lecciones polacas para la democracia. “El País” Ideas 442 (29-X-2023). Enseñanzas para los partidos prodemocráticos frente al populismo autoritario: es más difícil el cambio si los partidos autoritarios están mucho tiempo en el poder, si hay un sistema mayoritario y no proporcional, si hay poca participación electoral y si no hay una respuesta solidaria europea contra el populismo (ahora de Orbán).

Rovira, Antonio. Libre-mente. “El País” (4-V-2019). Para defender nuestra libertad necesitamos un nuevo ‘contrato social’.

Rubio Llorente, Francisco. Voto de obediencia y voto de conciencia. “El País” (28-I-2014) 29. Aboga por dar más libertad de voto, pero no absoluta, a los parlamentarios.

Ruiz Mantilla, Jesús. Pero ¿quién manda aquí? “El País” (30-VI-2013) 42-43. Críticas de los expertos a la opacidad del poder.

Ruiz Robledo, Agustín. La lucha por la judicialización de la política. “El País” (19-II-2020). Un recorrido histórico desde Roma al siglo XXI.

Ruiz Soroa, José María. La experiencia tecnocrática italiana. “El País” (19-IX-2012) 35.
Ruiz Soroa, J. M. La baraja y el juego. “El País” (23-IX-2017). En democracia las reglas no son modificables en medio del juego.

Sánchez-Cuenca, Ignacio. Literatura política. “El País” (11-I-2012) 27.
Sánchez-Cuenca, I. El economista rey. “El País” (2-V-2012) 25.
Sánchez-Cuenca, I. Cuestión de confianza. “El País” (24-I-2023). Los creyentes en conspiraciones que creen en un fraude electoral pueden ser convencidos de asaltar las instituciones, como ha pasado en Washington (2021) y Brasilia (2023).

Santos Juliá. Políticos y profesionales. “El País” (31-XII-2011) 35. El autor defiende el papel de los tecnócratas, a los que prefiere antes que a los políticos que ocupan las áreas de decisión política, económica, social, cultural, etc., sin estar debidamente preparados, lo que lleva frecuentemente a errores debido a su incompetencia, y a la actual crisis.

Sartorius, Nicolás. La democracia expansiva. “El País” (14-II-2017).

Savater, Fernando. ¡Peligro: democracia! “El País” Ideas (13-XI-2016).
Savater, F. Héroes impertinentes. “El País” Ideas 95 (5-III-2017). Pone el ejemplo del aqueo Tersites para comentar el auge actual, apoyado en Internet, de los críticos contra todas las convenciones.
Savater, F. Recapitulación. “El País” (18-IV-2017). Defensa de la democracia.

Sebastián, Carlos. Democracia participativa. “El País” (22-VI-2019). Las políticas públicas se han de basar en análisis rigurosos.

Seco, Raquel. Rebelarse ante la extinción. “El País” Ideas 235 (17-XI-2019). Propuestas de nuevas maneras de protesta, como las del movimiento ecologista Extinction Rebellion, incluso buscando la sanción administrativa o penal de multa pecuniaria.

Sesma, Nicolás. Los haraquiris parlamentarios. “El País” (20-XI-2022). Un resumen histórico de cómo los regímenes liberales desmantelaron voluntariamente sus democracias: la Italia de los años 20, la Alemania de los años 30, Francia en 1940, ¿Italia en 2022?

Simón, Pablo. La quiebra de la representación. “El País” (31-V-2016). Desde el inicio de la crisis en Europa los sistemas de partidos se han reconfigurado, con el ascenso de fuerzas ‘antiestablishment’ que canalizan la ira contra las élites gobernantes: la extrema derecha xenófoba y el populismo de izquierdas.
Simón, P. Militantes y votantes. “El País” (19-V-2017). Las primarias importan pero no son un instrumento perfecto.
Simón, P. El dilema soberano. “El País” (7-I-2019). Devolver a la democracia la soberanía sobre la economía.

Hermida, Xosé. Raffaele Simone / Filósofo. ‘Somos totalitarios por instinto’. “El País” Ideas (3-VII-2016).

