CS 1 UD 14. LA CIVILIZACIÓN GRIEGA.
INTRODUCCIÓN.
1. RELIGIÓN.
2. CULTURA.
2.1. LITERATURA.
2.2. FILOSOFÍA.
2.3. CIENCIA.
3. ARTE.
DOSIER: LA RELIGIÓN DE LA ANTIGUA GRECIA.
Índice.
RESUMEN.
FUNDAMENTOS SOCIALES Y CULTURALES.
La religiosidad.
La dimensión humana.
La organización política: la polis.
El ideal político griego: la democracia.
El pensamiento griego.
La influencia de la religión en el arte.
LA MITOLOGÍA.
La mitología griega.
Los orígenes de la mitología griega.
EL CULTO.
El culto y las creencias.
Los Misterios.
Los Misterios de Eleusis.
El orfismo.
Los sátiros.
Las ninfas.
LOS DIOSES.
Los principales dioses griegos.
Zeus.
Hera.
Hades.
Hefestos.
Atenea.
Apolo.
Artemisa.
Ares
Afrodita.
Hestia.
Hermes.
Démeter.
Pérsefone.
Poseidón.
Hebe.
INTRODUCCIÓN.
Grecia es considerada hoy día como la cuna de la civilización occidental. Efectivamente, de Grecia hemos recibido una manera concreta de entender al mundo y al hombre, un sistema de gobierno democrático y unas normas artísticas que basan sus metas en la belleza ideal, en la armonía y en el equilibrio. La civilización griega se basa en el triunfo de la razón, fundamento de la filosofía, de la técnica y de la ciencia que caracterizan a nuestro mundo occidental.
1. RELIGIÓN.
La religión griega, como otros aspectos de la civilización, es el resultado de la combinación de un conjunto de factores geográficos, políticos, sociales, económicos, raciales, etc. El primer estadio de esta religión se encuentra en Creta, en la civilización minoica. Esta religión, empero, sucumbió ante la invasión de los pueblos indoeuropeos, que impusieron su cultura, aunque aprovecharon elementos minoicos en su religión. La religión micénica, poco conocida, sufrió los avatares de la invasión doria, portadores de nuevos ideales, que se fundieron con los anteriores en la época arcaica, hacia los siglos IX-VIII aC.
Se pueden encontrar los rasgos específicos de la etapa arcaica en las epopeyas homéricas, que ejercieron un influjo poderosísimo en la formación de la conciencia religiosa helénica. Homero, aunque no creó los dioses, sí organizó jerárquicamente el mundo divino en el Olimpo bajo la soberanía de Zeus, como un señor que reina sobre vasallos bastante rebeldes. En Homero apenas hay restos de magia, de superstición o de culto a los muertos. Su religión fue una religión purificada, aristocrática, que se opone a la religión popular de raíz agrícola, y desemboca en un sistema fatalista y represivo, pues crea unas fronteras claras entre la divinidad y los hombres. El intento de sobrepasarlas fue considerado un pecado de soberbia (la hibris), una insolencia duramente castigada por los dioses. Fue, asimismo, la base de la corriente apolínea de la religión arcaica, con máximas délficas como “nada en exceso” y “conócete a ti mismo”.
Por contra, la corriente dionisíaca, inspirada por el culto libre y orgiástico al dios Dionisos, fomentó una unión mística entre el hombre y dios, mediante ritos colectivos.
La religión griega aportó la idea de que el mundo no había sido creado por los dioses, que sólo habrían intervenido en su transformación. El mundo, que existía en forma de caos, se transformó sucesivamente hasta convertirse en orden (cosmos), como explica el poeta Hesíodo.
Dado que en la Grecia antigua no existió una clase sacerdotal ni un cuerpo dogmático de doctrina, los filósofos y los poetas tuvieron libertad para elaborar sus propias creencias e interpretaciones, y, de este modo, al lado del culto oficial de la ciudad, con un ritual y unos cultos establecidos oficialmente, surgió una religiosidad personal que se interesaba por el sentido del mundo y del sufrimiento. Esta religiosidad griega incluso tendió al monoteísmo (en los casos de Esquilo, Píndaro, Eurípides, Platón). En conjunto, manifestó un gran equilibrio de los diversos elementos que la constituían, hasta la época de Alejandro, cuando se evidenció una crisis política del modelo de la polis y también una crisis religiosa debido a la influencia de las religiones orientales y el desarrollo del racionalismo. Entonces, los sabios se separaron de los rituales tradicionales y se abocaron a aceptar las divinidades orientales o a desarrollar las doctrinas monoteístas de ascendencia platónica, sobre todo el neoplatonismo elaborado por Plotino, tal vez el mayor contrincante intelectual del primer cristianismo.
En un sentido más específicamente ritual, la griega es una religión mitológica, politeísta, con múltiples dioses para las distintas tribus griegas de origen indoeuropeo por etnia y religión pero con una unidad básica por la fusión cultural y étnica y la existencia de los oráculos de Delfos, Delos y Olimpia, que dominaban gran parte de las decisiones de colonización, guerras, paces, etc., y recibían la visita y la ofrenda de los ciudadanos. Los templos y los santuarios se beneficiaron de una religiosidad entendida como competencia de los individuos y los Estados para ganarse el favor de los dioses. Nunca hubo una casta sacerdotal desarrollada, sino que los ciudadanos más prestigiosos se turnaban en los cargos, salvo algunas excepciones como las vestales y los augures.
Los dioses eran poderosos, benévolos y duros a un tiempo, con apariencia y cualidades humanas en sus virtudes y vicios. Zeus y su esposa Hera eran los señores del Olimpo, donde estaban rodeados por los otros dioses. Zeus provocaba la lluvia, los rayos y truenos, mantenía el orden y la justicia en el mundo. Atenea protegía a Atenas y a los artesanos, Poseidón a Corinto y a los navegantes, Apolo a la juventud, Afrodita al amor, Ares a los guerreros.
Era una religión dominada por los ritos y las fiestas alegres. La adivinación y los cultos mistéricos se extendieron entre el pueblo llano. En Eleusis se celebraban los famosos cultos mistéricos a Démeter, Dionisos y Orfeo. También creían en la existencia de criaturas fantásticas: ninfas, sátiros, centauros, Gorgona, arpías, esfinges... todas ellas relacionadas con las fuerzas misteriosas de la naturaleza, y que se suponía que vivían en los bosques, en las proximidades de las fuentes y en las colinas.
En Olimpia se desarrollaron desde 776 aC a 393 dC los Juegos Olímpicos, cuatrienales, con un carácter tanto deportivo como religioso (en honor de Zeus), verdaderas fiestas panhelénicas, en las que se suspendían las guerras y que han sido el modelo para los actuales Juegos Olímpicos.
2. CULTURA.
Los griegos tenían una cultura común gracias sobre todo al idioma, el griego, una lengua indoeuropea, dividida en varios dialectos, con tres principales: jonio, dórico y ático, el último de los cuales, debido al influjo de Atenas, se convirtió en el dialecto de la literatura y la filosofía.
Su alfabeto se formó h. 750 aC casi al mismo tiempo que Homero compuso sus obras. Su origen es semita (a través del comercio fenicio): las palabras alfa, beta y gamma son los términos semitas para buey, casa y camello.
2.1. LITERATURA.
La literatura griega nació con las canciones. Las dos primeras obras son la Iliada y la Odisea, poemas épicos de Homero que marcaron la cultura poética y la educación de los griegos durante siglos, y son una gran fuente histórica. Los primeros poemas épicos eran narraciones de acciones heroicas. Evolucionan a una literatura lírica y elegíaca, para dar paso a la poesía gnómica de contenido moral y a la gran poesía clásica, y finalmente a la prosa histórica de Tucidides y Heródoto y a la filosófica de los presocráticos y Platón.
El teatro derivó de la poesía, con los géneros de la comedia (humor, cotidianeidad, costumbres populares) y la tragedia (grandes asuntos humanos y religiosos) y grandes dramaturgos en las tragedias de Esquilo, Sofocles y Eurípides, y en las comedias de Aristófanes y Menandro, que competían en los festivales sagrados.
