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lunes, 30 de diciembre de 2013

Mundo: Los conflictos y las relaciones internacionales. El terrorismo,

MUNDO: LOS CONFLICTOS Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES. EL TERRORISMO.

INTRODUCCIÓN.
CONFLICTOS.
CONCEPTOS Y CLASIFICACIÓN.
CONCEPTOS.
Conflicto.
Guerra.
CLASIFICACIÓN.
ACTUALIDAD. 
El terrorismo y la seguridad nacional e internacional.
Los atentados del 11-S (2001).
El derecho de intervención militar internacional.
El conflicto de Irak (2003) y las responsabilidades penales.
El G-7.
El G-20.

El filósofo político y liberal británico Edmund Burke (1770) avisaba: ‹‹cuando los hombres malos se juntan, los buenos deben asociarse: de lo contrario caerán, uno por uno, como un sacrificio implacable y llevados por una lucha despreciable››.




Mapa de las principales zonas de conflictos en el mundo hacia 2010.


            

Fuente: Focos de tensión en el mundo. [http://elpais.com/elpais/2013/12/27]

Mapa de refugiados en el mundo (2012). En 2013 había 51,2 millones. [Un gráfico de 2013, por Antonio Alonso, en http://elpais.com/elpais/2014]

INTRODUCCIÓN.
Se aborda el concepto y la clasificación de los conflictos, tanto internos como internacionales. Una relación de conflictos no puede ser exhaustiva pues el concepto de conflicto es muy amplio y porque constantemente están apareciendo nuevos conflictos y acabando otros.

CONCEPTOS Y CLASIFICACIÓN.
CONCEPTOS.
Conflicto.
El conflicto es un hecho social habitual en todas las sociedades, por la oposición de ideas e intereses entre grupos e instituciones. El conflicto puede desarrollarse y resolverse de modo pacífico con el diálogo y el compromiso, o de un modo violento, pero generalmente se asocia el término a su forma violenta, en especial la guerra.

Guerra.
La guerra es la forma más violenta de desarrollar, no necesariamente de solucionar, un conflicto. Ocurre cuando los métodos pacíficos del diálogo y del compromiso no han sido utilizados o han fracasado.
Generalmente, la guerra es inútil ya que siempre acaba provocando más problemas y sufrimientos de los que pretende resolver. Pero, por su constante presencia en la historia, ha devenido en institución social, con la que se pretenden resolver los problemas. Por ello, hay que cambiar la mentalidad de la gente, educándola para que perciba que existen alternativas pacíficas para solucionar los conflictos.
Sólo debe haber derecho a la violencia en defensa propia o para evitar el genocidio o la vulneración de los derechos humanos, pero con atención al derecho internacional.

CLASIFICACIÓN.
La clasificación de los conflictos no puede ser cerrada, sino dinámica, comprendiendo la enorme variedad actual: conflictos internos/internacionales, nacionales/regionales/globales, religiosos, sociales, políticos, económicos. La distinción jurídica clásica entre conflicto interno (guerra civil) y conflicto internacional, parece obsoleta. Hoy es enorme la pluralidad y complejidad de los conflictos.
Se debe permitir estructurar los conflictos a distintas escalas, en relación con una diversidad de fenómenos: la dinámica de la dominación mundial, la descolonización, el desa­rrollo/subdesarrollo, los movimientos migratorios, la identidad nacional y étnica, la estructura y la cohesión social, la legitimación del poder, el papel de la ONU como garante del diálogo y de la paz, la institución “reglada” (ONU) del diálogo como solución pacífica y “pactada” de los conflictos, el papel de la superpotencia dominante actual (EE UU), el sistema mundial de seguridad y la OTAN, la limitación de armamentos, el hundimiento del bloque comunista del Este de Europa, el integrismo islámico, el ascenso de India y China al estatus de grandes potencias, la unificación en bloques regionales (en Europa, América del Sur o el Sudeste asiático), la formación y difusión de la imagen del “enemigo”, la racionalidad y las decisiones en los conflictos (la “lógica” del conflicto: racionalización o no de los costos, objetivos, resultados...), el cambio ideológico en la conciencia occidental y universal de una teoría de la guerra a una teoría de la paz, de las teorías geopolíticas de dominio a la teoría del equilibrio y la cooperación, etc.
Una clasificación más comprensiva [Djalili, 1991] distinguiría tres niveles (globales, regionales e internos), a su vez subdivididos en ocho grupos. Esto evita una división por cau­sas nacionales, étnicas, religiosas, lingüísticas...
1) Conflictos globales:
- Resultantes de la descolonización (Indonesia, Indochina).
- La lucha entre los bloques Este-Oeste (Vietnam, Cuba, Angola) mezclada con la oposición Norte-Sur.
- Las intervenciones de las grandes potencias (Grenada, Panamá, Hungría, Checoslovaquia).

2) Conflictos regionales:
- Entre Estados, los conflictos más generalizados (Israel-países árabes, India-Pakistán, Irak-Irán).
- Los hegemónicos (Sudáfrica, Vietnam, Irak o Libia sobre sus vecinos más débiles).
- Los irredentistas (Somalia sobre Etiopía para conquistar Ogadén, Marruecos sobre el Sahara).

3) Conflictos internos:
- Luchas armadas generalizadas (Somalia, Colombia, Perú).
- Luchas armadas localizadas (islamistas de Mindanao en Filipinas, tamiles en Sri Lanka, cristianos y animistas en Sudán del Sur).

Hirschmann distingue entre dos tipos de conflictos: conflictos divisibles y conflictos indivisibles. Los primeros suponen el enfrentamiento de intereses sobre una base competitiva y giran en torno a la búsqueda de una maximización del beneficio. En última instancia, sin embargo, se orientan hacia el logro de un compromiso, pues de los que se trata en el fondo es de obtener “más” o “menos” de un determinado bien; operan sobre bienes “divisibles” y sobre el trasfondo de un consenso mínimo en torno a ciertos valores fundamentales que unifican a todos los actores sociales, ya se trate de individuos o grupos.
El otro tipo de conflictos afecta ya a cuestiones identitarias, sean étnicas, lingüísticas, nacionales o religiosas, que por definición son “indivisibles” y no se prestan, al menos en principio y por parte de los que así se sienten, a una componenda entre un “más” o un “menos”; son inmunes a la negociación o a la fragmentación de la identidad: sólo es “auténticamente” vasco, por ejemplo, quien expulsa de sí a todo lo español.



Tropas estadounidenses en acción (¿Irak?)..

ACTUALIDAD.
Robert Kaplan, periodista político estadounidense, analista jefe del influyente organismo (un think tank) Stratfor y autor del ensayo La venganza de la geografía (2013), considera que la historia la hacen los individuos pero también influyen decisivamente la geografía, el clima y los recursos, que definieron en el pasado las fuerzas geopolíticas y sirven para anticipar el futuro. 
Considera que EE UU no debería intervenir en Siria: 
‹‹Siria es la expresión geográfica de que no es un país real. Hay diferentes grupos sectarios y étnicos que están vinculados a territorios específicos. Son grupos que lograron estar juntos de una manera estable, aunque forzada, por la familia El Asad durante cuatro décadas. Pero no hicieron nada para desarrollar la sociedad civil o infundir una identidad real de ciudadanía. El único elemento de unidad fue la hostilidad hacia Israel. Eso se está derrumbando y no está claro que haya un Estado. Ese es el problema. (…) Cualquier intervención debe ser liderada por EE UU, oficial u oficiosamente. No veo, sin embargo, como en Siria podría tener éxito o funcionar. El poderío militar de EE UU puede hacer muchas cosas; proteger las líneas de comunicaciones marítimas, puede hacer de equilibrio contra China en beneficio de Japón y Corea del Sur. Pero no puede estabilizar una sociedad islámica muy compleja, en guerra. De haber una solución sería por una negociación entre los vecinos: Turquía, Irán y Arabia Saudí con Rusia.››
Opina sobre la crisis en los países islámicos, desde Siria, a Túnez, Libia o Egipto:
‹‹Estamos hablando del antiguo Imperio otomano. El siglo XX y comienzos del XXI no aportaron una solución a su colapso. Cuando el sultán gobernaba desde Estambul, no había disputas sobre quién controlaba qué territorio. Cada grupo era leal al sultán y no hacia su vecino. Tras su colapso, los imperios coloniales crearon líneas artificiales y después surgieron dictadores que gobernaron como Francia y Reino Unido hicieron antes. Por eso la primavera árabe es fruto del colapso gradual de la autoridad de control central. Nada tomó su lugar, porque varios de estos países no son realmente países. Es el caso también de Libia.››
Es optimista sobre la relaciones entre EE UU, Rusia y China:
‹‹El pacto de Varsovia puede estar muerto. También el comunismo. Pero Rusia sigue siendo grande y está cerca de Europa, y encima es rica en recursos naturales. Conforme la Unión Europea se debilita, Rusia se fortalece en el este europeo. Con China escenifica una gran relación. Son dos países totalitarios, que se llevan bien. China, además, necesita de sus recursos. Pero aunque son aliados tácticos, no lo son estratégicos. Siempre van a ser sospechosos el uno del otro.››
Y aun es más positivo respecto a India:
‹‹India puede ser el verdadero Estado pivote del siglo XXI. Será una gran potencia, con una población mayor que la de China. No veo un colapso del país, algo que no tengo tan claro con China. En este momento no tiene una economía muy espectacular y no es un país eficiente, pero se irá solucionando.››

Bastenier, en Multipolaridad  [“El País” (18-IX-2013)] hace un resumen de la situación multipolar de las relaciones internacionales entre las grandes potencias
‹‹Por si cabía alguna duda el embrollo diplomático sobre la guerra en Siria prueba que la unipolaridad norteamericana nunca pudo ser. Pese a su potencial militar, superior todavía hoy al del resto del planeta, a EE UU le falta el poder blando, el sostén de una opinión dispuesta a pagar el precio en tesoro y vidas que la hegemonía planetaria implica, y del que sí gozaba la pax britannica en el siglo XIX.
Una de las explicaciones más sobadas para justificar el repliegue de Washington —con etapas en Irak, Afganistán, y, de momento, la abortada operación contra el Gobierno de Damasco— es la del neo-aislacionismo, o enfermedad recurrente del cuerpo político de EE UU que después de una fase expansiva aspira a recogerse tras las inexpugnables fronteras de dos océanos. Eso fue lo que ocurrió tras la victoria de la Entente en la Gran Guerra, y si la figura no pudo repetirse en 1945 fue porque había que reinventar Alemania extirpando lo que quedara de nazismo. Pero en esta ocasión el deseo de guarecerse dentro de sí, obedece a razones diferentes. En lugar de retirarse en 1919 como vencedor, EE UU ha perdido una guerra en Irak, con el corolario de una mejora sustancial en la posición estratégica de Irán, y una prognosis sobre la aventura de Afganistán que no puede ser optimista.
El concurso de Moscú era imprescindible para el sostenimiento de una hegemonía mundial compartida llamada Bipolaridad. Pero falto de uno de los dos atlantes el sistema adolecía de inestabilidad congénita y la paradoja contemporánea es que el regreso de Moscú, arquitecto del eventual apaciguamiento de la crisis siria, no solo no reconstruye esa Bipolaridad, sino que da paso a una multipolaridad cierto que aún en vías de cristalización. Mientras EE. UU. y la URSS militaban en campos ideológicamente opuestos, sabedores de que el arma nuclear hacía impensable el enfrentamiento armado, su mutuo interés era “cerrar” el espacio geopolítico sin que hubiera vencedores ni vencidos. Hoy, en cambio, la porosidad de una geopolítica sin divisiones ideológicas permite buscar y rehacer alianzas. Y es así como Rusia hace pie de nuevo en Asia sin necesidad de vender la buena nueva del marxismo-leninismo. ¡Qué alivio quitarse de encima ese fardo para Moscú!
Si el plan ruso-norteamericano se cumple con la destrucción del arsenal de armas químicas de Damasco, el resultado será catastrófico para la atomizada oposición siria, que imploraba una acción de castigo de Washington para detener la progresiva erosión de sus posiciones militares. El presidente Bachar el Asad saldría, consecuentemente, fortalecido pese a la liquidación de su arsenal, porque está mejor sin armas químicas que con ellas, cosa que ha podido comprobar por el riesgo que le ha supuesto su mera existencia, tanto si las utilizó como si no lo hizo. Irán aun sale mejor parado porque la remisión a tiempo indefinido del bombardeo norteamericano hace más improbable una operación similar contra Teherán. E Israel puede temer que no haya salido ganando porque prefería cualquier acción que debilitara al régimen sirio a la permanencia de un Gobierno alauí que garantizaba, en lo que era un alianza de facto, que la frontera común estuviera perfectamente controlada y en paz con el Estado sionista.
El espectáculo que ha dado la diplomacia del presidente Obama, con sus correcciones, rectificaciones y conversiones sobre la oportunidad de machacar a Siria, ha sido penoso, pero, aun así, el líder norteamericano puede acabar salvando hasta cierto punto la cara, con el argumento de que la mera amenaza de los misiles ha bastado para obligar a Damasco a renunciar a su química de guerra. Y que China no está a punto de sustituir a EE UU en el pináculo del poder mundial lo subraya su discreto papel en toda la crisis, encantada de que fuera Rusia quien hiciese casi todo el gasto. Solo en el Pacífico asiático Pekín aspira a mantener a raya a Washington. Pero el gran vencedor ha sido la Rusia del presidente Putin que, además de convertirse en albacea testamentario del conflicto, le ha hecho un segundo gran favor a EE. UU —el primero amordazando a Snowden, sobre el espionaje cibernético de Washington— con el pacto que evita que Obama tenga que afrontar una votación del Congreso que, de haber sido desfavorable, habría hecho añicos su presidencia.
El historiador norteamericano Immanuel Wallerstein resume lacónico las consecuencias de una crisis que hoy apenas comienza: “EE UU carece del poder de hacer cumplir sus mandatos”. A eso se le llama multipolaridad.››