Soler, Jordi. Micropolítica. “El País” (16-I-2016) 11. Una mayoría del electorado se entera del discurso político por unas pocas consignas ‘online’ que simplifican el mensaje y el proyecto de gobierno.

Laborde, Antonia. Pamela Soto. “Esta democracia no nos está permitiendo tener un mejor vida”. “El País” Ideas 452 (7-I-2024). La filósofa chilena, especialista en la obra de María Zambrano, defiende que hay que pensar menos desde los modelos políticos, sino desde la experiencia de quienes los viven en los márgenes. Le preocupa la desafección que los marginados sienten hacia la democracia.

Subirats, Joan. Desprotección y meritocracia. “El País” (12-III-2017). Las clases medias sienten amenazado su bienestar ante los fulgurantes cambios del sistema económico y se avecina una lucha en la democracia por aplicar políticas a su favor.

Tamames, Jorge. Gobernar a ritmo de cambio. “El País” (4-XII-2019). Las enseñanzas del pensador austrohúngaro Karl Polanyi (1886-1964), autor de ‘La gran transformación’ (1944), para explicar en clave progresista la crisis actual: la historia funciona como un péndulo de manera que las sociedades reaccionan para contener los avances desmedidos de los mercados.

Toharia, José Juan. Interpretar loa datos. “El País” Ideas (20-XII-2015) 2-3. La democracia cuya acción se basa en las encuestas no es fiable.

Torcal, Mariano. Sobre la resiliencia democrática. “El País” (26-I-2023). Opina que los sistemas democráticos han de tener instituciones arbitrales y judiciales a salvo de determinadas mayorías.

Torreblanca, José Ignacio. ¿Quién sirve a quién? “El País” (15-VII-2011) 3. Sobre la subversión en la prensa y la política de los valores democráticos.
Torreblanca, J. I. Desastres institucionales. “El País” (18-X-2013) 4. Las crisis institucionales de EE UU (el boicot del Tea Party al presupuesto) y la UE (los desacuerdos sobre la política económica e inmigratoria) demuestran que las instituciones actuales no funcionan correctamente.
Torreblanca, J. I. Yo te maldigo. “El País” (24-XI-2016). El concepto de soberanía, nacido en el siglo XVI, ha sido utilizado históricamente para legitimar el absolutismo, la dictadura, el comunismo, el fascismo, el populismo…
Torreblanca, J. I. Secesión sin democracia. “El País” (13-VII-2017).
Torreblanca, J. I. Dictaduras perfectas. “El País” (22-II-2018). Populistas y autócratas ganan a los demócratas.

Toutain, Ferran. Consciència democràtica. “El País” Quadern 1.7451 (20-XII-2018). Las reflexiones de Tocqueville y Allan Bloom (The Cloosing of the American Mind, 1987) sobre el peligro de que la tiranía de la opinión pública igualadora asfixie la democracia, que se sustancia justamente en el respeto a la diferencia.

Urquizu, Ignacio. Una democracia sin responsables. “El País” Ideas 119 (20-VIII-2017). La calidad del sistema democrática es lesionada por la globalización, la elección directa de los líderes políticos y el exceso de referendos.

Valcárcel, Amelia. La clase dirigente. “El País” Ideas 178 (14-X-2018). Las élites huyen de la política, una tarea mal pagada y muy criticada por la gente.
Valcárcel, A. Democracia, religiones y feminismo. “El País” Ideas 214 (23-VI-2019).

Valdecantos, Antonio. La estructura política de la verdad. “El País” (8-IV-2019).