2.2. FILOSOFÍA.
La filosofía, que se confunde al principio con el mito y la ciencia nació en Mileto (Asia Menor) a comienzos del siglo VI aC, como una forma de poesía que se interrogaba sobre las grandes cuestiones del hombre: la naturaleza, el alma humana, el conocimiento... Se pasó pronto de las explicaciones míticas, con una imaginación acrítica, a las explicaciones racionales del logos, propias de la razón crítica. El pensamiento racional aparece así en la humanidad. Sus grandes figuras son: Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito, Parménides, Jenófanes, Demócrito, Sócrates, Platón, Aristóteles... La Academia platónica y el Liceo de Aristóteles fueron escuelas filosóficas de extraordinaria influencia en la cultura de la Antigüedad y su influjo ha llegado a nosotros.
Platón y Aristóteles. Detalle de La academia de Atenas, de Rafael.
La doctrina de Platón (427-347), discípulo de Sócrates, se basa en el dualismo del mundo natural y el ideal. La materia es una copia imperfecta del mundo eterno e inmutable de las ideas, presidido por la idea del bien. En la República planteó su teoría del Estado ideal, a la vez aristocrático y colectivista, regido por filósofos.
La doctrina de Aristóteles (384-322), discípulo de Platón y, a su vez, preceptor de Alejandro Magno, se basa en la distinción entre materia y forma: la materia da realidad a cada ente individual, pero las formas son universales y pueden ser captadas mediante la abstracción, lo que hace posible el conocimiento científico.
2.3. CIENCIA.
Como derivación de la filosofía se desarrolló la ciencia, con el médico Hipócrates, los geógrafos Estrabón y Ptolomeo, los astrónomos Hiparco y Ptolomeo (el mismo geógrafo anterior, autor de la teoría geocéntrica que sitúa a la Tierra como centro del Universo), la historia de Heródoto y Tucídides (Historia de la guerra del Peloponeso). También crecieron las matemáticas (Pitágoras, Euclides), la física (Arquímedes) y la biología (Aristóteles y Teofrasto).
El principio de Arquímedes.
3. ARTE.
El arte griego es un arte del hombre, medida de todas las cosas. La técnica es excelente, basada en la repetición de modelos, constantemente perfeccionados, que en arquitectura será el sistema arquitrabado (dicho también adintelado), con los tres órdenes clásicos del dórico, jónico y corintio. La belleza se basa en la proporción, armonía y simetría. Destacan los templos, los edificios públicos de la administración y la vida pública (teatros, buleuterion, stoas, gimnasios, estadios), la escultura de temas humanos, la pintura (de la que nos quedan pocos restos) y la cerámica pintada.
El arte griego evolucionó desde la rigidez del arte arcaico, hasta la perfección ideal de la época clásica y culminó en el realismo del periodo helenístico.
La acrópolis de Atenas.
El Partenón de Atenas.
Los dioses en el friso de las Panateneas del Partenón, obra cumbre de Fidias.
Laocoonte y sus hijos, obra maestra de la escultura del periodo helenístico.
DOSIER: LA RELIGIÓN DE LA ANTIGUA GRECIA.
RESUMEN.
La religión griega, como otros aspectos de la civilización, es el resultado de la combinación de un conjunto de factores geográficos, políticos, sociales, económicos, raciales, etc. El primer estadio de esta religión se encuentra en Creta, en la civilización minoica. Esta religión, empero, sucumbió ante la invasión de los pueblos indoeuropeos, que impusieron su cultura, aunque aprovecharon elementos minoicos en su religión. La religión micénica, poco conocida, sufrió los avatares de la invasión doria, portadores de nuevos ideales, que se fundieron con los anteriores en la época arcaica, hacia los siglos IX-VIII aC.
Se pueden encontrar los rasgos específicos de la etapa arcaica en las epopeyas homéricas, que ejercieron un influjo poderosísimo en la formación de la conciencia religiosa helénica. Homero, aunque no creó los dioses, sí organizó jerárquicamente el mundo divino en el Olimpo bajo la soberanía de Zeus, como un señor que reina sobre vasallos bastante rebeldes. En Homero apenas hay restos de magia, de superstición o de culto a los muertos. Su religión fue una religión purificada, aristocrática, que se opone a la religión popular de raíz agrícola, y desemboca en un sistema fatalista y represivo, pues crea unas fronteras claras entre la divinidad y los hombres. El intento de sobrepasarlas fue considerado un pecado de soberbia (la hibris), una insolencia duramente castigada por los dioses. Fue, asimismo, la base de la corriente apolínea de la religión arcaica, con máximas délficas como “nada en exceso” y “conócete a ti mismo”.
Por contra, la corriente dionisíaca, inspirada por el culto libre y orgiástico al dios Dionisos, fomentó una unión mística entre el hombre y dios, mediante ritos colectivos.
La religión griega aportó la idea de que el mundo no había sido creado por los dioses, que sólo habrían intervenido en su transformación. El mundo, que existía en forma de caos, se transformó sucesivamente hasta convertirse en orden (cosmos), como explica el poeta Hesíodo.
Dado que en la Grecia antigua no existió una clase sacerdotal ni un cuerpo dogmático de doctrina, los filósofos y los poetas tuvieron libertad para elaborar sus propias creencias e interpretaciones, y, de este modo, al lado del culto oficial de la ciudad, con un ritual y unos cultos establecidos oficialmente, surgió una religiosidad personal que se interesaba por el sentido del mundo y del sufrimiento. Esta religiosidad griega incluso tendió al monoteísmo (en los casos de Esquilo, Píndaro, Eurípides, Platón). En conjunto, manifestó un gran equilibrio de los diversos elementos que la constituían, hasta la época de Alejandro, cuando se evidenció una crisis política del modelo de la polis y también una crisis religiosa debido a la influencia de las religiones orientales y el desarrollo del racionalismo. Entonces, los sabios se separaron de los rituales tradicionales y se abocaron a aceptar las divinidades orientales o a desarrollar las doctrinas monoteístas de ascendencia platónica, sobre todo el neoplatonismo elaborado por Plotino, tal vez el mayor contrincante intelectual del primer cristianismo.
En un sentido más específicamente ritual, la griega es una religión mitológica, politeísta, con múltiples dioses para las distintas tribus griegas de origen indoeuropeo por etnia y religión pero con una unidad básica por la fusión cultural y étnica y la existencia de los oráculos de Delfos, Delos y Olimpia, que dominaban gran parte de las decisiones de colonización, guerras, paces, etc., y recibían la visita y la ofrenda de los ciudadanos. Los templos y los santuarios se beneficiaron de una religiosidad entendida como competencia de los individuos y los Estados para ganarse el favor de los dioses. Nunca hubo una casta sacerdotal desarrollada, sino que los ciudadanos más prestigiosos se turnaban en los cargos, salvo algunas excepciones como las vestales y los augures.
Los dioses eran poderosos, benévolos y duros a un tiempo, con apariencia y cualidades humanas en sus virtudes y vicios. Zeus y su esposa Hera eran los señores del Olimpo, donde estaban rodeados por los otros dioses. Zeus provocaba la lluvia, los rayos y truenos, mantenía el orden y la justicia en el mundo. Atenea protegía a Atenas y a los artesanos, Poseidón a Corinto y a los navegantes, Apolo a la juventud, Afrodita al amor, Ares a los guerreros.
Era una religión dominada por los ritos y las fiestas alegres. La adivinación y los cultos mistéricos se extendieron entre el pueblo llano. En Eleusis se celebraban los famosos cultos mistéricos a Démeter, Dionisos y Orfeo. También creían en la existencia de criaturas fantásticas: ninfas, sátiros, centauros, Gorgona, arpías, esfinges... todas ellas relacionadas con las fuerzas misteriosas de la naturaleza, y que se suponía que vivían en los bosques, en las proximidades de las fuentes y en las colinas.
En Olimpia se desarrollaron desde 776 aC a 393 dC los Juegos Olímpicos, cuatrienales, con un carácter tanto deportivo como religioso (en honor de Zeus), verdaderas fiestas panhelénicas, en las que se suspendían las guerras y que han sido el modelo para los actuales Juegos Olímpicos.
FUNDAMENTOS SOCIALES Y CULTURALES.
La religiosidad.