Jesús A. Núñez Villaverde, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria, resume en 2014: ninguna gran guerra, conflictos sin fin [“El País” (29-XII-2013)] los conflictos que asolan los países del mundo, aunque ninguno sea internacional. 
‹‹El conflictivo panorama planetario da la razón a Sigmund Freud cuando aseguraba que “la violencia, individual o colectiva, que acompaña a la condición humana desde el origen de los tiempos, puede ser limitada, relativamente controlada, legalmente regulada e incluso castigada, pero nunca exterminada”. Hoy no hay grandes conflictos armados internacionales pero, por el contrario, la paz brilla por su ausencia en muchos lugares sumidos en interminables conflictos intraestatales. Y esto define tanto a los desarrollados en los Estados frágiles como a los que afectan a sociedades donde formalmente no existe una guerra, pero donde la violencia anónima y diaria es ya un rasgo genético.
Entre otras cosas la historia enseña que la violencia es el principio central de la organización social. También muestra que solo es considerada negativa si deviene en derrota, pero que si le acompaña la victoria termina por ser mayoritariamente percibida como virtuosa. Sobre estos presupuestos, y a base de guerras, se han conformado buena parte de los actuales Estados nacionales y se ha dirimido el liderazgo global, regional o local a lo largo del tiempo.
Una panorámica actual del mundo globalizado nos muestra que, para quienes habitamos en democracias consolidadas, la violencia organizada ya ha dejado de ser un instrumento útil para solucionar problemas. Dicho sin frivolidad alguna, hasta podríamos pensar que la guerra ha pasado de moda entre nosotros —cuando disponemos de otros mecanismos más insidiosos, pero no menos letales, para defender nuestros privilegios e intereses—, reservándola únicamente como instrumento de último recurso cuando está en peligro un statu quoque lleva décadas favoreciéndonos. Esto no quiere decir, por supuesto, que nuestra estabilidad estructural sea irreversible; por eso debemos ocuparnos diariamente de perfeccionar un sistema que permita resolver pacíficamente los conflictos que nos afecten. Pero sabemos igualmente que quienes disfrutamos de esa situación somos minoría en un mundo en el que las brechas de desigualdad no hacen más que aumentar y, además, somos corresponsables del malestar e inseguridad de muchos de nuestros semejantes.
Por eso son muchos (mayoría) quienes rechazan esa visión típica de las democracias occidentales, empezando por los que nada tienen que perder y nada esperan de un orden internacional que consideran injusto, ni de unas autoridades locales que, frecuentemente, son los principales violadores de sus derechos. No puede extrañar, en consecuencia, que sean también muchos aún los que entienden la violencia como el único instrumento a mano para subvertir su desfavorable situación o, cuando el conflicto se prolonga sine die, en la mejor opción vital. Tomar las armas se convierte, así, en la menos mala de todas las alternativas existentes para quienes, individual o colectivamente, pretenden satisfacer sus necesidades diarias, garantizar su propia seguridad y tratar de imponer su dictado. Para muchos de ellos la violencia ha dejado de ser un instrumento al servicio de un objetivo político, para convertirse en un fin en sí misma.››

En Europa destaca los conflictos internos en Ucrania y Turquía: 
‹‹Hoy, en una apresurada ojeada, podemos afortunadamente confirmar que, muy al contrario de lo ocurrido durante el pasado siglo, la guerra en Europa brilla por su ausencia. Sin que se haya digerido totalmente la implosión de la URSS y de Yugoslavia, y aunque se registren puntuales brotes de violencia callejera, el continente es una isla de estabilidad en la que no se vislumbra a medio plazo ningún proceso que no se pueda gestionar sin recurrir a las armas. A pesar de sus notables errores y carencias —como se acaba de constatar en el Consejo Europeo de diciembre, saldado sin avances apreciables en la operatividad de la Política Común de Seguridad y Defensa—, la Unión Europea sigue siendo el más exitoso experimento histórico de prevención de conflictos violentos.
Además de lograr que la guerra haya quedado eliminada de la agenda de los Veintiocho, su poderoso influjo —junto con el de la OSCE— ha coadyuvado para que ninguno de los problemas europeos haya derivado en violencia abierta, encarrilando a los países balcánicos hacia Bruselas y aliviando las tensiones internas de minorías históricamente maltratadas. Hoy el mayor foco de tensión se vive en torno a Ucrania, disputada abiertamente por Moscú y Bruselas, pero no debemos suponer que ese forcejeo vaya más allá de la mesa de negociaciones. Lo mismo cabe decir de la tensión báltica, con Rusia procurando restablecer su influencia en su vecindad, y de los crecientes problemas internos de Turquía, aunque la pacificación del conflicto kurdo aún esté lejos.››
En América enfatiza que prosigue la violencia terrorista en Colombia: 
‹‹Por su parte, en América la imagen es engañosa si solo se piensa en Colombia como el único conflicto abierto. Precisamente la resolución de ese dilatado episodio de violencia puede ser una de las mejores noticias de 2014, tras haber cimentado un proceso de negociación que asume que con las armas no hay futuro para nadie. El visible rearme en el que están metidos varios gobiernos, traspasando los límites de la mera defensa nacional, es un factor belígeno nada desdeñable. Así, cabe identificar a Brasil, en su intento por consolidar un liderazgo regional que busca, potenciando su músculo militar, un hueco entre unos Estados Unidos hegemónicos y unos vecinos (con Venezuela como punta de lanza) que ensayan improbables vías alternativas.
No existe ninguna guerra continental, pero son varias las ciudades centroamericanas y sudamericanas que encabezan la clasificación de los lugares más violentos del planeta. Esta violencia anónima es el resultado, en primer lugar, de la brutal desigualdad reinante- a pesar de los indudables datos de crecimiento económico-, que excluye a una gran parte de la población de los beneficios de unos sistemas que solo aprovechan a unos pocos. A eso se suman unas fuerzas de seguridad incapaces de garantizar la seguridad ciudadana (Argentina ha sido el más reciente apunte mediático con motivo de huelgas policiales inusitadas). No es menor tampoco el efecto multiplicador de unos grupos privados (mafias, maras, cárteles, bandas…) que cuestionan frontalmente el monopolio del Estado en el uso de la fuerza y que disponen de medios sobrados para comprar voluntades en todos los niveles del Estado. Pero también, en un proceso que se retroalimenta constantemente, es el reflejo de una privatización de la seguridad que deja en situación de extrema vulnerabilidad a quien no pueda costearse directamente la suya.››
En África continúan las numerosas guerras civiles:
‹‹Más oscura es la situación en África Subsahariana, donde ni siquiera Suráfrica está a salvo de una oleada de inestabilidad que puede arruinar el modélico esfuerzo de un Nelson Mandela encumbrado, con razón, a los altares de la construcción de la paz. Desgraciadamente tanto el conflicto de Malí, como los RCA y RDC o los que asolan a Sudán (Darfur) y Sudán del Sur (ahora sumido en un choque fratricida) son cualquier cosa menos novedades. En estos y en tantos otros casos (Chad, Nigeria, Níger…), al margen de su escaso reflejo mediático, se multiplican causas estructurales tan conocidas como desatendidas durante décadas- fracasos de convivencia entre distintos, insatisfacción de necesidades elementales, corrupción generalizada, inquietante debilidad del Estado, ominosa discriminación étnica y/o religiosa, represión y permanente violación de derechos…-, a las que solo queda por añadir la gota que colme el vaso de la paciencia de unas poblaciones que nada bueno esperan de sus gobernantes.
Ninguno de estos problemas tiene solución militar, dado que sus raíces corresponden a la esfera social, política y económica. Eso supone que están condenados al fracaso todos los (limitados y selectivos) esfuerzos militares sobrevenidos- lo que supone de partida asumir la inoperancia de los sistemas de alerta y acción tempranas-, si no existe la necesaria voluntad política para activar preventivamente respuestas multilaterales y multidimensionales que entiendan que la promoción del desarrollo es la vía más directa para lograr mayores niveles de seguridad. Ningún contingente militar puede más que paliar, en el mejor de los casos, los efectos más llamativos del problema; pero nunca podrá por sí solo enderezar el rumbo de unos procesos que, a falta de soluciones omnicomprensivas, corren el riesgo de reabrirse de inmediato (baste recordar que más del 40% de las guerras actuales son mera repetición de conflictos mal cerrados).
El escaso interés de la comunidad internacional en el futuro de la región- vista solo bajo la óptica de un foco de amenaza terrorista, comercios ilícitos y emisión de emigrantes, y la del depredador de sus inmensas riquezas-, la debilidad de las organizaciones regionales (comenzando por la Unión Africana) y la interesada fragilidad de muchos de estos Estados lleva a prever una continuación de la inestabilidad y de los conflictos violentos que hoy la caracterizan.››

En el mundo islámico siguen los conflictos del fin de la ‘primavera árabe’ y la guerra civil de Siria: 
‹‹Cuando se cumplen tres años desde el arranque de la mal llamada primavera árabe, solo ha habido cuatro países en los que el dictador ha caído; pero en ninguno de los veintidós se ha producido un verdadero cambio de régimen. Con el macabro protagonismo de Siria —sin esperanza de que Ginebra 2 aporte solución alguna—, nada ha cambiado para mejor en Yemen, mientras se cruzan apuestas sobre si Túnez puede evitar el retroceso violento que viven Libia y Egipto. Aunque con distinto grado de intensidad, las movilizaciones que experimenta el mundo árabe muestra claramente el agotamiento de unos regímenes políticos fracasados. Su suicida resistencia pronostica que la región seguirá sometida a convulsiones recurrentes, de las que ningún país está a salvo, en la medida en que todos ellos comparten un diagnóstico altamente negativo tanto desde la perspectiva del desarrollo (incluso en las petromonarquías del Golfo) como de la seguridad (con la renovada fuerza de la amenaza yihadista por doquier).
Si a eso se añade que ni Afganistán ni Irak, ni mucho menos el que enfrenta a Israel con sus vecinos, son ejemplos exitosos de resolución de conflictos, podemos concluir que en la órbita árabo-musulmana se multiplican los focos de violencia que seguirán ocupando la atención durante 2014. Por el contrario, uno de los soplos de esperanza más significativos de la agenda internacional es la posibilidad de que termine por cuajar el proceso de acercamiento entre Washington y Teherán, por muchas que sean las asignaturas pendientes y los previsibles esfuerzos de Israel y Arabia Saudí por abortarlo.››

En Asia-Pacífico crece la tensión entre China y sus vecinos protegidos por EE UU:
‹‹Asia-Pacífico es, por último, el escenario que con cierto toque sensacionalista parece llamado a privar del sueño a los amantes de la paz. Aunque es innegable que los dos gigantes mundiales —EE UU y China— están inmersos en una dinámica de tanteo en el área, no cabe dar por sentado que sus diferencias vayan a traducirse necesariamente en violencia. Aunque ninguno de los dos tiene interés en provocar un estallido que difícilmente serviría a sus intereses, eso no quita para que ambos realicen calculados movimientos ajedrecísticos para ir ocupando posiciones de ventaja, tratando atraer a los vecinos a su respectiva órbita. Pero si esto decepciona a los aficionados a las novedades y las emociones fuertes, ya se perfilan a la vuelta de la esquina tres nuevos escenarios conflictivos: el Ártico, el ciberespacio y el espacio exterior. En suma, la voluntad de poder de la que hablaba Nietzsche nos asegura que las guerras seguirán formando parte de nuestro futuro.››