Vallespín, Fernando. En guerra contra los políticos. “El País” (31-VIII-2012) 16. En España y fuera crece el desapego hacia los partidos políticos, incapaces de reformar en profundidad un sistema económico anticuado sino solo de gestionarlo.
Vallespín, F. Política y ‘antipolítica’. “El País” (12-X-2012) 12-13.
Vallespín, F. Maquiavelo, nuestro contemporáneo. “El País” (3-III-2013) 37.
Vallespín, F. La dialéctica de la digitalización. “El País” (23-XII-2013) 25. La Red puede reducir nuestra libertad en vez de ampliarla como se soñó hace tiempo.
Vallespín, F. Cuando la riqueza campa a sus anchas. “El País” (27-I-2015) 29.
Vallespín, F. Trompetas de guerra y sedición. “El País” (13-XII-2016). Las redes digitales se han convertido en campos de batalla ideológica.
Vallespín, F. Guerras identitarias de distracción. “El País” (29-XII-2017).
Vallespín, F. Fatiga civilizatoria. “El País” (26-VIII-2018). El cansancio de Occidente.
Vallespín, F. La tiranía que nos espera. “El País” Ideas 177 (7-X-2018). La democracia es frágil.
Vallespín, F. La democracia contra el virus. “El País” (3-V-2020). La democracia ha de defender el Estado de bienestar si quiere legitimidad en un tiempo de extrema crisis social y económica.

Vallespín, F. Las democracias no mueren de infarto. “El País” (15-I-2023). La realidad objetiva ha desaparecido y cada cual se cree su verdad tribal, como demuestran los asaltos de Washington y Brasilia, y otros ataques de la ultraderecha contra la democracia, en Hungría o Turquía, en América Latina o en Asia.

Vallespín, F. Dos fuentes de la ira popular. “El País” (26-III-2023). Las actuales protestas sociales en Francia e Israel tienen causas distintas: en Francia es el recorte de los derechos sociales del Estado de bienestar y en Israel es el debilitamiento del Estado de derecho.


Vaquer, Emma. Tecnócratas y escepticismo. “El País” (11-IX-2012) 4.

Vaquer, Jordi. Después de la tecnocracia. “El País” (11-XII-2012) 4.

Vidal-Folch, Ignacio. Mentir es un derecho esencial. “El País” Ideas 239 (15-XII-2019). El debate sobre la transparencia de los ciudadanos, con el ejemplo de una Finlandia en la que se puede consultar los ingresos e impuestos de los vecinos.

Vilanova, Pere. Democracia interna y primarias. “El País” (13-VII-2018). El catedrático de Ciencia Política de la Universidad de Barcelona (UB) da por superada la época de las primarias (hoy son divisivas) en los partidos.
Vilanova, Pere. Max Weber 1919, lucidez deslumbrante. “El País” (14-II-2019). La actualidad del libro ‘La política como profesión’: la ética de la actividad pública y la relación entre pensamiento y acción.
Vilanova, Pere. Las guerras y sus digestiones. “El País” (10-V-2019). La consecuencias de las guerras se dilatan en el tiempo, la única cura en muchos casos, como vemos en los casos de la Guerra Civil española o las guerras mundiales.

Walker, Christopher; Plattner, Marc F.; Diamond, Larry. Autoritarismo globalizado. “El País” Ideas (8-V-2016). Los Estados no democráticos están ganando la batalla ideológica a las democracias.

Segura, Cristian. Martin Wolf. ‘La recesión democrática da pie a creer en autoritarismos’. “El País” Ideas 134 (3-XII-2017). Martin Wolf (Londres, 1946) es periodista económico del diario “Financial Times”.

Doncel, Luis. Ngaire Woods. ‘El buen populista escucha a la gente’. “El País” Ideas 154 (29-IV-2018). Ngaire Woods (Nueva Zelanda, 1962), catedrática en la Universidad de Oxford y decana de la Escuela de Gobernanza Blavatnik, advierte de la ruptura de los vínculos entre las élites y la ciudadanía, y desconfía de los referendos.

Yárnoz, Carlos. Los movimientos sustituyen a los partidos. “El País” Ideas 153 (22-IV-2018).
Yárnoz, C. Fiar el destino al macho alfa. “El País” Ideas 177 (7-X-2018).
Yárnoz, C. Blanqueadores de la extrema derecha. “El País” (7-I-2019). Los partidos democráticos clásicos, de derecha o izquierda, así como los nuevos populistas, blanquean a la extrema derecha que llega a Europa.

Rizzi, A. Daniel Ziblatt / Politólogo de Harvard. “El populismo de derecha en Europa es una amenaza mayor que el de izquierda”. “El País” (23-IV-2023).




