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viernes, 6 de julio de 2018

Mundo. Dosier: Las migraciones y los refugiados.

Mundo. Dosier: Las migraciones y los refugiados.


Campo de refugiados de Zaatari (Jordania), en 2013.

Resultado de imagen de migraciones y refugiados en el mundo

Refugiados cruzando una frontera en los Balcanes.

Branko Milanovic en Las causas económicas de las migraciones [“El País” (30-X-2013)] resume las causas de la presión migratoria: la desigualdad salarial entre los países pobres y los ricos (EE UU tiene una renta per cápita 50 veces superior a la de Madagascar, cuando en 1960 era solo 10 veces), el mayor conocimiento de esta desigualdad (sobre todo por la globalización de Internet y la televisión, y la mayor apertura a la información) y el menor coste de transporte entre el Tercer mundo y el Primero. Las respuestas pueden ser dos; la represiva, cuyos resultados son ineficaces en general; y la reguladora e integradora, que es más costosa a corto plazo pero más eficaz a largo plazo.

Gemma Pinyol, directora de políticas migratorias y diversidad en Instrategies e investigadora asociada en GRITIM-UPF, sostiene en Otro paradigma migratorio [“El País” (6-VII-2018)] un enfoque humanista, global y multinivel sobre el fenómeno mundial de las migraciones y los refugiados:
‹‹En muchos países, la securitización de las migraciones —entendiendo así el convertir a las mismas en un fenómeno percibido como amenazador por buena parte de la ciudadanía— ha derivado en una fortificación de sus fronteras, una externalización de su control y un incremento de los espacios de vulneración de derechos de las personas que se mueven. Sin restar importancia a la gestión fronteriza, ha supuesto privarnos de los debates apremiantes que deberíamos estar teniendo sobre las políticas de inmigración y asilo en la UE.
Apremiantes no porque haya una crisis migratoria, sino porque hay una crisis política y de gestión que ha encontrado en las migraciones un catalizador de profundas desafecciones surgidas durante la crisis económica. Esta utilización de la inmigración para alentar miedos difusos no es nueva, pero ahora es especialmente incomprensible, porque se contradice con los datos y estudios disponibles. Esta desconexión entre la opinión construida y la opinión fundamentada explica por qué no se están afrontando los debates que deberían tenerse en materia migratoria.
Se ha construido un imaginario que percibe los flujos migratorios globales como un fenómeno populoso de carácter irregular, que tiene como destino El Dorado de los países más desarrollados. Sin embargo, las cifras nos indican que los 246 millones de migrantes son menos del 4% de la población mundial, una proporción sostenida en las últimas décadas y menor que en otras épocas. También nos muestran que las migraciones tienen carácter regional y que es en el sur donde mayor dinamismo existe.
Se perciben como una amenaza desordenada, sobreestimando en muchas ocasiones la irregularidad, y se ofrecen respuestas discutibles. Se habla de luchar contra sus causas profundas para reducir los flujos, sin atender el carácter complejo de la relación entre migración y desarrollo, y que las investigaciones demuestran que no existe una correlación generalizable entre mayor desarrollo y menor emigración. Y se afirma que las migraciones pueden pararse cerrando las fronteras, o creando espacios fortaleza como el que la UE lleva años intentando construir con cantidades ingentes de recursos. Hacer creer que son posibles las políticas de inmigración cero o la impermeabilidad absoluta de las fronteras tiene enormes costes políticos cuando no se responde a las expectativas.
Desde otras posiciones no-securitarias, se usan igualmente argumentos que presuponen en la inmigración la solución al envejecimiento o a la sostenibilidad de los sistemas de pensiones en los países de destino, lo que tampoco se sostiene con datos generalizables. ¿Qué falta en estos debates? Nada que la opinión estudiada no lleve años apuntando. Para empezar, un cambio de paradigma que supere la mirada securitizada de las migraciones y plantee las mismas como un fenómeno transversal y complejo, que no por ello problemático. Hablamos de un fenómeno que requiere de una mayor corresponsabilidad entre territorios de origen, tránsito y destino, y de una mejor gobernanza multinivel.
Es necesario entender que la promoción de vías de acceso seguro tiene mayor impacto en la reducción de la irregularidad que el gasto fronterizo. Aquí se podría discutir qué instrumentos parecen los más adecuados; Llenar la agenda de cuestiones como visados de búsqueda de empleo, contingentes, remesas, migración en familia en lugar de reagrupación familiar o resolución de conflictos, ya sería un gran paso. Esto debe hacerse a nivel local y a nivel global para responder con una mirada multinivel que asuma un nuevo diálogo migratorio.
Hablar de instrumentos de integración e inclusión, que fomenten una mayor interacción de las diversidades en nuestras sociedades, también es clave. Reconociendo los retos y respondiendo a las dificultades. Y luchando contra la discriminación y los discursos de odio, porque eso significa hablar del modelo de sociedad que queremos ser.
Parece imprescindible, para resolver una crisis que no lo es, que se supere esta polarización entre opinión creada y fundamentada en el debate migratorio está encajado. Es necesario para reforzar una gobernanza que permita desmantelar discursos populistas e indispensable para evitar debates tóxicos e improductivos que sólo alientan la cronificación de malestares, vulneraciones y conflictos en nuestro futuro cercano.››