La religión griega no fue una religión revelada, ni tampoco impuesta por
la clase dominante, sino que fue la expresión de un pueblo que creó un
complicado entramado mítico para dar respuesta a íntimas interrogantes sobre el
origen del mundo. Más que de religión, es decir, más que de una sistematización
de concepciones religiosas, en Grecia debe hablarse de religiosidad, de un
sentimiento, que lo impregna todo, de relación con los dioses a los que se
humaniza cada vez más, a medida que los mitos divinizan arquetipos humanos
(Zeus el poder, Apolo el saber...). En
otro sentido, cabría hablar más de mitología que de religión, pues lo mítico,
como respuesta irracional a lo desconocido, sustituye en muchos casos a lo
religioso, entendido este en el sentido
cristiano que conocemos, mucho más racional que en la Grecia Antigua.
La religión no tuvo forma dogmática, ni catecismo, ni predicación, ni siquiera
clero (salvo los oráculos de los santuarios), y la conocemos por mitos y textos
literarios. Su evolución transcurre desde los cultos agrarios, a través de un
proceso de antropomorfización, hasta la democratización de los cultos
dionisíacos. Fue un elemento cohesionador dentro de la ciudad, con el culto de
los dioses votivos, y a escala griega, como germen de vínculos nacionales, con
los cultos de los grandes santuarios (Olimpia, Delfos, Eleusis).
El griego no sólo humaniza a sus dioses sino que incluso se atreve a
enfrentarse a ellos —mito de Prometeo— o al menos a mantener su libre albedrío,
como trasluce Homero al poner en boca de Atenea estas palabras dirigidas a
Aquiles: «Vengo del cielo para mitigar tu ira, si quieres hacerme caso».
La dimensión humana.
Todas las manifestaciones culturales de Grecia están presididas por una
preocupación por el hombre. Se trata de una cultura antropocéntrica, como
define la famosa sentencia de Protágoras: «el hombre es la medida de todas las
cosas» o la de Menandro: «nada es más amable que el hombre cuando es hombre».
Las formas escultóricas plasman los aspectos visibles de la concepción ideal
del hombre; los héroes homéricos de la Ilíada nos conmueven por sus sentimientos
y debilidades (Aquiles se enfurece con la muerte de su amigo Patroclo, Príamo
llora la pérdida de su hijo Héctor y besa las manos de su enemigo para
recuperar el cadáver); incluso los dioses están concebidos como seres afectados
por las pasiones humanas (amor, celos, odios, envidias) e intervienen en las
discordias entre sus protegidos.
La organización política: la polis.
Frente a los grandes estados orientales, cuyas dimensiones territoriales
exigen un poder coactivo, que suprime la libertad del individuo, el griego se
organiza en ciudades-estado. Las guerras médicas, entre persas y griegos, son
un enfrentamiento entre dos concepciones políticas antagónicas, una
confrontación entre súbditos y ciudadanos. En la organización primitiva, la koiné
(aldea), se mantenía el régimen gentilicio, el grupo de familias unidas por un
tronco común.
Las sucesivas invasiones de pueblos que entran en la península helénica
obligan a buscar una organización más amplia, la polis, que se antepone
a los intereses de los genos, los grupos familiares.
En principio la polis es solamente la parte alta de la ciudad, la
fortaleza y templo, y sus componentes forman una asociación de culto y defensa;
posteriormente engloba la parte baja, donde se asientan los mercaderes. Poco a
poco surgen y se diferencian las clases sociales, según las actividades (eupátridas
o aristócratas, comerciantes, jornaleros). Cada polis se otorga su base
económica y su régimen de gobierno, cuyos modelos son Esparta (polis de economía
cerrada, agricultura y régimen aristocrático) y Atenas (polis de economía
abierta, comercial y régimen democrático). Los navegantes y comerciantes griegos
llenan de polis las costas del Mediterráneo.
El ideal político griego: la democracia.
Una serie de hombres públicos relevantes, Solón, Efialtes, Clístenes,
Pericles, se esfuerzan en configurar para Atenas un régimen político basado en
la igualdad y el gobierno del pueblo. Los griegos se enorgullecen de someterse
a un orden, no a un hombre. La ley aglutina la ciudad más hondamente que la tierra,
el comercio o la religión. Heráclito dirá: «el pueblo debe combatir por la ley
como por la muralla de la ciudad». Algunos pensadores consideran la norma
objetiva (ley) como una invención y un don de los dioses. Frente a la
concepción aristocrática de que existen hombres con talento político innato,
Protágoras defiende la idea de que cada hombre tiene una parcela de sentido
cívico perfeccionable por la experiencia. En consecuencia, el ciudadano tiene el
deber de colaborar en los asuntos públicos, como expresa Pericles en la emotiva
Oración funebre por los muertos en la guerra del Peloponeso: «pues somos
los únicos que consideramos no hombre pacífico sino inútil al que nada
participa en ella» (la cosa Oública), «fue por una ciudad así por la que
murieron ellos».
Pericles.
Las instituciones democráticas: Asamblea del pueblo (Ekklesía),
Asamblea reducida (Boulé), magistraturas y los tribunales (Areópago, Heliaia),
exigen unos espacios para sus reuniones y funcionamiento y suscitan la
necesidad de edificios públicos o en algunos casos amplios lugares vacíos. La
ecclesía ateniense se reunía en la
Pnyx, colina al pie de la acrópolis, en sesiones larguísimas,
desde el nacimiento a la puesta del sol.
El pensamiento griego.
Las formas de análisis racional suponen una verdadera revolución. «El
pensar europeo empieza con los griegos y desde entonces no hay otra manera de
pensar» (Bruno Snell); el filósofo existencialista Jaspers estima que la
filosofía nace en Grecia porque allí es donde los hombres se asombran ante la
realidad y tras el asombro se plantean la pregunta y la duda. Esta postura
inquisitiva de la misma manera explica el nacimiento de la física; un Arquímedes
sólo es posible en una sociedad donde se alían la altura de los planteamientos
teóricos con la exigencia de la investigación empírica.
La filosofía, que se confunde al principio con el mito y la ciencia nació en Mileto (Asia Menor) a comienzos del siglo VI aC, como una forma de poesía que se interrogaba sobre las grandes cuestiones del hombre: la naturaleza, el alma humana, el conocimiento... Se pasó pronto de las explicaciones míticas, con una imaginación acrítica, a las explicaciones racionales del logos, propias de la razón crítica. El pensamiento racional aparece así en la humanidad. Sus grandes figuras son: Tales, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito, Parménides, Jenófanes, Demócrito, Sócrates, Platón, Aristóteles... La Academia platónica y el Liceo de Aristóteles fueron escuelas filosóficas de extraordinaria influencia en la cultura de la Antigüedad y su influjo ha llegado a nosotros.
Platón y Aristóteles. Fragmento de La academia de Atenas, de Rafael.
La doctrina de Platón (427-347), discípulo de Sócrates, se basa en el dualismo del mundo natural y el ideal. La materia es una copia imperfecta del mundo eterno e inmutable de las ideas, presidido por la idea del bien. En la República planteó su teoría del Estado ideal, a la vez aristocrático y colectivista, regido por filósofos.
La doctrina de Aristóteles (384-322), discípulo de Platón y, a su vez, preceptor de Alejandro Magno, se basa en la distinción entre materia y forma: la materia da realidad a cada ente individual, pero las formas son universales y pueden ser captadas mediante la abstracción, lo que hace posible el conocimiento científico.
La influencia de la religión en el arte.
Todo lo anterior explica que la concepción del arte griego no responda a
criterios religiosos, al no ser revelados ni exigidos a los artistas, pero es
indudable que esta religiosidad tiene una impronta enorme en el arte:
santuarios y templos llenan el suelo griego; procesiones votivas —como la Procesión
de las Panateneas representada en el friso del Partenón— exigen una determinada
disposición de los edificios y se plasman en los relieves.
El artista griego es un ciudadano libre que ejercita libremente su
profesión, sin ataduras ni condicionamientos impuestos por la autoridad, creando
un arte que es la manifestación del sentir estético de un pueblo, que lo interpreta
como “mimesis”, imitación de lo bello natural, y para quien la belleza posee un
carácter matemático y se identifica con la proporción geométrica. Por ello
estos artistas crearon unos sistemas proporcionales, canónicos, basados en la
experiencia natural como reflejo de la propia armonía que rige la Naturaleza.