Fuentes: Intelectuales y democracia.
Libros.
Garzón, Baltasar. La indignación activa. Planeta. 2018. 288 pp. Ensayo para reclamar una actuación contra la injusticia y la pobreza. Fragmento: Contra la impotencia y el tedio. “El País” Ideas 140 (21-I-2018).
Ignatieff, Michael. Fuego y ceniza. Éxito y fracaso en política. Trad. de Francisco Beltrán. Taurus. Madrid. 2014. 256 pp. Ensayo sobre su fracasada experiencia política. Reseña de Calvo, José Manuel. Quemado vivo. “El País” Babelia 1.176 (7-VI-2014) 7.
Judt, Tony. El peso de la responsabilidad. Trad. de Juan Ramón Azaola. Taurus. Madrid. 2014 (1998 inglés). 286 pp. Ensayos sobre Léon Blum, Albert Camus y Raymond Aron, tres intelectuales franceses comprometidos en política, el primero frente al colaboracionismo de Vichy, el segundo respecto a su apoyo a la Resistencia y su crítica a la guerra de Argelia y el tercero en su oposición al comunismo.
Minc, Alain. Una historia política de los intelectualesTrad. de Mónica Rubio. Duomo. Barcelona, 2012. 487 pp.

Análisis y opiniones. Artículos en orden alfabético.
AA.VV. El color de la cultura. “El Cultural” (3-VII-2015). Intelectuales españoles (Javier Gomá, Guillermo Solana, Germán Cano, Isabel Coixet, César Antonio Molina…) reflexionan sobre el sentido actual de los conceptos de derecha e izquierda y si condicionan su actividad como creadores.

Arruñada, Benito; Lapuente, Víctor. Viejos y nuevos intelectuales. “El País” (29-XII-2014) 25. Los intelectuales deben ser más responsables de sus palabras y no fomentar el populismo, como por desgracia hizo Ortega en los años 30, tal como hace hoy Podemos.

Bassets, Lluís. La traición de los intelectuales. “El País” (26-IV-2021). Los intelectuales catalanes han abandonado su compromiso con los valores democráticos.

De Carreras, Francesc. Influir, legitimar, criticar. “El País” Domingo (15-VI-2014) 4-5.

Del Molino, Sergio. El regreso de los intelectuales. “El País” Ideas 150 (1-IV-2018). Un nuevo tipo de intelectuales vuelve al primer plano político.

Carbajosa, Ana. Michael Ignatieff. ‘Los populistas ofrecen soluciones falsas a problemas reales’. “El País” Domingo (15-VI-2014) 2.

Juliá, Santos. Intelectuales y pasiones políticas. “El País” Domingo (15-VI-2014) 5.
Juliá, Santos. Del desprecio al experimento. “El País” (12-IV-2015) 37. Los partidos buscan intelectuales para sus listas.

Arruñada, Benito; Lapuente, Víctor. Viejos y nuevos intelectuales. “El País” (29-XII-2014) 25. Los intelectuales deben ser más responsables de sus palabras y no fomentar el populismo, como por desgracia hizo Ortega en los años 30, tal como hace hoy Podemos.

Molina Foix, Vicente. La lengua en la urna. “El País” (5-IV-2015) 31-32. Los intelectuales se presentan a las elecciones españolas como un activo prestigioso.

Morán, Carmen. Intelectuales al rescate de la política. “El País” (8-III-2015) 20. Destacados intelectuales, como Ángel Gabilondo y Luis García Montero, se comprometen en las elecciones españolas.

Redacción. Literatura y militancia ¿hay líneas rojas? “El Cultural” (4-III-2016) 8-13. Entrevistas a escritores e intelectuales.

Savater, Fernando. Peces piloto entre tiburones. “El País” Domingo (15-VI-2014) 3. Los intelectuales ante la política.

Vallespín, Fernando. ¿Adónde se fueron los pensadores? “El País” Ideas 221 (1-IX-2019). Los intelectuales han desaparecido del debate público.