El editorial Un primer paso [“El País” (27-XII-2018)] urge a la colaboración internacional para humanizar las migraciones, que son inevitables, y el acuerdo de la ONU, aunque no unánime es un gran avance:
‹‹La historia de la humanidad es el relato de una larga migración, un movimiento que se ha ido acelerando conforme lo permitían los medios técnicos. Entre 1820 y 1920, 60 millones de europeos cruzaron el Atlántico en busca de un futuro en América gracias a las mejoras en la navegación. Actualmente, según calcula la ONU, 258 millones de personas viven fuera de su país de nacimiento (el 3,4% de la población mundial), una cifra que, sostiene la organización, crecerá en los próximos años a causa de la desigualdad, el cambio climático, los conflictos, pero también la interconectividad que facilita los desplazamientos de personas. La migración es un fenómeno internacional, que solo logrará racionalizarse y, sobre todo, humanizarse en un marco global. Por eso, es bienvenido el pacto migratorio de la ONU, adoptado en diciembre por 165 países de los 193 que integran la ONU.
El documento representa solo un primer paso, que no instaura ningún derecho a migrar, sino que recalca los derechos humanos de todos los migrantes con independencia de sus papeles. También llama a que no sean detenidos sin motivo o a que los menores gocen de una protección especial, una absoluta necesidad que no está actualmente garantizada. El pacto no es vinculante, no obliga a ningún Estado firmante. Sin embargo, el acuerdo ha provocado protestas violentas, incluso ha llegado a romper el Gobierno de Bélgica y ha sido rechazado por Estados que le reprochaban ideas que ni siquiera incluía. Los principales países gobernados por nacionalistas, o que tienen una importante influencia ultraderechista, lo han denostado, entre ellos Estados Unidos, Australia, Italia, Hungría, Polonia o Austria. Sus argumentos, que tantos réditos electorales les han dado, se basaban casi siempre en informaciones falsas que, por eso mismo, resultaban casi imposibles de rebatir.
La UE se ha mostrado muy dividida en un tema que socava sus consejos y que ha creado una situación caótica en el Mediterráneo, ya que los Estados que deberían recibir a los barcos que han rescatado migrantes se niegan a acogerles, incumpliendo la ley y la lógica. Estados Unidos ni siquiera ha querido participar en las negociaciones, lo que no es de extrañar dado que su presidente, Donald Trump, se ha mostrado directamente cruel con los inmigrantes.
La historia enseña que la inmigración nunca se detiene y que las grandes crisis provocan enormes movimientos: la hambruna de la patata en Irlanda puso a un millón de personas en el mar (sin que hubiera que sufrir los miles de náufragos y ahogados que hoy día, con una tecnología muy superior, nos sobrecogen) y, al igual que la guerra de Siria provocó en 2015 una oleada de millones de personas en huida, la violencia, la pobreza y la sequía han desencadenado a finales de este año una caravana que ha recorrido Centroamérica hasta la frontera con EE UU. Un pacto migratorio mundial puede ayudar a controlar estas mareas humanas que, de todos modos, ya existen.
Esto no significa volver a situación en vigor durante el siglo XIX y una parte del siglo XX, cuando bastaba con no tener una enfermedad contagiosa para instalarse en EE UU o América Latina. Tampoco prevé que los inmigrantes, una vez instalados, puedan saltarse la ley del país en el que residen. Resulta especialmente irritante que un país como Estados Unidos, formado por emigrantes, e Italia, donde la emigración forma parte de su identidad y su cultura, encabecen el rechazo a un acuerdo contra un fenómeno sin el que no existirían.
Solo el trabajo conjunto entre los Estados que producen emigrantes y los que los reciben puede ayudar a racionalizar los flujos migratorios. La cooperación para mejorar las condiciones de vida de los países más pobres ralentizará, pero no detendrá el movimiento. Y es además lo deseable porque los países necesitan inmigrantes. Alemania acaba de anunciar que busca a 1,2 millones de trabajadores cualificados, mientras que la salud de la pirámide demográfica española depende de los que vienen de fuera. Como escribió el dramaturgo suizo Friedrich Dürrenmatt: “Tristes estos tiempos en los que hay que luchar por lo obvio”.››