Ian Bremmer en Incendios en el horizonte global [ “El País” (19-VII-2014)] se muestra pesimista a corto plazo porque EE UU no está ejerciendo un liderazgo eficaz que reduzca los conflictos y destaca los riesgos en Europa (Ucrania-Rusia), Oriente Medio (Israel-Palestina, Siria e Irak) y Lejano Oriente (China y Japón):
‹‹En el mundo actual no faltan las zonas de conflicto. Los nuevos retos que presentan una Rusia revanchista, la poderosa insurgencia en Irak y las tensiones cada vez mayores entre China y sus vecinos producen titulares preocupantes. Estas fuentes de conflicto han tenido escasa repercusión fuera de sus regiones respectivas, pero la situación va a cambiar.
El primer problema es el del Kremlin. Ucrania sigue siendo la pieza fundamental para que el presidente Putin pueda hacer realidad su sueño de crear una Unión Euroasiática, pero las convulsiones de los últimos nueve meses en Ucrania han agravado la brecha entre los dos países. Ucrania no va a disfrutar de paz en un futuro inmediato. Kiev tiene el empeño de reducir su dependencia económica de Moscú y profundizar sus lazos políticos, económicos y de seguridad con Europa. Y, para impedirlo, Putin va a presionar de todas las formas posibles, con el fin de forzar una modificación de la constitución ucraniana que dé más poder a los gobiernos regionales y permita a Moscú utilizar su influencia sobre las provincias orientales y estorbar el rumbo occidental de la capital. Ninguna de las dos partes va a hacer concesiones hasta que no le quede más remedio. Seguramente Occidente impondrá sanciones aún más duras a Rusia, que se las arreglará entonces para que Europa asuma parte del coste de ese enfrentamiento.
En Irak vuelve a imperar el sectarismo, que está creando vínculos más estrechos entre los suníes, chiíes y kurdos del país con sus respectivos hermanos de más allá de la frontera. Por ahora, los combatientes suníes que se han apoderado de varias ciudades del norte de Irak carecen de los medios necesarios para derrocar al poder chií de Bagdad. Pero el Gobierno, a su vez, carece de los medios para expulsar a los combatientes, y los kurdos, en la práctica, han instituido una región autónoma en sus territorios del norte.
El mayor peligro es que los combates entre suníes y chiíes en Irak se conviertan en una gran guerra regional. Los islamistas suníes utilizarán el territorio que controlan para reclutar y entrenar a yihadistas. Irán intensificará sus relaciones con Bagdad. Arabia Saudí no dará respaldo público a los combatientes suníes pero, para evitar la hegemonía chií y una alianza más formal entre Teherán y Bagdad, permitirá que les lleguen dinero y armas de simpatizantes saudíes. EE UU, cada vez más contrario a correr riesgos, permanecerá al margen. La rivalidad entre Irán y Arabia Saudí se agudizará a través de combates entre terceros en todo Oriente Próximo.
En el este de Asia, las relaciones entre China y sus vecinos pueden volverse mucho más peligrosas. Para reafirmar su creciente influencia regional y aplacar a los que exigen, sobre todo entre los militares, una política exterior más agresiva, Pekín se ha vuelto más beligerante, en especial respecto a las aguas en disputa que existen en la región. Por el momento, China solo mantiene un enfrentamiento directo con Vietnam, en parte porque las consecuencias económicas son mucho menos graves que en el caso de Japón y porque Vietnam, a diferencia de Japón y Filipinas, no cuenta con el apoyo oficial de EE UU.
Ahora bien, la situación podría volverse mucho más peligrosa porque el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, ha anunciado un plan para “reinterpretar” la Constitución japonesa y permitir que su política de seguridad no se reduzca a la defensa propia. De ser así, aumentarán a largo plazo las probabilidades de que China y Japón tengan enfrentamientos más frecuentes en el mar de China Oriental, y la amenaza de que Japón empiece a intervenir más en el mar del Sur de China para defender a sus aliados inquietará a los responsables militares chinos. Los Gobiernos de la segunda y la tercera economía del mundo se esforzarán para evitar una confrontación militar, pero ninguno de los dos ignorará la exigencia pública de mantener una postura inflexible cuando se agrave la situación. El peligro será todavía mayor, seguramente, si China se vuelve más inestable.
Por suerte, en muchos sentidos, el mundo tiene más capacidad de absorber las sacudidas generadas por estos problemas que hace cinco años. La economía de Estados Unidos se ha recuperado en gran medida de su crisis financiera. La eurozona ya no se encuentra en peligro inmediato. China ha evitado un aterrizaje forzoso para su economía. Los tipos de interés siguen siendo relativamente bajos. Nuevas fuentes de energía han disminuido los temores en los mercados de crudo. Vivimos en un mundo más estable.
Lo malo es que estas mejoras alimentan la complacencia y permiten a los responsables políticos de todo el mundo convencerse de que no es necesario abordar estos problemas, hasta que llega un momento en el que es imposible ignorarlos. Todas estas situaciones son resultado de la descomposición del orden internacional actual y no pueden resolverse sin una intervención seria de actores externos poderosos, pero nadie posee verdaderamente la voluntad y la capacidad de aceptar los costes y los riesgos que entraña esa responsabilidad.
Con Estados Unidos distraído, cada vez más reacio a asumir riesgos y menos dispuesto a ejercer de líder mundial, y sin ningún otro país deseoso de ocupar ese hueco, es muy probable que el número de zonas calientes siga aumentando, y que los incendios ardan cada vez con más fuerza.››

Alicia González informa en Los inversores se refugian en activos seguros ante los crecientes conflictos [“El País” (19-VII-2014)] que los mercados afrontan la mayor concentración de riesgos en décadas, pues no hay duda de que el mundo es hoy mucho más peligroso de lo que era hace unos pocos años:
‹‹Una vieja tesis sostiene que las grandes crisis económicas y financieras derivan en grandes conflictos, precisamente por las tremendas consecuencias sociales, políticas y económicas que conllevan. Ahora que los inversores habían aprendido a convivir con las secuelas de la mayor catástrofe financiera desde la Gran Depresión y que había incluso quienes alertaban de la excesiva calma en la que se habían instalado los mercados, la mayor concentración de crisis geopolíticas en varias décadas ha destapado un escenario de riesgos, que puede durar más de lo previsto.
“Desde 2008, la seguridad global se ha deteriorado cada año, con 111 países experimentando un deterioro y sólo 51 una mejora”, admite el economista jefe de Capital Economics, Julian Jessop, citando un informe del Instituto para la Economía y la Paz. “No hay duda de que el mundo es hoy mucho más peligroso de lo que era hace unos pocos años”, recalca.
El dinero es poco amigo de las incertidumbres, y ayer los inversores apostaron por los activos considerados seguros, como el dólar, que ha ganado más de un 16% desde mayo; los bonos de Estados Unidos y Alemania, cuyas rentabilidades han caído a niveles históricamente bajos, y el oro, que ayer ganaba otro 0,5% hasta los 1.306,5 dólares por onza. Las fuertes pérdidas del inicio de la jornada en las Bolsas europeas se diluyeron a lo largo del día y buena parte de los índices terminaron en positivo. El índice Vix de Chicago, considerado un indicador adelantado de riesgo al estimar la volatilidad futura de los mercados, alcanzó el jueves su nivel más alto desde abril y, pese a ello, se sitúa en los niveles más bajos de los últimos cinco años. El barril de crudo Brent cerró por encima de los 107 dólares tras la escalada del conflicto en Gaza, las tensiones en Irak y el enfrentamiento que sigue abierto en Siria. Las más perjudicadas por esta huida del dinero hacia activos refugio fueron las divisas de las grandes economías emergentes, como Rusia, Brasil o Turquía.
“Las crecientes tensiones geopolíticas y el moderado ritmo de crecimiento general han agudizado las percepciones de riesgo en los mercados”, apuntaba un informe de Bank of America Merrill Lynch. Un ejemplo evidente es China. El conflicto abierto con sus vecinos ante su intento de construir una plataforma petrolífera en el Mar de China agudiza el temor de los inversores a la desaceleración del crecimiento y las dificultades financieras de la segunda economía del mundo. Pese a todo, la economía china creció un 7,5% en el segundo trimestre. Pero la lista de riesgos aumenta por semanas.
 “El derribo de un avión comercial de Malaysia Airlines en Ucrania, cuya autoría aún no está aclarada, junto a las nuevas sanciones a empresas rusas anunciadas por EE UU y la ofensiva terrestre de Israel sobre la franja de Gaza amenazan con acabar con el largo periodo de muy baja volatilidad en el que estaban instalados los mercados financieros”, subraya José Ramón Díez Guijarro, profesor de Entorno Económico y Análisis de Países del IE.
Lo cierto es que ya había analistas que advertían que el escenario económico era más incierto de lo que parecían estar evaluando los mercados, de ahí que organismos como el Banco Mundial hayan rebajado sus previsiones de crecimiento de la economía global y el Fondo Monetario Internacional se prepare a hacer lo mismo.
“Los riesgos geopolíticos añaden razones para ser cauteloso. Los bajos niveles de volatilidad generalizados en todos los mercados se asemejan mucho a la calma antes de la tormenta”, apunta Julian Jessop, de Capital Economics. Es el temor de los inversores a lo que se conoce como un cisne negro, un suceso inesperado que provoque otra crisis sin haber dejado definitivamente atrás la anterior y que aflore las muchas debilidades que todavía tiene la economía mundial.››

Los conflictos bélicos han aumentado hasta 56 en 2024, el récord desde 1945.

El derecho de intervención militar internacional.
El debate sobre la justificación legal internacional para el uso de la fuerza en defensa de los derechos humanos se abre cada vez que una guerra civil o internacional afecta masivamente a los civiles. Conflictos como el de Bosnia o Kosovo en los años 1990, el de Libia en 2012 o el de Siria desde 2011 provocan que en los países democráticos la opinión pública se manifieste sobre la necesidad de intervenir militarmente para impedir el genocidio, el bombardeo de la población civil o los ataques con armas químicas.
El derecho de intervención ha sido asumido por países como EE UU, Francia o Reino Unido, a menudo en busca de sus intereses nacionales, pero en el derecho internacional solo la ONU y las organizaciones regionales, como la OTAN en Europa, la OEA en América, o la OUA en África tienen un derecho reconocido sin disputa.

FUENTES.
Internet.
Documentales.
Dirty Wars. Documental de Jeremy Scahill sobre las guerras encubiertas de EE UU. [http://dirtywars.org/the-film]

Películas.
Tolerantia (2008). Corto de animación creador por Ivan Ramadan. 6,21 minutos. [https://www.youtube.com/watch?v=FrjQrXc80cY]

Libros.
Doyle, Michael. Cold Peace: Avoiding the New Cold War. Liveright. 2023. 336 pp. Adelanto: Solo una paz fría podrá parar la Nueva Guerra Fría. “El País” Ideas 408 (5-III-2023). El profesor de la Universidad de Columbia propone un pacto para la supervivencia mutua y la prosperidad global, que prohíba las intervenciones armadas, la ciberguerra subversiva y las operaciones encubiertas.
Freedman, Lawrence. La guerra futura. Trad. de Tomás Fernández Aúz. Crítica. 2019. 592 pp. Profesor británico de estrategia y guerra en el King’s College de Londres, estudia los conflictos bélicos en los dos últimos siglos y plantea cómo serán en el futuro. Reseña de Cebrián, J. L. El arte de la guerra después de Clausewitz. “El País” Babelia 1.424 (9-III-2019).
Garton Ash, Timothy. Los hechos son subversivos: ideas y personajes para una década sin nombre. Tusquets. Barcelona. 2011. 487 pp. El primer decenio del siglo XXI. Reseña de Ballesteros, Cecilia. “El País” Babelia 1.049 (30-XII-2011) 10.
Kaplan, Robert. La venganza de la geografía. RBA. Barcelona. 2013. 464 pp. Ensayo. Pozzi, Sandro. Robert Kaplan / Periodista y escritor. ‘No veo cómo puede funcionar una intervención en Siria’. “El País” (16-IX-2013) 6-7. Un repaso a las potencias internacionales y los conflictos abiertos.

