TEORÍAS DE LA
INDUSTRIALIZACIÓN.
Teoría de las etapas de
desarrollo de Rostow.
Teoría del atraso relativo
de Gerschenkron.
Teoría de los modelos de
industrialización de recuperación o catching-up.
Teoría de la
desindustrialización de Baumol.
Teoría de las etapas de
desarrollo de Rostow.
W. Rostow (1963) explica la
localización industrial a escala internacional. Según él, todos los países han
de pasar sucesivamente por tres etapas de desarrollo: preindustrial, industrial
y postindustrial. Las diferencias de industrialización dependen de la etapa en
que se hallan cada uno de los países y regiones del planeta, teniendo en cuenta
que llegará un momento en que todos los espacios se encontrarán en la etapa
postindustrial.
Para elaborar su teoría del
despegue (take-off), Walt Whitman Rostow analizó la industrialización
británica y la de otros países en los que se produjo con posteridad. Defendía
que para que el proceso de industrialización tuviera éxito había que cumplir
una serie de requisitos previos: una alta productividad agrícola, la existencia
de mercados y cierta estabilidad política que permitiera establecer una
legislación favorable. Si estos tres requisitos se cumplían, el proceso se
iniciaría con un periodo de despegue (take-off), una etapa de 20 a 30
años en la que se lograría la industrialización acelerada y progresiva del
país. Puesto que los países cumplen estos requisitos en distintos momentos
históricos, la industrialización de cada uno de ellos se produjo en épocas
distintas. En el modelo de Rostow se da por hecho que los países atraviesan las
mismas etapas de desarrollo. Gran Bretaña fue el primer país en despegar
durante el periodo 1780-1800, seguido por Francia, Alemania y Estados Unidos
durante el siglo XIX. Al ser una teoría general, la teoría de la
industrialización de Rostow no puede explicar la experiencia propia de los
países que analiza. Los últimos estudios sobre la revolución industrial
británica sugieren que la teoría del despegue durante el periodo 1780 y 1800 es
inexacta, por el contrario, la economía británica experimentó un paulatino
proceso de industrialización a lo largo de los siglos XVIII y XIX. La
experiencia de las economías europeas continentales también contradice la
teoría del despegue. Los procesos de industrialización fueron procesos
continuados acaecidos a lo largo de todo el siglo XIX, y aunque el ritmo de
desarrollo fue desigual, parece inexacto limitar el proceso de desarrollo a un
periodo concreto.
Teoría del atraso relativo
de Gerschenkron.
El historiador de la economía Alexander
Gerschenkron rechaza el historicismo del modelo de take-off de Rostow
debido a su debilidad teórica y empírica. Para suplir estas deficiencias crea
el concepto de atraso relativo y afirma que el proceso de desarrollo de un país
de industrialización tardía diferirá, debido a su atraso, del experimentado por
el país más desarrollado; en este sentido, la historia desempeña un papel
importante a la hora de determinar el patrón de industrialización. Para
Gerschenkron, el país de industrialización tardía tendrá las siguientes
características: un rápido e intenso crecimiento de la producción industrial;
un predominio de la producción de bienes de capital sobre la producción de
bienes de consumo, lo que presiona sobre la demanda de consumo de la población;
un predominio de empresas y fábricas de gran tamaño; una dependencia de la
tecnología y la financiación exterior; importancia del Estado como promotor del
desarrollo industrial; crecimiento de los movimientos ideológicos favorecedores
del proceso industrializador y escasa importancia de la agricultura en cuanto al
aumento de su productividad y como fuente de demanda de productos industriales.
Sin embargo, los estudios
empíricos sobre la industrialización de las economías europeas no responden a
este modelo de desarrollo. Por ejemplo, el papel de los bancos para financiar
la industria durante el siglo XIX es muy distinto en Francia respecto a
Alemania, aunque los dos países podían considerarse, en aquella época, como
economías relativamente atrasadas. Por analogía, tampoco ha podido demostrarse
el postulado que afirma que el país atrasado experimentará un rápido
crecimiento productivo (predominando la producción de bienes de capital que
presionan al alza el consumo de la población). Francia, al igual que el Imperio
Austro-Húngaro, experimentó una pauta de industrialización estable. No
obstante, el planteamiento general de Gerschenkron arroja alguna luz sobre el
proceso de industrialización: casi todos los economistas aceptan que las
circunstancias históricas determinan el modelo de industrialización. El
principal problema radica en establecer las relaciones entre industrialización
temprana y tardía.
Teoría de los modelos de
industrialización de recuperación o catching-up.
En la actualidad muchos
economistas han intentado explicar los procesos de industrialización tardíos en
un marco de análisis en el que se considera que el crecimiento está enfocado a
recuperar el tiempo perdido. En este sentido, las nuevas teorías parten del
planteamiento de Gerschenkron que subraya los condicionantes históricos que
afectan a los países menos industrializados. Los países que inician de modo
tardío el proceso de industrialización pueden imitar las tecnologías existentes
en los países más desarrollados, lo que les permite alcanzar enseguida un
desarrollo económico y recuperar el tiempo perdido logrando las mismas tasas de
productividad aparente (productividad por trabajador) que los países más
desarrollados.
Esta teoría predice que los
niveles de renta per cápita de los países pobres tenderán a converger
con las de los países ricos, lo que ha sido contrastado de forma empírica.
Destacan dos conclusiones: en primer lugar, existe una fuerte tendencia a
converger entre las economías más desarrolladas (agrupados en la OCDE). En
segundo lugar, si se analizan los países más pobres la hipótesis es falsa, pues
muchos no han logrado recuperar el atraso histórico y converger con los países
ricos; la recuperación del atraso no es un proceso de evolución histórica que
afecte a todo el mundo.
Para comprender por qué los
procesos de recuperación sólo funcionan en las economías desarrolladas, Moses
Abramovitz creó el concepto de capacidad social. Una condición necesaria para
poder alcanzar a las economías más desarrolladas consiste en disponer de una
capacidad social mínima: las economías más atrasadas tienen que tener una
sociedad capacitada para poder adoptar y asimilar las nuevas tecnologías
creadas en los países industrializados. Si no disponen de un capital humano
suficiente (debido a una escasa inversión en educación, o por la existencia de
sistemas políticos inestables) el proceso de industrialización no podrá
despegar. Por lo tanto, es improbable que todos los países puedan alcanzar los
mismos niveles de productividad. A partir de aquí, hay que intentar comprender
cómo se puede mejorar la capacidad social para que los países pobres puedan
aprovechar sus potencialidades y alcanzar el grado de industrialización de las
economías más desarrolladas.
Teoría de la
desindustrialización de Baumol.
Se puede encontrar una teoría
general sobre los procesos de desindustrialización en la denominada 'ley de
Baumol'. Dada la alta elasticidad en función de la renta de la demanda de
productos industriales y de servicios, en las economías industrializadas (en
las que el sector agrícola ha perdido importancia relativa), los dos sectores
anteriores compiten para poder lograr el factor trabajo que necesitan y que
resulta escaso. William Baumol afirma que, puesto que el sector servicios
experimenta crecimientos de productividad menores respecto al sector
industrial, en condiciones de libre mercado los precios relativos aumentarán
más en el sector servicios (tanto para el mercado de bienes como para el de
trabajo), lo que le permite atraer a los trabajadores del sector industrial.
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