FUENTES.
Internet.

Documentales / Videos.


Más de 150 países aprueban el Pacto Migratorio mundial de la ONU. Agencia EFE (11-XII-2018). 

Libros.
Collier, Paul. Éxodo. Inmigrantes, emigrantes y países. Turner. Madrid. 2013. 348 pp. Propugna un control de las corrientes migratorias, para evitar el colapso de las sociedades que las reciben.
De Haas, Hein. Los mitos de la inmigración: 22 falsos mantras sobre el tema que más nos divide. Trad. de Juanjo Estrella. Península. 2024. 600 pp. Monografía del catedrático de Sociología de la Universidad de Ámterdam, que intenta desmontar 22 mitos sobre el tema, con estudios basados sobre todo en EE UU, Reino Unido y Marruecos. Extracto: ¿Es el multiculturalismo una forma de ‘apartheid light’? “El País” Ideas 471 (19-V-2024). La tolerancia con las minorías no llega a ser completa, como si dijéramos que “nunca seréis de los nuestros”. / Reseña de Galán, Lola. Para entender la migración, mejor no juzgarla. “El País” Babelia 1.697 (1-VI-2024). Alerta de la contradicción ‹‹cuando resta importancia al volumen de las entradas de inmigrantes ilegales, para señalar después que han proliferado enormemente los traficantes (y con ellos su carga de personas, hay que suponer) desde los años noventa, por la implantación en Europa de los acuerdos de Schengen. En realidad, subraya, estos inmigrantes sin papeles son también “trabajadores deseados”, en la medida en que nuestras economías requieren grandes cantidades de mano de obra en sectores como la hostelería, la agricultura, la sanidad, los cuidados a mayores [y el trabajo doméstico], etcétera. De Haas culpa a los políticos de mantener un doble juego, condenando la inmigración ilegal y haciendo la vista gorda al mismo tiempo a las llegadas irregulares para satisfacer las demandas de muchos empleadores que se benefician así de abundante mano de obra barata [y alegal durante mucho tiempo]. / Después de haber estudiado los movimientos migratorios en Marruecos, nuestro experto llegó a la conclusión, reforzada también por los trabajos de varios destacados sociólogos y geógrafos, de que las ayudas económicas destinadas a promover el desarrollo de los países pobres con vistas a detener la emigración obtienen el resultado opuesto. En primer lugar, suelen ser apenas migajas, y en segundo lugar, cuando esos países comienzan a desarrollarse, aumenta la emigración desde ellos. Solo cuando se alcanza un desarrollo alto ese flujo decae hasta extinguirse. [La solución es aumentar la ayuda hasta que sea eficaz.] / De Haas critica a economistas y políticos por su desconocimiento de los mecanismos reales que llevan a la gente a emigrar. Son los trabajos disponibles, “y no la desigualdad ni la pobreza, el principal motor de la migración internacional”, escribe. Además, “la mayor demanda” es para “trabajadores poco