Kaplan, Robert D. La mentalidad trágica. Trad. de Albino Santos Mosquera. RBA. 2023. 207 pp. Ensayo del corresponsal en guerras y politólogo estadounidense sobre la relación entre el pensamiento político y los conflictos. Reseña de Amat, Jordi. Más Sófocles y menos Kaplan, dice Kaplan. “El País” Babelia 1.635 (25-III-2023).
Kissinger, Henry. Orden mundial. Reflexiones sobre el carácter de los países y el curso de la historia. Trad. de Teresa Arijón. Debate. Barcelona. 2016. 448 pp. Reseña de Bassets, Lluís. La historia no es para cínicos. “El País” Babelia 1.264 (13-II-2016) 5.
Mishra, Pankaj. Claves de geopolítica global. Arpa. 2024. Extracto: Memoria del Holocausto y olvido de los palestinos. “El País” Ideas 474 (9-VI-2024). Critica que Occidente ignore crueldades claramente sistemáticas como la del conflicto de Gaza.
Mishra, Pankaj. El mundo después de Gaza. Una breve historia. Galaxia Gutenberg. 2025. 256 pp. Desde una visión periférica, pero usando los métodos y conceptos de la cultura occidental, el escritor indio apunta que las guerras de Ucrania y de Gaza han evidenciado la decadencia moral, política y militar de Occidente. ‹‹Tras la Segunda Guerra Mundial, el nuevo orden global se conformó sobre todo en respuesta al Holocausto. Ese fue el acontecimiento de referencia de la atrocidad y, en el imaginario occidental, el genocidio por excelencia. Su memoria orienta gran parte de nuestro pensamiento y, fundamentalmente, constituye la justificación básica del derecho de Israel a establecerse como Estado y defenderse. Pero en muchas partes del mundo, asoladas por otros conflictos y experiencias de masacres masivas, el Holocausto no es tan singular, incluso cuando su espantosa atrocidad sí lo sea. Porque fuera de Occidente, sostiene Pankaj Mishra, la historia dominante del siglo XX no es el Holocausto sino la descolonización. (…) toma la guerra actual, y la polarización en torno a ella, como el punto de partida para una amplia reevaluación de dos narrativas sobre el siglo pasado: el relato triunfal del Norte Global con su victoria sobre el totalitarismo y la expansión del capitalismo liberal, y la visión esperanzadora del Sur Global de igualdad racial y libertad respecto al dominio colonial. En un momento en el que el equilibrio del poder mundial está cambiando y el Norte Global ya no tiene la máxima autoridad, es de vital importancia que comprendamos cómo y por qué las dos mitades del mundo no logran comunicarse entre sí. (…) Mishra aborda las cuestiones fundamentales que nuestra crisis actual plantea: ¿importan más unas vidas que otras?, ¿cómo se construye la identidad en nuestras sociedades multiculturales? y ¿cuál debería ser el papel del Estado-nación?›› Entrevista de De Miguel, Rafa. Pankaj Mihsra. “Occidente ya no puede sostener su aspiración de liderar el mundo”. “Trump y Putin son dos gangsters poniéndose de acuerdo entre ellos”. “El País” Ideas 512 (2-III-2025). / Reseña de Muñoz Molina, A. Después de Gaza. “El País” (8-III-2025). Critica la impasibilidad de la mayor parte Occidente ante la masacre en Gaza. Deberíamos condenar tanto a Hamás como a Israel por sus excesos, como hace Mishra en su denuncia de la hipocresía occidental.
Nye, Joseph S. ¿Do Morals Matter? Presidentes and Foreign Policy from FDB to Trump. (¿Importa la moral? Presidentes y política exterior desde Roosevelt a Trump). Oxford University Press. 2020. 272 pp.
Pinker, Steven. Los ángeles que llevamos dentro. Paidos Nature. Barcelona. 2011. 1.103 pp. La violencia y la injusticia descienden en el mundo.
Robertson, Robbie. Tres olas de globalización. Historia de una conciencia global. Alianza Editorial. Madrid. 2005. 390 pp. Reseña de Gil Calvo, Enrique. Una nueva visión imperialista. “El País”, Babelia 729 (12-XI-2005) 14.

Ruibal. Tierra arrasada. Planeta. 2023. 512 pp. En 388-397, la violencia en los conflictos recientes de Europa, África y Asia.

Scahill, Jeremy. Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerfull Mercenary ArmyNation Books. 2007. 560 pp. Monografía del periodista Jeremy Scahill (1975) sobre la poderosa empresa de mercenarios Blackwater USA, que ha luchado en la guerra de Irak y Afganistán.
Scahill, Jeremy. Guerras sucias. Planeta. Barcelona. 2013. 872 pp. Monografía sobre las guerras encubiertas de EE UU en Somalia, Yemen, Irak, Afganistán o Pakistán. Pérez-Lanzac, Carmen. Jeremy Scahill. ‘Naciones Unidas tiene un doctorado en hipocresía’. “El País” (11-X-2013) 68.
Snyder, Timothy. Tierra negra. El Holocausto como historia y advertencia. Trad. de Irene Oliva Luque. Galaxia Gutenberg. Barcelona. 2015. Extracto: Un mundo no tan lejano. “El País” Ideas (11-X-2015) 2-4. Las semejanzas del Holocausto y las amenazas ecológicas y económicas del mundo actual.

Solana, Javier. Testigo de un tiempo incierto. Espasa. 2023. 223 pp. Premio Espasa 2023. Memorias y ensayo sobre las relaciones de Occidente con otras potencias, sobre todo Rusia, China e Irán. Reseña de Rizzi, A. Una brújula para océanos revueltos. “El País” Babelia 1.667 (4-XI-2023).


Noticias. Orden cronológico.
Sahuquillo, María R. La cifra de desplazados alcanza el nivel máximo desde la II Guerra Mundial. “El País” (21-VI-2014) 2-3. Seis millones de refugiados más en 2013, hasta alcanzar los 51,2 millones. [Un gráfico actual, por Antonio Alonso, en http://elpais.com/elpais/2014]
González, Alicia. Los inversores se refugian en activos seguros ante los crecientes conflictos. “El País” (19-VII-2014) 5.
Martínez Ahrens, J. El FMI alerta de que los conflictos amenazan la recuperación mundial. “El País” (25-VII-2014) 25.
Bassets, Marc. Las turbulencias globales evidencian los límites del poder de EE UU. “El País” (27-VII-2014) 4-5.
Bassets, Marc. Obama acusa a Moscú de violar un tratado clave de la Guerra Fría. “El País” (30-VII-2014) 3.
Vidal Liy, M. China se convierte en el tercer exportador mundial de armamento. “El País” (17-III-2015) 3. EE UU (31%), Rusia (27%), China (5%), Alemania (5%), Francia (5%). El principal importador es India (15%), la mayoría de Rusia (70% del total); el segundo importador es Arabia Saudí y siguen Pakistán, Bangladés…
Bassets, Marc. El acuerdo que mueve el tablero geopolítico. “El País” Negocios 1.562 (11-X-2015) 3-5. El acuerdo de libre comercio en el Pacífico es la respuesta de EE UU al desafío chino. [Un año después Trump desechó el acuerdo]
Blanco, Patricia R. Europa del Este y Asia tiran del gasto militar. “El País” (6-IV-2016). Interesantes gráficos sobre la distribución del gasto militar en el mundo y su evolución desde 1990.
Guimón, P.; Sahuquillo, M. R. EE UU suspende un tratado clave de control nuclear con Rusia. “El País” (2-II-2019).
Sahuquillo, M. R.; Monge, Y. Las tensiones entre Rusia y EE UU reavivan la carrera por el rearme. “El País” (11-II-2019).
Carbajosa, A. El desorden mundial abre una nueva era de incertidumbre. “El País” (17-II-2019).
Torralba, Carlos. El gasto militar mundial alcanza su máximo por el impulso de EE UU. “El País” (29-IV-2019).
Guimón, P. La ruptura de un tratado sobre misiles nucleares dispara el temor al rearme. “El País” (3-VIII-2019).
Torralba, C. La era del control nuclear se desmorona. “El País” (4-VIII-2019).
Torralba, C. Misiles hipersónicos, robots asesinos y ataques cibernéticos. “El País” (4-VIII-2019).
Rizzi, A. Occidente y las potencias asiáticas pugnan por el apoyo del sur global. “El País” (20-II-2023).
Cuesta, J. G. Putin redobla el desafío a Occidente. “El País” (22-II-2023). Afirma ante el Parlamento ruso que continuará la guerra hasta el final: “No se puede vencer a Rusia” y suspende el último acuerdo con EE UU para el control de armas nucleares.

Gutiérrez, Óscar. Regreso a la era de la incertidumbre nuclear. “El País” (26-II-2023). Rusia sale del último tratado vigente de control de armas nucleares.

González, Miguel. Los grandes fabricantes de armas recogen los dividendos de la guerra. “El País” (13-III-2023). Los 10 mayores productores de armas de EE UU y Europa aumentan sus ventas en 2022.

Torralba, Carlos. Europa duplica en un año las importaciones de armamento. “El País” (13-III-2023). Las firmas de EE UU copan un 40% de las ventas mundiales.

Vidal Liy, M. EE UU, Reino Unido y Australia crearán un nuevo tipo de submarino nuclear. “El País” (14-III-2023). La alianza Aukus se reforzará frente a China.

Abril, G. China carga contra el pacto de submarinos nucleares de la alianza Aukus. “El País” (15-III-2023). El apartado Las claves del anuncio resume el acuerdo.

González, M. El CNI coordina la lucha de los servicios europeos de espionaje contra el yihadismo. “El País” (2-VIII-2023). El Grupo Contraterrorista (CTG) europeo incluye a los 28 países de la UE más Reino Unido, Noruega y Suiza.

Agudo, Alejandra. El mundo alcanza el pico más alto de conflictos desde la II Guerra Mundial. “El País” (11-VI-2024).

Bassets, M.; Sahuquillo, M. R.; De Miguel, R. La doble injerencia que inquieta a Europa. “El País” (5-I-2025). Rusia y EE UU intervienen en la política interior de Europa a través de las redes sociales, los bulos y otros mecanismos. Rusia ha influido en las elecciones de Rumanía y Musk ha apoyado a AfD en Alemania y atacado a los laboristas en el Reino Unido.


Análisis y opiniones. Orden alfabético.
Abulafia, David. Un mar de diásporas. “El País” Ideas (24-VII-2016). Una historia resumida de cómo el Mediterráneo es el principal punto de encuentro (y conflicto) entre las tres religiones monoteístas, y urge una política de diálogo para frenar las tensiones actuales.

Altares, Guillermo. Para detener una guerra no basta con la diplomacia. “El País” Ideas 134 (3-XII-2017).
Altares, G. Ecos de los años treinta. “El País” Ideas 151 (8-IV-2018). ¿Apaciguamiento o enfrentamiento ante los enemigos de la democracia?

Amón, Rubén. Un viaje al punto de partida. “El País” Ideas 126 (8-X-2017).

Ayuso, Javier. ¿Quién gobernará en un mundo roto? “El País” Ideas 90 (29-I-2017). Pesimismo sobre Occidente entre los intelectuales.
Ayuso, J. Riesgos de catástrofe global. “El País” Ideas 126 (8-X-2017). Prevención antiterrorista, migraciones y xenofobia, ciberataques, cambio climático.

Barbería, José Luis. Un mundo con el petróleo barato. “El País” Domingo (22-III-2015) 2-4.

Bassets, Lluís. El año clave para la acción política. “El País” (30-XII-2012) 12-13. Considera que 2013 será un año de grandes acciones de política exterior en el mundo.
Bassets, Ll. La guerra de la energía. “El País” Domingo (19-X-2014) 13. Cómo Arabia Saudí baja el precio del petróleo para presionar a Rusia e Irán.
Bassets, Ll. Cuatro sorpresas de 2014. “El País” Domingo (4-I-2015) 13. La agresividad expansionista de Rusia, el auge del Estado Islámico en Oriente Próximo, la apertura entre EE UU y Cuba, y la caída de los precios del petróleo.
Bassets, Ll. Hitler tiene futuro. “El País” Ideas (11-X-2015) 4-5.
Bassets, Ll. El mundo bipolar no será. “El País” Ideas (13-III-2016).
Bassets, Ll. Hacia un choque de trenes global. “El País” Ideas 91 (5-II-2017). Enfrentamiento entre EE UU y China.
Bassets, Ll. A dos minutos del apocalipsis. “El País” Ideas 142 (4-II-2018). El mundo actual está amenazado por la renovada carrera atómica que Trump promueve.
Bassets, Ll. El nuevo poder ‘afilado’. “El País” Ideas 148 (18-III-2018). Rusia y China recurren a la ‘militarización’ de la información, el llamado ‘poder afilado (sharp power) para su uso en la ‘nueva guerra fría’.
Bassets, Ll. Una nueva guerra fría no tendrá lugar. “El País” Ideas 152 (15-IV-2018).