El Partenón de Atenas.
LA MITOLOGÍA.
La mitología griega.
La mitología griega es el conjunto de creencias y observancias rituales
de los antiguos griegos, cuya civilización se fue configurando hacia el año 2000 aC. Consiste
principalmente en un cuerpo de diversas historias y leyendas sobre una gran
variedad de dioses. La mitología griega se desarrolló plenamente alrededor del
año 700 aC. Por esa fecha aparecieron tres colecciones clásicas de mitos: la Teogonía del poeta
Hesíodo y la Ilíada
y la Odisea
del poeta Homero.
La mitología griega tiene varios rasgos distintivos. Los dioses griegos
se parecen exteriormente a los seres humanos y revelan también sentimientos
humanos. A diferencia de otras religiones antiguas como el hinduismo o el
judaísmo, la mitología griega no incluye revelaciones especiales o enseñanzas
espirituales. Prácticas y creencias también varían ampliamente, sin una
estructura formal — como una institución religiosa de gobierno — ni un código
escrito, como un libro sagrado.
Los orígenes de la mitología griega.
Probablemente la mitología griega se desarrolló a partir de las primitivas religiones de los habitantes de Creta, una isla en el mar Egeo donde surgió la primera civilización de la zona alrededor del año 3000 aC. Creían que todos los objetos naturales tenían espíritus y que ciertos objetos, o fetiches, tenían poderes mágicos especiales. Con el tiempo, estas creencias se desarrollaron a través de una serie de leyendas que abarcaban objetos naturales, animales y dioses con forma humana. Algunas de ellas sobrevivieron como parte de la mitología clásica griega.
Los antiguos griegos ofrecían algunas explicaciones del desarrollo de su mitología. En la Historia sagrada, Euhemero, un mitógrafo que vivió hacia el año 300 aC., registra la difundida creencia de que los mitos eran distorsiones de la historia y que los dioses eran héroes a los que se había glorificado con el tiempo. En el siglo V aC el filósofo Pródico de Ceos enseñaba que los dioses eran personificaciones de fenómenos naturales, tales como el sol, la luna, los vientos y el agua. Herodoto, un historiador griego que también vivió en el siglo V aC, creía que muchos rituales griegos procedían de Egipto.
Cuando la civilización griega se desarrolló, especialmente durante el periodo helenístico, en torno al 323 aC, la mitología ya había evolucionado. Nuevas filosofías y la influencia de las civilizaciones vecinas produjeron una gradual modificación en sus creencias. Sin embargo, las características esenciales de los dioses griegos y sus leyendas permanecieron inmutables.
EL CULTO.
El culto y las creencias.
La mitología griega acentuaba el contraste entre la debilidad de los
seres humanos y los grandes y aterradores poderes de la naturaleza. Por lo tanto,
el pueblo griego reconocía que sus vidas dependían completamente de la voluntad
de los dioses. En general, las relaciones entre los seres humanos y los dioses
se consideraban amistosas. Pero los dioses aplicaban severos castigos a los
mortales que revelaban una conducta inaceptable, tal como la soberbia
complaciente, la ambición extrema y hasta la excesiva prosperidad.
La mitología griega estaba ligada a todos los aspectos de la vida humana.
Cada ciudad estaba consagrada a un dios particular o grupo de dioses, a quienes
los ciudadanos solían construir templos dedicados al culto. Regularmente
honraban a los dioses en festivales, supervisados por los altos funcionarios.
En los festivales y otras reuniones oficiales, los poetas recitaban o cantaban
significativas leyendas e historias. Muchos griegos conocían a los dioses a
través de la palabra de los poetas.
Los griegos también relacionaban su vida doméstica con la de los dioses y
en ella les rendían el culto debido. Diferentes partes de la casa estaban dedicadas
a determinados dioses, y los individuos les elevaban ruegos regularmente. Un
altar de Zeus, por ejemplo, podía colocarse en el patio, mientras que a Hestia
se la honraba ritualmente en el hogar.
Aunque en Grecia no había una organización religiosa oficial, por lo
común se veneraban ciertos lugares sagrados. Delfos, por ejemplo, era un sitio
sagrado dedicado a Apolo. El templo construido en Delfos incluía un oráculo, o
adivino, a quien valerosos viajeros consultaban sobre su futuro. Un grupo de
sacerdotes, que representaban a cada uno de estos lugares sagrados y que podían
ser además funcionarios de la comunidad, interpretaban las palabras de los
dioses, pero no poseían ningún poder especial. Aparte de sus plegarias, los
griegos solían ofrecer sacrificios de animales domésticos a los dioses, por lo
común cabras.
El mundo subterráneo suele ser llamado Hades. Estaba dividido en dos
regiones: Erebo, donde los muertos entran en cuanto mueren, y Tártaro, la
región más profunda, donde se había encerrado a los titanes. Era un lugar
oscuro y funesto, habitado por formas y sombras incorpóreas, y custodiado por
Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de dragón. Siniestros ríos separaban
el mundo subterráneo del mundo superior, y el anciano barquero Caronte conducía
a las almas de los muertos a través de estas aguas. En alguna parte, en medio
de la oscuridad del mundo inferior, estaba situado el palacio de Hades. Se
representaba como un sitio de muchas puertas, oscuro y tenebroso, repleto de
espectros, situado en medio de campos sombríos y de un paisaje aterrador. En
posteriores leyendas se describe el mundo subterráneo como el lugar donde los
buenos son recompensados y los malos castigados.
Los Misterios.
Los Misterios son ritos y ceremonias secretos conectados con varios cultos religiosos en la antigua Grecia y Roma. Practicaban estos ritos y ceremonias congregaciones de hombres y mujeres que habían sido debidamente iniciados; no se les permitía participar a personas ajenas a esa iniciación. Se desconocen el origen y propósito de los misterios. La teoría de que ocultaban verdades profundas y vestigios de una revelación primitiva demasiado compleja para la mente popular no perduró mucho tiempo, pero indudablemente los rituales sagrados introducían a los iniciados en doctrinas religiosas secretas, que en muchos casos estaban relacionadas con la continuación de la vida después de la muerte. Los misterios consistían en purificaciones, ofrendas sacrificiales, procesiones, canciones, danzas y acciones dramáticas. A menudo se representaban mediante una forma dramática el nacimiento, sufrimiento, muerte y resurrección de un dios. Los misterios parecen haber tenido un doble propósito: dar consolación e instrucción moral para la vida en la tierra, e inspirar esperanza en la vida después de la muerte.
Los primeros y más importantes misterios griegos fueron los órficos, los eleusinos y los dionisíacos. Los misterios órficos eran los de un culto místico creado, según la tradición, por el legendario poeta y músico Orfeo, a quien se le atribuyó una gran producción de literatura religiosa. Mucho más celebrados fueron los misterios eleusinos, conectados con el culto de las diosas Démeter y Perséfone en Eleusis, Ática; con estas divinidades estaban asociados Plutón, dios del mundo subterráneo, y Yaco, un nombre del joven Dioniso, dios de la vegetación y del vino, entre otros dioses. El culto de Dioniso o Baco estaba acompañado en Atenas por fiestas, procesiones y actuaciones musicales y dramáticas. En épocas posteriores, los misterios asociados con Dioniso se convirtieron en ocasiones para la embriaguez y la disipación. Fueron prohibidos en Tebas y posteriormente en toda Grecia. Como las bacanales, estos ritos se introdujeron en Roma a principios del siglo II a.C. Al principio, eran sólo las mujeres quienes celebraban los misterios; cuando se abrieron a los hombres, las reuniones se hicieron sospechosas de inmoralidad, y en el 186 a.C. el Senado romano intentó suprimir los ritos por decreto.