cualificados o con cualificaciones medias”. Quizás por ese motivo, la llegada de trabajadores extranjeros no es beneficiosa para todos, aunque se venda así. Favorece sobre todo a los ricos y a las clases medias. “Los grupos con ingresos más bajos en las sociedades de destino, (…) pueden llegar incluso a salir perjudicados, pues es más probable que compitan por los mismos empleos”, señala De Haas [que pasa por alto que los nacionales apenas demandan esos empleos “bajos” ocupados por los inmigrantes]. Tampoco es posible recurrir a la inmigración para resolver el problema demográfico de nuestras sociedades envejecidas, porque para conseguirlo necesitaríamos promover unos niveles de inmigración “políticamente inaceptables y nada realistas”. [La muy difícil solución a largo plazo es combinar un aumento de la natalidad nacional con una regulada inmigración.]››  / Entrevista de Martín, M. Hein de Haas. “No hay voluntad política para frenar la inmigración, iríamos a la quiebra”. “El País” (29-IX-2024). Hein de Haas (Bolsward, Países Bajos, 1969), Catedrático de Sociología de la Universidad de Ámsterdam, opina que tanto la derecha como la izquierda se equivocan en sus planteamientos. Los políticos dicen que la inmigración es una amenaza, pero los de la derecha saben que es necesaria para la economía, así que actúan con blandura. En cambio, la izquierda es más comedida en las palabras pero es igual de dura en las medidas. La ayuda al desarrollo no va a reducir la migración, porque a mayor riqueza habrá más aspiración de emigrar. Tampoco los muros pueden impedirla, porque hasta nueve de cada 10 africanos vienen legalmente y luego se quedan ilegalmente; y cuanto más controlamos la frontera, mayor será el mercado para los traficantes, y habrá más migración ilegal.
Naïr, Sami. Refugiados, ante la catástrofe humana, una solución real. Crítica. 2016. 186 pp. 
Paone, Mariangela; Sekandari, Rezwana. Rezwana. Un expediente europeo. Libros del K.O. 2023. 167 pp. La crónica de la afgana Rezwana (nacida en 2001), que cuando era una niña de 13 años perdió a su familia de refugiados en un naufragio en Lesbos (Grecia) y al final encontró un hogar en Suecia, hasta que cuando tenía 18 años el Gobierno sueco la expulso alegando que no tenía arraigo; una vez en Grecia, quería encontrar la tumba de su familia y lo logró con la ayuda de la periodista Paone. Reseña de Martín, María. Una huérfana afgana contra la indiferencia. “El País” Babelia 1.675 (30-XII-2023). [https://www.rtve.es/noticias/20231203/rezwana-afgana-perdio-todo-naufragar-mar-abierto/2463737.shtml] Se relaciona con: Paone, Mariangela. El emigrante ya no mira solo al Norte. “El País” (30-I-2014) 34-35. Los emigrantes ya no van solo a Europa y EE UU, sino que miran también a los países emergentes, desde China e India a México o Marruecos.