Bassets, Lluís. La guerra que lo cambió todo. “El País” Ideas 458 (18-II-2024). La guerra de Ucrania ha devuelto el conflicto clásico al corazón de Europa y su influjo se extiende por el mundo, amenazando con guerras en Taiwán, Oriente Próximo...

Bassets, Ll. Peligrosos malabarismos nucleares. “El País” (13-X-2024). Rusia e Israel amenazan con usar armas nucleares.

Bassets, Ll. Una doctrina imperial para el siglo XXI. “El País” (5-I-2025). Trump busca frenar la inmigración, el tráfico de fentanilo y el comercio de China, y, más que de aislacionismo se trata de proteccionismo y de concentración en el continente americano. Es una doctrina unilateralista, egoísta y agresiva que no tienen en cuenta los derechos humanos y las alianzas permanentes, sino solo los intereses y la ley del más fuerte. Es lo que dictaba la doctrina Monroe en 1823, lo que sostuvo Hitler con su Lebensraum (espacio vital) y lo que preconizan hoy potencias expansivas como la Rusia de Putin, la China de Xi Jinping o el Israel de Netanyahu.

Bassets, Ll. Washington cierra el paraguas, Europa a la intemperie. “El País” (16-III-2025). La paz de Trump, que ningunea la garantía de la OTAN, conduce a la carrera de armamentos y estimula la ambición nuclear de aliados de EE UU (Japón, Corea del Sur, Taiwán, Australia, Alemania o Polonia). Tres autócratas quieren repartirse el mundo: Trump, Putin y Xi Jinping, que desprecian a la democracia y a los débiles, y temen una Europa unida que les haga frente.

Bassets, Ll. Las reglas mafiosas del nuevo orden internacional. “El País” Ideas 513 (29-III-2025). La diplomacia de Donald Trump sigue las normas y los ritos de las organizaciones mafiosas. El objetivo es repartirse el mundo con las otras dos superpotencias autoritarias: la Rusia de Putin y la China de Xi Jinping. Y queda la duda fundamental de si la Unión Europea podrá defender los valores de un orden liberal internacional.


Bassets, Marc. Apóstoles del optimismo. “El País” Domingo (7-XII-2014) 2-4. El mundo actual sufre menos guerras, menos pobres y menos analfabetismo, pese al pesimismo de muchos medios de comunicación y la opinión pública. Por ejemplo, a principios de los años 1990 había 50 conflictos entre países y en 2013 solo 33, aunque hayan aumentado respecto a 2012. Sin embargo, la desigualdad económica aumenta.
Bassets, Marc. El más fuerte es el más vulnerable. “El País” Domingo (8-II-2015) 4-5. EE UU es a la vez la mayor víctima y el mayor agresor.
Bassets, Marc. Planeta en ciberalerta. “El País” Ideas (27-XII-2015) 4.

Bastenier, M. Á. Multipolaridad. “El País” (18-IX-2013) 10. EE UU se repliega hacia el aislacionismo y Rusia y China ascienden un tanto.

Bonet, Pilar. El histórico acuerdo que sirvió para superar el conflicto entre bloques, en la cuerda floja. “El País” (30-VII-2014) 2-3. Rusia incumple su parte.

Borreguero, Eva. El Sur global y la batalla por los derechos. “El País” (26-XII-2022). Rusia. China o Irán y muchos países del Tercer Mundo desacreditan como imperialistas a EE UU y la UE, cuyos valores ven ajenos. Las críticas a los derechos provienen mayoritariamente de los dirigentes autoritarios e iliberales.

Borreguero, Eva. Emerge el revisionismo de las fronteras. “El País” (22-III-2024).


Bremmer, Ian. Incendios en el horizonte global. “El País” (19-VII-2014) 33.
Bremmer, Ian. Hacia un nuevo desorden mundial. “El País” (26-IX-2014) 35. Reflexiona sobre las opiniones de Kissinger sobre los problemas para la paz mundial.

Bronn, Justin. Viejas armas, nuevos conflictos. “El País” Ideas 92 (12-II-2017). Hay que actualizar el armamento de acuerdo a las nuevas tecnologías.

Bassets, Marc. Zbigniew Brzezinski / Exconsejero de Seguridad Nacional de EE UU. ‘No hay potencias hegemónicas’. “El País” (21-VII-2014) 6.

Editorial. Globalización con reservas. “El País” Negocios 1.562 (11-X-2015) 5.
Editorial. Armas sin control. “El País” (5-VIII-2019).

Editorial. Guerras sin cámaras. “El País” (30-XII-2022). En el mundo continúan varias guerras poco conocidas por la opinión pública, más allá de la de Ucrania, en Etiopía, Yemen, Siria, Congo o el Sahel.

Editorial. La geopolítica del petróleo. “El País” (8-IV-2023). El recorte de la OPEP en la producción de petróleo para que suba el precio es un desafío a Occidente porque estimula la inflación y favorece a Rusia para sortear las sanciones. Además, se confirma el acercamiento de Arabia Saudí a Rusia y China, y el distanciamiento respecto a EE UU.


Elola, Joseba. Aquí se investiga el porvenir. “El País” Ideas (14-II-2016) 2-3. El Instituto del Porvenir de la Humanidad de Oxford, dirigido por Nick Bostrom, investiga los mayores riesgos para la Humanidad.

Rizzi, A. Comfort Eo / Presidenta de International Crisis Group. “Asistimos al retorno de las esferas de influencia”. “El País” (25-I-2025). Apunta a un nuevo orden internacional que no estará guiado por las reglas conocidas. Trump insinúa un reparto del mundo en zonas de influencia dominadas cada una por las grandes potencias EE UU, China y Rusia. Critica que se ponga el foco en Gaza y se olvide el lento proceso de anexiones israelíes en Cisjordania, que aleja un acuerdo definitivo de paz.

Escribano, Gonzalo. Volatilidad geopolítica. “El País” Domingo (22-III-2015) 4.

Esteve Mora, F.; Rodríguez, J. M. El petróleo como arma económica. “El País” (29-XI-2014) 35-36. Los precios bajos perjudican a las potencias contrarias a EE UU y Arabia Saudí.

De Miguel, Rafa. Lawrence Freedman. ‘Rusia es un actor gamberro que interfiere en asuntos de otros’. “El País” Ideas 193 (27-I-2019). Lawrence Freedman (Tynemouth, 1948), catedrático emérito de Estudios Bélicos del King’s College de Londres, es el mayor experto británico en estudios estratégicos y repasa la situación mundial de guerras híbridas y ataques cibernéticos.

Garton Ash, Timothy. Necesitamos recuperar a Occidente. “El País” (3-V-2016). La unidad occidental está en riesro por el auge de los populismos, el aislacionismo y la falta de enemigos que fuercen una alianza entre EE UU y Europa.
Garton Ash, T. Cómo entender la era de la confusión. “El País” (10-V-2024). El debate sobre qué pasa en este mundo tan confuso: ¿Una nueva Guerra Fría (Robin Niblett)? ¿Se avecina una Tercera Guerra Mundial (Niall Ferguson)? ¿Este mundo se parece al de finales del siglo XIX con potencias imperialistas y nacionalistas que se dirigen al choque (Gartons Ash)? ¿Una nueva era de revoluciones (Fareed Zakaria)? ¿Una era del hombre fuerte (Gideon Rachman)? ¿La era sin paz (Mark Leonard)? ¿La era de la inteligencia artificial (Henry Kissinger)? ¿La era del peligro (Bruno Maçiles)?  Otras propuestas son la era del cambio climático, la era de la inseguridad energética, la era de la perplejidad de las grandes potencias... En suma, es una era de confusión en la que se ha formado un nuevo Eje de potencias autoritarias alrededor de Rusia y China.

Goldstein, Gordon M. Un mundo en ciberalerta. “El País” Domingo (8-II-2015) 2-3. Los recientes ataques de hackers prueban que la guerra del futuro será en gran parte cibernética.

González, Alicia. Hacia un nuevo orden petrolero global. “El País” (30-X-2014) 2. Consecuencias geoestratégicas del descenso del precio del petróleo.
González, A. La evolución de las sanciones como arma geopolítica. “El País” (21-XII-2014) 5. Las restricciones financieras y comerciales se afinan para ser más eficaces.

González Harbour, Berna. Todo lo que regalamos a China. “El País” (1-IV-2023). El auge de la autocracia china contrasta con la decadencia de la democracia occidental, que soporta un presidente soez como Trump, ataques como el del Capitolio de Washington o el de Brasilia, y la crecida de la ultraderecha (incluido Vox) en Europa.

Gualdoni, Fernando. Vía libre en el Pacífico. “El País” Negocios 1.562 (11-X-2015) 6.

Gutiérrez, Óscar. ¿Qué es terrorismo?El País” Ideas 462 (17-III-2024). Es la política la que define qué es o no un acto terrorista, por lo que hay diversas ideas sobre su definición.

Juliá, Santos. Predicciones fallidas. “El País” (30-I-2017). La coalición Putin-Trump pone en peligro el futuro del mundo.

Kaldor, Mary. ¿La nueva idea de ‘normal’? “El País” Ideas (13-III-2016) 2-3.

Pozzi, Sandro. Robert Kaplan / Periodista y escritor. ‘No veo cómo puede funcionar una intervención en Siria’. “El País” (16-IX-2013) 6-7. Un repaso a las potencias internacionales y los conflictos abiertos.

Krugman, Paul. ¿Hemos llegado al final de la paz por medio del comercio? “El País” Negocios 1.937 (18-XII-2022). Durante un siglo se extendió la idea de que el comercio internacional favorecía la interdependencia y con ella la paz. Pero la evidencia es que solo en el caso de las democracias y no en autocracias como la china y la rusa. La invasión rusa de Ucrania ha sido más probable por la interdependencia internacional, que hizo creer a Rusia que no sufriría represalias debido a que la UE necesitaba su gas natural.

Leonard, Mark. ¿Qué orden mundial liberal? “El País” (24-III-2017). Un nuevo orden en las relaciones internacionales se abre paso con el ‘Brexit’, Trump…

Manzano, Cristina. La revancha de los imperios. “El País” (12-III-2019). China, Rusia y Turquía se afirman frente a unos EE UU en retirada y una UE escondida.

Marirrodriga, Jorge. ¿Hay alguien cambiando el mapa? “El País” Ideas 126 (8-X-2017). La redefinición de las fronteras en Europa y Oriente Próximo.

Marshall, Tim. Atrapados por la geografía. “El País” Ideas 106 (21-V-2017). La geografía es un factor esencial en casi todos los conflictos, aunque no haya un completo determinismo geográfico.

Martínez-Bascuñán, Máriam. La doble moral y el final de los principios. “El País” Ideas 450 (24-XII-2023). El discurso de Occidente, amurallado ante la realidad, se hunde frente al resto del mundo. Ni vence en Ucrania ni convence en Gaza, mientras que se aferra a la memoria para no mirar al futuro.

Mediavilla, Daniel. Los ejércitos se preparan para la guerra en el espacio. “El País” (18-III-2024). [https://elpais.com/ciencia/2024-03-18/video-los-ejercitos-se-preparan-para-la-guerra-en-el-espacio.html]

Moisi, Dominique. La falta de ‘realpolitik’ en Rusia y China. “El País” (12-I-2014) 35. El politólogo critica la falta de liderazgo constructivo de Rusia y China.
Ximénez de Sandoval, Pablo. Ian Morris / Profesor de Estudios Clásicos de la Universidad de Stanford. ‘La violencia se ha hundido a sí misma’. “El País” Domingo (7-XII-2014) 4. Esta es la época menos violenta desde la Edad de Piedra. Argumenta que la guerra ha servido para crear sociedades más grandes, pero que para mantenerse necesitan la paz. El coste de hacer una guerra es cada vez mayor.

Naím, Moisés. Sorpresas de un petróleo más barato. “El País” Domingo (4-I-2015) 3.
Naím, M. Fronteras movedizas. “El País” (29-X-2017). La dicotomía de un ascenso del nacionalismo, el aislacionismo, el secesionismo, el proteccionismo comercial y la creación de muros ante la inmigración, a la vez que las fronteras no impiden los crecientes ataques cibernéticos o la intensificación de las catástrofes del cambio climático.

Núñez Villaverde, Jesús A. 2014: ninguna gran guerra, conflictos sin fin. “El País” (29-XII-2013) 6-7. Excelente resumen de los conflictos que asolan los países del mundo, aunque ninguno sea internacional. En Europa destacan Ucrania y Turquía, en América la violencia en Colombia, en África las numerosas guerras civiles, en el mundo islámico los conflictos del fin de la ‘primavera árabe’ y la guerra civil de Siria, y en Asia-Pacífico la tensión entre China y sus vecinos protegidos por EE UU.