Los ritos secretos formaban parte del culto de varias deidades griegas, tales como Hera, reina de los dioses, Afrodita, diosa del amor, y Hécate, diosa del mundo subterráneo. Muchas religiones extranjeras adoptadas por griegos y romanos incluían misterios conectados con el culto de la divinidad; estas religiones incluían el culto de la diosa frigia Cibeles, la gran madre de los dioses, la egipcia Isis, diosa de la luna, la naturaleza y la fertilidad, y Mitra, dios persa del Sol. El culto de estas deidades se extendió por el mundo grecorromano y fue sumamente popular en los primeros siglos del Imperio Romano. Isis, identificada inicialmente con Deméter, fue venerada en Italia hasta el siglo V dC.
Los Misterios de Eleusis.
La ciudad de Eleusis, en Ática, cerca de Atenas, tenía el templo principal para el culto y rituales de los misterios. Hoy se ven apenas las ruinas del Telesterion y otros edificios sagrados.
Los misterios de Eleusis eran rituales sagrados de las fiestas religiosas en la antigua Grecia. Al igual que las Eleusinias, una fiesta bienal en honor de las divinidades griegas Démeter y Perséfone, su nombre procede de la ciudad, donde mucho antes de que Atenas alcanzara su esplendor, el pueblo eleusino celebraba los misterios, que más tarde adoptó Atenas como fiesta oficial, conservando el sacerdocio original.
La parte más importante de la fiesta, la iniciación de los participantes, tenía lugar todos los años, durante siglos, en el Telesterion, en Eleusis. Esta iniciación era el momento culminante de una serie de rituales que comenzaban en los primeros días de la primavera, con la celebración de los misterios menores, en Agra, cerca de Atenas. En esa época, los mystoe, participantes en las cuatro primeras etapas en la revelación de los misterios, contaban la leyenda de Démeter y Perséfone, llamada Coré (en griego ‘la Virgen’). Los ritos de purificación también formaban parte de la ceremonia de los misterios menores. Las ceremonias del otoño, llamadas los grandes misterios, comenzaban con el traslado de los objetos sagrados desde Eleusis a Atenas por los jóvenes conocidos como febi. Las ceremonias incluían un discurso del sacerdote a los candidatos, la purificación en el mar, un rito de sacrificio, y una gran procesión desde Atenas hasta Eleusis, donde la iniciación tenía lugar en ceremonias secretas.
Este culto pasó de Grecia a Roma durante el periodo que engloba los reinados de Adriano a Teodosio, quien lo abolió en el 381 dC, ordenando la clausura del santuario de Eleusis. Es probable que se celebraran hasta finales del siglo IV dC, cuando Alarico , rey de los visigodos, destruyó Eleusis.
El orfismo.
El orfismo es, en la religión clásica, el culto místico de la antigua Grecia, que se creía fundado en los escritos del legendario poeta y músico Orfeo. Pasajes poéticos fragmentarios, que incluían inscripciones en tablillas de oro encontradas en las sepulturas de los adeptos órficos desde el siglo VI a.C., indican que el orfismo se basaba en una cosmogonía centrada en el mito del dios Dioniso Zagreo, el hijo de las divinidades Zeus y Perséfone. Furioso porque Zeus deseaba hacer a su hijo soberano del universo, los celosos titanes desmembraron y devoraron al joven dios. Atenea, diosa de la sabiduría, fue capaz de recuperar su corazón, que llevó a Zeus, quien se lo comió y dio nacimiento a un nuevo Dioniso. Zeus castigó después a los titanes destruyéndolos con su rayo y, de sus cenizas, creó la raza humana. Como consecuencia de ello, los seres humanos tienen una naturaleza dual: el cuerpo terrestre era la herencia de los titanes nacidos de la tierra; mientras que el alma derivaba de la divinidad de Dioniso, cuyos restos se mezclaron con los de los titanes.
Según los principios del orfismo, los seres humanos se esfuerzan por librarse del elemento titánico, o representación del mal, propio de su naturaleza, y buscarían preservar lo dionisíaco, o divino, naturaleza de su ser. El triunfo del elemento dionisíaco se puede conseguir siguiendo los ritos órficos de purificación y ascetismo. Según esta religión, a través de una larga serie de reencarnaciones, los seres humanos se preparan para la vida después de la muerte. Si han vivido en el mal, serán castigados, pero si han vivido en la santidad, después de su muerte sus almas se liberarán completamente de los elementos titánicos y se reunirán con la divinidad.
Los sátiros.
Los sátiros, en la mitología griega, son las divinidades de los bosques y montañas, con cuernos y colas y a veces con piernas de macho cabrío. Los sátiros eran los compañeros de Dioniso, dios del vino, y pasaban su tiempo persiguiendo a las ninfas, bebiendo vino, danzando y tocando la siringa, la flauta o la gaita.
Las ninfas.
Las ninfas, en la mitología griega y romana, son divinidades menores o espíritus de la naturaleza, que viven en arboledas y fuentes, bosques, praderas, ríos y en el mar, y se las representa como jóvenes y hermosas doncellas que gustan de la música y de la danza. A menudo se relacionaban con Artemisa, Dioniso y los sátiros.
Las ninfas se distinguían según la parte de la naturaleza que personificaban; ninfas eran las oceánides, o hijas de Océano, el gran mar que fluye alrededor de la tierra; las nereidas, o hijas del dios del mar Nereo, eran ninfas del mar Mediterráneo; las potameides, ninfas de los ríos; las náyades, ninfas de las fuentes y de las corrientes de agua fresca; las oréades, ninfas de las montañas y las grutas; y las dríades, ninfas de los bosques.
Son seres que perviven en las tradiciones, como la Rusalka checa, o las xanas de Asturias (España) que son unas ninfas de las ríos y fuentes.
LOS DIOSES.
Los principales dioses griegos.
Los dioses en el friso de las Panateneas del Partenón, obra cumbre de Fidias.
Los griegos creían que los dioses habían elegido el monte Olimpo, en una
región de Grecia llamada Tesalia, como su residencia. En el Olimpo, los dioses
formaban una sociedad organizada en términos de autoridad y poderes, se movían
con total libertad y formaban tres grupos que controlaban sendos poderes: el
cielo o firmamento, el mar y la tierra. Los doce dioses principales,
habitualmente llamados Olímpicos, eran: Zeus, Hera, Hades, Hefestos, Atenea,
Apolo, Artemisa, Ares, Afrodita, Hestia, Hermes, Démeter, Perséfone, Poseidón.
Zeus era el dios supremo, padre espiritual de los dioses y de los
hombres. Su mujer, Hera, era la reina de los cielos y la guardiana del
matrimonio. Otros dioses asociados con los cielos eran Hefestos, dios del fuego
y de los herreros, Atenea, diosa de la sabiduría y de la guerra, Apolo, dios de
la luz, la poesía y la música, Artemisa, diosa de la fauna y de la luna, Ares,
dios de la guerra, Afrodita, diosa del
amor. Quienes los reunían eran Hestia, diosa del hogar, y Hermes, mensajero de
los dioses y soberano de la ciencia y la invención.
Poseidón era el soberano del mar y, junto con su mujer Anfitrite, guiaba
a un grupo de dioses marinos menos importantes, tales como las nereidas y los
tritones. Démeter, la diosa de la agricultura, estaba vinculada a la tierra.
Hades, un dios importante pero generalmente no considerado un olímpico, regía
el mundo subterráneo, donde vivía su mujer, Perséfone. El submundo era un lugar
oscuro y lúgubre situado en el centro de la tierra. Lo poblaban las almas de
las personas que habían muerto.
Dioniso, dios del vino y del placer, estaba entre los dioses más
populares. Los griegos dedicaban muchos festivales a este dios telúrico, y en
algunas regiones llegó a ser tan importante como Zeus. A menudo lo acompañaba
una hueste de dioses fantásticos que incluía a sátiros, centauros y ninfas. Los
sátiros eran criaturas con piernas de cabra y la parte superior del cuerpo era
simiesca o humana. Los centauros tenían la cabeza y el torso de hombre y el resto
del cuerpo de caballo. Las hermosas y encantadoras ninfas frecuentaban bosques
y selvas.
Zeus.
En la escultura, se representa a Zeus como una figura barbada y de apariencia regia. La más famosa de todas fue la colosal estatua de marfil y oro, del escultor Fidias, que se encontraba en Olimpia.