Yousfi, Louisa. Seguir siendo bárbaro. Anagrama. 2024 (2022 francés). Ensayo en el que la periodista y crítica literaria (Cannes, 1988) defiende que las personas de origen foráneo han de ensalzar sus raíces, no renunciar a ellas. Entrevista de Domínguez, Í. Louisa Yousfi. “Los hijos de la migración no necesitamos ser salvados, somos la salvación”. “El País” Ideas 489 (22-IX-2024).


Reportajes. Orden cronológico.
Rosso, Nicoló Filippo. América Latina, cuando el destino es migrar. “El País” Semanal 2.349 (3-X-2021). Fotoensayo sobre los migrantes que recorren el continente.
Urbina, Ian. El muro invisible. “El País” Semanal 2.358 (5-XII-2021). La tragedia del migrante Aliou Candé, de Guinea-Bissau, que murió en una cárcel de Trípoli, y una amplia explicación de la evolución de la migración en la ruta libia.
León, Pablo (texto); Aranda, Samuel (fotos). El rastro de la tortura. “El País” Semanal 2.368 (13-II-2022). La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ayuda en Grecia a los inmigrantes que han sufrido torturas y abusos.

Noticias. Orden cronológico.
Sosa Troya, María. Las guerras fuerzan el desplazamiento de 42.500 personas al día. “El País” (19-VI-2015) 5. En 2015 había 59,5 millones de refugiados.
Ayuso, Javier. Un éxodo de 60 millones de refugiados. “El País” (13-IX-2015) 6-7. Excelente resumen, con gráficos muy instructivos.
Vicente, Álex. La cultura mundial alza la voz por los refugiados. “El País” (20-III-2016). Artistas e intelectuales como Ai Weiwei, Kapoor, Banksy, Cantet… promueven acciones para denunciar el problema.
Criado, M. Á. Los refugiados dan el doble de lo que reciben. “El País” (20-VI-2016). Por cada euro de ayuda, generan dos para la economía local, según un estudio en tres campos en Ruanda.
Altares, G. Acogerse a sagrado. “El País” Ideas 91 (5-II-2017). Peligra el derecho de asilo con la política egoísta de Trump.
Piscitelli, Giulio. El éxodo eterno. “El País” Semanal 2.107 (12-II-2017). Reportaje fotográfico sobre la aventura de los inmigrantes hasta llegar a Europa.
Galarraga, Naiara; Delle Femmine, Laura. Filippo Grandi / Alto comisionado de Acnur. ‘Respetar la ley de refugiados no implica una catástrofe electoral. Mire a Macron’. “El País” (16-VI-2017).
Delle Femmine, Laura. El número total de refugiados en el mundo macó un récord en 2017 con 25,4 millones. “El País” (19-VI-2018).
Galarraga, N. La batalla política y legal del Mediterráneo. “El País” (21-VI-2018).
Criado, M. Á. Los refugiados generan riqueza, ingresos por impuestos y empleo en los países de acogida. “El País” (21-VI-2018).
Peregil, F. La ONU denuncia la deportación masiva de migrantes por Argelia. “El País” (27-VI-2018). Miles de subsaharianos son abandonados en el desierto cerca de Níger.
Martín, M.; López-Fonseca, Ó. España autoriza al ‘Open Arms’ a desembarcar en Barcelona a 60 rescatados. “El País” (1-VII-2018). Italia y Malta se negaban a acogerlos.
Martín, M. Un grito de súplica: “¡Libia no, Libia no!”. “El País” (2-VII-2018). Los refugiados del ‘Open Arms’ explican su sufrimiento en Libia.
González, Sara. Cómo localizar a parientes extraviados en la guerra. “El País” (16-VII-2018).
Carbajosa, Ana. El pacto migratorio, nuevo campo de batalla populista. “El País” (29-XI-2018). El acuerdo migratorio de la ONU, no vinculante, es rechazado por EE UU, Austria, Hungría, Polonia, Israel o Australia.
Peregil, F.; Blanco, S. El pacto migratorio de la ONU se convierte en blanco del nacionalismo. “El País” (10-XII-2018).
Hierro, Lola. Los migrantes más difíciles de contar. “El País” (7-XII-2019). Los refugiados climáticos de Bangladés, Etiopía, México…
Redacción. A la búsqueda de trabajadores cualificados. “El País” (20-II-2020). Muchos países (Canadá, España, Alemania, EE UU, México o China) facilitan la inmigración de los mejor formados ante las necesidades de la economía.
Pita, Antonio. Sin Estado cuando más falta hace. “El País” (12-IV-2020). Agencias de la ONU y ONG alertan de la vulnerabilidad de los apátridas ante la pandemia.
Hierro, Lola. Alerta sanitaria para más desplazados que nunca. “El País” (29-IV-2020). Hay 50,8 millones de exiliados o refugiados a causa de las guerras, las persecuciones o las catástrofes naturales. 
Ponce, Antonio. El número de refugiados crece y ya supone el 1% de la población mundial. “El País” (19-VI-2020).
Ortega, P. Tras la pista de las mafias de las pateras a Canarias. “El País” (30-XI-2020).

Deiros, Trinidad. La cifra mundial de desplazados supera los 100 millones. “El País” (16-VI-2022). 
Mourenza, A.; Ledda, E. Los banqueros clandestinos de la migración irregular. “El País” (16-IV-2023). El sistema de transferencias de dinero ‘hawala’ ejerce de banco para los traficantes y de aseguradora para los migrantes en su ruta a Europa.

Análisis y opiniones. Orden alfabético.
Altares, Guillermo. Menos derechos, menos humanos. “El País” (22-VI-2018). La crisis migratoria muestra el retroceso de los derechos humanos en muchas potencias.

Balibar, Étienne. Por un derecho internacional de acogida. “El País” (21-X-2018). Filósofo y profesor emérito de la Universidad de París-Oeste.