Nye Jr, Joseph. El futuro de la fuerza. “El País” (12-II-2015) 39. Los conflictos internacionales son más confusos debido a la proliferación de grupos rebeldes, terroristas, milicias y organizaciones criminales.

Nye Jr., J. S. Los dilemas de la disuasión. “El País” Ideas 418 (14-V-2023). ¿Cómo demostrar que funciona la disuasión? Pone los ejemplos de Berlín durante la Guerra Fría, Corea del Sur y Taiwán.

Nye Jr., J. S. ¿Tiene futuro la globalización? El País” Ideas 510 (16-II-2025). Las interdependencias a larga distancia seguirán siendo un hecho mientras los seres humanos sean móviles y estén equipados con tecnologías de comunicación y transporte.


Ortega, Andrés. Tiempos lentos. “El País” Ideas 229 (6-X-2019). Hay menos guerras y menos violencia, pero los conflictos duran más porque hay menos posibilidades de pactar.

Petrovic, Milutin. La marcha atrás nuclear. “El País” Ideas 106 (21-V-2017). Se prepara una conferencia internacional para el desarme atómico.

Rizzi, Andrea. Un arma de doble filo. “El País” (24-I-2012) 4. En ocasión del embargo a Irán, el analista comenta que los embargos económicos tienen una eficacia limitada en algunos casos y siempre causan un daño indirecto a la población civil, como demuestran los casos exitosos a largo plazo de Sudáfrica (ayudó a terminar el apartheid) y Libia (forzó a Gadafi a abandonar su programa nuclear), y los más dudosos de Cuba (que sobrevive pese a medio siglo de boicot estadounidense) e Irak (Hussein solo cayó debido a una intervención militar).
Rizzi, A. El mundo se aleja de Occidente. “El País” (7-II-2011) 6. Nuevos problemas alejan al mundo de Europa y EE UU: la revuelta en los países islámicos, la recesión global, los arsenales nucleares, el escudo antimisiles en Europa, la ciberdefensa…
Rizzi, A. 2019, un año de duras luchas de clases y potencias. “El País” (2-I-2019).

Rizzi, Andrea; Naranjo, José; Pita, Antonio. La guerra de Ucrania es terrible. Estas otras también. “El País” (24-XII-2022). Un resumen de las guerras aún vigentes en Etiopía, Yemen, Siria, Congo y el Sahel.

Rizzi, A. Lecciones de Ucrania: de la flaqueza rusa a los límites de Occidente. “El País” (31-XII-2022).

Rizzi, A. Una nueva Guerra Fría se propaga por el tablero global. “El País” (12-II-2023). La competición entre EE UU y China por la hegemonía mundial genera crecientes presiones, riesgos y oportunidades para países de todo el planeta.

Rizzi, A. Radiografía de la carrera tecnológica entre potencias. “El País” (12-III-2023).

Rizzi, A. El creciente riesgo de la tensión entre EE UU y China. “El País” (19-III-2023).

Rizzi, A. Israel y Ucrania, dos crisis que abren la misma brecha. “El País” (15-X-2023). Los dos conflictos evidencian la fractura entre las democracias occidentales, los regímenes autoritarios y los no alineados, y la división de la izquierda.

Rizzi, A. Radiografía de una época peligrosa. “El País” (12-XI-2023). El giro en el equilibrio del poder global en favor de China y los países emergentes mientras Occidente retrocede, los conflictos en Ucrania y Gaza, el mayor gasto militar, las nuevas tecnologías y su negativo impacto en una democracia que retrocede en varios países, la ineficacia de las instituciones internacionales agitan un mundo en el que la interdependencia es la mayor esperanza de estabilidad.

Rizzi, A. El mundo, ante la peor crisis bélica en medio siglo. “El País” (12-II-2024). En 2024 hay guerras y amenazas de otras guerras: Ucrania, Oriente Próximo, EE UU-China, Trump en la Casa Blanca…

Rizzi, A. Un mundo inseguro se lanza a un rearme masivo. “El País” (19-II-2024). El gasto militar global creció un 9% en 2023 hasta los dos billones de euros.

Rizzi, A. La bajeza de Occidente. “El País” (25-V-2024). Occidente lamenta los excesos de las guerras de Irak, Gaza o Ucrania, pero se queda en una retórica poco eficaz.

Rizzi, A. Las ondas expansivas que sacuden el planeta. “El País” Ideas 489 (22-IX-2024). Las guerras en Ucrania, Gaza o Sudán, y una creciente tensión geopolítica producen cientos de miles de muertos, decenas de millones de refugiados, una carrera de armamento, un proteccionismo comercial y un intervencionismo estatal.

Rizzi, A. La era de la impunidad. “El País” (29-IX-2024). El concepto de ‘era de la impunidad’ urdido por el exministro británico David Miliband se refiere a este mundo en el que las relaciones internacionales han colapsado, sustituidas por el unilateralismo en el proteccionismo comercial y las agresiones armadas en Ucrania u Oriente Próximo, el deterioro medioambiental, la desigualdad y la pobreza extremas, la degradación de los derechos humanos y el iliberalismo antidemocrático. Los organismos internacionales no funcionan para imponer un orden mínimo a los Estados que hacen lo que le da la gana.

Rizzi, A. 2025: hacia un nuevo orden mundial. “El País” Ideas 504 (5-I-2025). Guerras, desastres climáticos y magnates: los retos del año.


Roberts, Peter. Batallas en la sombra. “El País” Domingo (4-I-2015) 3. La guerra híbrida combina la agresión militar, el ciberataque, la influencia en la web…

Rodríguez, Aloma. El futuro es lo peor. “El País” Ideas 126 (8-X-2017). Series televisivas, películas y novelas dibujan un futuro apocalíptico.

Rodríguez, Jesús. El desafío del Estrecho. “El País” Semanal 2.006 (7-III-2015) 28-43. El estrecho de Gibraltar es uno de los puntos más importantes del mundo para el comercio (la mitad del mundial, en 110.000 buques que pasaron en 2014) y las relaciones internacionales.
Rodríguez, Jesús. Guerra 3.0. “El País” Ideas 92 (12-II-2017). Los conflictos actuales son tanto convencionales como cibernéticos.
Rodríguez, Jesús. Los diplomáticos se quitan el traje de rayas. “El País” Ideas 134 (3-XII-2017). Las embajadas pierden sentido en un mundo dominado por la información y nuevos poderes. La diplomacia española está poco preparada para ello.

Sánchez-Cuenca, Ignacio. Un mundo desordenado. “El País” (15-X-2024). Resume la historia geopolítica mundial desde 1989, con una primera oleada de paz y democracia, que comenzó a tambalearse con los atentados yihadistas de 2001 y las guerras posteriores y acabó cuando en 2012 Putin volvió a la presidencia y JinPing ascendió al poder en China, seguido por los ataques rusos a Ucrania de 2014 y 2022, y el empeoramiento del conflicto de Oriente Próximo. Hoy las guerras (más frecuentes y sanguinarias) y la crisis de legitimidad de las democracias (con la amenaza del retorno de Trump) socavan el orden internacional sin que haya una alternativa clara.

Sandberg, Anders. Los cinco jinetes. “El País” Ideas (14-II-2016) 4. Guerra nuclear, pandemia provocada por la bioingeniería, superinteligencia, nanotecnología y riesgos desconocidos son las principales amenazas para la Humanidad.

Schmidt, Eric. El combate del siglo. “El País” Ideas 409 (12-III-2023). La pugna tecnológica entre EE UU y China tiene en Ucrania su banco de pruebas. El poder de la innovación en tecnología va a decidir el futuro.

Rizzi, A. Dan Smith / Experto en seguridad. “La UE es un actor potente económicamente, pero menor geopolíticamente”. “El País” (20-II-2023).

Solana, Javier. Lo que va bien en el mundo. “El País” (3-XII-2014) 33-34.
Solana, J. Nuevo juego, viejas reglas. “El País” (16-XII-2015) 13. Un mundo multipolar en 2015 con graves problemas que han ascendido desde 2000, como el terrorismo yihadista y el expansionismo ruso y chino, mientras que  se avanza en controlar la proliferación nuclear y en la lucha contra el cambio climático.
Solana, J. Obituario de un año aciago. “El País” (29-XII-2018). Las malas noticias de 2018 como la guerra comercial de Trump, los conflictos de Oriente Próximo y al auge de los populismos apenas han sido compensados por la distensión entre EE UU y Corea del Norte.
Solana, J.; Fernández, Óscar. Evitemos una nueva Guerra Fría. “El País” (24-VI-2020). El actual enfrentamiento entre EE UU y China no es tan peligroso como la Guerra Fría entre EE UU y la URSS, pues China no quiere modelar el mundo a su imagen ni tiene tantos aliados. La UE ha de actuar con responsabilidad para no incrementar el riesgo.

Solana, J. La interdependencia en el mundo de hoy. “El País” (24-II-2023). El desarrollo de relaciones económicas es la base del multilateralismo y de la resolución de los problemas globales, aunque no es una garantía de paz ni engendra actores geopolíticos responsables.


Steinberg, Federico. La desintegración del orden internacional. “El País” (6-X-2014) 27-28.

Bassets, Marc. Strobe Talbott / Presidente del laboratorio de ideas Brooking Institution. ‘Hay un peligro real de conflicto entre países’. “El País” (27-VII-2014) 5.

Torreblanca, José Ignacio. El auge de la geoeconomía. “El País” (27-I-2012) 4. Los Estados consideran los flujos económicos como un instrumento de poder y de seguridad nacional.
Torreblanca, J. I. La política del odio. “El País” (4-X-2013) 6. Los extremismos se radicalizan en los conflictos internos e internacionales.
Torreblanca, J. I. El nuevo desorden mundial. “El País” (10-IX-2014) 33. Los conflictos de Ucrania, Gaza, Irak, Siria y Libia calientan el verano de 2014, con miles de víctimas y el cuestionamiento del orden internacional. 
Torreblanca, J. I. Guerras digitales y tiranos del oro negro. “El País” Domingo (4-I-2015) 2. La nueva guerra se basa en el ciberataque o en el control de los precios del petróleo.
Torreblanca, J. I. El gran juego está en la red. “El País” Ideas (1-V-2016). Internet es un espacio de competición geopolítica mundial.

Valenzuela, Javier. Guerra de tronos 2030. “El País” Domingo (2-IX-2012) 6-7. Las primeras potencias compiten por la hegemonía mundial, entre una China pujante y una Europa decadente, mientras que las potencias emergentes ascienden.

Vidal-Folch, Xavier. Potencias débiles. “El País” (17-IV-2023). Explica el debilitamiento del papel internacional de EE UU, UE y Rusia (“no cuenta para nada”), así como la fragilidad de la autoritaria China.

 
Yárnoz, Carlos. Putin se adelanta en el juego del átomo. “El País” (28-XII-2018). Rusia prueba el Avanguard, el primer misil hipersónico, que vuela entre 5 y 20 veces la velocidad del sonido y cambiando continuamente su trayectoria lo que le permite sortear los escudos antimisiles. Gana así superioridad sobre EE UU pero desata un nuevo empuje a la carrera de armamentos.

Zakaria, Fareed. El nuevo 'eje del mal', sede en Washington: Trump amenaza el orden mundial. “El Confidencial” (23-XI-2019). La gran amenaza al orden liberal internacional es, sin duda, el Gobierno de Trump, que está debilitando sistemáticamente las alianzas que han ayudado a mantener la paz y estabilidad internacional.

Los atentados del 11-S (2001).
Noticias. Orden cronológico.
Sánchez-Vallejo, M. A. Una conmoción que aún agita al mundo. “El País” (11-IX-2021).

Espinosa, Á. ‘Todo cambió a partir de entonces’. “El País” (11-IX-2021). Los afganos recuerdan los días posteriores al 11-S.

Monge, Y. ‘Me llamó desde la Torre Norte. Sabía que iba a morir’. “El País” (11-IX-2021). Las víctimas y sus familiares quieren que se aclare la implicación de Arabia Saudí.

Sánchez-Vallejo, M. A. Los errores que impidieron evitar la tragedia. “El País” (11-IX-2021).

Bassets, Marc. Del ‘somos todos americanos’ a vivir sin EE UU. “El País” (11-IX-2021). La UE afronta el riesgo de la irrelevancia geopolítica y la pérdida de la salvaguarda estadounidense.

Gutiérrez, Óscar. La red  terrorista global explota ahora conflictos locales. “El País” (11-IX-2021).

Sánchez-Vallejo, M. A. EE UU honra a los 3.000 muertos del 11-S. “El País” (12-IX-2021).