Fuentes: La tecnocracia.
Análisis y opiniones. Artículos en orden alfabético.
León, Sandra. Populismo y tecnocracia. “El País” (12-VII-2017). Semejanzas y diferencias entre estas dos opciones.



FUENTES: LAS IDEOLOGÍAS POLÍTICAS.
Internet.

Blogs.*Las ideologías políticas tienen entradas propias en los dosiers siguientes.
Dosier: El populismo.*
Dosier: El neofascismo.*
Dosier: El conservadurismo.*
Dosier: El liberalismo.*
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Dosier: El socialismo y la socialdemocracia.*
Dosier: El anarquismo.*
Dosier: El comunismo.*
Dosier: El ecologismo.*
Dosier: El feminismo.*

Libros.
Abendroth, Wolfgang; Lenk, Kurt. Introducción a la ciencia política. Anagrama. Barcelona. 373 pp. Pensamiento político, liberalismo, fascismo...
Ampuero, Roberto; Rojas, Mauricio. Diálogo de conversos. Editorial Sudamericana. Santiago de Chile. 2015. Reseña de Vargas Llosa, M. Diálogo de conversos. “El País” (29-XI-2015) 13. Comenta el libro de filosofía política y social, de los chilenos Ampuero y Rojas, dos militantes de extrema izquierda en su juventud, que hoy son progresistas pero críticos con las utopías colectivistas.
Bauman, Zygmunt; Donskis, Leónidas. Ceguera moral. La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida. Paidós. Barcelona. 2015. 272 pp.
Castells, Manuel. Redes de indignación. Los movimientos sociales en la era de Internet. Alianza. Madrid. 2012. 296 pp.
Eccleshall, R.; et al. Ideologías políticas. Tecnos. Madrid. 1993. 253 pp.
Ferrando Badía, Juan; Álvarez Conde, Enrique (coords.). Regímenes políticos actuales. Tecnos. Madrid. 1995 (1987). 664 pp.
García Cotarelo, Ramón; Blas Guerrero, Andrés de. Teoría del Estado y sistemas políticos. UNED. Madrid. 1989. 2 vs.
Jiménez de Parga, Manuel. Los regímenes políticos contemporáneos. Tecnos. Madrid. 1998 (1987). 559 pp.
Mair, Peter. Gobernando el vacío. Trad. de María Hernández Díaz. Alinza. Madrid. 2015. 192 pp. Reseña de Vallespín, Fernando. ¿Fin de la era de los partidos? “El País” Babelia 1.252 (21-XI-2015) 10.
Mann, Michael. Las fuentes del poder social. 2 vols. I. Una historia del poder desde los comienzos hasta 1760 dC. Trad. de Fernando Santos Fontela. Alianza. Madrid. 1991. 770 pp. II. El auge de las clases y los Estados nacionales, 1760-1914. Trad. de Pepa Linares. Alianza. Madrid. 1997. 1.064 pp. Inglés: The Sources of Social Power. Cambridge University Press. Cambridge. 1986. Mann estudia la formación de las clases sociales y los Estados modernos y argumenta que las sociedades están constituidas por múltiples redes socioespaciales de poder que se superponen. Destacan cuatro redes, Mann denomina “las cuatro fuentes del poder social”: las relaciones ideológicas, económicas, militares y políticas, que interactúan socialmente a modo de planos superpuestos y que, al ser “organizaciones, medios institucionales para alcanzar objetivos humanos”, tienen la ventaja de depender sólo de los medios de organización que posea cada una para alcanzar esos objetivos. Fundamentarse en las interrelaciones entre estas cuatro fuentes permite al autor adoptar una metodología distintiva que apunta a la cuestión más básica de la teoría sociológica de los dos últimos siglos: la primacía final. 
Miller, David (dir.). Enciclopedia del pensamiento político. Alianza. Madrid. 1989 (1987). 704 pp.
Moore, Barrington. Los orígenes sociales de la dictadura y la democracia. Península. Barcelona. 1973. 484 pp.
Pastor, Manuel. Fundamentos de ciencia política. McGraw-Hill. Madrid. 1994. 395 pp.
Rawls, John. Lecciones sobre la historia de la filosofía política. Edición por Samuel Freeman. Editorial Paidós. Barcelona. 2009 (2007 inglés). 581 pp.
Touchard, J. Historia de las Ideas Políticas. Tecnos. Madrid. 1987 (1961). 657 pp.