Bassets, Lluís. Catálogo de iniquidades. “El País” (21-VI-2018). Los gobiernos xenófobos de EE UU, Hungría, Italia o Birmania compiten en abusar de los refugiados.

Bauman, Zygmunt. Mensajeros de la globalización. “El País” Ideas (1-XI-2015) 8-9. Reflexión sobre los refugiados e inmigrantes.

Berman, Sheri. La izquierda, frente a la inmigración. “El País” (18-I-2019). Occidente necesita inmigrantes, pero sus peores efectos se notan en las zonas más deprimidas y alientan el populismo. Urgen políticas para paliar las consecuencias.

Camps, Óscar. Aquel verano… en el que oí el canto de Josepha. “El País” (26-VIII-2024). El fundador de Open Arms cuenta una historia excepcional: el rescate de Josepha en el mar Mediterráneo, única superviviente de un naufragio de migrantes.

Domínguez, Íñigo. Una modesta propuesta nazi. “El País” Ideas 408 (5-III-2023). Una propuesta fascista pero brillante para concienciar a la gente y los políticos: una competición en la que los ciudadanos occidentales voluntariamente sufran lo mismo que los migrantes en su recorrido, como robos, violencia, violaciones, enfermedad y hambre, y si consiguen llegar a Occidente sufran la ilegalidad, los guetos, los abusos laborales y los recurrentes insultos de que son vagos y maleantes. Veremos qué pensarían después.

Editorial. Un primer paso. “El País” (27-XII-2018). Urge la colaboración internacional para humanizar las migraciones, que son inevitables, y el acuerdo de la ONU, aunque no unánime, es un avance.

Esono, Andrés. Las crisis humanitarias que vienen. “El País” Ideas (13-XII-2015) 11. Las dictaduras africanas colapsarán y millones de refugiados escaparán, ¿dónde?

Ferrajoli, Luigi. El ascenso de las políticas inhumanas. “El País” Ideas 415 (23-IV-2023). Las políticas de Meloni contra los inmigrantes ilegales son crueles y se inscriben en una deshumanización que crece en Europa.

Galarraga, Naiara. Hipocresías y logros del derecho de asilo. “El País” (18-III-2016).

Galindo, Jorge. Ampliar la democracia. “El País” (28-VI-2018). Los refugiados deben tener protección de sus derechos.

Garcés Mascareñas, Blanca. Imprescindibles pero invisibles. “El País” (22-IV-2020). Los inmigrantes son necesarios para mantener la economía al tomar empleos que pocos quieren, sobre todo en la agricultura y el cuidado de los mayores, y para sostener la demografía de sociedades envejecidas. Hay dos grandes opciones para tratarla: la de Portugal de legalizarlos e incluirlos, y la de EE UU de marginarlos. España ha de tomar la vía portuguesa, más beneficiosa por utilitarista en lo económico, lo sociosanitario y lo gobernativo. 

Martín, María. Filippo Grandi / Alto comisionado de Acnur. ‘Cerrar Europa a los refugiados sería abdicar de todos nuestros valores’. “El País” (30-XI-2018). Afirma que “protegernos de los que vienen en vez de protegerlos es una manipulación”.
Blanco, Silvia. Filippo Grandi / Alto Comisionado de la ONU para Refugiados. ‘Si se reanuda el turismo, tiene que reanudarse el asilo’. “El País” (20-VI-2020).

Chouza, P. Filippo Grandi / Alto Comisionado de la ONU para Refugiados.’En Europa, 1.000 llegadas son una crisis; en algunos países es el día a día’. “El País” (17-II-2021).


Leonard, Mark. Las superpotencias migratorias. “El País” (27-IV-2016). China, India y otros países se benefician de enviar y recibir inmigrantes.

Martínez-Bascuñán, M. Una delgada línea roja a punto de romperse. “El País” (13-X-2024). Occidente maltrata a los inmigrantes que se refugian de las guerras, la opresión o la pobreza. Vulneramos sus derechos sin atender a su condición humana.

Martínez-Zarzoso, Inmaculada. Catástrofes naturales y migraciones globales. “El País” Negocios 1.938 (24-XII-2022). La presión del cambio climático y las catástrofes asociadas impulsa las migraciones desde otros continentes.

Milanovic, Branko. Las causas económicas de las migraciones. “El País” (30-X-2013) 27-28.