González, Enric. La jornada más oscura. “El País” (12-IX-2021). El corresponsal del diario recuerda cómo vivió el ataque y sus consecuencias hasta hoy.


Análisis y opinión.

Bassets, Lluís. 20 años del 11-S. Para qué ha servido la guerra global contra el terror. “El País” Ideas 331 (12-IX-2021).


Borreguero, Eva. El 11-S y los talibanes, 20 años después. “El País” (11-IX-2021).


Fuentes, Ana. Caer del guindo. “El País” (12-IX-2021). Occidente a los 20 años del 11-S.


Gutiérrez, Óscar. Seis ensayos para reconstruir la tragedia. “El País” (11-IX-2021).


Lago, Eduardo. El ataque que desconcertó a la literatura. “El País” (11-IX-2021). Novelas de DeLillo, Foer, Ian McEwan o Claire Messud sobre el 11-S.


Lindo, Elvira. 11 de septiembre, foto de familia. “El País” (11-IX-2021).


Núñez Villaverde, Jesús A. Pésimo balance y negras perspectivas. “El País” (11-IX-2021).

Solana, Javier. Tres lecciones de 20 años desperdiciados desde el 11-S. “El País” (11-IX-2021). La primera, la fuerza militar exterior no es un método sensato para producir cambios de régimen. La segunda, el error de no contar con los actores regionales en escenarios de conflicto. La tercera, la UE ha de superar su debilidad militar y en política exterior. 


El derecho de intervención militar internacional.
Noticias.
Tubella, Patricia. El Parlamento tumba el plan de Cameron. “El País” (30-VIII-2013) 2-3. Los parlamentarios exigen pruebas fidedignas del uso de armas químicas por el régimen sirio y un acuerdo previo en la ONU u otro organismo que sea válido según el derecho internacional.
Caño, Antonio. Obama aborda resistencias y dudas sobre la legitimidad de un ataque. “El País” (30-VIII-2013) 3.
Gómez, Juan; Mora, Miguel. Alemania y Francia abogan por buscar el aval de la ONU. “El País” (30-VIII-2013) 6-7.

Análisis y opinión.
Bassets, Lluís. Derecho a hacer la guerra. “El País” (8-III-2012) 6.

Ferrer, Thiago. La responsabilidad de proteger. “El País” (29-VIII-2013) 6. La guerra siria reabre el debate sobre la justificación legal internacional para el uso de la fuerza en defensa de civiles.

Torreblanca, José Ignacio. Dominios reservados. “El País” (13-IX-2013) 4. A menudo los Parlamentos legitiman ante el público decisiones ya tomadas sobre el uso de la fuerza, como ocurre en Francia y en gran medida en EE UU, países en los que la política exterior y de defensa es un dominio reservado al poder ejecutivo, al contrario del ejemplo británico, que afirma el valor de la democracia parlamentaria del Reino Unido.

El conflicto de Irak (2003) y las responsabilidades penales.



Blair, Bush y Aznar en la reunión de las Azores en la que decidieron la invasión de Irak (2003).

Internet.
Libros.
Scahill, Jeremy. Blackwater: The Rise of the World’s Most Powerfull Mercenary ArmyNation Books. 2007. 560 pp. Monografía del periodista Jeremy Scahill (1975) sobre la poderosa empresa de mercenarios Blackwater USA, que ha luchado en la guerra de Irak y Afganistán.
Scahill, Jeremy. Guerras sucias. Planeta. Barcelona. 2013. 872 pp. Monografía sobre las guerras encubiertas de EE UU en Somalia, Yemen, Irak, Afganistán o Pakistán. Pérez-Lanzac, Carmen. Jeremy Scahill. ‘Naciones Unidas tiene un doctorado en hipocresía’. “El País” (11-X-2013) 68.

Noticias.
Guimón, P. El epitafio del titán laborista. “El País” (7-VII-2016). La intervención de Tony Blair en la guerra de Irak hundió su carrera y su prestigio, pero perdura su legado.
Guimón, P. La investigación sobre la guerra de Irak fulmina la gestión de Blair. “El País” (7-VII-2016).
González, Miguel. Aznar y Blair pactaron una estrategia para hacer ver que intentaban evitar la guerra. “El País” (7-VII-2016).
Ferrer, Isabel. La Haya carece de competencias para sancionar a los responsables. “El País” (7-VII-2016).

Análisis y opinión.
Bassets, Lluís. Buenismo belicista. “El País” (7-VII-2016). Tony Blair reivindica la relación especial de Reino Unido con EE UU como explicación a sus errores.
Bassets, Lluís. La impunidad del hombre blanco. “El País” Ideas (10-VII-2016). Aunque Tony Blair no sea juzgado, Reino Unido ha hecho una contribución indudable a la justicia universal con el ‘informe Chilcot’.

El G-7.

Resultado de imagen de g7, trump

[https://www.bbc.com/mundo]

El editorial Seis contra uno [“El País” (8-VI-2018)] profundiza en la grieta que Tump ha abierto en el comercio internacional:
‹‹La cumbre del G7 tiene por delante la descomunal tarea de reducir los daños de la cruzada de Donald Trump contra el comercio mundial. Los desafíos pueden resumirse en intentar que Estados Unidos dé marcha atrás en su proyecto de dinamitar las reglas del comercio mundial (y, de paso, anular a la Organización Mundial de Comercio), cuya voladura ya ha comenzado con la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio procedentes de Europa, México y Canadá. Seis de los siete ministros del grupo (Canadá, Japón, Italia, Alemania, Francia y Reino Unido) ya han hecho llegar a Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, su malestar por las reglas proteccionistas (un puro disparate que no distingue entre competidores, aliados y enemigos) de Trump.
Pero hay más. Europa se enfrenta a la no menos disparatada amenaza de sanciones de EE UU a las empresas que hagan negocios con Irán. Todo esto es inaceptable para quienes creen en las reglas de un comercio multilateral. La tensión para conseguir un comunicado conjunto en el que Washington rectifique sus posiciones destructivas centrará buena parte de los esfuerzos de la reunión en Canadá.
La calificación de este trumpismo comercial no mejora aunque se considere que estamos ante una táctica negociadora importada por el presidente de EE UU de su modo de hacer negocios inmobiliarios. Consiste tal modus operandi en presentar ante los interlocutores (aliados o enemigos) un cuadro de hechos consumados que después, en función de la respuesta de los afectados, se ratifica o se retira sin escrúpulo alguno. Una política negociadora así es inaceptable, tanto si finalmente impone el proteccionismo más descarado tan querido por Trump y el secretario de Estado de Comercio Wilbur Ross, como si finalmente se consiguen acuerdos, porque se habrán alcanzado mediante el chantaje.
Angela Merkel, canciller alemana, tiene razón cuando propone la unión sin fisuras de todos los países afectados (incluida, por cierto, China) contra los aranceles trumpianos. No es sólo la adopción de medidas de represalia —Europa, a la espera de la decisión de la OMC, ha anunciado medidas contra varios productos estadounidenses— como la urgencia de articular una política organizada contra el chantaje de la Casa Blanca que sea disuasoria para el futuro. Ni es admisible una ruptura comercial unilateral y, en tanto que está al margen de la OMC, ilegal, ni es recomendable que cada país afronte en solitario las consecuencias económicas de la ruptura estadounidense del acuerdo con Irán. En el G7 serán seis contra uno; se trata de conseguir un acuerdo entre siete según el statu quo que defienden los seis.
Porque las consecuencias de la trumpeconomics empiezan a ralentizar la economía mundial. El comercio disminuye, pero también se están contrayendo los flujos globales de capital. En primer lugar, porque la reforma fiscal de Trump facilita la repatriación de beneficios retenidos en el exterior; y además porque muchos países toman nota del aislacionismo estadounidense y aplican una legislación restrictiva a las inversiones extranjeras. El proteccionismo es dañino y contagioso.››

La organización.
Internet.

Documentales / Vídeos.


¿Qué es el G-7? Sky News (2021). 3:22. [https://www.youtube.com/watch?v=dd3ghYXioNs

Noticias
Bassets, M. Un G7 fracturado busca en Biarritz su razón de ser en el nuevo escenario global. “El País” (24-VIII-2019).
Bassets, M. Macron intenta ‘apaciguar’ a Trump para evitar que reviente la cumbre del G7. “El País” (25-VIII-2019).
Pan-Montojo, N.; Gorospe, P. Una marcha diversa contra el ‘neoliberalismo’. “El País” (25-VIII-2019). Las protestas callejeras contra el G7.

Análisis y opinión.
Editorial. Precario G7. “El País” (24-VIII-2019). La crisis del multilateralismo.

La actividad e informes.
Documentales / Vídeos.


Ucrania: Biden asegura que sus cazas F-16 no se usarán para atacar suelo ruso. RTVE (21-V-2023). 2:34. [https://www.youtube.com/watch?v=e7Hye6V635A] La reunión del G-7.

Noticias.
Verdú, D. Trump deja clara su discrepancia con las políticas mayoritarias del G7. “El País” (27-V-2017).
Verdú, D. Trump bloquea los principales acuerdos de un G7 enrarecido. “El País” (28-V-2017).
Mars, A. La guerra arancelaria de Trump torpedea la cumbre del G7. “El País” (8-VI-2018).
Mars, A. Trump reclama la vuelta de Rusia al G7 con el apoyo de Italia. “El País” (9-VI-2018).
Mars, A. Trump amenaza con dejar de comerciar con los aliados del G7 si no hacen concesiones. “El País” (10-VI-2018).
Mars, A. La tensión entre Trump y sus aliados estalla tras un polémico G7. “El País” (11-VI-2018).
 Ayuso, S. El G7 acuerda avanzar en una tasa global para las tecnológicas. “El País” (19-VII-2019).
Bassets, M. Macron fuerza un diálogo con Irán al invitar por sorpresa a su Gobierno. “El País” (26-VIII-2019). En la reunión del G7.
Bassets, M. Rusia y la guerra comercial evidencian la división de los socios. “El País” (26-VIII-2019).
Bassets, M. Trump, sin aliados, exhibe su mejor talante. “El País” (27-VIII-2019).
Bassets, M. Macron impulsa una cumbre entre EE UU e Irán para un pacto nuclear. “El País” (27-VIII-2019).
Ayuso, S. El G7 acuerda una moratoria de la deuda de los países en desarrollo. “El País” (15-IV-2020). Un pacto para afrontar la crisis del coronavirus, que será ratificado en la reunión del G20 un día después.
Redacción. El G-7 recupera el pulso tras la marcha de Trump con una defensa del multilateralismo. “El País” (20-II-2021).
De Miguel, R. Los líderes del G-7 prometen donar mil millones de vacunas contra la covid-19. “El País” (14-VI-2021).

Sevillano, E. G. El G-7 crea una plataforma para coordinar la reconstrucción. “El País” (13-XII-2022). Zelenski pide al G-7 más tanques modernos.

Rizzi, A. EE UU autoriza el entrenamiento de pilotos ucranios para volar cazas F-16. “El País” (20-V-2023). El G-7 aprueba en Japón imponer nuevas sanciones a Rusia. Asisten potencias como India, Brasil e Indonesia.

Rizzi, A. El G-7 cierra filas para contrarrestar la “coerción económica” de China. “El País” (21-V-2023). Los Siete descartan un desacople general de China pero le avisan contra sus prácticas abusivas.

Rizzi, A. La cumbre de Hiroshima marca un profundo giro en la guerra de Ucrania. “El País” (21-V-2023). El G-7 confirma su apoyo a Ucrania.

Rizzi, A. El G-7 alumbra en Hiroshima un consenso de inspiración europea. “El País” (22-V-2023).

Rizzi, A. El G-7 amenaza a China con represalias por el apoyo a Rusia y su política industrial. “El País” (15-VI-2024).

Rizzi, A. Un G-7 en declive intenta plantar cara a los autoritarismos. “El País” (16-VI-2024).


Análisis y opiniones.

Carbó, Santiago. Cóctel con resaca. “El País” (27-VIII-2019). El G7 sirve para encarar los problemas aunque las soluciones se hagan esperar.

Editorial. Fracaso en Taormina. “El País” (29-V-2017). Trump frena las políticas globales para proteger el medio ambiente o el comercio.
Editorial. Seis contra uno. “El País” (8-VI-2018).
Editorial. Precario G7. “El País” (24-VIII-2019). La crisis del multilateralismo.
Editorial. Mejor de lo esperado. “El País” (27-VIII-2019). El ambiente de cooperación ha dominado sobre los problemas iniciales.
Editorial. Cambio de marea. “El País” (13-VI-2021). Biden cambia el rumbo del G-7 hacia un mayor compromiso frente a problemas globales como la fiscalidad, la desigualdad, la pandemia, la amenaza china, el proteccionismo comercial o el cambio climático.
Editorial. La reunión del G-7. “El País” (22-V-2023). Los líderes reclaman a China el fin de sus prácticas de coacción económica para asegurar una relación constructiva.