Toutain, Ferran. Imitación del hombre. Malpaso. 2020. 286 pp. Traducción ampliada de Imitació de l’home (2012). Reseña de Pardo, José Luis. Los originales y sus infinitas copias. “El País” Babelia 1.524 (6-II-2021).


Análisis y opinión. Orden alfabético.
Álvarez, José Luis. El retorno de la personalidad autoritaria. “El País” (18-X-2010) 23. Sobre la confluencia autoritaria de la extrema derecha y la izquierda populista. Álvarez es sociólogo, doctor por Harvard y profesor de ESADE.

Bassets, Lluís. La industria de las ideas políticas. “El País” Domingo (25-I-2015) 13. Sobre la creciente importancia de los think tank como creadores de ideas.

Elorza, Antonio. Los dos infiernos. “El País” (29-XII-2017). Rechazo a los totalitarismos de derecha e izquierda, similarmente destructivos.

Fanjul, Sergio C. La teoría del lavado de cerebro marxista. “El País” Ideas 373 (3-VII-2022). La ultraderecha y parte de la derecha difunden la idea de que hay un marxismo cultural que penetra subrepticiamente las empresas, los medios de comunicación y los gobiernos, usando el feminismo, el ecologismo y otras causas para dominar ideológicamente el mundo.

3 comentarios:

Luis Manteiga Pousa dijo...

La democracia, con todos sus defectos, es preferible a la dictadura, incluso a la dictablanda. El pueblo se puede equivocar mucho pero tiene derecho a hacerlo, aunque paguen justos por pecadores a veces. Aunque la verdad no sea democrática. Aunque, según las circunstancias, se pueda vivir mejor en una dictadura que en una democracia.El problema es que hay que aguantarse si no es así.Pero ¿y una dictadura de los mejores, de los más honestos, al estilo de La República de Platón?. Pensemos, por ejemplo, en "El enemigo del pueblo" de Ibsen. No hay nada perfecto, está claro. Cuidemos la democracia.

Luis MP dijo...

Pero entrando un poco en el juego de la especulación. ¿Y si la gran mayoría de la población de un país decide, democráticamente, que prefiere vivir en una dictadura?. Tendría que volver a votarse cada cierto tiempo sobre la cuestión, cuatro años, por ejemplo. Aquí tenemos la primera contradicción y paradoja. ¿Que garantías democráticas habría cada vez que se vota?. tendría que ser una dictablanda, más bien.El asunto no tiene fácil solución, sí es que tiene alguna. Esto puede sonar extraño, surrealista, pero creo que en Latinoamérica, ante la gran cantidad de democracias fallidas que hay, ante la miseria, violencia, corrupción que hay, hay un porcentaje elevado de la población que preferiría vivir en dictadura con la esperanza de que esta mejorase sus condiciones de vida. Obviamente, esto no se podría asegurar. Lo que está claro es que nunca hubo ni hay ni habrá ningún sistema perfecto porque el ser humano no lo es.Perdón por la digresión. Un saludo.

XLuis MP dijo...

La democracia es tener el derecho, a través del voto, de acertar o equivocarte en la elección de los máximos dirigentes políticos además de que se respeten tus derechos y libertades fundamentales, esos derechos y libertades que los humanos nos hemos atribuido más allá de lo meramente natural.Y ese acierto y/o error en el voto puede traer beneficios y/o perjuicios tanto al que vota como al resto de la población. Puedes acertar y tener que fastidiarte por el error de la mayoría, puedes equivocarte y beneficiarte del acierto de la mayoría, puede el resultado ser beneficioso para ti pero malo para la mayoría, puede ser malo para ti pero beneficioso para la mayoría...Hay múltiples variantes.En cualquier caso,la mayoría ganadora,más o menos acertada o equivocada, tiene que respetar también los derechos y libertades de las minorías.