Montero, Rosa. Fronteras. “El País” Semanal 2.180 (8-VII-2018). La escritora reivindica la solidaridad con los refugiados y se opone a la xenofobia.

Mourenza, Andrés. Lúgubres espacios para la disuasión y el miedo. “El País” Ideas 238 (8-XII-2019). Los nuevos campos de concentración se usan para encerrar a los refugiados en Europa o a las minorías étnicas como los uigures en China, en pésimas condiciones, lo que daña la democracia y los derechos humanos.

Muñoz Molina, Antonio. Nuevos guerreros de Lepanto. “El País” (12-X-2024). En las nuevas batallas de los xenófobos, el invasor son los inmigrantes fugitivos de las guerras, la represión o el hambre.

Naím, Moisés. Diásporas; algunas salvan, otras matan. “El País” (3-XII-2017). Las diásporas (dispersión o éxodo de pueblos o grupos) son ambivalentes: algunas ayudan en la distancia a sus países a progresar (las remesas), otras alimentan conflictos (financiaron el terrorismo del IRA o los tamiles).

Naïr, Sami. Refugiados. Frente a la catástrofe humanitaria, una solución real. Crítica. Barcelona. 2016.
Naïr, S. La xenofobia banal. “El País” (24-IX-2016).
Naïr, S. Demografía y migraciones futuras. “El País” (23-VI-2018). Los movimientos migratorios, los ‘flujos demográficos’, continuarán.
Naïr, S. Échele la culpa al inmigrante, es bien fácil. “El País” Ideas 192 (20-I-2019). El inmigrante como chivo expiatorio de la creciente desigualdad social.
Näir, S. La humanidad inmigrante. “El País” (9-XII-2019).

Ordine, Nuccio. Dos mil kilómetros de muro europeo. “El País” (8-III-2023). Critica a los partidos xenófobos que tratan de modo inhumano a los migrantes. Olvidan que sus antepasados también fueron migrantes.

Panella, Clara. Refugiados climáticos. “El País” (23-X-2018).

Paone, Mariangela. El emigrante ya no mira solo al Norte. “El País” (30-I-2014) 34-35. Los emigrantes ya no van solo a Europa y EE UU, sino que miran también a los países emergentes, desde China e India a México o Marruecos.

Pinyol, Gemma. Otro paradigma migratorio. “El País” (6-VII-2018).

Queralt, Jahel. Los falaces argumentos contra la inmigración. “El País” Ideas 468 (28-IV-2024). Desmonta los argumentos identitarios y económicos contra los inmigrantes.

Rizzi, A. El populismo xenófobo marca el paso en Occidente. “El País” (8-IX-2024). La derechización del discurso migratorio evidencia el auge del ideario nacionalista entre la sociedad.

Rubio Hancock, Jaime. Abrir las fronteras, ¿es factible? “El País” Ideas 409 (12-III-2023). Hay motivos válidos para considerar la conveniencia de liberalizar la entrada de migrantes.

Terrón, Anna. Para reforzar el sistema de asilo. “El País” (20-VI-2017).

Vargas Llosa, Mario. La marcha del hambre. “El País” (11-XI-2018). Solo una mayor democracia acabará con las causas que llevan a las masivas migraciones.

Velasco, Luis Enrique; Fariza, Ignacio. Envíos que son un salvavidas. “El País” Negocios 1.992 (7-I-2024). Las remesas de los migrantes a sus países de origen baten récord (en 2022 sumaron 647.000 millones de dólares y en 2023 se estima 656.000) y son la principal fuente de divisas y un factor de estabilidad económica y social para muchos países emergentes.

Vidal-Folch, Xavier. Inmigrantes: cómo hacer. “El País” (25-VI-2018). Dos ejemplos positivos de cómo integrar a los inmigrantes: Hamburgo y Saint-Dennis (afueras de París).
Vidal-Folch, X. Echar inmigrantes, disparate económico. “El País” (27-I-2024). Francia, Alemania, EE UU y otros países expulsan inmigrantes, aunque la realidad es que lo necesitan para mantener sus economías: la UE necesitará hasta 2050 unos 40 o 50 millones, y otro tanto EE UU. Los Gobierno se equivocan al dejarse arrastrar por la xenofobia y la amenaza de la ultraderecha.