Zeus es el dios del cielo y soberano de los dioses olímpicos. Según Homero, se consideraba a Zeus padre
de los dioses y de los mortales. No fue el creador de los dioses y de los
hombres; era su padre en el sentido de protector y soberano tanto de la familia
olímpica como de la raza humana. Señor del cielo, dios de la lluvia y
acumulador de nubes, que blandía el terrible rayo. Su arma principal era la
égida; su ave, el águila; su árbol, el roble. Zeus presidía a los dioses en el
monte Olimpo, en Tesalia. Sus principales templos estaban en Dódona, en el
Epiro, la tierra de los robles y del templo más antiguo, famoso por su oráculo,
y en Olimpia, donde se celebraban los juegos olímpicos en su honor cada cuatro
años. Los juegos de Nemea, al noroeste de Argos, también estaban dedicados a
Zeus.
La historia más común en la mitología indica que Zeus era el hijo menor del titán Cronos y de la titánida Rea y hermano de
las divinidades Hera, Hades, Poseidón, Hestia y Démeter. De acuerdo con uno de
los mitos antiguos sobre el nacimiento de Zeus, Cronos, temiendo ser destronado
por uno de sus hijos, los devoraba cuando nacían. Al nacer Zeus, Rea envolvió
una piedra con pañales para engañar a Cronos y ocultó al dios niño en Creta,
donde se alimentó con la leche de la cabra Amaltea y lo criaron unas ninfas.
Cuando Zeus llegó a la madurez, obligó a Cronos a vomitar a los otros niños,
que estaban deseosos de vengarse de su padre. Durante la guerra que sobrevino,
los titanes lucharon del lado de Cronos, pero Zeus y los demás dioses lograron
la victoria y los titanes fueron enviados a los abismos del Tártaro. A partir
de ese momento, Zeus gobernó el cielo, y sus hermanos Poseidón y Hades
recibieron el poder sobre el mar y el submundo, respectivamente. Los tres
gobernaron en común la tierra.
En la obra del poeta griego Homero, Zeus aparece representado de dos
maneras muy diferentes: como dios de la justicia y la clemencia y como
responsable del castigo a la maldad. Casado con su hermana Hera, es padre de
Ares, dios de la guerra; de Hebe, diosa de la juventud; de Hefestos, dios del
fuego, y de Ilitía, diosa del parto. Al mismo tiempo, se describen las
aventuras amorosas de Zeus, sin distinción de sexo (Ganimedes), y los recursos
de que se sirve para ocultarlas a su mujer. En la mitología antigua son
numerosas sus relaciones con diosas y mujeres mortales, de quienes ha obtenido
descendencia. En leyendas posteriores, en las que se introducen otros valores
morales, se pretende mostrar al padre de los dioses a salvo de esta imagen
libertina y lasciva. Sus amoríos con mortales se explican a veces por el deseo
de los antiguos griegos de vanagloriarse de su linaje divino.
Zeus corresponde al dios romano Júpiter.
Hera.
Templo de Hera en Paestum (Italia).
Hera es la reina de los dioses, hija de los titanes Cronos y Rea, hermana
y mujer del dios Zeus.
Hera era la diosa del matrimonio y la protectora de las
mujeres casadas. Era madre de Ares, dios de la guerra, de Hefestos, dios del fuego,
de Hebe, diosa de la juventud, y de Ilitía, diosa del alumbramiento. Mujer
celosa, Hera perseguía a menudo a las amantes y a los hijos de Zeus. Nunca
olvidó una injuria y se la conocía por su naturaleza vengativa. Irritada con el
príncipe troyano Paris por haber preferido a Afrodita, diosa del amor, antes
que a ella, Hera ayudó a los griegos en la guerra de Troya y no se apaciguó
hasta que Troya quedó destruida.
Se suele identificar a Hera con la diosa romana Juno.
Hades.
Hades es el dios de los muertos. Era hijo del titán Cronos y de la
titánide Rea y hermano de Zeus y Poseidón. Cuando los tres hermanos se
repartieron el universo después de haber derrocado a su padre, Cronos, a Hades
le fue concedido el mundo subterráneo. Allí, con su reina, Perséfone, a quien
había raptado en el mundo superior, rigió el reino de los muertos. Aunque era
un dios feroz y despiadado, al que no aplacaba ni plegaria ni sacrificio, no
era maligno.
Se le identifica con el dios romano Plutón.
Hefestos.
Hefestos es el dios del fuego y de la metalurgia, hijo del dios Zeus y de
la diosa Hera o, en algunos relatos, sólo hijo de Hera. A diferencia de los
demás dioses, Hefestos era cojo y desgarbado. Poco después de nacer lo echaron
del Olimpo: según algunas leyendas, lo echó la misma Hera, quien lo rechazaba
por su deformidad; según otras, fue Zeus, porque Hefestos se había aliado con
Hera contra él. En la mayoría de las leyendas, sin embargo, volvió a ser
honrado en el Olimpo y se casó con Afrodita, diosa del amor, o con Áglae, una de
las tres gracias. Era el artesano de los dioses y les fabricaba armaduras,
armas y joyas. Se creía que su taller estaba bajo el monte Etna, volcán
siciliano.
A menudo se identifica a Hefestos con el dios romano del fuego,
Vulcano.
Atenea.
Atenea es una de las diosas más importantes. Atenea salió ya adulta de la
frente del dios Zeus y fue su hija favorita. Él le confió su escudo, adornado
con la horrorosa cabeza de la górgona Medusa, su 'égida' y el rayo, su arma
principal. Diosa virgen, recibía el nombre de Parthenos ('la virgen').
En agradecimiento a que Atenea les había regalado el olivo, el pueblo ateniense
levantó templos a la diosa, el más importante era el Partenón, situado en la Acrópolis de Atenas.
Originariamente era la diosa de las ciudades griegas, de la industria y de las
artes, y, en la mitología posterior, de la sabiduría; era también diosa de la
guerra. Fue la defensora más firme, entre los dioses, del bando griego en la
guerra de Troya. Después de la caída de Troya, sin embargo, los griegos
faltaron el respeto debido al carácter sagrado de un altar dedicado a Atenea en
el que la profetisa troyana Casandra encontró refugio, y como castigo, unas
tormentas enviadas por el dios del mar, Poseidón, requeridas por Atenea
destruyeron la mayor parte de los barcos griegos que volvían de Troya.
Atenea era también patrona del arte de la agricultura y de las labores
femeninas, especialmente del hilado y el tejido. Entre sus dones al hombre
estaban la invención del arado y la flauta y las artes de domesticación de
animales, de construcción de barcos y de fabricación de zapatos. Se la asociaba
a menudo con las aves, especialmente con la lechuza.
En Roma se identificó con la diosa Minerva, también conocida como Palas
Atenea.
Apolo.
Apolo es el hijo del dios Zeus y de Leto, hija de un titán. Era también
llamado Délico, de Delos, la isla de su nacimiento, y Pitio, por haber matado a
Pitón, la legendaria serpiente que guardaba un santuario en las montañas del
Parnaso. En la leyenda homérica, Apolo era sobre todo el dios de la profecía.
Su oráculo más importante estaba en Delfos, el sitio de su victoria sobre
Pitón. Solía otorgar el don de la profecía a aquellos mortales a los que amaba,
como a la princesa troyana Casandra.
Apolo era un músico dotado, que deleitaba a los dioses tocando la lira.
Era también un arquero diestro y un atleta veloz, acreditado por haber sido el
primer vencedor en los juegos olímpicos. Su hermana gemela, Artemisa, era la
guardiana de las muchachas, mientras que Apolo protegía de modo especial a los
muchachos. También era el dios de la agricultura y de la ganadería, de la luz y
de la verdad, y enseñó a los humanos el arte de la medicina.
Algunos relatos pintan a Apolo como despiadado y cruel. Según la Ilíada de Homero,
Apolo respondió a las oraciones del sacerdote Crises para obtener la liberación
de su hija del general griego Agamenón arrojando flechas ardientes y cargadas
de pestilencia en el ejército griego. También raptó y violó a la joven princesa
ateniense Creusa, a quien abandonó junto con el hijo nacido de su unión.