Fuentes, Ana. China, el G-7 y la rana. “El País” (26-V-2023). El G-7 ha de afrontar el desafío chino con una derisking (reducción del riesgo), porque es inconveniente el decoupling (desacople).  

El G-20.


El editorial La credibilidad del G20 [“El País” (7-IX-2013)] explica.
‹‹Los asuntos estrictamente económicos abordados en la cumbre del G20 han sido relevantes y han puesto de manifiesto la capacidad de coordinación que puede seguir teniendo este grupo. Su importancia en la economía mundial está fuera de toda duda: esos países reunidos en San Petersburgo representan un 90% del PIB global y más de las dos terceras partes de la población. En su seno, las economías consideradas emergentes han contribuido en la última década a la mitad del crecimiento mundial. Las perspectivas que se abren ahora son, sin embargo, menos favorables, si las economías avanzadas, en especial EE UU, reducen de forma poco gradual los estímulos monetarios excepcionales mantenidos para sortear las amenazas recesivas.
El impacto más evidente será una salida de capitales, un retorno hacia los orígenes, susceptible de generar inestabilidad en los tipos de cambio y tipos de interés. Por eso en el comunicado final de la reunión se hace hincapié en la necesidad de calibrar las retiradas de estímulos. Pero quizá más destacable es el acuerdo de los BRIC (Brasil, Rusia, India, China) de crear un fondo, de 100.000 millones de dólares destinado a amortiguar las tensiones que puedan existir en los mercados monetarios y de divisas. Con independencia de su funcionalidad, es una señal relevante de la autonomía en la adopción de decisiones de ese subgrupo.
La más anticipada de las decisiones del G20 es la creación de una estructura verdaderamente internacional que impida la evasión de impuestos por parte de las grandes multinacionales, o el no menos frecuente arbitraje entre jurisdicciones fiscales, buscando la localización en aquellos emplazamientos en los que eludir la tributación. Se trata de una medida favorable para garantizar una mayor gobernabilidad del proceso de globalización. Las finanzas públicas de muchos países sujetos a un severo ajuste estarían más saneadas si esas empresas no dispusieran de las posibilidades de elusión de sus obligaciones fiscales a través de mecanismos derivados del tamaño y complejidad operativa de esas empresas. Y de la complicidad de algunos Gobiernos en favorecer esa localización favorable mediante tipos impositivos excepcionalmente reducidos. De la rápida aplicación de esas intenciones dependerá la credibilidad del G20 como instancia de coordinación económica y financiera global.››

El editorial Diálogo en Buenos Aires [“El País” (3-XII-2018)] resume la decepción por los magros resultados de la cumbre y pide cambios en el futuro, porque el G20 es un mecanismo necesario de cooperación internacional y la opinión pública espera resultados de calado:
‹‹Más allá de los resultados concretos, la mera celebración en Buenos Aires de una reunión con 19 de los países industrializados y en desarrollo más importantes del mundo más la Unión Europea, la conocida como cumbre del G20, debería haber sido una buena noticia en sí misma. Sin embargo, la opinión pública mundial espera mucho más de un modelo de reunión en el que los principales líderes tienen la oportunidad de discutir personalmente sobre los mayores problemas que afectan al planeta.
El documento final, logrado tras un gran esfuerzo negociador del anfitrión, resulta más retórico que real. Los cuatro folios que lo conforman subrayan una declaración de intenciones respecto a la irreversibilidad de la lucha contra el cambio climático —aunque cuenta con la oposición de la Administración estadounidense presidida por Donald Trump—, pero evitan las cuestiones más urgentes de la actualidad internacional, como el conflicto entre Rusia y Ucrania o la guerra en Yemen con la intervención de Arabia Saudí. Hay apenas referencias a un problema global y con varios escenarios de urgencia como es la crisis migratoria, y se añaden algunas obviedades como la necesidad de que se mejore la educación de las niñas en los países más pobres.
Los líderes mundiales habrían de ser conscientes de que la cumbre —que levantó una gran expectación en su primera edición hace 10 años en Washington, cuando comenzaba la crisis financiera— ha perdido cada vez más fuelle y legitimidad ante la ciudadanía, que lo ve con absoluta indiferencia. El G20 debería ser capaz de transmitir, al menos, la imagen de seguridad en el rumbo que seguir respecto a temas trascendentales para el planeta y en la sensación de que existe una voluntad de gobernanza global.
Desafortunadamente, en los últimos años ha crecido el número de países —encabezados por Estados Unidos— que rechazan y desprecian el multilateralismo y la cooperación internacional como forma de entender las relaciones internacionales. Por ello no se debería perder de vista el verdadero calado político, económico y social que tiene el que los máximos responsables de naciones de los cinco continentes —junto con el representante del experimento más exitoso de integración pacífica como es la Unión Europea— crucen el mundo y dediquen dos jornadas a hablar de los asuntos que afectan al presente y futuro planeta.
No se trata únicamente de lo que queda reflejado en la declaración final de cada reunión de este tipo, sino de lo que sucede en todo el proceso que lleva hasta ese texto y de las conversaciones bilaterales que se producen, además, durante el encuentro. En otras palabras, aunque la tecnología permita la comunicación instantánea a distancia —y a veces también sirva para crear malentendidos— todavía el cara a cara resulta fundamental en la política internacional. Los gestos, los saludos y las complicidades que se construyen constituyen un sólido apoyo a estrategias diplomáticas meditadas en los despachos. Sería por tanto un error juzgar al G20 únicamente por sus resultados evidentes a corto plazo, pero al mismo tiempo es necesario evitar entrar en una rutina donde esta reunión pase a ser una cumbre más donde sean más importantes las anécdotas que las cuestiones de fondo.
En un mundo cambiante con una rapidez jamás antes vista, el G20 es un foro único en unos momentos en los que es más importante que nunca no solo el diálogo multilateral, sino la proposición y adopción de medidas concretas. Para eso sirve el G20 y no debe perder su esencia.››

Fuentes.
Noticias.
Lombrana, Laura M. El G20 pacta más de 800 medidas para combatir el estancamiento. “El País” (17-XI-2014) 22. Crea en Sidney un Centro Global de Infraestructuras para conectar a inversores y promotores.
Fontdeglòria, X. El G20 se divide entre aplicar más estímulos o reformas estructurales. “El País” (27-II-2016) 45.
Fontdeglòria, X. Los ministros del G20 urgen una solución rápida y amistosa al ‘Brexit’“El País” (25-VII-2016).
Fontdeglòria, X. El G20 admite que la desigualdad social lastra el apoyo al libre comercio“El País” (6-IX-2016).
Pozzi, S. El G20 avisa de que crecen los riesgos económicos globales“El País” (8-X-2016).
Abascal, María. La primera cumbre del G20 de Donald Trump. “El País” Negocios 1.635 (26-III-2017).
Pérez, C.; Carbajosa, A. Europa y EE UU libran una guerra comercial en el G20. “El País” (7-VII-2017).
Carbajosa, A.; González, M. Los dirigentes acuerdan avanzar sin Trump contra el cambio climático. “El País” (9-VII-2017).
Carbajosa, A. La violencia y el miedo se apoderan de Hamburgo. “El País” (9-VII-2017). Unos 100.000 manifestantes contra el G20.
Gonzaléz, Enric. El G20 evidencia las graves fricciones entre potencias. “El País” (29-XI-2018).
Mars, A.; Sahuquillo, M. R. Trump cancela la reunión con Putin en el G20 por la crisis de Ucrania. “El País” (30-XI-2018).
Cué, C. E. Sánchez defiende el multilateralismo y busca un acuerdo sobe migración. “El País” (1-XII-2018).
González, E. La crisis de Ucrania y la guerra comercial tensan la cumbre del G20. “El País” (1-XII-2018).
González, E. El G20 se une contra el cambio climático frente al rechazo de Trump. “El País” (2-XII-2018).
Rivas, F. Los líderes evitan una condena del proteccionismo. “El País” (2-XII-2018).
Vidal Liy, M. Estados Unidos y China se dan una frágil tregua en la guerra comercial. “El País” (3-XII-2018).
Vidal Liy, M. Trump tensa uno de los G20 más complicados desde la Gran Recesión. “El País” (28-VI-2019).
Vidal Liy, M. EE UU levanta el veto a Huawei al reabrir la negociación con China. “El País” (30-VI-2019).
Cué, C. E. Todos los líderes salvo Trump ratifican su apoyo al Acuerdo de París sobre el clima. “El País” (30-VI-2019).
Redacción. El G20 analiza aplazar la deuda para los países pobres. “El País” (14-IV-2020). El aplazamiento permitiría diseñar políticas específicas para cada país: condonación parcial o total, moratoria…
Guimón, P. El G20 ratifica la moratoria de la deuda a los países más pobres hasta final de 2020. “El País” (16-IV-2020).
Espinosa, Á. El G20 prorroga seis meses más su alivio de la deuda a los países más pobres. “El País” (23-XI-2020). También ayudará a universalizar el acceso a la vacuna de la covid-19.
Verdú, D. El G-20 avanza hacia un acuerdo sobre la tasa global a las sociedades. “El País” (11-VII-2021). Algunos países (Hungría, Irlanda y Estonia) rechazan el acuerdo de un impuesto mínimo del 15%, aprobado por 132 de 139 países del FMI.
Rizzi, A; et al. El G-20 impulsa el impuesto global para las grandes empresas. “El País” (31-X-2021).

Cué, C. E. El consenso del G-20 evidencia la debilidad rusa. “El País” (17-XI-2022). La mayoría condena la guerra de Ucrania.

Rizzi, A. El pulso de Occidente con el eje Pekín-Moscú ensombrece el G-20. “El País” (9-IX-2023). Están ausentes Xi Jinping y Putin en la cumbre de Nueva Delhi.

Rizzi, A.; Cué, C. E. El acuerdo de la cumbre del G-20 evita condenar explícitamente a Rusia. “El País” (10-IX-2023).

Rizzi, A.; Cué, C. E. El G-20 de Nueva Delhi da oxígeno al multilateralismo malherido. “El País” (11-IX-2023).

Rizzi, A. Putin, ante el G-20: “Hay que pensar es cómo parar la tragedia” ucrania. “El País” (23-XI-2023). Los líderes de Occidente le responden que la solución es que retire sus tropas.

Delle Femmine, L. El G-20 acuerda “cooperar” sobre la fiscalidad de los superricos sin mencionar un impuesto global. “El País” (27-VII-2024).

Galarraga, N.; Manetto, F. El G-20 sella un consenso de mínimos bajo la sombra de Trump. “El País” (20-XI-2024).


Análisis y opiniones.
De Miguel, Rafa. Gordon Brown. ‘Es necesario un liderazgo mundial compartido’. “El País” Ideas 257 (19-IV-2020). Aconseja fortalecer el G20 ante la crisis sanitaria y económica del covid-19.

Carbó, Santiago. Pequeña historia del G20. “El País” (11-VII-2017). Se necesita una reforma del grupo.

Editorial. La credibilidad del G20. “El País” (7-IX-2013) 26.
Editorial. G19. “El País” (10-VII-2017). Advierte del aislamiento de EE UU respecto a los compromisos globales.
Editorial. Diálogo en Buenos Aires. “El País” (3-XII-2018).
Editorial. Tregua comercial. “El País” (30-VI-2019).

Editorial. Inoperante G20. “El País” (23-XI-2020).

Editorial. Un G-20 positivo. “El País” (11-IX-2023). Se refuerza el multilateralismo.

Editorial. El G-20, entre el progreso y el retroceso. “El País” (20-XI-2024). La cumbre de Río de Janeiro ha mostrado tensiones que dificultan las soluciones a los grandes retos mundiales: la pobreza, el hambre, el cambio climático, los conflictos… Lula ha empujado hacia el progreso y Milei ha obstaculizado los avances.


Estefanía, Joaquín. Para qué sirve el G20. “El País” (17-XI-2014) 23.

González, Alicia. No, no era la seguridad. “El País” (30-VI-2019).

Solana, Javier. El espíritu perdido del G20. “El País” (27-VI-2019).

Vidal Liy, Macarena. Estados Unidos y China se dan una frágil tregua en la guerra comercial. “El País” (3-XII-2018).

Vidal-Folch, Xavier. Europa y el G-20 retan a los ‘búnkeres fiscales’. “El País” Negocios 1.437 (19-V-2013) 4-6. Presión internacional para limitar los paraísos fiscales. 

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