Tal
vez a causa de su belleza física, Apolo era representado en la iconografía
artística antigua con mayor frecuencia que cualquier otra deidad. Será el modelo para el Jesús medieval, al que se añadirá barba.
Artemisa.
Artemisa (o Ártemis) en la mitología griega es una de las principales
diosas.
Su principal templo estaba en Éfeso (Asia Menor, actual Turquía).
Era hija del dios Zeus y de Leto
y hermana gemela del dios Apolo. Era la rectora de los dioses y diosas de la
caza y de los animales salvajes, especialmente los osos, Era también la
diosa del parto, de la naturaleza y de las cosechas. Como diosa de la luna, se
la identificaba a veces con la diosa Selene y con Hécate.
Aunque tradicionalmente amiga y protectora de la juventud, especialmente
de las muchachas, Artemisa impidió que los griegos zarparan de Troya durante la
guerra de Troya mientras no le ofrecieran el sacrificio de una doncella. Según
algunos relatos, justo antes del sacrificio ella rescató a la víctima,
Ifigenia. Como Apolo, Artemisa iba armada con arco y flechas, armas con que a
menudo castigaba a los mortales que la ofendían. En otras leyendas, es alabada
por proporcionar una muerte dulce y plácida a las muchachas jóvenes que mueren
durante el parto.
Equivale a la diosa romana Diana,
Ares
Ares, en la mitología griega, dios de la guerra e hijo de Zeus, rey de
los dioses, y de su esposa Hera. Agresivo y sanguinario, Ares personificaba la
brutal naturaleza de la guerra, y era impopular tanto para los dioses como para
los seres humanos. Entre las deidades asociadas con Ares estaban su consorte,
Afrodita, diosa del amor, y deidades menores como Deimo (temor) y Fobo
(terror), que lo acompañaban en batalla. Aunque feroz y belicoso, Ares no era
invencible, ni siquiera frente a los mortales.
El culto de Ares, que se creía originario de Tracia, no estaba muy
difundido en la antigua Grecia y, donde existía, carecía de significación
social o moral. Ares era una deidad ancestral deTebas y tenía un templo en
Atenas, al pie del Areópago o colina de Ares.
Los romanos lo identificaban con Marte, también un dios de la guerra.
Afrodita.
Afrodita, en la mitología griega, diosa del amor y la belleza. En la Ilíada
de Homero aparece como la hija de Zeus y Dione, una de sus consortes, pero en
leyendas posteriores se la describe brotando de la espuma del mar y su nombre
puede traducirse como 'nacida de la espuma'. En la leyenda homérica, Afrodita
es la mujer de Hefesto, el feo y cojo dios del fuego. Entre sus amantes figura
Ares, dios de la guerra, que en la mitología posterior aparece como su marido.
Ella era la rival de Perséfone, reina del mundo subterráneo, por el amor del
hermoso joven griego Adonis.
Tal vez la leyenda más famosa sobre Afrodita está relacionada con la
guerra de Troya. Eris, la diosa de la discordia, la única diosa no invitada a
la boda del rey Peleo y de la nereida Tetis, arrojó resentida a la sala del
banquete una manzana de oro destinada “a la más hermosa”. Cuando Zeus se negó a
elegir entre Hera, Atenea y Afrodita, las tres diosas que aspiraban a la
manzana, ellas le pidieron a Paris, príncipe de Troya, que diese su fallo.
Todas intentaron sobornarlo: Hera le ofreció ser un poderoso gobernante;
Atenea, que alcanzaría una gran fama militar, y Afrodita, que obtendría a la
mujer más hermosa del mundo. Paris seleccionó a Afrodita como la más bella, y
como recompensa eligió a Helena de Troya, la mujer del rey griego Menelao. El
rapto de Helena por Paris condujo a la guerra de Troya.
Probablemente de origen oriental, en las primitivas creencias religiosas
griegas se identificaba a Afrodita con la fenicia Astarté y era conocida como
Afrodita Urania, reina de los cielos, y como Afrodita Pandemos, diosa del
pueblo.
Los romanos la llamaron Venus y ha encarnado desde entonces el amor, generalmentepuro como en el Nacimiento de Venus del pintor renacentista Botticelli..
Hestia.
Hestia, en la mitología griega, diosa virgen del hogar, la hija mayor de
los titanes Cronos y Rea. Se consideraba que presidía todos los fuegos de las
aras de sacrificio y se le ofrecían plegarias antes y después de las comidas.
Aunque aparece en muy pocos mitos, la mayoría de las ciudades tenían un hogar
común donde arde el fuego sagrado de esta diosa.
En Roma se la conocía como
Vesta, y seis sacerdotisas vírgenes, conocidas como vestales, custodiaban el
fuego sagrado.
Hermes.
Hermes, en la mitología griega, es el mensajero de los dioses, hijo del dios
Zeus y de Maya, la hija del titán Atlas. Como especial servidor y correo de
Zeus, Hermes tenía un sombrero y sandalias aladas y llevaba un caduceo de oro,
o varita mágica, con serpientes enrolladas y alas en la parte superior. Guiaba
a las almas de los muertos hacia el submundo y se creía que poseía poderes
mágicos sobre el sueño. Hermes era también el dios del comercio, protector de
comerciantes y pastores. Como divinidad de los atletas, protegía los gimnasios
y los estadios, y se lo consideraba responsable tanto de la buena suerte como
de la abundancia.
A pesar de sus virtuosas características, también era un peligroso
enemigo, embaucador y ladrón. El día de su nacimiento robó el rebaño de su
hermano, el dios del sol Apolo, oscureciendo su camino al hacer que la manada
anduviera hacia atrás. Al enfrentarse con Apolo, Hermes negó haber robado. Los
hermanos acabaron reconciliándose cuando Hermes le dio a Apolo su lira, recién
inventada.
En el primitivo arte griego, se representaba a Hermes como un hombre
maduro y barbado; en el arte clásico, como un joven atlético, desnudo e imberbe
como puede comprobarse en el Hermes de Praxíteles, en Olimpia, cuya imagen vemos arriba.
Démeter.
Démeter en la mitología griega es la diosa de los granos y de las
cosechas, hija de los titanes Cronos y Rea.
Cuando su hija Perséfone fue
raptada por Hades, dios del mundo subterráneo, el dolor de Démeter fue tan
grande que descuidó la tierra; no crecieron plantas y el hambre devastó el
universo. Consternado ante esta situación, Zeus, el regidor del mundo, pidió a
su hermano Hades que devolviese Perséfone a su madre. Hades asintió, pero antes
de liberar a la muchacha hizo que ésta comiese algunas semillas de granada que
la obligarían a volver con él durante cuatro meses al año. Feliz de reunirse de
nuevo con su hija, Démeter hizo que la tierra produjese flores primaverales y
abundantes frutos y cereales para las cosechas. Sin embargo, su dolor retornaba
cada otoño cuando Perséfone tenía que volver al mundo subterráneo. La
desolación del invierno y la muerte de la vegetación eran consideradas como la
manifestación anual del dolor de Démeter cuando le arrebataban a su hija. Démeter
y Perséfone eran veneradas en los ritos de los misterios de Eleusis.
El culto
se extendió de Sicilia a Roma, donde se veneraba a estas diosas como Ceres y
Proserpina.
Pérsefone.
Perséfone en la mitología griega es hija de Zeus, padre de los dioses, y de
Démeter, diosa de la tierra y de la agricultura.
Hades, dios del mundo
inferior, se enamoró de Perséfone y quiso casarse con ella. Aunque Zeus dio su
consentimiento, Démeter era contraria a la boda. Entonces, Hades atrapó a la
muchacha mientras estaba recogiendo flores y la llevó a su reino. Cuando salió
en busca de su hija perdida, Démeter quedó desolada. Murieron todas las plantas
y el hambre devastó la tierra. Por este motivo, Zeus envió a Hermes, mensajero
de los dioses, para que recuperara a Perséfone y la devolviera a su madre.
Antes de dejarla ir, Hades le pidió que comiera un grano de granada, el
alimento de los muertos. De esta manera, se vio obligada a volver al submundo y
permanecer allí durante la tercera parte de cada año.
Como diosa de los muertos
y como diosa de la fertilidad de la tierra, Perséfone era la personificación de
la renovación de la tierra en primavera. Los misterios eleusinos se celebraban
en su honor y en el de su madre.
Proserpina era la equivalente latina de
Perséfone.
Poseidón.
Poseidón, en la mitología griega, es el dios del mar, hijo del titán Cronos y
la titánide Rea, y hermano de Zeus y Hades. Poseidón era marido de Anfitrite,
una de las nereidas, con quien tuvo un hijo, Tritón. Poseidón, sin embargo,
tuvo otros numerosos amores, especialmente con ninfas de los manantiales y las
fuentes, y fue padre de varios hijos famosos por su salvajismo y crueldad,
entre ellos el gigante Orión y el cíclope Polifemo. Poseidón y la górgona
Medusa fueron los padres de Pegaso, el famoso caballo alado.
Poseidón desempeña un papel importante en numerosos mitos y leyendas
griegos. Disputó sin éxito con Atenea, diosa de la sabiduría, por el control de
Atenas. Cuando Apolo, dios del sol, y él decidieron ayudar a Laomedonte, rey de
Troya, a construir la muralla de la ciudad, éste se negó a pagarles el salario
convenido. La venganza de Poseidón contra Troya no tuvo límites. Envió un
terrible monstruo marino a que devastara la tierra y, durante la guerra de
Troya, se puso de lado de los griegos.
El arte representa a Poseidón como una figura barbada y majestuosa que
sostiene un tridente y a menudo aparece acompañado por un delfín, o bien
montado en un carro tirado por briosos seres marinos. Cada dos años, los Juegos
Ístmicos, en los que había carreras de caballos y de carros, se celebraban en
su honor en Corinto.
Los romanos identificaban a Poseidón con su dios del mar,
Neptuno.
Hebe.
Hebe en la mitología griega es la diosa de la juventud, hija de Zeus y Hera..
Durante mucho tiempo, Hebe cumplía la función de copera de los dioses, a
quienes les servía néctar y ambrosía. El príncipe troyano Ganimedes la
sustituyó en esta tarea.
De acuerdo con una versión, dejó de ser copera de los
dioses cuando se casó con el héroe Hércules, que acababa de ser deificado.
Según otra historia, fue apartada de su lugar a causa de una caída que sufrió
mientras servía a los dioses.
Dioniso.
Dioniso (o Dionisos) en la mitología griega es hijo de Zeus (el Júpiter romano) y es el dios del vino y la vegetación, el cual
enseñó a los mortales cómo cultivar la vid y cómo hacer vino. Era bueno y
amable con quienes lo honraban, pero llevaba la locura y la destrucción a
quienes lo despreciaban a él o a los rituales orgiásticos de su culto.
De acuerdo
con la tradición, Dioniso moría cada invierno y renacía en la primavera. Para
sus adeptos, este renacimiento cíclico, acompañado de la renovación estacional
de los frutos de la tierra, encarnaba la promesa de la resurrección de los
muertos. Los ritos anuales en honor de la resurrección de Dioniso evolucionaron
gradualmente hacia la forma estructurada del drama griego, y se celebraron
importantes festivales en honor del dios, durante los cuales se realizaban
grandes competiciones dramáticas.
El festival más importante, las Grandes
Dionisíacas, tenía lugar en Atenas durante cinco días de cada primavera. Para
esta celebración los grandes dramaturgos griegos Esquilo, Sófocles y Eurípides escribieron sus magníficas tragedias.
Después del siglo V aC Dioniso fue conocido para los griegos como Baco, que
en la mitología romana, es el dios del vino, identificado también con Liber, el
dios romano del vino.
Se le suele caracterizar de dos
maneras: una como dios de la vegetación, específicamente de los frutos de los
árboles, que aparece representado a menudo en los vasos áticos con un cuerno
con bebida y racimos de uvas. Como llegó a ser el dios popular griego del vino
y el regocijo, se dice que en algunos de sus festivales se producían milagros
en los que el vino era el ingrediente predominante. La segunda caracterización
del dios apunta a los misterios de una divinidad que inspiraba cultos
orgiásticos, de los que son ejemplo las ménades o bacantes. Este grupo de
mujeres abandonaba el hogar y vagaba por el desierto entrando en un estado de
éxtasis en su devoción al dios. Vestían pieles de cervatillo y se creía que
poseían poderes ocultos.
El nombre Baco llegó a usarse como palabra común en la antigua Grecia durante el siglo V
aC, en referencia a los fuertes gritos con los que se adoraba al dios en las
bacanales, frenéticas celebraciones en su honor. Estos hechos, supuestamente
originados en las fiestas de la naturaleza primaveral, llegaron a ser ocasión
de embriaguez y de actos licenciosos y disolutos, en los que los celebrantes
danzaban y bebían. Alejandro Magno fue uno de sus más fieles adoradores y se dice que incluso respetó a una ciudad de la India que se asoció al culto a Dioniso.
Las bacanales en Roma se hicieron populares y cada vez más desenfrenadas. Por
esa razón, el Senado romano las prohibió en el año 186 a.C. En el siglo I d.C.,
sin embargo, los misterios dionisíacos eran aún populares, como lo demuestran
las representaciones alusivas encontradas en sarcófagos griegos.
PROGRAMACIÓN.
UBICACIÓN.
ESO, 1º ciclo.
Eje 2. Sociedades históricas y cambio en el tiempo.
Bloque 4. Sociedades históricas.
Núcleo 2. Sociedades prehistóricas, primeras civilizaciones y Antigüedad clásica.
En el apartado Sociedad, política, cultura y arte en el mundo clásico: Grecia y Roma.
RELACIÓN CON TEMAS TRANSVERSALES.
Relación con los temas de Educación Moral y Cívica, Educación para la Paz, Educación para la igualdad de los sexos.
TEMPORALIZACIÓN.
Cuatro sesiones de una hora.
1ª Documental sobre la civilización en Grecia, seguido de diálogo, como evaluación previa. Exposición del profesor.
2ª Exposición del profesor. Cuestiones.
3ª Exposición del profesor. Cuestiones.
4ª Examen
OBJETIVOS.
Conocer la civilización griega.
Relacionar su civilización con la nuestra.
Analizar aspectos sociales y culturales de la Antigüedad.
Valorar las civilizaciones antiguas.
CONTENIDOS.
A) CONCEPTUALES.
La civilización griega, en historia y sociedad, en relación con economía y arte.
B) PROCEDIMENTALES.
Tratamiento de la información: realización de esquemas y mapas del tema.
Explicación multicausal de los hechos históricos: en comentario de textos.
Indagación e investigación: recogida y análisis de datos en enciclopedias, manuales, monografías, artículos...
C) ACTITUDINALES.
Rigor crítico y curiosidad científica.
Tolerancia y solidaridad.
Interés por las civilizaciones del pasado.
METODOLOGÍA.
Metodología expositiva y participativa activa.
MOTIVACIÓN.
Mediante un documental sobre la religión griega, seguido por comentarios.
ACTIVIDADES.
A) CON EL GRAN GRUPO.
Exposición por el profesor del tema.
B) EN EQUIPOS DE TRABAJO.
Realización de esquemas de los apartados.
Hacer con carácter voluntario trabajos de ampliación sobre la religión griega.
Comentarios de textos sobre la religión griega.
C) INDIVIDUALES.
Realización de apuntes esquemáticos sobre la UD.
Participación en las actividades grupales.
Búsqueda individual de datos en la bibliografía, en deberes fuera de clase.
Contestar cuestiones en cuaderno de trabajo, con diálogo previo en grupo.
RECURSOS.
Presentación digital y mapas.
Libros de texto, manuales.
Fotocopias de textos para comentarios.
Cuadernos de apuntes, esquemas...
EVALUACIÓN.
Evaluación continua. Se hará especial hincapié en que se comprenda la interrelación de los fenómenos políticos, económicos, sociales y culturales.
Examen propio, no incluido en el de otras UD, debido a su importancia intrínseca.
Se preguntarán breves cuestiones, un comentario de texto general y el comentario de una imagen.
RECUPERACIÓN.
Entrevista con los alumnos con inadecuado progreso.
Realización de actividades de refuerzo: esquemas, comentario de textos...
Examen de recuperación (junto a las otras UD).